- Trastorno
obsesivo-compulsivo - Obsesiones y compulsiones
- Tratamientos
- Las
obsesiones: Las dudas amargas de cada
día - Catálogo de rituales
obsesivos - Distinguir los pensamientos
obsesivos - Los
pensamientos negativos - Las
manías: Ritos que esclavizan - Tics
nerviosos en el niño: Mejor se
ignoran - Tratamiento
- Síndrome de Tourette
- Bibliografía
"El paciente cumplía apenas
cuatro años, hijo único de padres jóvenes de
orígenes caucásicos.
Sufría de tics con comienzo
agudo, ¿qué hacer?, se preguntaban sus
papás." FEFL en El Diagnóstico Diferencial del
Síndrome de Tourette.
Tic inocente
Muchas de las personas que — debido a
nuestras actividades pedagógicas — a nosotros recurren
en búsqueda de información simple y para todos
accesible. Han pedido que combinemos lecciones en las cuales
mantengamos los conocimientos técnicos al mínimo
mientras que enfatizamos lo pragmático.
Aquí presentamos en forma
compendiada lo que creemos encapsula la esencia fundamental de
los trastornos obsesivo-compulsivos, los tics y las
manías.
Para información adicional,
invitamos a quienes la deseen a que con nosotros se correspondan
o que dirijan sus preguntas a excelente portales disponibles como
son monografías.com mailxmail y Psikis.
Damos comienzo a la lección con la
que sigue:
Trastorno
obsesivo-compulsivo
Haciendo muecas
El Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es
un trastorno de ansiedad por el cual una persona se encuentra
inmersa en un sistema de ideas, pensamientos y conductas
recurrentes, constituyendo una experiencia muy angustiante. Ese
sistema, que carece de sentido para el resto, conforma una
estructura mental poderosa, muy difícil de contrarrestar,
pudiendo acompañar a la persona a través de toda la
vida. En casos severos, la falta de tratamiento especializado
puede interferir gravemente con las actividades y relaciones
personales tanto en el trabajo o la escuela, como en la
familia.
Durante mucho tiempo se pensó que
este trastorno era poco frecuente, ya que el número de
consultas era relativamente escaso. Sin embargo, en las
últimas décadas del pasado siglo pudo comprobarse
que son más las personas que padecen trastorno
obsesivo-compulsivo que otras enfermedades mentales como la
esquizofrenia o trastorno causado por pánico.
También se pensó que el trastorno
obsesivo-compulsivo tenía sus causas sólo en
experiencias personales traumáticas. Pero se ha demostrado
que existe una incidencia del factor biológico,
aceptándose hoy la interacción de factores
neurobiológicos e influencias ambientales, así como
procesos cognitivos.
Muchas de las personas afectadas por
obsesiones y compulsiones no consultan a profesionales por temor
o vergüenza de mostrar sus ideas obsesivas. Pero, gracias a
la paulatina desmitificación de las terapias mentales,
cada día son más las personas que pueden
beneficiarse con tratamientos por lo general eficaces.
El trastorno obsesivo-compulsivo afecta por
igual a hombres y mujeres. Sus síntomas comienzan por lo
general en la adolescencia o en la edad adulta temprana, pero
existen algunos niños que desarrollan la enfermedad a edad
temprana.
Obsesiones y
compulsiones
Las obsesiones son pensamientos o ideas
angustiantes, que aparecen recurrentemente en la conciencia de
una persona que sufre un trastorno obsesivo, causándole un
gran temor y ansiedad. Son comunes las obsesiones cuyo tema es la
limpieza. Muchas personas necesitan lavarse las manos a cada
momento, y siempre pensarán que están sucias. Este
trastorno se conoce como la ablutomanía. Sucede que las
ideas obsesivas no se ajustan a la realidad fáctica, pero
sin que por ello pierdan fuerza de verdad para quien las padece.
Otras personas estarán siempre desconformes con el modo en
que han hecho alguna cosa. Esa obsesión por la
perfección, sea en el trabajo, las tareas del hogar o la
escuela puede acarrear problemas de relación.
Trastornos cinéticos
Otros temas frecuentes de obsesión
son los relacionados a la sexualidad o el temor a padecer
diversas enfermedades (hipocondrías).
Las compulsiones, por su parte, son
conductas recurrentes causadas por las obsesiones. Una
obsesión por la higiene puede originar la conducta
compulsiva de lavarse las manos aunque no estén sucias,
sin que sea casi posible al individuo abstenerse de hacerlo. El
ordenar diversos objetos, repetir ciertas palabras o frases o
chequear el estado de algo, como por ejemplo la cerradura de una
puerta, pueden ser conductas compulsivas que respondan a
obsesiones.
Existen muchos individuos que parecen tener
una actitud compulsiva por tener un nivel alto de actividad, ser
perfeccionistas o muy organizados en su trabajo. Pero difieren de
una persona con TOC porque ésta tiene conductas lo
suficientemente extremas como para interferir negativamente en su
cotidianeidad.
El desarrollo de estas conductas suele
estar regido por complicados rituales. Una característica
constante es que estas acciones son desarrolladas para aliviar la
ansiedad que provocan las ideas obsesivas, sin que logren ese
alivio por mucho tiempo. En esos lapsos, la persona muchas veces
reconoce que sus ideas y conductas no tienen demasiado sentido
lógico, a lo cual se llama "percepción". Sin
embargo, la idea recurrente volverá, y el individuo
desarrollará nuevamente esa conducta en forma
compulsiva.
PANDAS
Es habitual que las personas que padecen
este trastorno puedan mantener sus impulsos bajo control durante
buena parte del tiempo, en especial las horas que comparten
socialmente. La percepción antes mencionada los impulsa a
esconder esas ideas y conductas, y desarrollarlas en el
ámbito de lo privado. Aprenderán a manejar las
situaciones y adquirirán habilidades que les permitan
manejar no sólo sus vidas, sino muy frecuentemente
también a quienes los rodean. Es probable que una persona
viva de esa manera muchos años, o aún toda su
vida.
Vivirá su obsesión en
secreto, lo cual le impedirá, lamentablemente, solicitar
una ayuda que podría aliviar los síntomas hasta
curar el trastorno.
Tratamientos
Muchas veces el TOC está
acompañado por depresión, problemas del comer o
disorexias, abuso de drogas, trastorno de personalidad,
déficit de atención, u otros de los trastornos de
ansiedad. Esta coexistencia de diversas alteraciones puede hacer
más difícil un diagnóstico y postergar
tratamiento.
Algunos estudios han propuesto que los
pacientes con este trastorno tienen esquemas de actividad
cerebral diferentes a los de otras personas.
Las experiencias de tratamientos con
medicación podrían producir cambios en la actividad
cerebral. Por otra parte, se sabe que la psicoterapia logra una
mejoría clínica.
La medicación puede ayudar a ganar
control sobre los síntomas al disminuir la frecuencia e
intensidad de las obsesiones y compulsiones, aunque los efectos
cesarían al abandonar la administración.
Es necesario, por lo tanto, iniciar una
terapia bajo la guía de un profesional de la salud mental.
En la mayoría de los casos las personas responden al
tratamiento, el cual las ayuda a controlar la ansiedad causada
por los pensamientos obsesivos y aprendiendo a resistir los
impulsos compulsivos.
A diferencia del tratamiento
farmacológico, los efectos positivos de la psicoterapia
perduran una vez que se ha dado el alta.
Por último, dado que el TOC afecta
no sólo a la persona sino a su núcleo familiar, es
probable que el terapeuta aconseje algún tipo de terapia
conjunta.
Continuamos con el segundo
artículo
Las obsesiones:
Las dudas amargas de cada día
¿Quién no ha tenido alguna
vez ideas o preocupaciones que de forma repetitiva le asaltan sin
que sepa alejarlas para vivir sin su pernicioso
influjo?
No son pocos quienes dudan
sistemáticamente si han cerrado bien la puerta,
desconectado el gas, apagado la luz… y vuelven una y otra vez a
confirmar que, efectivamente, sí lo habían hecho.
Otras personas hacen rituales de su vida cotidiana con
manías como contar las losetas de los suelos o los
peldaños de las escaleras, no pisar las rayas del suelo,
retener las placas de los carros, ocupar siempre el mismo asiento
en las reuniones o convites, portar un objeto inútil en el
bolsillo… Pero esto no son sino manifestaciones casi
anecdóticas de unas costumbres que pueden convertirse en
un verdadero problema psicológico. Todos tenemos
hábitos que, a pesar de que merezcan el calificativo de
manías, consideramos normales. Pero cuando estos
pensamientos o manías hacen sufrir, nos encontramos con
los trastornos obsesivos compulsivos. Las obsesiones son
pensamientos que se repiten de forma insistente a pesar de la
voluntad del individuo, que causan ansiedad si se tratan de
evitar y que escapan su control.
Si los pensamientos obsesivos se convierten
en gestos de conducta casi automática, se tornan en
compulsiones, acciones o manías que la persona se ve
forzada a ejecutar para sentirse bien o, al menos, tranquila. Es
consciente de lo absurdas e irracionales que son, pero se siente
incapaz de eludirlas. Cuando las compulsiones se asocian entre
sí, formando una cadena, se convierten en rituales
patológicos.
Catálogo
de rituales obsesivos
Casi siempre están relacionados
con:
La limpieza. Quienes los padecen tiene
pavor a quedar contaminados con lo que tocan o rozan y se
lavan repetidamente las manos. Incluso llegan a evitar dar la
mano o cualquier contacto físico en los saludos. Una
partícula de polvo en un mueble les parece algo
horrible.El orden. No soportan que alguna cosa
se halle, aunque temporalmente, fuera de su sitio. Incluso si
ocupan su lugar debe ser en simetría o en conformidad
con los ángulos de la mesa. Tampoco soportan que los
demás no cumplan con esos cánones del orden
compulsivo y las personas que conviven en la casa, sean
adultos o no, habrán de cumplir estrictamente con las
normas de orden y limpieza impuestas por el afectado por esta
rareza.- Comportamientos indecisos. Por ejemplo, comprueban
una y otra vez cómo está la casa antes de cerrar
la puerta, y aun así, vuelven a entrar después de
haber cerrado. Ante cualquier decisión, por nimia que
sea, lo pensarán durante meses; y, una vez adoptada,
dudarán si fue acertada. Entonces, reflexionarán
incasablemente sobre si han hecho bien, o consultarán
con otras fuentes.
Bases neuroanatómicas
Distinguir los
pensamientos obsesivos
Todos tenemos extravagancias,
preocupaciones o pensamientos repetidos. Pero si la
obsesión llega a dificultar o impedir las relaciones
sociales, si la persona pierde libertad… nos hallamos ante un
trastorno obsesivo compulsivo (TOC) que puede requerir de la
intervención de un especialista. Resultaría
interminable enumerar las consecuencias que pueden acarrear los
pensamientos irracionales en quienes los padecen y en quienes
conviven con estas personas. El catálogo es muy amplio,
desde los inconvenientes más triviales hasta los
desenlaces más dramáticos. Todo ello sólo
por haber interpretado irracionalmente la realidad. En el siglo
I, Epíteto, un filósofo estoico, afirmaba que
"los hombres no se perturban por causa de las cosas, sino por
la interpretación que hacen de ellas". En cualquier
caso, lo interesante es saber cómo librarse de las
obsesiones y hacer frente a estos pensamientos irracionales y
distorsionados, y, consecuentemente, cómo conseguir vencer
a las conductas compulsivas.
La psicología científica, ha
alumbrado la Reestructuración Cognitiva, una
técnica psicológica cuyo objetivo es identificar,
analizar y modificar las interpretaciones o pensamientos
erróneos que las personas experimentan en determinadas
situaciones o tienen acerca de otras personas. (Véase mi
ponencia El Onanismo de Nando en monografías.com
y La Depresión Anancástica, sus
Características y el Pánico
Homosexual…).
Limpieza
Los pensamientos
negativos
El pensamiento, en general, es un
diálogo con nosotros mismos en el que terminamos haciendo
afirmaciones sobre determinadas situaciones. Pueden ser positivos
si nos hacen sentir bien y nos ayudan; o negativos, si nos
producen emociones adversas o nos hacen sufrir. Serán
racionales si se corresponden con lo que sucede objetivamente en
la realidad, e irracionales si se apartan de lo que
sucede.
Los pensamientos que causan
más sufrimiento son los irracionales-negativos.
Describamos algunos:
Pensamiento filtrante. Se toman los
detalles negativos y se magnifican, sin destilar los aspectos
positivos de la situación.Pensamiento polarizado. El
maniqueísmo: las cosas son blancas o negras. La
persona ha de ser perfecta; si no, es un fracasado. No hay
término medio.Sobre generalización del
pensamiento. Se extrae una conclusión general de un
simple incidente. Si ocurre algo malo en una ocasión,
se esperará que ocurra una y otra vez.Interpretación del pensamiento.
Creemos saber qué sienten los demás y por
qué se comportan como lo hacen. Nos vemos capaces de
adivinar lo que sienten los demás acerca de
nosotros.Visión catastrofista. Se
vaticina, se espera y se teme irracionalmente, el desastre.
El individuo se entera de un problema y empieza a decirse
"¿y si ocurre que…?", "¿y si me sucede a
mí?".Personalización. Creemos que
todo lo que la gente hace o dice es una forma de
reacción hacia nosotros. Luego, nos comparamos con los
demás, intentando determinar quién es
más elegante, quién es más brillante,
quién tiene aspecto más saludable.Culpabilidad. Mantiene que los
demás son responsables de su sufrimiento o adopta el
punto de vista opuesto y se culpa a sí mismo de los
problemas ajenos.
"Mañas" o malos
hábitos
Cómo actuar ante los
pensamientos irracionales negativos
Seamos conscientes de la influencia que
tienen sobre nuestra conducta y emociones. Los pensamientos
son esos monólogos que mantenemos con nosotros mismos
interpretando la realidad que nos rodea y a nosotros mismos.
Pero son sólo hipótesis a demostrar.Identificar los pensamientos,
determinar en qué medida son objetivas esas
interpretaciones de la realidad, hasta qué punto son
racionales, y hasta qué punto son polizones que se han
colado sin nuestro permiso y nos hacen sufrir sin
razón. La alarma estalla cuando nos producen emociones
negativas como miedo, angustia o tristeza. Desenmascaremos
entonces al polizón y examinémoslo sobre la
racionalidad y la adecuación con la
realidad.Analizarlos, partiendo de que son
sólo hipótesis a demostrar y que pensar algo no
significa que sea cierto.
Cómo analizar si los
pensamientos se ajustan a la realidad
Qué datos objetivos de la
realidad apoyan e invalidan ese pensamiento.Con qué argumentos se
defendería ese pensamiento ante otra
personaQué probabilidad existe de que
suceda lo que se piensa.Si lo tuviera otra persona, qué
le diría yo para demostrarle que está en un
error.¿Es esa la única forma de
interpretar la situación o existen otras?
Cómo analizar si
influyen en los estados emocionales y en las conductas
¿Me ayuda a conseguir mis
objetivos?¿Me hace bien o me hace
daño?¿Cómo influye en mi
estado de ánimo?¿Cómo influye en mi
conducta?
Onicofagia
Cómo analizar
qué ocurriría si lo que se piensa fuera
cierto
Incluso si lo que pienso es correcto
¿es realmente una catástrofe?¿Qué consecuencias reales
tendría para mí si ocurriera?Si es así, ¿está
justificado que me descomponga tanto?Si lo malo ocurre, ¿será
para siempre? ¿O algo temporal?
En resumen
La neurosis obsesiva compulsiva, es una
neurosis de defensa. Los rituales, las ideas fijas e inmutables,
los actos repetitivos, los pensamientos mágicos, todo
forman una amalgama de emociones que nos protegen contra la
emergencia de afectos negativos y prohibidos.
Estos trastornos forman parte de una de las
manifestaciones más discreta de los trastornos afectivos y
deben de ser tratados como una depresión atípica.
La combinación de la terapia y los anti-depresivos, a
veces producen resultados espectaculares.
Y así concluimos
Las
manías: Ritos que esclavizan
Si se necesita hacer las cosas de una
manera uniforme y prevista, bajo un nivel de ansiedad muy
elevado, se sufre de una manía
patológica
¿A quién no le ha asaltado
alguna vez la aprensión de no pisar las líneas de
las baldosas cuando pasea por la calle? Fijarse en las
matrículas de los coches, contar filas de butacas, volver
una y otra vez a comprobar si los tubos del fregadero no gotean,
si la luz está apagada o la puerta bien cerrada…
Todas ellas son pequeñas manías que llevadas a un
extremo pueden convertirse en un problema serio para quien los
sufre y para su relación con quienes lo rodean. De tener
una tendencia extravagante se puede pasar a estar sometido a
conductas compulsivas, es decir, a sentir una necesidad imperiosa
de realizar una acción más allá de la propia
voluntad.
Neuroimagería
La existencia de ciertas manías es
algo normal. El problema surge cuando comienzan a coartar el
tiempo y la estabilidad de la persona y convierten en
problemática la convivencia con ella. La
comprobación del gas no es negativa, pero hacerlo tres,
cuatro veces o más, aun después de ver que no
estaba abierto, empieza a ser para la persona un problema cada
vez más angustiante. De hecho, estas manías suelen
ir acompañadas de otras similares, por lo que la vida
cotidiana acaba plagándose de comportamientos
ritualistas.
La primera sorprendida y molesta por el
ritual de las manías es la persona que las tiene. No se
explica por qué le sucede ni de dónde le viene.
Siente que no puede vivir sin someterse a esos rituales y se sabe
esclava de ellos. ¿Por qué se ha convertido en una
maniática? En unos casos deriva de personalidades
obsesivas, de motivos inconscientes o hábitos culturales
aprendidos, pero la mayor parte de las veces no se llega a saber
por qué se padecen. Lo que sí es común es un
cierto grado de rigidez en la estructura de la personalidad, una
rigidez que puede llegar a atormentar a la persona y dificultar
sus relaciones sociales. Si se preguntara al maniático
para qué lo hace, cuál es el objeto de sus actos,
no sabría contestar. Sin embargo, sí es consciente
de que sólo se queda tranquilo si cumple con su rito, pues
sólo así calma su ansiedad. Lo que sucede es que
también consigue sacar de quicio a los que le rodean, que
sufren su ansiedad pero no la calman.
¿Hay personas o momentos de la vida
más proclives a las manías?
Cleptomanía
Parece ser que las
manías o los rituales de comportamiento son más
frecuentes:
En personas poco sofisticadas y de
escaso nivel cultural – y no es siempre lo mismo tener
estudios, fama o nivel económico que tener cultura-,
los amuletos, las estampitas, los gestos estereotipados
pueden determinar sus actos.En personas mayores. A medida que una
persona se va sintiendo mayor, el temor a la propia
inseguridad le impulsa a aferrarse a hábitos
rígidos, que convierten en inflexibles: la hora de
comer, la de leer, la de pasear, la de…Las personas acostumbradas a vivir
solas se han ido elaborando su propio espacio vital plagado
de costumbres, usos y hábitos. Mientras no se vayan a
poner en común por medio de la convivencia
circunstancial o continua con otra u otras personas, no hay
problema. Pero para convivir es necesaria la flexibilidad y
algo de renuncia de las propias costumbres.Personas muy ordenadas, perfeccionistas
y proclives al escrúpulo en el trabajo pueden
convertir un buen hábito en comportamientos
inflexibles, es decir, en manías.Las personas extravagantes suelen tener
sus rarezas, pero no tienen por qué ser manías,
y menos patológicas.
¿Cuántos
tipos hay de manías?
Casi podría decirse que existen
tantas como tipos de personas. Pero si hubiera que hacer
algún tipo de clasificación, se harían
presentes la imposición exagerada de orden, la limpieza,
los escrúpulos, la necesidad de seguridad y el
perfeccionismo.
Mitomanía
Manías relacionadas
con el orden
Necesidad de que todas las cosas de la
casa estén en su sitio. El orden en el hogar es
positivo, pero cuando se comprueba y se exige que cada objeto
ocupe su espacio y si no sucede así se sufre ansiedad
y conflicto, se padece una manía.La tendencia a colocar los objetos de
manera simétrica y alineada.La preocupación por hacer
recuentos una y otra vez, por la necesidad de numerar y
clasificar.La rigidez extrema con la puntualidad
propia y ajena.
Manías en torno a la limpieza, los
escrúpulos y la salud
Miedo irracional a enfermar que conduce
a tomar precauciones exageradas, a visitar
herboristerías, a acudir a médicos por
síntomas leves, a consultar curanderos, a protegerse
con temor de las corrientes, de los contagios, de todo lo que
se atisba como un peligro.Necesidad de lavarse continuamente las
manos o la boca.Temor a tocar cosas que hayan tocado
otros.Aversión a dar la mano a otras
personas.Costumbre compulsiva de limpiar una y
otra vez la casa.Miedo exagerado a contaminarse con
productos alimenticios y sus componentes.Asco de las propias secreciones
corporales.
Manías relacionadas
con la seguridad
Tendencia a comprobar una y otra vez
que puertas, ventanas, grifos, llaves, luces están
debidamente cerrados o apagados.
¿Cómo se sabe
si una persona padece de una manía
patológica?
El Manual Diagnóstico y
Estadístico de los Trastornos Mentales de la American
Psychiatric Asociation señala unos criterios para el
diagnóstico del trastorno obsesivo-compulsivo de la
personalidad relacionado con los ritos compulsivos.
Piromanía
La aparición de
cuatro o más de los siguientes síntomas puede ser
motivo consulta a un profesional.
Preocupación por los detalles,
las normas, las listas, el orden, la organización o
los horarios hasta el punto de perder de vista el objeto
principal de la actividad.Perfeccionismo que interfiere en la
finalización de las tareas. Se es incapaz de acabar un
proyecto porque no cumple sus propias exigencias.Dedicación excesiva al trabajo y
a la productividad con exclusión de las actividades de
ocio y las amistades (no atribuible a necesidades
económicas evidentes).Excesiva terquedad, escrupulosidad e
inflexibilidad en temas de moral, ética o
valores.Incapacidad de tirar los objetos
gastados o inútiles, incluso cuando no tienen un valor
sentimental.Recelo a delegar tareas o trabajos en
otros, a no ser que éstos se sometan a su manera de
hacer las cosas.Parquedad en los gastos propios y
ajenos; el dinero se considera como algo que hay que acumular
en previsión de catástrofes futuras.Rigidez y obstinación de
carácter.
En resumen
Este tipo de personalidad la
llamaría Freud, la "personalidad anal", porque para
él indicaba un detenimiento en el desarrollo psicosexual
en esa misma fase.
Freud decía que estas personas no
sólo eran rígidas, sino que también eran
masoquistas y retentivas de todo lo que hacían. Falta de
empatía, desconfianza, ambivalencia y la necesidad de
acumular, eran otras características propias.
Tricotilomanía
La terapia, en general, se describe en
párrafos anteriores.
Tics nerviosos en
el niño: Mejor se ignoran
Los tics, que afectan aproximadamente al
20% de todos los niños, constituyen el trastorno del
movimiento más frecuente en la infancia. La prevalencia de
esta afección, de carácter benigno, es tres veces
mayor en varones que en hembras.
Estos movimientos involuntarios,
generalmente, aparecen entre los 3 y los 10 años, y los
niños afectados son generalmente normales, inteligentes,
bien ajustados y sensibles.
Los tics, que suelen presentarse varias
veces al día, acostumbran desvanecerse en la adolescencia
y rara vez persisten o retornan, a menos que no sean debidos a
otra condición, como el Síndrome de
Tourette.
Pocos niños requieren tratamiento,
la gran mayoría dejan de exhibirlos
espontáneamente.
¿Qué son los
tics?
Se pueden definir como movimientos
automáticos, breves, irregulares, súbitos e
iterativos. Quienes los padecen no los pueden evitar, pero,
cuando advierten que van a sufrir un espasmo, si se concentran, a
veces, los controlan, aunque sólo logran detenerlos por
tiempo limitado.
Tratar de interferirlos, causa
tensión y los aumenta en intensidad y urgencia.
La causa de los tics no se ha determinado.
Se consideran varias teorías, como el exceso de dopamina
en del cerebro o una híper-sensibilidad a la misma.
También se ha postulado la teoría de un
funcionamiento defectuoso de los ganglios basales
encefálicos, como sucede en algunas enfermedades
neurológicas conocidas.
Su mayor incidencia en los varones ha
sugerido, equivocadamente, una posible influencia de la
testosterona. Las causas genéticas también han sido
objeto de estudio, sin resultados conclusivos. Estudios de
gemelos y de familias, sugieren que el rol de la herencia es
importante.
Los factores psicológicos y los del
estrés son claros. Los tics se agravan en condiciones de
tensión, ansiedad, fatiga, irritabilidad, y crecen en
presencia de requerimientos que producen aprehensión,
mientras que se reducen al realizar actividades interesantes que
no producen ansiedad. Se ha establecido que los tics aumentan con
el estrés, disminuyen con el juego y desaparecen al
dormir.
Tipos de tics
Tics motores simples: son los
más frecuentes. Dentro de este grupo, están el
parpadeo o guiño de los ojos, las sacudidas verticales
u horizontales de la cabeza y el encogimiento de hombros,
aunque otros tics afectan los brazos y piernas.Tics motores complejos: golpearse a
sí mismo, saltar, pisotear, toser… son
infrecuentes.Tics fónicos o vocales simples:
despejarse la garganta, gruñir, aspirar ruidosamente
por la nariz, resoplar en las manos…Tics fónicos o vocales
complejos: cuando el niño padece tics del tipo vocal,
se puede sospechar que sufre el Síndrome de
Tourette.
Hipocondríaco
Quitar presión a los
niños
Algunos expertos incluyen el tartamudeo
entre los tics. Aproximadamente entre el 5% y el 10% de los
niños tartamudea cuando se inician en el lenguaje, pero en
la mayoría de los casos se resuelve de forma
espontánea y conviene que los padres no le den mayor
importancia, pues los niños perciben que algo les ocurre y
pueden reaccionar con ansiedad y estrés.
Se ha comprobado estadísticamente
que si los padres no prestan especial atención a los tics
y los consideran como algo normal y pasajero, su evolución
es buena y en un plazo que habitualmente varía entre unos
meses y un año cesan sin dejar secuelas. Lo habitual es
que desaparezcan durante la adolescencia.
Pueden empeorar si los padres riñen
y presionan a sus hijos para que logren vencer el inconveniente.
En ese caso, lo más probable es que los tics se tornen
más frecuentes e intensos. Los padres deben tranquilizar
al niño si éste les pregunta sobre su molestia,
deben evitarle actividades extraescolares en exceso, ayudarle a
soslayar que sea rígido y perfeccionista. Es decir, hay
que restarles presión y todo lo que pueda generarles
tensión interna.
¿Cuándo
procurar ayuda?
Es preferible no magnificar el problema del
niño, ya que se considera contraproducente todo lo que le
conduzca a reflexionar sobre sus tics. No obstante, en ocasiones
hay que recurrir al pediatra y al especialista. Estas son las
señales que aconsejan la consulta:
La labor escolar es mediocre
Los tics interfieren con sus relaciones
socialesLos tics se acompañan de
ecolalia, palilalia o coprolaliaSe acompañan de tos
persistenteLos tics afectan a partes del cuerpo
que no son las habituales (cabeza y hombros), en vez de los
ojos y la caraSu intensidad o frecuencia
aumentanLa duración es superior a un
año
Trancado
Tratamiento
La mayoría de los casos de tics se
resuelven espontáneamente, pero en algunos casos el
tratamiento especializado puede ser necesario. La
medicación interrumpe el síntoma, pero no elimina
la causa de los tics. Se han utilizado neurolépticos,
tranquilizantes, relajantes, hipnosis — de todo, que resultan
eficaces, pero al abandonarlos se producen
recaídas.
Los métodos psicológicos y,
en concreto, los de autocontrol, resultan muy útiles para
los tics, pero para el síndrome de Tourette existen
medicinas valiosas, de las que algunas pueden tener efectos
secundarios severos.
Afortunadamente pocos niños
requieren tratamiento, la gran mayoría dejan de sufrir
tics de manera espontánea.
Síndrome
de Tourette
Un cuadro muy peculiar aunque poco
Tourette |
En resumen
Los tics forman parte integral de la vida
del niño. Empeoran con el estrés, mejorando con la
tolerancia del entorno.
El Tourette es una enfermedad
neurológica con componentes psiquiátricos, y hoy
existen métodos confiables para su tratamiento, en manos
expertas.
Recordemos aquí, que siempre es
bueno ser instruidos…
Fin de la lección.
Balletomanía
Bibliografía
Larocca, FEF: El Diagnóstico
Diferencial del Síndrome de Tourette en
monografías.comLarocca, F: (1984) GILLES DE LA
TOURETTE"S (THE MOVEMENT DISORDER): THE ASSOCIATION WITH A
CASE OF ANOREXIA NERVOSA IN A BOY en Int.J. Eating Dis.
Vol., V No. 3, Spring, pp. 89-93Larocca, F: (1985) CONCURRENCE
OF TURNER"S SYNDROME, ANOREXIA NERVOSA, AND MOOD DISORDERS:
CASE REPORT en J. of Clin.
Psych. Vol. 46, No. 7 pp.296-97Larocca, F: (2007) TOC y el
Onanismo de Nando en
monografías.comLarocca, F: (2008) Neuronas
espejo: Neurociencia aplicada en
monografías.comLarocca, FEF: El Libre
Albedrío: Enfermedades y las Neurociencias en
monografías.com
Nota:
Para mejor entender este
trabajo, añadimos lo siguiente:
El estudio de la manipulación
del huésped — aunque todavía, como concepto, es
muy joven y muy poco desarrollado — nos proporciona nuevos
entendimientos en las reacciones que las enfermedades y sus
agentes etiológicos despiertan en sus
víctimas.
Por ejemplo, investigaciones recientes
han establecido una estrecha conexión entre las
infecciones por estreptococos de los niños y el trastorno
obsesivo compulsivo (TOC).
Las estreptococias son responsables por
una gran variedad de infecciones severas.
Muchos de estos agentes infecciosos
exhiben un fenómeno conocido como mimetismo molecular en
lo que ellos imitan las características
de células humanas para engañar
el sistema inmune. Cuando este fenómeno ocurre,
los invasores se confunden con las células del
huésped y causan un trastorno autoinmune que conduce al
ataque por las células defensoras a sus propias
células. Esta es la razón por la cual los
niños que sufren de la fiebre reumática pueden
terminar sufriendo de afecciones renales y
cardíacas.
La Dra. Susan Swedo
del NIMH (Instituto Nacional de la Salud Mental)
cree que ciertos tipos de infecciones pueden desencadenar un
trastorno autoinmune que conlleva a un asalto a los ganglios
basales del cerebro por anticuerpos circulantes.
La condición se conoce como
PANDAS (pediatric autoinmune neuropsychiatric disorder associated
with streptococcal infection). Casi de la noche a la
mañana, los niños afectados por esta
condición exhiben movimientos repetitivos incontrolables,
sufren de tics y desarrollan estados agudos de ansiedad y
agitación extrema.
Para leer más:
http://www.monografias.com/trabajos90/libre-albedrio-enfermedades-y-neurociencias/libre-albedrio-enfermedades-y-neurociencias
Víctima egregia de
Tourette
Autor:
Dr. Félix E. F.
Larocca