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La realidad y Dios (página 2)



Partes: 1, 2

La existencia de una estructura
parece un aspecto incuestionable de lo real. Los físicos
cuánticos y de partículas fundamentales han
estado
encontrando partículas que pueden ser señaladas
como esenciales o constituyentes de la materia y por
lo tanto de la realidad física. Estas
partículas se organizan en familias: Fotón
(fotón: γ). Leptones
[electrón: e-;
positrón: e+; muón:
μ+,
μ-;
neutrino: ν;
antineutrino: ν]. Mesones
[piones:
π+,
π-, π;
kaones: K+, K-,
Kº1, Kº2]. Bariones
[protón: p, p+;
antiprotón: p, p-;
neutrón: n, antineutrón: n;
hiperones lambda: ΛΊ,
ΛΊ; hiperones sigma:
Σ+,
ΣΊ, Σ-;
hiperones Xi: ΞΊ, ΞΊ,
Ξ-, hiperón
omega:

Ω-]. En los
últimos años se ha seguido investigando en
física de partículas con los denominados
quarks
término acuñado por el físico y
también premio Nobel Murray Gell-Mann.{3}

Existen dos aspectos que debemos tener en
cuenta:

  1. El hecho de que la realidad revela una
    estructura.
  2. El hecho de que esa estructura pued ser caracterizada
    a través de la física cuántica y de las
    teorías cosmológicas.

La caracterización de la estructura determina la
diferenciación entre la estructura de la realidad y
posibles estructuras
imaginadas. Un autor, David Deutsch, en su obra La estructura
de la realidad
nos dice que es posible la existencia de una
infinitud de universos y de universos paralelos que está
interactuando con el nuestro.{4}
Algunas pruebas de
laboratorio
indican que esta teoría
es plausible.

Para el filósofo alemán del siglo XVII
Leibniz nuestro mundo era el mejor de los mundos posibles. Es
decir, de todas las opciones que tenía Dios, la
opción de nuestro mundo real es la que maximiza la bondad
o la perfectibilidad de éste. Esto es bastante
incompatible con la visión de Dios como un ser dotado de
omnipotencia. Un Dios así puede crear cualquier mundo,
incluso los mundos lógicamente imposibles. Para ese tipo
de Dios no le sería imposible –puesto que es
omnipotente– no solamente crear «el mejor de los
mundos posibles» sino el mejor de los mundos
«imposibles» (ya que puede crear lo que quiera) y,
por lo tanto, podría crear el mundo perfectisimun
ya que para Él nada es imposible.

Por otra parte, la especulación teológica
ha sostenido la incognoscibilidad de Dios. Pero si Dios es
incognoscible entonces no se puede decir de Él que es
omnipotente, & ya que por definición no sabemos
nada acerca de Él y, por lo tanto, Dios
permanecería en la mayor de las oscuridades dado que no
podemos tener ningún tipo de conocimiento
acerca de una entidad de ese tipo.

En la teología y también en la
religiosidad popular, el concepto de
creencia «fe en Dios» que llevaría
supuestamente a la salvación implica que Dios te
premiará si crees en Él. Esto está
implícito en la transmisión de los elementos
religiosos a través de la práctica diaria del rito
de la misa y en la ofrenda que ejecuta la iglesia en la
homilía. Se «oferta»
una visión salvífica a través del ceremonial
y de la disposición por parte de los feligreses
(«fieles a la Iglesia») a aceptar los contenidos y
presupuestos
emitidos por parte del clero.

Esto parece un absurdo dado que el Homo Sapiens Sapiens
lleva en este planeta 100.000 años. El universo tiene
unos 15.000.000.000 = 15×109 (quince mil
millones de años) de antigüedad. Durante
14.999.900.000 años Dios ha prescindido del hombre y de su
adoración. Se supone que dicha adoración garantiza
el beneplácito de Dios y que éste, en justa
correspondencia con sus fieles, imbuidos plenamente de la
creencia, otorgará su beneplácito en forma de
recompensa en el más allá donde Dios espera a los
hombres y mujeres que han creído fielmente en Él.
Pascal, que
después de todo era un filósofo, y por lo tanto,
como todo filósofo, debía ser algo escéptico
con respecto a la cuestión de Dios y también era
matemático (uno de los creadores de la teoría de la
probabilidad),
realizó un cálculo
para ver si le interesaba creer o no en Dios. Calculo que la
probabilidad en uno y otro sentido se repartía a partes
iguales, es la famosa «apuesta de Pascal al 50%».
Concluyó que era ventajoso creer en Dios ya que si se
creía en Él, y resultaba que era cierta su
existencia, obtendría el premio que la iglesia
prometía. Por el contrario, si no se creía en Dios
cabía la posibilidad de que éste existiese y se
perdiese el premio; por lo que optó decididamente en creer
en la existencia del ser supremo.

Un problema fundamental con respecto a la
creación del universo es que
es plausible que éste siempre allá estado
ahí. Esto ha sido recogido en algunas teorías
cosmológicas. Ello sería posible sobre todo si
consideramos la teoría de los «universos
bebés» o la teoría que postula la existencia
de una infinidad de universos, siendo el nuestro uno más
de ellos. Por otra parte, la teoría de los universos
paralelos, mencionada más arriba, nos indica
también la posibilidad de que el nuestro no sea más
que uno de tantos; quizás interactuando con otra infinidad
de universos igualmente reales.

El principio de causalidad argumentado como necesidad de
que nuestro universo tuviese un principio causal activo (Dios)
sólo funciona en la realidad física. No hay
porqué suponer que este principio actúe ex
nihilo
para generar un «huevo cósmico»
(Lemaître), origen de nuestro universo actual. La flecha
del tiempo
(entropía) actúa una vez que el
universo está dado. No se puede derivar del hecho de que
exista un «átomo
primigenio» que tenga que existir un Dios que lo
creó. El principio de causalidad no tiene porqué
aplicarse aquí.

El problema de por qué Dios está tan
«escondido» tiene dos soluciones. O
bien Dios existe y todavía no ha sido encontrado; o bien
Dios no existe y por eso es imposible encontrarlo. Un ser no
existente es lo más «escondido» que existe. Un
ser presente siempre (realisimun) no tendría
porqué ser objeto de especulación
filosófica, teológica, religiosa, & para
intentar ser descubierto. Debería estas «a la
mano», manifestándose como realidad latente o
presente en intercambio con la realidad de la materia de la que
el mundo está hecho.

Y si Dios es incognoscible (incluso en el caso de que
exista) no podemos hablar nada de Él y lo más
cuerdo es callarse. Según Wittgenstein: «de lo que
no se puede hablar mejor es callarse» (Tractatus
logico-philosophicus
).

Una cuestión paralela a todo esto de la de que
Dios existe y no puede ser captado por la mente. La pregunta que
nos hacemos es: ¿y por qué no? Después de
todo la mente humana es el resultado del universo y de toda
realidad preexistente. Esto incluye a Dios, en el caso de
existir. ¿Por qué ha de ser tan difícil
captarlo; hacerlo presente; traerlo al primer plano de la
intelección?

Existe la teoría de que Dios actúa creando
el mundo de sí mismo; alienándose a sí mismo
(enajenación) para dar como fruto la
realidad en que todos vivimos. Pero el universo con sus
15×109 años de existencia ha tenido un
principio, según la teoría del Big Bang. Es
decir, durante una «infinidad» el universo no ha
existido. En un «momento» de esa infinidad, Dios se
decide a crear el universo-realidad. Esto resulta altamente
implausible ya que la misma temporalidad del universo choca con
la atemporalidad de Dios. Una pregunta que se han formulado
algunos filósofos es la de qué hacía
Dios durante la infinitud que precede al origen del
universo.

Según las últimas mediciones de la
física cosmológica el universo se está
expandiendo de forma infinita. Es decir, el universo no tiene una
topología cerrada sino que va a seguir
expandiéndose para siempre. Esta es una propiedad del
universo a partir de las condiciones iniciales del mismo. Podemos
hablar entonces de un origen del universo pero no de un fin para
éste.

La cultura
actuaría como un nudo gordiano entre la realidad
física (natura) y la realidad metafísica
(Dios). La cultura es la que ha creado la realidad
metafísica a la que llamamos Dios. Es un componente
más de la cultura. Desde la sociología o desde la antropología de la religión, Dios es un
constructo del hombre. La definición de Dios viene
dada por todo un sistema de
creencias y de ritos ceremoniales cuya forma es lo esencial y
cuyo fondo se supone existente a partir del propio ceremonial que
incluye el plano semántico y verbal en su
definición. Así, Dios es
«traído» al momento de la ceremonia a
través del conjunto ritual y de la definición
verbal por la cual «está ya
aquí».

Algunos biólogos y médicos sostienen que
existe una preprogramación genética
para que el hombre crea
en Dios. La creencia y el rezo actúan produciendo un
proceso de
aquietamiento de la mente y de confianza parecido al estado que
se produce en la meditación. Suprime el miedo ante lo
desconocido y ante la visión de lo terrible que comporta
el «pánico
cósmico» del hombre enfrentado a una inmensidad
incomprensible. Sin embargo, esto no garantiza en modo alguno la
existencia de Dios ya que del hecho de que existan determinadas
necesidades no se deriva que el referente que habría de
cumplimentar dichas necesidades exista en realidad. Creer puede
ser entendido como una absurdidad. Pero la especulación
teológica ha hecho de la absurdidad bandera. Es el
credo quia absurdum de Tertuliano. Este dictum
supone el establecimiento de un orden moral del
mundo. Pero para Nietzsche no
existe un orden moral del mundo. Cualquier orden moral es
definido por el hombre y es sólo el hombre su
responsable.

Sobre Dios lo honrado sería decir lo siguiente:
no sabemos. La probabilidad sobre su existencia o no es la de un
al 50% y la de un no también a un
50%. Incluso esto puede ser falso. Podríamos plantear la
existencia de Papá Nöel, el Ratoncito Pérez,
el Unicornio, & (aunque estas entidades tienen un tipo de
existencia meramente lingüística) como pertenecientes al
mundo 2 de Popper, el mundo mental o psicológico de los
estados de conciencia. Con
respecto al problema de Dios al 50%; podemos definir una serie de
puntos que caractericen a entidades espirituales no imaginadas o
pensadas hasta ahora. Al caracterizarlas las dotamos de identidad
social. Entonces se repartiría el porcentaje entre las n
entidades y la probabilidad de existencia de cada una de esas
entidades sería: pr = 100×n-1

Si todo lo que existe es obra de esa
«realidad» (Dios) la mente debería poder captar
«eso» con facilidad; de forma natural. También
cabe la posibilidad de que no lo pueda captar por una
cuestión de limitación evolutiva del cerebro humano.
Según la teoría evolucionista del
conocimiento
, el cerebro puede entender la realidad porque
dicho cerebro es precisamente el resultado de entender la
realidad a lo largo de todo el proceso de evolución de la especie. Existe un
isomorfismo entre cerebro y realidad. Pero el cerebro no tiene
por qué haber llegado al máximo de su desarrollo
evolutivo (la cultura es una red de conocimiento
capaz de almacenar lo que no puede almacenar un cerebro
individual). Por lo tanto, en cada estadio evolutivo se
entenderá lo que es posible entender. Por lo que parece,
todavía estamos evolucionando. Nada indica que el proceso
evolutivo que tiene millones de años se tenga que haber
parado en la actualidad. Es muy posible que dentro de unos pocos
millones de años más exista sobre la Tierra una
especie inteligente que pueda haber derivado de la nuestra o bien
de alguna otra línea evolutiva.

Con respecto al problema de Dios al 50%; podemos definir
una serie de puntos que caractericen a entidades espirituales no
imaginadas o pensadas hasta ahora. Al caracterizarlas las dotamos
de identidad social. Entonces se repartiría el porcentaje
entre las n cantidades y la probabilidad de existencia de cada
una de esas entidades sería: pr =
100×n-1

Dios es, además, transmitido socialmente a
través del proceso de endoculturación. Es aprendido
por los actores sociales como concepto cultural. El Dios
monoteísta aparece tardíamente en la cultura
humana. Antes de ello han existido formas de creencia como son el
animismo, el hilozoísmo, el hilemorfismo, el
panteísmo, &. La realidad está llena de seres
espirituales o bien está animada. Hay decenas de miles de
entidades espirituales. La probabilidad de cada una de ellas
exista es pr = 100×k-1 siendo k el número
de esas entidades. Dios como pantocrátor aparece
tardíamente.

Como concepto cultural, el Dios monoteísta se
enfrenta al animismo, al espiritualismo, &). Hay grupos y culturas
que no tienen el concepto Dios. Tampoco el niño lo tiene
hasta que se socializa. La mente es social. No existe la mente no
socializada en un entorno humano más que en algunos casos
recogidos en la literatura
científica. Son los llamados «niños
lobos» que han sido socializados por animales.

La teoría cosmológica estándar es
la del Big Bang del teólogo y astrónomo belga
Lemaître ampliada por Gamow y según la cual de un
átomo primigenio («huevo cósmico»)
derivaría la totalidad del universo. Esta teoría
fue ampliamente aceptada por la Iglesia ya que supone un momento
inicial de «creación» tal y como había
sostenido la teología tradicional. La expansión
cosmológica fue confirmada en 1965 por Penzias y Wilson al
descubrir casi por accidente (serendipia) la radiación
cósmica de fondo predicha por G. Gamow en 1949.

El problema implícito en este modelo
cosmológico es de dónde salió la
energía necesaria para constituir ese átomo
primordial. Esto plantea un problema importante en la
cosmología moderna. Algunos físicos como S. W.
Hawking sostienen que no es necesario hablar de un Dios creador
que inicializa el universo por medio de un acto de
creación sino que el universo aparecería como
consecuencia de una fluctuación cuántica del
vacío.

Varios son los aspectos a considerar en el intento de
intelección de la cuestión que nos
ocupa:

  1. El hecho del algoritmo o
    proceso que conforma la vida (hasta el Homo Sapiens
    Sapiens
    ). Se tiene un diseño morfológico y no otro,
    &.
  2. El hecho de que exista ese algoritmo.
  3. La separación creación/evolución
    es ficticia hasta cierto punto.
  4. El concepto «evolución» no explica
    absolutamente nada. La realidad está evolucionando; pero
    este hecho en sí no explica por qué existe
    precisamente el hecho de la evolución. Por qué la
    evolución es en sí misma un hecho.
    ¿Qué diferencia hay entre creación
    instantánea y evolución postergada o demorada?
    Solamente es una cuestión de tiempo o
    duración.
  5. La existencia de evolución nos indica que hay
    un proceso o algoritmo. Estos son aspectos de un
    «programa». Pero ¿tiene el programa
    un programador? ¿O el programa se genera, se
    diseña a sí mismo (autopoiesis
    cósmica)?
  6. Hay relaciones entre las partículas. Hay
    partículas diferentes, &. Todo indica que hay una
    estructura incorporada en la materia. Podríamos decir
    que esta estructura es la estructura de la energía;
    cómo están configuradas las relaciones de la
    energía que hacen que éstas se manifiesten como
    tales y como materia. El hecho de que exista esa estructura
    (que pretende ser desvelada por los físicos de
    partículas) es algo en sí mismo
    maravilloso.

Podemos pensar en la Realidad (con esas estructuras)
como la realidad «siempre ahí». Siempre dada,
presente, como la realidad in toto. No creada. Sin
creador. Sin principio. Siempre siendo. Con esa estructura y no
otra. Parece que se necesita esa estructura de la energía
y del universo para que sea posible la vida. Los
cosmólogos dicen que de variar alguno de los valores
del universo no tendríamos vida (principio
antrópico).

Esto tampoco se puede explicar como mero resultado del
azar. El azar se tiene que realizar sobre algún tipo de
realidad ya dada. No puede realizarse sobre la nada. Es un
verdadero misterio que la realidad sea; que exista un mundo, la
energía, la materia.

Existen una serie de problemas que
quiero destacar:

  1. Universos infinitos: (∞-versos).
  2. Generación de vida en otros
    mundos.
  3. Creación vs.
    evolución.
  4. Leyes de la sociedad.

Toda «realidad» creada por el pensamiento
(toda la cultura está creada por el pensamiento en
relación) es una «realidad» limitada. Supone
un universo simbólico creado por la capacidad del cerebro
para crear estructuras de símbolos relacionales.

Existen dos posibilidades:

  1. Que exista ese «campo» (lo «Otro,
    Dios, &) exterior al pensamiento-pensador-conciencia (PPC)
    y
  2. Que no exista dicho «campo».

Si no existe: hay isomorfismo (analogía plena)
entre PPC y R = Realidad (materia = energía).

Si existe: el isomorfismo no es tal (aplicación
inyectiva).

La mente implica la totalidad de lo que acontece en el
cerebro o totalidad de los estados del cerebro o el estado del
cerebro como totalidad.

Mente = Pensamiento ∩ Pensador ∩ lo consciente
∩ lo inconsciente o subconsciente.

El pensamiento jamás puede ir más
allá de sí mismo. Lo «Otro» (Dios) no
puede ser captado por el pensamiento ¿Puede ser captado
por el cerebro como receptor? ; ya que es posible que existan
áreas del cerebro capaces de «recibir» lo
«Otro». Las áreas involucradas en el
pensamiento no pueden hacerlo (el pensador no puede tampoco).
¿Puede hacerlo el cerebro cuando el pensador-pensamiento
cesa? Ello significaría que hay algo más en el
cerebro aparte del pensador-pensamiento. Esto no está
demostrado ya que el par pensador-pensamiento (pd,
pt) incorporaría tanto lo consciente como lo
subconsciente.

Y en cualquier tiempo tn el estado de la
mente es la mente. Cuando cesa el par (pd,
pt) es posible que el cerebro se encuentre en
«disposición» de receptividad para captar la
posible existencia de esa otra realidad que llamamos lo
«Otro» (Otroidad, alteridad). El par (pd ,
pt) puede cesar ya que tanto pd como
pt se «dan cuenta» de su propia
limitación para captar la posible existencia de lo
«Otro» al mismo tiempo que ven que
«ellos» siempre están limitados:

  1. Evolutivamente (E).
  2. Genéticamente (particularidad genética,
    Pg).
  3. Cultural e históricamente (historia (H), cultura
    (C)).
  4. Historiográficamente (trayectoria personal del
    sujeto de las vivencias, tp).

Según Ortega, su «yo soy: yo y mis
circunstancias» correspondería a los puntos iii) y
iv). Las circunstancias son <H, C, tp>. La
cultura C es donde se está. La historia H es lo que
acontece en esa cultura pero también la cultura
«está pasando»; así, es también
historia. La Historia es, entonces, lo que acontece al hombre por
el hombre; lo que crea y hace el hombre (que incluye las formas
culturales).

Las posibles combinaciones sobre el problema de la
existencia de Dios son:

Se puede ver que únicamente la combinación
«No existe y Es cognoscible» es imposible. Todas las
demás combinaciones son posibles.

La probabilidad de que exista un «campo»
más allá del sistema PPC es muy alta ya que este
sistema del Homo Sapiens Sapiens se da en un estado evolutivo
determinado dado en un tiempo actual Tn. En todos los
estadios evolutivos anteriores para tiempos T0,
T1, T2;…Tn-1 existía la
posibilidad de evolución más avanzada (tal y como
ha sucedido en el proceso de hominización). Por lo tanto
el «campo» de posibilidades ya existía desde
el principio. Este «campo» es también de
energía, caracterizadora de la realidad de nuestro
universo.

Tenemos, por lo tanto:

El limn→∞
<E1, Tn> = E0:
<Tn+1, Tn+2,…,T∞>

O con una notación equivalente:

lim E1 = lim
n→∞Tn = E0 =
Tn+1, Tn+2,…,T∞

Es decir, el campo E1 de la Energía
operante de nuestro entorno inmediato y los estados evolutivos
del proceso de cerebralización humana que identificamos
con los tiempos evolutivos T0, T1,…
,Tn-1, Tn tienen como límite
E0, la potencialidad o Energía potencial de la
que dispone en principio el universo in toto. Estamos,
pues, en un proceso de incremento de la complejidad de la
morfogénesis cerebral y, por lo tanto, en un
«momento» del proceso evolutivo de la especie que
puede en principio bifurcase; como de hecho se ha realizado a lo
largo de la historia evolutiva de las especies. Nuestro
antepasado común con los chimpancés se data
aproximadamente entre 5.5 y 6 millones de años
atrás.

Ahora bien, no sabemos si E0 es inmanente o
trascendente (= Dios). O bien si E0 es un tipo de
energía similar a E1 pero
«ampliada» o por el contrario, un tipo de
energía «divina» diferente cualitativa y
cuantitativamente a E1. En ambos casos tenemos siempre
una limitación cognitiva tanto si E0 es
«prolongación» de E1, como si
E0 es diferente a E1:

i) E1 tiende a E0

ii) E1 es diferente, está contenido en
E0

E1  E0 = Energía
primordial.

E1 es la energía de la Realidad de
nuestro universo. La energía-materia.

En i) Los estadios T0,…,Tn
podrían ampliarse evolutivamente conforme el cerebro
incremente su complejidad. En el límite un posible
isomorfismo entre comprensión y realidad.

En ii) Los estadios cognitivos (EC) en los
tiempos T0, …,Tn (fundamentalmente, el de
la actualidad Tn) serían:

ECT0,…,ECTn-1,
ECTn (donde ECTn es
estadio cognitivo en el tiempo Tn).

Se debe paralizar el estadio cognitivo en el tiempo
Tn=PPC, como Pensamiento-Pensador-Conciencia; para que
se dé el acceso a E0 como conocimiento
primordial de «lo Otro» –Otroidad– (la
Base, Dios, &c.). Esta paralización se produce cuando
el sistema PPC se da cuenta de que «él»
siempre está limitado cognitivamente.

Este último punto es justamente lo
místico. Lo místico es desprendimiento del yo o
ego. Es el funcionamiento de la mente sin centro. El centro
atañe al conocimiento acumulativo que va conformando la
nueva identidad del yo. El yo se está remodelando
continuamente.

Notas

{1}
Kip S. Thorne (1995), Agujeros negros y tiempo
curvo
. Crítica, Barcelona.

{2}
Harald Fritzsch (1982), Los quarks, la materia prima
de nuestro universo
. Alianza Universidad,
Madrid.

{3}
M. Gell-Mann (1995), El quark y el jaguar. Aventuras en
lo simple y lo complejo
. Círculo de Lectores,
Barcelona.

{4}
David Deutsch (1999), La estructura de la realidad.
Anagrama, Barcelona.

El
Catoblepas
número
23
• enero 2004 • página
16

 

Víctor Manuel Alarcón
Viudes

Partes: 1, 2
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