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Europa – Estados Unidos y la guerra de Iraq




Enviado por Carlos Baez Evertsz



Partes: 1, 2

  1. Cómo se hace un
    presidente
  2. Bush
    se va a la guerra. Blair y Aznar le siguen
  3. Aznar,
    el guerrero sin antifaz
  4. Bush,
    Blair, Aznar: la ley de la selva
  5. Las
    relaciones transatlánticas: la estrategia
    norteamericana para dividir la Unión
    Europea
  6. Las
    relaciones transatlánticas: el poder de Estados Unidos
    y la debilidad europea
  7. Las
    relaciones transatlánticas: ¿hacia dónde
    va el imperio americano?
  8. Iraq:
    de la tiranía al caos
  9. Bibliografía

1. CÓMO SE
HACE UN PRESIDENTE

(LA HISTORIA DE CÓMO SE
ALZÓ GEORGE W. BUSH CON LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES EN
EL 2000)

1.1. El secreto mejor guardado… en los
EE.UU.

En los Estados Unidos, el relato de cómo
ganó George W. Bush los 25 votos del Estado de Florida que
le llevaron a la Presidencia, sólo fue difundido por la
gran prensa, después de que fuera casi imposible impedir
que fuera proclamado como Presidente. Sin embargo, mucho antes de
que se produjera su nombramiento y se diera como bueno y
válido el resultado electoral, en otros lugares se
había informado de los fraudes que se estaban cometiendo
en el estado de Florida, donde Jeb Bush, hermano del entonces
candidato, era Gobernador.

Tanto en el periódico británico The
Guardian,
como en The Observer, así como en
la televisión del Reino Unido, BBC, se
había dado cumplida cuenta del mecanismo empleado por las
dependencias del Gobernador de dicho Estado para eliminar del
censo electoral a miles de personas, la mayoría de ellas
negras, hispanos y votantes demócratas. Lo que sigue es
una crónica de cómo pudo Bush ganar la carrera de
la presidencia al vicepresidente Al Gore, en Florida y alzarse
así con la presidencia.

1.2. Limpieza étnica electoral en
Florida

En los meses anteriores a las elecciones de noviembre de
2000, la secretaria de Estado de Florida, Katherine Harris, en
coordinación con el Gobernador Jeb Bush, hermano de George
W. Bush, ordenó a los supervisores electorales locales que
purgaran de los listados a 57.700 votantes registrados. El motivo
alegado para ello era que eran felones, es decir, criminales,
delincuentes, convictos por delitos graves. En el estado de
Florida los felones no tienen derecho a voto.

Ahora bien, aproximadamente un 90.2 de los que se
encontraban en esas listas de excluidos del voto eran inocentes,
y un 54 % de los mismos eran votantes negros e hispanos. Hay que
recordar que la secretaria de Estado de Florida Katherine Harris,
declaró a George W. Bush ganador en Florida, por 537 votos
sobre Al Gore. Ahora bien, los investigadores de la BBC
calcularon que Gore perdió cerca de 22.000 votos, por la
inclusión en las listas negras del Estado de Florida de
votantes favorables a este candidato.

Más de dos años después de las
elecciones, y habiendo continuado investigando estos hechos, el
periodista Greg Palast, uno de los periodistas de
investigación más acuciosos e insobornables, afirma
que el número real de excluidos del registro de voto fue
aún mayor, que alcanzó los 90.000 votantes, la gran
mayoría de ellos negros e hispanos, y también
votantes demócratas. Una parte de los incluidos en la
lista negra del registro electoral que les impedía votar
no eran reales "felones" no habían cometido delitos sino
faltas, por ejemplo, haber sido detenidos por la Policía
por conducir bebidos (como lo han sido algunos miembros de la
familia Bush, como la hija del presidente y como lo fue él
mismo en el pasado), por tanto, no había derecho a
quitarles el voto.

La labor informática de hacer los listados fue
encargada por la oficina de Jeb Bush a la empresa DBT, una
división de Choise Point, que se encontraba sometida a
fuertes críticas por hacer mal uso de datos personales que
se encontraban en los ordenadores del estado de
Pennsylvania.

Hay que señalar que esta empresa tiene
vínculos con personalidades influyentes del Partido
republicano y que Florida era en ese momento el único
estado que había contratado a una compañía
privada para que hiciera la limpieza de los registros
electorales, para lo cual pagó la suma de 4 millones de
dólares. El portavoz de la empresa en ese momento Martin
Fagan declaró que la empresa creía que como
consecuencia de su trabajo en Florida "extenderían sus
servicios a todo el país".

1.3. Saltarse la legalidad, utilizando
como pretexto la purga de los registros
electorales

La purga de los registros se estableció por una
ley estatal contra el fraude de votantes como consecuencia de
haberse descubierto numerosos casos de fraude en el voto, por
tanto, los 67 municipios o condados de Florida tenían la
exigencia de purgar los listados de personas duplicadas, de
fallecidos y de delincuentes convictos a los que se les excluye
del voto en Florida.

Sin embargo, la oficina de la secretaria de Estado de
Florida (Harris) era la que enviaba los listados con las personas
que tenían que excluirse. Algunos condados al darse cuenta
de que en la lista había numerosos errores simplemente
pasaron de ella, otros aplicaron la lista de exclusión con
gran fervor, sobre todo, si en ellos la proporción de
negros, hispanos y votantes demócratas era muy
elevado.

Lo más interesante de esto era que la "carga de
la prueba" era de los excluidos, que tenían que demostrar
que no eran "felones", delincuentes, o que si lo fueron ya le
habían restaurado sus derechos, es decir, a ellos les
correspondía demostrar documentalmente su inocencia, algo
contrario a la legalidad. Como es fácil de imaginar la
mayoría de los excluidos de los listados no se tomaron la
molestia de recurrir, sobre todo, si eran personas de escasos
recursos económicos y bajo nivel educativo.

A todo ello hay que añadir que los pocos que se
dedicaron a investigar el fraude electoral de Florida
descubrieron que se había excluido de los votos a unos
8.000 votantes procedentes del estado de Texas, que estaban
residiendo en ese momento en Florida, acusándolos de haber
sido delincuentes, y también ocurrió lo mismo con
un total de unas 40.000 personas que procedían de otros
estados. Lo más importante, para cuantificar el enorme
fraude, es que Florida no puede legalmente excluir del voto
incluso a personas que han sido delincuentes siempre que procedan
de estados en los cuales cuando se ha cumplido la pena impuesta,
la persona ve restaurada sus derechos civiles y
políticos.

Hay dos sentencias judiciales que ordenaban al
Gobernador que reconocieran los derechos civiles y
políticos de los felones llegados de otros estado,
emitidas antes de que Jeb Bush y Harris, hicieran la trampa
electoral excluyendo de las listas electorales a votantes,
presumiblemente pro demócratas.

Una de ellas es la sentencia Schlenther vs. Florida
Departament State
, de junio de 1998, en la cual la Corte de
Apelación de Florida, de manera unánime, declara
que una persona convicta en otro estado, en este caso
Connecticut, no tiene por qué solicitar en Florida que le
restauren sus derechos civiles, "porque nunca los perdió"
y por tanto él llega a ese estado "como cualquier otro
ciudadano, con la totalidad de sus derechos
ciudadanos".

A esta sentencia siguió otra de diciembre de
diciembre de 1999, por la cual un juez de una Corte de Distrito
de Florida expresa su indignación por la violación
del Gobernador de la sentencia Schlenther.

Pues bien, saltándose la legalidad y por
petición del Condado de Hillsborough, que exigió
que le enviaran por escrito la orden de purgar los listados de
todos los "felones" de ese condado, la Oficina del Gobernador de
Clemencia del Ejecutivo respondió con una carta orden del
18 de septiembre de 2000, pocas semanas antes de las
elección presidencial, en la que se afirma que cualquier
persona convicta de felonía que trate de registrarse para
votar, aún cuando haya entrado en Florida con sus derechos
restaurados, por la ley de otro estado, debe hacer una solicitud
de "restauración de sus derechos civiles en el estado de
Florida". Esto significa que debe pedir clemencia al Gobernador
Jeb Bush.

Esa actuación parece ser contraria a la
Constitución de EE.UU. de América que requiere de
cualquier estado aceptar las reglas legales de otro estado. Es
decir, lo que pedía el Gobernador de Florida es que una
persona le solicite la restauración de un derecho que
él no ha perdido. Y si esto fuera poco, esa exigencia
viola una Ley Federal de 1993 la "National Vote Registration
Act", que se instauró para quitar los impedimentos al
ejercicio de los derechos civiles.

1.4. Una imagen vale más que mil
palabras

Si bien un cuadro o una figura no sé si se puede
considerar en sentido estricto una imagen, démosla por
buena y, para simplificar y resumir, quedémonos con ella
como ejemplo de cómo se hizo el fraude electoral de
Florida para dar al actual presidente de USA los 25 votos del
estado de Florida y quitárselos a Al Gore, que con ellos
hubiera sido el actual presidente de EE.UU., y el mundo no se
vería abocado a afrontar una guerra de rapiña que
puede causar decenas de miles de muertos, la inmensa
mayoría de ellos niños y mujeres inocentes, que han
tenido la desgracia de nacer y vivir en el país con la
segunda reserva de petróleo del mundo.

Veamos a continuación las estadísticas del
despojo de votos a los votantes de raza negra en Florida, la gran
mayoría de ellos, votantes demócratas. Aquí
se trata no de los votos contados sino de aquellos votos que no
fueron contados, de las personas a las que se les impidió
su derecho al voto.

Hay que tener en cuenta que en una elección que
se decidió por 537 votos en Florida, simplemente, NO SE
CONTARON, ¡¡¡179.855 votos!!!
¿Cuáles votos no se contaron? Eso dependió
sobre todo del color de la piel del votante. En Leon
(Tallahassee), un condado donde predominan habitantes de piel
blanca no se contó 1 voto entre 500. En Gadsden, donde los
negros predominan, no se contó 1 sobre cada 8
votos.

En los condados de predominio de habitantes negros no se
contó el 35 % de los votos. En los condados blancos no se
contó sólo el 7 % de los votos. ¿Es
necesario utilizar más palabras? Como dice la frase
biblica "quien tiene ojos para ver que vea".

VOTOS NO CONTADOS EN CONDADOS DE FLORIDA DE
POBLACIÓN PREDOMINATEMENTE NEGRA Y BLANCA EN LAS
ELECCIONES PRESIDENCIALES DEL 2000

Condados Negros

Población de 25 % o
más de raza negra

Condados

Residentes negros

Votos no contados

Gadsden

52%

12%

Madison

42%

7%

Hamilton

39%

9%

Jackson

26%

7%

Total votos no
contados

35%

Condados Blancos

Población de raza negra
inferior al 5%

Condados

Residentes negros

Votos no contados

Citrus

2%

1%

Pasco

2%

3%

Santa Rosa

4%

1%

Sarasota

4%

2%

Total votos no
contados

7%

1.5. Cómo se cumple con el
derecho a la información

¿Le parece a usted este asunto importante? Pues
bien, también lo creyó así la prensa y la
televisión… del Reino Unido. En los EE.UU. esta noticia
bomba no fue difundida por los periódicos ni por las
televisiones, y sin embargo, la cobertura de las elecciones
movilizó a cerca de 100 mil informadores.

Se da el caso de que The Guardian y The
Observer
están regidos por unas sociedades sin fines
de lucro, y la BBC, es una televisión
pública con un estatuto especial que la pone a cubierto de
la manipulación interesada de los políticos de
turno. Aunque durante la información de la guerra de Iraq
ha habido fuertes críticas a la labor de
desinformación llevada a cabo por algunos jefes de
redacción.

De todos modos, quizás el tipo de empresas que
son explique porque estos medios difundieron los fraudes de
Florida y para los medios norteamericanos la noticia no era tal,
quizás porque había intereses económicos en
juego que eran más importantes que la libertad de
información.

La CBS se interesó por la noticia cuando
fue difundida en el Reino Unido. No obstante, no informaron de
ello debido a que: "Nosotros llamamos a la oficina de Jeb Bush",
y es de suponer que allí negaron los hechos y esta
negativa bastó para "cerrar el caso". Hay que destacar que
los únicos dentro del periodismo de Estados Unidos que
difundieron la noticia fue una publicación digital,
Salon.com, una revista en internet, que difundió
la información el 4 de diciembre del 2000. La anunciaron
como la primera parte de su principal historia política
del año, pero nunca publicaron la segunda parte de la
historia. Parece que ellos también contactaron con la
oficina de Jeb Bush.

Quienes sí editaron la historia fue la revista de
información The Nation, una revista que se puede
considerar "liberal" según los términos
norteamericanos, o progresista, según los nuestros. Ahora
bien, para ser exactos, hay que decir que el fraude de Florida
también fue difundido por el Washington
Post.

¿Cuándo publicó la
información el Washington Post? No la
publicó en noviembre, ni diciembre del 2000, sino en junio
de 2001, es decir, siete meses más tarde, cuando se
conoció el informe de las indagaciones realizadas por la
Comisión de los Derechos Civiles de los Estados Unidos, y
ya nada se podía hacer para impedir el fraude electoral,
ni cambiar el curso de los acontecimientos, es decir, cuando ya
George W. Bush era el Presidente 42 de los Estados Unidos, aunque
el real ganador de la presidencia fue Al Gore, si no se hubiera
pasado por alto el fraude electoral del estado de
Florida.

Torrelodones, 6 de marzo de 2003

2. BUSH SE VA A
LA GUERRA. BLAIR Y AZNAR LE SIGUEN

2.1. Bush contra el Derecho
Internacional

En esta tercera semana de enero de 2003 se ha producido
uno de los hechos políticos más importantes desde
la caída del Muro de Berlín en 1989, la quiebra, o
por lo menos, el agrietamiento, del consenso
transatlántico entre los principales países de
Europa y los Estados Unidos, es decir, del Gobierno de los EE.UU.
Es cierto que entre Europa y EE.UU. ha habido numerosas
diferencias de todo tipo: recordemos las posiciones contrapuestas
de algunos estados europeos respecto a la política
norteamericana en Vietnam, la participación de ese
país en el derrocamiento de Allende y posterior apoyo a la
dictadura de Pinochet, el apoyo monolítico de casi todos
los gobiernos de Washington a la política de
expansión y represión desproporcionada del Estado
de Israel, el bloqueo naval y organización y
financiamiento de la guerra sucia en Nicaragua, etc.

La desavenencia ha sido más importante porque se
trataba de saber si Europa iba a seguir la política de
Bush de saltarse todas las normas del Derecho Internacional y de
hacer añicos el sistema creado por los mismos Estados
Unidos y sostenido por los principales Estados Europeos.
Recuérdese que el sistema actual de organización
internacional se comenzó a diseñar a partir de la
Carta Atlántica de 1941, se fue precisando en la
Conferencia de Moscú de 1943, en Dumbarton Oaks en 1944,
en la conferencia de Yalta de febrero de 1945, y por
último, las grandes líneas se establecieron entre
abril y junio de 1945 en la Conferencia de San Francisco, en la
cual se creó la Organización de las Naciones
Unidas.

Bush lo que ha dicho es que está dispuesto a
actuar con o sin el apoyo de las Naciones Unidas. Si los
inspectores encuentran armas de destrucción masiva se
habría confirmado la acusación de su país,
si no la encuentran, se trata simplemente de que Iraq está
engañando, y entonces, si el Consejo de Seguridad no
aprueba una guerra para desarmar a Iraq, EE.UU. lo harán
por su cuenta. Naturalmente, con el apoyo incondicional del Reino
Unido, que mantiene la tradición de la llamada
"relación especial".

2.2. La excusa de las armas de destrucción
masiva

Desde el mismo corazón de EE.UU., el diario
Washington Post, señalaba que una de las
más fuertes reticencias de los europeos para apoyar las
pretensiones de Bush es que él habla de que tiene pruebas
de que Iraq tiene armas de destrucción masiva, pero de
manera obstinada se niega a dar dichas pruebas. La única
vez que se han dado fue en septiembre de 2002 cuando Bush dijo
que Iraq había adquirido o trataba de adquirir, millares
de tubos de aluminio reforzado, un material utilizado para
enriquecer uranio a fin de fabricar una bomba nuclear. Luego
tanto Cheney como Condolezza Rice repitieron estas palabras. Esta
última llegó a afirmar:"La construcción de
una bomba es el único uso posible de tales tubos de
aluminio".

Después de examinar dichos tubos en Iraq, los
inspectores de la ONU y los especialistas de la Agencia
Internacional para la Energía Atómica (AIEA) han
estimado que ese aluminio no puede ser usado directamente para
fabricar una bomba nuclear, sino que sirve a menudo para la
construcción de cohetes clásicos. Justamente lo que
habían dicho ya los iraquíes y que los dirigentes
del gobierno de EE.UU. habían rechazado en bloque. El
periódico cita a un experto en armas que dice que este
incidente corroe la credibilidad de las informaciones de la
administración Bush. "Esta declara tener pruebas
irrefutables pero nunca las proporciona, y cuando se decide a dar
una… es falsa".

El corresponsal en Europa del New York Times
reconoce que una de las cosas que más irritan a la
opinión pública europea es el estilo de
cowboy de Bush, ese aire de matón, de ir
apuntando con el dedo y de proferir amenazas. Aquella frase
totalitaria de "quienes no estén con nosotros están
contra nosotros", no puede ser olvidada, porque es la
manifestación abierta y clara, de una voluntad de dominio
unilateral en la cual no caben relaciones de alianza sino de
subordinación.

Es cierto que los estados europeos mantienen una actitud
hacia EE.UU. de gran lealtad estratégica: se sienten
unidos a un país que realizó su revolución
antes que la Francesa, y que consagra los principios
democráticos. En ese sentido estiman que los EE.UU. forman
parte del mismo espíritu europeo de la Ilustración
y los Derechos del Hombre, que forman el núcleo de los que
se ha denominado la civilización Occidental. Justamente
por ello, no están dispuestos a romper con todo, aunque un
Presidente accidental como Bush y su círculo de poder,
estén dispuestos a quebrar todas las reglas del juego para
imponer su voluntad y sus intereses económicos.

2.3. La doctrina Bush: "El mundo para los
americanos"

Lo que Bush y sus halcones pretenden es sencillamente
que la ONU se convierta en un justificador de lo que ellos
decidan. Se pasaría así de la doctrina Monroe
(1823), el principio de "América para los americanos", a
una universalización de la misma con la doctrina Bush: "El
mundo para los americanos". Con total franqueza Rumsfeld,
Condolezza Rice y otros lo han expresado en su vertiente
más economicista y descarnada: Los que cooperen con
nosotros en hacer la guerra a Iraq tendrán opción a
participar en el reparto del botín, la segunda reserva
mundial de petróleo; los que no lo hagan que se atengan a
las consecuencias.

Las reticencias europeas, primero de su opinión
pública y después de sus gobiernos, están
fundamentadas también en que la "vieja Europa"
quizás por vieja también es sabia, y conoce que
Dick Cheney, Bush, y la misma Condolezza Rice están
ligados a empresas relacionadas con el negocio del
petróleo. Obviamente, la estrategia de estos
círculos de poder no se reduce exclusivamente a una
cuestión de petróleo, esto sería simplificar
en exceso, va más allá. Se trata de que obteniendo
el control del petróleo y estableciendo en Iraq un
gobierno títere, y un estado cliente, se
rediseñaría todo Oriente Medio, para que Israel
juegue su papel de "ojo del amo" en toda la región y
supervise a esos estados islámicos, evitando cualquier
resabio de independencia o autonomía de lo que quiera o le
dicte el eje Israel-Washington. Porque ya es difícil saber
si quien manda es Israel o es Washington, tan imbricados
están, que habría que ser muy sutil para saber
quién es la mente que ordena y quién la mano que
ejecuta.

El inefable Kissinger, en sus días de gloria
personal, es decir, cuando Vietnam, afirmaba "su teoría"
de las fichas del dominó: Puestas dichas fichas en fila si
una cae arrastraría a las demás en su caída.
Los críticos de las posiciones de Bush y su círculo
consideran que si se accede a sus pretensiones, en contra del
Derecho Internacional, ¿qué vendría
después? ¿Irán? La primera reserva mundial
de gas en el mundo. ¿China? La primera reserva de
consumidores y una potencia en ascenso y además nuclear. Y
luego, por esta dialéctica imparable de eliminar cualquier
obstáculo a una visión totalitaria y de
predestinación calvinista-capitalista, estaría
Corea del Norte, Libia, Cuba, y ¿por qué no?,
Venezuela y Brasil.

Hay que destacar que el temor a embarcarse en la
aventura del círculo del petróleo en Washington en
Iraq no es solamente de Alemania y de Francia –los dos
estados principales de Europa Occidental–, sino que incluye
al tradicional aliado de EE.UU., Turquía. Este país
que ha recibido total apoyo americano para destruir aldeas y
exterminar a miles de kurdos, y se convirtió en una base
militar de EE.UU. para vigilar a la URSS y controlar el acceso de
las tropas soviéticas al Mar Negro y al
Mediterráneo, estrena un gobierno democrático
islamista moderado, y su primer ministro Abdullah Gül, ha
recibido grandes presiones para que se embarque en un apoyo a la
guerra contra Iraq. Pese a ello, ha declarado que él no es
"ni un Emir ni un Rey", es decir, un gobernante absolutista, que
toma sus decisiones al margen de su pueblo y de las instituciones
parlamentarias. Ha dicho esto porque en Turquía las
encuestas señalan que más del 80% de la
población está contra la guerra en Iraq, y
él dice que no tomará ninguna decisión sin
tener en cuenta este dato y la voluntad del
Parlamento.

En otros países, a los gobernantes les importa
menos su opinión pública y las instituciones
parlamentarias, es el caso de Polonia, cuyo Presidente
Kwasnieswski a dicho algo así como "lo que diga Bush… es
lo que yo pienso". En Italia, Berlusconi, ha señalado que
apoyará lo que haga EE.UU., y en España, donde su
cada vez más impopular Presidente Aznar, con el 76% de la
población contra la guerra, y sólo un 17 % que la
apoya, se niega a ir al Parlamento a explicar la posición
de su gobierno, no obstante que todos los grupos parlamentarios,
excepto su partido, el PP, lo han solicitado. Aznar responde que
no va al Parlamento porque sería tratar de cosas que no
hay certeza de que ocurran, aunque crece la sospecha de que
España ha comprometido su participación en la
guerra de Bush, al margen del Parlamento.

Torrelodones, 24 de enero de
2003

3. AZNAR, EL
GUERRERO SIN ANTIFAZ

3.1. Desprecio a la opinión
pública

La reacción del presidente del gobierno de
España, José María Aznar, ante el
millón y medio largo de manifestantes del 15 de febrero
contra la guerra, ha sido simplemente el desprecio arrogante a la
opinión pública. Aznar se ha enroscado en una
estrategia de guerra con Bush y Blair. Los tres han formado el
"Eje Belicista" que está dispuesto a llevar a cabo la
guerra contra Iraq, independientemente de lo que decida el
Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

Blair continúa con la tradicional política
exterior británica de subordinación a Washington, y
está haciendo oídos sordos a su opinión
pública, que se manifiesta mayoritaria contra la guerra,
según los sondeos, amenazando con esta persistencia en el
seguidismo guerrero, con quebrar la unidad del Partido Laborista.
En las votaciones llevadas a cabo en el Parlamento, sobre la
participación británica en la guerra de Iraq, 122
diputados de su partido le negaron el apoyo y 76 de otros
partidos tampoco apoyaron a un Blair que está cada vez
más debilitado y desprestigiado.

Tony Blair ha resultado ser un fiasco político.
Una imagen joven, un político aparentemente moderno,
dispuesto a hacer el tránsito desde la "vieja"
socialdemocracia a la "nueva" socialdemocracia de la Tercera
Vía, que había teorizado el sociólogo
Anthony Giddens, como un camino intermedio entre la
política de la izquierda estatista reformista y el
conservadurismo individualista y neoliberal. Sin embargo, sus
hechos demuestran que es un odre nuevo con un contenido antiguo,
rancio.

Blair no representa ninguna novedad en la
política británica sino un lugar común
más, con el agravante de que, si se produce la guerra,
pasará como uno de los principales instigadores y
justificadores de este atentado al Derecho Internacional y del
rompimiento de la política exterior y de seguridad
común de la Unión Europea.

3.2. Ruptura de la política
exterior española seguida desde la
transición

Aznar se ha subido al carro de la guerra rompiendo
totalmente con la tradición de la política exterior
española. En este sentido, no tiene ni la leve
justificación de Blair de que los británicos
siempre han seguido –con mayor o menor
convencimiento– la política de Washington. La
política exterior española de la democracia ha
tratado de mantener buenas relaciones con los estados
árabes, sin por ello romper con los israelíes. Y
desde la llegada de Felipe González y los socialistas al
gobierno de España fueron consecuentes
europeístas.

Aznar quiebra toda esa tradición
democrática: ha mantenido las peores relaciones que se
recuerdan con Marruecos, se aleja de otros estados árabes
con su alineamiento incondicional con Bush, Rumsfeld, Cheney,
Rice y comparsa. Ha roto con la política consensuada
europea, y se pone junto a Blair a instigar a búlgaros,
rumanos, checos, polacos y otros países del Este para que
apoyen a Washington frente a la Unión Europea, y a los
Estados líderes de la misma, Francia y Alemania, por su
volumen de población, aportación presupuestaria y
peso político. Y no contento con ello, no tiene
ningún empacho en ir a hacer el ridículo a
México, actuando como procónsul de Bush, para
tratar de convencer al presidente Fox, pensando quizás,
que es un nuevo Cortés y Fox una Malinche a
seducir.

Aznar debió sentirse en el cenit de su carrera
política cuando fue invitado a pasar un fin de semana en
el rancho tejano del presidente Bush. Allí dio su visto
bueno a la nueva resolución que presentará el
gobierno de EE.UU. al Consejo de Seguridad, y que
auspiciará España y el Reino Unido. Esta nueva
resolución se hace, sobre todo, para tratar de echarle una
mano a Blair y evitarle mayores problemas internos de ir a una
guerra sin que medie un intento previo ante la ONU.

Pero recordemos que Bush ya dijo que él no se
sentía obligado por la decisión que tome el Consejo
de Seguridad, es decir, que irá a la guerra con o sin el
visto bueno del Consejo de Seguridad. Es lo que ha insinuado
Colin Powell al recibir el rechazo a sus peticiones de apoyo a la
guerra por parte de China. Por tanto, todo parece indicar que,
pese a la opinión pública internacional contraria a
la guerra, Bush está dispuesto a conquistar Iraq, pese a
quien pese, y aunque el dictador de Bagdad siga
desarmándose, nada de ello será suficiente, para
impedir los designios que tiene trazados.

No obstante, ya comienza a manifestarse el costo
político de la guerra, según una encuesta del
diario USA Today, sólo un 47% de los votantes
registrados votaría hoy para reelegir a Bush si las
elecciones se celebrasen en este momento. Y es que la
opinión pública ilustrada y parte de la masa de
votantes están percibiendo parte de la trama del lobby
petrolero que gobierna EE.UU, cuando el general de mayor rango
del Pentágono, Eric Shinseki dijo ante el Senado que una
fuerza de ocupación de Iraq requerirá cientos de
miles de soldados, y cuando sale a la luz pública la
pésima situación económica de ese
país, una de las peores de los últimos veinte
años según el New York Times.

3.3. El objetivo de Aznar: meter a
España en la guerra

El viernes 28 de febrero se reunieron Blair y Aznar en
La Moncloa para hacer balance de la situación.
Debió ser una reunión de lamentos mutuos. Blair
venía de ser vapuleado por su Parlamento, y sin la sonrisa
de "ejecutivo moderno" y cínico que le caracteriza. Aznar
con su proverbial simpatía y don de gentes, no
tendría mucho que aportar de su gira mexicana, de la
reiteración del desencuentro con Chirac, de la condena del
Vaticano a esta guerra y a sus promotores con el adjetivo,
inusualmente duro y directo tratándose de la diplomacia
más sutil que ha conocido la humanidad, de "criminales
contra la paz", es decir, criminales contra la
humanidad.

Además las encuestas más recientes estiman
en un 94% el rechazo de los españoles a la guerra, y el
día anterior, el CIS, había hecho público el
resultado de una encuesta en la que se comprobaba el arrollador
avance de los socialistas en la intención del voto y como
tanto Aznar como todos los miembros de su gobierno eran
"suspendidos" por la muestra de unos 21 mil españoles
encuestados (la del CIS es la encuesta que utiliza una muestra de
población más elevada de las que se realizan
habitualmente en España). Otra encuesta de la cadena de
radio SER le daba una distancia de más de 2
puntos de intención de voto al Partido Socialista sobre el
PP.

Aznar, que niega internamente que España
esté comprometida con la guerra, se ha quitado el antifaz
y muestra su verdadero rostro: el del guerrero dispuesto a meter
a España en un conflicto armado en la que no tiene nada
que ganar y sí mucho que perder. Pero esto a Aznar no le
debe importar demasiado. Después de todo, él ha
dicho que no se presentará a las elecciones del 2004.
Quizás sus metas ahora estén más alejadas de
las fronteras españolas y piense en un destino dentro del
imperio global que está diseñando el "think tank"
de Bush. España, para Aznar, parece ser ahora un simple
peldaño en su ascenso personal a otros niveles superiores
junto a los reales dueños del mundo: las grandes
corporaciones de la economía global.

Dentro de unos pocos meses o años, se
podrá ver que los verdaderos aliados de los intereses del
pueblo norteamericano no son los Blair, Aznar y
compañía, sino aquellos, como Francia y Alemania,
que han sabido expresar sus diferencias y señalar que el
camino que debe seguir Estados Unidos de América, no es el
del rechazo del Derecho y la imposición del imperio de la
fuerza, sino hacer valer su liderazgo para contribuir a un mundo
en paz, libertad y democracia. Hacer cumplir las resoluciones de
Naciones Unidas para todos los miembros y no con un criterio
oportunista y sesgado, que ejerce de manera continuada el veto en
el Consejo de Seguridad, cuando se trata de hacer cumplir la
legalidad internacional, por ejemplo, a Israel, y que exige
subordinación absoluta y no aliados, cuando se trata de la
apropiación de las reservas petroleras de un país,
ciertamente, gobernado por un déspota criticable, pero que
no representa hoy ninguna amenaza para la paz y seguridad
internacional y, menos, para la del pueblo de los Estados Unidos
de América.

Torrelodones, 28 de febrero de
2003

4. BUSH, BLAIR,
AZNAR: LA LEY DE LA SELVA

4.1. Se inicia la guerra contra Iraq

Los peores pronósticos se han cumplido: la guerra
contra Iraq ha comenzado. Después de intentar que se les
aprobara una nueva resolución por el Consejo de Seguridad
de la ONU, autorizándoles a bombardear y conquistar ese
país, han ido a la guerra sin esa resolución y
contra la opinión pública de sus países y
del mundo entero, que se ha manifestado contra la
misma.

De nada valieron las amenazas, las promesas, las
escuchas telefónicas y todo tipo de coacciones. Al final,
no lograron los nueve votos requeridos, y ante la vergüenza
de ser derrotados, prefirieron refugiarse en una pequeña y
ventosa isla, en Las Azores, en una base militar, para perpetrar
un gran crimen contra la paz (el Vaticano dixit),
quebrar el Derecho Internacional, y condenar a la muerte a miles
de inocentes en Iraq.

Se ha impuesto el Nuevo Orden del César del siglo
XXI: el reinado puro y duro de la fuerza contra la razón y
el derecho. A partir de ahora, las cosas están claras:
quien desobedezca los dictados o los intereses de los EE.UU. de
América, puede sufrir el asesinato de sus líderes,
el bloqueo económico, y si aún así no se
rinde, el exterminio.

El siglo XXI se inaugura con la barbarie. Cicerón
decía que la ley queda muda entre las espadas. Estamos
precisamente ante esto. El reinado de las bayonetas, las bombas
inteligentes, y los pingües negocios. Todo ello aderezado
con el perfume del petróleo, en este caso, pero en otros
será el derecho a apoderarse de los mercados, porque en el
Imperio que se ha instaurado, nadie podrá invocar ser
soberano, ni proteger su mercado interno, ni evitar que su
población se convierta en un proletariado en harapos. Ese
derecho a proteger su industria, poner tasas a las importaciones,
y defender a su población, es sólo de la nueva
Roma.

4.2. La reunión de Las Azores

Las Azores estarán desde ahora, para
vergüenza no deseada de sus habitantes, ligada a este hecho,
que no es un nuevo Yalta sino a lo más una afrenta
semejante al Pacto de Munich. Un pacto de canallas. Bush, Blair y
Aznar, los tres mosqueteros de la ilegalidad
internacional.

Ha sido patético ver, como luego de romper las
reglas de juego de las Naciones Unidas, se han desgañitado
en sus discursos para decir que actúan apoyados en la
legalidad. ¿Cuál legalidad? El único que
tiene potestad para autorizar el empleo legítimo de la
fuerza es el Consejo de Seguridad, salvo que se trate de un caso
de agresión contra un país y que éste
responda al mismo en legítima defensa.

Se autoproclaman los "liberadores" del pueblo
iraquí, exponen los actos sanguinarios de Saddam, pero ya
todo el que ha querido enterarse sabe muy bien que las matanzas
realizadas contra los kurdos, el lanzamiento de armas
químicas contra los iraníes, la construcción
de armas de destrucción masiva, se hicieron con el
silencio cuando no el respaldo de EE.UU. y el Reino Unido, entre
otros.

Precisamente ahora, el régimen de Bagdad es
débil militarmente y no representa una amenaza. Once
años de control, espionaje, bombardeos selectivos,
ahogamiento económico, no le permiten reproducir tales
actos. La peligrosidad de Saddam es una excusa para hacerle la
guerra y cumplir los planes de venganza personal de Bush,
controlar recursos estratégicos, e imponer un orden en
Oriente Medio basado en el control norteamericanoisraelita.
Aunque no será ninguna sorpresa que en la propaganda de
guerra y de desinformación, seguro que las tropas
norteamericanas encontraran todo ese arsenal de armas de
destrucción masiva, que hasta ahora nadie ha encontrado y
que los iraquíes no han empleado contra los invasores,
naturalmente, debidamente colocada como "medio de prueba" a
posteriori.

Por todo lo anterior, es necesario que sigan las
protestas contra esta guerra, ya que la misma es sólo el
inicio de una carrera hacia el vacío de la legalidad, y si
hoy se ataca Iraq, mañana, con cualquier pretexto, se
seguirá invadiendo países, derrocando gobiernos que
no sean sumisos al Imperio, asesinando líderes
considerados potencialmente peligrosos, y todos nos vamos a
retrotraer a los tiempos de las cavernas.

Si Blair y Aznar son los arquetipos de la
sumisión servil al super-poderunilateral, Francia, junto a
Alemania, han jugado un papel digno de reconocimiento para todos
los demócratas y amantes de la libertad y el reinado del
Derecho. Quizás sea un acto emocional, pero yo me he
sentido estos días profundamente agradecido a la
tradición dejada en Francia por el general De Gaulle, ese
gran estadísta europeo, tan nacionalista francés
como europeísta.

¡Ese sí es un modelo de hombre de Estado y
no esas caricaturas, esas mediocridades, que hoy gobiernan el
Reino Unido y España, por no referirme al presidente
accidental de EE.UU.!

En Casablanca, esa película
emblemática, al despedirse Bogart de Ingrid Bergman, le
dice "W"ill always have Paris"! ¡Siempre nos quedará
París! A los demócratas, a los que creemos en un
mundo basado en el respeto a la legalidad, la justicia y la
solidaridad, y no en una sociedad basada en el darwinismo social.
A los que aspiramos a un modelo social diferente al imperante en
las concepciones individualistas neoliberales, todavía nos
quedan París y Berlín.

Torrelodones, 20 de marzo de
2003

5. LAS RELACIONES
TRANSATLÁNTICAS: LA ESTRATEGIA NORTEAMERICANA PARA DIVIDIR
LA UNIÓN EUROPEA

5.1. El desencuentro
europeo-norteamericano

Una de las consecuencias más importantes de la
guerra contra Iraq ha sido el gran desencuentro entre Europa y
los EE.UU. La invasión de Iraq que ha emprendido Bush con
el apoyo militar de Blair y el sostén en el Consejo de
Seguridad, en la tramoya de la puesta en escena, y en la
logística, de Aznar, ha puesto de manifiesto la ruptura o
el desencuentro entre la Europa continental y los Estados Unidos.
La otra Europa, la insular, ha sido siempre una seguidora fiel de
las decisiones de EE.UU., aunque antes, este seguidismo
conllevaba ir como aliados en plano de relativa igualdad, y en
esta guerra Blair ha puesto al Reino Unido, según
algún analista, en un papel de
subordinación.

Sin embargo, la crisis de las relaciones entre Europa y
los EE.UU., aunque ha estallado por el desconocimiento por EE.UU.
del Consejo de Seguridad de la ONU, tiene antecedentes. Durante
la guerra fría, la seguridad de Europa descansaba en el
poderío militar de la gran potencia americana frente al de
la URSS, ya que, en Europa Occidental, sólo Francia
desarrollo su potencia nuclear, y para ello tuvo que hacer frente
a una hostilidad abierta de los EE.UU., que siempre quiso
monopolizar en Occidente el arma nuclear.

Partes: 1, 2

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