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¿Correcta ortografía o correctores ortográficos?



  1. Introducción
  2. Desarrollo
  3. Conclusiones
  4. Bibliografía

Introducción

Muchas han sido las formas de comunicación que el
hombre ha empleado durante todas las etapas de su desarrollo;
pero el surgimiento del lenguaje significó un momento
culminante en este proceso.

En sus obras, Engels dedicó gran atención
a los problemas del lenguaje, particularmente a lo relativo a los
problemas del surgimiento, carácter y evolución
histórica de este, con lo cual sentó las bases para
una concepción dialéctico- materialista de la
evolución lingüística. Concibió siempre
el lenguaje como un hecho socio-histórico, de ninguna
manera como un hecho natural o como algo celestial y
enigmático.

Esto se evidencia en El Papel del trabajo en la
transformación del mono en hombre
cuando asevera:
"(…) En resumen, los hombres en formación
llegaron a un punto en que tuvieron necesidad de decirse algo los
unos a los otros. La necesidad creó el órgano: la
laringe poco desarrollada del mono se fue transformando, lenta
pero firmemente, (…). La comparación con los
animales nos muestra que esta explicación del origen del
lenguaje a partir del trabajo y con el trabajo es la única
acertada[1]

Engels veía el lenguaje como expresión y
producto de la actividad social del hombre y como factor que
junto al trabajo, diferencia cualitativamente al hombre del mundo
animal.

Por tanto, a partir de estos planteamientos, es posible
concluir que el papel del trabajo en el origen y desarrollo de
las relaciones sociales en la comunidad primitiva se halla
orgánicamente ligado al origen y desarrollo del lenguaje
en las etapas más tempranas del desarrollo
social.

Muchos siglos se necesitaron para que el lenguaje
continuara enriqueciéndose y surgiera la necesidad de
otros modos de comunicación. A esta necesidad debemos el
surgimiento de la escritura, que también atravesó
un prolongado proceso evolutivo, desde el primer escrito que se
conoce, anterior al 3000 a.C y atribuído a los sumerios de
Mesopotamia, hasta llegar a lo que es hoy.

Desarrollo

Una reflexión sobre el fenómeno de la
escritura exige un examen de su concepto, pues muchos son los
criterios que se manejan en torno a este. Sirvan las siguientes a
manera de ejemplo:

  • "Escritura, método de
    intercomunicación humana que se realiza por medio de
    signos gráficos que constituyen un
    sistema"[2].

  • "…En un sentido amplio la escritura se
    define como la representación del pensamiento y del
    lenguaje humanos a través de
    signos"[3].

  • Escritura es un "sistema de signos utilizado
    para escribir. Escritura alfabética, silábica,
    ideográfica,
    jeroglífica[4]

También contamos con definiciones tan
poéticas como la ofrecida en el siglo XVIII por el
filósofo francés Voltaire cuando
afirmó:

  • "La escritura es la pintura de la voz; mientras
    más se le parece mejor
    es"[5].

Estas definiciones tienen en común que todas, de
algún modo, identifican a la escritura con un sistema
convencional de signos gráficos destinado a la
comunicación humana.

Pero cuando hablamos de signos gráficos no
podemos ignorar la escritura alfabética, la cual
representa una verdadera revolución en la historia y la
expansión de la escritura, dada su posibilidad de
adaptación a varios idiomas y la relativa sencillez y
facilidad con que puede ser asimilado.

Pero, lamentablemente, en nuestro alfabeto
español no existe la proporción de un sonido =
un signo
, y tenemos muchos ejemplos que corroboran esto. Este
es el caso de los fonemas b/v, s/c/z/x, g/j, ll/y, k/q, en
los que un mismo sonido puede ser representado por más de
un signo. De ahí que surja el complicado proceso de
aprender a escribir teniendo en cuenta la
ortografía, al decir de la RAE: "Parte de la
gramática, que enseña a escribir correctamente por
el acertado empleo de las letras y de los signos auxiliares de la
escritura"[6].

Otros autores añaden a esta definición un
elemento muy importante: "(…) la combinación
exacta de los signos de la escritura, conforme a códigos
convencionales, históricos, es
ortografía
(…)"[7].

Por otra parte se plantea: "Ortografía,
palabra derivada del griego órthos, correcto, y
graphé, escritura, designa la parte de la gramática
que fija el uso correcto de las letras y de los signos
gráficos en la escritura de una lengua cualquiera en un
tiempo concreto
"[8].

Se trata de la alusión al contexto
histórico-social y esto se debe a que, evidentemente, el
lenguaje no se detuvo ni se detiene en el tiempo, sino que por el
contrario, como fenómeno socio-histórico
continúa su curso evolutivo; por lo que, necesariamente,
los códigos convencionales de la escritura están
obligados a ser dinámicos, cambiantes. Es por este motivo
que la profesora Rosario Mañalich, ha planteado:
"(…) nuestra escritura correcta de hoy no será
la de mañana, como no lo es hoy la norma
ortográfica de ayer"[9].

Este planteamiento puede ser ejemplificado con un
fragmento del prólogo del libro Gramática de la
lengua castellana
, escrito en el siglo XV,
específicamente en 1942, por
Elio Antonio de Nebrija,
quien fija con él la primera norma ortográfica y
donde se puede notar la diferencia entre esta y la
ortografía actual:

"Cuando en Salamanca di la muestra de aquesta obra a
Vuestra Real Majestad, i me pregunto que para que podia
aprovechar, el mui reverendo padre Obispo de Avila me arrebato la
respuesta, i respondiendo por mi dixo: que, despues que Vuestra
Alteza metiesse debaxo de su iugo muchos pueblos barbaros i
naciones de peregrinas lenguas, entonces por esta mi Arte podrian
venir enel conocimiento della, como agora nos otros deprendemos
el arte dela gramatica latina para deprender el
latin[10]

A pesar de que el avance incontenible de la ciencia y la
técnica, los aportes de otros idiomas y el desarrollo de
la humanidad producen un aumento del léxico de forma
acelerada que hacen evidentes las diferencias entre la lengua
oral y la escrita, la trascendencia de las dos últimas
definiciones citadas es considerable, porque superan la rigidez
en la relación entre sonido y signo.

De ahí la enorme importancia que debemos
concederle a la ortografía si verdaderamente la asumimos
como norma común de nuestra lengua, con el fin de
conservar la unidad de su expresión escrita.

En este sentido Francisco Alvero señala: "Es
necesario (…) saber escribir y escribir correctamente. Tus
escritos, en tu ausencia, hablan por ti; ellos son tus
embajadores, tus enviados. Procura, pues, vestirlos
adecuadamente. El traje no lo es todo; pero… así te
recibirán cual te
presentes[11]

Pero, tristemente la importancia del dominio de la
ortografía varía de un sujeto a otro, partiendo del
respeto que cada cual sienta por él como parte de su
identidad; respeto que conduce la auténtica
motivación para resolver las deficiencias
ortográficas que se tengan. Se hace necesario, entonces,
que nuestra labor como docentes comience por demostrar a los
alumnos que, para ser mejores ciudadanos, es preciso proteger
nuestra lengua materna usándola debidamente y que si
"(…) la lengua española es de todas las lenguas
vivas la menos imperfecta para hablar con
Dios"
[12], como alguien escribió
alguna vez, y que si nuestro espacio sociocultural nos ha
permitido disfrutar de ese regalo, entonces cada uno de nosotros
debe implicarse en contribuir a su mantenimiento, para disfrutar
mejor de esa lengua que parece música cuando halagamos o
perdonamos, y fusta cuando es necesario.

Muchos pedagogos cubanos han convertido en centro de su
atención el perfeccionamiento de la enseñanza de la
lengua materna y para nadie es un secreto que estas limitaciones
no encuentran solución con el auxilio de métodos
memorísticos, artificiosos, incoherentes y arbitrarios;
todo lo cual hace que el aprendizaje ortográfico, lejos de
producirse de una manera agradable, interesante y motivadora, se
convierta en un verdadero conflicto para los
estudiantes.

Por estos tiempos se habla mucho del empleo del
ordenador para contribuir al desarrollo intelectual del alumnado,
dado su impacto en el sistema educacional y el amplio giro que
han propiciado en las formas tradicionales de enseñar y
aprender; pero cuando se trata de la ortografía, es
preciso que seamos cuidadosos en su uso.

El trabajo con procesadores de texto y su corrector
ortográfico permiten un acercamiento a la cuestión
de "escribir correctamente" de un modo, aunque no absoluto,
más dinámico y autónomo.

Según Antonio M. Bator los procesadores de textos
constituyen "una herramienta poderosa que ha cambiado
nuestras relaciones con la palabra
escrita"[13].

También la profesora María Luz
Piñeyro, expone que "…escribir con el procesador no
es algo artificial, agregado al proceso de escritura, sino que
merece ser analizado dentro del mismo
proceso"[14].

En una entrevista al diario "El Tiempo" Gabriel
García Márquez dijo, después de haber
escrito El Amor en los Tiempos del Cólera
utilizando una computadora: "…si me hubieran dado la
computadora hace 20 años, tendría 2 veces
más libros escritos".

Cada uno de estos planteamientos nos permite comprender
la dimensión de las facilidades que, desde todos los
puntos de vista, ofrece el empleo de una computadora en el
proceso de construcción de un texto.

Conociendo que "(…) los procesadores de textos
son un conjunto de programas que permiten, como funciones
básicas, crear, corregir, modificar, manipular, almacenar
e imprimir textos en formato digital"[15],
consideramos que el dominio de esta herramienta posibilita el
desarrollo de las distintas fases de la creación de un
texto, minimiza el tiempo empleado en su confección y
permite mejorar su calidad de manera rápida y eficaz, sin
necesidad de un consumo excesivo de materiales y energía
física.

El uso de los correctores ortográficos y
gramaticales es debatido. Sin ánimo de polemizar,
planteamos que somos partidarios de su uso para contrarrestar las
limitaciones ortográficas y creemos que este reporta
muchos beneficios, pero también, creemos que cada docente
debe decidir su uso o no, de acuerdo con lo que juzgue
conveniente.

Hemos podido comprobar que los correctores
ortográficos disfrazan una serie de limitaciones que, a su
vez, devienen insuficiencias didácticas que no los hacen
aptos para potenciar el aprendizaje de la ortografía, a
pesar de que existe la tendencia a considerar que si el corrector
ortográfico no señala ningún error, es
porque no lo hay y, con frecuencia, se da por terminado un
documento de texto plagado de faltas ortográficas, con la
certeza de que no las tiene.

En este sentido el DrC. Danilo Quiñones ha
planteado: "(…) no se pueden perder de vista las
tendencias a sobredimensionar la tecnología por parte de
algunos alumnos y maestros más jóvenes, lo que
puede tornarse nocivo para la socialización del
aprendizaje en los diferentes grupos, ya que algunos alumnos,
pueden llegar a pensar que en la interacción directa con
la computadora y otras fuentes, estaría la solución
de sus problemas de aprendizaje, minimizando la acción
orientadora del maestro y la ayuda que otro de sus
compañeros le pueda
brindar"[16].

Independientemente de que unos correctores
ortográficos superen a otros en determinados aspectos, de
manera general todos operan de la misma manera sobre una base de
datos que llevan incorporada y que incluye algunas normas
ortográficas, un banco de palabras que pueden ser
superiores o inferiores en cantidad y un diccionario de
sinónimos.

Pero, realmente ¿Hasta dónde nos puede
ayudar el empleo de los correctores
ortográficos?

A continuación explicaremos, teniendo en cuenta
diferentes niveles de análisis de la lengua, hasta
dónde llega la ayuda y comienzan las limitaciones de los
correctores ortográficos.

Ortográficamente, el aporte más notable es
el corrector de palabras. El software contiene diccionarios (en
varios idiomas) con amplios vocabularios que pueden emplearse en
forma automática para revisar cualquier texto escrito en
la computadora y corregir los errores tipográficos,
ortográficos y de acentuación, etc. que subraya con
una línea de color rojo. El verificador de
ortografía es rápido y minucioso. Con frecuencia,
reconoce errores que de otra manera deberíamos buscar
personalmente. Localiza palabras mal escritas y otras que no
están en el diccionario.

La computadora señala el error para llamar la
atención del usuario sobre este; al hacer clic derecho,
aparecerá un menú contextual que ofrecerá
diferentes opciones. Pero es ahí donde comienzan las
limitaciones si los conocimientos ortográficos del usuario
son restringidos, pues de su selección dependerá la
solución de la incógnita.

  • La opción Agregar al diccionario
    permite incorporar términos que no estén
    incluidos en la base de datos, pero esto tiene el
    inconveniente de que, si no se obra con sumo cuidado, sean
    incorporadas palabras con errores que el ordenador asimila y
    luego no son señaladas para su
    corrección.

  • Otra limitante tiene lugar con el empleo de palabras
    homófonas (igual sonido y escritura diferente). En
    este caso, por aparecer todas en el banco de palabras, no son
    destacadas en caso de emplearlas incorrectamente y por tanto
    los errores pasan inadvertidos para el ordenador y para el
    usuario que no tenga pleno dominio de su lengua materna. Ej.
    Todos en la caza estaban preocupados.

  • Otras faltas que el corrector no detecta son, por
    ejemplo, los acentos diacríticos y los
    parónimos (palabras semejantes, por su
    etimología, por su forma o sonido)

Ej. Al preguntarle si
vendría, me contesto que .

Deben absorber a los inocentes (por
absolver)

  • Un caso muy singular es el uso obligatorio de letra
    inicial mayúscula inmediatamente después del
    punto y seguido. Teniendo en cuenta que existen las
    abreviaturas a las que por regla se les debe colocar punto,
    debemos tener presente que no necesariamente la palabra
    siguiente precisa de la mayúscula, por lo que esto no
    siempre es aplicable. Ej. Ud. ha llegado al lugar de sus
    sueños.

  • Algo similar ocurre con los textos escritos en
    versos. Cada vez que se comience a escribir en una nueva
    línea, aparecerá mayúscula de manera
    automática y es de todos sabido que no todos los
    versos de una estrofa o poema deben comenzar necesariamente
    con mayúscula, a no ser que por regla sea obligatorio
    o, como José Martí en sus Versos sencillos, por
    una cuestión de estilo.

En el nivel sintáctico o gramatical, los
procesadores de texto más avanzados incluyen
también verificadores de sintaxis y de estilo. Estas
herramientas aún son poco prácticas y de uso
complicado porque requieren de un dominio muy profundo de la
lengua. Quizás, en la próxima década
asistamos a grandes progresos debido a la aplicación de la
inteligencia artificial a grandes bases de datos
lingüísticos.

En estos momentos son muy limitadas las posibilidades de
ayuda que puede ofrecernos el corrector desde el punto de vista
gramatical, pues no siempre detecta los errores de concordancia,
fundamentalmente entre sujeto-verbo y entre sustantivo-adjetivo,
además de otras incorrecciones relacionadas con la
redacción y el uso de los signos de
puntuación.

En cuanto a la puntuación del texto, sólo
son detectados los errores cuando el signo en cuestión es
separado de la palabra que le antecede y unido a la que le
continúa. También cuando se omiten por completo y,
por tanto, la oración se hace demasiado extensa lo que la
hace confusa y dificulta su comprensión. Pero, una vez
colocados, no es posible determinar si están utilizados
obedeciendo o no a alguna regla específica. Esto depende
del conocimiento y estilo de redacción del
usuario.

En cuanto al nivel semántico, debemos considerar
que la computadora no "interpreta" lo que el usuario escribe en
ella. Para la máquina todo se traduce a listas de ceros y
unos. Una palabra o una frase, en cambio, tienen correspondencias
y acepciones que en ocasiones están muy lejos de ser
particulares o explícitas. Por tanto, para detectar las
palabras erróneas los correctores comprueban si las
palabras de nuestro documento se encuentran en el diccionario que
lleva asociado, junto con algunas reglas gramaticales. Por el
momento, no puede discernir el significado de las palabras en
cada circunstancia, o sea, podemos escribir una oración
completa sin sentido, que si cada palabra está bien
escrita, para ella no tendrá ningún
problema.

Por ejemplo:

Tu ortografía puede colocarte en la
cima de la expresión escrita.

Tu ortografía puede colocarte en la
sima de la expresión escrita.

Si se conoce el significado de estos homófonos,
no es difícil percatarse de la oposición de sentido
que tiene lugar entre ellos, pues se trata de expresiones
totalmente opuestas. En este caso es el hablante quien, a partir
de un contexto determinado, podrá determinar cuál
es el término que necesita para expresar su
intención.

Una de las potencialidades de los procesadores de textos
que pueden aliviar este engorroso proceso es, precisamente, el
diccionario de sinónimos, el cual permite añadir
precisión y variedad a los escritos pues ofrece
alternativas para palabras que eligió en el documento
borrador, pero con las que no está satisfecho.
También puede buscar palabras que emanen de los
sinónimos que sugiere este diccionario. Si se
amplía la búsqueda, hay más posibilidades de
acercarse al significado exacto que se está buscando. Pero
corresponde únicamente al usuario la selección
correcta de aquel que se adecue al contexto en que será
utilizado.

Así como el lenguaje es expresión y
producto de la actividad social del hombre, la escritura es la
representación gráfica del pensamiento y el
lenguaje humanos, resultado de un extenso proceso evolutivo de la
lengua oral y del obligado requerimiento de nuevas necesidades
comunicativas. Pero lenguaje y escritura prosiguen su
transformación continua y dinámica y con ella, su
enriquecimiento y complejidad. Se trata de una cadena de hechos
sociales, históricos, culturales, vistos desde una
óptica dialéctico-materialista, que nos conducen a
la necesaria convención de normas que regulen y aseguren
la armonía de la lengua escrita: la
ortografía.

Conclusiones

  • El impacto de las tecnologías de la
    informática y las comunicaciones en la escuela cubana
    es significativo en cuanto a la organización del
    proceso docente-educativo y la eficacia del aprendizaje. Esto
    demanda la utilización de métodos y estrategias
    didácticas y científicas para la
    atención diferenciada de los alumnos, de manera que se
    reduzcan las diferencias entre ellos y que en estas nuevas
    condiciones del desarrollo social no se conviertan en un
    usuarios comunes de las tecnologías, sino que sean
    capaces de apreciar las verdaderas ventajas que les reportan
    para su autoaprendizaje, superiores a cualquier criterio
    tecnocrático y enajenante que pueda inducir a su
    utilización irracional.

  • Con la ayuda de los correctores ortográficos
    podemos evitar errores en nuestros escritos. No obstante
    conviene saber que estos no son suficiente y que es preciso
    hacer una revisión personal del documento, pues si no
    tenemos un conocimiento integral de nuestra lengua que nos
    permita tomar decisiones precisas, todas estas ventajas
    pueden volverse en nuestra contra e ir en detrimento de la
    calidad de nuestros escritos.

Bibliografía

  • 1. Alberro, Norma. Lenguaje Y
    Escritura: Sus Orígenes.
    info@proyectopsi.com

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    Documentación y sus tecnologías. Madrid:
    Ed.Pirámide, 1994.

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    electrónico, el procesador de texto y los cambios
    cognitivos www.byd.com.ar

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    Educación. Ciudad de La Habana, 2000

  • 5. Diccionario Filosófico
    de Voltaire. www.filosofía.org

  • 6. Diccionario de la Real Academia
    de la Lengua Española. www.rae.es

  • 7. Diccionario de la Real
    Académica de la Lengua Española,
    edición de 1970

  • 8. Engels, Federico: El Papel del
    trabajo en la transformación del mono en
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  • 9. Francisco Alvero
    Francés: Lo esencial en la
    ortografía.

  • 10. Gabriel Núñez La
    ortografía vista desde el prisma de la
    didáctica www.sapiens.ya.com

  • 11. García Márquez,
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    Zacatecas. México, abril de 1997,

  • 12. Gonzále,z Mª.
    Echauri.
    ¿Reformar la ortografía o
    reformar la enseñanza de la ortografía?
    www.cuadernoscervantes.com

  • 13. Hernández Montoya,
    Roberto. La gramática imaginaria
    www.analitica.com

  • 14. Hoffman, Paul. Microsoft Word
    para Windows a su alcance. México. Ed. Mc. GrawHill,
    1993

  • 15. de Lebrija, Elio Antonio.
    Prólogo del libro Gramática de la lengua
    castellana, 1942.

  • 16. Manual Básico de
    Computación. / Lázaro J. Reyes Lombillo…[et
    al]. LaHabana: Ed. Pueblo y Educación,
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  • 17. Mañalich, Rosario y
    coautores: Taller de la
    palabra,

  • 18. Microsoft Corporation.
    Enciclopedia Encarta 2004

  • 19. Microsoft
    Corporation.Enciclopedia Encarta 2005

  • 20. Piñeyro, María
    Luz. Uso del procesador de textos. Corrector
    ortográfico www.maestrosyprofesores.com.ar

  • 21. Quiñones, Danilo: Hacia
    un aprendizaje más cualitativo en el contexto de la
    Ciencia, Tecnología y Sociedad.

 

 

Autor:

MsC. Sandra Haidé Martínez
Bodaño

Lic. Maricel Salas
Gaínza

[1] Federico Engels: El Papel del trabajo en
la transformación del mono en hombre. Pág 6. 2do
párrafo

[2] Microsoft Corporation. Enciclopedia
Encarta 2004

[3] Lic. Norma Alberro. Lenguaje Y Escritura:
Sus Orígenes. info[arroba]proyectopsi.com

[4] Diccionario de la Real Academia de la
Lengua Española. www.rae.es

[5] Diccionario Filosófico de
Voltaire. www.filosofía.org

[6] Diccionario de la Real Académica
de la Lengua Española, edición de 1970

[7] Rosario Mañalich y coautores:
Taller de la palabra, p.264

[8] Microsoft Corporation.Enciclopedia
Encarta 2005

[9] Rosario Mañalich y coautores:
Taller de la palabra.

[10] Elio Antonio de Lebrija. Prólogo
del libro Gramática de la lengua castellana, 1942.

[11] Alvero Francés, Francisco: Lo
esencial en la ortografía.

[12] Navarro Villoslada, Francisco: De la
lengua castellana, como prueba de la ilustración
española.
http://www.filosofia.org/hem/186/1867c16.htm

[13] Antonio M. Bator. El libro
electrónico, el procesador de texto y los cambios
cognitivos www.byd.com.ar

[14] María Luz Piñeyro. Uso del
procesador de textos. Corrector ortográfico
www.maestrosyprofesores.com.ar

[15] Colectivo de autores. Elementos de
Informática Básica.

[16] DrC. Danilo Quiñones: Hacia un
aprendizaje más cualitativo en el contexto de la
Ciencia, Tecnología y Sociedad.

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