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¿Qué es el boliviano? ¿Quién es el boliviano? (página 7)




Enviado por Rolando Patzi Paxi



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10

A decir de Ximena
Medinaceli
[44]pueden ubicarse cuatro
áreas (socio)culturales fundamentales, que
a su vez pueden dividirse en otras más, de acuerdo a las
regiones geográficas. Estas son:

  • Tierras Altas divididas interiormente
    en:

  • Collasuyu o Circumlacustre

  • Charcas o Altiplano Central

  • Lípez o Puna Salada

  • Valles Centrales que interiormente se dividen
    en:

  • Cochabamba

  • Chuquisaca y parte de Tarija

  • Tierras Bajas Amazónicas que se
    subdividen en:

  • Yungas de La Paz

  • Chunchos o "montaña" en el Alto
    Beni

  • Moxos en el Beni

  • Amazonía Norte o Pando

  • Chiquitos o Santa Cruz

  • Trópico de Cochabamba (Ayopaya, Chapare y
    Yungas de Mizque y Pocona)

  • Tierras bajas del Sur Platense que
    comprenden:

  • Cordillera Chiriguana entre Tarija y
    Chuquisaca

  • Chaco

Cada zona guarda sus particularidades dentro de una
intensa interrelación pretérita que se caracteriza
por su diacronía en un ciclo de "larga duración"
cuyos dos momentos (Tiwanaku en el siglo VIII e Inkas en el siglo
XV) fueron la superposición de una cultura más
fuerte a los desarrollos regionales.

"La curiosidad y afán de conocimiento sobre los
pueblos prehispánicos comenzaron durante la colonia con la
recopilación de historias locales, mitos de origen y
descripciones e interpretaciones sobre monumentos
arqueológicos por parte de cronistas, misioneros y
funcionarios coloniales
", refiere Marcos R.
Michel López
[45]

El altiplano boliviano fue un lugar privilegiado
debido a la presencia de importantes sitios arqueológicos
como Tiwanaku, la isla del Sol y distintas fortalezas o pukaras
que llamaron la atención de estos personajes. Entre ellos
podemos mencionar los trabajos de Pedro Cieza de León, el
padre José de Acosta, Pedro Sarmiento de Gamboa, Garci
Diez de San Miguel, Pedro Mercado de Peñaloza, Ramos
Gavilán, etc. Entre los cronistas nativos tenemos a
Guamán Poma de Ayala, Santa Cruz Pachacuti, entre otros
quienes dan una visión diferente de la historia de los
pueblos andinos, interpretándolas desde su
cultura.

Durante el siglo XIX, tras la salida española,
Europa se abocó al conocimiento de las tierras americanas,
propiciando una nueva ola de viajeros y exploradores que con
diversos fines e intereses científicos recorrieron el
continente, introduciendo las documentaciones gráficas y
fotográficas de los sitios arqueológicos. Destacan
Thadeus Hanke, Alcides D´Orbigny, Adolfo Bandelier,
George Squier, Alfons Stubel y Max Uhle,
entre
otros.

Corresponde a Dick Ibarra Grasso el mérito de
haber establecido la "prehistoria de Bolivia" de forma
estructurada.

  • PERIODIFICACIÓN:

  • PRECERÁMICO: 10000-2000 a.n.e. (12.000
    AÑOS ANTES DEL PRESENTE)

Como se dijo, es muy poco lo que se conoce de los
primeros habitantes del continente y Bolivia, remontándose
en Sud América hacia 12.000 años antes del
presente, quedando la presunción de que Monte Verde
(Chile) alberga uno de los sitios más antiguos del
continente, junto a lugares de la Amazonia en Brasil y Venezuela
que parecen más antiguos. Nuestros primeros pobladores del
continente se caracterizaron por una economía de caza y
recolección "adaptada a los distintos medios
geográficos", refiere Marcos R. Michel
López
[46]período que se
caracteriza por la ausencia de cerámica y se divide en dos
fases: final del Pleistoceno (¿?-10.000
a.n.e.)
y durante el Holoceno (10.000 / 2.000
a.n.e
.).

Se supone que al final del Pleistoceno en el altiplano
fue infructuosa la habitabilidad humana por sus permanentes
glaciales y condiciones climáticas adversas. En el
Holoceno tales condiciones climáticas cambiaron, dando
lugar a la habitación humana en Tierras
Altas
, dándose migraciones importantes hacia
diversas zonas habitables. Se trata de una economía de
caza y recolección con cierta organización social
en bandas y movilidad territorial amplia para el aprovechamiento
de recursos, tomando en cuenta las características
regionales y locales.

  • Altiplano Norte

A decir de Marcos R. Michel
López
[47]el área
circumlacustre o altiplano norte
es "la región
más estudiada de Bolivia arqueológicamente"
que:

Comprende el territorio nuclear que rodea al lago
Titicaca y por tanto incluye también parte del territorio
peruano que, en tiempos prehispánicos, fue parte del
escenario en que se produjeron dramáticos procesos de
emergencia de sociedades complejas que dieron lugar a uno de los
Estados andinos más importantes: Tiwanaku.

Es dudosa la existencia de asentamientos humanos al
final del Pleistoceno en el área, debido al clima glacial
y las nieves permanentes que cubrían la región y se
supone que grupos de cazadores y recolectores con patrones
trashumantes "realizaban incursiones temporales desde zonas
más templadas donde residían".

Con el cambio climático del Holoceno, que dio
lugar "a amplias estepas y lagos con recursos"; llegaron animales
como los camélidos, servidos y otros que "a su vez jugaron
un rol importante para la presencia de grupos nómadas y el
proceso de sedentarización". Luego:

De acuerdo a la información disponible se
puede inferir que el área fue habitada por grupos de
cazadores-recolectores que tuvieron una amplia movilidad para
aprovechar los recursos existentes en los distintos
microambientes, determinados por las extensiones y regresiones
paleolacustres del Pleistoceno Tardío y el Holoceno
Temprano. Los asentamientos de estos grupos fueron estacionales y
semipermanentes caracterizándose por ser campamentos,
paraderos temporales, campos de caza y destazamiento, y
áreas de extracción de materiales líticos
caracterizados por puntas de proyectil siendo las más
comunes lanceoladas y triangulares, percutores, raspadores,
buriles y lascas.

Existen hallazgos de puntas de proyectil de puntas
foliáceas y cola de pescado en el valle de Tiwanaku y
abrigos rocosos con pintura rupestre en el sector
oeste del Titicaca, región Juli-Pomata.

La región del río Ilave fue ocupada
inicialmente durante el Período Arcaico Temprano (6000
a.n.e.) y obtiene hallazgos importantes para los Períodos
Arcaico medio (5000 / 4000 a.n.e.) y Tardío (4000 / 2000
a.n.e.).

Mediante los estudios de patrón de asentamiento
se lograron diferenciar "dos sistemas de subsistencia: una
estrategia de caza interior en el río Ilave y otra de
adaptación lacustre en las riberas del Titicaca"; cuyo
crecimiento hacia el 5000 a.n.e. "había cubierto los
sitios correspondientes al Arcaico Medio".

  • Altiplano Central

En la región de Carangas, que
Dick Ibarra Grasso identifica con la de los "Pueblos
constructores de túmulos"; se hallan varios sitios
arqueológicos correspondientes a la fase de poblamiento
más antigua del Altiplano Central y la región del
Mauri, entre los que se hallan cuevas, talleres
líticos, paraderos y campos de caza.

Al norte de Carangas pueden hallarse -a decir de Marcos
Michel López- las "formaciones rocosas volcánicas
de igninbrita"; cuevas; como "lugares ideales"
para refugiar a los antiguos grupos de cazadores/recolectores y
en todas las épocas por las comodidades que ofrecen como
refugios. Las cuevas principales son las de Abrigo
Clemente (Oruro); Cueva Tomarapi (Sajama); Cuevas de yaraque
(sudeste de Curahuara de Carangas).

Los talleres líticos fueron
"áreas abiertas cercanas a fuentes de agua que sirvieron
para la confección de artefactos líticos y para la
caza a la vez". Entre este tipo de sitios podemos referir:
orillas del río Mauri (terrazas antiguas del
Mauri), pampa de Charaña; Juska Molle Pukara (del sur de
Sajama hasta una planicie cercana a la laguna
Macaya
).

Entre las áreas de caza podemos
localizar grandes planicies y riberas de ríos "con amplios
planos aluviales", abundantes pastizales y abrevaderos de ganado
mayor. Tenemos a Wiscachalca (noroeste de Patokho, faldas
del volcán Sajama); río Tomarapi (faldas inferiores
del volcán Sajama); Wakolli (Sajama
).

Este Período Paleoindio se
representa en Carangas por puntas de flecha similares a las fases
Patapatane del Norte de Chile (9.500 a 8.000 antes del
presente).

  • Altiplano Sur

Se trata de la región de Lípez en
el Período precerámico (10.000 / 1500
a.n.e.),
que se ha caracterizado "por la antigüedad
de sus tradiciones líticas, las que se remontarían
a las épocas de poblamiento del altiplano".
Correspondería al "Paleoindio Superior (Pleistoceno
final)" una incursión en Lípez de
cazadores-recolectores especializados. Los sitios
arqueológicos del lugar se clasifican en las
categorías siguientes: Talleres líticos, paraderos
y campos de caza.

  • Valles De La Paz

La Cordillera de Tres cruces alberga manifestaciones de
arte rupestre en la laguna de naranjani, a 4.200
m.s.n.m.

  • Valles De Cochabamba

En cuanto al Período Precerámico
(10.000 / 2.000 a.n.e.)
se ubicaron en los valles de
Cochabamba y serranías adyacentes sitios importantes, como
Aiquile (donde se hallaron puntas de proyectil con 5000 a.n.e. de
antigüedad); en Mayra Pampa (Mizque) hallaron restos
líticos de 2.150 a.n.e de antigüedad y en Jayhuaico,
un barrio citadino, restos óseos de 11.200 a.n.e., que
serían pertenecientes a los pobladores más
tempranos de los valles.

  • Valles de Potosí

Los valles de Potosí ofrecen dos
áreas culturales, a saber: a) los valles
altos y medios de la cuenca del río Yura de Toropalca, los
más poblados; y; b) las mesetas altas de Porco y
alrededores, ligados a la ganadería de llamas y caravanas
comerciales, así como actividades mineras.

El Período Precerámico de los
valles medios y altos de Potosí (6000 / 2000
a.n.e.),
se halla cobijado en la cuenca del río
Yura y se caracteriza por la ocupación de cuevas o abrigos
rocosos en las cercanías de ríos, con restos de
pintura rupestre. Por otra parte, en un sitio de las mesetas
altas de Porco se ha evidenciado un campamento estacional de
cazadores.

  • Valle De Tarija

La cerámica "Tarija Inciso" correspondiente a los
agricultores tempranos de Sudamérica puede ser fechada
hacia el final de Wankarani. El Precerámico (8000 a
2000 a.n.e.)
requiere mayor investigación,
obteniéndose piezas de colecciones particulares y
pertenecientes a la Universidad Misael Saracho.

  • Yungas y Tierras Bajas

Pese a su cercanía con la ciudad de La Paz, la
región de Nor Yungas ha sido a la fecha
poco estudiada en su talante arqueológico. Se descubrieron
los notables grabados rupestres de Kellkata en los
márgenes del río nominado idénticamente,
constituyendo un punto de contacto entre las tierras altas y
Amazonia. Otro sitio importante es Coroico, con restos
tiwanakotas. Por otra parte, existen caminos precolombinos
importantes, como el Takesi y el Choro. Finalmente, tenemos en
sitios de Cotapata. Refiere Marcos Michel
López:

Es probable que los primeros movimientos humanos en
la región se remonten a épocas tempranas de
cazadores, recolectores, en los que se habría explorado y
delineado las rutas de tránsito entre las tierras altas y
la Amazonia. Sin lugar a dudas el desarrollo de poblados
productores aldeanos dio lugar al transporte para el intercambio
de productos en general y de alimentos, creándose una
economía típica andina conocida como "el control
vertical de un máximo de pisos ecológicos",
iniciada aproximadamente en el denominado período
Formativo (Aprox. 2.000 a.C.).

Para etapas posteriores contamos con cierta
infraestructura vial.

La región de Sud Yungas fue
intervenida por Tiwanaku, los Pacajes e Inkas. Resulta bastante
probable que "los primeros movimientos humanos en la
región se remonten a épocas tempranas de cazadores,
recolectores, en los que se habría explorado y delineado
las rutas de tránsito entre las tierras altas y la
Amazonia".

  • Alto Beni

La región de Alto Beni fue conocida como "el
territorio de los Chunchos".

  • Río Beni

En esta región abundan referencias acerca de un
primer poblamiento de notable influencia Arawak.
Empero, no se descartan contactos frecuentes con tierras altas,
añadiendo así rasgos propios a la cultura de dicha
región. Destacan los sitios de La Victoria o Las Piedras
(Riberalta, Beni), San Buenaventura (La Paz), Capaina (La Paz),
San Buena Vista (La Paz), San Martín o Puerto Salinas (La
Paz), Sayuba (La Paz) Baba Trau (Tacana, La Paz) y el Barranco
(Rurrenabaque, Beni). Se hallaron restos de pintura
rupestre.

Se han evidenciado actividades de caza, pesca,
recolección y agricultura de granos por los habitantes
originarios de la región.

  • Llanos De Moxos

Se halló una notable infraestructura de
terraplenes que no pudo ser desarrollada por la naturaleza,
evidenciando acción humana. Relata Marcos
Michel:

Los estudios de Denevan mostraron inmensas
áreas cubiertas de campos artificiales de cultivo,
terraplenes y zonas de hábitat construidas en forma de
islas en medio de las planicies del Beni, cuestionando
profundamente las teorías elaboradas durante muchos
años por la escuela ecologista cultural norteamericana,
que negaba desarrollos culturales mayores al de la tribu en la
amazonía, por supuestas limitaciones medio ambientales.
Las descripciones de trabajos masivos de movimientos de tierra
implicaban la posibilidad de importantes conglomerados humanos
organizados y trabajando en sistemas planificados. Las primeras
síntesis sobre los camellones mostraban agrupaciones de
campos elevados de cultivo de diferente tipología,
situados en extensas zonas inundables al interior de los Llanos
de Moxos.

Se trató de una colosal obra
arquitectónica de fines múltiples entre Trinidad y
San Borja (Santa Fé, la Envidia, El Retoño,
Chevejecure). Los niveles culturales desde lo más antiguo
hasta lo más moderno son: Velarde inferior, Velarde
superior, Hernmarck y Macisito.

  • Baures

Baures "se ha caracterizado por ser un área con
tradición propia". Es el nombre Arawak "de una
región, un pueblo, una lengua y el grupo étnico
localizado al este de los Llanos de Moxos", anota marcos
Michel.

  • Pando

"El Departamento menos conocido de Bolivia en
términos del pasado precolombino es Pando", refiere Marcos
Michel. Fue habitado por los pueblos indígenas
Araona y Yaminawa, casi exterminados en la
época del caucho.

  • Santa Cruz

Se desarrolla intensa actividad en la llanura de
Chiquitos como sitio de gran pasado histórico en el
departamento de Santa Cruz.

  • Chaco

La cuenca del yacimiento arqueológico
Ñuapua "se caracteriza por una geografía de colinas
onduladas, disectadas por quebradas temporales, en medio de las
cuales se encuentra encerrada" Una paleolaguna pantanosa
"habría conformado la forma actual del terreno, a ello se
añade la constante erosión" que forma un paisaje de
"bad lanas".

  • FORMATIVO (2.000 A.N.E. / 400
    N.E.)

Aparecen las primeras sociedades sedentarias, alrededor
del 2.000 a.n.e., "como parte de un proceso iniciado durante el
Período Precerámico Tardío", anota Michel
López, destacando la "experimentación con el manejo
de plantas" como los tubérculos, gramíneas,
cucurbitáceas, ajíes, maíz y otras
variedades", además del perfeccionamiento de la crianza de
animales que paulatinamente desembocó en un proceso de
sedentarización y establecimiento de aldeas y
núcleos. Prosigue el autor:

Durante este lapso conocido en arqueología
como el Período Formativo (2.000 a.C. – cerca 600 d.C.)
diferentes tradiciones culturales se formaron en varias regiones
y las trayectorias evolutivas de las sociedades comenzaron a
diferir notablemente. Esto es particularmente evidente entre las
sociedades del Altiplano norte que sufrieron complejos procesos
sociales mayores a las de por ejemplo el altiplano sur. Elementos
como la adaptación al medio ambiente geográfico,
estrategias en el aprovechamiento de recursos, el desarrollo de
diferentes tecnologías como la cerámica,
textilería, metalurgia, técnicas agrícolas y
de conservación de alimentos, y las características
de la organización social además de los mecanismos
de interacción con otros grupos dieron lugar a una amplia
variabilidad social y cultural.

No todas las sociedades siguieron los mismos procesos
históricos y, por tanto, el final de este período
"varía según las áreas geográficas y
regiones" en Bolivia y el resto del continente.

  • Altiplano Norte

Durante el Período Formativo Temprano
(2000 / 900 a.n.e.)
que "abarca el tiempo en que
aparecen las primeras poblaciones sedentarias y aldeanas en el
área hasta el desarrollo de las primeras sociedades con
una organización política y económica de
rango reconocible", refiere Marcos Michel López; se
brindó un proceso heterogéneo en toda la cuenca,
pletórico en variaciones regionales y temporales, como es
el caso de Pasiri en la región de Juli-Pomata en que "se
ubicaron restos de pequeñas villas localizadas en zonas
agrícolas y de pastoreo".

En el Período Formativo Medio (900 / 200
a.n.e.),
"las sociedades asentadas en el área
adquieren un carácter de sociedades de rango evidente en
la organización del trabajo corporativo para la
construcción de centros ceremoniales con arquitectura
elaborada". Simultáneamente, aparecen "tradiciones
cerámicas distintivas" dentro el área, que se
vinculan con "entidades políticas o cacicazgos simples".
Las culturas más importantes en la cuenca
del Titicaca fueron: al sur; Chiripa Temprano (1300 /850
a.n.e., península de Taraco, la región de Santiago
de Huata, Escoma, etc.) y Medio (850 / 500 a.n.e.); varios grupos
localizados en el valle de Tiwanaku y regiones circundantes como
Lukurmata (templos en varias islas de Copacabana);
al
norte está Qaluyu y al oeste los grupos
conocidos como Sillumoco temprano (900 / 200 a.n.e., Juli)
y Ckackachipata temprano (900 / 200 a.n.e.).

Todos estos grupos interactuaron intensamente, generando
componentes locales con elementos comunes en lo económico
y religioso, refiere Marcos Michel López:

Los restos arqueológicos más
importantes de esta fase son estructuras o templetes ceremoniales
semisubterráneos. Los elementos religiosos parecen haber
jugado un papel clave en la integración de las distintas
poblaciones de la cuenca. La economía de estas poblaciones
de la cuenca estuvo basada en la explotación de recursos
lacustres en la agricultura y en el pastoreo. El desarrollo de
técnicas de conservación de alimentos como la
elaboración de chuño y charque hizo posible la
acumulación de excedentes de producción por largos
períodos de tiempo y un probable uso para el intercambio
con regiones distantes de la costa, valles y tierras
bajas.

La producción de cerámica con motivos
estilísticos distintivos sirvió como un "marcador
de identidad" de tales grupos, consistiendo en la cerámica
doméstica y la suntuaria.

El Período Formativo Superior (200 a.n.e.
/ 400 n.e.)
se caracteriza por "el desarrollo de las
primeras sociedades o cacicazgos complejos en el área con
presumiblemente rango político y social hereditario y
jerarquía económica", prosigue Michel.

Las entidades políticas reconocidas en la parte
sur del lago son Chiripa tardío (500 / 200 a.n.e.),
Kalasasaya o Tiwanaku I/II (200 a.n.e. / 400 n.e.), Qeya o
Tiwanaku III (200 / 400);
en la parte oeste del lago
tenemos a Sillumocco Tardío (200 a.n.e. / 400 n.e.)
y Ckackachipata Tardío (200 a.n.e. / 400 n.e.).

En el sector norte hallamos Cusipata (500 / 200 a.n.e.) y
Pucara Clásico (200 a.n.e. / 400 n.e.).
En el
este del lago se conoce la presencia de Chiripa (Escoma,
Santiago de Huata
), que influyó a las entidades
locales.

Durante la época se dio una intensa
interacción sociocultural de las entidades
políticas asentadas en la cuenca y regiones
aledañas, compartiendo "elementos ideológicos
comunes evidentes en estructuras templarias ceremoniales y
artefactos religiosos asociados", como la tradición
religiosa Yaya-Mama
que se caracteriza por la
presencia de templos-almacén como los de Chiripa y Pucara.
Empero, existen vacíos notables en el conocimiento de
dichas formaciones económico sociales,
como refiere Marcos Michel López:

Algunos autores han sugerido que la
producción agrícola en camellones o campos de
cultivo elevado incentivada por las autoridades políticas
generó excedentes empleados en fiestas donde se
redistribuían productos así como también en
el mantenimiento de las élites y sus intereses. Las
élites controlaron fuerza de trabajo lo que
permitió la construcción de los complejos
ceremoniales y el establecimiento de centros regionales en los
que se llevaron a cabo actividades políticas,
administrativas y religiosas. Al parecer hubo una competencia
importante entre estos centros políticos, los más
prestigiosos atrajeron población en determinados
períodos mientras que otros perdieron su prestigio y
fueron abandonados. Dentro de esta dinámica Chiripa y
Pucara tuvieron gran prominencia en la cuenca pero al final de
este Período Tiwanaku ganó en prestigio y
prominencia constituyéndose en el centro más
importante de la Cuenca.

Al igual que en el precedente, este período
destaca los centros ceremoniales como los lugares más
representativos, donde figuran Chiripa, Pucara, el centro de
Tiwanaku y en Jesús de Machaca el sitio Khonkho Wankani
con monolitos.

Relata el autor Michel que Chiripa en la
península de Taraco presenta un asentamiento ceremonial
que tuvo larga ocupación durante el Período
Formativo que comenzó en 1300 a.n.e. y duró casi
hasta el 100 n.e.; estableciendo sitios cerca de las orillas del
lago, con "un fuerte énfasis en los recursos lacustres" al
sur, área de influencia. Al norte destacó
Pucara con un complejo arquitectónico de
características semiurbanas "lo cual sería
evidencia de una organización política más
compleja que Chiripa" que influenció el norte
lacustre.

  • Altiplano Central

El Período Formativo de Carangas (2000
a.n.e. / 300 n.e.)
corresponde a la denominada
Cultura de los Túmulos, Megalítica o
Wankarani,
"una de las primeras sociedades sedentarias
del altiplano central que vivían en aldeas y posiblemente
practicaban la caza, pesca y principalmente la ganadería
de camélidos y la agricultura", por el lapso de casi dos
milenios, en que se expandió más allá de la
frontera boliviana presente.

Wasson describió diez sitios enclavados entre
Patacamaya (norte de La Paz) y Orinoca (área
meridional del lago Poopó, Oruro);
con los sitios
de Wankarani (cerca de Viscachani, La Paz); Toluca (Oruro), Uspa
Uspa (Oruro), Sepulturas (Oruro), Jiquilla (Oruro), Machacamarca
(Oruro), Sora Sora (Oruro), Belén (Oruro), Santa Rosa de
Orinoca (Oruro); todas pequeñas aldeas "situadas entre
serranías emplazadas en las faldas inferiores de estas
elevaciones".

Los poblados Wankarani acostumbraban
edificar sobre asentamientos anteriores recurrentemente, lo que
dio paso a la formación de montículos con restos
habitacionales de varias épocas.
Radiocarbónicamente puede situarse a la cultura Wankarani
entre los 1500 / 250 a.n.e., "precedente a la cultura de Tiwanaku
y contemporánea a Chiripa de la cuenca lacustre del
Titicaca". Abarcó "un amplio espacio de dominio
territorial de altiplano y valles en Bolivia, cubriendo el
Altiplano Central y Sur con diferentes manifestaciones locales de
distintos períodos de duración".

Se distinguen las siguientes tradiciones: Cultura
de los Túmulos de Wankarani, Cultura de los Túmulos
de Oruro, Cultura de los Túmulos de Cochabamba y culturas
con cerámica incisa de Cochabamba y el sur de
Bolivia.

Arqueológicamente se trata de hallar en Oruro
alguna evidencia del período pretiwanaku que se
habría extendido hasta el 800 n.e. Relata Marcos
Michel:

Las evidencias arqueológicas definen un
patrón de asentamiento preliminar, una secuencia de
ocupación y una tipología cerámica. La
interpretación muestra que la cultura Wankarani
ocupó la región hacia el 1800 a.C.,
abandonándola algunos siglos antes de la aparición
expansiva de Tiwanaku. Posteriormente se habría
desarrollado una población cuya relación con
Wankarani no se ha determinado todavía, y que entre los
siglos IX y XIII habría interaccionado con Tiwanaku
imperial. Mc Andrews (…) plantea que los núcleos de
hábitat Wankarani estaban constituidos por agrupaciones de
viviendas, formando villas. Estas agrupaciones de viviendas en el
tiempo formaron los montículos arqueológicos de
coloración negruzca característicos de esta
cultura. Los sitios Wankarani habrían sido completamente
abandonados hacia el 250 d.C., habiendo cambiado la
disposición de los sitios a un patrón disperso,
correspondiente a la tradición de desarrollo local
denominada Jachakala, la que continúa hasta la
época del Intermedio tardío.

El estudio de Mc Andrews localiza al noreste del
cerro La Joya "formas básicas de contactos
con la cultura Tiwanaku". Jachakala habría representado
"un Período de nucleamiento en pequeñas zonas al
noreste del cerro La Joya" manteniendo "algún tipo de
contacto" con Tiwanaku. Tal estudio plantea dos alternativas de
reconstrucción histórico-cultural:

Primera: Después del abandono
de los sitios Wankarani, la población en la zona
habría decaído en un porcentaje mayor al 50%,
agrupándose en el sector noreste del cerro La Joya. En
este tiempo la gente de la tradición Jachakala
habría mantenido contactos limitados con Tiwanaku. En
algún momento, los asentamientos de Jachakala dieron lugar
a un patrón totalmente disperso correspondiente al
Intermedio Tardío. Segunda: Después del
abandono de los sitios Wankarani no habría existido una
baja poblacional, sino que las poblaciones se mantuvieron
relativamente constantes o comenzaron a crecer,
dispersándose en nuevos sitios que son definidos como
correspondientes al Intermedio tardío, en ese caso
Jachakala no representa una fase
arqueológica.

En las llanuras inundables del Poopó se han
registrado "rasgos de construcciones artificiales posiblemente
utilizadas para la agricultura", con canales de drenaje al norte
de Pampa Aullagas, en la región de Ancoma.

Relata el autor Michel que Chiripa en la
península de Taraco presenta un asentamiento ceremonial
que tuvo larga ocupación durante el Período
Formativo que comenzó en 1300 a.n.e. y duró casi
hasta el 100 n.e.; estableciendo sitios cerca de las orillas del
lago, con "un fuerte énfasis en los recursos lacustres" al
sur, área de influencia. Al norte destacó Pucara
con un complejo arquitectónico de características
semiurbanas "lo cual sería evidencia de una
organización política más compleja que
Chiripa" que influenció el norte lacustre.

  • Altiplano Central

El Período Formativo de Carangas (2000
a.n.e. / 300 n.e.)
corresponde a la denominada
Cultura de los Túmulos, Megalítica o
Wankarani,
"una de las primeras sociedades sedentarias
del altiplano central que vivían en aldeas y posiblemente
practicaban la caza, pesca y principalmente la ganadería
de camélidos y la agricultura", por el lapso de casi dos
milenios, en que se expandió más allá de la
frontera boliviana presente.

Wasson describió diez sitios enclavados entre
Patacamaya (norte de La Paz) y Orinoca (área
meridional del lago Poopó, Oruro);
con los sitios
de Wankarani (cerca de Viscachani, La Paz); Toluca (Oruro), Uspa
Uspa (Oruro), Sepulturas (Oruro), Jiquilla (Oruro), Machacamarca
(Oruro), Sora Sora (Oruro), Belén (Oruro), Santa Rosa de
Orinoca (Oruro); todas pequeñas aldeas "situadas entre
serranías emplazadas en las faldas inferiores de estas
elevaciones".

Los poblados Wankarani acostumbraban
edificar sobre asentamientos anteriores recurrentemente, lo que
dio paso a la formación de montículos con restos
habitacionales de varias épocas.
Radiocarbónicamente puede situarse a la cultura Wankarani
entre los 1500 / 250 a.n.e., "precedente a la cultura de Tiwanaku
y contemporánea a Chiripa de la cuenca lacustre del
Titicaca". Abarcó "un amplio espacio de dominio
territorial de altiplano y valles en Bolivia, cubriendo el
Altiplano Central y Sur con diferentes manifestaciones locales de
distintos períodos de duración".

Se distinguen las siguientes tradiciones: Cultura
de los Túmulos de Wankarani, Cultura de los Túmulos
de Oruro, Cultura de los Túmulos de Cochabamba y culturas
con cerámica incisa de Cochabamba y el sur de
Bolivia.

Arqueológicamente se trata de hallar en Oruro
alguna evidencia del período pretiwanaku que se
habría extendido hasta el 800 n.e. Relata Marcos
Michel:

Las evidencias arqueológicas definen un
patrón de asentamiento preliminar, una secuencia de
ocupación y una tipología cerámica. La
interpretación muestra que la cultura Wankarani
ocupó la región hacia el 1800 a.C.,
abandonándola algunos siglos antes de la aparición
expansiva de Tiwanaku. Posteriormente se habría
desarrollado una población cuya relación con
Wankarani no se ha determinado todavía, y que entre los
siglos IX y XIII habría interaccionado con Tiwanaku
imperial. Mc Andrews (…) plantea que los núcleos de
hábitat Wankarani estaban constituidos por agrupaciones de
viviendas, formando villas. Estas agrupaciones de viviendas en el
tiempo formaron los montículos arqueológicos de
coloración negruzca característicos de esta
cultura. Los sitios Wankarani habrían sido completamente
abandonados hacia el 250 d.C., habiendo cambiado la
disposición de los sitios a un patrón disperso,
correspondiente a la tradición de desarrollo local
denominada Jachakala, la que continúa hasta la
época del Intermedio tardío.

El estudio de Mc Andrews localiza al noreste del
cerro La Joya "formas básicas de contactos
con la cultura Tiwanaku". Jachakala habría representado
"un Período de nucleamiento en pequeñas zonas al
noreste del cerro La Joya" manteniendo "algún tipo de
contacto" con Tiwanaku. Tal estudio plantea dos alternativas de
reconstrucción histórico-cultural:

Primera: Después del abandono
de los sitios Wankarani, la población en la zona
habría decaído en un porcentaje mayor al 50%,
agrupándose en el sector noreste del cerro La Joya. En
este tiempo la gente de la tradición Jachakala
habría mantenido contactos limitados con Tiwanaku. En
algún momento, los asentamientos de Jachakala dieron lugar
a un patrón totalmente disperso correspondiente al
Intermedio Tardío. Segunda: Después del
abandono de los sitios Wankarani no habría existido una
baja poblacional, sino que las poblaciones se mantuvieron
relativamente constantes o comenzaron a crecer,
dispersándose en nuevos sitios que son definidos como
correspondientes al Intermedio tardío, en ese caso
Jachakala no representa una fase
arqueológica.

En las llanuras inundables del Poopó se han
registrado "rasgos de construcciones artificiales posiblemente
utilizadas para la agricultura", con canales de drenaje al norte
de Pampa Aullagas, en la región de Ancoma.

La expansión formativa de
Carangas
fue dirigida hacia distintas regiones de
Bolivia, Chile y Argentina.

  • Altiplano Sur

El Período Formativo en Lípez (1500
a.n.e. / 200 n.e.)
es muy poco familiar,
planteándose hipótesis de vinculaciones con
Wankarani y el noroeste argentino.

  • Valles De La Paz

El Período Formativo (2000 a.n.e. / 1200
n.e.)
en los Valles del norte de La Paz, alberga
hipótesis acerca del origen de la tradición
Mollo a partir de una expansión
tiwanakota, dada la importancia de los valles mesotermos en este
período, donde Tiwanaku "también tuvo influencia en
la región al superponerse a tradiciones formativas locales
y en una época tardía formar Mollo".

  • Valles De Cochabamba

El Período Formativo de los Valles de
Cochabamba (2.000 a.n.e. / 600 n.e.)
se halla
continuamente investigado. Se caracteriza por la presencia de
asentamientos humanos permanentes. Han sido identificadas hasta
hoy tres subtradiciones: la del valle central, la del
área sureste y los Yungas del Chapare.
Relata
Marcos Michel:

En el valle central se definió la
ocupación formativa entre el 1050 a.C. – 600 d.C., siendo
los sitios representativos Sierra mokho y Quillacollo y se
evidenció una relación de continuidad en cuanto a
materiales cerámicos con el este de Oruro. En el
área sur-este que abarca también parte del norte de
Chuquisaca la secuencia abarca desde el 1600 a.C. hasta el 200
d.C. Los sitios representativos son Mayra Pampa, Conchupata y
Yuraj Molino. Aquí los datos indican la existencia de
cierta especialización con la producción de
cerámica y en el trabajo de metales. También existe
una posible incipiente jerarquía social manifiesta en los
entierros que contienen diferentes ajuares funerarios compuestos
por cerámica, artefactos metálicos de cobre y
plata, además de piedras semipreciosas. Muchos de estos
elementos provienen de regiones distantes indicando una
interacción con estos lugares.

Alrededor del año 200 aparecen estilos
cerámicos pintados como Tupuraya, Mojocoya y
Sauces
que aparentemente provienen de otras regiones
(este) y coexisten con el "fenómeno" Tiwanaku en
Cochabamba, temporalmente. Se asume que la organización
social fue simple, dotada en villas con economía
agropastoril, aunque la variedad es tal que supone distintas
trayectorias de desarrollo.

  • Valles De Chuquisaca

La tradición estilística
Yampara parece ser matriz de las posteriores,
observando un origen Arawak que penetró
los valles bolivianos hacia el formativo tardío,
evidenciando así raíces migratorias de tierras
bajas hacia tierras altas en la prehistoria
, razón que
nos lleva a pensar que la hipótesis acerca del
carácter milenario del país resulta muy
acertada.

Existen además la cerámica Omereque,
Chicha Bicromo, Mojocoya tricolor.

  • Valles de Potosí

El Período Formativo de los valles del sur
(1200 a.n.e. / 600 n.e.)
ha sido poco estudiado hasta
tiempos recientes. Para los valles altos y medios de Yura "se
describen los asentamientos correspondientes a este
período como lugares ubicados en la base de los valles
cerca de los ríos presentando viviendas de planta
circular" cuyo material se asemeja al de Wankarani, Chullpapata
(Cochabamba) y el noroeste argentino. Churquini Chullpa
Playa
es uno de los yacimientos más
representativos de la región.

Para Leqoc y Céspedes el sitio es evocativo de
los "pueblos constructores de túmulos" de
Wankarani.

  • Valle De Tarija

El Período Formativo Tarija Inciso (2000
a.n.e. ¿?)
se ubica en la quebrada de Lourdes, al
norte del Río Guadalquivir. Para Dick Ibarra Grasso, el
Tarija Inciso pertenece a la etapa de los agricultores andinos
posteriores a Wankarani (1000 a.n.e. / 500 n.e.).

  • Yungas

Destaca el control vertical/horizontal de pisos
ecológicos iniciada en el Período Formativo (2.000
a.n.e.), con énfasis en infraestructura
caminera.

  • Santa Cruz

El Período Formativo de Santa Cruz (400
a.n.e. / 100 n.e.),
se ha identificado "como parte de
tradiciones de larga duración desde la aparición de
la cerámica y agricultura, hasta la llegada de los
españoles en el sitio arqueológico de
Grigotá en la ciudad de Santa Cruz y en la región
Chiquitana de Don Mario", anota Michel.

  • Chaco

Existe poca información sobre la etapa de
poblamiento del Chaco en las épocas precolombinas.
"Resalta una amplia diversidad cultural y lingüística
que encuentran los españoles", de grupos en guerras
continuas, como los Guaraní Chiriguano o grupos
esclavizados ("guaranizados").

"Una capa temprana de poblamiento arawak" fue
identificada por los franciscanos del siglo XVI en las
últimas estribaciones del macizo andino, los
Tapieté, Tapuyes y Tapiis, también los
Chané.
También los tapiete relacionados
con los Matacos, Chorotis y Tobas; Guaycurú y
Ayoreode;
estas últimas tres transhumantes, antes
de la llegada de los Guaraníes Chiriguanos al Chaco
boliviano, ocupantes del piedmont entre Chaco y los Andes,
además de la región de los bañados del
Izozog en Santa Cruz.

  • PERÍODO DE LAS ALTAS CULTURAS:
    TIWANAKU (400 A.N.E. / 1.200 N.E.)

En esta etapa, debe considerarse a
Tiwanaku en el rango de las primeras
"configuraciones estatales andinas" relata Michel López.
Según Ponce Sanjinés, Tiwanaku fue un "verdadero"
estado con organización clasista y economía
agrícola
.

Tiwanaku tuvo tres estadios de paso histórico:
aldeano, urbano e imperial.

También se habla de Tiwanaku tal cual una
"confederación comercial, basada en el establecimiento de
redes de intercambio intrarregionales que convergían en el
sitio capital de Tiwanaku". Así:

Actualmente la discusión de la naturaleza de
Tiwanaku está centrada en dos posturas, por una parte Alan
Kolata (1993) sostiene que Tiwanaku fue un Estado centralizado
con importantes bases agrarias, especialmente la
producción agrícola en campos de cultivo elevados,
controladas por un aparato burocrático estatal. La otra
postura sostenida por Juan Albarracín Jordán (1996)
mantiene que Tiwanaku fue un Estado organizado segmentariamente,
es decir que las decisiones políticas y administrativas no
estaban centradas solamente en la capital. Por el contrario,
existirían diferentes niveles de decisión
autónoma locales.

Este modelo "también enfatiza las estructuras
organizativas andinas como el ayllu y proyecta estos principios
para entender la naturaleza del Estado".
Queda claro,
entonces, que entre los años 400 / 800 n.e., prosigue
nuestro autor:

Tiwanaku alcanza una organización estatal
evidente en un patrón de asentamiento jerárquico
cuatripartito a nivel regional, con centros de primer, segundo,
tercer y cuarto orden, establecidos de acuerdo al tamaño,
función y status de cada sitio. Este patrón estuvo
directamente relacionado con los sistemas de producción
agrícola tanto en el valle de Tiwanaku como en Koani Pampa
y otras áreas del lago.

Tiwanaku alcanzó su máximo
apogeo entre los años 800 a 1.100 n.e., extendiendo
su influencia por gran parte de los Andes:

Este estado se expandió a través de
distintos mecanismos que variaron de acuerdo a las regiones y a
la complejidad de las entidades políticas asentadas en
distintos territorios. En algunos casos Tiwanaku
estableció colonias para la explotación de recursos
complementarios como en Moquegua mientras que en otros
logró alianzas con élites locales creando
relaciones de dependencia, o interacción económica
a larga distancia. Los mecanismos integrativos de tipo religioso
que tuvieron su origen en el período Formativo fueron de
gran importancia para unificar a las poblaciones de la cuenca
dentro del Estado Tiwanaku. Una serie de ceremonias se
establecieron para crear lazos ideológicos e identidades
compartidas.

Como anota Bermann, la periodicidad y repetición
constante de las mismas "vinculadas a una red de centros
ceremoniales fueron de gran importancia en este
proceso".

Entre los años 800/1100 se produjo "un
crecimiento generalizado de la urbe de Tiwanaku y los
asentamientos de esta cultura". La urbe presenta en Tiwanaku un
centro cívico ceremonial "con impresionantes estructuras"
construidas en piedra labrada y adobe:

Entre ellas destacan la pirámide de Akapana,
el templete semisubterráneo, Kalasasaya, y los palacios de
Putuni y Kerikala. Esta parte central se encontraba rodeada por
áreas residenciales o barrios, áreas de
producción especializada como talleres cerámicos,
líticos y otras facilidades. En los últimos
años se han realizado excavaciones en todos estos sectores
y se ha recuperado información sobre la vida cotidiana, la
organización doméstica, cultura material y aspectos
sociopolíticos e ideológicos (Alconini 1995,
Janusek 1994; Kolata 1993; Manzanilla y Woodard 1990; Rivera
1994).

Durante este Período "proliferan los sitios
Tiwanaku en toda la cuenca del Titicaca y áreas vecinas";
sitios que incluyen "centros administrativos y ceremoniales" como
Lukurmata, Khonkho Wankani y Tumatumani;
además de "infinidad de sitios menores".

Tiwanaku fomentó "la intensificación
agrícola en andenes, camellones y qochas"; logrando una
enorme transformación del paisaje circunlacustre y zonas
aledañas.

Alrededor del año 1100 Tiwanaku se
desintegró estatalmente "por causas aún no muy bien
entendidas", probablemente "una serie de factores sociales,
ruptura de alianzas y cambios climáticos adversos hayan
coincidido creando situaciones insalvables que produjeron la
caída de esta entidad política".

Durante la época de desarrollo de Tiwanaku
existieron varias sociedades emplazadas en diversas áreas
geográficas que interactuaron de muchas formas con tal
estado y "llegaron a conformar Señoríos y
confederaciones de carácter preestatal". De tal forma,
este período no se refiere únicamente a Tiwanaku,
sino a "un lapso en el que diferentes culturas interactúan
entre sí con particularidades propias" que a
continuación estudiaremos.

  • Altiplano Norte

Tiwanaku (400 a.n.e. / 1.200 n.e.)
comenzó su proceso de crecimiento y prestigio durante el
Formativo Tardío, época en que se supone la
construcción de su centro ceremonial, así como el
establecimiento de colonias o enclaves en varios pisos
ecológicos para tener acceso a la biodiversidad
complementaria, especialmente maíz.

Para el autor, probablemente hubo "distintas formas de
organización de ayllus y markas (pueblos)"
que "conformaron distintas coaliciones dinámicas que se
articulaban y desarticulaban de acuerdo a las circunstancias".
Las coaliciones fueron variables en su espacio/tiempo, pero "se
ajustaron a ciertos preceptos y estructuras organizativas en las
que la reciprocidad, el dualismo y la organización
jerárquica inclusiva eran los ejes organizativos
mayores".

La parte central se hallaba rodeada por áreas
residenciales o barrios, áreas de producción
especializada "como talleres cerámicos, líticos y
otras facilidades". Se estima que durante su apogeo Tiwanaku
alcanzó una extensión de 8 km2.

Durante este período proliferaron los sitios
Tiwanaku por toda la Cuenca del Titicaca y
áreas vecinas; sitios que incluyen centros secundarios de
orden administrativo y ceremonial como Lukurmata, Khonkho
Wankani y Tumatumani,
además de muchísimos
sitios menores, todos con la presencia de templos y áreas
residenciales considerables.

Tiwanaku, a través de su
política, "fomentó la intensificación
agrícola en andenes, camellones y qochas" que
transformaron notablemente todo el paisaje de las orillas del
Titicaca, áreas vecinas de inundación, por la
construcción de camellones y otros rasgos
agrícolas.

  • Altiplano Central

El Período Carangas (300 n.e. /
1200)
ha sido presentado como un desarrollo
autónomo posterior al período Formativo de
Wankarani, sostiene Marcos Michel López:

De acuerdo a los trabajos de Mc Andrews, la
tradición formativa se desarrolló hasta
aproximadamente el 300 d.C., posteriormente el patrón de
asentamiento varía a asentamientos dispersos. Los
asentamientos dispersos de Carangas son otra constante de una
tradición que se desarrolla hasta épocas del
Intermedio Tardío (100-1450 d.C.), cuando los poblados se
nuclean en las denominadas Pucaras o fortalezas. Ese
fenómeno es común en todo el altiplano y valles de
Bolivia y corresponde a una época conflictiva en la que se
constituyeron una especie de feudos señoriales descritos
también en las crónicas. La mayoría de los
sitios Carangas presentan una superposición Inka
evidenciada en cerámica de esta
tradición.

La ingente cantidad de sitios Carangas "salpicados en el
Altiplano Central" da cuenta del patrón disperso de
poblamiento que probablemente sea temprano.

Existieron también conglomerados poblacionales
mayores denominados "ciudadelas" por su
carácter urbano, refiere Marcos Michel
López:

Los poblados se construyeron en altura y parecen
más bien estar relacionados a un carácter religioso
y de culto a huacas de origen. Quillacas, Pumiri y Macaya se
localizan en zonas de espectacular belleza natural y son
considerados hasta la actualidad centros religiosos andinos de
primer orden. Aunque estas ciudadelas conservan el
carácter defensivo de las Pucaras, con muros de
protección y circunvalación de los "barrios", su
posición cerca de las planicies las diferencia de las
pucaras construidas en alturas de difícil acceso. La
disposición de las casas circulares es de agrupaciones que
forman barrios. (…) Macaya es posiblemente una antigua
capital Carangas, posee una pucara de esta época, aunque
gran cantidad de material se halla disperso en las planicies
aledañas.

Las ciudadelas fueron desarrolladas en áreas de
antiguo poblamiento Carangas, "mencionadas como capitales
también en las crónicas y documentos coloniales".
En tanto que las "pucaras" fueron ciudadelas construidas en
cerros de acceso complicado. Los chullpares y enterramientos en
cuevas constituyen otro rasgo de Carangas, que se había
expandido hacia la costa.

El Señorío Intersalar de Uyuni
se ubicó en la frontera entre Oruro (Provincia Cabrera) y
Potosí (Provincia Daniel Campos
). En él se
registraron 110 sitios de ocupación prehispánica,
que arrojan un modelo explicativo de asentamientos
precolombinos:

La región fue sede de una ocupación
durante un período anterior al Intermedio Tardío,
aún no bien definido, eran grupos pastorales
seminómadas de origen no determinado, practicaron la
trashumancia entre las tierras altas y bajas a través de
los valles de Isluga y Tarapacá hacia la costa del
Pacífico. A principios del Intermedio Tardío
(+-1000 d.C., época post-Tiwanaku) estos grupos se
sedentarizaron, intensificando los contactos
interecológicos entre el altiplano y los valles costeros
de Atacama, Tarapacá y Arica, basados fundamentalmente en
circuitos de caravanas llameras, facilitando así el
intercambio y difusión social, técnica y
religiosa.

Sobre este tema se ha señalado que ya hacia
aproximadamente el año 1200 a.n.e. se instauró "un
sistema de intercambio entre distintos pisos ecológicos
(valles, puna, costa) impulsados por pueblos de cultura
Wankarani".

Entre los años 500 y 700 n.e. "una serie de
pueblos se asentaron cerca de fuentes de agua sobre las riberas
bajas y medias del salar de Uyuni", nucleándose bajo un
patrón circular, la base "de las federaciones
multiétnicas que ocuparon el área meridional de la
región intersalar"; identificándose a los pueblos
Quillacas, Puquinas y Aullagas.

A fines del Horizonte Medio (800 a 1000
n.e.)
"estaba consolidada la explotación vertical
o control de un máximo de pisos ecológicos"
mediante cuyo contacto se facilitó la difusión de
la cerámica de la región Intersalar, definida como
Yura y Uruquilla por Ibarra Grasso.

  • Altiplano Sur

Se ha establecido una relación directa con
Atacama. Se afirma que la zona jamás fue "conquistada" por
Tiwanaku.

  • Valles De Cochabamba

La presencia de Tiwanaku desarrolló un estilo
provincial conocido como Tiwanaku Derivado de
fuerte contenido local en Capinota y Mizque, donde fueron
establecidos enclaves para la provisión de maíz y
otros productos locales hacia el altiplano, sin modificar los
patrones tradicionales de asentamiento.

  • Valles de Potosí

El Horizonte medio (600 a.n.e. / 1100
n.e.)
se caracteriza en Potosí "por un temprano
desarrollo relacionado a la época del Formativo, poco
conocido, y al diverso desarrollo de culturas locales", entre las
que se halla la Cultura Chicha (que ya se hallaba
desarrollada el año 950 n.e.)
y sus variantes
regionales cuya continuidad se prolongó hasta la
época de influencia Inka.

El patrón común de asentamiento
corresponde a un mismo estadio cultural de la tradición
sureña, representado por variantes cerámicas
regionales: pucaras o fortificaciones estratégicamente
situadas en lugares defensivos, asociadas a terrazas de cultivo.
También se construyeron andenes de cultivo en laderas
aledañas a las poblaciones en relación a fuentes de
agua permanentes de los ríos, donde se cosechó
papa, maíz y quinua. La tradición cultural
también se remite a la ganadería, textiles y
fundición de cobre y plata.

Entre los sitios más representativos tenemos a
Caima Cuchu, Totora (con dos ayllus urbanos), la
Cerámica Chicha, Yura, Huruquilla, Tacora (gran
federación regional de variantes locales influenciada por
Tiwanaku).

  • Valle De Tarija

Existen restos correspondientes al período
decadente de Tiwanaku.

  • Yungas

Destaca el hallazgo de un huaco retrato en Coroico,
cuyos decorados se asemejan a Tiwanaku. También el sitio
de Pukur Pata (3.200 m.s.n.m.) cerca de Chucura, con
características Tiwanakotas.

Las evidencias de la presencia de Tiwanaku en Sud
Yungas
"son contundentes y varios investigadores
atribuyen este fenómeno al control sistemático de
la región para la producción agrícola desde
épocas tempranas de esta cultura". Entre tales evidencias
hallamos a Ovejuyo (barrio de La Paz) que posee
un camino correspondiente a la fase expansiva de Tiwanaku, que
comunica los valles de Ánimas y Choqueyapu; el Takesi y
Lambate.

  • Río Beni

Se ha evidenciado la presencia de raíces
Arawak en la zona.

  • INTERMEDIO TARDÍO: DESARROLLOS
    REGIONALES (1.100 / 1.470)

Se denominan desarrollos regionales "a
aquellas tradiciones arqueológicas que tienen su origen en
tradiciones locales del período post Formativo" y
"continúan con características propias hasta la
llegada de los inka en el altiplano y valles de Bolivia y la
llegada de los españoles y Guaranís en las tierras
bajas"; refiere Michel López:

En el Altiplano de Bolivia este período se ha
denominado Intermedio Tardío, post Tiwanaku, de
Señoríos y/o Reinos, considerando referentes
etnohistóricos que hacen mención de pueblos
disgregados viviendo en continuas disputas, conformando Reinos
gobernados por Señores. El período ha sido
denominado también época post Tiwanaku, por la
creencia de que el imperio Tiwanaku fue su origen ancestral y que
a la caída de este estado se dispersaron agrupaciones
sociales, que sin poderse organizar bajo el poder del estado
conformaron los señoríos. Aunque esta
definición ha tenido mucha aceptación debemos
reconocer que muchos de los denominados señoríos
tuvieron poca o ninguna influencia de Tiwanaku, habiendo surgido
de un proceso local.

La etnohistoria define a los señoríos del
altiplano como "entidades regionales que agrupaban varias tribus
en relación a un señor, con idioma, territorio y
menaje cultural propio", es la misma "revisión de
documentos y crónicas que nos plantea grandes
incógnitas sobre su verdadera
configuración".

La intervención Inka en el Kollasuyo
influyó bastante en la reestructuración de dichas
entidades, "fortaleciéndolas en algunos casos y
desestructurándolas en otros, con políticas de
movilización, cambio y destierro de poblaciones a grandes
escalas". Por ello, los documentos coloniales muestran la
complejidad de difícil elucidación como figura
histórica. Ergo:

Los grandes señoríos del Altiplano
fueron entidades de carácter dual ligadas por lazos
consanguíneos de parentesco y estrategias de
confederación, poseían territorios discontinuos (en
diferentes lugares) y zonas de explotación en el
altiplano, los valles de la costa y las vertientes orientales. Se
dice que las cabeceras de gobierno y control de estos
señoríos se encontraban en las tierras altas y que
eran dirigidas por un poder dual
masculino-femenino.

Pocos han sido los estudios arqueológicos
relativos a este período en el altiplano boliviano, aunque
aportan muy significativa información:

El registro arqueológico ha identificado
características comunes de patrón de asentamiento
en esta época, como ser: Patrón de asentamiento
disperso, construcción de "pucaras" o fortalezas,
entierros en tumbas subsuperficiales o Chullpas y nuevas
orientadas hacia el poniente, viviendas circulares con cimientos
de piedra, uso de corrales, construcción de terrazas de
cultivo, uso de silos, pudiéndose inferir a través
de la parafernalia ritual de enterramiento que existían
diferencias de jerarquía, posiblemente entre la clase
gobernante y los gobernados.

También se aprecian notorias diferencias en la
arquitectura, cerámica y textiles entre las diferentes
zonas del altiplano, que se identifican con la regionalidad de
los grandes señoríos o reinos
altiplánicos.

Se han identificado los grupos cerámicos
Pacajes (coincidentes con la etnia del mismo
nombre); Carangas (que exceden al territorio
histórico de los Carangas, pero en la misma
región); Intersalar (muy poco conocidos
hasta Lecoq 1990); Mallku (que sin haber
conformado un señorío propiamente dicho,
corresponden a esta época con sus variantes
locales).

En los valles y tierras bajas se conocen otras
configuraciones sociales y desarrollos
regionales.

  • Altiplano Norte

"La fragmentación de Tiwanaku dio paso al
surgimiento de varios grupos políticos autónomos en
el área circunlacustre, los cuales son conocidos como
señoríos o reinos aymaras",
refiere
Marcos Michel López.

La versión más consistente señala
la invasión de grupos aymaras provenientes del norte
(Perú) y sur (Chile) del área andina, "que
influyeron en la caída de Tiwanaku y en el desplazamiento
de la población originaria de habla puquina por grupos
guerreros aymara parlantes" originados en el altiplano sur y
ciertos valles al norte de Chile.

Existen documentos que sugieren migraciones aymaras
venidas del sur, como sucede con los Lupaqas y
del norte con los Collas.

Pero también arqueológicamente pueden
obtenerse continuidades, como es el caso de la cerámica
Tiwanaku en la del pueblo Pacaje, que
habría continuado con el patrón de asentamiento
tiwanakota, "la ocupación de los mismos sitios y con los
campos agrícolas y el uso de técnicas
agrícolas como el cultivo de camellones, terrazas
agrícolas y qochas".

Los diversos grupos políticos establecidos
sobre "identidades étnicas preexistentes"
en la cuenca
del Titicaca fueron principalmente los Pacajes, Lupaqas y
Collas.
Prosigue Marcos Michel López:

Este Período se caracteriza por una amplia
competición por territorios, recursos y poder
político entre entidades locales, situación
manifiesta en la construcción de sitios defensivos o
pukaras. La intensidad de la competencia y conflicto varió
entre regiones, es así que en el valle de Tiwanaku la
existencia de pocos de estos sitios sugiere conflictos
esporádicos mientras que en la región Lupaqa, la
presencia de grandes y complejos sitios defensivos estaría
indicando una situación de conflicto más acentuada.
En estas sociedades los principios de organización en
torno a jerarquías inclusivas se hacen evidentes con la
organización dual y la presencia de distintos niveles
jerárquicos en los que se agrupan ayllus menores y
mayores. La naturaleza segmentaria de estas sociedades
permitió la presencia de distintos grupos étnicos a
su interior lo cual está reflejado en particulares
variaciones regionales en los motivos decorativos de la
cerámica, y en diferencias constructivas y de estilo entre
edificios de distintos asentamientos.

Los grupos aymaras tuvieron un
patrón de asentamiento disperso "con la presencia de
sitios centrales y continuaron usando tecnologías
agrícolas como camellones y andenes"; sin embargo; la
ganadería "adquirió una importancia mayor dentro de
la economía".

Destacan las pukaras o fortalezas en la
región Lupaqa y Pacaje, pertenecientes al Intermedio
Tardío, localizadas en laderas y cimas montañosas.
Por su diámetro de hasta 30 has. pueden considerarse tales
sitios como ciudadelas con áreas
residenciales, murallas defensivas y corrales, que se hallan a
una altura que oscila entre 4100 y 4400 m.s.n.m.

También destacan las chullpas de
piedra
en la región Lupaqa y Colla.

  • Altiplano Central

Durante el Intermedio Tardío (1000 / 1400
n.e.),
la dinámica poblacional Carangas se
expande alrededor de recursos y fuentes hídricas,
concentrándose en ellos, refiere Marcos Michel:

Los tres tipos de establecimientos son:
asentamientos en las partes bajas, medias y altas de vertientes,
organizados con una presencia a modo de islas. La densidad
demográfica alcanzada durante este período
determinó el uso de técnicas agrícolas que
proporcionaron excedentes de producción. Lecoq (1991)
postula que entre los años 1000 a 1200 d.C. se encontraron
poblaciones Puquina – Colla en la región intersalar,
aparentemente portadoras de una tradición Tiwanaku. Hacia
el siglo XIII la Cordillera Intersalar es un sitio compartido por
muchas confederaciones étnicas de origen aymara o
controladas por aymaras.

A partir de 1450 n.e. la región
es controlada por los Inkas, "estratégicamente localizados
en notables feudos y ciudadelas", habiéndose producido
probablemente una reorganización del sistema productivo
sin que los Inkas hayan ocupado físicamente la zona. Este
modelo administrativo Inka "se evidencia en la
construcción de importantes centros de almacenaje
estratégicos".

  • Altiplano Sur

Los Desarrollos Regionales de Lípez (900
/1450 n.e.)
marcan la continuidad entre el
período lítico y la época tardía
preinkaica. La introducción de la cerámica y el
desarrollo de prácticas agrícolas "originó
la sedentarización y el crecimiento de sociedades
agropastoriles completamente adaptadas a las extremas condiciones
de frío y sequedad de la región". Una de tales
manifestaciones fue denominada Mallku; junto a
otras de amplia diversidad y mayor grado de adaptación al
medio por los habitantes de Lípez.

Las principales características del denominado
Señorío Mallku pueden resumirse
como sigue: el patrón de poblamiento corresponde al
asentamiento sedentario en núcleos mayores (Mallku) y
secundarios con recintos habitacionales aislados en medio de
cuadros agrícolas; existieron sitios de fortificaciones
defensivas en valles costeros controlando sectores
agrícolas y rutas comerciales a la costa; y las tumbas
fueron hechas en aleros y chullpas. Refiere Marcos
Michel:

Lípez habría sido parte de un extenso
territorio que incluía el desierto de Atacama y que
albergaba a grupos de cazadores y recolectores, quienes
articulaban su patrón de movimiento con los ciclos
naturales de los recursos. Este patrón se mantuvo
íntegro hasta la llegada de grupos agro alfareros, los que
posiblemente establecieron territorios discontinuos, integrados a
sistemas productivos agrícolas de alcance regional,
incluyendo los valles costeros y orientales. Este sistema se
articulaba mediante caravanas llameras que facilitaban el
contacto para el intercambio de producción y la
movilización.

El patrón de asentamiento y las
características de los sitios arqueológicos
"evidencian un proceso complejo de desarrollo de técnicas
agropastoriles adaptadas a ecozonas distintas", que son las que
siguen: Zona norte de Lípez (margen sur del Salar de
Uyuni),
con zonas residenciales que sugieren relaciones
jerárquicas entre asentamientos, con presencia de
cerámica Yura, Colla y Chillpe; Zona Sureste de
Lípez (Cantones orientales de Nor y Sud Lípez)

con poblados a orillas de aguas permanentes con tipos
cerámicos Mallku, Chillpe, Colla, Yura, Puquó,
Tarija Inciso y Yaví-Chicha.

Zona Suroeste de Lípez de "concentraciones
de extensión reducida", asociadas a vegas de agua y
asentamientos pequeños de viviendas ocupadas temporal o
estacionalmente. La mayoría de los sitios pueden
interpretarse como campamentos caravaneros. Región
de San Cristóbal Distrito Colcha "K" de Nor
Lípez),
que incluye campamentos temporales de
pastores "que mantenían un complejo sistema de
rotación de territorios, integrando una economía
pastoril con una limitada producción agrícola". Las
cerámicas presentes son: Lampaya, Colque, Quispe y
Jayula.
Se conoce una expansión hacia los
márgenes del Río Loa.

Valles De La Paz

La Cultura Mollo (1200 / 1480 n.e.), "se
distingue por sus notables ciudadelas de piedra situadas
estratégicamente entre las quebradas de los valles
mesotermos de los Andes, a la altura del río Llika y
subsidiarios en la provincia Muñecas del departamento de
la Paz". Las ciudades Mollo fueron "edificadas
magistralmente en laderas de pendientes abruptas, mediante la
construcción de plataformas escalonadas y muros de
contención", provistas de canales de agua.

Entre sus principales asentamientos, citamos Cari
(confluencia de los ríos Lokomayu y Llika); Chunkawasioj
(cerca de Cari); Mamakoru (aguas abajo del Llika) y Pukanwaya
(confluencia de los ríos Kankorani y
Llika).

Una de las características primordiales de la
cultura Mollo reside en las "extensas construcciones de terrazas
agrícolas en las laderas de quebradas de los ríos",
hechas de rocas en la base, recubiertas de humus y sujetas a
muros construidos de pizarras. Probablemente sirvieron para el
cultivo de maíz y papa.

La posición intermedia de Mollo entre el
altiplano y las llanuras orientales convierten a esta cultura en
una síntesis de conocimientos andino-amazónicos
"que les permitían vivir y aprovechar de los distintos
pisos ecológicos que ocupaban, además de servir de
nexo con las culturas de la selva".

Valles De Cochabamba

La continuidad de patrones de asentamiento previos
muestra que el período de Tiwanaku y los
Desarrollos Regionales de Cochabamba (600 / 1100 n.e.)

fue de independencia socioeconómica y la influencia
habría sido más bien cerámica, logrando una
mixta con estilos cerámicos locales como Tupuraya,
Mojocoya, Quillacollo y Sauces,
aproximadamente del 600
al 800 n.e. Posteriormente aparecen los estilos Omereque,
Karaparial, Yampara y Mizque Tiwanaku.

Durante el Período Intermedio
Tardío o de Desarrollos Regionales Tardíos (1100 /
1470),
se brinda una profusión de estilos
regionales, como el Ciaco, Yampara, Mizque Tiwanaku, etc. Los
datos etnohistóricos refieren la presencia de diversos
gripos regionales en la época: Chuyes, Cotas,
Sipe-Sipes y Poconas.

Valles de Potosí

El Desarrollo Regional (800 / 1450) se
ubica en laderas bajas y medianas cerca de los ríos,
pendientes y cimas de montañas, mostrando asentamientos
diferentes y complejos de sectores residenciales, mortuorios, de
almacenaje y defensa. Destaca la cerámica Yura
Foliáceo y Condoriri (Chaki, Porco).

Valle De Tarija

Esta cultura representaría un
"Señorío de desarrollo regional" correspondiente al
período Post – Tiwanaku (1200 n.e. / 1450), de origen
migratorio desde los señoríos lacustres "dentro de
un limitado espacio en el valle del mismo nombre, con
asentamientos de tipo urbano y habitacional relacionados a campos
agrícolas" donde "fortalezas o pukaras controlarían
dichos asentamientos desde puntos estratégicos al norte;
Pucara de Tomatas y al sur del valle Pukara del Zaire". Se
obtuvieron los complejos urbanos de San Mateo y
Canasmoro.

  • Yungas

Son pocos los datos acerca de la ocupación de
Yungas en tiempos de los señoríos
altiplánicos, relata Marcos Michel:

La información de acuerdo a las
crónicas, según Garcilazo de la Vega, afirma que el
cuarto Inka Mayta anexó el sector Kollasuyo del Collao al
imperio del Tawantinsuyo instalando mitmaqkuna en los valles y
Yungas orientales al pie de la sierra nevada de los "Antis".
Huayna Capac realizaría el ordenamiento de estas tierras
con la finalidad de lograr una expansión de conquista
hacia el pie de monte amazónico. Los "Yunga" se
establecían en los valles de Copan, Llica, Challana,
Chapaca, Zongo del Peri (Coripata) y Chapi Yungas (Chulumani)
como mitmaqkuna originarios de las etnias andinas del Collao
reconocidos por el Inka.

Los documentos coloniales denotaron diversas lenguas y
tradiciones culturales originarias anteriores a la llegada de los
Inka, prosigue Marcos Michel:

Los indios "Yunga" de las vertientes orientales de
los Andes han sido mencionados en diferentes crónicas
ocupando los valles de los afluentes superiores del Mapiri y del
Bopi, claramente diferenciados de los "Yungas" de la vertiente
occidental del Pacífico. También Loza menciona a
los "Quinua", cuya identidad podría estar ligada a los
denominados "Yunga". Los Quinua son identificados como habitantes
de los valles superiores del Bopi en el siglo XVI y la palabra
Quinua puede tener dos significados en aymara: qirua = mercader
de coca y qherua = valles templados. Los Quinua constituidos como
un señorío con cabecera en el valle de Uyuni al sur
de La Paz, controlaban un cruce ecológico desde las altas
pendientes de la cordillera real hasta los Chapi Yungas de
Chulumani mediante el camino del Takesi y otros
caminos.

Se desconoce si los Yunga y Quinua son originarios de la
zona o si constituyeron señoríos. Empero, las
evidencias arqueológicas resultan elocuentes, refiere
Marcos Michel:

Las pucaras o fortalezas Pukara Punta y Jiska Ilampu
son avanzadas de grupos andinos en los Yungas, localizadas en
posiciones estratégicas para el control y
protección de sus poblaciones y recursos, al igual que en
el altiplano. Ambas se localizan en alturas mayores a los 3600
m.s.n.m. y presentan caminos de acceso de elaboración
simple que parten del camino central del Choro, el acceso a las
fortalezas está protegido por escarpadas elevaciones. El
patrón de asentamiento es de casas circulares dispersas en
plataformas pequeñas en el caso de Pukara Punta debido a
lo escarpado del sitio y amplias en Jinja Ilampu porque el sitio
se encuentra en una cuchilla trabajada en varias plataformas
escalonadas, posiblemente para uso
agrícola.

El arte rupestre se halla presente en ambos sitios.
Otros correspondientes a este período son Huacani,
Williwaya y Tankani (Cotapata).

A modo de conclusión, se podría sostener
que "la intervención de grupos andinos en los Yungas fue
un hecho relacionado a la explotación de control de un
máximo de pisos ecológicos", siempre ligada a
interrelaciones de armonía y conflicto con habitantes de
tierras bajas.

En Sud Yungas puede probarse la
presencia altiplánica Pacaje y otro grupo étnico
local, probablemente los Quirua, ligados a los
"Yunga".

  • HORIZONTE TARDÍO: PERÍODO INKA
    (1470 / 1532)

"La expansión Inka en Bolivia es
todavía un tema con muchos vacíos", relata
Marcos R. Michel
López
[48]Según Rowe, la
ocupación Inka del sur del Titicaca se habría
realizado a partir de 1471 por Topa Inka; Parssinen, Meyers y
otros investigadores han sugerido que dicha expansión se
habría efectivizado antes "mediante intercambio y liego
alianzas". Parssinen indica que tal expansión se pudo
haber desarrollado hacia 1450, "una generación antes que
Topa Inka, a través de contactos políticos e
intercambio de regalos con los Aymara. En todo
caso, los trabajos acerca de caminos inka son el primer dato de
contacto y expansión cultural:

Raffino aportó significativa
información a partir de la inferencia de dos ramales inka
en los valles del sur de Bolivia: El primero, occidental,
unía las poblaciones de Calahoyo, Talina, Tupiza, Uyuni,
Aullagas, Huari, Challapampa, Poopó y Paria (Más
conocido como el Tambo inka de Sevaruyo). El segundo se
proyectaba hacia el oriente por las poblaciones de
Villazón, Suipacha, Mochará, Cotagaita, Tumusla,
Vitichi, Porco y Potosí.

Respecto al fin del Inkario, se
mencionan los conflictos internos de la dinastía Inka, la
rebelión de pueblos dominados, la supremacía
tecnológica bélica de España, las epidemias
que les precedieron y las creencias religiosas americanas que
vieron en los españoles el retorno marítimo de
Wiracocha, es decir, de los blancos que antes habían
llegado por mar, presumiblemente nórdicos, que han
establecido raíces en la zona desde mucho antes de la
llegada española. El último bastión de
resistencia fue en Pocona, a cargo de Tiorinaceo o Tito. Manco
Inka (Tupac Amaru) fue el último Inka que resistió
en Vilcabamba por 40 años, siendo vencido por el Virrey
Toledo en 1570.

  • Altiplano Norte

Para Marcos Michel López el Horizonte
Tardío
"se caracteriza por la rápida
expansión del imperio inka en gran parte de los Andes", a
través de distintas estrategias, que van desde diversos
tipos de alianzas, hasta la conquista militar:

Los territorios conquistados, incorporados al
imperio, eran controlados mediante centros administrativos,
fortalezas, tambos y otras estructuras estatales conectadas
mediante una amplia red vial construida y reutilizada por los
inka. La presencia inka varió de acuerdo a la importancia
económica y estratégica de las regiones. En algunas
regiones el control fue directo con la imposición de una
estructura administrativa fuerte, cambios en el patrón de
asentamiento y movimientos poblacionales importantes, mientras
que en otras generalmente periféricas hubo un control
indirecto mediante la incorporación de las élites
locales al aparato estatal.

La presencia Inka en el área del
Titicaca se dio inicialmente por alianzas y luego por conquista
militar, relata Michel:

Los Lupaqa se aliaron con los inka recibiendo un
trato privilegiado mientras que los Colla y Pacajes fueron
conquistados. Una vez establecido el dominio sobre la cuenca del
Titicaca los inkas trasladaron colonias de mitimaes al
área e hicieron movimientos masivos de población,
construyeron el sistema de caminos con su infraestructura para
distintos propósitos y se apropiaron de la
ideología de legitimación de las élites
locales sobreponiendo los mitos de origen con los del imperio.
Los mitimaes trabajaron las tierras de los distintos templos como
los de las islas del Sol y la Luna y estuvieron al servicio de
estos lugares sagrados de la misma forma que en el adoratorio de
Copacabana donde se instaló gente de 40 diferentes
naciones. También existieron asentamientos de mitimaes con
especialización económica como en el caso de los
plateros, olleros, tejedores y otros.

Uno de los cambios más importantes que trajeron
los Inkas fue "la relocalización de la población en
nuevos asentamientos vinculados a las actividades
económicas prioritarias para el imperio y al sistema de
caminos y tambos".

Las élites locales fueron asimiladas al esquema
imperial con reconocimiento de privilegios y alianzas
matrimoniales; sin embargo; pasaron éstas a depender del
sistema estatal, perdiendo su poder y libertad de decisión
anteriores.

El culto a los ancestros tan importante para los
aymaras, fue "legitimizado" por los inkas, construyéndose
chullpas de las élites locales con estilo Inka.

Los sitios más importantes fueron: la isla del
Sol y la Luna, Copacabana, Hatuncolla, Chuchito y otros. Tiwanaku
se reservó como "sitio sagrado" que los inkas ligaron a
sus mitos de origen, como lo hicieron en otras regiones del
imperio "para legitimar su poder".

En 1538 llegaron los conquistadores
españoles
al Collao, hallando resistencia Lupaqa
en Desaguadero. La superioridad bélica europea les
permitió imponerse y marchar hacia el sur, conquistando
todo el territorio andino cuyas sociedades perdieron
autonomía e iniciaron un proceso largo de
desestructuración.

  • Altiplano Central

El Período Inka en Carangas (1450 / 1530)
"dejó una notable huella"
en toda la
región del señorío, refiere Marcos
Michel:

Sin lugar a dudas esta presencia Inka es la muestra
de una alianza temprana del señorío Carangas con
los Inka (…) La primera señal de la
intervención Inka en Carangas se hace evidente en la
formación de reducciones o poblados Inkas, mediante la
creación de una especie de reductos y áreas de
poblamiento en las partes bajas de las pucaras, lugares
relacionados a los centros poblacionales mayores actualmente
conocidos como Carangas, Corque, Toledo, Andamarca y todos los
conocidos como pueblos mayores de Oruro.

Paulatinamente, la alianza se refleja en la "estrategia
de construcciones simbólicas y de rituales que hacen
ostentación de la hegemonía Inka en la
región"; así como los caminos troncales que
comunicaron estratégicamente la región con centros
y tambos que articulan el avance Inka, como la rama troncal hasta
Caracollo; otro del ramal Urco Suyo que conectaba Carangas con
Patacamaya y Sajama, hasta la costa. Finalmente, quedan los
ceques de Sajama.

  • Altiplano Sur

El Período Inka u Horizonte Tardío
(1450 / 1540),
se inició con la conquista de
Lípez por el Inka Wiracocha, "como parte de un plan mayor
que incluyó también la conquista de los Caranca,
Ullaca y Chicha" y fue desarrollada desde Atacama, obligando a
los Llipi a "tributar en colores minerales y ganado".
Aparentemente, la zona suroeste de Lípez significó
una zona de paso del Tawantinsuyu entre los oasis de Atacama y la
región Chicha y al norte comunidades tributarias del
inkario.

  • Valles De La Paz

La Cultura Mollo ha sido superpuesta por
la Inka, que adaptó su estilo arquitectónico e
incluso hay quienes sugieren a esta cultura como punto de partida
para la cultura Inka.

  • Valles De Cochabamba

La presencia Inka en Cochabamba (1470 / 1532)
"respondió a estrategias económicas y
geopolíticas importantes para el imperio" señala
Marcos Michel:

La conquista de este valle, tras una intensa
actividad bélica y resistencia local trajo consigo un
reordenamiento territorial intensivo, el movimiento masivo de las
poblaciones locales a otros sectores y el parcelamiento y
redistribución de tierras a grupos movidos de distintas
partes del imperio por el Inka Huayna Capac con la finalidad de
producir para el Estado. Cochabamba se convirtió en un
centro productor de maíz importante, se construyó
una infraestructura caminera con tambos y otras dependencias
administrativas donde se hacía acopio de la
producción que luego era empleada para financiar las
actividades estatales como el mantenimiento de tropas militares,
redistribución, etc.

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