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Corrientes Antropologícas y Biologicas




Enviado por Perla Natalia



Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. La
    corriente antropológica
  3. Clasificación de los
    delincuentes
  4. Las
    teorías lombrosianas
  5. Crítica
  6. La
    corriente biológica
  7. Conclusión
  8. Bibliografía

Introducción

El Derecho penal refleja la necesidad de regular la
conducta humana, necesidad que ha tenido el hombre desde que
comenzó a ser un ser sociable, pues si bien sociabilizar
con otros, le ha proporcionado una diversa gama de herramientas
útiles para enfrentarse a su medio ambiente también
le ha puesto la obligación de enmarcar la conducta de sus
iguales para poder armonizar sus interacciones.

Ya Platón[1]decía que "El
cuerpo humano es el carruaje; el yo, el hombre que lo conduce; el
pensamiento son las riendas, y los sentimientos los caballos para
poder conducirse", lo que devela la complejidad del ser humano
(su constitución biosíquica), quien ha echado mano
de los conocimientos que ha adquirido a lo largo de su existencia
para poder conocerse mejor, los transmitido a sus descendientes
teniendo además el acierto de ordenar y clasificar
sistemáticamente el conocimiento obtenido y dando lugar a
lo que denominamos ciencia.[2]

La ciencia se ha constituido en un instrumento eficiente
en la construcción de la civilización humana, pues
tomada en su conjunto responde a las necesidades de los hombres
al igual que su evolución responde a la evolución
que el hombre ha tenido sobre su concepción del mundo y la
valoración de los hechos que acontecen en la vida y por
ende se extiende a todos los campos de la sociedad.

Por lo tanto el desarrollo de la ciencia le ha permitido
a la humanidad dar soluciones a problemas que han ido
tornándose de vital importancia para el hombre y para la
sociedad en que vive, así tenemos que uno de esos
problemas que se observa en todas las culturas y en todas las
épocas, es la delincuencia, y con el fin de prevenirla se
ha dado a la tarea de hallar su génesis y para ello ha de
echar mano de las múltiples aéreas del
conocimiento. Hoy en día sabemos que el ser humano es el
único capaz de desplegar una conducta delictiva por ello
es en él en quien buscamos factores predisponentes y
potencialmente activables en la interacción sociocultural,
sean hereditarios, constitucionales o adquiridos que nos permitan
descifrar tal problemática y buscar una solución
efectiva.

Tenemos pues que uno de los principales exponentes de la
corriente a estudiar como primer punto de este trabajo, y quien
fue su principal precursor, Ezequías Marco César
Lombroso, este distinguido italiano consideraba a la
criminología como la antropología criminal; por lo
que en el presente trabajo se expondrá como Lombroso
comenzó a estudiar al delincuente desde un punto de vista
fisonómico, orillado por su interés en la medicina
y la psiquiatría, sus aportaciones como lo fue la
clasificación de los delincuentes, los puntos más
importantes de sus teorías, así como las criticas
de las que fue objeto.

Posteriormente se examinaran los postulados y
aportaciones de la corriente biológica a la
criminología, esto en virtud de que una vez superadas las
ideas Lombrosianas, el mundo científico giro sus ojos a
aquellos factores preponderantes que orillan al hombre a
delinquir, somáticos o fisiológicos, como son todas
aquellas glándulas encargadas de llevar una serie de
funciones muy importantes, de acuerdo a la glándula que
produzca, lo cual de acuerdo a esta teoría su buen o mal
funcionamiento, será detonante de la conducta del hombre
en la comisión de un delito, tal y como se expondrá
en el capitulo respectivo a detalle.

Importante es destacar que estas dos corrientes cada una
a su manera son un perfecto ejemplo de la utilidad de la ciencia
y su conocimiento como instrumento de búsqueda de la
génesis de las conductas desviadas y en especial de las
conductas delictivas.

La corriente
antropológica

La Criminología nace como "Antropología
Criminal" permitiendo dar una explicación integral del
hombre delincuente.

La Antropología del griego antropos:
hombre, y logos: tratado; etimológicamente es la
ciencia del conocimiento del hombre así
Antropología Criminológica sería el estudio
de las características del hombre criminal, del hecho
antisocial y de la crimininalidad.

Ha sido definida como "el estudio de las
características físicas y mentales particulares a
los autores de crímenes y delitos. La antropología
criminológica estudia al criminal a partir de sus
características somáticas (corporales), analizando
las medidas y relaciones numéricas de las distintas partes
del cuerpo humano.

José Ingenieros menciona que la
antropología abarca: la morfología, la
antropometría y la psicopatología
criminales

Casi todos los estudiosos coinciden en señalar
dos fases en la evolución de las investigaciones y de la
teoría antropológicas:

La fase Lombrosiana: en la que predominan las
indagaciones morfológicas y
fisiognómicas

La fase postlombrosiana que añaden las
correlaciones biotipológicas, la endocrinología y
la biosicopatología.

Ezequías Marco César Lombroso nació
en Verona Italia el 6 de noviembre de 1835, y falleció en
1909, en el seno de una familia judía de clase media alta,
estudio filosofía e historia, para posteriormente cursar
sus estudios en Medicina en Pavia y Pádova. A este
importante medico se le considera el principal exponente de la
corriente Antropológica, pues pretendió constituir
una ciencia que considerara los caracteres somáticos,
psicofísicos del delincuente, cuyo estudio estimaba
indispensable para los fines de la represión
social[3]y quien orillado por su interés en
la medicina y la psiquiatría, junto con Enrico Ferri
(sociólogo) y Rafaelle Gárofalo (jurista),
discípulos suyos, formaron la escuela
antropológica, lo cual dio origen a la Antropología
Criminal. Por lo que en el año de 1876 publica su Tratado
antropológico experimental del hombre delincuente, libro
que da nacimiento a la Criminología.

Este gran estudioso, realizo infinidad de estudios en el
área médica, historia política espiritismo y
desde luego, en lo que ahora se denomina Criminología que
el llamo Antropología
Criminal.[4]

Como fruto de su gran pasión en el campo de la
Psiquiatría, dirigió un pabellón
psiquiátrico e impartió clases en esa materia, en
1876 publico su "Tratado antropológico experimental
del hombre delincuente",
más conocido como "El
hombre delincuente
", el cual marca el inicio de la
Criminología.

A continuación se expondrá cual es la
clasificación que da Lombroso a los delincuentes, de las
cuales, se aclara que hubieron diversas clasificaciones, sin
embargo, Lombroso se apoyo o tomo como base las ideas
sociológicas de Ferri para lograr un clasificación
más completa, razón por la cual se decidió
analizar las clasificaciones que en el siguiente punto se
abordaran.

Clasificación de los
delincuentes

Para sus estudios Lombroso utilizo una gran cantidad de
cráneos de asesinos, ladrones y falsificadores, en vida o
bien de sus restos, obteniendo toda clase de datos, medidas,
informes, realizo múltiples estudios de 1871 hasta 1876,
pues en su calidad de Director del Manicomio, podía
acceder a la prisión, y fue allí donde examino
diversas clases de delincuentes.

Lombroso se apoyo para la práctica de sus
estudios en la técnica de las fotografías, cuando
Sir Francis Gaton ideo un método fotográfico, a
través del cual se podía obtener mediante la
superposición de varias fotografías de los miembros
de una familia, el tipo medio de la misma. Sistema que le
permitió obtener "al criminal nato",
lográndolo al tomar la mayor cantidad que pudo de
cráneos de asesinos y ladrones, etcétera,
obteniendo así cada tipo de criminal.

De esta forma resulto una "mascara o mascarilla" que
describía las características físicas del
tipo de asesino, la cual resulto sumamente impresionante, pues
dicha mascara, era la representación del delincuente
asesino, quien tenía las siguientes
características:

  • Senos frontales muy abultados

  • Asimetría Facial pronunciada

  • Orbitas enormes (similares a las de las grandes
    fieras)

  • Frente huidiza

  • Provisto del apéndice
    lemúrido

  • Pesadez en las mandíbulas (sobre todo el
    inferior)[5]

Así llego a la conclusión de que el
asesino es un criminal nato, es decir, nace siendo un criminal, y
esto se explica por atavismo, lo cual expuso en la
primera edición del "Hombre Delincuente". Sin embargo,
aclaro que no todos los casos podían explicarse por
atavismo, ya que había quienes no presentan la
regresión y estigmas típicos del
atavismo.

De acuerdo a las conclusiones de Lombroso, se
podía decir que durante esa época existía
una especie de Pitecanthropus erectus, lo cual resulta
inverosímil, y en particular exagerado y hasta fantasioso,
pues casi estaríamos hablando del llamado "eslabón
perdido".

Es en este apartado y después de esta breve
introducción, se considera pertinente señalar que
en un principio Lombroso clasificaba a los delincuentes en
criminales (propiamente dichos), y criminaloides (delincuentes
pasionales ocasionales), sin embargo, como ya se menciono con
antelación, Lombroso decidió elaborar sus
clasificaciones de acuerdo a lo descubierto por el
sociólogo Ferri, por lo que al verse influenciado por
dichas investigaciones, considero clasificar a los delincuentes
de acuerdo a dichos estudios, clasificación que se
convirtió en un clásico de la
criminología:

  • 1. Delincuente Nato

  • 2. Delincuente Loco o matto

  • 3. Delincuente Habitual

  • 4. Delincuente Pasional

  • 5. Delincuente Ocasional

2.1.2 Delincuente Nato

La teoría del delincuente nato en cuestiones
fisiológicas, también postula que este "ser" en su
aspecto fisiológico está dotado de sensibilidad
obtusa, disvulnerabilidad, ausencia o disminución de
reacciones vasculares, además de que también era
zurdo, cuestión seriamente criticada y absurda, que
probablemente tenga sus bases en una ideología
eclesiástica, lo cual desde este momento se puede observar
la falta de credibilidad de estas teorías, pues
antiguamente se consideraba a la zurdes relacionada con el mal:
"Dentro de los mitos religiosos, en el cristianismo, sólo
la mano derecha puede bendecir, el Diablo suele ser retratado
como zurdo y en la Biblia hay más de 100 referencias
favorables a la mano derecha y unas 25 desfavorables a la
izquierda. En el Nuevo Testamento, San Mateo dice "Luego
dirá a los de la izquierda: apartaos de mi, malditos, al
fuego eterno…". Por otro lado, quienes se encuentren a la
izquierda de Dios el día del Juicio Final no serán
escuchados, "Entonces dirá a los de su izquierda: Apartaos
de mí, malditos, al fuego eterno, preparado para el diablo
y sus ángeles". [6]

Asimismo, en lo psicológico, había
características de insensibilidad moral y afectiva, la
pereza, la ausencia de remordimiento, a imprevisión; por
ultimo en lo social, el tatuaje, el lenguaje involutivo,
metafórico, la escritura jeroglífica,
etc.

Lombroso, después de una serie de estudios e
investigaciones encontró que la epilepsia era una
característica que se encontraba presente en una gran
cantidad de criminales, por lo que llego a la conclusión
de que el epiléptico es un sujeto altamente peligroso y
agresivo.

Para Lombroso en su obra "El Crimen, Causas y Remedios"
señala dos tipos de criminales natos:

  • A) El criminal nato real (el que ya
    cometió el crimen)

  • B) El criminal nato latente (que todavía
    no ha delinquido, pero que tiene una fuerte
    predisposición para realizar conductas
    criminales).

2.1.3 Delincuente Loco o
Matto

Lombroso acepta al delincuente loco, pero tiene marcada
preferencia por la epilepsia, quedando la locura moral como una
explicación accesoria. El delincuente loco es aquel que
comete un crimen y ya se encontraba trastornado en sus facultades
mentales. En tanto que el loco delincuente es aquel que
después de cometido el delito pierde la razón, sin
embargo en nuestras leyes el delincuente loco nunca es
delincuente en realidad, debido a su estado mental que lo ubica
en el plano de la inimputabilidad, al contrario del loco
delincuente quien al ejecutar el delito no estaba loco y en caso
de restablecerse podría ser procesado y
condenado.

Dentro de los delincuentes locos Lombroso incluye a los
alcohólicos que cometen crímenes, considerando que
el alcohol destruye los centros nerviosos y afectan la conciencia
moral, llegando a convertirlo en un verdadero loco.
También hablo de un delincuente que considero como
"mattoide" y que se podría traducir como "locoide",
ósea, alguien que no esté loco, pero casi alcanza
esos límites, el cual es sin duda lo que en
psicología se conoce como un sujeto paranoico, que se
manifiesta en delirios de grandeza o
persecución.

Si bien no se han encontrado pruebas fehacientes sobre
la existencia del histórico y del mattoide o locoide (al
que nosotros preferimos llamar locuaz), parece haber
relación con el fenómeno bordeline ("en el
límite"), pues ambos manejan la impulsivilidad de manera
tal que están siempre listos para pasar al acto
delictivo.

Es difícil adivinar cuando un sujeto locuaz (con
conductas cambiantes, extrañas) pasara al acto. Cada
sociedad debe estar atenta y observar a alguien que se comporta
diferente.

2.1.4 Delincuente Habitual

Es aquel, que sin ser delincuente nato, en sentido
estricto, lo es por la influencia del medio ambiente social,
cometiendo delitos reiteradamente.

2.1.5 Delincuente Pasional

Este tipo de delincuente no es ni nato, ni loco, llega
al delito, como su nombre lo indica en un arranque pasional o
emocional, para algunos este no es peligroso, pues solo la
emoción desmedida lo lleva al crimen. Otros opinan lo
contrario, son sujetos muy peligrosos que pierden el control al
influjo del sentimiento, y es predecible que cuantas veces se
presente esos arranques pasionales cometan
crímenes.

En la actualidad, los delitos pasionales ocupan un lugar
preponderantemente porque muchos de sus autores consideran a las
personas objetos de su propiedad. Se cree que a esos individuos
les falto amor en la infancia o educación, y que
padecieron muchas carencias. Reúnen características
especiales y matan a la víctima con pretextos como "la
quería mucho", "me era infiel" o "era mía, me
pertenecía".

Las conductas arbitrarias de dominio y poder ocasionan
que una persona corra riesgo de agresión física que
le cause incluso la muerte, cuando se encuentra en estado
peligroso.

2.1.6 Delincuente Ocasional

Lombroso considera a este delincuente como un
pseudodelincuente, ya que llega al delito por accidente debido a
la concurrencia de factores eternos que lo orillan a la
comisión del delito. El delincuente ocasional no comete
delitos graves, sino por el contrario son delitos de poca monta y
se cometen solo debido a circunstancias muy especiales, tales
como robos, fraudes, lesiones en riña, etc.

Lo anterior hace recordar aquella frase que dice; "la
ocasión hace al ladrón": por lo que puede ser una
conducta que eventualmente lleve a delinquir, como cuando alguien
nota que a otro se le cae el dinero en la calle y no le advierte
para apropiárselo, o en un establecimiento mercantil no se
indica que se está recibiendo cambio de mas se toma algo
por que se presenta la oportunidad. Todo esto se tolera, es casi
normal.

Por otra parte, y aunque no se encuentra dentro de la
clasificación que se está estudiando, no se
encuentra la denominada "La Criminal Delincuente", debido a que
la que estudiamos se basa en la influencia de Ferri sobre las
ideas Lombrosianas, se hizo interesante exponer la
misma.

2.1.7 La Criminal
Delincuente

Lombroso también hablaba de que en la mujer puede
observarse lo referente al criminal nato. Su clasificación
era muy parecida a la de los varones; sin embargo, observaba
menos criminalidad en las mujeres. Le interesan particularmente
las que se prostituían, pues creía que esta era su
forma de delinquir.

Distingue, a su vez, a la mujer del hombre delincuente
al señalar que "la forma natural de regresión en la
mujer es la prostitución, no el crimen. La
prostitución sería un fenómeno
atávico específico de la mujer, sucedáneo y
sustitutivo de la criminalidad. Los estigmas desfigurativos del
delincuente "nato" se encontrarían con mayor facilidad en
las prostitutas que en el resto de la población femenina.
Por ello la mujer delinque menos. Pero, por ello, también,
la mujer delincuente "nato" es según Lombroso mucho
más temible que su homónimo
masculino.[7]

Encontró que las asesinas reúnen
más características delictivas, pues sus homicidios
llegan a tener "crueldad demoniaca". La mujer, manifestaba,
reacciona contra los obstáculos de la vida. Sin embargo
con honradez confesaba: La frecuencia de las
características degenerativas analíticamente
estudiadas no son suficientes para darse una idea del tipo
criminal en la mujer delincuente.

Lo anterior, a pesar de los más de mil casos que
analizo. Las anomalías más frecuente que encontrara
entre las delincuentes fueron estas:

  • a) Depresión craneal

  • b) Mandíbula voluminosa

  • c) Espina nasal enorme

  • d) Senos voluminosos

  • e) Fealdad excesiva, por lo general.

  • f) Se comenta que muestran también
    cierta masculinidad.

Las
teorías lombrosianas

Como ya se menciono con antelación, LOMBROSO fue
considerado el padre de la Antropología Criminal. La
teoría de Lombroso nos enseña que existen
naturalezas criminales natas y que tal criminalidad puede
reconocerse en virtud de características absolutamente
precisas, corporales y anímicas, perceptibles
exteriormente. El delincuente es, conforme a esta
concepción, una especial variedad, un genuino tipo
antropológico del hombre.

Hubo una experiencia significativa que tuvo Lombroso en
el año de 1871, que tal vez podría decirse,
también tuvo gran injerencia no solo en su persona, sino
en el campo científico mundial, ya que en la cárcel
de Pavia se llevo a cabo la autopsia de un famoso bandido llamado
Vilella, en la que encontró diversas anormalidades, en
particular, en la base del cráneo, una foseta en la cresta
occipital media. Al existir dos hemisferios, se observa que para
separar estos hemisferios hay una cresta mucho más
pronunciada en la base: ósea, la cresta occipital media,
lo cual hace comparar a Lombroso con las aves y otros animales,
pero más aun con los cráneos de los hombres
prehistóricos, ya que en lugar de la cresta occipital se
observa una fosa destinada a contener un tercer lóbulo
medio. En el caso de Villela se observa una fosa sumamente lisa,
lo cual no había encontrado antes en ningún cuerpo,
era una proporción semejante a la que presentaban los
hombres primitivos, además de que las
características físicas de Villela eran tales: los
pómulos salientes, la fosa temporal y las
mandíbulas voluminosas, que no eran sino de las
anomalías antropomórficas que había
encontrado correlacionadamente entre locos, salvajes,
delincuentes y hombre primitivos, por lo que al realizar esta
necropsia y con los estudios anteriores que había
realizado, decide realizar una de sus más famosas obras:
"La teoría atávica del hombre
delincuente",
de la cual se ahondara en capítulos
posteriores que más adelante se abordara a
profundidad.

Posteriormente Lombroso realizo el peritaje de Versen,
el cual era un estrangulador que se dedicaba a beber y
mordía a sus víctimas; creyendo que confirmaba su
hipótesis atávica, comienza sus investigaciones
queriendo encontrar un criterio diferencial entre los enfermos
mentales y el delincuente.[8]

En base a sus observaciones generales y en particular de
su hipótesis atávica, Lombroso efectuó una
clasificación de los tipos singulares de delincuentes:
Delincuente nato; Delincuente moral; Delincuente
epiléptico. Cabe mencionar que al Delincuente Nato,
Lombroso lo describe como un ser con características
físicas especificas como: frente huidiza, vello abundante
y orejas despegadas. Sin embargo esta corriente fue criticada
entre muchas observaciones más, que más adelante se
abordaran, por caricaturizar la criminología, e incluso
restarle credibilidad.

Para Lombroso, el delito no existe como tal, lo que
sí existen son delincuentes. En la quinta edición
de su obra "El Hombre Delincuente", no insistió en la
naturaleza atávica de todos los tipos de delincuencia,
sino que al ser atávico le anexó el delincuente
epiléptico, el demente y el ocasional. Zaffaroni expresa
"… la esencia de la teoría lombrosiana radicaba en
que un alto porcentaje de la delincuencia (la más grave)
obedecía a una detención del desarrollo embrionario
que dejaba al delincuente con caracteres propios de una
condición menos a la humana en la escala
zoológica
"[9]

Las características biológicas,
psicológicas y sociales serían las pautas que
sirvieran de referencia para diferenciar a los sujetos criminales
de los individuos normales.

Como anteriormente se mencionó, la escuela
positiva, tiene por objeto al delincuente como una personalidad
diversa, y no al delito, como lo hacia la escuela clásica.
En consecuencia, los positivistas inauguran la idea de un
derecho penal de autor, en contraposición a los
clásicos que defendían el llamado derecho penal
de acto
. En el primer caso, la persona es castigada por lo
que es, "un delincuente", y en el segundo caso, es penada por lo
que hace, por el acto cometido.

Para la escuela positiva el delincuente era visto como
un ser diferente de los demás, que actuaba influido por un
rígido determinismo, resultas de lo cual, el delito no
surgiría de la libre voluntad del sujeto, sino de causas
variadas que condicionaban su accionar. En consecuencia, la pena
no debía ser un instrumento legal para defender a la
sociedad del crimen (como lo era para la escuela clásica),
sino un medio para modificar al sujeto en los casos en que fuera
posible, o en su defecto, para neutralizar a los
incorregibles.

En sí, la magnitud de la pena debía ser
proporcional a las condiciones personales del sujeto
tratado.

El delincuente va a ser considerado como un "…
individuo en el que la combinación de las determinaciones
sociales y/o psicobiológicas, adquiere una forma
mórbida tal que le impide actuar de acuerdo con las normas
éticas de la sociedad en que
vive
".[10]

La conducta desviada es vista como el resultado de una
socialización insuficiente. El desviado no elige tal o
cual modo de vida, simplemente está movido por factores
que escapan a su control. La degeneración sufrida por el
sujeto es el resultado de una mala constitución
física del mismo. Esta malformación es,
generalmente, transmitida de padres a hijos por medio de la
herencia, también influida por transformaciones propias de
cada individuo. Así, la herencia no es sólo
transmisión, sino además
transformación.

De acuerdo a lo dicho, se muestra que el influjo de las
causas externas y sociales en el nacimiento del delito no falta
en absoluto en la tesis lombrosiana. Lombroso concede importancia
a estas cosas y a este aspecto de la génesis del delito. Y
al tomar posición frente a las críticas de que
fueron objeto sus doctrinas admite lo justificado de las
objeciones de FERRI quien en su Sociología criminales
destaca las causas físicas y sociológicas, por
tanto, externas del delito. El mismo Lombroso detalladamente al
ocuparse en la etiología del delito de influjos
meteorológicos y climatológicos, de la cultura, de
la densidad de la población, de la alimentación,
del alcohol, de la situación económica, de la
educación, etc. Tampoco desconoció nunca la
importancia y el efecto de estas causas, como fuerzas
desencadenadoras, incluso en el delincuente nato, "las
investigación de las causas no disminuye la fatalidad
creada por el factor orgánico; las causas de los delitos
son solamente, con harta frecuencia, la ultima determinante; la
causa capital es la gran potencia de la impulsividad
congénita.[11]

Crítica

La existencia de un "delincuente nato" en el sentido de
la teoría de Lombroso no se ha podido comprobar
empíricamente. Cierto que existen innegables hombres que
en virtud de su disposición innata están
determinados al delito; pero no representan un tipo de criminal
unitario, cerrado en sí, con determinadas
características corporales (somáticas) y
anímicas (psíquicas).

Existen diversas críticas que se hicieron al
trabajo de Lombroso, en primer plano se hallan las
investigaciones del médico berlinés de prisiones
BAER (1893), quien, sirviéndose de un rico material
viviente, somete a revisión las premisas y conclusiones de
la doctrina Lombrosiana. Según BAER, y concluye no existe
el tipo unitario de delincuente afirmado por Lombroso: ni las
características corporales y anímicas enumeradas
por este se encuentran en todos los criminales, ni incluso en
todos los realmente verdaderos, ni por otro lado, faltan tales
características en la población no criminal. Decir
que los portadores de tales estigmas atávicos están
todos dispuestos necesariamente al delito, es sostener algo
arbitrario que la experiencia no confirma.

Por otra parte, el francés Gabriel Tarde,
señalo la falsedad de la premisa lombrosiana de que el
criminal nato es explicable por atavismo, identificando al
delincuente con el salvaje. En efecto, sostiene Tarde, que en una
comunidad salvaje se rigen por normas que permiten una perfecta
convivencia, e inclusive se pueden agregar, que en estos grupos
primitivos la delincuencia no existe y que si bien a los ojos del
hombre civilizado algunas conductas del salvaje pueden parecer
crueles e inhumanas, es porque, se desconoce su
psicología, así como sus
necesidades.[12]

Los estigmas corporales considerados atávicos se
explican a menudo mediante traumas del medio y enfermedades; las
supuestas coincidencias con lo primitivo son en muchos casos de
índole puramente externa. Tampoco ha podido la
hipótesis de la epilepsia resistir los embates de la
crítica clínica, ya que no está probado que
en todos los delincuentes se presenta la epilepsia como lo afirma
Lombroso. Ahora bien, el problema que representaba este
padecimiento hace años no tiene el significado o magnitud
en la actualidad, pues los tratamientos y avances en esta
materia, han sido bastante considerables, en efecto, en estudios
llevados a cabo en delincuentes recluidos en prisión, a
los que se les practico exámenes
electroencefalográficos, se demostró que solo una
ínfima minoría padecía epilepsia.

Es indudablemente cierto que algunas personas han nacido
con rasgos que predisponen peculiarmente a la comisión de
delitos, si el medio ambiente es conductor a la conducta
delictiva, siendo parte de la clase delincuente reclutada en este
grupo. Reconociendo, desde luego, la influencia de esas poderosas
fuerzas congénitas de delito, hay una parte de verdad al
llamar a los sujetos en esas condiciones "delincuentes
natos".[13]

Lombroso probablemente carecía de estudios
profundos en las teorías de la herencia, lo que se refleja
en su modo indeterminado de usar el término "atavismo".
Los biólogos reconocen que el atavismo, o
reversión, como usualmente la llaman, tiene lugar cuando
reaparece en un individuo un rasgo de un tipo anterior, siempre
que esa reaparición sea debida a fuerzas hereditarias.
Muchos de los escritos de Lombroso muestran que los rasgos de los
delincuentes que él llama atávicos, no son
hereditarios en su origen, sino causa de incompletos desarrollos
ya antes o después del nacimiento.

En 1885 se celebra el Primer Congreso de
Antropología Criminal en Roma, y allí tuvieron
éxito las teorías de Lombroso. Sin embargo luego
vienen las rectificaciones y así la teoría del
delincuente nato, que primero se estableció entre el 65% y
el 75% luego (en la quinta edición de "El hombre
delincuente" en 1896-1897) se redujo al 40% para finalizar
diciendo (en "El delito. Sus causas y remedios" en 1899) que en
el total de la población carcelaria no superaría el
tercio de la misma. Además, ya maduro, examinó las
circunstancias sociales que podían favorecer parcialmente
las anomalías biológicas transmisibles y, a su vez,
operar sobre la sociedad. Lombroso, coherente con la creencia de
que el delincuente era un anormal, sostenía no la idea del
castigo sino del tratamiento. Afirmaba que al delincuente nato
correspondía la reclusión por tiempo indeterminado
a los fines de procurar la defensa social, admitiendo la pena de
muerte como última instancia[14]

Las teorías Lombrosianas han quedado superadas.
El delincuente nato, su principal aportación, determinable
por sus rasgos antropológicos, es ya una cita
histórica.

La corriente
biológica

Dentro de la corriente biológica se deben incluir
a todos aquellos investigadores que consideran como factores
preponderantes que determinan al hombre a delinquir, a los
somáticos o a los fisiólogos.

El avance científico en la endocrinología
y la genética, han repercutido en la esfera de la
Criminología, y han llevado a no pocos autores por el
camino, a nuestro juicio equivocado, de creer que una
disfunción orgánica puede explicar la delincuencia,
y que bastara combatir la anomalía constitucional para
eliminar el rasgo final. Otros más cautos solo los elevan
a factores concurrentes de mayor o menor importancia, al lado de
otros en el acto delictivo.

La Biología Criminológica estudia al
hombre de conducta antisocial como un ser vivo, desde sus
antecedentes genéticos hasta sus procesos
anatomo-fisiológicos, estudia también la influencia
de los fenómenos biológicos en la criminalidad y la
participación de los factores biológicos en el
crimen. Tenemos pues que el funcionamiento del organismo, la
relación de éste con el medio físico, los
efectos de la alimentación, la disfunción
glandular, la herencia criminal y sus respectivas relaciones con
la criminalidad son problemas de los que se ocupa la
Biología Criminológica, es decir, se ocupa de los
aspectos anatómicos, fisiológicos,
patológicos y bioquímicos de la personalidad
criminal

3.1 CORRIENTE ANTROPOBIOLGICA

Mencionaremos brevemente que sí bien la
búsqueda de las relaciones entre las
características físicas y psicológicas de un
individuo con la causa final de la criminalidad progresaron con
la teoría Lombrosiana, tales se modificaron con los
fisionomistas primero para posteriormente desembocar en la
frenología y a su vez tanto la frenología como la
explicación fisionomista se tornaron en antecedentes de la
biotipología.

La frenología es el estudio de la mente y
el carácter, por la forma del
Cráneo. 

Joseph Francis Gall es el fundador de la
Frenología en 1839, aunque con el nombre de
Craneología. Esta teoría fue popularizada en los
Estados Unidos de América por Orson y Lorenzo Fowler con
la publicación de El Almanaque
Frenológico.

Gall indica que:

  • Las causas de la criminalidad  están en
    la forma del cráneo. El Dr. Gall visitó las
    cárceles  donde evidentemente los condenados a
    muerte tenían deformaciones craneanas.

  • Dibuja un mapa cerebral donde establece 38 zonas. En
    la ZONA 7  esta la causa de la criminalidad.

  • Establece tipos y subtipos de
    cráneos.

  • Dice que el subdesarrollo intelectual es causa de
    delito.

La moderna neurología y la antropología
han refutado esta teoría

3.2 ENDOCRINOLOGÍA
CRIMINOLÓGICA

Endocrinología es la parte de la biología
y de la medicina que estudia el desarrollo y las funciones de las
glándulas endocrinas. Para los científicos, una
disfunción orgánica podría explicar el
fenómeno delictivo, pero con aliviar o superar esa
anomalía podría eliminarse el rasgo
criminal.

En la dirección biológica, la
endocrinología tuvo un papel importante gracias al trabajo
de Claude Bernard (1851) y Thomas Addison (1793), entre otros.
Para estos autores, los rasgos de la personalidad dependen de un
buen funcionamiento glandular, que rige el comportamiento. Al
estudiar una muestra de mil criminales, en 40% Lyonz Hunt hallo
endocrinopatías (patologías de las glándulas
endógenas): hipertiroidismo, para los delincuentes
pasionales, e hipotiroidismo, en vagos e infractores.

Los estudios endocrinológicos irrumpieron en el
campo de la Criminología, en la década de 1920 a
1930. Se pretendió explicar la conducta criminal por el
funcionamiento anormal de las glándulas de
secreción interna.

Las hipótesis endocrinológicas pretenden
explicar la conducta delictiva por el funcionamiento anormal de
las glándulas de secreción interna (endocrinas).
Como estas envían hormonas directamente al torrente
sanguíneo, se deduce que los rasgos de la personalidad
dependen del funcionamiento glandular y que varan según si
las endocrinas son híper o hipo estimuladas, o simplemente
por que cumplan una función
inconstante.[15]

Más específicamente la
endocrinología criminal analiza glándulas
endocrinas y exocrinas (de secreción interna las primeras
y externa las segundas). Con las exocrinas puede tratar de
analizarse el estado anímico de una persona, como el
nerviosismo (producción de mucha saliva, ansiedad,
problemas tiroideos).

La persona en esa situación se halla en estado
límite y en cualquier momento puede estallar, por lo cual
cabe tomar precauciones al observar su actitud.

En la endocrinología un factor que puede
considerarse aumentador de la criminalidad es el siguiente:
glándulas de secreción interna se encargan de
funciones de vital importancia, pues segregan directamente al
torrente sanguíneo hormonas que, según la
glándula, tienen distintos tipos de influencia en el
crimen.

Durante muchos años se debatió sobre el
real y verdadero numero de glándulas endocrinas, sin que
hasta la fecha se logre unanimidad al respecto.

La generalidad de las investigaciones admiten la
existencia de las siguientes glándulas
incretoras[16]

  • A) La mucosa duodeno-yeyunal

  • B) El páncreas endocrino

  • C) El cuerpo tiroides (tiroides y
    paratiroides)

  • D) La glándula pineal o
    epífisis

  • E) El timo

  • F) Las glándulas
    suprarrenales

  • G) La hipófisis o glándula
    pituitaria

  • H) La glándula intersticial del
    testículo

  • I) El parénquima ovárico u ovario
    endocrino

  • J) La glándula mamaria

  • K) El útero

  • L) La placenta

  • A) La secreción pancreática se
    debe a la presencia en la sangre de una sustancia autocoide
    (secretina) que preexiste en las célula de la mucosa
    duodeno-yeyunal en forma inactiva (prosecretina). Lo
    interesante en materia de criminología, seria la
    posibilidad de que la alteración de esta
    glándula, a juicio de algunos, pudiera explicar
    algunos casos de robo famélico.

  • B) El páncreas endocrino produce la
    insulina que resulta la glucosa, y su ausencia puede derivar
    a una hiperglucemia, a la diabetes aguda y a la
    muerte

  • C) La tiroides es una glándula bilobular
    (una a cada lado de la tráquea) que secreta una
    sustancia coloidal, a base de yodo (tiroxina o tiroidina) de
    enorme influencia en el crecimiento del individuo. La persona
    hipertiroidea puede presentar muchas tendencias
    psiconeuróticas, como ansiedad, preocupación
    extrema, paranoia.[17] La desaparición
    de glándulas paratiroideas, produce el mal llamado
    tetania, que se manifiesta con una excitabilidad anormal de
    todo el sistema nervioso, y llega a convulsiones
    intermitentes, dolorosas, acompañadas de
    fenómenos irritativos. Estos trastornos pueden llegar
    a influir en el individuo en la comisión de delitos,
    por la irritabilidad del sujeto, que lo hace propenso a la
    agresividad.

  • D) La glándula pineal o epífisis,
    es una de las glándulas sobre la que menos se ha
    logrado conocer acerca de sus funciones. La ablación
    total de esta glándula en individuos jóvenes,
    produce un desarrollo precoz de los órganos sexuales y
    de los caracteres sexuales secundarios, por ello se considera
    a la epífisis como un moderador de desarrollo sexual.
    Algunos suponen influencia de esta glándula en delitos
    del orden sexual.

  • E) El timo tiene vida transitoria, pues se
    atrofia y desaparece con el desarrollo de los órganos
    sexuales. Parece difícil que el timo pueda influir en
    la conducta criminal, máxime que normalmente se
    atrofia o desaparece al llegar el individuo a la
    adolescencia.

  • F)  Las glándulas suprarrenales son
    indispensables para la vida, su extirpación conduce
    inexorablemente a la muerte. Las suprarrenales, situadas cada
    una sobre un riñón y por medio de las cuales se
    presentan hasta síntomas de esquizofrenia o de
    depresión, secretan adrenalina y dan imposibilidad de
    crímenes emocionales por la ira o el odio que pueden
    desencadenarse.

Estas glándulas producen diversas hormonas, entre
ellas cinco clases de corticoides: el más conocido es la
adrenalina. La adrenalina es un excitante de otros
órganos.

Sin embargo la agresividad se puede decir que no puede
explicarse solamente a través de la endocrinología.
"Todo animal, cualquiera que sea su especie, reacciona a un
ataque amenazador para su vida, con una de dos pautas de
comportamiento: la huida o la agresión y violencia, o sea
el combate. El cerebro siempre actúa como unidad en la
dirección de cualquier comportamiento; por consiguiente,
los mecanismos cerebrales que ponen en marcha y limitan esas dos
pautas disimiles de conservación de si mismo están
estrechamente ligados uno al otro, así como a todas las
demás partes del cerebro, y su debido funcionamiento
depende de la sincronización de muchos subsistemas
complejos, delicadamente
equilibrados".[18]

Por lo que se opina que la agresividad puede derivarse
de un instinto innato, ya que existen múltiples
situaciones que pueden desencadenar una emoción violenta
al ejercer por ejemplo una legítima defensa, sin tener
alguna disfunción en los niveles endocrinológicos
de adrenalina.

Las suprarrenales pueden producir, en su
alteración, seudohermafroditismo, seudopubertad y
feminización.

  • G) La glándula pituitaria o
    hipófisis, localizada en la base del cráneo,
    tiene influencia definitiva en el crecimiento, y su
    ablación total, produce enanismo. El hiperpituitarismo
    origina la acromegalia; enfermedad cuyos síntomas
    principales son el gigantismo de cara y extremidades y un
    aumento en talla, que fácilmente alcanza los dos
    metros. El hipopituitarismo se caracteriza por una
    paralización del crecimiento; el individuo conserva
    todas sus características pero con estatura de
    niño, es frecuente con algún retraso mental,
    sin embargo rara vez llegan a cometer un delito, y en caso de
    cometerlo sería inimputables.

  • H) Las glándulas sexuales
    desempeñan un papel importante en la anatomía,
    fisiología y psicología del individuo. Desde el
    punto de vista de la Criminología, uno de los aspectos
    más interesantes, es sin duda, el de las
    perturbaciones que sufre el instinto sexual y que puede
    conducir al crimen.

3.3 LA BIOTIPOLOGÍA.

Por Biotipología se debe entender "la ciencia del
tipo Humano"[19], entendiéndose por
tipo la categoría de hombres, constituida por el
dominio de un órgano o una función.

Partes: 1, 2

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