Rebelión
(www.rebelion.org/)
La guerra de EEUU
contra Irak ha puesto
de manifiesto la importancia que tiene la religión en el mundo
actual. Primero, porque es importante para los pueblos, y
segundo, porque los mandatarios han visto en ella un arma
política
de gran alcance sobre la conciencia de las
masas. De ahí que considere oportuno exponer las ideas de
Marx sobre la
religión, que extraigo de la introducción de su ensayo En
torno a la
crítica
de la filosofía del derecho, y a las cuales les
daré cierto desarrollo. La
posición de Marx con respecto a la religión ha sido
excesivamente simplificada y vulgarizada. Y se ha vuelto un
tópico la frase "la religión es el opio del
pueblo". Cuando esta frase es el resultado, la conclusión,
de un largo razonamiento. Se desconoce el razonamiento y, por lo
tanto, la conclusión aparece como una frase
lapidaria.
También sucede que entre los marxistas la
concepción atea del mundo apenas ha tenido desarrollo o
carece de desarrollo. A lo mucho que llegan los ateos es a
demostrar que bajo el punto de vista científico es
imposible la existencia de Dios. Pero la concepción de
Marx sobre la religión no coincide con el problema de
demostrar la existencia de Dios.
El ateísmo actualmente existente, sobre todo en
el campo de los marxistas y de los materialistas
científicos, no es más que materialismo
vulgar. No se trata, como cree una buena parte de la izquierda
radical, de negar la religión porque es el opio del
pueblo, sino de tener una concepción materialista de la
religión. De todos modos, si alguien quiere hacerse con
una concepción atea del mundo y adquirir la mejor
crítica que se ha elaborado a la moral
cristiana, no es a un marxista al que debe leer, sino a Nietzche.
Pasemos entonces a exponer la concepción de Marx sobre la
religión. Nos situamos en un periodo donde la
crítica a la religión ya había obtenido
decisivos resultados. Nos situamos en la época donde Dios
ya había muerto, aunque lo volvieron a resucitar, como de
continuo se hace. Las ideas de Marx las pondré en negrita.
Mis comentarios irán a continuación.
A algunas ideas de Marx, para facilitar su
entendimiento, les he practicado algunas leves
modificaciones.
1. El hombre buscaba
en la realidad fantástica del cielo a un superhombre, al
que llamó Dios. Pero lo único que encontró
en ese superhombre, en ese Dios, fue el reflejo de sí
mismo. Esta idea es muy importante para la
filosofía materialista: hay que ver en Dios la imagen refleja
del hombre. Apuremos más esta posición: hay que ver
en Dios al hombre. No debemos buscar en Dios otra cosa que no sea
el propio hombre. Los ateos burdos caen en el juego de los
religiosos, que parten de que Dios es un ser que no es de este
mundo y es anterior a este mundo, mientras que la posición
marxista estriba en ver en Dios una imagen del hombre, de ver en
Dios al hombre. Los idealistas separan a Dios del hombre, los
sitúan en dos mundos apartes, mientras que los
materialistas los unen, los conciben perteneciendo a un mismo
mundo. Lo que se predica de Dios, su omnisciencia, omnipotencia y
omnipresencia, no son más que los predicados del hombre
concebidos de forma absoluta. De ahí que no encontremos
ninguna propiedad de
Dios que no hallemos en el hombre. La
diferencia estriba en que las propiedades de Dios se conciben de
forma absoluta.
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