- Ser
abuelos - Asumir
que somos abuelas y abuelos - Actitudes que deben cultivar los abuelos y
abuelas - Cómo puede ayudar la familia a que los
abuelos desempeñen su papel - Enanos
subidos a hombros de gigantes - En
resumen - Bibliografía
"No entiendes realmente algo a menos
que seas capaz de explicárselo a tu abuela". Albert
Einstein
"Dios mío ¡qué
solos se quedan los viejos!". FEFL La Vejez y el
SexoLa
última de las fases del desarrollo de Erikson se condensa
de la siguiente manera:
VIII. "Integridad frente a
desesperación (desde aproximadamente los 60
años hasta la muerte). Esta es la última etapa. En
la delicada adultez tardía, o madurez, la tarea primordial
es lograr una integridad con un mínimo de desesperanza.
Primero ocurre un distanciamiento social, desde un sentimiento de
inutilidad existe un sentido de inutilidad biológica,
debido a que el cuerpo ya no responde como antes; junto a las
enfermedades, aparecen las preocupaciones relativas a la muerte.
Los amigos mueren; los familiares también y ello
contribuye a la aparición de un sentimiento de
desesperanza. Como respuesta a esta desesperanza, algunos mayores
se empiezan a preocupar con el pasado. La integridad del ego
significa llegar a los términos de tu vida, y por tanto,
llegar a los términos del final de tu vida. La tendencia
mal adaptativa es llamada presunción. Cuando la persona
"presume" de una integridad del ego sin afrontar de hecho las
dificultades de la senectud.
Una de las experiencias que nos sumerge
en una nueva etapa de nuestra vida es la de convertirnos en
abuelas o abuelos, un momento vital para el que no siempre
estamos preparados y al que no todo el mundo accede de la misma
manera." (Para leer más:
http://es.wikipedia.org/wiki/Erik_Erikson).
Ciclo vital
Ser
abuelos
Aunque tantos no se detienen a pensarlo,
ser abuelos es privilegio exclusivo de especies sociales dotadas
con cerebros de gran capacidad — como sucede con la
nuestra.
También, ser abuelos, se asocia con
la menopausia, la andropausia y la longevidad, ya que favorece y
mejora la duración y la calidad de la vida de los miembros
de los géneros a quienes beneficia.
Para Erikson constituye una de las etapas
ulteriores y más extraordinarias de la vida, ya que
reintroduce al ser humano a los placeres de participar en el
cuidado y tutelaje del más joven de sus descendientes —
sin las demandas añadidas.
Envejecimiento saludable
Pero, ser abuelo acarrea responsabilidades
propias que no pueden ser soslayadas, ya que el impacto de su
contribución al desarrollo de los nietos no es asunto
trivial.
Pero asimismo, ser abuelo, significa
envejecer y asimismo confrontar la finitud de nuestra experiencia
como ser viviente — algo que, se torna muy difícil para
quienes sufren de trastornos de regulación del narcisismo
y de la propia autoestima.
Cuando se llega a esa
fase…
Hay quienes experimentan una especie de
sensación de decaimiento y retroceso, mientras otras
personas, sienten con la llegada del nuevo estatus, un
renacimiento de ilusiones latentes.
Asumir que somos
abuelas y abuelos
Se trata de reconocerse en el nuevo rol, y
hay que ser consciente de que en ello
intervendrá:
La forma de interiorizar y aceptar el
nuevo papel en la familia.La resolución del conflicto
interno entre el deseo y el temor por tener o no tener
nietos. El deseo de ser abuelo está relacionado con la
oportunidad de disfrutar con los hijos de
los hijos, recordando, pero no imitando, la propia
maternidad o paternidad. El temor llega de incorporar en la
mente la evidencia de que se es más viejo que
antes.El estado de salud, la capacidad de
moverse con soltura, la agudeza visual y auditiva — que no,
siempre, son las mismas.Cómo se vivieron los ciclos
vitales anteriores. Se suele decir que se envejece como de
joven se viviera. El modo de ser abuela o abuelo
dependerá de cómo se haya afincado la
niñez, de cómo fue uno mismo de hijo y
cómo fuera de nieto. Se recuerda la relación
con los propios abuelos, y se imita o se mejora. Por
supuesto, también influye cómo se
recorrió la edad adulta y cómo se es, y se
fuera, como padre y madre.Cómo se esté viviendo el
ciclo vital actual. Hasta no hace mucho tiempo convertirse en
abuelo o abuela marcaba de por sí el ingreso en la
tercera edad o en la vejez avanzada. Hoy, como consecuencia
del aumento de la duración y calidad de vida, y debido
a los nuevos estímulos de la sociedad en que medramos
— ser abuelo, no equivale a ser viejo. Hay abuelas y
abuelos que están envueltos en plenitud laboral,
social o familiar, y tener nietos no los ha convertido en
"viejos" mal adaptados, infantilizados e
inservibles.
Actitudes que
deben cultivar los abuelos y abuelas
Conservar la propia independencia, si
es posible. Al margen de su edad, la abuela y el abuelo
tienen el derecho y la necesidad de disfrutar de su propio
espacio vital, de disponer de tiempo para sus aficiones,
amistades o para proyectar, si les apetece, nuevas relaciones
afectivas. No tienen por qué acceder a convertirse en
abuela o abuelo "excéntrico" de forma
resignada.Respetar las pautas educativas que sus
hijos proponen a los nietos, aunque no se esté
totalmente de acuerdo con ellas — más que nada,
nunca criticar el trato de los hijos a los nietos — ya que
éstos son los propios.No desautorizar a los padres delante de
los nietos, aunque en privado les permitan expresar
sus discrepancias. Las opiniones de los abuelos piden
constituir una referencia útil para los padres, si es
que las piden, y reconociendo que serán éstos
quienes finalmente decidan si las necesitan para saber, como
proceder con sus hijos.Ser abuelo es la oportunidad para
establecer con los nietos una relación privilegiada
que tal vez no se tuvo con los hijos. Es la ocasión
para vivir emocionalmente con ellos, instruyéndolos,
enseñándolos, pero sin pasarse de raya, y
consultándoles a ellos mismos si sus padres
estarían de acuerdo con lo que les ofrecen. Se deben
poner límites para que los nietos no se conviertan en
manipuladores.Aprovechar cualquier momento para
transmitir vivencias y recuerdos. La historia familiar es
siempre de interés. Las personas mayores tienen como
patrimonio el pasado y "las batallas del abuelo" aunque se
repitan una y otra vez –– porque las personas mayores
no suelen llevar la cuenta del número de veces que
dicen las cosas — son recuerdos que quedarán
impregnados en las mentes de los nietos. Sobre todo
quedará el cariño, la ilusión y la
nostalgia con que se transmitieron esas memorias.Los abuelos pueden complementar la
educación que llevan a cabo los padres, pero nunca
suplirla. Este es un riesgo que hoy en día se corre,
dado que las circunstancias actuales obligan en muchos casos
a que los abuelos o abuelas sean los cuidadores, durante
muchas horas de la jornada, de los nietos.
Cómo puede
ayudar la familia a que los abuelos desempeñen su
papel
Favoreciendo su independencia. Los
abuelos deben gozar de tiempo para sus asuntos propios, por
inútiles que puedan parecer al resto de la familia.
También necesitan su espacio. Si están a gusto
en su casa no hay por qué forzarles a trasladarse a
otra. Una cosa es invitar con insistencia y cariño,
otra muy distinta imponer el criterio de los
hijos.Permitir que ejerzan como abuelos con
los nietos. Para ellos es "la segunda oportunidad" de fungir
de padres subsidiarios con los nietos lo mismo que hicieron
con los hijos. Es bueno no hacer la vista gorda cuando
"malcrían" a los nietos concediéndoles
algún capricho de manera esporádica — el ser
manipulado no es ventajoso para nadie.Es conveniente tratarlos como adultos
(véase mi artículo, Dios mío,
qué solos se quedan los viejos). A veces se les
trata como a niños con la excusa de que como son
mayores se vuelven infantiles y "chochean". Hay que evitar
convertirse en educadores de los abuelos.Respetar sus defectos como ellos lo han
hecho antes con los nuestros. La convivencia familiar es
mucho más fácil cuando se es flexible con las
conductas aceptables de todos.Ser agradecidos con ellos y
enseñar a los nietos a que lo sean. No debemos olvidar
que somos "enanos subidos a hombros de gigantes" y que si
somos más, tenemos más o estamos mejor
preparados es, en gran parte, gracias a ellos.Es importante escucharles y respetar
sus maneras de pensar, aunque no coincidan con el de la
generación más joven de la familia. Ni es
cierto que "cualquier tiempo pasado fue mejor", ni tampoco
que todo lo actual es absolutamente extraordinario o
incontestable.
Enanos subidos a
hombros de gigantes
Ser abuelo o abuela es una oportunidad
única para que surjan muchas vivencias positivas. Se
pueden aprender nuevas formas de convivir entre las tres
generaciones que han surgido dentro de la propia familia. Se
puede aprovechar la ocasión que dan los nietos de estar en
contacto con otras formas de vivir, de otros conocimientos, de
otros puntos de vista que enriquecen a los mayores si
están abiertos a los cambios y a diferentes formas de
vivir. Por eso es tan importante que, mientras nos lo permita el
ajetreo de la vida actual, se organicen reuniones familiares con
cualquier excusa para estar juntos y disfrutar del placer de
verse, escucharse y reconocerse mutuamente — reuniones que se
gocen y no que se usen para librar las batallas de los viejos
rencores. El mejor homenaje que se puede hacer a los abuelos es
ofrecerles el placer de sentarse en tertulia con sus hijos y sus
nietos. En ese escenario se plasman los resultados de historias
personales muchas veces llenas de esfuerzos y dificultades. Es
realmente satisfactorio poder ofrecer a los abuelos la
posibilidad de que comprueben que su vida ha sido
valiosa.
Nunca olvidaré una vez, cuando el
Profesor Gerald Russell me describió sus experiencias de
gozo con sus nietos. De Gerald mucho aprendí acerca de la
bulimia –– lo que de ser abuelo, me dijo, fue una
experiencia especial por la que siempre le estaré
agradecido.
En
resumen
Para Erikson, ser abuelo es una etapa
especial del desarrollo humano. Para las tribus primitivas, era
una función esencial y única de los mayores; porque
ellos eran arcanos del patrimonio y de la experiencia colectiva
que constituye la historia de la estirpe.
Durante el gigantesco Tsunami del
Océano Índico que, en, el 2004, azotara buena parte
de Asia, fueron los abuelos, miembros de una tribu de Gitanos
Marinos, quienes recordaran cómo reconocer y anticipar el
desastre y dónde ir para refugiarse.
Estas tribus no lamentaron víctimas,
porque nadie pereció.
Tampoco murieron animales silvestres,
quienes, obedeciendo a sus instintos huyeron a zonas seguras,
anticipando el cataclismo, siendo guiados por sus
mayores.
Fin de la lección
Bibliografía
Larocca, FEF: Lo que los Padres de
Niños nos Decían en
monografías.comLarocca, FEF: Las Teorías de
Erik H Erikson en monografías.comErikson, E: (1979) Identity and the
Life Cycle NortonHauser, M: (2006) Moral Minds
Harper CollinsRussell, G: (1990)
Comunicación personal en
JerusalénLarocca, F. E. F: (2007) De la
Menopausia Humana en monografías.comLarocca, F. E. F: (2007)
Infertilidad, Menopausia y Otros Temas en
monografías.comLarocca, F. E. F: (2007) La Vejez y
el Sexo en monografías.comLarocca, FEF: Centenarios y Otros
Temas en monografías.com
Autor:
Dr. Félix E. F.
Larocca