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¿Qué es el boliviano? ¿Quién es el boliviano? (página 10)




Enviado por Rolando Patzi Paxi



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De esta manera, la duración uniformemente
milenaria de los períodos temporales andinos no emana de
los hechos históricos mismos, sino que está
establecida de antemano por las oposiciones y correspondencias
simbólicas de la dialéctica andina. En otras
palabras, independientemente del transcurso real del tiempo, la
duración atribuida a estos períodos se acorta o se
alarga arbitrariamente para acomodarla a dichas categorías
lógicas preestablecidas. El tiempo es por tanto
elástico y relativo: como no se lleva un cómputo
exacto de los años, no existe una escala temporal absoluta
(de segmentos invariablemente equidistantes), con respecto a la
cual el tiempo pueda conservar una proporcionalidad absoluta e
inmutable a lo largo de todo su transcurso.

Y acá nuestro autor arriba con brillantez al
enunciado básico del sistema en cuestión,
otorgándole un sentido propio, diverso y al mismo tiempo
válido en su espacio-tiempo:

En virtud de esta elasticidad del tiempo, el pasado
y el futuro, por muy remotos que sean, son siempre
contemporáneos al presente, pues la distancia temporal que
media entre éste y aquéllos es relativa y puede
acortarse indefinidamente hasta hacerlos inmediatos. Esto no
significa que deje de haber devenir. Por el contrario, el tiempo
transcurre: hay un antes y un después, los cuales son a la
vez un ahora que es siempre. Los acontecimientos del pasado y del
futuro están ocurriendo constantemente en este presente
eterno y absoluto, sobre el que confluyen todos los tiempos
posibles. Así, el pasado legendario de las epopeyas -que
en virtud del eterno retorno es también futuro
utópico- se revive continuamente en este presente
mítico, al que fundamenta y confiere sacralidad. Esto
explica la presencia constante del pasado en el presente
precolombino. (…) En el contexto de esta categoría
lingüística {Nayra} se comprende la concepción
andina del tiempo: el pasado queda hacia adelante y está
asociado con los ojos y con el acto de ver porque se lo ha vivido
y presenciado; es decir porque se lo ha visto. A la inversa, el
futuro queda hacia atrás de la espalda porque es
aún desconocido, y por así decirlo, está
fuera de la perspectiva visual.

"El tiempo mítico andino avanza desde un
presente absoluto y eterno, sobre el que confluyen todas las
épocas, hacia un futuro ignoto; siempre de cara a un
pasado conocido, al que invariablemente retornará".

Así concluye su relato Fernando Montes, mostrando las
características esenciales del origen y cambio en
sociedades andinas.

Comúnmente, se ha considerado el concepto
bastante francés de "revolución" como
sinónimo universal de cambio profundo y violento,
ejecutado en tres actos, cuya dialéctica obedecería
sincréticamente a efluvios jacobinos de
montaña y vanguardias bolcheviques: la
revolución jacobina cuya variante soviética adhiere
masas organizadas mediante un partido, difiere del
Umwälzung con el que Marx y Engels
traducían, desde la perspectiva socioeconómica, el
galicismo de revolución.

Yo creo que el proceso de construir una identidad
cultural dominante, no ha servido para definir las
políticas etno-nacionalistas del Estado
Plurinacional.

Porque primeramente, las políticas etno-
nacionalistas se mencionan a sí mismas como la
integración general de todas las etnias pertenecientes a
nuestro país para la formulación y
aplicación de políticas equitativas para todas
estas. Pero no ha resultado de esta manera, ya que la cultura
dominante, que viene a ser la Aymara, ha venido imponiendo su
ideología para consolidarse a sí misma y opacar a
manera de contrarrestar a las demás etnias
existentes.

Es decir, la cultura dominante Aymara ha suprimido la
esencia de las demás etnias existentes en nuestro
país, a consecuencia de implantar sus rasgos
ideológicos en estas. Para entonces ya no ser país
enriquecido por su diversidad de etnias, sino ser un país
en donde predomina y abunda una sola etnia.

La lengua, la historia y la cultura de las restantes
etnias de nuestro país, parten de la Aymara. Siendo
éste dominio más aplicado en el occidente que en el
oriente, ya que habiendo una diferencia e indiferencia que nunca
cambia, es la rivalidad entre estos dos extremos de nuestro
país. Más influencia del Aymara tiene el Altiplano
que el Oriente. Ya que las etnias del oriente han sido
resistentes y opositoras ante el dominio Aymara sobre
ellas.

El representante de esta cultura dominante, el
Presidente de la República Evo Morales Ayma, ha
comercializado a esta para llegar a resultados poderosos ante sus
objetivos, atropellando a su misma cultura al desviarse. Ya que,
no hay conciencia para asumir que el mismo proceso y
transformación que ha logrado esta cultura, las
demás han pasado por este mismo nombrado
camino.

La dificultad de mantenerse y sobresalir como etnia es
universal, y esto tiene que ser compartido y valorado, no
utilizado como herramienta para intereses oscuros.

Una cultura dominante excluyente, y excenta de
democracia. Más aún de valores. Porque un valor
sería el aceptar al otro tal y como es. Y la cultura
Aymara, tal y como la comercializa Evo Morales, no practica la
aceptación.

No hay integración, sino etnias descartadas. No
hay reconocimiento ante las diferencias étnicas, sino
imposición de una ante las otras.

Verushka Alvizuri, nos da una información
engrandecida sobre la cultura Aymara. Dándole realce,
renombre, prosperidad a la información recorrida de esta.
Esto sucede porque un miembro de esta cultura tuvo agallas para
sobresalir ante su gente y encaminarse a ser Presidente de la
República. He ahí el énfasis que viste la
cultura Aymara, su miembro y representante impetuoso. ¿Y
las demás culturas? ¿Tienen representantes
impetuosos, o representantes resignados a ser
dominados?

Parece ser quien no esté decidido y dispuesto a
ser más vencedor que luchador como representante de su
etnia, tendrá que convivir con la opresión y
conformidad de mantener a su etnia en puro secreto. Porque lo que
la cultura dominante está haciendo, es sustituir una etnia
con la suya.

Continúo cuestionándome sobre los
representantes y me pregunto: ¿Dónde
estarán? ¿Dónde estarán para
defenderse a sí mismos y clamar por consideración
por los que vienen detrás de él?

¿Qué futuro es el que les espera a las
etnias? ¿Tendrán las etnias un futuro? ¿O no
demorarán en caducar?

Detrás de toda etnia hay una historia, hay una
cultura, hay una vestimenta, hay una creencia, hay un territorio.
¿Por qué superponer ideales, encima de una esencia?
¿Por qué fácilmente destruir lo que
vigorosamente se ha construido? ¿Por qué sobreponer
una etnia sobre otra etnia? El objetivo se confunde y tropieza, y
las preguntas aumentan.

Se ha fundado una sola política, que es ciego
ante lo particular. O mejor dicho, se ha fundado una
política universal para todo el pueblo
boliviano.

Yo opto por lo desigual, por lo desemejante. Y
ésta misma visión nos vendió el
represéntate Evo Morales Ayma para presenciar vernos como
compradores frustrados. Porque nada de lo escrito y lo dicho se
aplicó, todo fue procesado para actuar de manera
contradictoria.

El proceso de construcción de esta cultura
dominante, fuese fornidamente admirable si éste mismo
fuese correcto en sus acciones de incluir a las demás
etnias ahora que toma el poder de gobernar.

Es decir, si el representante de la etnia dominante
fuese democrático y justo al integrar a todas las etnias
por igual a las políticas etno- nacionalistas del Estado
Plurinacional, la misma población y los mismos miembros de
las etnias le otorgarían el apoyo y respeto ante la toma
de sus decisiones para con el pueblo.

Pero como el actuar es opuesto, la población
ciudadana y los miembros pertenecientes a las etnias, retiran sus
votos y su aceptación ante este ya que nada es igualitario
e incluyente. Si no que hay un objetivo de predominar y poseer un
poder político utilizando el concepto de etnicidad como
herramienta de manipulación ante la gente que no pertenece
a una de ellas, desprecio a quienes sí pertenecen a una de
ellas y no son tomadas en cuenta, y vanagloria al pueblo que es
integrante de la cultura Aymara.

Se debería optar por una superior relación
interétnica, donde las etnias debiesen ser ligadas las
unas con las otras para afrontar la realidad, porque se
está construyendo una ideología,
consolidándose cómo una doctrina, y se está
terminando de institucionalizar una diferencia racial, para
discriminar culturalmente. Y la protagonista de esto es la
cultura dominante.

El poder de lo indígena está ha sido
juridizado hacia una construcción hegemónica
ascendente, del poder de lo dominante.

En el trasfondo las políticas etno- nacionalistas
del Estado Plurinacional tiene como objetivo separar las
libertades políticas, económicas y culturales, en
nombre de una plurinacionalidad, en beneficio de las agrupaciones
étnicas pero excluyendo a quienes no pertenezcan a una de
estas.

Pero hay otra contradicción, porque no da una
equitativa correspondencia de democracia ni a quien no pertenece
a una etnia, como a quién sí pertenece a una de
ellas.

La Aymaridad es una construcción "social,
identitaria y memorial", pero ésta descripción no
es utilizada para el resto de la población que es dominada
por la cultura Aymara. Ésta no aplica un orden de mejora
para con los demás, más bien le es indiferente al
proceso de construcción de una nueva población
gobernada por ella. Es decir, si la construcción Aymara ha
pasado por procesos de padecimientos para obtener una identidad
resaltada y sobresaliente ante las demás, por qué
no el Presidente de la República representante de
ésta no construye una ciudadanía satisfecha y
respetuosa ante la diversidad, por qué no fomenta ante el
enriquecimiento de la variedad; y así mismo una
convivencia de libertad e identidad complacida.

Más bien se está contaminando la
atmósfera de haber sido un país distinguido ante
sus culturas.

El progreso es interrumpido ante la indiferencia de una
cultura dominante hacia culturas dominadas por estas. Hay un
sustento ideológico demasiado Aymara.

"La historia de Bolivia es la historia de sus mezclas".
¿Qué historia está haciendo la cultura
dominante? La historia que se está construyendo se hace
ver como un desquite. Desquite de la pasada dominación que
tuvo la cultura Aymara anteriormente. Y esta vez que es su tiempo
de posesionarse de un Estado, escoge las cartas vengativas y las
aplicas de la mejor manera que pueda manifestarlas.

"Los pueblos deben crear sus propias naciones. Los
movimientos indianistas reivindican los beneficios de esta
liberación: tierras o territorios, gobiernos
autónomos, justicia propia, perrogativas sociales, y
expresiones culturales específicas
". Jean- Pierre da
esta opinión. Ahora, la cultura Aymara habiendo sido un
pueblo anteriormente, teniendo cada una de estas
características mencionadas, está suprimiendo la
que el resto de las demás etnias tiene. Se están
extinguiendo las expresiones culturales específicas,
porque la cultura dominante está avasallando con los que
pertenecen y no pertenecen a una etnia. No está habiendo
espacio para una construcción y continuación de
variedad de culturas.

La cultura dominante está siendo
prepotente.

"La elección de un presidente Aymara marca
una etapa en la historia de la reivindicación
étnica. Lo que no cambia es el tema de la división
social."
Nos dice Verushka. Y está terriblemente en
lo cierto, aunque han cambiado también aspecto que no se
los veía venir.

 

 

Autor:

Rolando Patzi Paxi

[1] Héctor Díaz Polanco:
Autonomía Regional. La Autodeterminación de los
Pueblos Indios. Siglo XXI, 3º Edición.
México DF, Julio 15 de 1999.

[2] Leonard Tivey,
“Introducción”, en El Estado-nación,
Barcelona, Ediciones Península, Homo Sociologicus 40,
1987, p. 9 (cursivas de Díaz Polanco). Citado por
Héctor Díaz Polanco, pp. 16.

[3] Cornelia Navari, “Los
orígenes del Estado nación, en El
Estado-nación, cit. P.32. Citado por Héctor
Díaz Polanco, pp. 16.

[4] Op. cit., p. 52. Citado por Díaz
Polanco.

[5] Héctor Díaz Polanco:
Autonomía Regional. La Autodeterminación de los
Pueblos Indios. Siglo XXI, 3º Edición.
México DF, Julio 15 de 1999.

[6] Este rasgo, claro en la historia, nos
lleva nítidamente a observar con asombro que aún
hoy –menos que hasta muy poco ha- existen teóricos
bolivianos que plantean la revolución democrático
burguesa boliviana o, por lo menos, obrar su corrección
y ajuste dadas las limitaciones de aplicación, sin
cuestionar a fondo su sentido. Tal el caso de un
“capitalismo andino amazónico”
vicepresidencial.

[7] Ergo, denota en la versión
germana, el paso de la “movilización total”
hacia el Völkische Staat, el estado total nazi, que inicia
tras de sí una nueva polaridad, ahora entre el
nacionalismo y el socialismo.

[8] Ricardo Calla Ortega: El capitalismo de
Estado. Indagaciones teóricas para el análisis de
la crisis del “socialismo” del Este. FLACSO –
Programa Bolivia. Hisbol. La Paz, 1990.

[9] En argot, se trata de substituir una
araña negra por otra gris y de mayor volumen, para luego
desaparecer a ésta sin desenhebrar su telaraña,
quedando a posteriori la misión de tejer una nueva, esta
vez sin acudir a ninguna clase de arácnido. La vida
silvestre ha enseñado con creces que resulta más
que difícil evadir este tipo de redes, una vez envueltos
en ellas…

[10] El concepto de área debe
comprenderse como uno en relación a otros coexistentes,
cuya operatoria deberá combinar –lúcida y
hábilmente-, el estado bolchevique de Lenin. Así,
junto al área del capitalismo de estado, identifica
Lenin el sustrato “patriarcal” correspondiente a la
economía campesina natural –nótese la
disimilitud con Marx-, la pequeña producción
mercantil, capitalismo privado y socialismo.

[11] ? Subrayado mío.

[12] Carlos Marx: La Guerra Civil en Francia.
Ediciones en Lenguas Extranjeras, Pekín. Primera
Edición. Pekín, 1978.

[13] Pese a la distinción establecida
entre rebelión y revolución, deberemos
transcribir textualmente la terminología propia del
traductor, sugiriendo como diferenciador en el tema el concepto
que Marx otorga a la emancipación de la Comuna
(rebelión) a diferencia del atribuido al poder estatal
francés (revolución).

[14] Subrayado mío.

[15] Subrayado mío.

[16] Subrayado mío.

[17] Subrayado mío.

[18] Subrayado mío.

[19] Subrayado mío.

[20] Subrayados míos.

[21] Subrayado del autor.

[22] Nadie podría negar que los
bolcheviques leyeron La Guerra Civil en Francia.

[23] Subrayados míos.

[24] El impacto del conservatismo sobre la
élite chilena, hace que deba ser combatida
nacionalmente, por el movimiento popular y obrero, ya que
“solamente un Chile comunista, sin militares, ni
conquistadores ni patrones puede fraternizar con
América”.

[25] Tristán Marof: La Justicia del
Inca. Editado por “La Edición
Latinoamericana”. Bruselas, 1926.

[26] antes de su revolución (N. del
A.).

[27] Subrayado mío.

[28] L’Empire des Incas pag. 67. Cita
de Marof.

[29] Subrayado mío.

[30] Subrayado mío.

[31] Opinión excepcional de un relato
crítico del autor en cuanto a los regímenes
políticos mineros argentíferos, rebatida por
Ramiro Condarco Morales en un texto dedicado al estudio
histórico de la minería de la plata, el
ferrocarril y Aniceto Arce. En criterio del Ramiro Condarco,
son los liberales quienes habrían dado tal sentido a las
líneas férreas que tan trabajosamente Arce
logró; además de documentar exhaustivamente la
perfomance industrial de Huanchaca en dirección opuesta
a la tesis de Prudencio Bustillos, que es la correspondiente al
partido liberal, antagonista de Arce.

[32] Subrayado mío.

[33] La predicción de Tristán
Marof, lastimosamente, se cumpliría al ceder los
gobernantes del MNR justamente por las vías que
recomendaba como irrenunciables.

[34] Subrayado mío.

[35] Subrayado mío.

[36] Subrayados míos.

[37] ( Por ello, en el marco partidista,
enfocaremos a su momento la visión de ambos elementos; a
través de la obra teórica de sus más
esclarecidos exponentes, a saber: José Antonio Arze y
Guillermo Lora, quienes buscan: a) las huellas del pasado
incaico para validar el presente suyo; ya por su
redimensionamiento, ya por su análisis articulador de
clase (Arze); b) La trayectoria del socialismo
“científico” que culmina con el
establecimiento del partido revolucionario (Lora). A despecho
de constituir una valiosa inflexión de corte nativista,
trasluce la necesidad de justificar un orden estatal
centralizado como catalizador del país para
sí.

[38] José Antonio Arze: Bosquejo
Sociodialéctico de la Historia de Bolivia Ediciones
Camarlinghi. Impresores: INDGRAF SRL. ORURO. La Paz, 1978.

[39] La ortografía de las citas
corresponde al texto del autor.

[40] En el marco de este planteamiento no es
posible una discusión minuciosa de esta cuestión.
Es preciso observar que no se trata de simples controversias
teóricas sino que están en juego visiones
políticas fundamentales. Para la concepción de
Carl Schmitt puede verse ante todo su obra Estado, Movimiento,
Pueblo l933, y la obra de su alumno Forsthoff, EI Estado Total,
Derecho constitucional alemán.

[41] Augusto Céspedes: El Dictador
Suicida. Librería Editorial Juventud. Sexta
Edición, Pp. 48. La Paz, 1995.

[42] Carlos Montenegro: Nacionalismo y
Coloniaje. Librería Editorial “Juventud”.
Empresa Editora Urquizo. Pp. 13, 19 y ss. La Paz, 1998.

[43] Se refiere el autor a intentos de
“restaurar la historia patria”, llevados a cabo
anteriormente por autores como Isaac Tamayo, Ismael
Vásquez, José Macedonio Urquidi, Humberto y
José Vásquez Machicado y Rigoberto Paredes.

[44] PARÁBOLA DE ACKERMAN:
Originalidad constitucional americana. Clavero,
Bartolomé: Ama llunku, Abya Yala. Constituyencia
indígena y código ladino por América.
Madrid: Centro de Estudios Políticos y Constitucionales,
2000. Primer capítulo. El término pertenece a
Clavero, el acápite transcribe fragmentos seleccionados
literalmente del texto.

[45] Bernard Bailyn, The Ideological Origins
of the American Revolution, Cambridge (Mass.) 1967; Gordon S.
Wood, The Creation of the American Republic, 1776-1787, Chapel
Hill 1969; John Phillip Reid, Constitutional History of the
American Revolution, Madison 1986-1993; Jack N. Rakove,
Original Meanings: Politics and Ideas in the the Making of the
Constitution, New York 1996.

[46] Bruce Ackerman, We the People, vol. I,
Foundations, vol. II, Transformations, Cambridge (Mass.)
1991-1998, I, pp. 3-33, faltando aún el vol. III,
Interpretations.

[47] Nótese la similitud entre este
sistema de exclusión y el actual que pretendiendo
legitimidad a partir de comicios y referenda, ha denominado a
las comunidades nacionales como mayorías
silenciosas.

[48] Baste el ejemplo de Ronald Dworkin,
Freedom’s Law: The Moral Reading of the American
Constitution, New York 1996, con la polémica
antioriginalista de tal depuración y tamaña
pérdida, desvirtuando historia para virtualizar
Constitución, la propia estadounidense por
problemática peculiar suya, lo cual sería por
supuesto menos grave que la operación reversa, la
originalista de recurrir a historia para desactivar
Constitución, si no existiera la cuestión de la
constituyencia afectando a libertades también
individuales. Respecto al término, existe en
inglés constituency, el correspondiente a
constituyencia, pero con el uso ordinario de base electoral y
tampoco así el de autoridad constituyente no
discontinua.

[49] Jaime Cordero: Ideología y Mito.
Universidad De Chile, Facultad De Ciencias Sociales. La Cuerda
Floja No.7, diciembre 1996.

[50] Héctor Díaz Polanco:
Autonomía Regional. La Autodeterminación de los
Pueblos Indios. Siglo XXI, 3º Edición.
México DF, Julio 15 de 1999.

[51] Subrayado mío.

[52] Carlos Marx: “Proyecto de
respuesta a la carta de V. I. Zasúlich”. En:
Carlos Marx, Federico Engels: Obras Escogidas. Tomo III. Pp.
162 y ss. Editorial Progreso. Moscú, 1981.

[53] Hamza Alavi: Teoría de la
Revolución Campesina. Comité de Publicaciones de
los alumnos de la Escuela Nacional de Antropología e
Historia. Pp. 9 y ss. México D. F. 1974.

[54] Lenin: Trabajos Seleccionados. Volumen
II. Pp. 450 y ss. Moscú, 1947.

[55] Subrayado mío. La frase
corresponde a Josef Stalin. Ver: José Stalin: Problemas
del Leninismo. Pp. 213/236. Moscú, 1953.

[56] G. T. Robinson: Rural Russia Under the
Old Regime. Nueva York, 1949, citado por Hamza Alavi.

[57] Es decir el proletariado rural, los
semiproletarios y los pequeños campesinos, subraya
Alavi.

[58] El juguete rabioso. Año 5 No.
138, del 18 de septiembre al 1 de octubre de 2005, pp. 8 y 9.
Entrevista y resumen de Miguel Lora al candidato García
Linera, con aportes de Rafael Archondo.

[59] Texto de Álvaro García
Linera: “Autonomías y Estado Multinacional”.
Revista Mensual Barataria, Año 1, Nº 3, pp. 22 y
ss. La Paz, agosto/octubre de 2005.

[60] Ricardo López Pérez:
Democracia y Liberalismo. Párrafos comentados de
Pericles, Rousseau, Spencer, Tocqueville y Marx. Cinta de
Moebio No.2. Diciembre de 1997. Facultad de Ciencias Sociales.
Universidad de Chile.
http://rehue.csociales.uchile.cl/publicaciones/moebio/02/frames43.htm

[61] Ximena Medinaceli: “Historia
Prehispánica en Bolivia”. En: Historia de Bolivia.
Período Prehispánico 1. Ximena Medinaceli
Gonzáles (Coordinadora). Pp. 49 y ss. Fundación
Cultural del Banco Central de Bolivia. La Paz, 2006.

[62] Ximena Medinaceli: “Historia
Prehispánica en Bolivia”. En: Historia de Bolivia.
Período Prehispánico 1. Ximena Medinaceli
Gonzáles (Coordinadora). Pp. 49 y ss. Fundación
Cultural del Banco Central de Bolivia. La Paz, 2006.

[63] Marcos Michel López:
“Arqueología de Bolivia”. En: Historia de
Bolivia. Período Prehispánico 1. Ximena
Medinaceli Gonzáles (Coordinadora). Pp. 49 y ss.
Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia. La Paz,
2006.

[64] Marcos Michel López:
“Arqueología de Bolivia”. En: Historia de
Bolivia. Período Prehispánico 1. Ximena
Medinaceli Gonzáles (Coordinadora). Pp. 49 y ss.
Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia. La Paz,
2006.

[65] Marcos Michel López:
“Arqueología de Bolivia”. En: Historia de
Bolivia. Período Prehispánico 1. Ximena
Medinaceli Gonzáles (Coordinadora). Pp. 49 y ss.
Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia. La Paz,
2006.

[66] Marcos Michel López:
“Arqueología de Bolivia”. En: Historia de
Bolivia. Período Prehispánico 1. Ximena
Medinaceli Gonzáles (Coordinadora). Pp. 49 y ss.
Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia. La Paz,
2006.

[67] Jaspers. K., Origen y meta de la
historia, trad. del alemán por Fernando Vela,
págs. 25-27, Ed. Revista de Occidente, Madrid, 1950.
Cita de OMEBA.

[68] Haya de la Torre, Espacio-tiempo
histórico, Ed. Incahuasi, Lima, 1948. Cita de OMEBA.

[69] Toynbee, A. ,1., Estudio de la historia,
trad. del inglés por Jaime Perriaux, vol. 1, pág.
23, Emecé Editores, Bs. Aires, 1951. Cita de OMEBA.

[70] Mario Rolón Anaya:
Política y Partidos en Bolivia. Librería
Editorial Juventud. Tercera Edición, páginas 125
y ss. La Paz, 1999.

[71] Mario Rolón Anaya:
Política y Partidos en Bolivia. Librería
Editorial Juventud. Tercera Edición, páginas 125
y ss. La Paz, 1999.

[72] Jesús Lara: La Cultura de los
Incas. Editorial “Los Amigos del Libro”; II Tomos,
pp. 141 T. I. La Paz, Cochabamba, 1966.

[73] Laurette Séjourne: América
Latina. Antiguas culturas precolombinas. Traducida por Josefina
Oliva de Coll. Serie Historia Universal Siglo XXI, volumen 21,
Décima Edición, Siglo XXI Editores. Pp. 191 y ss.
México, 1979.

[74] Laurette Séjourne: América
Latina. Antiguas culturas precolombinas. Traducida por Josefina
Oliva de Coll. Serie Historia Universal Siglo XXI, volumen 21,
Décima Edición, Siglo XXI Editores. Pp. 198 y ss.
México, 1979.

[75] Mendieta y Nuiles, L., El problema
agrario en México, págs. 11 y 12, Ed.
Porrúa, México. 1937. Cita de OMEBA.

[76] Baker, G. P., Carlomagno y los Estados
Unidos de Europa, irad. de! inglés por J. G. de Luaces.
págs. 131-152, Joaquín Gil, editor, Barcelona,
1944. Cita de OMEBA.

[77] Mendieta y Núflez, op, cit.,
pág. 18. Cita de OMEBA.

[78] Morgan, op, cit.. págs. 312 y
313. Cita de OMEBA.

[79] Mendieta y Núnez, op. cit.,
págs. 17 y 18. Cita de OMEBA.

[80] V. en general Soto Hall, M.. Los mayas,
Barcelona, 1937, Ed. Labor (Biblioteca (Je iniciación
cultural, núm. 403). Cita de OMEBA.

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