INTRODUCCIÓN
Es la historia una orangután de pelaje rojizo
llamada Lolita, cuyo aspecto físico era diferente al de
sus congéneres por tener su arco superciliar menos
pronunciado, lo que le daba un aspecto bastante cercano al de los
humanos. En torno a dicho personaje y a sus experiencias, se
presenta al lector una serie de mensajes que de una u otra forma
sugieren derroteros en procura de una vida cada vez más
exitosa.
I. LAS
INQUIETUDES
Lolita era una joven primate de las selvas de Sumatra
que estaba acostumbrada a alimentarse con frutas frescas y a
deambular entre las copas de los àrboles, ya que en raras
oportunidades lo hacía por el suelo, medio en el que no se
desenvolvía con facilidad. Sus brazos largos y patas
cortas estaban adaptadas para colgarse de las ramas,
apoyándose en sus manos y pies prensiles de pulgares
reducidos.
Lolita en más de una oportunidad se había
puesto a observar a las manadas de ciervos que huían de
las garras de los felinos y se admiraba de ver como a pesar del
fracaso, en los múltiples intentos por capturarlos al fin
lograban su objetivo. Un día que estaba presenciando a
prudente distancia la caza de un alce por unos leones, le
surgió la inquietud por saber en qué
radicaba el éxito y comenzó indagando entre los de
su especie.
Un día que andaba con su madre explorando, se
apartó demasiado de ella extraviándose en la
jungla. Cada vez se internaba más y a pesar de sus
chillidos desesperados solicitando ayuda perdía la
esperanza de reunirse con su progenitora, porque sus llamados de
auxilio se confundían con los demás sonidos de la
selva.
Por el camino halló a un tigre que descansaba
plácidamente y olvidando por un momento su
búsqueda, se aproximó con cautela para preguntarle:
señor tigre ¿en qué radica el
éxito?.
El tigre sorprendido con la presencia de Lolita
guardó silencio por un momento y luego exclamó:
¿por qué me preguntas eso?. Porque me he dado
cuenta que con tu persistencia logras obtener el alimento.
Tú misma has dado la respuesta, por eso es que siempre
debemos fijarnos unas metas y procurar cumplirlas.
Es algo así como tener un sueño que se puede
materializar si nos lo proponemos, sin dejar de soñar y
creer en lo que se quiere alcanzar. En ese momento pensó
en lo suculenta que sería la orangután, pero estaba
muy lejos de su alcance, sin embargo como se había dado la
oportunidad de establecer un diálogo, decidió ganar
la confianza de Lolita y utilizar su mejor arma, LA PACIENCIA,
para devorarla.
Si pretendes alcanzar el éxito tienes que tener
seguridad en ti misma, en lo que quieres, anhelas y sientes y a
medida que se cumplan las metas hay que establecer nuevas, el
soñar cumpliéndolas impulsa a ser cada vez
mejores.
Continuó su charla observando a Lolita de arriba
a bajo, se le hacía agua la boca. Citó el ejemplo
de dos águilas que miraban desde lo alto de una
montaña buscando una posible víctima. Una de ellas
posó sus ojos en un animal muerto que había en la
campiña y que era deborado por otra ave de
rapiña, mientras que la otra águila dirigió
su mirada al ave que la engullía. La que observaba la
carroña se parece a aquellos seres que ven el éxito
en las cosas fáciles, que no implican mayor esfuerzo,
mientras que la que se fijaba en el ave que devoraba la
carroña obraba con inteligencia, porque aunque
sabía que le iba a costar trabajo capturarla, en el
momento que lo hiciera estaría disfrutando dos platillos
al mismo tiempo, la carne del ave y la carroña que
ésta había engullido. Así es el
éxito, tiene mas mérito cuando se alcanza con
sacrificio. Un sueño da energía e impulsa a lograr
todo aquello que nos propongamos. Lolita intentó
formular otra pregunta, pero por estar distraída se
soltó del bejuco del cual se sostenía y cayó
unas ramas mas abajo del árbol donde se hallaba
suspendida, al verla a su merced el tigre se le abalanzó
para tragarla, pero no lo logró porque la orangután
dio un salto retirándose del lugar.
Una vez lejos del peligroso tigre la orangután se
preguntaba: ¿cómo alguien habla del éxito
con tal propiedad, cuando no persigue otra cosa que causar dolor
y sufrimiento?. Estando en esa reflexión se
encontró con una ardilla que roía una bellota, a
quien saludó efusivamente y luego de entrar en confianza
preguntó: señora ardilla ¿cómo
concibe el éxito?. El exito es un muro que detiene todo lo
negativo, el exitoso es aquel que persiste en sus objetivos y
cuando los cumple establece un plan de acción, con lo que
busca convertir en realidad nuevos propósitos. El
éxito se debe merecer y debe existir la suficiente
persistencia y el convencimiento de que aquello que aspiramos
alcanzar, realmente lo haremos gracias a nuestra tenacidad y
devoción por cumplir con aquello que anhelamos.
El éxito en nosotras las ardillas radica en la
rapidez para comer y huir de los depredadores,
contamos con una dentadura capaz de romper la más
dura nuez que nos proporciona alimento.
Preguntó Lolita: ¿tu crees, que el
éxito lo alcance alguien que no se lo merezca?. Quien obra
mal y logra el objetivo que se propone, no es que sea en realidad
exitoso, porque el éxito trasciende las fronteras del
individualismo y redunda en beneficio colectivo. No se puede
hablar de éxito cuando se atenta contra los demás.
El éxito es producto del convencimiento y no de la falsa
retórica, ni del mal proceder. El exitoso se conoce porque
irradia energía positiva gracias a su obrar honesto.
Cuando alguien llega a la cima pisoteando a los demás, no
puede esperar nada bueno de la vida, porque su mal proceder tarde
o temprano se va a revertir en si mismo. El éxito perdura
en el tiempo y nadie puede arrebatárselo a quien lo haya
alcanzado, si está basado en principios y
nobles ideales. Lolita se tranquilizó con
aquélla respuesta.
La ardilla continuó diciendo: el
verdadero camino hacia el éxito está en el
corazón. ¿Y cómo saberlo?-
interrumpió lolita– porque quien lo logra toma el
control de su vida y llega a ser feliz. ¿Entonces
cómo se explica que alguien que actúe
inapropiadamente, tenga capacidad de convencer a otros de que lo
que hace es correcto?- preguntó eso, porque se
acordó de las palabras del tigre y cómo su
comportamiento contradecía sus actuaciones. He ahí
lo peligroso, manifestó la ardilla. Hay quienes se
proclaman salvadores del mundo y se aprovechan de la ingenuidad
de otros para lograr sus propios objetivos, lo hacen con tal
vehemencia y seguridad que pareciese que fuese cierto todo
aquello que manifiestan. Se valen de su capacidad de
convencimiento para luego someter a los demás. Por eso es
indispensable que quienes buscan el éxito se
cultiven intelectualmente para no ser asaltados en su buena
fe.
La ardilla se despidió internándose en el
bosque. Lolita siguió su camino saltaba de árbol en
árbol. Caía la noche y se hacía necesario
encontrar un refugio. En vista de que no lo halló,
optó por tomar algunas hojas secas y construir su
madriguera. Como tenía mucha hambre comenzó a
buscar insectos en la corteza de un árbol, tratando de
introducir sus dedos en los orificios que éste
tenía pero su labor era infructuosa, entonces
procedió a arrancar una rama y quitñandole las
hojas la introdujo por uno de los agujeros, (la necesidad le
había permitido construir su propia herramienta), a
medida que sacaba el improvisado palo encontraba hormigas pegadas
en él y las comía con gran ansiedad. Como estaba un
poco largo decidió cortarlo logrando mayor efectividad. De
igual forma hizo para tomar agua de las concavidades del
árbol y una vez terminada la cena se echó
a dormir .
II. EL
APRENDIZAJE
Con la luz del nuevo día Lolita entreabrió
sus ojos percatándose que se hallaba en un espacio abierto
donde los árboles eran escasos, se incorporó y se
dispuso a proseguir su marcha. En ese momento se posó una
avutarda en la copa del árbol donde ella se encontraba y
entonces a Lolita se le ocurrió pedirle ayuda.
Señora perdone que la importune, ¿usted
podría ayudarme?, me encuentro extraviada.
¿Hacia dónde debo dirigirme para reunirme
con los de mi especie?. La avutarda hacía tiempo que no
veía a ninguno de ellos y le contestó
negativamente. Como se encontraban en un paraje
desprovisto de árboles, la avutarda le
indicó a Lolita que una manera de salir de
ahí y proseguir su búsqueda era utilizando una
pértiga, ya que se trataba de la forma mas rápida
para desplazarse, a menos que Lolita decidiera emprender el
camino a pie con las consabidas limitaciones que ello implicaba.
¿Y qué es una pértiga?, preguntó
Lolita. Una pértiga es una vara que sirve para impulsar el
cuerpo hacia adelante una vez se apoya en el suelo. Lolita
agradeció la sugerencia, se fue en busca de la vara y tan
pronto la obtuvo comenzó a practicar, con el primer salto
ésta se rompió por lo endeble de la madera cayendo
al suelo. Buscó otra mas gruesa y se impulsó tan
fuerte que voló por los aires golpeándose contra
una piedra. Así siguió practicando toda la tarde y
a medida que lo hacía sus saltos eran cada vez más
coordinados, alcanzando mayores distancias. La avutarda que
aún permanecía en el lugar
observó sus progresos y para animarla le dijo: eres
una joven exitosa porque con persistencia, esfuerzo y
dedicación haz aprendido a desplazarte utilizando un
instrumento que no conocías.
Mejorando lo que somos es como cambiamos el presente. El
éxito depende de las convicciones que se tengan para
alcanzarlo y estoy segura que con esa actitud positiva con la que
obras, lograrás encontrar a los tuyos. Lolita se
sintió halagada, las palabras de la avutarda la
reconfortaron y le dieron ánimo para continuar su
camino.
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