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Implicaciones de la ausencia paterna en el desarrollo socioemocional del adolescente (página 2)




Enviado por carlos



Partes: 1, 2, 3

Según Ofelia Ramos y Otros (2006) plantean
diferentes funciones de la familia generales, de acuerdo con sus
particularidades, formación que los miembros que la pareja
conyugal han realizado en los sistemas familiares de origen, con
la estructura, organización y funcionamiento,
entre ellas tenemos:

Función de Perpetuación de la
especie o supervivencia
:
Para algunas familias la
razón de su unión es la reproducción. Para
otras, la reproducción es voluntaria, controlada por la
pareja, especialmente por la mujer, debido a los cambios
generados en su situación dentro de la familia, de esta
situación, el hijo es deseado y planteado; se construye el
espacio físico-emocional y también se consideran
las condiciones económicas adecuadas antes de su llegada.
La relación de la reproducción y la posibilidad d
esperar el momento adecuado para llegar a ella han permitido
diferenciar entre la pareja reproductiva y la productiva, siendo
esta ultima la que desea con su fin último es de
gratificarse y consolidarse como aliada conyugal.

Función de Sobrevivencia
económica
:
Esta función fue tarea del
hombre en la familia tradicional, luego fue ayudado por la mujer.
La actividad laboral de la mujer ha variado con el tiempo lo cual
ha elevado también a un cambio en la dinámica
interna familiar, en las parejas jóvenes hay una tendencia
a la repartición equitativa de las tareas del hogar, el
manejo democrático de la autoridad y el desplazamiento de
funciones que eran propias de la familia hacia otras
instituciones sociales. Estos factores de una u otra forma han
contribuido en la ruptura y sucesivas uniones de parejas.
También se han multiplicado las nuevas tipologías
de familiares.

Supervivencia Cultural-Social: Es la que
se encarga de las transiciones de valores, normas y pautas de
compartimientos, facilita los moldes de identificación
para el niño, el modelo de identidad del género y a
la expresión corporal. El aporte principal en la
socialización era responsabilidad de la madre, luego el
padre facilitaba el rompimiento del vínculo madre-hijo,
participando como modelo de la identificación sexual y
genital para el hijo. En los actuales momentos esta
función ha pasado al docente con su comportamiento y sus
valores, son los modelos que el niño incorpora. La
socialización es delegada tempranamente a las
instituciones educativas y la eficacia de esta dependerá
de la capacitación que tengan los docentes que atienden a
los niños y jóvenes y de los comportamientos y
actitudes de los compañeros, quienes adquieran más
importancia o influencia que los adultos que los
rodean.

Funciones de la Dinámica
Externa
: El cumplimiento de estas
dependerá del tipo de familia y de la formación que
los miembros de la pareja conyugal han realizado en los sistemas
familiares de origen, realizando adaptaciones de acuerdo con la
estructura organización y funcionamiento, entre ellas
tenemos:

1. Función de cónyuges:
Las relaciones de parejas, como las de las familias, tienen
múltiples formas entre las más significativas
encontramos: la patriarcal, donde la relación de pareja
busca la reproducción como fin primordial de su
unión, en la que el hombre requería de dos mujeres
para satisfacción erótica-genital, la esposa para
la procreación y la amante que le ofrecía la
posibilidad de satisfacer sus necesidades eróticas. Otro
tipo de relación de pareja es la que se une en
búsqueda del crecimiento de relación de pareja,
tiene como fin la gratificación erótica-afectiva.
La función conyugal de los tipos de uniones antes
mencionadas, esta relación tiene como tareas evolutivas el
conformar el subsistema conyugal basado en acuerdos y la
manifestación mutua y reciproca de sentimientos de apoyo,
solidaridad y afecto.

2. Función del Padre: El papel de
padre, se adquiere más de las equivocaciones que de los
éxitos, y aumenta la posibilidad de que uno tenga para
aceptar las condiciones y necesidades que el otro plantea frente
al hijo. El papel del padre varía de acuerdo como las
condiciones sociales y culturales en las que se encuentren
ubicada la familia. Hay variedad de estilos de ser padre y estos
van desde ser solo el proveedor económico de la familia,
hasta el que cuida y cría a los niños cuando la
madre trabaja y estudia.

Por lo tanto, las tareas evolutivas que se le asigna al
padre dependen de la forma como está organizada la familia
y de las características socioculturales del entorno
social en que la familia se desarrolla. Es decir, el padre como
modelo masculino y la vivencia de su relación como
compañero de la madre, les ofrece a los hijos el apoyo
emocional afectivo y moral que requieren. En los hogares donde
los padres tienen más presencia en la crianza de los
hijos, estos tienen mayores posibilidades emocionales,
intelectuales, sociales y espirituales en su proceso de
desarrollo.

3. Función de la Madre: El modelo
de ser madre, como el de padre varia de una madre a otra, debido
a que en este influyen las características personales,
conductuales y actitudinales, esta sin tomar en cuenta los
determinantes culturales y estructurales de la familia de la que
proviene la madre. El rol de madre es complejo, porque debe
contener una relación interactiva entre ella y su hijo y,
además, desarrollan en él otra serie de actividades
como: amarlo, quererlo, protegerlo, corregirlo, cuidarlo,
seducirlo y servirle de modelo femenino.

4. Función de los Hijos: La
función de los hijos es aprender, los que se logra a
través del proceso de socialización. El niño
durante su desarrollo debe adquirir una serie de aprendizajes
básicos que le van a permitir el logro de su
supervivencia, incorporar pautas de cuidado de protección
de la vida, se mueve entre actitudes de
protección-independencia para luego llegar a un
comportamiento autónomo, adquiere su identidad a partir de
la mezcla de los modelos sociales que imita, incorporando de cada
uno de ellas aptitudes y actitudes que consideran le
servirán para su paso por la vida. Todo este proceso de
incorporación de pautas está inscrito dentro del
contexto familiar social, cultural y espiritual en que el
niño se está desarrollando.

La interacción
familia-escuela

Según Villasana (Ob. Cit.), argumenta que "cuando
se investigan las interacciones que se dan en la actualidad entre
los representantes de la escuela (docentes, directivos y
orientadores) y los representantes del hogar del escolar se
encuentran que éstas son escasas" (p. 88). Sin embargo,
cada sistema funciona de manera aislada del otro. Las reuniones
con los representantes cumplen la función de transmitir
comunicaciones generalmente relacionadas con asuntos
administrativos, o para solicitar la colaboración de las
familias para realizar algún evento.

Casi siempre, es poco relevante la información
que la escuela transmite a la familia acerca del niño y de
su desenvolvimiento en el aula, así como de las
expectativas que los docentes tienen en cuanto a la conducta del
escolar, y la forma en que los representantes pueden colaborar
con ellos para resolver los problemas de conducta y de
rendimiento escolar. Por lo general, cuando el representante es
citado para entrevistarse con los docentes del adolescente, se
discuten las dificultades de adaptación y de aprendizaje,
responsabilizando a la familia para corregirlas. A su vez, los
padres culpan a los docentes de ser demasiado rígidos o
poco preocupados por entender el comportamiento del hijo. Por
otra parte, muchas veces los padres ven a la escuela como una
autoridad sustitutiva que debe corregir y disciplinar lo que la
familia (o el representante) del adolescente no está en
capacidad de hacer.

La Familia en el contexto
social

El marco familiar, es el contexto donde se van a
producir los primeros aprendizajes del ser humano y, en
consecuencia, en él se iniciará también la
constancia de diferentes nociones sobre el mundo social. El
concepto de familia varía según la edad, en la
adolescencia, es el período en el cual se destacan los
contenidos de comprensión y confianza, se define a la
familia, sirve para apoyarse, dialogar y comprenderse los unos a
los otros; no solo son padres que mandan sobre sus hijos. De
acuerdo a Burgos (2007), "la familia supone una profunda unidad
interna de dos grupos humanos: padres e hijos que se constituyen
en comunidad a partir de la unidad hombre-mujer. La plenitud de
la familia no puede realizarse con personas separadas o del mismo
sexo" (p.43).

Por lo tanto, toda familia auténtica tiene un
ámbito espiritual que condiciona las relaciones
familiares: casa común, lazos de sangre, afecto
recíproco, vínculos morales que la configuran como
unidad de equilibrio humano y social. La familia tiene que
equilibrarse a sí misma. De esa manera, enseña el
equilibrio a los hijos. La familia es considerada también,
una entidad basada en la unión biológica de una
pareja que se conserva con los hijos y que constituye un grupo
primario en el que cada uno tiene funciones. Así como un
grupo social formado para cumplir necesidades físicas,
afectivas y sociales en el individuo, caracterizado por una
residencia en común, cooperación económica
de sus miembros, función de reproducción entre dos
de ellos y roles diferentes entre si.

Asimismo, la función de la familia se establece
según la edad y respeto a lo tradicionalmente, comparte la
sociedad, tiene funciones económicas, enseñanza y
ayuda; sin embargo el adolescente, hay que citar el hecho de
quien ejerce la autoridad, las funciones de confianza,
estabilidad y especialmente la de afecto. La adolescencia se
presenta como un periodo de transformación que implica
numerosos experiencias nuevas, y también nuevos retos.
Esto se mueven por lo general, en una situación marcada
por la ambigüedad: por un lado buscan lo que imaginan como
libertad de los adultos, por otro le gusta sentirse protegido
como unos niños. En lo que se refiere, en los adolescentes
a la construcción familiar con ausencia de uno de los
padres desencadena en el adolescente, alteraciones emocionales,
como estados depresivos, desesperación, rechazo y
búsqueda de ser perdido. En tal sentido, la
educación familiar es importante en el adolescente, de
acuerdo a Burgos (2006), porque:

Psicológicamente: En la
medida en que un cerebro está más evolucionado
más tiempo necesita para educarse y desarrollarse hasta
llegar a la edad adulta. Porque tiene mayor número de
zonas finas en toda su personalidad. No puede vivir sin la ayuda
del adulto, sin la formación. Su autonomía la
alcanzará tras un largo proceso: lactancia, niñez,
adolescencia. No basta el hecho biológico. Necesita
desarrollar su inteligencia, voluntad, armonía,
autonomía, autoestima: Nadie es nada si no se quiere a si
mismo y nadie que no se quiera a si mismo puede querer a los
demás. La autoestima es el motor del hombre. Esto solo lo
logra en el claustro protector de la familia. Los adolescentes
que crecen privados de un ambiente familiar, aunque crezcan
físicamente, las deficiencias: psicológicas,
afectivas, emocionales intelectuales y sociales son
clarísimas.

Sociológicamente. El
influjo de los padres es imprescindible. El adolescente aprende a
saber quién es a partir de su relación con sus
padres personas que le quieren. Nadie puede descubrirse a si
mismo si no hay un contexto amor y de valoración.
Proporcionan el mejor clima afectivo, de protección. El
niño aprende a ser generoso en el hogar.
Protección, seguridad, aceptación, estima y afecto.
Lo que aprende el niño en la familia es determinante.
Llegar a ser y ser padre, tanto natural como adoptivo, es tener
un hijo y relacionarse con él, desarrollar y mantener
relaciones parentales, cuidar y educar física, intelectual
y emocionalmente. En relación a lo señalado, Burgos
(Ob. Cit.), establece diversos tipos de familia, a
saber:

Familia nuclear: Está formada por
padre, madre e hijo, es la típica familia
clásica.

Familia monoparental: Sólo hay un
padre o madre e hijos o hijas.

Familia monoparental extendida: Hay un
progenitor, hijos o hijas y personas de la familia.

Familia monoparental compleja: Hay un
progenitor y a su cargo hijos o hijas y comparte vida con
personas ajenas a la familia.

Familia unipersonal: Es una familia
formada por un componente (soltero).

Familia compleja: Es una familia en la
que en casa viven personas familiares y no familiares.

Familia extendida: Es una familia que
comparte hogar con personas familiares.

Familia bis: Es una familia en la que se
produce una ruptura en la pareja y cada miembro de ésta
forma una familia nueva.

Familia de Hecho: Este tipo de familia
tiene lugar cuando la pareja convive sin haber ningún
enlace legal.

Bajo esta perspectiva, la familia es el primer espacio
educativo donde puede y debe vivirse la experiencia de saberse
aceptado incondicionalmente. Esta vivencia se encuentra enraizada
en los vínculos que unen a la familia. Ésta es el
ámbito natural del amor, la primera escuela de valores
humanos y sociales, y el agente que educa a sus miembros y se
abre a la gran comunidad humana, compartiendo con ella sus
bienes. La familia es un lugar insustituible para el desarrollo
de la afectividad del niño y del adolescente.

Modelo Sistémico
Familiar

La teoría general de sistema fue concebida por
Bertalanfy en la década de 1940, con el fin de constituir
un modelo práctico para conceptualizar los
fenómenos que la reducción mecanicista de la
ciencia clásica no podía explicar. En particular,
la teoría general de sistema parece proporcionar un marco
teórico unificado tanto para las ciencias naturales como
para las sociales, que necesitaban emplear conceptos tales como:
organización totalidad, globalidad e interacción
dinámica; lo lineal es sustituido por lo circular, ninguno
de los cuales era fácilmente estudiable por los
métodos cualítativos de las ciencias
puras.

Para este autor, la teoría general de sistemas,
que había recibido influencia del campo matemático,
presentaba un universo compuesto por acumulo de energía y
materia organizados en subsistemas e interrelacionadas uno con
otros. Esta teoría aplicada a la psiquiatría,
venía a integrar los enfoques biológicos,
dinámicos y sociales, e intentaban, desde una perspectiva
global, dar un nuevo enfoque al diagnóstico, a la
psicopatología y a la terapéutica. La fortaleza
esencial y más importante de una familia es que ese grupo
social es un sistema. Las características de un sistema le
permiten usar sus recursos de manera progresiva, expansiva y
autorregulada. Se puede entender la familia como un sistema, es
decir, como una combinación de personas reunidas que
trabajan por el bien común y que, sustentadas en el
afecto, cumplen con un propósito fundamental: la defensa
de la vida. El sistema familiar puede ser muy variado. Si bien
existe la familia nuclear, también hay familias
extendidas. Reconocerla familia como sistema implica que sabemos
que cada uno de los integrantes de este sistema es independiente
del otro, que el sistema tiene objetivos comunes y que cada una
de nuestra actitud y reacción individuales repercuten en
el sistema total. Implica que como sistema puede progresar y
podemos solucionar las situaciones de riesgo que se
presentan.

En el sistema familiar podemos dar muestra de la cuota
responsabilidad y la posibilidad de intervención que nos
corresponde en todos los acontecimientos de la vida. La familia
como sistema, opera a través de pautas emocionales, los
cuales al repetirse establecen la manera, el cuándo y el
con quien relacionarse, reforzando de este modo le sistema. La
familia debe responder a cambios internos y externos para poder
encarar nuevas circunstancias sin perder la continuidad. Por eso
una familia se transforma con el correr del tiempo
adaptándose y reestructurándose para poder seguir
funcionando. La familia posee una complejidad y originalidad
propia con unas peculiaridades que no son equiparables a las de
sus miembros, considerados aislamientos.

Por ello, cualquier cambio en sus elementos influyen en
todas las demás y el todo volverá a influir en los
elementos haciendo que el sistema se torne diferente, se rige por
reglas que solo tienen validez y sentido en su seno. Vive de las
interrelaciones entre sus miembros, considerados como circulares.
La casualidad circula, diferente de la línea, incide en la
observación y comprensión de las relaciones
presentes entre los miembros de una familia. Sin embargo, posee
un orden jerárquico que permite la viabilidad del grupo,
mediante sus propias funciones y estructura gobernada en
último término por el principio de equidad. La
estructura familiar es el conjunto invisible de demandas
funcionales que organizan los modos en que interactúan los
miembros de una familia así pues la familia posee una
estructura que puede ser vista en movimiento.

Desarrollo Socio-emocional del
Adolescente

La adolescencia es un período en el cual emergen
sentimientos de autonomía e individuación de la
familia, por lo tanto, para Duarte (2007), la adolescencia "es la
etapa que supone la transición entre la infancia y la edad
adulta. Este período de la vida se identifica con cambios
dramáticos en el cuerpo y la psicología" (p.43). La
adolescencia es una importante y decisiva etapa o edad de la vida
humana situada entre la niñez y la adultez. Comienza en la
pubertad, con la madurez para la reproducción, alrededor
de los doce años, primero en las hembras y después
en los varones y termina su desarrollo físico, hacia los
veinte años, aproximadamente. Hoy en día, sin
embargo, se tiende a considerar que lo límites o fronteras
de cada etapa pueden variar de acuerdo a las condiciones
histórico-sociales en que se vive. El adolescente ha
dejado de ser un niño dependiente y no ha llegado
aún a ser un adulto independiente: es un individuo que se
orienta hacia la madurez, si reúne las condiciones
adecuadas para ello.

Como consecuencia de la nueva situación social
del desarrollo que se confronta a esa edad (cambios en las
condiciones internas y externas), se producen en el adolescente
rápidas y profundas transformaciones y aparecen nuevas
formas de sentir, valorar, pensar y actuar, que afectan a todo su
organismo, personalidad y conducta. En esta línea de
ideas, si las condiciones ambientales y sociales que encuentran
el adolescente son favorables y propiciatorias, tiende hacia la
etapa final de este período con mayor organización,
estabilidad y madurez. Después de una visión
general de la edad de la adolescencia de su situación en
el curso de la vida y en el proceso de su desarrollo, entremos en
las características fundamentales de la personalidad del
adolescente, que deben ser conocidas por los padres, maestros y
profesores como orientación y guía para contribuir
mejor al desarrollo de esta importante edad de la vida. En tal
sentido, el desarrollo socioemocional se considera como el
continuo de evoluciones en las relaciones con las demás
personas, de las emociones y los sentimientos (hacia los
demás y sí mismo). Según Pérez
Rodríguez ((2007), "Las emociones desempeñan un
papel fundamental en el establecimiento de lazos afectivos entre
los padres e hijos" (p.65).

De tal manera, que los cambios biológicos afectan
también a los jóvenes en lo emocional y lo social,
lo que se agrega a los cambios que en esas áreas
están experimentando tanto por su propio desarrollo como
por las nuevas exigencias y restricciones que el medio les
plantea. Enfrentan entonces dos desafíos básicos:
aceptar y entenderse a sí mismos por una parte, y por
otra, entender y desarrollar una relación armónica
con su medio sociocultural. Desde el comienzo de la pubertad, el
joven experimenta dudas frente a los nuevos roles que
deberá asumir en la sociedad y a su capacidad para
asumirlos. El mundo seguro de la niñez da lugar a la
confusión: sabe que ya no es un niño, pero la
sociedad no lo reconoce como a un adulto. Entonces, el joven se
cierra a la influencia de éstos, adopta una actitud
crítica frente a ellos, presenta conductas de
obstinación y cierta rebeldía frente a la
autoridad, especialmente a los padres, e intenta establecer sus
propios criterios, refugiándose en la mimetización
con sus pares.

Así, la anhelada independencia no es tal,
sólo que la dependencia pasa de los padres a sus
coetáneos. Impulsado por este afán de ser como los
otros, o por simple curiosidad, en esta etapa se producen los
primeros contactos con la bebida y el cigarrillo, y en algunos
casos con la droga, lo que si bien no implica que establezca una
adicción a cualquiera de ellos, sí establece tal
posibilidad. Con frecuencia se aísla del grupo familiar,
encerrándose en su habitación a escuchar
música o hablar por teléfono por horas. A veces;
tienden a responder con monosílabos o con un encogimiento
de hombros y no se muestran dispuestos a entregar demasiada
información a los adultos. Estos y otros comportamientos
como los cambios de humor han dado lugar a la popular
expresión "edad del pavo". Sin embargo, en asuntos
realmente importantes, el adolescente recurre a los padres
buscando guía y apoyo emocional. De tal manera, que es
capaz de ponerse en el lugar de otro, pero su tendencia al
egocentrismo lo lleva todavía con frecuencia a proyectar
sus propios sentimientos y reacciones en sus supuestos de lo que
el otro estará experimentando.

Para Rivas (2006), "Hacia los 15 años se aprecia
con claridad su progreso en la capacidad de ponerse en el lugar
de los demás. Mejora las relaciones con los padres, si
bien permisos y horas de llegada suelen ser motivo de
discusiones" (p.76). De una fase de menor actividad en la edad
precedente, pasa a los 14 años a un aumento notable de
energía que lo lleva a involucrarse en múltiples
actividades, a las que no siempre parece capaz de responder.
Aumenta la seguridad en sí mismo, pero es capaz de
autocrítica.

De fundamental importancia para el adolescente, es la
imagen de sí mismo, y aquí la apariencia
física alcanza un rol preponderante, más destacado
que aspectos intelectuales o incluso sociales, y muestra cierta
tendencia a la disconformidad con su aspecto. Puede pasar horas
frente al espejo, probando peinados, combinaciones de ropa o
maquillaje y la aparición de un granito o espinilla puede
ser vivida como un drama. Asimismo, Páez (2006), afirma
que en cuanto a sus emociones, el joven alcanza "gradualmente
ente los 15 y 18 años una mayor estabilidad,
presentándose menos cambios de estado de ánimo y
tendiendo más al optimismo y a la alegría que a la
tristeza que a veces acompaña la primera fase de la
adolescencia" (p.76). Surgen las primeras relaciones
heterosexuales, las que suelen ser de corta duración, en
especial las establecidas más tempranamente y que pueden
ser fuente tanto de alegrías como de penas. La
adolescencia está marcada por una tarea fundamental: la
búsqueda de la propia identidad, con preguntas como
¿quién soy? ¿A dónde voy?. Esta
búsqueda que se extenderá más allá de
la adolescencia, se relaciona con comportamientos
característicos de esta edad, como la asunción de
compromisos con ideales que pueden ser políticos,
religiosos, filosóficos o personales, a los que adhieren
con entusiasmo, algunos de los cuales pueden llegar a constituir
un estilo de vida.

Sin embargo, un elemento de gran importancia relacionado
con la búsqueda de la identidad está dado en esta
edad por la elección vocacional que el adolescente
enfrenta, a veces sin haber alcanzado la madurez suficiente ni
verdadero conocimiento de las profesiones a las que aspira.
Según Ericsson, citado por Cárdenas (2006), recalca
que "el esfuerzo adolescente para lograr sentido del yo y del
mundo no es un tipo de malestar maduracional, sino más
bien, un saludable proceso vital que contribuye a fortalecer el
ego del adulto maduro" (p.76). En ese sentido, la búsqueda
de identidad es, por supuesto, una empresa que se produce a lo
largo de la vida. La importancia de esta época de la vida
es como un punto de lanzamiento para la búsqueda. Se han
basado varios estudios en las teorías de Erikson, tratando
de determinar las formas por las cuales los compromisos de las
personas jóvenes, ya sea en una ocupación o en un
conjunto de creencias, las ayudan a formar su
identidad.

Logro de identidad: Después de
una crisis en la cual la persona ha gastado gran cantidad de
esfuerzo buscando activamente elecciones, ahora expresa un fuerte
compromiso.

Difusión de identidad: No
compromisos. Esta persona puede ser un joven busca placeres, que
evita activamente comprometerse, o alguien que se deja llevar,
sin rumbo, sin metas.

Moratoria: Todavía en crisis,
esta persona se encamina al compromiso y probablemente
logrará identidad.

Para muchos adolescentes, los años comprendidos
entre los 13 y los 19 son un período de gran idealismo,
cuando se llega a estar convencido de la necesidad de cambio
social, durante el cual se insulta la hipocresía y
complacencia de la sociedad y se trata de cambiar el mundo. Se
esfuerzan por ser auténticos y cuando la sociedad puede
canalizar constructivamente sus energías, sus
contribuciones pueden ser significativas. Por otra parte, el
padre que da cuidados al adolescente satisface las necesidades de
éste y llega a convertirse en la encarnación misma
del placer. En pocas palabras, sus acciones, sus conductas y sus
características personales, adquieren un valor de
recompensa positivo.

Por tanto, según algunos psicólogos, las
imitaciones que el adolescente hace de sus acciones pueden
convertirse también en fuente de recompensa. Es decir, al
copiar parte de la conducta del padre (al imitarla), experimenta
el valor de la recompensa positivo adquirido asociado con los
padres. Cabe decir, que el motivo de esta conducta puede ser el
deseo de reproducir los actos positivos de la madre que han
adquirido un valor de recompensa. Cuando la hembra imita la
conducta y las características de la madre, cree que
experimenta los sentimientos y las emociones (la dicha y el
orgullo) que la madre experimenta al cuidarla a ella. Al mismo
tiempo, ya que actúa "como si fuese la madre", siente que
posee realmente el poder, las destrezas y los placeres de la
madre. Si la madre la rechaza. Sus conductas obtendrán
valor positivo de recompensa. Cuando los padres son afectuosos y
aceptan al niño, la criatura considera que su conducta es
recompensante y, por consiguiente, deseará ser como ellos
y actuar como ellos.

Características fundamentales de la
Personalidad del Adolescente

Para Rivera (2006), las características que
prevalecen en la personalidad del Adolescente son:

Encuentro del adolescente consigo mismo: el
descubrimiento del yo y del desarrollo de la independencia y la
autonomía
: La personalidad del
niño, inmadura, dependiente de los adultos y dirigida por
ellos y que no se conoce lo suficiente a sí mismo, se
convierte al final de la adolescencia- si las condiciones ha sido
favorables- en una personalidad más madura, independiente,
autorregulada, responsable y capaz de conocerse y gobernarse a
sí misma, de tomar decisiones y hacer planes de
vida.

Encuentro del adolescente con su yo ideal: el que
él quiere ser (proyecto de vida):
Otra
característica fundamental de esta edad es la
elaboración de un sistema u orientación de valores
que permite diseñar, preparar y elaborar un plan o
proyecto e vida, establecer metas y buscar modelos que encarnen
esos valores o formas de vida. Entre esos planes están la
elección profesional, la elección de pareja, los
ideales humanos en general. Esta característica constituye
un continuo o escala que va desde el que vive al día,
(ajeno a todo plan vital) hasta el que proyecta el futuro mediato
o lejano, a largo plazo. Está demostrado que este
último caso es el que contribuye más al desarrollo
de una personalidad sana y madura.

Encuentro de los adolescentes con los
demás: apertura y trascendencia del yo al
nosotros
: El enriquecimiento y
ampliación del yo que abraza e incluye al nosotros es otra
característica propia de esta edad. La personalidad, el yo
de la niñez, principalmente egocéntrico e
individualista, tiende a transformarse en la adolescencia en una
personalidad madura, "nosocéntrica" o
"sociocéntrica", es decir, orientada hacia nosotros, hacia
la convivencia amable y cooperativa con los demás, capaz
de convivir satisfactoriamente, en él toma y da de los
grupos.

La afirmación del yo o reafirmación
de sí mismo
: Otra importante
característica de esta edad es la afirmación de la
propia personalidad, la tendencia de hacer valer y mantener su
posición y puntos de vista, de ejercer influencia en su
medio, de defender sus derechos y reforzar su individualidad
original. Esta característica, resultado de la emergencia
y desarrollo del propio yo, que los adultos deben comprender,
respetar, ayudar a encauzar y nunca bloquear, suele conllevar una
actitud crítica, de oposición a lo convencional, a
lo estatuido y a un cuestionamiento de los valores establecidos
por los mayores a través de una reafirmación de la
propia personalidad.

Encuentro del adolescente con la cultura y el
mundo adulto: su asimilación y transformación
creativa
: El encuentro del adolescente con la
cultura y el mundo adulto se caracteriza por dos tendencias o
actividades que se contraponen y se complementan
dialécticamente. De una parte está la llamada
socialización del individuo, que es un proceso
mediante el cual el adolescente recibe y asimila la cultura del
mundo adulto (valores, normas, instituciones, etc.), es la
actividad a través de la que se convierte en una hechura o
criatura social, aprendiendo a vivir como los demás. Por
otra parte, este proceso debe continuar, desarrollarse y culminar
en los casos de despliegue normal en lo que se podría
denominar la individualización de lo social, que es la
negación dialéctica y superación de la
socialización y que consiste en una realización de
actividades y tareas transformadoras y creativas en la que se
elabora lo apropiado y asimilado y el sujeto imprime su huella
individual en la sociedad, aportando su contribución
personal, que enriquece la cultura y el mundo adulo existente.
Individualiza lo social.

La formación de la concepción del
mundo y del sentido de la vida: núcleo rector de la
personalidad y la conducta:
Por último, todo el
desarrollo de la personalidad del adolescente culmina con la
concepción del mundo es una formación central del
nivel superior consciente, racional volitivo de la personalidad y
está constituida por un sistema de puntos de vista y de
las convicciones más generales y fundamentales e
importantes que el sujeto elabora sobre el mundo, la sociedad, el
hombre, la cultura y la propia vida individual. La
concepción del mundo se va conformando a lo largo de la
vida, pero alcanza su primera formulación significativa en
la adolescencia y viene siendo el núcleo rector, aspecto
de la personalidad que orienta la conducta del sujeto en los
diversos sectores de la vida.

El Adolescente y la
Familia

Para Villasana (Ob. Cit.), es el "período de
máxima confrontación en las relaciones
parentofiliales, en cuanto se requiere que dejen de ser
complementarias para constituirse en simétricos, donde la
autoridad paterna evita el choque generacional tan frecuente y
accede a la autonomía y naciente genitalidad del hijo
adolescente" (p. 101). Es básico el grupo de pares, sean
el paterno, el escolar o el social, al igual que para las
relaciones heterosexuales. El momento de la adolescencia, hay que
buscar que la familia permita un desarrollo progresivo de la
independencia de todos sus miembros: la pareja debe propiciar un
reencuentro con tal, libre de las funciones de crianza y
atención permanente y directa a los niños,
fomentando el compañerismo y revitalizando la
relación, los progenitores empiezan a perder su
investidura paterna y son confrontados como adultos.

Habermas (2001), considera que la familia es "una
agencia de socialización que se encuentra en el espacio
tenso ubicado entre el sistema y el mundo de la vida" (p.76). De
allí, que la sociología funcionalista
(célula social) ha obviado estudiarla en serio en su
estructura comunicativa interna. Claro que el análisis de
Habermas se refiere a la familia burguesa moderna, razón
por la cual nos sirve muy poco para el estudio de las familias
pobres, como las peruanas. Lo que no significa que deje de ser
relevante. Sus análisis sobre la pequeña familia
burguesa, sirven para comprender la función y estructura
de la familia de clase media, muy extendida en
Hispanoamérica.

Para el psicoanálisis pasado por el marxismo, la
teoría del complejo de Edipo interpretada
sociológicamente constituía el punto angular para
explicar cómo los imperativos funcionales del sistema
social  podían implantarse en las estructuras
del  super-ego constituido por el carácter social
dominante. Así pues, las investigaciones de Löwenthal
sobre el drama y la novela del siglo XIX están al servicio
de una detallada demostración de cómo las
coacciones del sistema económico, condensadas en
jerarquías de status, en valores profesionales y
en estereotipos sexuales, calan a través de las pautas de
socialización y de las dependencias intrafamiliares hasta
lo más profundo de la biografía personal y del
desarrollo de la personalidad. De ahí, que la intimidad de
unas relaciones hiperpersonalizadas no hace más que
encubrir la ciega violencia, percibida como destino, de unos
plexos de relaciones económicas que se han autonomizado
frente a la esfera de la vida privada. La familia era
considerada, pues, como la agencia a través de la cual los
imperativos sistémicos se inmiscuyen en los destinos de
las pulsiones; pero no era tomada realmente en serio en su
estructura comunicativa interna.

La familia sólo era considerada, pues, desde un
punto de vista funcionalista, sin concedérsele nunca peso
propio desde un punto de vista estructuralista. Por lo tanto, la
socialización de un individuo empieza por casa, en su
familia, entendiéndose por ésta a la presencia
trilateral padre-madre-hermanos que es la básica. Claro,
que están también otras presencias como la de los
abuelos, tías, padrinos, etc. Un niño empieza a
socializarse en tanto y en cuanto descubre que se encuentra ante
una conciencia ajena que lo mira, lo cuida y le habla. El
psicólogo Cooley (2006) planteó que "la cultura no
influye directamente sobre la conducta individual, sino
más bien son ciertos aspectos de cualquier cultura que son
transmitidos a los individuos por medio de los grupos a los que
pertenece el individuo" (p. 77). La familia es el más
importante de estos grupos.

Este proceso de socialización se presenta en
cualquier tipo de cultura, sea en la más primitiva o la
más civilizada o moderna; sea en la familia pobre, media o
burguesa. En cuanto a las sociedades primitivas es Levy- Strauss
quien nos habla por vez primera de las formas elementales de
parentesco; la familia crea redes de parentesco que la
estructuran socialmente para engarzarse, al mismo tiempo, a la
sociedad comunal a través de redes institucionales creadas
por la comunidad para organizarse. Ahí, que el origen de
la familia primitiva haya estado en íntima relación
con el origen de la agricultura, la propiedad privada y el origen
del Estado como ente válido para el pacto social. Por la
importancia que tiene la familia como ente socializador, es que
los Estados-Nación modernos en sus constituciones
políticas han instituido la protección del
matrimonio y la familia como sociedad natural e
institución fundamental de la Nación; y el 20 de
noviembre de 1989 el mundo entero adoptó la
Convención de los Derechos del Niño. Por lo
tanto, la familia estable es un ámbito de acción
comunicativamente estructurado en don del lenguaje a
través del diálogo familiar; es el vehículo
más preciso de socialización.

Familia que no dialoga, sea por incapacidad de sus
propios miembros o por la presión de los ámbitos
sistémicos que actúa desde fuera sobre ella
bloqueando o atrofiando sus libertades; no es familia. Por ese
lado, Habermas (Ob. Cit.), advierte sobre el gran fenómeno
de la crisis de la adolescencia en el mundo moderno. Los
indicadores empíricos sugieren, más bien, la
autonomización de una familia nuclear en que los procesos
de socialización se cumplen a través del medio de
una acción consensual ampliamente desinstitucionalizada.
Cristalizan aquí infraestructuras. El antagonismo entre el
"hombre", que en la esfera íntima se educa para la
libertad y humanidad, y el "burgués", que en la esfera del
trabajo social obedece a imperativos funcionales, fue siempre
ideología.

Pero ese antagonismo ha cobrado una significación
distinta. Los mundos de la vida familiares miran de frente los
imperativos del sistema económico y  del sistema
administrativo, que les advienen desde fuera, en lugar de verse
mediatizados por ellos. En las familias y en sus entornos puede
observarse una polarización entre los ámbitos de
acción comunicativamente estructurados y los formalmente
organizados, que coloca los procesos de socialización bajo
condiciones distintas, y los expone a un tipo distinto de
riesgos. Es  lo que sugieren, tomados en términos
generales, dos de los síntomas que viene subrayando la
psicología social: la decreciente importancia de la
problemática edípica y la creciente importancia de
las crisis de la adolescencia. Por otra parte, sin lenguaje, sin
entendimiento y sin diálogo es imposible una
auténtica convivencia humana. Sólo habrá una
coexistencia cosificada: pues, sólo los animales y las
cosas coexisten entre ellos; la dimensión de la
convivencia pertenece a lo humano: o sea el compartir vivencias
con el otro (singular) y los demás (la pluralidad
diferente de personas). El viejo Aristóteles
señalaba ya que el ser humano no es auto- suficiente,
necesita de los demás, tiene que estar
socializado.

Conflictos en el Adolescente ante la Ausencia del
Padre

Según Bianco (2007), para el individuo desde el
momento que nace:

La familia es el escenario natural para su
actuación de "ensayo y error", que le brindará la
sustentación en la cual elaborar su esquema conductual,
basado en la conformación de su proceso de identidad
sexual y desarrollo cognoscitivo, todo en un ambiente que siempre
tiene fluctuaciones propias de la dinámica familiar (p.
99).

De acuerdo con la cita anterior, sin duda alguna, el
adolescente en su necesidad fundamental de independencia,
visualiza la intervención de los adultos de la familia
como un deseo de cortar su voluntad, ideas y pensamientos, lo que
enfrenta con actitudes de rechazo, silencio, hostilidad,
rebeldía, e incluso negación del electo que
acentúa el conflicto, puesto que el tiempo que el
adolescente reclama independencia para actuar, se acentúan
sus necesidades económicas que suelen ser a veces muy
exigentes (costos de los estudios, vestuario, diversiones, etc.),
y los adultos se sienten "utilizados" sin la compensación
afectiva y de sometimiento a normas, típico de la edad
infantil. De allí, que el adolescente requiere de un
ambiente familiar flexible, con pauta que señalen afecto,
preocupación y respeto a la individualidad y necesidades
propias de la edad, donde la comunicación franca de
sentimientos sea la pauta para enfrentar cualquier
situación conflictiva. Así mismo, la familia debe
comprender que asumir posiciones inflexibles, estrictas y muy
prohibitivas, cierra el camino al desarrollo personal sano y que
por el contrario, asumir posiciones liberales, consentidoras,
laxas o muy permisivas, suscita en el adolescente la
sensación de falta de amor y el desmoronar la autoridad
paterna. De tal manera, que el vínculo padre – hijo 
proporciona al adolescente que crece la seguridad que tanto
necesita. Como lo señala Borges (2006) "La presencia del
padre es importante porque le da confianza en sí mismo,
elemento clave en el que se apoya toda su autoestima" (p.87). En
efecto, el hijo, tras la exigencia del padre –que siempre
debe ser exigencia amorosa descubre que puede hacer más de
lo que hace, que alguien confía en él y espera algo
de él. Se siente valioso, pues si no lo fuera, su padre no
le pediría nada.

Por otra parte, cuando hay ausencia del padre en el
hogar, el infantilismo y la inmadurez crónica son las
consecuencias directas de la falta de padre. En Opinión de
Barrera (2005) "Si el hijo no aprende a ser hijo, le será
mucho más difícil llegado el momento ser padre. De
ahí las crisis que sobrevienen luego cuando a un hombre le
tocan asumir las exigencias propias de la paternidad" (p.76). En
vez de acoger al hijo, al más mínimo problema,
tienden a dejarle solo. Asimismo, la causa principal de la
ausencia paterna es el divorcio, que en la mayoría de los
países occidentales sigue aumentando. La falta del padre
supone para los niños perder protección
física, recursos económicos y un modelo masculino
para los hijos varones, además de la
compañía y el afecto, lo que para Rivas (2005),
puede causar en los Adolescentes:

  • 1. Síntomas de depresión,
    dificultades para dormir, impaciencia, baja
    autoestima. 

  • 2. Fracaso escolar o indiferencia hacia las
    actividades extraescolares.

  • 3. Deterioro de las relaciones familiares o con
    los amigos.

  • 4. Conductas de riesgo: abuso del alcohol y
    otras drogas, peleas, relaciones sexuales sin medidas
    preventivas.

  • 5. Negación del dolor y alardes de
    fuerza y madurez.

Además, este autor, señala que se pueden
presentar otros conflictos como:

Sentimientos de tristeza y
depresión
por las carencias afectivas (en
especial en el padre que se va del hogar). Ansiedad o angustia
por el futuro, soledad por las pérdidas y/o ausencias,
rabia o frustración por la "injusticia"
sufrida.

Estrés por los efectos
emocionales no tratados o no procesados, por la ansiedad que
origina la falta de información o de salidas
visibles.

Riesgo de uso o abuso de alcohol o
drogas
: o uso excesivo de antidepresivos por falta de
soporte socio emocional.

Desconfianza hacia otros, limitadas
posibilidades de entregarse o dar en una nueva relación
afectiva, reservarse en asumir nuevos compromisos. Limites para
iniciar nueva relaciones. Problemas de disfunción
sexual.

Autoestima baja,
desvalorización, auto concepto disminuido. Auto culpa
excesiva. Ausencia o pérdida de paz interior.

Paternidad: desvalorización,
contraposición con los valores de la maternidad,
diferenciación de roles de padre como proveedor, aportes
materiales más que emocionales. Rol de padre o madre:
confusión, exigencia, nuevos roles, discriminación
entre el rol de padre o madre.

Masculinidad / feminidad:
Indefiniciones, contradicciones. Limites con la autoridad, con la
afectividad hacia los hijos.

Imagen Social: tendencia de otros a
compadecerlos, aumento de deseabilidad social, baja imagen,
debilidad. Rechazo de amigos o familiares. Cuestionamiento de sus
acciones.

De tal manera, que los padres son mucho más que
adultos secundarios en el hogar. Aquellos que participan en la
vida de sus hijos, en especial los padres biológicos,
brindan beneficios positivos a sus hijos que seguramente nadie
más puede ofrecer.

Aspectos que pueden considerarse en familias con
ausencia de padres

Para Villasana (Ob. Cit.), "no todas las familias
responden a un modelo estándar de padres-madre-hijos" (p.
122). Evidentemente, los hijos vivirán esta
situación como diferente a la de mucho de sus amigos, e
incluso algunos pueden sentirse resentidos hacia sus progenitores
por haberlos puesto en esta situación:

  • 1. Dar explicaciones sencillas y tratar de que
    el hijo comprenda que sus padres, por el hecho de separarse o
    divorciarse no les van a querer menos.

  • 2. Demostrarle el papel importante que sigue
    teniendo el padre en su vida y que ellos seguirán
    compartiendo la responsabilidad de su educación y su
    cuidado.

  • 3. Los padres deben evitar hablar mal uno del
    otro, echarle la culpa de situación de ruptura,
    criticarlo, y otro.

  • 4. Los conflictos entre los adultos deben
    resolverse entre ellos sin implicar a los hijos.

El caso de la madre o el padre solo que solo vive con su
hijo es importante la relación con los abuelos, amiga o
amigos de su progenitor que puedan suplir perfectamente el modelo
sexual en su proceso de aprendizaje social. En tal sentido, a
ningún hijo se le debe decir "tu no tienes padre" porque
eso distorsiona la naturaleza de las cosas. Un hijo es siempre
producto de un hombre y una mujer, auque uno de ellos esté
ausente, desaparecido o muerto. Las familias monoparentales
(formada por uno solo de los cónyuges y los hijos), se
incrementan cada día más, como un reflejo del
cambio que sufre nuestra sociedad, es por esto, que tanto desde
el marco familiar como el escolar debe proporcionarse
información sobre estas nuevas modalidades de
organización familiar, para que los niños puedan
englobar estos modelos dentro de su concepto de familia, y
reducir en parte las consecuencias emocionales que
conlleva.

Las Emociones

El diccionario Larousse define emoción como:
"agitación, turbación del ánimo" (p.388). Al
respecto, Goleman (2007), señala que "la raíz de la
palabra emoción es motere, del verbo latino
"mover", además del prefijo "e", que implica "alejarse",
lo que sugiere que en toda emoción hay implícita
una tendencia a actuar. Que las emociones conducen a la
acción…"(p.24); asimismo, Maturana (2006), expresa
que "desde el punto de vista biológico lo que connotamos
cuando hablamos de emociones son disposiciones corporales
dinámicas que definen los distintos dominios de
acción en que nos movemos" (p.15). Por otro lado, para
Weisinger (2005), "las emociones son el resultado de la
interacción de los pensamientos, los cambios
fisiológicos y el comportamiento con el que respondemos a
un hecho externo" (p.23).

En este contexto de ideas, los autores antes
señalados coinciden en señalar que las emociones
nos llevan a la acción, es decir, son el motor que nos
permite accionar, movernos o actuar como respuesta a un hecho o
acontecimiento. Son guías que nos hacen falta para
comprender todas las reacciones humanas. Por lo tanto, la
emoción es estado de ánimo que se caracteriza por
una conmoción orgánica, producto de sentimientos,
ideas o recuerdos, y que puede traducirse en gestos, actitudes,
risa, llanto, entre otros. La palabra emoción, proviene
del latín motere (moverse). Es lo que hace que
nos acerquemos o nos alejemos a una determinada persona o
circunstancia. Por lo tanto, la emoción es una tendencia a
actuar, y se activa con frecuencia por alguna de nuestras
impresiones grabadas en el cerebro, o por medio de los
pensamientos cognoscitivos, lo que provoca un determinado estado
fisiológico en el cuerpo humano. Charles Darwin fue el
primer científico en señalar que las emociones se
han desarrollado, en su origen, para preparar a los animales para
la acción, en especial en una situación de
emergencia. De ahí, que al hablar de emociones, no se
puede dejar de mencionar la Inteligencia Emocional (IE), la cual
es definida por Goleman (Ob. Cit.), como:

Una forma de interactuar con el mundo… y engloba
habilidades tales como el control de los impulsos, la
autoconciencia, la motivación, el entusiasmo, la
perseverancia, la empatía, la agilidad mental, etc. Ellas
con figuran rasgos del carácter como la autodisciplina, la
compasión o el altruismo, que resultan indispensables para
una buena y creativa adaptación social. (p.54)

De acuerdo con la cita anterior, es común
escuchar que parte de la solución de los problemas
personales más frecuentes se encuentra en el brindar un
mayor apoyo emocional a la persona que se haya en la
situación difícil. Al oír esto, muchos
entienden esto del dar apoyo emocional a alguien como el tratar
de complacer en casi todo lo que se nos pide, comprarle cosas
bonitas, pasar más tiempo con la persona que requiere el
apoyo o con el decirle lo mucho que la queremos, pero cuando los
psicólogos hablamos de apoyo emocional por lo general nos
referimos a algo más básico, que poco tiene que ver
con el dinero o las palabras en sí mismas, hablamos del
contacto emocional en su forma más original y
nutritiva.

El mismo autor habla de una serie de factores que
constituyen la inteligencia emocional:

1. Conciencia de uno Mismo: Conciencia de nuestros
propios estados internos, recursos e intuiciones.

2. Autorregulación. Control de nuestros estados,
impulsos y recursos internos.

3. Motivación. Las tendencias emocionales que
guían o facilitan el logro de nuestros
objetivos.

4. Empatía. Conciencia de los sentimientos,
necesidades y preocupaciones ajenas.

5. Habilidades Sociales. Capacidad para inducir
respuestas deseables en los demás.

Por su parte, Candela, Barberá, Ramos y
Sarrió (2006), señalan que la IE:

Comprende una serie de habilidades necesarias para el
óptimo desarrollo del individuo, tanto a nivel personal
como social y laboral. La persona con elevada IE posee habilidad
de conocer y manejar sus propias emociones, y es capaz de
percibir, interpretar y aprovechar las emociones de los
demás. (p.3).

Cada emoción, está vinculada a elementos
fisiológicos precisos: tanto la respiración como el
tono muscular, el pulso cardíaco, la presión
arterial, la postura, los movimientos y las expresiones faciales.
Las pautas fisiológicas o musculares habituales comienzan
a determinar por sí mismas los estados anímicos.
Los elementos de una emoción son, pues, tres: (a) Una
situación, que genera sentimientos, ideas o recuerdos, (b)
El estado de ánimo consiguiente, (c) La conmoción
orgánica expresada en gestos, actitudes, risa,
llanto

Los terapeutas cognoscitivos, como Aaron Beck, Albert
Ellis y Donald Meichenbaum (2004), insisten, por eso, que en
muchas circunstancias son los pensamientos los que determinan los
sentimientos. Pero también es cierto que las respuestas
emocionales, en su mayoría, se generan inconscientemente.
Freud tenía razón cuando describió la
conciencia como la punta del iceberg mental. Los sucesos sin
carga emocional, como los pensamientos, no desplazan tan
fácilmente a las emociones (por lo general, no basta con
desear que la ansiedad y la depresión desaparezcan para
que así suceda). A su vez, existen 5 categorías
básicas de emociones.

Miedo: Anticipación de una
amenaza o peligro que produce ansiedad, incertidumbre,
inseguridad.

Sorpresa: Sobresalto, asombro,
desconcierto. Es muy transitoria. Puede dar una
aproximación cognitiva para saber qué
pasa.

Aversión: Disgusto, asco, solemos
alejarnos del objeto que nos produce aversión.

Ira: Rabia, enojo, resentimiento, furia,
irritabilidad.

Alegría: Diversión,
euforia, gratificación, contentos, da una sensación
de bienestar, de seguridad.

Si tenemos en cuenta esta finalidad adaptativa de las
emociones, podríamos decir que tienen diferentes
funciones:

1. Miedo: tendemos hacia la
protección.

2. Sorpresa: ayuda a orientarnos frente a la
nueva situación.

3. Aversión: nos produce rechazo
hacia aquello que tenemos delante.

4. Ira: nos induce hacia la
destrucción.

5. Alegría: nos induce hacia la
reproducción (deseamos reproducir aquel suceso que nos
hace sentir bien).

6. Tristeza: nos motiva hacia una nueva
reintegración personal.

Desarrollo social

El desarrollo social positivo es reconocible por el
adecuado ajuste social l del niño en las situaciones de su
ambiente. Según Mac Candies (2005), el desarrollo social
se refiere a "las adecuadas relaciones interpersonales, por lo
tanto involucra por una parte la adquisición de
capacidades para actuar y comportarse acorde con las exigencias
sociales imperantes; y por otra el desarrollo de su habilidad
para autodominarse". En efecto, de acuerdo a estas generalidades,
las investigadoras consideran que el proceso mediante el cual nos
adaptamos a las normas establecidas socialmente se denomina
socialización. En efecto, podría definirse la
socialización como un proceso mediante el cual la cultura
es inculcada a los miembros de la sociedad,
transmitiéndose así de generación en
generación.

De ahí, que los individuos aprenden conocimientos
específicos, desarrollan sus potencialidades y las
habilidades necesarias para la participación adecuada en
la vida social y su adaptación a las formas de
comportamiento organizado característico de su sociedad.
En este sentido, las relaciones sociales del niño, son
probablemente una de las dimensiones más importantes del
desarrollo infantil. Por ello, adolescente, es un ser
fundamentalmente social desde el mismo momento de su nacimiento.
Es decir, su conducta está modulada por la
interrelación con los otros y su conocimiento sobre
sí mismo lo va a adquirir mediante la imagen que va a
recibir a través de los demás. Por otra parte,
Dollard (citado en León, 2005), inició unos
estudios donde concreta que para el niño adquirir
habilidades del desarrollo, debe dársele especial
atención a los refuerzos que este recibe de su entorno,
cuando asume conductas deseables y aceptadas por las personas que
están a su alrededor. Cabe señalar a Caballo
(2005), quien argumenta que:

La adquisición de un gradual y continuo
desarrollo social es producto de un proceso de aprendizaje; y
particulariza argumentando que ningún niño nace
simpático, tímido o socialmente hábil, lo
que va desarrollando es aprendido; en el transcurso de su vida
aprende hacer de un determinado modo, de manera que las
respuestas que emita en una situación
interpersonal… con su medio social (p. 98).

En conformación con la cita anterior, sin duda
alguna, los padres cumplen variadas funciones en el desarrollo
social del hijo, en un principio cumple la función de
cuidado y cariño adecuado, luego según el modelo
psicoanalista los padres jugaran un rol importante como figura de
identificación ya que son modelo de valores y normas que
los hijos imitan.

Cuando esto ocurre, los hijos manifiestan
comportamientos como éstos:

1. Se muestran seguro(a) de sí mismo
(a).

2. Demuestra autonomía en actuar.

3. Es capaz de tolerar frustraciones.

4. Controla impulsos y emociones.

5. Expresa sus sentimientos.

6. Identifica situaciones que ofrecen
peligro.

7. Se integra e interactúa.

8. Se adapta a cualquier ambiente y
situación.

9. Se relaciona con respeto con sus compañeros y
adultos.

10. Se relaciona con todos sus compañeros sin
excluir a ninguno.

11. Muestra gestos de preocupación frente a las
dificultades de los demás.

12. Comparte en forma espontánea.

Rol del Enfermero (a) como orientador (a)
Familiar

El rol como enfermero (a), para Torrealba (2006),
es:

El primer orientador de los estudiantes, de los padres y
representantes, y en general de las demás personas que
junto a el contribuye a que los procesos educativos se cumplan de
acuerdo con las elementales exigencias determinadas por el estado
venezolano (p. 59).

Según la cita anterior, se evidencia que el rol
del enfermero (a), debe considerar competencias generales a fin
de asegurar la elección de un profesional integral y
debidamente calificado para desempeñarse en el seguimiento
de problemas, y que demuestre capacidades para: 

1. Identificar los problemas potenciales y/o reales
relacionados con la problemática existentes, en este caso,
en el Liceo Bolivariano "Veritas"; asimismo, capacitado para
planificar, ejecutar  y evaluar estrategias de
solución.

2. Utilizar el conocimiento, la experiencia y el
razonamiento para emitir juicios profesionales basados en
evidencias científicas.

3. Perfeccionar permanentemente sus conocimientos,
aplicarlos y socializarlos.

4. Adaptarse a diversas situaciones y transformar el
medio en el que interactúa en forma proactiva.

5. Conocer e integrarse a la comunidad y participar
responsablemente con sus organizaciones.

6. Asumir principios éticos y legales reflejados
en conductas consecuentes, como norma de convivencia social,
entre otros aspectos.

Cabe destacar, que con la puesta en marcha de la nueva
forma curricular, el rol profesional del enfermero, obviamente,
adquiere su propia potencialidad, convirtiéndolo en un
agente capaz de comprometerse con su misión de enfrentar
los retos del nuevo siglo, comprometido con los cambios y
transformaciones sociales, correspondiéndole al el
educador situarse en una perspectiva humanizadora, desde la cual
puede abarcar lo: bio-social, afectivo intelectual del educando.
En este mismo contexto de ideas, los orientadores tienen como
propósito principal orientar al individuo en los problemas
inter e intra personales, en el proceso de toma de dediciones,
desarrollo humano, en la conducta del individuo,
adquisición y desarrollo del bienestar personal. El
orientador asiste al individuo para que logre un crecimiento
saludable, capacitándolo para enfrentar aquellas
situaciones, problemas u obstáculos que suelen presentarse
durante su desarrollo.

Por otra parte, la asistencia del orientador en el
escenario educativo comprende una serie de funciones
planificadas para producir cambios en los orientados, a nivel
individual, grupal u organizacional.  Está asistencia
puede ser de carácter curativa o remedial, preventiva, de
desarrollo o de asesoramiento.  Estas funciones sugieren un
papel tanto reactivo como proactivo por parte del orientador.
Tradicionalmente al Orientador se le ha ubicado en un papel
esencialmente reactivo, esto es, atender al orientado solo
después de la existencia de un problema, cuando
éste recurre en la búsqueda de su ayuda.
Actualmente, se reconoce la existencia de otras funciones del
quehacer del orientador como la prevención de problemas,
la promoción del desarrollo positivo en el
individuo. 

En esta misma línea de ideas, formar orientadores
es una tarea compleja por cuanto al trabajo profesional de los
orientadores se basa en los procesos humanos, como individuo y
como ser social, así que el aspirante a orientador
requiere de un esfuerzo personal y intenso en el ámbito
intelectual, emocional y de actuación en la tarea de
adquirir las competencias para el ejercicio de la
profesión. Para el futuro orientador, es vital en su
acción profesional el trabajo con las personas y los
grupos, y que también adquiera una serie de habilidades
personales, cognitivas, emocionales, relacionales y de
actuación que soporten la utilización experta de
las teorías, modelos, técnicas y estrategias que
integrarán su repertorio profesional". (Vera,
2007).

En estas consideraciones aparece el componente
ético y moral que debe privar entre las personas, en
particular en una actividad tan significativa para la conducta
social como es la Orientación, que al fin al cabo trata
fundamentalmente de acciones humanas que tiene lugar en
situaciones sociales concretas. Así, en la práctica
de la orientación, sobre todo mayormente educativa, el
concepto de "nosotros" significa el reconocimiento de igualdad,
pluralidad compartida y respeto por la dignidad humana. La
consideración ética en la relación
orientador-orientado está sujeta a un intercambio
subjetivo, a la reafirmación, a la "libertad para el
nosotros".

Sin embargo, es una visión sobre la actividad que
realiza el orientador con preguntas acerca del "por qué de
esas acciones y no otras". Por tanto, si la ética se
refiere a lo humano y la Orientación aspira sobrevalorar
lo humano, la fortaleza de ésta estaría 
sujeta al seguimiento de las responsabilidades que la
ética misma entraña.    En
efecto, en el trabajo con la persona o los grupos, el orientador
utiliza además de las técnicas y estrategias, la
relación de ayuda profesional como medio de
intervención. La relación que puede existir entre
el orientado-orientador es una relación en la cual al
menos una de las partes intenta promover el crecimiento,
desarrollo, madurez, funcionamiento y mayor calidad de vida de la
otra parte. El orientador es un medio, un recurso para el
proceso, mientras que el orientado es el protagonista de su
propio proceso.

Teorías
Psicopedagógicas

Teoría Cognitiva Piaget
(1979)

La teoría piagetiana cuyo autor fue Piaget (1979)
explica, el desarrollo cognoscitivo del niño, haciendo
referencia en la formación de esquemas mentales, al
señalar que:

Resulta indispensable comprender la principal
formación de los esquemas mentales en el niño y
desarrollo socio-emocional, para conocer su naturaleza y
funcionamiento en el adulto. Cuando se trata de la inteligencia,
de las operaciones lógicas, de las nociones de
número, de espacio, tiempo y aún en el plano de
aprehensión de las constancias perceptivas…
(p.23)

La teoría de Piaget la afirma que el pensamiento
del niño es cualitativamente diferente al de un adulto.
Según Kamii citado Enciclopedia Océano (2005), el
interés de la teoría de Piaget reside en la
visión que la naturaleza de su pensamiento aporta al
niño, su interés no está tanto en
niño sino en la epistemología, es decir, acerca de
la naturaleza del conocimiento. Piaget (1978) ha estudiado la
infancia debido a que es una etapa importante por donde pasa el
adolescente para alcanzar la adultez, plantea que:

El desarrollo psicológico es un proceso de dos
cosas: por una parte la adaptación y por la otra, la
organización de experiencias por medio de la
acción; la memoria, las percepciones u otra clase de
actividades mentales, ambos procesos subyacen a todo aprendizaje
(p.31)

Al respecto, se puede deducir que existe cierta
relación en la teoría cognitiva del autor con el
estudio, debido a que obviamente en el desarrollo socio –
emocional del adolescente juega un papel preponderante el
aprendizaje y es aquí donde el docente no es transmisor de
conocimientos, sino orientador y facilitador de situaciones de
aprendizajes sociales, afectivos o cognitivos. De igual manera,
la Enciclopedia Lúmina (2006), en referencia a la
psicología del niño dice: Que este estudia o se
interesa por la motricidad, la inteligencia y lenguaje del
niño, todo aunado además a la parte afectiva del
niño, imprescindibles para la adaptación familiar,
escolar y social.

Teoría Necesidades de Abraham Maslow
(1968)

De acuerdo a esta teoría, se considera al
individuo como un todo integrado y organizado, cuya
motivación consiste en la satisfacción de sus
necesidades básicas. Dicha satisfacción supone
restablecer el equilibrio y alcanza un estado libre de tensiones.
Para Maslow (1968), una necesidad humana vital:

Es aquella que precisa satisfacerse para garantizar la
sobrevivencia de una persona o grupo. Describe las necesidades
humanas en cinco niveles, sugiriendo que la persona progresa
hacia arriba en la jerarquía, cuando tiene resuelta las
necesidades básicas, como son alimentación,
vestido, sueños, descanso y otras.

Así mismo, cuando no se satisfacen estas
necesidades básicas, las personas no desean o son
incapaces de afrontar otras necesidades de niveles superiores o
de autor realización. Además, cuando una persona
logra satisfacer sus necesidades esenciales, es cuando comienza a
desarrollar su verdadero potencial y se desplaza hacia un nivel
optimo de salud y normalidad del ser humano.

Teoría
sociológica

Según Weber (1987), la sociología es la
ciencia social que pretende llegar a las proposiciones generales
sobre las mutuas relaciones de los hombres. Su meta es el
conocimiento de aquellos procesos sociales que se desarrollan de
manera parecida en los campos más diversos, conocimiento
que en lo posible debe tener una validez general. De allí,
que el objeto de la sociología es todo lo que los hombres
hacen o dejan de hacer con relación a otros hombres. La
diferencia entre un problema sociológico y un problema
psicológico no siempre está clara y depende
también de la respectiva escuela de psicología de
la que pretendan proceder los diversos
sociólogos.

Para este autor, solamente se tiene una cuestión
sociológica cuando un individuo o varios en sus acciones
dice algo con relación a otras personas. En este contexto,
en lo que corresponde a la investigación realizadas por
las investigadores de este estudio, sin duda alguna, la
sociología se ubica en las ciencias sociales en el nivel
de las ciencias globales porque constituye un todo, un organismo
social especifico, con sus relaciones y sus leyes
particulares.

El estudio de la sociedad como un todo que se desarrolla
históricamente, y forma la materia de la
sociología, tercera e imprescindible esfera de la ciencia
social, conformándose como sociología general,
rural urbana, de la familia, del desarrollo, de la
población e industrial, entre otros; es decir,
tratarán las mismas, de enfocar los aspectos que se
relacionan con la Ausencia paterna en el desarrollo
socioemocional del adolescente. En efecto, la identidad
sociológica de la enfermera como profesión esta
dada por sus relaciones sociales en la que la caracterizan,
además, por lo que a la enfermera le corresponde
desempeñar funciones manuales, ejecutoras de ordenes
dictadas por otros, indispensables pero complementarias en la
atención de la salud. De ahí pues, aunque la figura
y el rol paterno ha sido asumido por la madre, es decir,
comprender de que modo la ausencia paterna repercute en diversos
aspectos del desarrollo del hijo, y como la figura materna
adquiere un carácter mayor, que el que tendría en
una familia en la cual los dos progenitores están
presentes. Por lo tanto, los profesionales de la salud,
trabajando en equipo multidisciplinar con los profesionales de la
educación, deben integrarse conjuntamente con todos los
actores involucrados y estar alerta sobre los temas de violencia
adolescente, originada por la ausencia paterna del padre, con el
fin de establecer estrategias efectivas para la
evaluación, intervención, derivaciones
argumentadas, y seguimiento de los adolescentes que se hallan en
alto riesgo para la violencia o agresividad.

Bases Legales

El presente estudio encuentra su fundamentó legal
en los instrumentos legales de la Constitución Bolivariana
de Venezuela (2009); Ley Orgánica de Educación
(2009), Ley Orgánica para la Protección del
Niño y del Adolescente (2008), respectivamente.

Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela (2009)

El artículo 102, de la, expone que:

La educación es un derecho humano y un deber
social fundamental, es democrático, gratuita y
obligatoria. El Estado asumirá como función
indeclinable y de máximo interés en todos sus
niveles y modalidades, y como instrumento del conocimiento
científico, humanístico y tecnológico al
servicio de la sociedad…. (p.35)

Como se puede apreciar, en el artículo en
cuestión, se hace referencia a la importancia que tiene
para el ser humano la educación, como base de su
desarrollo en busca de un pensamiento libre que le permite viven
en una sociedad basada en los valores de la democracia, el
respeto, la solidaridad y el trabajo. Además, sustenta
esta investigación cuando dice que juega un papel
fundamental en el proceso educativo para la formación de
ciudadanos con una personalidad plena para vivir en una sociedad.
Asimismo, el artículo 75, refiere que:

El Estado protegerá a las familias…como el
espacio fundamental para el desarrollo integral de las personas.
Las relaciones familiares se basan en la igualdad de derechos y
deberes, la solidaridad, el esfuerzo común, la
comprensión mutua y el respeto recíproco entre sus
integrantes…(p. 19).

Se evidencia en la cita anterior, que el padre y la
madre tienen el deber compartido e irrenunciable de criar,
formar, educar, mantener y asistir a sus hijos e hijas, y
éstos tienen el deber de asistirlos cuando aquél o
aquella no puedan hacerlo por sí mismos. Asimismo, los
padres tienen el deber de dar alimentos a sus hijos y asistirlos
en las defensa de sus legítimos Intereses y en la
Realización de sus Justas aspiraciones, aso como e de
contribuir activamente a su educación y formación
integral como ciudadanos útiles y preparados para la vida
en nuestra sociedad. Los hijos a su vez, están obligados a
respetar y ayudar a sus padres.

Ley Orgánica de Educación
(2009)

Desde la perspectiva del Ministerio del Poder Popular
para la Educación (2009), señala dentro los
principios y valores rectores de la educación, en su
artículo 3:

…la democracia participativa y
protagónica, la responsabilidad social, la igualdad entre
todos los ciudadanos y ciudadanas…la formación para
la independencia, la libertad y la emancipación, la
valoración y defensa de la soberanía, la
formación en una cultura para la paz, la justicia social,
el respeto a los derechos humanos, la práctica de la
equidad y la inclusión; la sustentabilidad del desarrollo,
el derecho a la igualdad de género, el fortalecimiento de
la identidad nacional…(p. 7).

Se evidencia en la cita anterior, la consideraciones
pertinentes a los valores fundamentales: el respeto a la vida, el
amor y la fraternidad, la convivencia armónica en el marco
de la solidaridad, la corresponsabilidad, la cooperación,
la tolerancia y la valoración del bien común, la
valoración social y ética del trabajo, el respeto a
la diversidad propia de los diferentes grupos humanos. Igualmente
se establece que la educación es pública y social,
obligatoria, gratuita y de calidad. Asimismo, el artículo
17 de la misma ley, en lo referido a los Corresponsables de la
Educación, es decir, donde se inmiscuye a las
familias:

Las familias tienen el deber, el derecho y la
responsabilidad en la orientación y formación en
principios, valores, creencias, actitudes y hábitos en los
niños, niñas, adolescentes, jóvenes, adultos
y adultas, para cultivar respeto, amor, honestidad, tolerancia,
reflexión, participación, independencia y
aceptación. Las familias, la escuela, la sociedad y el
Estado son corresponsables en el proceso de educación
ciudadana y desarrollo integral de sus integrantes (p.
11).

En tal sentido, las autoras argumentan que la
construcción de una sociedad humanista, donde predomine la
libertad, equidad, justicia, igualdad, respeto, amor,
consideración y calidad de vida, radica en el
núcleo de la sociedad, es decir, la familia.

Ley Orgánica para la Protección del
Niño y el Adolescente (L.O.P.N.A.,
2008)

Esta ley establece que: "Los padres, representantes o
responsables tienen la obligación inmediata de garantizar
la educación de los niños y adolescentes…"
(Artículo 54). Siendo la familia considerada como el
primer agente socializador. De ahí pues,
independientemente de cuál sea su estructura -la forma de
las relaciones de parentesco, de las costumbres matrimoniales,
del tipo de control de la conducta sexual o de la
realización de cualquier otra función-, la familia
cumple con el cometido de mantener y socializar al niño,
al mismo tiempo que contribuye a mantener el control social,
constituyéndose en el primer agente de
socialización, y no sólo por ser el primero en
actuar sino, fundamentalmente, por el carácter cualitativo
de su influencia. En efecto, en la fase infantil el ser humano
comienza su integración social. Y es con su familia donde,
por un lado, aprende determinados comportamientos relativos a las
formas de comer, dormir, buscar abrigo, sentir, amar,
comunicarse, sentarse, saludar, divertirse, reir, gesticular,
lavarse, jugar, vestirse, educar a los niños, … y,
por otro, interioriza creencias, valores, normas y
técnicas de conducta, una estructura social determinada,
un código moral, al aprender lo que está bien y lo
que está mal hecho, qué prácticas reciben
premios y signos de aprobación, y cuáles castigos y
reproches, y lo que ellos implican.

Asamblea General de las Naciones Unidas
(1999)

Esta asamblea, presentó a sus países
miembros una Declaración de los Derechos del Niño.
Tomó más de diez años su formulación
y preparación, y otros seis años más
transcurrieron hasta que fuera ratificada por 167 países.
Los países que firmaron y ratificaron este documento se
comprometen a hacer informes periódicos a un comité
internacional de expertos que tienen a su cargo el monitoreo de
la protección de los derechos del niño.

También se comprometen a denunciar violaciones de
estos derechos en un foro creado con ese propósito. La
declaración pone especial énfasis en el derecho del
niño a tener una familia, y alienta a promover y proteger
a la familia. Expresa además, específicamente que
el niño "tiene el derecho de ser cuidado por sus padres"
(artículo 7) y "tiene el derecho de tener una
relación personal y contacto directo con ambos padres"
(artículos 9, 10 y 18). Esta es una mención del
derecho de tener un vínculo con su padre. Los numerosos
trabajos de investigación realizados hasta el momento, que
han intentado evaluar el daño que produce la falta de
padre, avalan y confirman la importancia de este documento de las
Naciones Unidas, y la necesidad de proteger uno de los derechos
humanos básicos del niño: el de tener un padre. Los
profesionales que intervienen en temas de familia tienen la
responsabilidad de tener en cuenta esta declaración de los
derechos del niño, y los trabajos de investigación
que la respaldan.

Siguiendo esta misma línea de ideas, la
explicación radica en la tarea esencial que realiza la
familia al conectar a los individuos y a la sociedad desde el
comienzo de la vida humana: a la sociedad le ofrece un apoyo
fundamental socializando a cada ser de forma individual y
dotándolo de una identidad social, y a los individuos les
abre el camino para integrarse, en la sociedad al mismo tiempo
que construye su identidad individual. Este rol fundamental
permite comprender por qué las relaciones familiares, que
pertenecen a un ámbito de intimidad, nunca han sido
consideradas un asunto privado y siempre han estado sometidas a
un rígido control social.

CAPÍTULO III

Marco
metodológico

Enfoque
Epistemológico

La epistemología le permite al hombre acceder al
conocimiento a través de varias vías, cada una de
ellas se establece de acuerdo a los requerimientos del
fenómeno en estudio. De allí pues, la
investigación que se propone, referida a la implicaciones
en la ausencia paterna en el desarrollo socioemocional del
adolescente en el Liceo Bolivariano "Veritas", se ubicó en
el paradigma post-positivista, que según Hurtado y Toro
(2001), "está basada en la teoría de la
racionalidad y constituyen un sistema básico de ideas
sobre la naturaleza de la realidad y sobre la naturaleza de
nuestros conocimientos de ella" (p. 24). Por lo tanto, el
postpositivismo responde a ser crítico, realista, manejado
por leyes naturales, aun sólo pueden ser comprendidos de
forma incompleta, debido a que sus mecanismos intelectuales y
sensoriales sean imperfecta.

Dentro de esta perspectiva, el método de la
investigación se enmarcó dentro del método
etnográfico, que según Cerda (2001), la
etnografía en principio es un método "que procura
la recopilación más completa y exacta, posible de
la información necesaria para reconstruir la cultura y
conocer los fenómenos sociales, de comunidades y grupos
específicos" (p. 109). En cuanto a Martínez (Ob.
Cit.), refiere que este término "significa
etimológicamente la descripción (grafe) del estilo
de vida de un grupo de personas habituadas a vivir juntas" (p.
29). Al respecto, ésta consiste en la recolección
de datos en el terreno y teniendo como informantes a los
integrantes de una comunidad, la cual va a consistir en la
descripción densa y detallada, de costumbres, historia,
entre otros. Dentro de este orden de ideas, Woods (2003), plantea
que el método etnográfico consiste:

En la descripción del modo o estilo de vida de
las personas a quienes se estudia, representando de manera
responsable cada uno de los aspectos que caracteriza y define al
hombre y su cultura, interesándose especialmente por lo
que las personas hacen, cómo se comportan, cómo
interactúan y cómo construyen su vida (p.
85).

En tal sentido, la etnografía es un estudio
exhaustivo de los eventos que ocurren en la vida de un grupo con
especial consideración de la estructura social, las
interacciones funcionales y la conducta de los sujetos como
miembro del grupo, así como de sus interpretaciones y
significados de la cultura a la que pertenecen, es decir, un
etnográfico registra y describe los comportamientos
culturales, significativos de un grupo determinado, se apoya en
la convicción de que las tradiciones, roles, y normas del
ambiente en que se vive, se van internalizando poco a poco y
generan regularidades que puede implicar conducta individual de
un grupo en forma adecuada. Es decir, según el
diagnóstico realizado en la institución educativa,
las investigadoras detectaron este problema de conducta
consecuente en muchos adolescentes, motivo este donde se enmarcan
las implicaciones en la ausencia paterna en el desarrollo
socioemocional de los mismos.

En esta misma perspectiva, en relación al
escenario de esta investigación, según
Taylor y Bogan (1990), lo define como "aquel en el cual el
observador tiene fácil acceso, establecer una buena
relación inmediata con los informantes y recoger datos
directamente relacionados con los intereses investigativos" (p.
36). De acuerdo a lo expuesto, se tomó el escenario, se
tomó el Liceo Bolivariano "Veritas", Calabozo estado
Guárico, por ser la institución educativa, los
centros de acopio de la mayoría de los adolescentes y
jóvenes, objetivo principal de esta investigación,
y de allí, donde se registró con mayor relevancia
la situación en estudio. En efecto, el Liceo Bolivariano
"Veritas" fue fundado el día 01/11/2004 en el Barrio
Veritas de Calabozo; estando en su apertura la Directora de la
U.E "Veritas" Vicenta Urbana de Mújica y quedando en su
Coordinación Lcda. Leonidas Andrade. Para el año de
su fundación contaba con dos secciones de 1er año
de Educación Media General con una matrícula de
sesenta y cuatro (64) estudiantes lo cual por no contar con un
liceo cercano se encontraban sin estudiar. Sus primeros
profesores fundadores fueron: Betancourt Mónica, Faminia
Rengifo, Manuel Corbino, Anabel Rayas, Maryuri Carrasquel y
Nazareth Álvarez. Posteriormente, en el año 2005
ingresaron las profesoras: Ana Maria Ávila y Maigualida
Arraiz.

Partes: 1, 2, 3
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