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La agricultura del Cantón Pindal



  1. Rasgos
    históricos
  2. Los
    productores de maíz de Pindal
  3. El
    comercio del maíz
  4. Entidades financieras
  5. Proveedores de insumos
  6. Los
    ingresos
  7. Los
    egresos
  8. Bibliografía

Ubicación geográfica. La cabecera
del Cantón Pindal es la ciudad del mismo nombre,
localizada a 217 km de la ciudad de Loja. La posición
astronómica del cantón tiene la siguiente
demarcación:

? 4º 5" latitud sur

? 79º 56" longitud occidental

Superficie. 194 km2, que equivale al 1,81% del
total provincial.

Densidad. 39,5 hab/km2.

Altitud. Se extiende desde los 550 hasta los 1
200 msnm.

Población. 8 645 habitantes.

Rasgos
Históricos

El primer hito histórico de la evolución
del cantón Pindal hacia una economía incorporada al
mercado fue la sequía que azotó a la provincia de
Loja en 1968. Antes de este suceso, la economía campesina
era principalmente de autosubsistencia, sin fuertes vinculaciones
al mercado, puesto que, entre otras cosas, la zona del Pindal se
hallaba aislada del resto de las localidades de la provincia, lo
que dificultaba el comercio.

Dicha localidad no contaba entonces con agua y
electricidad, y los primeros caminos que comunicaron a los
barrios con la cabecera cantonal fueron abiertos por los mismos
campesinos. Dada la precariedad de esta red vial, el transporte
se realizaba a través de acémilas. En el barrio El
Guando, por ejemplo, el camino de herradura fue abierto a pico y
pala aproximadamente en el año de 1953. Desde entonces, el
día de la culminación del trabajo, el 31 de agosto,
es conmemorado como la fiesta de la localidad.

En aquella época existían apenas tres
comerciantes en Pindal. Ellos, en la década de los 60,
comerciaban con diversos productos que los campesinos les
proveían, sin limitarse exclusivamente al maíz,
para después transportarlos en asnos para su venta en el
Perú. Uno de estos comerciantes contaba además con
una tienda de productos de primera necesidad en la
localidad.

Los primeros automotores en Pindal, adquiridos por estos
comerciantes pioneros, fueron introducidos en la zona hacia
finales de los años 60. Estos vehículos, no
obstante, no podían ingresar a los barrios alejados de
Pindal por la falta de caminos, por lo que no se podían
transportar los diversos productos de la zona fuera de la misma.
Debido a esto, aún por esos años, el transporte se
realizaba a través de equinos.

Las tierras en las cuales se asientan los barrios del
cantón Pindal pertenecen a la Comuna de Milagros,
legalizada en el año de 1938. Sin embargo, la forma de
organización comunal fue perdiendo fuerza paulatinamente,
acentuándose tras la sequía de 1968, cuando los
comuneros dejaron de cumplir sus obligaciones por concepto de
utilización de la tierra.

Con el advenimiento de la sequía, los hombres de
la zona migraron, en su mayoría, hacia la región
costera del país. La autosubsistencia se vio modificada
por una interacción más intensa con el mercado,
dado que el fruto de su trabajo fuera de los barrios de origen ha
servido para el abastecimiento de alimentos en Pindal y en
Perú. En adelante, se ha mantenido una migración
temporal en la zona, que persiste hasta el día de
hoy.

A medida que fueron avanzando los años,
también aumentó el número de comerciantes en
Pindal, dado que se fueron intensificando las relaciones de los
barrios y la cabecera cantonal, sobre todo de aquellos más
próximos a la misma, disminuyendo su aislamiento. El 15 de
agosto de 1989 Pindal fue cantonizado, lo cual facilitó la
gestión política y administrativa al contar la zona
con recursos propios para las obras requeridas. A Las
Peñas, por ejemplo, la carretera al igual que la
electricidad llegó en el 2002 como obra de la
alcaldía de Pindal. El agua potable llegó en el
2007 con la Cruz Roja de España y la Cruz Roja de
Loja.

Se dijo que tras la sequía hubo una
reconfiguración en los cultivos, mas no se produce
todavía la consolidación de un monocultivo en la
zona, como ocurre en la actualidad.

Varios fueron los factores que incidieron en esta
modificación. Para empezar, el advenimiento de plagas que
afectaban a productos importantes en la zona como el café
y la zarandaja, favorecieron posteriormente al monocultivo del
maíz.

En cuanto al café, es importante señalar
que los cultivos declinaron aún más por la
modificación adversa de los precios para los productores
en el mercado mundial desde el año de 1995 en adelante.
Frente al abandono del cultivo del café, el cultivo del
maíz aumentó considerablemente por los efectos
favorables (en cuanto a rendimiento) derivados del uso de la urea
y de herbicidas como la atrazina.

Estas innovaciones en las tecnologías de
producción facilitan el cultivo de maíz amarillo en
Pindal. Hacia 1994, cuando Agripac, empresa de insumos
agrícolas pionera en la zona, inició sus
actividades en la zona de Pindal, transformando el paisaje de la
zona.

Los Productores
de Maíz de Pindal

La única asociación de productores
existente en la zona es la Corporación de Productores
Agropecuarios de Pindal (Corpap) creada en el 2004, la misma que
trabajaba con el apoyo del Fondo Ecuatoriano Canadiense. Esta es
una asociación de segundo grado que agrupa a 27
asociaciones de base existentes en los barrios de Pindal y cuenta
con 650 socios. En el año

2007 se creó, con apoyo del Fondo Ecuatoriano
Populorum Progressio (FEPP), el Centro de Negocios Campesino,
siendo el brazo de comercialización de la Corpap, y cuyo
objetivo es el de realizar compra y venta asociativa.
Además, cuenta con una caja de ahorro y crédito
apoyada por la Cooperativa Codesarrollo, ligada al Grupo Social
FEPP.

A pesar de las dificultades que tienen los agricultores
con la rentabilidad del maíz, en la encuesta realizada por
RIMISP-UASB un 75% de estos no pertenecen a ninguna
asociación de productores. Esta cifra refleja que no ha
habido una organización social fuerte que lleve a los
agricultores a buscar opciones de mejora de sus condiciones,
tanto de producción como de comercialización, y
peor aún la consecución de reivindicaciones de
carácter político.

Los factores que impiden la organización social
son principalmente la premura al momento de la venta para el
cumplimento de las obligaciones financieras adquiridas y, por lo
tanto, la falta de compromiso con los contratos prefijados (por
ejemplo con la Asociación de Avicultores de Balsas).
Además, hay una debilidad organizacional de la zona. Desde
el punto de vista de Wilson González de FIE en Alamor, una
razón determinante en la mentalidad de las personas en
Pindal es la ausencia de haciendas.

Los campesinos en Pindal siempre han tenido una
comodidad relativa dentro de la Comuna de Milagros en donde
trabajaban su tierra y se autoabastecían. En otras zonas
de Loja, como Espíndola, la estructura agraria dominada
por terratenientes ha hecho que la articulación de
asociaciones sea más fácil, dado que tienen una
tradición de explotación en donde las conquistas
sociales han sido importantes y, por lo tanto, la
organización indispensable. Además, como fruto de
la pugna por la compra de maíz, los comerciantes
establecen distintas estrategias para atar a los productores a
sus redes comerciales.

Existe una multiplicidad de factores que dificultan un
mejor impacto de la actividad maicera en la zona. Los principales
problemas que inciden en las ganancias de los productores de
maíz son: tenencia de la tierra. Según la encuesta
a productores de maíz amarillo de Pindal realizada dentro
del marco del proyecto de investigación RIMISP-UASB, de
394 productores encuestados, el 52% cultiva en tierra arrendada y
el 19,8% cultiva en tierra propia y arrendada conjuntamente.
Igualmente, el Plan de Desarrollo Cantonal de Pindal estima que
un 60% de los productores de maíz arriendan la tierra
donde trabajan. Para efectivizar este arriendo los productores
llegan a pagar entre 100 y 150 dólares por
hectárea, comprometiéndose a dejar el rastrojo en
el terreno para el ganado de los propietarios. La tierra debe ser
reservada en los primeros meses de cosecha (junio y julio), aun
cuando la siembra empieza apenas en enero. Esto debido a la alta
demanda de los terrenos y a la disponibilidad de liquidez de los
productores en esos momentos. El hecho de que la mayoría
de agricultores tengan que recurrir a tierra arrendada aumenta
significativamente los costos de producción. Producir
maíz tecnificado cuesta alrededor de 1 000 dólares
por hectárea, según estimaciones del MAGAP. De este
monto, entre 100 a 150 dólares por hectárea
corresponden al arriendo de la tierra.

El precio de compra de una hectárea en la zona
puede oscilar entre los 1 500 a 2 500 dólares dependiendo
de la cercanía a la cabecera cantonal y de la calidad del
suelo. Sin embargo, los campesinos no están en condiciones
para procurarse tierras propias. Técnicos del Banco
Nacional de Fomento estiman que las familias terratenientes
poseen buena parte de la tierra en Pindal, entre las cuales
menciona a 6 principales, quienes son las que arriendan las
parcelas a los campesinos.

El Comercio del
Maíz

La comercialización constituye el segundo
eslabón en la cadena productiva del maíz amarillo
en Pindal, puesto que una vez cosechado el maíz es vendido
a diferentes tipos de comerciantes y clientes. A
continuación se establecerán tres categorías
principales atendiendo a su relación con productores. A
partir de esta clasificación se analizarán las
diferencias que cada uno de estos compradores ofrecen al momento
de la transacción comercial.

Los comerciantes realizan, básicamente, la
actividad de intermediación comprando maíz a los
agricultores y comercializándolo en Pindal, Alamor o en
otras ciudades. Cuentan con una bodega para acopiar el
maíz, tanto para poder vender grandes volúmenes o
como para poder almacenarlo más allá de la
época de cosecha y sacar provecho de mejores precios. En
Pindal existe alrededor de una decena de comerciantes
intermediarios de este tipo. En Alamor son cuatro los principales
compradores de maíz de Pindal.

Antiguamente la vialidad era precaria, siendo los
agricultores quienes traían en piaras de burros los
productos cosechados a Pindal. Al haber un número limitado
de comerciantes en ese entonces, eran ellos los que
ofrecían el precio que deseaban a los productores
aumentado su ganancia (pagaban entre 4 y 5 dólares por un
quintal de maíz). Con el tiempo fueron apareciendo nuevos
comerciantes, sin que esto llegue a alterar de manera
determinante la estructura de intermediación, dado que las
prácticas comerciales eran las mismas (ejercicio de un
alto poder de negociación y trampas al pesar el
maíz). No fue sino hasta finales de la década de
los 90 cuando la situación vial del cantón
inició una mejora significativa y los comerciantes de
otras ciudades empezaron a ingresar a los barrios, dejando de
lado la intermediación de los comerciantes de Pindal y
Alamor.

Desde ese entonces y hasta la actualidad los
intermediarios pindaleños que ejercen esta labor comercial
se dedican también a la provisión de productos de
primera necesidad a través de tiendas en Pindal. Si bien,
no todos los comerciantes tienen estas tiendas en el pueblo, en
su mayoría se dedican a la entrega de este tipo de
víveres, vituallas y urea en los diferentes barrios de la
localidad, distribuyéndolos mediante sus camionetas. Este
servicio a domicilio, que suple las necesidades de los
agricultores, implica una prestación de servicio
financiero a modo de crédito que deberá ser
cancelado en maíz durante la época de la cosecha.
Esto evidencia la poca capacidad de ahorro que tienen los
productores de maíz, dado que deben incurrir en este tipo
de préstamos para satisfacer sus necesidades
básicas. Asimismo, se evidencia su dependencia respecto al
mercado de Pindal, puesto que hay una gran necesidad de
víveres para la subsistencia desde que hubo un
desplazamiento de los cultivos de autosubsistencia por el
monocultivo del maíz.

La distribución de víveres a domicilio es
una actividad frecuente en la zona, desde que las vías de
acceso son carrozables, situación que benefició sin
duda el comercio regional y nacional de maíz.

La apertura de vías carrozables convirtió
a Pindal en una fuente importante para el aprovisionamiento de
maíz, tanto a nivel regional como nacional. Las nuevas
vías, que surgieron aproximadamente a finales de los 90,
han permitido que los comerciantes hayan optado por comprar el
maíz directamente en las unidades productivas obviando la
intermediación del comerciante tradicional de Alamor y
Pindal. El ingreso de estos comerciantes al mercado de Pindal
eliminó la hegemonía de los intermediarios
tradicionales en la zona, dado que éstos entran al mercado
ofreciendo un mejor precio a los agricultores. Desde la
perspectiva de los productores, los comerciantes de otras
ciudades han mejorado el panorama económico de los
productores locales al extender el mercado, que antes se limitaba
al monopolio de los compradores de Pindal. Además, los
comerciantes de otras ciudades han impulsado la
proliferación de acopiadores en los barrios que tienen la
función de reunir maíz en sus localidades para
vender a los compradores foráneos, obteniendo una ganancia
por esta actividad.

De hecho, el aumento de los precios del maíz y la
mejora vial volvieron atractiva esta zona productora de
maíz en los años 2000. Con el aumento de la
producción y los precios, proliferaron transportistas (que
vienen a ser una suerte de intermediarios sin bodega porque
comisionan por la compra y venta de maíz) y nuevos
comerciantes (extra regionales), que a su vez tuvieron el efecto
de debilitar el monopolio de los comerciantes tradicionales de
Pindal y Alamor.

Según la encuesta a productores y comerciantes
dentro del marco del proyecto RIMISP-UASB que analizó el
caso del maíz amarillo en Pindal, los comerciantes de
otras zonas que más ingresan a Pindal provienen de las
siguientes ciudades: Balsas, Cuenca, Loja, Ambato, Quito,
Huaquillas, Machala, Guayaquil, Piñas, entre otras. De
estas ciudades, la ciudad que mantiene mayor flujo comercial con
Pindal es Balsas, puesto que la industria avícola de esta
ciudad se abastece del maíz de la localidad lojana.
Balsas, antiguo centro cafetalero de la provincia de El Oro, tras
la pérdida de competitividad en esta actividad
reorientó sus actividades hacia la avicultura hace
aproximadamente dieciocho años y, en la actualidad, es la
crianza de aves el principal soporte económico de la zona.
Actualmente los avicultores han dejado de comprar balanceado y en
un afán de reducir sus costos de producción lo
fabrican artesanalmente.

Sin que existan estadísticas exactas sobre el
número de planteles avícolas en la zona debido al
dinamismo del negocio, se estima que hay alrededor de 120
pequeños y medianos avicultores. En Balsas se producen
aproximadamente 800 000 aves al mes, abasteciendo con esta
producción parte del consumo de pollo de las provincias
Azuay, Guayas, Loja, Morona Santiago y El Oro. Los avicultores de
Balsas señalan que en época de cosecha del
maíz de Pindal, todos se aprovisionan en este
cantón debido a la cercanía y a la calidad del
maíz. Se estima que alrededor de 350 000 quintales de
maíz de la cosecha de Pindal del 2009 sirvieron para
suplir las necesidades de balanceado de los avicultores de
Balsas.

En Balsas los avicultores señalaron recurrir a
diversas formas de aprovisionamiento de maíz. Ciertos
avicultores viajan a Pindal y a los barrios en busca de mejores
precios; varios de estos compran directamente a los agricultores
que ya conocen o a acopiadores en los barrios que reúnen
para ellos las cantidades solicitadas de maíz, como es el
caso de la Sociedad Avícola Z54. Algunos avicultores lo
compran a transportistas que ingresan a los barrios o que compran
a los mismos comerciantes de Pindal y que lo llevan hasta Balsas.
También los mismos comerciantes de Pindal llevan
maíz en su propio transporte a sus clientes. Las
relaciones con los comerciantes de Pindal están basadas en
el acceso a mayores volúmenes de maíz y en las
facilidades de pago (puesto que las transacciones son a
través de depósitos bancarios por motivos de
seguridad, con una factura para justificar una futura
importación de maíz y a plazos). Estas son
condiciones que los productores en las chacras no están en
capacidad de ofrecer. En las chacras se compra en efectivo, se
paga al instante de la transacción y sin emitir
facturas.

En Balsas, principal centro avícola de la
provincia de El Oro, actúan ambos tipos de comerciantes,
tanto los tradicionales de Pindal como aquellos de Balsas que
acuden a las chacras a comprar el maíz requerido. Existen
igualmente transportistas que realizan la intermediación,
uniendo a los agricultores y a los avicultores, saltando a los
comerciantes tradicionales de Pindal. En la relación
comercial del maíz los avicultores tienen la posibilidad
de escoger a quién y cómo comprar.

Pronaca es la mayor empresa agroindustrial del
país que promueve la compra directa a agricultores en el
país a través de programas de integración de
cadenas productivas. Su objetivo es articular la
producción agrícola, en este caso de maíz,
con la producción pecuaria e industrial y, finalmente, el
mercadeo. Los eslabones últimos de la cadena se encuentran
bajo la responsabilidad del mismo grupo empresarial, mientras que
la agricultura es integrada a la cadena mediante contratos
pre-establecidos de compras anuales o mensuales. Este sistema,
sin embargo, no tuvo éxito en Pindal.

En estos contratos interactúan tres partes: por
un lado los agricultores, por otro una institución
financiera y finalmente Pronaca. El Banco otorga un
crédito a los agricultores, el mismo que es retenido por
Pronaca (quien cumple la función de agente de
retención y no de garante). La empresa a su vez le entrega
al agricultor el crédito en forma de un paquete
tecnológico, que incluye la semilla certificada, los
fertilizantes, herbicidas y la asistencia técnica,
requerido para el cultivo del maíz con un alto
rendimiento. El productor, cancela en forma de maíz el
crédito a Pronaca, quien a su vez le reembolsa al Banco el
crédito en dinero. Se establece entre Pronaca y los
agricultores un contrato de compraventa a 80 días de la
siembra, en donde se evalúa el volumen a cosechar del
maíz sembrado. La empresa mantiene un seguimiento hasta el
día de entrega del producto con el cual se salda la deuda.
El resto de maíz vendido representa las ganancias que los
productores perciben.

Esta modalidad de agricultura por contrato, integrando a
los productores de forma directa a la cadena productiva de aves,
funciona principalmente en la provincia de Los Ríos pero
no en Loja. A partir del año 2000, la empresa, junto con
el Banco de Loja, Predesur, el Jefe Político de Pindal de
la época, trataron de implementar el mismo sistema de
comercialización directa y financiamiento, no obstante,
los agricultores en Pindal son renuentes a vender su maíz
mediante compras preestablecidas, al mismo tiempo que los
comerciantes de Pindal se esfuerzan por mantener su
porción en el mercado y acceder a la cosecha adoptando sus
estrategias. El primer año, que involucró
únicamente a 35 agricultores, éstos recibieron el
financiamiento, sin embargo, apenas se logró cumplir el
70% de la entrega de maíz pactado.

Si bien, hasta la actualidad un representante del Banco
de Loja que financia la siembra de maíz, y además
entrega el paquete tecnológico (tanto de India /Pronaca
como de otras empresas agroquímicas) a los consignatarios
de los créditos, no se completa la parte comercial del
círculo, porque los agricultores cancelan los
préstamos en dinero en efectivo y no en maíz, por
lo que conservan la libertad de vender el maíz a quienes
ellos prefieran. Vender a Pronaca, sin embargo, siempre es una
opción que debe ser concretada antes de la cosecha, lo que
resulta poco atractivo para los agricultores que apuestan a la
venta en las últimas semanas con el la confianza de
recibir un mejor precio.

Actualmente, en la zona existen dos contactos para que
el campesino venda su maíz a Pronaca. El primero es Dalton
Valdivieso (vínculo Banco de Loja) y el segundo es la
Corpap. De la producción total de Pindal a través
de los dos canales mencionados, Pronaca compra apenas el 10 o 15%
de la producción total del cantón. Lo que Pronaca
representa a nivel nacional, no se refleja en Pindal, puesto que
esta empresa es el principal comprador de maíz amarillo en
el país. Pronaca satisface un 70% de la demanda total de
maíz con producción interna importando un 30%,
únicamente. Por lo tanto, sus compras en Pindal son,
más bien, marginales.

En el 2009 Pronaca compró a Corpap casi 3 000
toneladas y a Dalton Valdivieso alrededor de

400 toneladas. Como vemos, el mayor proveedor de Pronaca
en Pindal es la Corpap, que ha venido realizando convenios de
venta en los últimos años.

Pronaca paga el precio oficial fijado por el Consejo
Consultivo del Maíz una vez que el maíz ha llegado
a Durán. En el año 2009 los productores vendieron a
13,10 dólares el quintal, cuando el precio oficial era de
14,30 dólares. A los productores de Pindal se les aplica
un descuento de 1 dólar sobre el precio oficial por
motivos de transporte y 20 centavos por rubros administrativos.
Corpap explica que de más de 600 socios, apenas 100
vendieron en aquel año a Pronaca.

Los productores prefieren no comprometer sus cosechas
porque en ciertas semanas, sobre todo al final de la temporada de
cosecha, pueden conseguir precios superiores al precio oficial
descontado que ofrece Pronaca y esta expectativa es más
importante que una estabilidad de precios. Si bien, en ciertos
momentos, sobre todo al inicio de la cosecha, pueden percibir
precios bajos, por debajo del precio oficial e inclusive
inferiores a los costos de producción, la subida en las
semanas venideras crea expectativas de variación favorable
de precio para los agricultores.

Al contrario de lo que ocurrió en Los
Ríos, en Pindal hubo un menor interés por estos
convenios de compra, aún cuando vender a Pronaca u otros
compradores preestablecidos representa una estabilidad tanto en
el tiempo como en el precio. Pronaca requiere comprar
volúmenes de maíz importantes, tal como lo hace en
Los Ríos, pero no desea invertir en infraestructura de
acopio sino que desea que sea una inversión mancomunada
con las contrapartes. El Consejo Provincial ha mantenido esos
proyectos de acopio que sin duda beneficiarían al comercio
directo de maíz con las empresas como Pronaca pero muchas
cosas quedan en palabras y no se consolidan sus proyectos en
realidades, lo cual para Pronaca este hecho de no contar con un
centro de acopio entorpece la articulación de la cadena
productiva maíz/aves.

Tanto los comerciantes de Pindal como los comerciantes
foráneos ofrecen precios a los productores, que
fluctúan de acuerdo a la época de cosecha, siendo
el precio menor al inicio del tiempo de cosecha y al final de
temporada de cosecha el período en el que los precios son
más altos. Ambas redes, por lo tanto, son comparables en
cuanto a la volatilidad del precio, tomando en cuenta que los
comerciantes extra regionales ofrecen un monto superior por
quintal de maíz (un estimado de 20 centavos por
quintal).

Por otro lado, las dos redes están igualmente
expuestas a los mismos mercados finales de consumo, más
allá de las cadenas de intermediación.

Pronaca, por su parte, ofrece un precio estable oficial
que no expone a los productores a las desventajas de una
caída o los beneficios de los periodos de alza. Sin
embargo, no se puede vender a Pronaca sino mediante un acuerdo
previo, lo que pocos agricultores están dispuestos a
aceptar. Pronaca es, además, el consumidor final del
maíz, puesto que lo transforma en balanceado, en su
mayoría para el autoconsumo de sus granjas
pecuarias.

Se necesitaría más datos empíricos
que rastreen la evolución de los precios de maíz en
Pindal durante la cosecha, para poder establecer si los picos en
la línea de precios justifican las ventas a un precio bajo
al inicio de la temporada, y así poder comparar los
beneficios entre vender a Pronaca al precio oficial y vender a
los intermediarios o a los compradores extra regionales. Esto,
además, varía según el año; por
ejemplo, si existe una sobreoferta de maíz debido a
importaciones, el precio de mercado puede caer y el precio
oficial puede ser muy ventajoso, pero si existe un déficit
en las existencias de maíz, el precio oficial puede no
reflejar los precios de mercado sino ser inferior. De cualquier
manera, el productor tiende a apostar a las ventas en las
últimas semanas porque existe una sensación, que
puede ser real o no, de recuperar la inversión; por esto
prefiere guardar el maíz disponible, siempre y cuando las
obligaciones financieras previas y futuras no sean tan
apremiantes (cancelar créditos y arrendar tierras). Esto
ha llevado a los productores a prevenirse de realizar acuerdos de
venta fijos o a incumplirlos.

Es claro, que los productores de maíz de Pindal
no son favorables a las ventas prefijadas y prefieren los precios
libres del mercado. El caso de Pronaca se ve agravado por la
distancia entre Pindal y Durán, además de las
exigencias en humedad e impurezas. Por esto, Pronaca absorbe
menos del 10% de la producción local.

Entidades
Financieras

Las instituciones financieras forman parte de los
servicios que surgen para viabilizar la inversión en los
cultivos de maíz duro en Pindal. Las principales entidades
financieras a las cuales recurren los productores son el Banco
Nacional de Fomento, el Banco de Loja, Codesarrollo y CACPE
Macará.

Banco Nacional de Fomento

El Banco Nacional de Fomento (BNF) entrega los
créditos en efectivo, lo cual es atractivo para el
agricultor, sin embargo, hace algunos atrás esta entidad
pública soportó una grave descapitalización,
por lo que muchos agricultores preferían acudir a la banca
privada, ya que en el BNF sus trámites demoraban mucho
tiempo o sus requisitos eran demasiado complejos; sin embargo con
el actual gobierno, esta entidad pública ha empezado a
actuar de manera más activa financiando a los diferentes
sectores productivos, entre ellos el cultivo de maíz duro,
que es la principal fuente de ingresos en este cantón.
Como se señaló anteriormente, este Banco ofrece
dinero en efectivo ofreciéndole al productor la
opción de adquirir los insumos agrícolas donde
mejor le convenga, otorgando un financiamiento de 650
dólares por hectárea de cultivo, además sus
intereses están muy por debajo de los que puede ofrecer la
banca privada, cuenta con un seguro agrícola y sus
requisitos han sido modificados al punto que no se vuelva
difícil la presentación de requerimientos por parte
del productor.

El Banco de Loja y las otras cooperativas realizan
préstamos con garantía cruzada, es decir, un tipo
de garantía en la que terceros agricultores son civilmente
responsables por sus préstamos entre sí. Otra
característica de la banca privada es que en su
mayoría, en Pindal, trabaja mediante la entrega de un
paquete tecnológico de insumos agropecuarios que incluye
la semilla, así como los fertilizantes y herbicidas como
parte del crédito. El caso más emblemático,
no sólo por ser el principal prestamista privado en la
zona, sino también por ser el más antiguo, es el
del Banco de Loja.

El Banco de Fomento se encuentra presente en Pindal
desde el 2008. Tiene distintas líneas de crédito,
pero como es de suponer, la mayoría de créditos son
agrícolas, en este caso, para la formación de
cultivos de ciclo corto (maíz duro), con plazo de un
año y sin período de gracia. Estos son
quirografarios y van de entre 500 a 15 000 dólares. Si
acaso se demanda una suma mayor vienen a ser
hipotecarios.

Lo que hace atractivo al crédito del Banco de
Fomento son sus tasas de intereses menores, el no pedir encaje y
el hecho de que no se exige la adquisición de un paquete
tecnológico, sino que se lo entrega en efectivo. Sin
embargo, la mayor dificultad para acceder a los créditos
del Banco Nacional de Fomento es la exigencia de la copia del
contrato de arrendamiento inscrito en los Juzgados de Inquilinato
o título de propiedad del lugar de la inversión.
Como se dijo anteriormente, existe un problema de tenencia de la
tierra en Pindal y los contratos de arrendamiento son en su
mayoría informales.

Banco de Loja

El programa de financiamiento para la siembra de
maíz nació en el año 2000 como iniciativa de
Dalton Valdivieso, Jefe político de Pindal en la
época, y de Rafael Dávila, diputado y actual
asambleísta por la provincia de Loja. Ambos articularon un
proyecto en el que pretendían financiar la siembra de
maíz, elevar la productividad, y viabilizar la
comercialización. Se contactó con estos fines a
Pronaca para la asistencia técnica, la provisión de
insumos y la comercialización; también a Predesur
para que brinde apoyo técnico, y al Banco de Loja para que
financie los créditos.

En un inicio, el proyecto previó que funcione en
ambas vías, tanto en la financiera como en la comercial,
mediante compras prefijadas, como funcionó en la provincia
de Los Ríos, sin embargo, no hubo éxito. Por otro
lado, al empezar el programa se impuso un paquete
tecnológico fijo que vendía a los productores los
insumos y las semillas de India, empresa que forma parte del
grupo Pronaca. Esta entrega de un paquete fijo tuvo que ser
modificado, dado que los agricultores no se sentían
satisfechos. Como resulta previsible, los campesinos quisieron
elegir la cantidad de producto a adquirir y la empresa a la que
le comprarían. Si bien, se trató de imponer los
productos de India, en vista de que la comercialización
prefijada no tuvo éxito, tampoco estaban obligados los
propulsores del proyecto de financiamiento a ofrecer
únicamente insumos de Pronaca.

Proveedores de
Insumos

En Pindal existen tres tiendas de insumos
agroquímicos que realizan la venta libre. Estas tiendas
pertenecen a Lenin Ortiz, Alfredo Sánchez y Oswaldo Eras.
Además, las instituciones financieras privadas entregan
estos insumos como parte de sus créditos. La Corpap, por
su parte, tiene también un centro de venta de insumos para
sus socios.

Galo Orellana vecino de la localidad de Alamor, provee
de agroquímicos y semillas a las tres tiendas existentes
de Pindal, así como a las entidades financieras que en sus
créditos ofrecen paquetes tecnológicos. Galo
Orellana es el mayor almacenista de insumos agrícolas,
siendo el distribuidor oficial de Agripac (empresa de importancia
crucial en la región maicera de Loja).

Las tiendas de insumos en Pindal sirven para abastecer a
aquellos agricultores que trabajan sin financiamiento o cuyos
préstamos no incluyen un paquete tecnológico
(cómo es el caso de los prestamistas del Banco de
Fomento). Según el testimonio de uno de los distribuidores
de insumos, pocos son los campesinos que trabajan con semilla
criolla por lo que la venta es importante. Sin embargo, las
tiendas de insumos no otorgan créditos a los compradores
puesto que no tienen medios para garantizar los pagos.
Así, el 80% de los clientes pagan al contado (muchos de
los cuales deben financiarse mediante créditos) y apenas
un 20% de la cartera de clientes puede llevarse los productos a
crédito.

Según estudios del MAGAP, de los costos de
producción tecnificada por hectárea (1 064,12
dólares), alrededor de 334 dólares corresponden a
insumos agrícolas, rubro que incluye la semilla,
fertilizantes y fitosanitarios. Sin embargo, los costos pueden
descender de acuerdo a la cantidad que los agricultores
consideren necesarios o se permitan invertir.

En la pugna por el mercado de los insumos, Agripac tiene
una ventaja en Pindal, dado que es Brasilia la semilla más
adaptada y mejor cotizada en la zona. Por esto, la empresa
agroquímica puede permitirse imponer insumos junto con la
venta de la semilla. Por otro lado, India promueve la venta de
sus productos a través de los promotores del Banco de
Loja, tanto de la semilla como de los insumos.

Los
Ingresos

Los ingresos de los productores del cantón Pindal
son obtenidos preferentemente de su producción
agrícola (cultivo de maíz duro), cría de
algunas especies animales, como ganado vacuno, cerdos y aves, las
cuales son utilizadas para el consumo de sus familias y un bajo
porcentaje para la venta; a esta fuente de ingresos se suma su
venta temporal de fuerza de trabajo y el crédito otorgado
por las entidades financieras.

Producción global. Esta comprende todas
las actividades a las cuales se dedican los productores,
incluyendo su actividad principal como es el cultivo de
maíz duro y actividades complementarias las cuales generan
de una u otra forma ingresos para la familia.

La producción agrícola. En el
Cantón Pindal esta actividad ocupa un lugar de
trascendental importancia, ya que constituye la principal fuente
de ingresos no sólo para los productores, sino
también para quienes están dedicados a las
actividades comerciales, para los transportistas y proveedores de
insumos; de ahí que el futuro de los habitantes de este
sector del país está precisamente basado en el
éxito de esta actividad y el apoyo e impulso que pueda
recibir por parte del Estado.

La producción pecuaria. Constituye una
actividad complementaria para muchos agricultores; entre estas
actividades están la cría de ganado vacuno, con la
venta de su leche o carne tienen una fuente adicional de
ingresos; sin embargo, los costos de mantenimiento de esta
especie suelen ser altos por la elevada demanda de tierra en la
producción agrícola, donde en época de
invierno los costos del pasto son sumamente elevados, obligando
al campesino a vender sus animales para no pagar el costo de los
pastos; la cría de cerdos y aves es una actividad
más común en vista que su alimentación es a
base de maíz, producto de gran disponibilidad en el medio
y además que estas especies no necesitan mucho espacio
para desarrollarse y su consumo es casi permanente.

Los ingresos extra finca. Están
representados por aquellas cantidades de dinero que los
productores reciben por realizar trabajos fuera de su finca, lo
cual es común en los meses de abril y mayo, cuando los
cultivos de maíz en esta zona ya quedan listos a la espera
de su secado y cosecha; muchos agricultores acuden mayormente a
ofrecer su mano de obra en la provincia de El Oro, donde existe
mucha oferta de trabajo en las bananeras y camaroneras del
sector.

El crédito. Este es sin duda una
vía de capitalización de las familias del
cantón, especialmente el concedido por el BNF que les
otorga créditos agropecuarios y créditos de
desarrollo humano, con intereses blandos, con el objetivo de que
los productores puedan ir creciendo en sus inversiones con el
transcurrir de los años; el segundo tiene una gran demanda
en épocas lluviosas cuando se necesitan recursos para
culminar los trabajos en los cultivos.

Los
Egresos

Los rubros que conforman los egresos monetarios
más importantes de las familias campesinas son los
siguientes:

Herramientas y aperos. Entre los que se incluyen:
lampa, barreta, machete, bombas aspersoras, alforjas, lomillos,
etc., los cuales les sirven para el desarrollo de su trabajo
diario.

Atención médica. Este rubro es muy
difícil de establecer, pero a decir de las familias
campesinas hoy en día en los lugares de atención
médica públicos les facilitan las recetas de manera
gratuita y en otros casos cuando no la hay deben acudir a comprar
en las farmacias de la cabecera cantonal.

Vestuario. Por lo general los campesinos del
sector, en función de cómo dividen su tiempo para
producir, para descansar (domingos) y para divertirse
(días festivos), utilizan su vestimenta. El traje diario
esta compuesto por un pantalón, una camisa, botas siete
vidas y sombrero, que por lo general son rezagos de otros trajes
envejecidos. La postura festiva o dominguera con la que acuden a
misa, a las reuniones importantes o a las fiestas de los barrios
o cabeceras cantonales es: camisa, pantalón y zapatos de
poco uso.

Educación. Este rubro lo componen los
gastos en útiles escolares y otros gastos complementarios
como son uniformes y el dinero para los recreos, aunque en la
actualidad el Estado se encuentra realizando un gran esfuerzo
para otorgar textos y uniformes a todas las instituciones de
educación pública en etapa escolar.

Alimentación. A medida que se altera el
patrón alimenticio ancestral del campesinado se
acentúa su dependencia con respecto al mercado de
productos alimenticios. Si bien las familias consumen muchos de
los bienes que producen: maíz, yuca, frejol y algunos
cítricos; sin embargo, se va ampliando gradualmente la
compra de otros productos en el mercado.

Reembolso de crédito.- Las obligaciones
monetarias, adquiridas con las entidades financieras, le
significa a cada familia beneficiada un egreso tanto del capital
prestado más sus respectivos intereses.

Contrato de mano de obra. Este constituye un
importante egreso en la zona ya que la contratación de
jornaleros para cubrir las necesidades de mano de obra en
épocas pico se vuelve indispensable y su costo se torna
elevado por la fuerte demanda de la misma.

Productos químicos. La utilización
de productos químicos para el control de plagas y
enfermedades se vuelve una necesidad creciente entre los
agricultores de la zona, primero porque la agricultura comercial
así lo exige, donde la inclusión de abonos
minerales, como la urea principalmente, incrementan la
producción por hectárea de cultivo, lo cual es bien
visto por el productor, puesto que los métodos
tradicionales ya no resultan eficaces frente a esta realidad, y
segundo por la promoción de las almaceneras de una
infinidad de insumos.

Bibliografía

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Autor:

Yofre Ortega Ortega

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