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Energía para el movimiento humano y sistemas energeticos




Enviado por Denny Partidas



  1. Energía
  2. Trabajo
  3. Potencia
  4. Metabolismo
    aeróbico y anaeróbico
  5. Sistemas
    energéticos
  6. Continuum
    energético

En el presente trabajo sé discutirán los
mecanismos por medio de los cuales el organismo obtiene la
energía para realizar los movimientos y su trabajo
físico.

El concepto de energía y su utilización en
el cuerpo humano es quizás uno de los principales
vínculos entre la fisiología y la educación
física. La definición de este concepto es
importante para poder responder algunas preguntas tales como:
¿Qué mecanismos intervienen en las transformaciones
energéticas del cuerpo humano y cómo podemos
adaptarnos a los diferentes tipos de movimientos y actividades
físicas?. Las actividades físicas y el movimiento
humano se enmarcan en un amplio rango, desde aquellas que
requieren grandes cantidades de energía en períodos
cortos de tiempo hasta actividades que exigen un pequeño
pero sostenido aporte de energía.

Uno de los propósitos de este trabajo consiste en
explicar cómo el conocimiento de los conceptos
relacionados con la energía se puede aplicar al deporte y
la educación física; además, se dan a
conocer los sistemas energéticos del cuerpo
humano.

A continuación se definirán algunos
términos relacionados con el suministro de energía
humana:

Energía

La energía es la capacidad para realizar un
trabajo. De las seis formas de energía existentes, nos
ocuparemos de dos formas en especial: la mecánica y la
química. En el tenis, cuando movemos una raqueta para
golpear la pelota, se realiza trabajo mecánico, lo mismo
que en el béisbol, golf u otros deportes que utilicen
implementos parecidos. De igual manera, se puede realizar trabajo
mecánico desplazando el centro de gravedad del cuerpo en
dirección frontal, como es el caso de una carrera. La
energía asociada con el movimiento se denomina
energía cinética. La energía de un objeto
asociada a la posición que este ocupa en el espacio, como
ocurre en un arco extendido y al sostenerlo a un nivel superior
en contra de la fuerza de gravedad es la energía
potencial.

La energía química representa igualmente
una fuente de energía potencial. Por ejemplo, en el cuerpo
humano los alimentos se degradan mediante reacciones
químicas liberando energía que a su vez se utiliza
para sintetizar otros componentes químicos. Estos
últimos compuestos son considerados como ricos en
energía y al degradarse liberan la energía
contenida en los enlaces químicos de su estructura y dicha
energía es utilizada por los músculos
esqueléticos para realizar trabajo mecánico. Los
músculos convierten en energía mecánica
sólo una parte de la energía química
contenida en los alimentos consumidos.

La unidad de medida más común de la
energía es la caloría (cal). Una caloría es
la cantidad de energía calórica requerida para
elevar la temperatura de un gramo de agua en 1ºC. Una
kilocaloría (kcal) o (Cal) es igual a 1.000
calorías y es la unidad que se utiliza con mayor
frecuencia para describir el contenido energético de los
alimentos y los requerimientos energéticos de diversas
actividades físicas (generalmente cuando las personas
hablan de la cantidad de calorías que tiene un alimento en
realidad sé están refiriendo a
kilocalorías).

Trabajo

Desde el punto de vista físico el trabajo
mecánico (T) es el producto de una fuerza (F) deslazada
una distancia x(d); es decir:

T = F x d

Trabajo = fuerza x distancia

Por ejemplo, si un individuo pesa 75 kgs.(fuerza) y sube
por una escalera de 3 mts. de altura (espacio), realizará
un trabajo mecánico equivalente a 75 kg x 3 mts = 225
kg-m. Aunque los términos de trabajo y energía se
pueden utilizar algunas veces en forma intercambiable, se puede
señalar que es posible emitir energía sin realizar
trabajo mecánico. Por ejemplo, al sostener un peso con el
brazo (codo) extendido, se requiere energía, pero no se
realiza trabajo mecánico desde el punto de vista
físico, ya que el peso permanece sin
desplazarse.

Potencia

La potencia (W) o (P) es el trabajo realizado por unidad
de tiempo (t), o es la capacidad para ejercer la máxima
fuerza en el menor tiempo posible, como también es
desplazar una fuerza a la máxima velocidad
posible.

P =T/t = (F x d)/t

P = (F x V)

En donde: F = fuerza y V = velocidad.

En nuestro ejemplo anterior, si el individuo sube por la
escalera en 2 segundos (t), habrá producido una potencia
de (75 kg x 3 mt)/2 seg = 112,5 kg-m/seg).

En la mayoría de las actividades deportivas,
poder suministrar la máxima energía en el
período más breve representa el factor primordial
para el éxito.

Metabolismo
aeróbico y anaeróbico

El término metabolismo se refiere al conjunto de
reacciones químicas que se realizan en el organismo. El
término aeróbico se refiere a la presencia de
oxígeno, mientras que el término anaeróbico
significa sin oxígeno. Por lo tanto, el metabolismo
aeróbico se refiere a una serie de reacciones
químicas que requieren de la presencia y
utilización de oxígeno. El metabolismo
anaeróbico, por otra parte, no requiere de la presencia y
utilización del oxígeno en sus reacciones
químicas

Sistemas
energéticos

Las diferentes actividades deportivas tienen
requerimientos específicos de energía. Por ejemplo,
el maratón y la natación de larga distancia, son en
su mayor parte actividades de baja potencia, que requieren de un
aporte de energía durante largos períodos, mientras
que las carreras de velocidad, los saltos y los lanzamientos
necesitan un suministro de energía a alta velocidad por un
período breve. Otras actividades deportivas, como se
verá más adelante, requieren de una mezcla de ambas
potencias. Se pueden satisfacer los diversos requerimientos de
energía porque existen tres formas diferentes claramente
definidas por medio de las cuales se puede proveer energía
a los músculos para el trabajo (Fox, 1984).

La energía que entra al organismo en forma de
alimento, es transferida a una molécula llamada
adenosintrifosfato o simplemente ATP. Esta constituye un
transportador de energía y es la única
molécula que puede ser utilizada por la célula
muscular para obtener la energía necesaria para realizar
sus funciones. En el músculo esquelético, en
función de la actividad física desarrollada se
distinguen tres tipos de fuentes o sistemas
energéticos:

  • 1. Sistema
    anaeróbico-aláctico o sistema de los
    fosfágenos (ATP-PC) o (ATP-FC)

ATP (adenosíntrifosfato)

PC (fosfocreatina o
creatinfosfato)

Los símbolos PC y FC significan
fosfocreatina

  • 2. Sistema anaeróbico
    láctico y/o sistema de ácido láctico y/o
    glucólisis anaeróbica

  • 3. Sistema aeróbico u
    oxidativo

Hidratos de carbono

Grasas

Proteínas

Cada uno de estos sistemas tiene distintas capacidades y
potencias energéticas. La capacidad energética es
la capacidad que tiene el sistema de proporcionar la
energía total (volumen) necesaria para poder realizar la
función muscular, mientras que la potencia del sistema
energético es la máxima cantidad de energía
(o trabajo) aportada por dicho sistema en un minuto y se expresa
en moles de ATP/min (Fox, 1984). La capacidad energética
del atleta se refiere entonces a la capacidad que tienen estos
tres sistemas para proporcionar la energía para la
función muscular. El nivel de aptitud física no
mejora si no se produce un incremento en las capacidades
energéticas del músculo esquelético. En la
tabla 2.1 se presentan las capacidades y potencias de los tres
sistemas energéticos. Se puede apreciar que, en cuanto a
la capacidad, el sistema aeróbico es capaz de aportar gran
cantidad de energía, mientras que los otros dos sistemas
tienen una capacidad más limitada. Con referencia a la
potencia, la relación es inversa y en este caso es sistema
de fosfágeno es capaz de aportar una mayor cantidad de
energía por unidad de tiempo, tornándose el sistema
aeróbico en el menos potente de los tres (Puig,
1988).

Tabla 2.1

Capacidad y potencia de los sistemas
energéticos

Tomado de Mathews y Fox, 1976, 1984

2.5.1 Sistema anaeróbico
aláctico o sistema de los fosfágenos

Este sistema proporciona la energía necesaria
para la contracción muscular al inicio del ejercicio y
durante actividades físicas de muy alta intensidad y corta
duración (generalmente menores de 30 segundos). Este
sistema está constituido por el ATP y la PC que se
encuentran almacenados o en reserva en mínimas cantidades
en las células musculares. El ATP sirve de enlace entre la
energía liberada en las reacciones exergónicas del
organismo y las demandas energéticas propias de la
célula (López y Fernández, 1998). Nuestras
células musculares utilizan el ATP de forma directa para
conseguir y obtener otras formas de energía
(mecánica).

Los almacenes de adenosintrifosfato al igual que los de
la fosfocreatina (a los cuales se les denomina colectivamente
fosfágenos) en la célula muscular son muy
pequeños.

Cuando se descompone la PC (cuando se elimina su grupo
fosfato) se libera gran cantidad de energía y el producto
final de esta reacción es Creatina (C) y fosfato
inorgánico (Pi). La energía liberada es
inmediatamente utilizada para la resíntesis del ATP. En
otras palabras, con la misma rapidez con que el ATP se descompone
durante la contracción muscular, lo vuelve a formar de
inmediato el ADP (adenosindifosfato) y el Pi por la
energía liberada durante la descomposición del PC
almacenado. Es decir, el ATP debe ser reciclado constantemente en
las células; parte de la energía necesaria para la
resíntesis del ATP en la célula muscular se realiza
rápidamente y sin la participación del
oxígeno a través de la transferencia de
energía química desde otro componente rico en
fosfatos de alta energía, la fosfocreatina (PC). La
hidrólisis del ATP en ADP + Pi, mediada por la enzima
ATPasa, puede transferir energía a otros componentes o
posibilitar la realización de trabajo muscular o provocar
una síntesis metabólica (López y
Fernández, 1998).

Debido a las bajas reservas musculares de ATP y PC
(aproximadamente 0,3 moles en las mujeres y 0,6 moles en los
hombres), la cantidad de energía obtenible a través
de este sistema es limitada; sin embargo, la utilidad de
éste (sistema) radica en la rápida disponibilidad
de la energía antes que en su cantidad. Esto es sumamente
importante con respecto a los tipos de actividad física
que se puede realizar. Actividades tales como las carreras de
velocidad, los saltos, las patadas, el "swing" y otras
actividades parecidas que requieren de sólo unos segundos
para completarse, 30 segundos o menos, dependen de los
fosfágenos almacenados como su fuente primordial de
energía (Fox, 1984). Este es un sistema anaeróbico
en el cual la reacción es muy rápida y no requiere
de la presencia y consumo de oxígeno.

2.5.2 El sistema de ácido
láctico o glucólisis
anaeróbica

Este sistema constituye la segunda fuente de
obtención de ATP. En este sistema la descomposición
parcial de la glucosa (azúcar) provee la energía
necesaria con la cual se elabora el ATP. La primera etapa del
catabolismo de la glucosa celular es la glucólisis, que
proporciona la energía necesaria para mantener la
contracción muscular desde unos pocos segundos hasta
algunos minutos de duración (López y
Fernández, 1998). Una limitación de este sistema es
que la descomposición parcial de la glucosa produce
ácido láctico (de ahí el nombre del sistema)
lo cual provoca una acidosis metabólica con consecuencias
desfavorables en el funcionamiento normal de la célula;
además, cuando se acumula en los músculos y en la
sangre se produce una instauración progresiva de fatiga
muscular y por lo tanto el cese del trabajo muscular.

A través de esta glucólisis
anaeróbica sólo se formas 2 moléculas de ATP
en comparación a los 36 ATP que se obtienen por
oxidación. La importancia de este sistema radica en el
hecho que tiene la capacidad de suministrar una rápida
provisión de energía en forma de ATP. Las
actividades o pruebas que se realizan a intensidades
máximas o casi máximas durante períodos de
entre 30 segundos y 3 minutos, como las carreras de 400 –
800 metros, dependen en gran medida de este sistema para la
producción de energía.

La intensidad de trabajo a la que comienzan a elevarse
los niveles de lactato sanguíneo por encima de los niveles
normales es diferente para cada persona, denominándose a
este fenómeno metabólico umbral anaeróbico.
Este evento fisiológico es de gran importancia en
fisiología del ejercicio por su utilización en la
prescripción individualizada de cargas de entrenamiento
(López y Fernández, 1998). Es importante
señalar que la participación metabólica de
la glucólisis anaeróbica no implica necesariamente
el cese del metabolismo aeróbico, sino que existe un
solapamiento de ambos sistemas con el predominio de uno u otro
según la actividad física desarrollada. Por otro
lado, el aumento de la concentración de lactato en sangre
no implica necesariamente condiciones anaeróbicas, ya que
la falta o ausencia de oxígeno sólo es una de las
razones que provocan el aumento del lactato.

El sistema aeróbico es aquel que suministra ATP
mediante la degradación completa de la glucosa hasta CO2 y
H20, utilizando también otros combustibles diferentes como
los lípidos y en menor proporción las
proteínas. Este proceso de degradación es
multienzimático y está acoplado a la
fosforilación oxidativa, proceso que implica el consumo de
oxígeno y constituye la principal forma de
producción de ATP (Puig, 1988). Una vez que la glucosa se
absorbe a nivel del intestino delgado y pasa a la sangre, es
transportada hasta el hígado, donde se convierte en
glucosa-6P al entrar en el hepatocito; posteriormente y en
función de las necesidades energéticas del
organismo, la glucosa-6P puede: a) reconvertirse en glucosa y
salir de la célula hepática hacia otras
células del organismo (músculo esquelético),
b) oxidarse en el ciclo de Krebs y cadena de electrones para
formar el ATP necesario para mantener la función
hepática, c) almacenarse en forma de glucógeno en
el hígado, y d) degradarse en acetil-CoA para la
conversión posterior en ácidos grasos y transporte
a través de la sangre hasta los adipocitos. Durante el
ejercicio el glucógeno hepático se convierte en
glucosa que pasa a la sangre circulante, de manera que la
glicemia aumenta o permanece estable dependiendo de la intensidad
del ejercicio, disminuyendo sólo después de
ejercicios intensos de muy larga duración (López y
Fernández, 1998). El sistema aeróbico, por lo
tanto, es especialmente útil para elaborar ATP durante
actividades prolongadas que requieren resistencia, tales como la
maratón, la natación de larga distancia, el "cross
country" en esquí, etc.

La especificidad metabólica del entrenamiento se
deriva del conocimiento de la dinámica de los sistemas
energéticos musculares. Para cualquier ejercicio dado, la
fuente energética predominante dependerá de la
cantidad total y de la tasa de energía requerida por el
mismo. Si se quiere mejorar la capacidad del sistema de
fosfágeno, tomando por ejemplo el caso de una carrera de
100 metros planos, se requiere un programa de ejercicios de alta
intensidad y corta duración (suponiendo que el atleta ya
tenga una base aeróbica de sustentación). Para
recorrer 100 metros planos en 9,9 segundos, se estima que se
requieren tan sólo un total de 0,43 moles de ATP,
equivalente a una tasa media de utilización de 2,6 moles
de ATP/min. (Fox, 1984). Debido a la gran potencia requerida para
esta prueba, el único sistema capaz de proporcionar ATP a
esta velocidad, es el de fosfágeno, según se puede
apreciar en la tabla 2.1. Cuando se habla de la especificidad
metabólica del entrenamiento, se hace referencia a que el
programa principal de ejercicios debe poseer las
características adecuadas para fomentar la actividad
predominante del sistema energético utilizado en la
especialidad deportiva a entrenar, para así lograr un
aumento en la capacidad del mismo. Esta es la razón por la
cual el entrenamiento específico debe estar dirigido a una
actividad particular como bien lo expresa Fox.

Continuum
energético

El concepto de continuum energético es un
concepto que vincula la forma en que se suministra el ATP, es
decir, la forma de participación de los distintos sistemas
energéticos y el tipo de actividad física que se
realiza. Cualquier sea el tipo de actividad física que se
realice el costo energético estará dado por la
magnitud del ejercicio más no tanto por la intensidad o
velocidad del mismo. Por ejemplo, si un atleta corre 1.000 metros
en tres minutos o los recorre en cinco minutos, utiliza la misma
cantidad de ATP. Lo que varía es la velocidad con que se
gasta el ATP. En el primer caso se necesita ATP a una mayor
velocidad que en el segundo caso; por lo tanto, si la cantidad
total de ATP requerida es la misma en ambos casos, la velocidad
con que éste es requerido indicará el sistema
energético participante. De esta forma existe una
relación entre la distancia recorrida, la velocidad del
recorrido, y el sistema energético participante. A medida
que aumenta la distancia de la prueba disminuye la velocidad de
la misma y el sistema energético utilizado se desplaza del
sistema de fosfágeno al de ácido láctico y
al aeróbico.

Existe por lo tanto un continuum energético que
tiene en un extremo actividades físicas breves pero de
gran intensidad, en las cuales el sistema de fosfágeno
aporta la mayor parte del ATP; en el otro extremo se encuentran
las actividades de larga duración e intensidades bajas
suplidas casi exclusivamente por el sistema aeróbico. En
el centro de este continuum se encuentran las actividades
físicas que dependen en gran medida del sistema de
ácido láctico para la obtención de
energía; aquí se encuentran ubicadas las
actividades físicas que requieren una combinación
del metabolismo aeróbico y anaeróbico.

Debido a la gran cantidad de actividades deportivas,
cada una de las cuales requiere habilidades y destrezas
particulares, resulta muy difícil examinar cada actividad
deportiva en particular para determinar el sistema
energético participante. Por esta razón se ha
desarrollado una escala denominada escala del continuum
energético
que utiliza el tiempo como
común denominador para clasificar las actividades. El
tiempo se define como el período necesario para realizar
actos que requieren pericia, o para completar el juego o la
prueba determinada.

En la figura 2.1 se puede observar la escala del
continuum energético (Puig, 1988).

Figura 2.1. Escala del continuum
energético.

La figura de la escala del continuum energético
presenta en el centro dos columnas de números encerrados
en dos rectángulos encabezados por las palabras
aeróbico y anaeróbico. Estos números
representan valores porcentuales de participación de los
sistemas aeróbico y anaeróbico en diferentes
actividades físicas. En los extremos izquierdo y derecho
de la figura están listadas una serie de actividades
físicas. Por ejemplo, en el extremo superior derecho
está levantamiento de pesas y en el extremo superior
derecho aparece 100 metros planos. De acuerdo a la figura podemos
observar que la participación del sistema aeróbico
en el levantamiento de pesas es prácticamente 0%, mientras
que la participación del sistema anaeróbico es de
aproximadamente el 100%; así mismo, se puede apreciar que
la participación del sistema aeróbico en la carrera
de 100 metros planos es casi del 0% y que la participación
del sistema anaeróbico es casi del 100%.

En un ejemplo dado por Fox se puede apreciar con mayor
claridad la estructuración de la escala del continuum. El
autor presenta como ejemplo un partido de baloncesto que en la
escuela secundaria americana dura 32 minutos (4 tiempos de 8
minutos), y en la universidad dura 40 minutos (dos tiempos de 20
minutos). Estos tiempos tan prolongados para completar el juego
(32 y 40 minutos respectivamente) indican claramente que el
sistema aeróbico participa en el suministro de
energía. Sin embargo, jugar baloncesto requiere aptitudes
como el salto, el lanzamiento, la defensa, la velocidad, las
cuales implican todas movimientos breves y de gran intensidad,
realizados de una manera intermitente durante el tiempo que dura
el juego. Tales aptitudes son en gran parte anaeróbicas,
por lo que se puede concluir que el baloncesto no tiene solamente
un componente anaeróbico sino también otro
anaeróbico. Otras actividades que se encuentran dentro de
esta misma categoría general incluyen al béisbol,
el fútbol, la esgrima, el golf, el tenis, el voleibol, la
lucha, el hockey sobre hielo y otras más.

En otros deportes como las carreras pedestres, la
natación, el ciclismo, el esquí, el remo, el
patín, el tiempo de la prueba se refiere principalmente a
la duración de la misma, siendo independiente el tipo de
actividad. Si se organizan los diferentes deportes de acuerdo con
el tiempo de la prueba, se puede observar que la carrera de 1.500
metros, en el cual los buenos corredores tienen tiempos de 4
ó 5 minutos, se agrupa dentro del continuum
energético de la prueba de natación estilo libre de
400 metros., en el cual los buenos nadadores tienen tiempos
parecidos. Lo mismo ocurre con respecto a la carrera de 800
metros, la prueba de natación de 200 metros y el patinaje
de 1.500 metros. En la figura 2.1 se puede apreciar la
participación porcentual de los sistemas aeróbico y
anaeróbicos en diferentes actividades deportivas (Bowers y
Fox, 1995).

Utilizando el denominador común (tiempo) se puede
apreciar en la figura 2.2 el porcentaje de ATP aportado por los
tres sistemas energéticos en relación con el tiempo
de la actividad o el desarrollo de potencia. Cuanto más
breve sea el tiempo de una actividad mayor será la
potencia requerida por esa actividad y más rápidos
los requerimientos de energía, y viceversa. La figura 2.2
muestra la interacción entre los tres sistemas
energéticos. Por ejemplo, los sistemas de ATP-PC y el
aeróbico son imágenes especulares el uno del otro;
a medida que se incrementa el porcentaje de ATP aportado por uno
de los sistemas, decrece el otro. Ambos sistemas son responsables
del suministro de casi la totalidad del ATP para las actividades
situadas en los extremos del continuum. Si se mejoran estos
sistemas por medio del entrenamiento, se producirá un
mejoramiento de la performance.

Si se observa con detenimiento en la figura 2.2 la curva
de la relación entre la energía aportada por el
sistema de ácido láctico y el tiempo de la prueba
se puede apreciar que durante las actividades de gran intensidad
con tiempos cortos de actuación este sistema contribuye
con muy poca energía, si es que aporta algo. Lo mismo
ocurre para las actividades de baja intensidad con tiempos de
actuación prolongadas. Sólo en el caso de
actividades situadas entre estos dos extremos el sistema de
ácido láctico aporta gran parte del requerimiento
total de ATP (Bowers y Fox, 1995). La explicación de esta
diferencia se debe fundamentalmente a dos causas, primero,
requiere tiempo activar el sistema de ácido
láctico, esto significa que cuando los tiempos de
ejecución de las actividades son inferiores o iguales a
este tiempo de activación, el sistema de ácido
láctico aporta escasas cantidades de energía. En
segundo término, el sistema de ácido láctico
limita el tiempo de la ejecución porque sobreviene fatiga
muscular debido a la acumulación de ácido
láctico. Por lo tanto, con la finalidad de demorar la
fatiga provocada por el ácido láctico durante
actividades prolongadas, la contribución energética
por la vía del sistema de ácido láctico se
debe mantener en un nivel bajo.

Figura 2.2 Interacción de los tres
sistemas energéticos. (Bowers y Fox, 1995)

Aunque el concepto de continuum resulta esencial para
una buena comprensión de las interacciones de los sistemas
energéticos, no es fácil aplicar el propio
continuum a los diversos deportes. Por consiguiente, se han
elaborado algunas normas mediante las cuales se puede determinar,
con mayor facilidad, el principal o principales sistemas
energéticos que participan en el desarrollo de la mayor
parte de las actividades deportivas. Tal información
resulta esencial para el desarrollo de programas adecuados de
entrenamiento.

Se puede dividir el continuum energético de las
actividades o pruebas en cuatro áreas de acuerdo con el
tiempo requerido para su ejecución:

  • Area uno: Incluye todas las actividades que
    requieren tiempos menores de 30 segundos. En estas
    actividades el sistema energético predominante es el
    del fosfágeno (ATP-PC). Ejemplos de algunas
    actividades deportivas encuadradas en ésta área
    del continuum son: el lanzamiento de martillo, el lanzamiento
    de bala, la carrera de 100 metros planos, los golpes en
    tenis, el robo de base en béisbol, las carreras de los
    delanteros en fútbol.

  • Area dos: Incluye actividades deportivas que
    requieren entre 30 segundos y 1,5 minutos (90 segundos); en
    este caso los sistemas energéticos predominantes son
    el sistemaa de ATP-PC y el de ácido láctico.
    Ejemplos de actividades deportivas en esta área son:
    la prueba de natación estilo libre de 100 metros, las
    acrreras pedestres de 200 y 400 metros, la prueba de patinaje
    de 500 metros, las pruebas gimnásticas.

  • Area tres: Incluye actividades deportivas que
    requieren entre 1,5 y 3 minutos. Aquí participan
    también dos sistemas energéticos que son el de
    ácido láctico y el aeróbico. Las
    actividades deportivas de esta área incluyen las
    carreras pedestres de 800 y 1.500 metros, las pruebas de
    natación estilo libre de 200 y 500 metros, el boxeo
    (asaltos de 3 minutos) y la lucha (asaltos de 2
    minutos).

  • Area cuatro: Incluye actividades deportivas
    que requieren tiempos mayores de 3 minutos. Aquí en
    principal proveedor de ATP es el sistema aeróbico.
    Ejemplos de actividades que están en esta área
    son: el trote, la maratón, las pruebas de campo
    travieso tanto en carrera como en esquí y ciclismo, la
    prueba de natación de 1.500 metros estilo
    libre.

 

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Denny Partidas

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