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Depresion: Que dice la biblia (página 2)



Partes: 1, 2, 3, 4

Tipos de estados depresivos y factores
comunes

Consideraremos tres tipos de
depresión agrupadas bajo la categoría de
trastornos afectivos

Depresión reactiva o
neurótica

Depresión
endógena

Depresión
orgánica

Las tres tienen en común los
siguientes factores:

Humor depresivo

Pérdida de placer e
interés

Inutilidad y culpabilidad

Baja autoestima

Incapacidad

Pensamientos suicidas

Ansiedad

Dificultades para pensar

Obsesiones y paranoia

Perturbación del sentido del
tiempo

Despersonalización (en casos
más graves pueden llegar a sentirse apartados de la
realidad, como si simplemente fueran observadores sin
participar emocionalmente)

Pérdida de
energía

Lentitud y
agitación

Trastornos del apetito y el
peso

Problemas de sueño

Reducción de la líbido
(falta de deseo en las mujeres)

Síntomas corporales (jaquecas,
náuseas, dolores varios, calambres
etc…)

Todos estos síntomas pueden o no
estar presentes en la mujer deprimida, estos son un consenso de
todos los observados a lo largo de la experiencia.

Para que puedas clasificarte dentro de uno
de los tres tipos de depresión mencionados vamos a
definirlos con más detalle.

Depresión reactiva

Las depresiones reactivas son las
más comunes y del tipo que a todos nos es familiar. No
presentan ciclos temporales regulares, por lo general no
responden a las terapias físicas (fármacos) no se
hallan genéticamente predispuestas y si responden a la
terapia cognitivo-conductual.

Este tipo de depresión normalmente
parece coincidir con un acontecimiento adverso de la vida, tal
como la muerte de un ser querido, el divorcio, las desavenencias
conyugales, los problemas económicos o los problemas de
desempleo. El inicio de la depresión no tiene
porqué ocurrir inmediatamente después del
acontecimiento, sino, a veces al cabo de unas semanas o meses. La
primera aparición se produce, normalmente en la vida
adulta temprana y está caracterizada por
sintomatología física y psicológica variada.
Es un estado más benigno y no psicótico, aunque,
hasta cierto punto, la recuperación se ve influida por
factores de personalidad.

Depresión
endógena

Este tipo de depresiones son una respuesta
a algún proceso endógeno o interno desconocido.
Estas depresiones no son desencadenadas por ningún
acontecimiento externo; simplemente, se abalanzan sobre la
persona afectada. Por lo general, presentan ciclos temporales
regulares y pueden ser bipolares o unipolares. La bipolar recibe
el nombre de maníaco-depresiva (el individuo pasa
repetidamente de la desesperación a un estado de
ánimo neutro, de aquí a un estado maníaco
hiperactivo y superficialmente eufórico, para volver a la
desesperación, pasando por el estado neutro). La unipolar
consiste en una alternancia regular de desesperación y
neutralidad, sin aparición de manía.

Las depresiones endógenas responden
a menudo al tratamiento con fármacos y pueden tener un
origen hormonal. También pueden hallarse
genéticamente predispuestas (ej. si la madre es depresiva
y el padre alcohólico es posible que el descendiente
llegue a ser depresivo. Se ha dicho que en los hombres el
alcoholismo es el equivalente de la depresión en las
mujeres) y sus síntomas suelen ser más graves que
los de las depresiones reactivas.

Depresión
orgánica

Cuando se hace un diagnóstico de
depresión es importante descartar las bases
orgánicas, puesto que el efecto y la conducta depresiva
están asociadas muchas veces a una lesión cerebral
o a la acción de ciertos fármacos.

Formulaciones de la depresión en
la psicoterapia conductual

Para el tratamiento de las depresiones
más comunes, las reactivas, se han formulado tres
teorías en la psicoterapia conductual.

Baja proporción de
reforzamiento

Según Lewinsohn la depresión
se debe a una baja proporción del reforzamiento positivo
seguido de respuestas específicas, bien porque existen
pocos acontecimientos reforzadores en el ambiente del paciente y
porque éste no suele tener respuestas gratificantes
(posiblemente por falta de habilidades sociales). Según
él los síntomas cognitivos y verbales de la
depresión son consecuencia de la ausencia de respuestas
que crea esta pérdida de reforzamiento. Es decir, el
individuo deja de hacer más esfuerzos para obtener los
resultados deseados porque los anteriores fracasaron. La terapia
se dirige a identificar fuentes potenciales de reforzamiento en
el ambiente del paciente y a desarrollar métodos para
aumentar su disponibilidad (entrenamiento en habilidades
sociales).

Pérdida de control:
indefensión aprendida

El defensor de esta teoría es
Seligman y sugiere que una persona se deprime cuando cree que su
conducta tiene poca o ninguna influencia sobre el resultado de
los acontecimientos, es decir, no tiene ningún control. La
terapéutica incluye:

Cambiar la posibilidad de
acontecimientos provocadores de depresión con
cambios ambientales.

Reevaluar las metas y las normas del
paciente para que se vuelva más realista y reducir
la posibilidad de que insista en el fracaso (pueden
utilizarse varios tipos de terapias cognitivas para
ello).

Desarrollar expectativas de control,
por ejemplo, resaltando la variedad de habilidades sociales
y comunicativas relevantes del paciente, aumentando el
repertorio de actividades generales de modo que existan
más oportunidades de resultados positivos y
proporcionar estrategias de autocontrol
eficaces.

Modificar atributos poco realistas de
los fracasos, resaltando las circunstancias que impiden el
resultado deseado.

Modificar atributos poco realistas de
éxito, resaltando las cualidades personales
relevantes (fomento de la autoestima).

Distorsiones cognitivas

Postulado por Beck, sugiere que el estado
depresivo surge de distorsiones cognitivas basadas en un conjunto
de pensamientos negativos respecto a la visión del
individuo de sí mismo, del mundo y del futuro. La terapia
de dirige a la variedad creciente de actividades del paciente,
identificando los pensamientos automáticos que siguen a la
percepción de una dificultad, generando pensamientos
alternativos (no depresivos) de índole más realista
y adaptable, poniendo a prueba la credibilidad de estas
alternativas y modificando los supuestos inadaptados que parecen
caracterizar los pensamientos automáticos que conducen a
las respuestas depresivas.

Depresión y
suicidio

La enfermedad psiquiátrica con
más riesgo de suicidio es la depresión (entre un 10
y un 15%). Los momentos de la enfermedad con más riesgo
son cuando disminuye la inhibición y la melancolía
(empiezan a mejorar) o cuando se inicia la depresión. Los
tres síntomas de la depresión relacionados con el
suicidio son:

Aumento del insomnio

Aumento del abandono del cuidado
personal

Aumento del deterioro
cognitivo

Existen varias opiniones sobre la
significación de los síntomas psiquiátricos
en el paciente suicida, aunque la mayoría de las
revisiones nos indican que en una proporción del 70%, los
intentos de suicidio presentan una condición depresiva que
es fácil de reconocer. Los depresivos endógenos
corren mayor riesgo que los depresivos reactivos, los intentos de
suicidio son impulsivos, pueden decidirse una hora
antes.

Los intentos de suicidio son especialmente
comunes entre las mujeres menores de 35 años (más
entre 15 y 24 años), los hombres lo hacen en edad
más avanzada. Por clases sociales es más
común en las más bajas, pero más efectivo
entre las clases altas y grupos profesionales de alto estatus
económico.

Factores asociados al riesgo de
suicidio:

En general los pacientes suicidas
están dispuestos a hablar de sus intenciones y para
algunos la necesidad de desahogarse con alguien que les toma en
serio es terapéuticamente positivo. Cuando existe la 
posibilidad de suicidio se le debe animar a que hable de ello y
procurar emplear tiempo en el futuro para seguir hablando del
tema con lo cual se puede facilitar el ingreso temporal en una
unidad psiquiátrica y/o proporcionar la ayuda necesaria
para atenuar la circunstancias que provocan el intento
suicida.

¿Cómo experimentan la
depresión los latinos?

Los individuos de distintas culturas
manifiestan síntomas de depresión de diferentes
maneras. Además de cambios en su estado de ánimo,
los latinos tienden a experimentar la depresión con
dolores y malestares (como dolor de estómago, de espalda o
de cabeza) que persisten a pesar del tratamiento médico.
Los latinos a menudo describen la depresión como sentirse
nerviosos o cansados. Otros síntomas incluyen: cambios en
el sueño o en el apetito, inquietud o irritabilidad y
dificultad en la concentración y la memoria.

"Ya no disfrutaba de las cosas
como antes, y pensé que mis problemas para recordar
palabras y nombres tenían que ver con mi edad. Me
olvidaba dónde ponía las cosas, y me
sentía como aturdida." —
Clara, 68

"Después de dar a luz a mi
bebé, pensé que estaría feliz, pero me
sentía cada vez peor. Estaba muy triste y me
sentía culpable de no disfrutar de mi nuevo
bebé. A pesar de que el doctor decía que no
tenía nada, padecía de dolores de cabeza
terribles que duraban horas . . . Lloraba por nada, y lo
único que quería era dormir todo el
día."
— Conchita, 30

"Después del accidente, no
podía trabajar. Estaba preocupado porque no
sabía cómo mantener a mi familia. Me irritaba
y me enojaba con frecuencia y, a veces, bebía para
relajarme. Dormir era difícil, y siempre estaba
cansado. Sentía que no podía hacer nada bien
y no me sentía bien conmigo mismo. Estaba
avergonzado de pensar que necesitaba ayuda."
— Juan,
51

 

¿En qué se diferencian la
depresión clínica y la tristeza?

Es normal sentir tristeza en ciertas
situaciones de la vida. Dejar su país de origen y
extrañar a la familia, la muerte de amigos o familiares,
el divorcio, la pérdida de trabajo y hasta la
pérdida de la salud pueden causar sentimientos de
tristeza. Los inmigrantes pueden creer que la tristeza y el
estrés son parte del traslado a un nuevo país. Si
la tristeza o el estado de ánimo depresivo continúa
por más de dos semanas, es posible que esté
experimentando depresión clínica y debe buscar
ayuda profesional.

La depresión clínica es una
enfermedad médica tratable, igual que la diabetes o la
tensión alta. Muchos creen erróneamente que la
depresión es "normal" en personas mayores, adolescentes,
madres primerizas, mujeres menopáusicas o en personas con
enfermedades crónicas. La verdad es que la
depresión clínica nunca es "normal," no importa la
edad o situación de la vida.

Cualquiera que experimente síntomas
depresivos debe ser diagnosticado y tratado.

¿Quiénes son propensos a
sufrir de depresión clínica?

Sea usted de origen mejicano,
puertorriqueño, cubano, centroamericano, o sea su familia
procedente de Colombia, Panamá, la República
Dominicana, o cualquier país de la América Latina,
usted puede sufrir una depresión clínica. Personas
de cualquier edad o nivel económico pueden experimentar la
depresión clínica. La depresión causa
pérdida del placer en la vida diaria, tensión en el
trabajo y las relaciones, complica condiciones médicas, o
incluso puede llevarle al suicidio.

¿Quiénes tienen un riesgo
mayor de sufrir depresión?

Un historial familiar de depresión
clínica aumenta el riesgo de desarrollar esta enfermedad.
Si alguien en su familia ha sufrido de depresión, las
probabilidades de padecerla usted son altas. Sin embargo, la
depresión clínica también puede ocurrir en
personas que no tienen parientes con depresión.

Las mujeres padecen el doble de la tasa de
depresión clínica que los hombres. Aunque las
razones no son del todo claras, existen diferencias
biológicas en las mujeres, como los cambios hormonales y
la composición genética, que pueden contribuir a la
depresión. Además, los factores sociales, como
crecientes presiones en el trabajo, responsabilidades de la
familia, las expectativas de la mujer, el incremento en el
porcentaje de abuso sexual y la pobreza, aumenten la
depresión clínica entre las mujeres.

La depresión clínica se junta
con ciertas enfermedades, como el cáncer, la
parálisis, las enfermedades del corazón, la
enfermedad de Parkinson, la demencia de Alzheimer, y la diabetes.
Por cierto, se debe informar a su médico sobre cualquier
síntoma depresivo que se manifieste junto a otras
enfermedades para tratar la depresión además de la
enfermedad física.

Síntomas de la depresión
clínica

No todos experimentan la depresión
clínica de la misma manera; los síntomas
varían según las personas. Revise la siguiente
lista de síntomas y señale los que usted ha
sentido. Consulte a su doctor o a un profesional de la salud
mental, si experimenta CINCO o más de estos
síntomas por un período mayor de dos semanas o si
los síntomas son tan severos que interfieren en su vida
diaria.

Lista de Síntomas

Estado de ánimo de tristeza,
ansiedad o "vacío" persistentes

Dormir muy poco o dormir
demasiado

Pérdida del apetito o de peso,
o aumento del apetito y de peso

Pérdida del interés o
placer en las actividades de que disfrutaba
antes

Inquietud o irritabilidad

Síntomas físicos
persistentes que no responden al tratamiento (como dolor de
cabeza, dolor crónico, estreñimiento y otros
desórdenes digestivos)

Dificultad para concentrarse,
recordar o tomar decisiones

Fatiga o pérdida de
energía

Sentimiento de culpa, desesperanza o
inutilidad

Pensamientos sobre la muerte o el
suicidio

¿Se puede tratar la
depresión?

La depresión clínica es una
de las enfermedades médicas más tratables.
Más del 80 por ciento de las personas con depresión
pueden recibir tratamiento con muy buenos resultados, mediante
medicamentos, psicoterapia o la combinación de ambos.
Solamente un profesional de la salud calificado puede
diagnosticar la depresión clínica y mientras
más pronto comience el tratamiento más eficaz
será.

Algunas personas se sienten avergonzadas de
buscar ayuda y se niegan a hablar sobre asuntos tan personales
con un extraño. Otras creen que la depresión
desaparecerá por sí misma, o aun peor, que la gente
pensará que están perdiendo el juicio. Tales puntos
de vista son erróneos. Hay quienes se dan al alcohol o a
las drogas para conseguir alivio, práctica que sólo
puede agravar la depresión.

 "Aunque fue difícil
al principio hablar con alguien que no conocía, mi
terapeuta no me criticó, me escuchó y
entendió mi situación. confié en
él, de modo que cuando sugirió que probara
los medicamentos para ayudarme a dormir, sentirme menos
cansado y menos inquieto, pensé que debía
hacerlo. Luego de un mes de terapia y de tomar
medicamentos, sentí esperanza de nuevo. Me siento
como antes y mi familia está aliviada y contenta con
los resultados del tratamiento." — Juan,
51

 ¿Cómo
funcionan los medicamentos y la psicoterapia?

La forma más común de tratar
la depresión clínica es con medicación
antidepresiva, psicoterapia o la combinación de ambas. Los
antidepresivos no forman hábito, no cambian su
personalidad y le ayudarán a tener un mejor estado de
ánimo, apetito, y sus patrones de sueño
volverán a la normalidad. Los antidepresivos restauran el
equilibrio químico normal en las partes del cerebro que
gobiernan las emociones.

En la mayoría de los casos, la
depresión puede tratarse de modo ambulatorio. Pueden pasar
entre una y ocho semanas antes de que se note alguna mejora. Los
efectos secundarios (sueño, estreñimiento o boca
seca) son pasajeros y, por lo general, desaparecen después
de dos semanas.

Es importante que tome los medicamentos tal
como están recetados. Comuníquese regularmente con
su doctor sobre cómo se siente. Si está bajo
tratamiento por cualquier otro problema médico,
asegúrese de que todas las personas que lo traten
estén enteradas de los medicamentos que toma. El tipo y la
dosis se receta específicamente para usted, tomando en
cuenta sus síntomas, edad y peso.

La psicoterapia incluye tratamiento
individual, familiar o de grupo. Los psicólogos
clínicos, psiquiatras, trabajadores sociales o consejeros
están adiestrados para entender y ayudarle a manejar mejor
sus problemas.

"Después de casi cinco
semanas de iniciar la terapia de grupo y la
medicación, ¡qué sorpresa!,
mejoró mi concentración y memoria. Otras
cosas también mejoraron, sentí el cuerpo
más liviano y más fuerte, y lleno de
ánimo."
— Clara, 68

¿Cuál es el primer paso
para obtener ayuda?

El primer paso es hablar con alguien en
quien confía: un pastor, consejero escolar o su
médico de familia, para obtener información sobre
los recursos en su comunidad. Consulte la lista de recursos al
final de este folleto para mayor información sobre el
tratamiento de la depresión.

¿Cómo pagar el
tratamiento?

Si tiene un seguro privado o un plan de una
organización del cuidado de la salud (HMO), los costos del
tratamiento pueden estar cubiertos. Si no cuenta con un seguro o
no puede pagar un tratamiento, su comunidad tiene centros de
salud mental financiados con fondos públicos y otros
programas que cobran de acuerdo con lo que usted pueda pagar. Si
usted o su familia depende de la asistencia pública, su
plan Medicaid probablemente cubre los gastos del tratamiento.
Póngase en contacto con la Asociación de la Salud
Mental local para que le ayuden a encontrar un programa de salud
mental en su comunidad.

¿Qué otras cosas pueden
ayudarme en mi tratamiento?

Hablar con seres queridos puede proveer el
apoyo necesario cuando se está pasando por momentos
difíciles en la vida. Su pastor o los miembros de la
iglesia son una gran fuente de apoyo y de optimismo, y pueden
referirle a un profesional de la salud mental en su comunidad.
Hay que tener muy presente que, para los que sufren de
depresión clínica, este apoyo no sustituye la
atención de un profesional de la salud. Así como la
diabetes y la tensión alta merecen atención
médica, la depresión clínica es una
enfermedad médica seria que requiere del tratamiento
ofrecido por un proveedor de salud mental calificado.

Las hierbas y otras medicinas no
tradicionales pueden ayudar a combatir la depresión; sin
embargo, es importante que un profesional de la salud mental le
evalúe, si sospecha que padece de depresión.
Informe a su doctor puntualmente de todos los tratamientos en que
esté participando.

Los miembros de la familia o amigos de
confianza pueden tomar parte activa en el tratamiento, lo cual
incluye enterarse de la manera en que pueden participar y apoyar
al afectado miembro de la familia a fin de impedir una
recaída.

"Mi fe me ayudó a abrigar
esperanzas y a buscar tratamiento. "Ayúdate que yo
te ayudaré', dice Dios, y yo lo creo. Busqué
el tratamiento médico adecuado y asistí a
todas mis citas, tomé las medicinas con regularidad
y las cosas mejoraron considerablemente. Le dije al doctor
acerca de las vitaminas y otros medicamentos que estaba
tomando. Los cambios en mi estilo de vida también
ayudaron. Camino todos los días y tomo el sol por la
mañana."
— Yvette, 24

¡Usted puede disfrutar de la vida
nuevamente! Reconociendo los síntomas de la enfermedad y
sometiéndose a tratamiento, seguramente logrará
vencer la depresión clínica.

Durante muchos años te has sentido
contento y animado. Has sido muy concienzudo en el trabajo y te
has preocupado por tu familia, haciendo muchas cosas en
común con los demás. Has tenido muy pocas dolencias
físicas. Pero, ahora, algo ha cambiado. Ves que te
comportas de modo diferente. La gente que te conocen te dicen:
"No eres el mismo. ¿Qué te pasa?.

Encuentras difícil levantarte de la
cama por la mañana; si tienes algunas responsabilidades
con respecto a otros miembros de la familia no tomas mucho
interés en ellas. Te has vuelto indeciso y aun olvidadizo.
Parece que cuesta concentrarte. No tienes ganas de reír,
la comida parece haber perdido el sabor, y la actividad sexual no
tiene atractivo. Es como si te estuvieras encerrando dentro de ti
mismo, no te gusta que los familiares o los amigos te digan nada;
y no quieres hablar por teléfono ni asistir a reuniones de
carácter social, que antes te gustaban tanto. Empiezas a
cortar el contacto con los demás.

Es posible que tengas dificultades para
dormirte, o bien te despiertas por la noche y te vas revolviendo
por la cama hasta que amanece, molestado por pensamientos
sombríos y negativos. O bien te pasas durmiendo 16 horas
al día, o te duermes durante el día con frecuencia.
No importa lo que duermas, siempre te sientes agotado. Tus ideas
parecen sombrías. Es como si no hubiera manera de salir de
las presentes circunstancias. Tienes la impresión que
nadie se interesa por ti y tú tampoco te interesas en
nadie. Todo pensamiento animado y positivo ha desaparecido. Es
como si hubiera una nube negra encima de tu cabeza y te estuviera
siguiendo por todas partes. Es posible que hayas notado algunos
cambios físicos. Tienes molestias o dolores vagos; puedes
creer que tienes alguna enfermedad seria.

Hay muchas otras indicaciones, pero si
estás experimentando los síntomas descritos (o los
has experimentado alguna vez), puedes tener idea de que
estás (o estabas) deprimido. Si nunca has experimentado
ninguna depresión (y esto es más bien raro)
recuerda que la depresión es penosa para el que la
experimenta y, a veces, también para los que rodean a la
persona afligida por ella.

¿Cuán comunes son las
depresiones?

No está solo, lea las siguientes
estadísticas.

* Algún tipo de depresión
afecta a más de 17.5 millones de norteamericanos cada
año (¡no incluye el resto del mundo!).

* Más de 1 en cada 5 norteamericanos
padecerán de alguna depresión durante su
vida.

* Casi un tercio de todos los casos no son
tratados.

* La depresión puede afectar a
cualquier persona, aunque las mujeres son afectadas el doble que
los hombres.

La depresión afecta a la
mayoría en un punto u otro de la vida. Nadie es inmune a
ella. Algunos la experimentarán sólo en una forma
liviana, mientras que otros se hunden en la desesperación.
Aún la Biblia refleja en algunos de sus Salmos profundos
sentimientos aflictivos que experimentaron sus
autores:

"Cercano está el Señor a los
quebrantados de corazón; y salva a los contritos de
espíritu."(Salmo 34)

"Oh Señor, Dios de mi
salvación, día y noche clamo delante de ti. Llegue
mi oración a tu presencia; inclina tu oído a mi
clamor. Porque mi alma está saturada de males, y mi vida
está al borde de la tumba. Soy contado entre los que
descienden al sepulcro; soy como hombre sin fuerza, abandonado
entre los muertos, como los pasados a espada que yacen en el
sepulcro, se quienes no te acuerdas ya, y que fueron arrebatados
de tu mano." (Salmo 88:1-5).

Los escritores de tiempos antiguos
describían la depresión como melancolía. La
primera descripción clínica de la melancolía
fue hecha por Hipócrates en el siglo IV a.C.
Hipócrates se refirió también a los ciclos
similares de la manía y la depresión. (Jellife,
1921).

Areteo, un médico que vivió
en el siglo II d.C., describe al paciente melancólico
como: "triste, abatido, sin sueño…Adelgaza por su estado
de agitación y pérdida de sueño
reparador…En un estado más adelantado se quejan de mil
fruslerías y desean la muerte."

Plutarco, en el siglo II d.C., presenta una
descripción particularmente vívida y detallada de
la melancolía:

El enfermo parece un hombre a quien
odian y persiguen los dioses con ira. El futuro le espera mucho
peor; no se atreve a emplear ningún medio para evitar o
remediar el mal para que no se halle que está luchando
contra los dioses. El médico, el amigo que quiere consolar
son ahuyentados. "Dejadme – dice el desgraciado -, soy un
impío, maldito, odiado por los dioses, sufro el castigo
que me corresponde." Se sienta solo, aparte, envuelto en saco o
harapos. De vez en cuando se agita, medio desnudo, en el suelo,
confesando un crimen u otro. Ha comido o bebido algo que no
debía. Ha hecho algo que el Ser Divino desaprueba. Los
festivales en honor de los dioses no le producen ningún
placer sino más bien temor. (citado por Zillborg,
1941.)

¿Quién sufre
depresiones?

La depresión puede afectar a todo el
mundo, los dos sexos, todas las edades, ricos y pobres. El hecho
de que una persona este triunfando en la vida no le protege
contra las posibilidades de una depresión. Ni tampoco hay
tipos especiales más propensos a la depresión que
otros. Los artistas, las estrellas de cine, los políticos,
gente con cargos públicos, actividades creativas y
delicadas, celebridades, gente ambiciosa, son las personas que
presentan más propensión a la depresión que
otros. Pero estas personas son más visibles que otros, y
si la depresión se presenta en ellos, todo el mundo parece
enterarse.

Otro tipo de persona que puede ser un poco
más propenso a la depresión que otros, es el que no
ha experimentado sino éxitos desde la infancia. El que
nunca ha experimentado la derrota puede hundirse al primer
contratiempo.

¿Son las mujeres más
propensas a la depresión que los hombres? Las mujeres son
tratadas por depresión dos o tres veces más
frecuentemente que los hombres. Pero, esta evidencia se basa en
visitas clínicas, y nuestra sociedad, de un modo
tradicional, facilita que las mujeres admitan debilidades y
problemas y busquen ayuda, mientras que insiste en que los
hombres deben mantenerse estables y hacer buena cara al mal
tiempo. Por desgracia, en nuestra cultura, a los hombres se les
enseña a no admitir debilidad y no revelar sus
sentimientos interiores. Es interesante notar que el
número de alcohólicos masculinos es superior al de
las mujeres; y que el porcentaje de suicidios es tres veces
más alto en los hombres que en las mujeres. Los hombres
resuelven sus depresiones de modo distinto que las
mujeres. 

¿En qué consiste el estar
deprimido?

Vamos a examinar en detalle en qué
consiste el estar deprimido. A continuación, diez de las
características más comunes de la
depresión:

1. La persona experimenta un sentimiento
general de que no hay esperanza, no hay interés en el
futuro, hay tristeza y apatía. Es un sentimiento de
abatimiento general.

2. Cuando una persona está deprimida
pierde la perspectiva. La vida, el empleo, la familia, todo se ve
distinto cuando se está deprimido. Un enfermo dijo: "Hay
una diferencia real entre estar preocupado o afligido y estar
deprimido. Cuando mi esposa y yo tenemos alguna discusión,
lo siento, no me gusta, pero es parte de la vida. Hacemos la
paces muy pronto. Puede que me preocupe, pero cuando voy a la
cama puedo dormir, y todavía estoy animado. Pero cuando
estoy deprimido es algo distinto. Duele todo el cuerpo, es como
si estuviera enfermo físicamente. No puedo dormir cuando
voy a la cama por la noche, y no puedo dormir en toda la noche.
Aun cuando a veces tengo ánimos, este cambio de humor esta
sobre mí casi cada día. Me hace ver distintas todas
las cosas. Si tengo un altercado con mi conyugue, el matrimonio
me parece sin futuro. Si tengo un problema en el negocio, al que
normalmente reaccionaria con algo de tensión y
contrariedad, pero que resolvería pronto y de modo
apropiado, me siento un fracaso y un mal regocíjate, y
estoy luchando con la confianza en mí mismo en vez de
hacerlo con los problemas que tengo delante."

3. La persona deprimida experimenta cambios
en sus actividades físicas: comida, sueño, sexo. El
interés sexual desaparece y algunos hombres son, en este
período, impotentes. Esto refuerza su sentimiento de
fuerza de valor. Una disminución del interés sexual
debe llamar la atención sobre la posibilidad de una
depresión. Algunos pierden interés en la comida,
mientras otros comen en cantidades exageradas. Algunos se pasan
el día durmiendo; otros no pueden dormir.

4. Hay una pérdida general de
estimación propia. La persona se siente menos segura de
sí misma y pone en duda su valor personal. La confianza
propia está en un punto muy bajo.

5. Hay una tendencia a evitar a los
demás debido a un temor sin fundamento de ser rechazado.
Por desgracia, el comportamiento de una persona deprimida puede
dar lugar a algo de rechazo por parte de los otros. La persona
deprimida suprime sus actividades predilectas, no contesta por
teléfono si le han dejado recado, busca maneras de evitar
hablar o ver a los otros.

6. Hay el deseo de escapar de los problemas
y aun de la misma vida. Hay ideas de marchar de casa y escaparse,
así como de evitar a los otros. Las ideas suicidas
están presentes debido a la sensación de que la
vida carece de valor o futuro.

7. Una persona deprimida es hipersensible a
los que otros dicen o hacen. Puede interpretar mal las acciones o
comentarios y se vuelve irritable debido a su percepción
falsa de estas cosas. Con frecuencia llora fácilmente
debido a estas falsas interpretaciones.

8. La persona tiene dificultades en
controlar sus emociones, especialmente la ira. La ira puede ser
dirigida contra uno mismo o contra otros. La ira contra uno mismo
está basada en los sentimientos de falta de valor y una
falta de conocimiento de cómo resolver la
situación.

9. El sentimiento de culpa está
presente con ocasión de la depresión. Esta culpa
puede ser real o imaginaria. Con frecuencia los sentimientos de
culpa proceden de la idea de ser responsable del malestar de los
otros o haber hecho algo mal.

10. Con frecuencia la depresión
lleva a un estado de dependencia de otras personas. Esto refuerza
el sentimiento de invalidez; entonces la persona se irrita ante
su inutilidad.

Cuando se piensa en la depresión, es
importante distinguir entre las varias formas de ella. Una cosa
tan simple como no comer o no dormir como se debe y no reposar
suficiente, pude ser causa de depresión. La persona que no
come regularmente y duerme suficientes horas, puede hallarse
deprimido porque está engañando a su cuerpo en
cuanto al alimento y al descanso que necesita para funcionar
propiamente. Los estudiantes del "colegio" (universidad), con
frecuencia sufren de este tipo de depresión. El remedio es
simple y evidente; comer bien y descansar lo
suficiente.

Las reacciones a ciertas drogas pueden
afectar el humor o disposición de una persona. La
medicación administrada para corregir un disturbio
físico, puede causar un cambio químico en el cuerpo
que da lugar a un humor abatido. Todas las drogas o
fármacos afectan el cuerpo y la mente en alguna forma. Si
una medicina da lugar en el cerebro o en el sistema nervioso a
una condición tóxica, puede resultar de ello una
depresión extrema. Si una persona toma sedantes o
tranquilizantes durante un largo periodo de tiempo, puede ser un
candidato a una depresión tóxica. Los
síntomas son apatía, indiferencia y dificultad para
concentrarse. A veces, la persona se da cuenta de pensamientos
raros e ilógicos que interfieren con su juicio sentado
normal. En muchos casos de depresión y toxicidad por
fármacos, la situación se clara cuando se deja de
ingerirlos. Si una persona está tomando alguna clase de
medicación, recetada por el médico o no, y se
siente deprimida, debe ir a ver a su médico y consultar el
caso. El médico puede determinar los efectos secundarios
de la medicina y determinar si se debe cambiar la dosis o la
medicación. Es imprudente tomar medicación por
cuenta propia.

Hay muchas causas físicas de la
depresión. Infecciones del cerebro o del sistema nervioso,
infecciones del cuerpo generalizadas, hepatitis e hipoglicemia
son causas de depresión. Trastornos hormonales,
hipotiroidismo, hipertiroidismo, irregularidades hormonales
ováricas y un desequilibrio de las secreciones de las
glándulas suprarrenales o la pituitaria pueden procurarla.
Generalmente hay otros síntomas y alteraciones en el
cuerpo, concomitantes con el trastorno depresivo en estos
casos.

La ira reprimida hacia dentro puede
conducir a la depresión. De hecho, la ira reprimida es
interpretada comúnmente como un sinónimo de
depresión. Este tipo de ira ha sido desviada desde su
fuente original a la propia persona. Como escribió William
Blake en "El árbol envenenado":

Estaba airado contra mi amigo; le
mostré mi ira, y desapareció. Estaba airado con mi
enemigo; No se lo dije y la ira creció.

La depresión reactiva, generalmente
llamada pena depresiva, sigue inmediatamente a la pérdida
de una persona amada, un empleo o alguna oportunidad importante.
La intensidad de este tipo de depresión es mayor
inmediatamente después de la perdida y va disminuyendo al
pasar el tiempo. Durante este período, las funciones
usuales de la persona en la vida se hallan deterioradas, pero
todavía operan dentro de límites normales. Hay un
sentimiento de vacío debido a la pérdida. En
general, sin embargo, los sentimientos sobre uno mismo y la
estimación propia no se alteran. Esperamos este tipo de
pena depresiva cuando una persona pierde un familiar o un amigo.
La pena es importante por su contribución a que la persona
recobre su capacidad de funcionamiento normal. Jesucristo mismo
experimentó sentimientos de este tipo cuando estaba en el
jardín de Getsemaní: "Y tomando a Pedro, y a los
dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a sentir
gran angustia. Entonces les dijo: mi alma está abrumada de
una tristeza mortal; quédense aquí, y velen
conmigo…" (Mateo 26:37, 38).

Otro tipo importante de depresión es
endógeno o bioquímico, engendrado interiormente. Es
causado por un trastorno del sistema químico del
organismo. La depresión resulta cuando el cerebro y parte
del sistema nervioso deja de funcionar debidamente

La causa principal

Cualesquiera que sean los muchos factores
que causan depresión en una persona, tales como el
cansancio físico, medicinas, enfermedades del sistema
nervioso, perdida de un familiar, desajustes bioquímicos,
etc., existe un punto crucial y el más importante que
afecta a todo ser humano en cada aspecto de su vida incluyendo la
depresión. Este punto crucial es la necesidad de que Dios
habite en el corazón del hombre por medio de Jesucristo.
La Biblia nos enseña que los seres humanos somos
"tri-partitas", es decir, fuimos creados cuerpo, alma y
espíritu. Cuando nos referimos al corazón, estamos
hablando del espíritu de la persona. En el alma
está la identidad, las emociones, los sentimientos, la
voluntad. El espíritu es la parte del hombre que se
conecta directamente con Dios y se comunica con El por medio de
la oración, adoración y alabanza. Cuando Dios
habita en el corazón del hombre, todo su ser, alma cuerpo
y espíritu, pueden tener una relación con el
Creador.

Si queremos vencer la depresión, el
primer paso a tomar antes de ir a un médico, o antes de ir
a un psicólogo, es establecer esa conexión con Dios
por medio del sacrificio hecho por Jesucristo para que nuestra
vida sea transformada. Cuán maravillo es saber que eres
muy importante para alguien que realmente se interesa por
nosotros. Saber que un ser supremo puso sus ojos sobre
mí.   Aunque tu padre y tu madre te hallan
rechazado y tu familia te haya dicho: "¡no sirves para
nada, no vales un centavo"!, Dios te amó tanto que te dio
la vida y dio a su propio Hijo para que pudieras vivir con
esperanza en el mañana y del futuro.

Ese que te dio la vida te dice: "yo he
venido para que tengas vida y vida en abundancia."  Hoy se
abre una puerta de salida a tu desesperación y a tu
depresión.  Ahora mismo mientras lees estas palabras,
está entrando un rayito de esperanza a tu
corazón.   Esa luz es Jesús el Salvador,
quien dijo: "He aquí yo estoy a la puerta y llamo. Si
alguno oye mi voz y abre la puerta, yo entraré a él
y cenaré con él, y él conmigo."
Aunque
Jesús murió, la noticia más maravillosa de
aquel tiempo fue que al tercer día resucitó. Su
tumba está vacía. El venció la muerte para
darte vida, venció el pecado para que pudieras acercarte a
Dios. El llevó tu depresión, tristeza, tu dolor, tu
angustia, tu desesperación y las clavó en la cruz
para darte paz, esperanza, la vida eterna, una razón para
vivir.

Él no te ofrece religión. Es
más, Jesús llamó a los religiosos de su
época hipócritas, porque sabía que la
religión ni salva ni puede cambiar al ser
humano.   Solo lo que él te pide es que lo
invites a venir a tu vida y corazón y el cambiará
las circunstancias, borrará tus pecados, te dará
esperanza para vivir, podrás realmente experimentar el
verdadero amor y la paz que hasta ahora no has tenido. Una paz
que sobrepasa todo entendimiento humano.

Quizás tu pienses que los escritores
de esta página son unos fanáticos, o están
locos, pero no es así, sino que hablamos por experiencia
propia. Hemos vivido en nuestra propia carne la
desesperación de no tener salida, de sentir un
vacío y una angustia tan grande en el alma que el suicidio
parecía la única solución.   Sin
embargo, el día que Jesús llegó a nuestras
vidas, él no nos mandó a cambiar, solo dijo: "ven
tal y como eres y yo me encargaré de lo
demás. 

¿Quieres confiar en
Jesús?  ¿quieres tratar una vez más?
Quizás esta sea tu última oportunidad. No la
rechaces…

¿Que debes hacer?

Solamente repite esta simple
oración:

Dios de los cielos, yo me arrepiento de
todos mis pecados. Acepto a Jesucristo como mi Salvador y mi
Señor… ven a mi corazón Señor Jesús
y dame vida eterna…yo acepto el sacrificio que hiciste por
mí en la cruz del Calvario..te entrego mi vida…y de
ahora en adelante te seguiré…amén.

Si has hecho esta oración de
corazón, te garantizamos que tu vida a partir de hoy no
será la misma. Ahora debes conocer más a
Jesús a través de su palabra, la Biblia. Debes
buscar una iglesia donde congregarte y aprender más sobre
los caminos de Dios.

Si has hecho la oración aceptando a
Cristo, conéctate a los siguientes enlaces para más
información sobre los primeros pasos que debes tomar. Dios
te bendiga:

LA DEPRESIÓN

Diez pasos sobre cómo
combatir la depresión

El poder de la
depresión:

La depresión tiene gran poder
en nuestras vidas si no nos cuidamos. No podemos, como seres
humanos, evitar los aspectos negativos de la depresión sin
la ayuda de Dios. Concluimos que es humanamente imposible evitar
la depresión. Una de las fallas de la psicología
moderna de la motivación a través del éxito,
y otras formas humanísticas de auto superación (hay
muchos libros en todas las librerías sobre ese tema), es
que dejan la impresión que las personas no necesitan la
ayuda de Dios para librarse de la depresión. Sin la ayuda
de Dios, cualquier medio de quitar de la persona la
depresión es meramente temporal y no tardará en
regresar. Estoy convencido que si ustedes quieren obtener la
victoria duradera sobre la depresión, deben hacer que sus
vidas sean correctas delante de Dios. Es asombroso ver
cuánta depresión existe en el mundo sólo
porque las personas no se han entregado completamente a Dios. La
depresión tiene mucho poder sobre una vida no entregada a
Dios.

Primero paso:

Acepta que eres una creación de
Dios
así como eres. Agradece a Dios que eres el objeto
de su gran amor y que él te hizo así como eres.
Muchos pasan la vida deprimidos porque les gustaría ser
diferentes. Es increíble ver cuánto tiempo se
pierde por parecer diferente. No quiero decir que no debemos
cuidarnos. La Biblia dice que nuestro cuerpo es el templo del
Espíritu Santo y como tal hay que usarlo con
sabiduría mientras estamos sobre la tierra, para que
tengamos una buena apariencia. Pero cuando la apariencia pasa a
ser la única preocupación, nos deprimimos porque
nuestra apariencia no es tan buena como la de los demás.
No tenemos los ojos iguales al de fulano o el cabello igual que
fulano o su cuerpo, dientes, etc. Entonces estamos en una
situación difícil. Los actores o actrices de la
televisión son perfectos. Es difícil tener la misma
apariencia que ellos. Parecen que son supra humanos.

Segundo paso:

Acepta el perdón de Dios de
tus pecados. Otra vez es un problema de conciencia. Uno de los
pasos para vencer la depresión es tener una conciencia
tranquila. Al encontrar pecados en nuestras vidas debemos
confesarlos. Muchos quieren ser bautizados nuevamente por no
creer que fueron bautizados de la manera correcta. ¡Hazlo
de nuevo! No debe haber problemas en cuanto a eso. Dice 1
Juan 1.8,9: "Si decimos que no tenemos pecado, nos
engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en
nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y
justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda
maldad".
En Hebreos 10.17 leemos: "Y nunca
más me acordaré de sus pecados y
transgresiones".
Dios ya no se acordará de
nuestros pecados. Sabemos que no hay nada que podemos hacer sobre
el pasado, pero podemos hacer mucho en el día de hoy. Si
hacemos todo lo que podemos el día de hoy, el día
de mañana seremos mejores personas. Necesitamos la actitud
del apóstol Pablo, quien dijo: "Olvidando
ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a
lo que está adelante, prosigo a la meta…"

(Filipenses 3.13). Que Dios nos ayude a personarnos a nosotros
mismos y seguir adelante con nuestras vidas. Si no podemos
aceptar el perdón de Dios, la depresión
continuará molestándonos.

Tercer paso:

Mírate a través de los
ojos de Dios.
Gracias a Dios por su presencia en nuestras
vidas. Recordemos lo que dijo Pablo en Filipenses 4.13:
"Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". Ese
es el espíritu que necesitamos en Jesucristo.

Cuarto paso:

Visualiza cómo Dios te
está perfeccionando.
Resiste la tentación de
pensar en ti como un fracaso, porque todos hemos fracasado de una
manera u otra. No debemos pensar en nosotros como fracasos, sino
como personas que estamos creciendo en Cristo y madurando.
Leí una calcomanía que decía: "Por favor ten
paciencia conmigo; Dios no ha terminado todavía su labor
en mí".

Quinto paso:

Visualiza tus metas en la vida y
escríbelas.
Eso es algo que ayuda mucho en la vida.
Mientras leo libros sobre este asunto, he encontrado que varias
personas que ayudan a los minusválidos emocionalmente
hablan mucho de eso. ¡Apúntalo! Así estaremos
activando nuestro subconsciente que nos ayudará a lograr
tales metas. Haz una lista de las cosas positivas y las
negativas, y las metas que estás intentando lograr.
Entonces dedícate a la oración y empieza a hacer
planes para que tales planes sean realizados. Muchos se deprimen
al descuidar sus metas, porque al descuidar las metas descuidan
sus sueños. Y al perder los sueños estamos
perdidos. No importa la edad que uno tenga, es vital tener metas.
Debemos escribirlas, orar por ellas, etc., y empezar a movernos
hacia esa dirección.

Sexto paso:

Sé siempre positivo. No hay
lugar en la fe cristiana para personas negativas. En Jesucristo
no podemos anticipar nada más que el éxito. Evita
la compañía de los que están siempre
quejándose, irritados o criticando. Debemos a como
dé lugar evitar imitarlos. Las críticas, así
como las ideas negativas son malas y también contagiosas.
Al notar que tales ideas empiezan a cercarnos debemos hacer algo
positivo para detenerlas. Porque esas ideas sólo sirven
para causar la depresión. Cada vez que pensamos o
mencionamos ideas negativas, más deprimidos quedamos. Al
aconsejar a las personas escucho muchas cosas semejantes. En
primer lugar, la persona me dice que está totalmente
equivocada. Luego dice que lo que está haciendo
está mal. Pero cuanto más menciona el problema,
más se persuade a sí misma de que lo que
está haciendo tiene un buen propósito. Parece que
eso la lleva a una depresión aún más
profunda. Oremos para que vea lo que está haciendo consigo
misma. Mantenga sus conversaciones positivas y la mente
también positiva. Filipenses 4.8 dice que debemos pensar
en cosas positivas. Como cristianos debemos concentrar la mente
en cosas positivas.

Los melancólicos: Los que
tenemos algo de melancólicos en el temperamento debemos
luchar con más ahínco para evitad esos pensamientos
negativos. Debemos esforzarnos para ser positivos, con la mente
también positiva. Ese es el secreto para mantenerse
alejado de la depresión. Hay que luchar unos más
que otros, según sus temperamentos.

Séptimo
paso:

Anticipe la vida abundante que Dios
tiene reservada para cada uno de nosotros. Dios ha preparado un
plan para nuestra vida y se trata de un plan flexible. Lo hace
flexible a propósito. No podemos leer el capítulo
12 de Romanos y no creer en eso. Dios tiene un propósito
para ti y para mí. Creo que el plan es flexible y nos toca
a nosotros llenar los espacios vacíos. Dios nos
ayudará a edificar nuestras vidas y nos libraremos de la
depresión.

Octavo paso:

Busca primero el reino de Dios.
Mateo 6.33 deja muy claro que el cristiano no debe permitir en su
vida la avaricia o el egoísmo. Aunque busquemos una
carrera exitosa o busquemos ganancias materiales, nunca debemos
permitir que eso sea el objetivo principal en la vida. Cualquier
situación en que nuestra búsqueda de poder,
prestigio, posesiones o placeres sea contrario a la voluntad de
Dios, estamos equivocados. Eso también causa la
depresión.

Noveno paso:

Entrégate a Dios y sirve a tu
prójimo.
Lo que más recompensa y satisface es
el resultado del servicio a la gente. Eso es una terapia
emocional. Quizás haya algunos que tengan serios motivos
para estar más deprimidos que yo, porque han sufrido
pérdidas que yo nunca he sufrido. Me he fijado cómo
algunos han luchado y han vencido situaciones personales
difíciles para ir a auxiliar a los necesitados. Eso es
más eficaz sobre la depresión que la medicina. Creo
que funciona, ya que lo he probado en mi propia vida. Una de las
grandes alegrías de ser predicador es poder ayudar a
alguien a reconstruir su vida. Es una gran satisfacción. A
veces predicamos un sermón que ayuda a una persona a
cambiar de vida y eso es una gran satisfacción. Los
deprimidos tienden mucho a pensar solamente en ellos mismos y sus
pensamientos son egocéntricos. La recompensa de servir a
los demás es un beneficio para la eternidad, pero
también una gran ayuda en la vida diaria.

Décimo
paso:

Da gracias en todo. 1 Tesalonicenses
5.18 dice: "Dad gracias en todo, porque esta es la
voluntad de Dios para con vosotros en Cristo
Jesús".
Si podemos desarrollar en nuestros
corazones un espíritu de gratitud, cada día es una
garantía absoluta en contra del poder negativo de la
depresión. ¡Ojalá que desarrollemos un
espíritu de gratitud!

Entiendo que podemos trivializar el
problema. Porque no hay soluciones sencillas. No hay una causa
sencilla para la depresión. Sin embargo la ira no
procesada parece ser la raíz de toda forma de
depresión. Y eso fue lo que le pasó a Caín.
Caín estaba enojado (Génesis 4.5).

No hay soluciones sencillas, aunque
la vida en Cristo sea la base de todas las respuestas sobre el
problema de la depresión. Las soluciones pueden ser muy
complicadas, pero sí existen. Creo que la depresión
es tratable. Creo también que la depresión es
curable.

¡Acuérdate de lo que dijo Dios
a Caín! Génesis 4.7: "Si bien hicieres,
¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el
pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será
su deseo, y tú te enseñorearás de
él".

Dios nos ayudará a obtener la
victoria sobre la depresión.
Muchas veces los
problemas son tan serios en la iglesia que nos dan ganas de
abandonar todo. Pero hay auxilio en las Escrituras. En los Salmos
37.3 dice: "Confía en Jehová y haz el
bien".
Eso es lo único que podemos hacer en esta
vida. Si podemos lograr eso, la depresión jamás
será victoriosa en nuestras vidas. No significa que
jamás nos deprimiremos. Sino que la depresión
jamás obtendrá la victoria. Confía en el
Señor y haz el bien. Dios nunca te abandonará. No
desistamos de luchar, porque la depresión es
poderosa.

Aprendamos a ser victoriosos sobre ella
a través de Jesucristo
, nuestro Señor. Es
maravilloso tener un Señor que nos puede ayudar en
nuestras luchas diarias. Es por eso que ofrecemos la
invitación, porque Jesús puede ayudarte.

Algunos de los síntomas de una
persona deprimida, pueden ser el desánimo, la falta de
apetito, y el sueño excesivo.Recuerdo que en una
oportunidad de mi vida, en la cual me sentía muy
deprimido, quise pasar a la historia como un Shakespiare moderno,
acuñando la siguiente frase:

"Soñar, Soñar, es mejor
Soñar,Porque aunque los sueños sean malosTerminan
al despertarPero del sueño de la vidaSolo
despertamos,Hasta que morimos"

En qué estado de ánimo me
encontraría en ese momento, de hasta tal vez desear la
muerte. Comparar la vida con la muerte, haciendo referencia a que
es una pesada de la cual despertamos hasta que morimos, desear
mejor estar durmiendo porque si algo sale mal, despertamos y todo
acabo.

Aunque la frase me sigue pareciendo
interesante por lo poético de su contenido, ahora pienso
de una forma diferente y sé que hay una salida para los
estados depresivos.

Pero ¿Que puede provocar la
depresión?.  Proverbios 13:12 nos dice: La esperanza
que se demora es tormento del corazón; Pero árbol
de vida es el deseo cumplido.  ¿Tienes algún
deseo o anhelo que no hayas cumplido en tu vida?, creo que todos
tenemos más de uno, y eso es bueno, porque nos esfuerza a
luchar, a seguir viviendo, a tratar de alcanzar ese anhelo. Sin
embargo en algunos momentos, esos anhelos pueden convertirse en
obsesiones destructivas que dañan nuestra vida, y pueden
llegar a convertirse en un motivo muy fuerte para estar
deprimidos, sobre todo cuando vemos que por más que nos
esforzamos no podemos alcanzar ese deseo.

Yo pensaba en una oportunidad por ejemplo,
que me hubiera gustado ser el rey de Inglaterra en la
época en la cual dominaba casi todo el mundo, tenía
que aprender a mandar, tenía que aprender Inglés,
tal vez hasta tenía que ir a una academia militar, como lo
hace la realeza británica, pero un momento que pasa, por
más que me esfuerce, no tengo sangre real
británica, ni vivimos la época en la que
tenía colonias por todo el mundo, entonces ¿me
deprimo porque lo que yo deseo no lo puedo alcanzar…?.
Sé que a muchos les provoca risa, pero muchas veces
nuestros deseos pueden estar desproporcionados en esa forma, y al
ser inalcanzables y no poder alcanzarlos nunca, nos provoca
depresión y desanimo a tal punto que en ocasiones nos
puede llevar a pensamientos de suicidio.

En versión Dios Habla Hoy de la
Biblia, encontramos la siguiente frase expresada por el rey
David:

"SEÑOR, no es orgulloso mi
corazón,ni son altaneros mis ojos,ni voy tras cosas
grandes y extraordinariasque están fuera de mi
alcance"

Tal vez lo que esta fuera de tu alcance es
un amor platónico y eso te deprime.  El rey David
había aprendido el secreto que aprendió el
Apóstol Pablo siglos más tarde cuando dijo en
Filipenses 4:11-13:  "No lo digo porque tenga escasez, pues
he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi
situación. Sé vivir humildemente y sé tener
abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así
para estar saciado como para tener hambre, así para tener
abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo
que me fortalece."

Esto no lleva al segundo punto, a veces las
cosas son inalcanzables y nos deprimen, pero en otras solo vemos
el lado malo de las cosas y esto también nos
deprime.  Hay un dicho popular que dice que no hay dos
glorias juntas, y en parte tiene mucha razón. En la vida
siempre vamos a tener cosas a favor y cosas en contra, esto es
bueno por esto y aquello, pero tiene este y este defecto.
Tú mismo que leerás este artículo, y que tal
vez te esfuerzas por ser lo mejor te frustras muchas veces al
darte cuenta que también cometes errores. Entonces,
¿Qué hacemos?. Hay otro dicho popular que dice que
las cosas son del color del cristal con que se miran. Las cosas
buenas y malas, siempre van a estar ahí, pero tú
puedes elegir cuál de ellas mirar. Esto es como aquel
ejemplo del vaso a la mitad, que para mucho este medio lleno, y
para otros medio vació. Recuerdo en una oportunidad en la
cual habíamos comprado un almuerzo bufe de comida china
con mi familia, yo estaba sentado a la mesa renegando porque a mi
parecer nuestra situación económica no era muy
buena, yo talvez quería estar comiendo ese mismo bufe pero
en la Muralla China. Recuerdo que sentado a la mesa exclame luego
de un suspiro: "Cuando vendrán tiempos mejores". De pronto
sentí como si alguien me hubiera abofeteado con mucho
cariño, solo para hacerme reaccionar y dentro de mi
resonaron las palabras que decían: Luis, que te pasa, si
estas comiendo un gran banquete y aun así piensas que
estas mal". En ese momento recibí la amonestación
del Señor a mi corazón que rearguyo mi
corazón de una forma muy especial, yo estaba viendo lo que
no tenía y por eso no estaba disfrutando lo que si
tenía.

Con esto no te digo que conviertas tu vida
en un sepulcro conformista que no hace nada, se conforma con
todo, y espera que todo le caiga del cielo, no, no es eso lo que
Dios quiere, sigue con tus seños, lucha por ellos, pero
aquí llegamos a la tercera causa de la depresión,
no te afanes.

Que es el afán, yo lo
definiría como un pensamiento excesivo que se apodera de
nuestras mentes y nos anula para poder pensar en otras cosas, nos
hace muchas veces trabajar "alocadamente" como aquel niño
que con los ojos vendados comienza a lanzar "palazos" en todas
direcciones para tratar de golpear la piñata y que los
dulces caigan de ella. El afán va asociado a la
impaciencia y la ansiedad. Hay cosas que Dios muchas veces ya
tiene preparadas para nosotros, pero por nuestra impaciencia
nosotros lo arruinamos. Que útil puede ser un cuchillo de
acero inoxidable con diseño especial para un ama de casa
que cocina, pero que nefasto puede ser para un niño o
niña de 4 o 5 años que quiera jugar con él.
Dice la Biblia en Eclesiastés 3:11 que Dios lo hizo todo
hermoso en su tiempo. Y dice también, que hay un tiempo
para todo.

A nosotros nos tocó vivir los
días de la velocidad, los trasportes son más
rápidos, las comunicaciones son más rápidas,
las noticias nos llegan también más
rápidamente, y toda nuestra vida se mueve en sí, a
un ritmo mayor de lo que los papas de nuestros abuelos estuvieron
acostumbrados a vivir. Queremos ser millonarios a los 30
años o menos, queremos graduarnos de la universidad antes
de los 25, queremos experimentar el noviazgo a los 11 0 12
años, ¿qué está pasando?.

La mayoría se han iniciado en una
relación amorosa a una edad en la cual, ni ellos mismos
saben lo que quieren, no hay metas para la vida como pareja, no
hay afinidad de pensamientos, lo que existe en la mayoría
de los casos es solamente una fuerte atracción
física. Me gusta, le gusto, quiero con esa persona. No hay
madurez, ni emocional, ni física, ni sentimental. Muchas
veces las jovencitas se han sentido rechazadas en sus hogares y
encuentran la atención y cariño en un muchacho que
lo único que quiere es disfrutar su sexualidad con ella.
Les sucede lo del niño pequeño con el cuchillo,
comienzan a jugar con fuego, una cosa lleva a otra, y al final
terminan quemándose. Oímos de muchos abortos, la
muchachita linda de la casa, ahora será mama, vemos muchas
madres solteras, vemos hijos que no conocen a sus padres, o vemos
padres que nunca pueden ver a sus hijos. Esto también
puede llevar a las personas a depresión. Aquí tengo
dos consejos que aprendí de un pastor muy querido: Numero
Uno: Es mejor prevenir que lamentar; y Número Dos, lo que
puedas arreglar, arréglalo y lo que no olvídalo, ya
no hay nada que hacer.Sin embargo en muchos casos jugar con fuego
no nos lleva a extremos tan malos, algunas veces las niña
no queda embarazada, o no les gusto el tipo de hierva que se
fumaron, tratan de corregir su vida, se apartan del mal, y eso
está bien porque dice la Biblia que "el que confiesa su
pecado y se aparta, alcanza misericordia" (Proverbios 28:13),
pero eso no hace que recobre su virginidad, no hace que recupere
las neuronas perdidas por su adicción a las drogas, etc.,
hay consecuencias, quedan secuelas y un sentimiento de culpa
puede invadir nuestras vidas. Palabras como: Ahora nadie te va a
querer, eso que hiciste no tiene perdón, etc., resuenan
constantemente en nuestra mente, y también deprimen
nuestra vida.

Cuando realmente amamos a Dios y hacemos
algo malo, su Espíritu Santo nos redarguye para
salvación, pero también el Diablo puede venir con
acusación y aprovecha esa ocasión para destruirnos.
Que debemos hacer entonces, la Biblia nos cuenta que hubo alguien
que dio su vida, en lugar de tu vida, la Biblia dice que todos
pecamos y por lo mismo estábamos destituidos de la gloria
de Dios (Romanos 3:9-23), sin embargo El dio lo más
preciado que tenía, porque nos amó, envió a
su único hijo, para que todo aquel que en el crea no se
pierda, más tenga vida eterna (Juan 3:16), pero vida no es
existencia, Jesús dijo: "Yo he venido para que tengan vida
y para que la tengan en abundancia" (Juan 10:10), no sé y
no importa cuál sea la causa de tu depresión, Dios
si la sabe y la conoce y está en este momento ahí
contigo, tal vez la causa de tu depresión sea el
afán, Él te dice: "por nada estéis afanosos"
(Filipenses 4:6), tal vez la causa es que no puedes alcanzar tus
sueños, Él te dice: "Como son más altos los
cielos que la tierra, así son mis caminos más altos
que vuestros caminos y mis pensamientos más que vuestros
pensamientos" (Isaías 55:9). Tal vez este deprimido por tu
situación económica, Él te dice: "No os
afanéis por vuestra vida, qué comeréis; ni
por el cuerpo, qué vestiréis. La vida es más
que la comida, y el cuerpo que el vestido. Considerad los
cuervos, que ni siembran, ni siegan; que ni tienen despensa, ni
granero, y Dios los alimenta. ¿No valéis vosotros
mucho más que las aves? ¿Y quién de vosotros
podrá con afanarse añadir a su estatura un codo?
Pues si no podéis ni aun lo que es menos, ¿por
qué os afanáis por lo demás? Considerad los
lirios, cómo crecen; no trabajan, ni hilan; mas os digo,
que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió
como uno de ellos. Y si así viste Dios la hierba que hoy
está en el campo, y mañana es echada al horno,
¿cuánto más a vosotros, hombres de poca fe?"
(Lucas 12:22-28). Y si estas deprimido por que cometiste un
pecado que tal vez no solo afecto tu vida sino también la
de otras personas, Él te llama hoy diciendo:

"Venid luego, dice Jehová, y estemos
a cuenta:aunque vuestros pecados sean como la grana,como la nieve
serán emblanquecidos;aunque sean rojos como el
carmesí,vendrán a ser como blanca
lana".Isaías 1:18.

Los brazos de amor de nuestro divino
salvador, están hoy abiertos para ti, no importa
cuál sea la causa de tu depresión Él
está hoy cerca de ti para ayudarte, abre hoy tu
corazón a Cristo Jesús y obtén una nueva
esperanza de vida. Donde quiera que estés inclina hoy tu
rostro y si quieres cierra tus ojos, para hacer una
oración a Dios en tus propias palabras para que Él
te ayude, y cuando termines y levantes tu rostro ten por seguro
que no estarás igual. Jesús te
Ama.

¿Pregunta? "¿Qué
dice la Biblia acerca de la depresión? ¿Cómo
puede un cristiano vencer la
depresión?"

La
depresión es un padecimiento que se ha propagado
grandemente afectando a millones de personas, tanto a cristianos
como a no cristianos. Quienes sufren de depresión pueden
experimentar intensos sentimientos de tristeza, ira,
desesperanza, fatiga y una variedad de otros síntomas.
Pueden empezar a sentirse inútiles y aún pensar en
el suicidio, perdiendo interés en cosas y personas con las
que antes disfrutaban. Con frecuencia la depresión es
disparada por las circunstancias de la vida, tales como la
pérdida del trabajo, la muerte de un ser querido, el
divorcio o problemas psicológicos como el abuso o la baja
autoestima. La Biblia nos dice que estemos llenos de gozo y
alabanza (Filipenses 4:4; Romanos 15:11), así que
aparentemente Dios propone que vivamos vidas con gozo. Esto no es
fácil para alguien que atraviesa por una situación
depresiva, pero ésta puede mejorar a través de los
dones de Dios en la oración, estudios bíblicos y su
aplicación; grupos de soporte, grupos en casas,
compañerismo con otros creyentes, confesión,
perdón y consejería. Debemos hacer un esfuerzo
consciente para no estar absortos en nosotros mismos, sino
más bien dirigir nuestros esfuerzos al exterior. Los
sentimientos de depresión con frecuencia pueden resolverse
cuando el que sufre quita la atención de sí mismo y
la pone en Cristo y los demás.La depresión
clínica es una condición física que debe ser
diagnosticada por un médico especialista. No es causada
por circunstancias desafortunadas de la vida, ni los
síntomas pueden ser aliviados por voluntad propia.
Contrariamente a lo que algunos creen en la comunidad cristiana,
la depresión clínica no siempre es causada por el
pecado. En ocasiones la depresión puede ser un desorden
que necesita ser tratado con medicamentos y/o consejería.
Desde luego, Dios es capaz de curar cualquier enfermedad o
desorden; sin embargo, en algunos casos, el consultar a un doctor
por una depresión, no es diferente al acudir a un
médico por una herida.Hay algunas cosas que pueden hacer
quienes sufren de depresión, para aliviar su ansiedad.
Deben asegurarse de estar firmes en la Palabra, aun cuando no
sientan deseos de hacerlo. Las emociones pueden confundirnos,
pero la Palabra de Dios permanece firme e inmutable. Debemos
mantener firme también nuestra fe en Dios, y acercarnos
aún más a Él cuando pasemos por
tribulaciones y tentaciones. La Biblia nos dice que Dios nunca
permitirá en nuestras vidas, aquellas tentaciones que
estén más allá de nuestra capacidad para
manejarlas (1 Corintios 10:13) Aunque el estar deprimido no es
pecado, el cristiano si es responsable de la manera como responda
a la aflicción, incluyendo el obtener la ayuda profesional
que necesite. "Así que, ofrezcamos siempre a Dios por
medio de Él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de
labios que confiesen su nombre" (Hebreos 13:15).

Pregunta: "¿Qué dice la
Biblia acerca de la depresión? ¿Cómo puede
un cristiano vencer la depresión?"

Respuesta: La depresión es un
padecimiento que se ha propagado grandemente afectando a millones
de personas, tanto a cristianos como a no cristianos. Quienes
sufren de depresión pueden experimentar intensos
sentimientos de tristeza, ira, desesperanza, fatiga y una
variedad de otros síntomas. Pueden empezar a sentirse
inútiles y aún pensar en el suicidio, perdiendo
interés en cosas y personas con las que antes disfrutaban.
Con frecuencia la depresión es disparada por las
circunstancias de la vida, tales como la pérdida del
trabajo, la muerte de un ser querido, el divorcio o problemas
psicológicos como el abuso o la baja autoestima.La Biblia
nos dice que estemos llenos de gozo y alabanza (Filipenses 4:4;
Romanos 15:11), así que aparentemente Dios propone que
vivamos vidas con gozo. Esto no es fácil para alguien que
atraviesa por una situación depresiva, pero ésta
puede mejorar a través de los dones de Dios en la
oración, estudios bíblicos y su aplicación;
grupos de soporte, grupos en casas, compañerismo con otros
creyentes, confesión, perdón y consejería.
Debemos hacer un esfuerzo consciente para no estar absortos en
nosotros mismos, sino más bien dirigir nuestros esfuerzos
al exterior. Los sentimientos de depresión con frecuencia
pueden resolverse cuando el que sufre quita la atención de
sí mismo y la pone en Cristo y los demás.La
depresión clínica es una condición
física que debe ser diagnosticada por un médico
especialista. No es causada por circunstancias desafortunadas de
la vida, ni los síntomas pueden ser aliviados por voluntad
propia. Contrariamente a lo que algunos creen en la comunidad
cristiana, la depresión clínica no siempre es
causada por el pecado. En ocasiones la depresión puede ser
un desorden que necesita ser tratado con medicamentos y/o
consejería. Desde luego, Dios es capaz de curar cualquier
enfermedad o desorden; sin embargo, en algunos casos, el
consultar a un doctor por una depresión, no es diferente
al acudir a un médico por una herida.Hay algunas cosas que
pueden hacer quienes sufren de depresión, para aliviar su
ansiedad. Deben asegurarse de estar firmes en la Palabra, aun
cuando no sientan deseos de hacerlo. Las emociones pueden
confundirnos, pero la Palabra de Dios permanece firme e
inmutable. Debemos mantener firme también nuestra fe en
Dios, y acercarnos aún más a Él cuando
pasemos por tribulaciones y tentaciones. La Biblia nos dice que
Dios nunca permitirá en nuestras vidas, aquellas
tentaciones que estén más allá de nuestra
capacidad para manejarlas (1 Corintios 10:13) Aunque el estar
deprimido no es pecado, el cristiano si es responsable de la
manera como responda a la aflicción, incluyendo el obtener
la ayuda profesional que necesite. "Así que, ofrezcamos
siempre a Dios por medio de Él, sacrificio de alabanza, es
decir, fruto de labios que confiesen su nombre" (Hebreos
13:15).

Depresión

Para María cada día es una
nueva batalla para lograr seguir adelante. Muchos días no
tiene ánimo suficiente ni siquiera para levantarse de la
cama y cuando su marido vuelve a casa por la noche la encuentra
todavía en pijama y con la cena sin preparar. Llora muy a
menudo y hasta sus momentos de mejor humor se ven continuamente
interrumpidas por ideas de fracaso e inutilidad. Tareas tan
insignificantes como vestirse o hacer la compra le resultan muy
difíciles y el menor obstáculo le parece una
barrera infranqueable. Cuando se le recuerda que todavía
es una mujer atractiva y se le sugiere que salga a comprar un
vestido nuevo contesta, "esto es demasiado difícil para
mí, tendría que atravesar la ciudad en
autobús y probablemente me perdería, además
ya no soy atractiva".

Su forma de hablar y de andar es lenta y su
rostro tiene un aspecto triste. Antes era una mujer vivaz y
activa, colaboraba en asuntos sociales de su barrio, le gustaba
leer, pintar y era una anfitriona encantadora. Entonces
ocurrieron dos cosas: Su hijo empezó a ir a la escuela y
su marido fue ascendido a un puesto de gran responsabilidad que
lo obligaba a permanecer demasiado tiempo fuera de
casa.

Partes: 1, 2, 3, 4
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