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La inversion extranjera directa (IED): La via mas real para hacer frente a la crisis economica cubana de los 90



Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Quiebre de las relaciones con Estados Unidos y
    a la vinculación con la URSS
  3. Fin de
    la Guerra Fría
  4. Las
    transformaciones en los 90. Las IED como la vía
    más probable para hacer frente a la
    crisis
  5. Conclusiones

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Introducción

La siguiente investigación se direcciona a
analizar los factores fundamentales, que lograron el milagro de
sobrevivencia de la experiencia cubana, en un medio mundial
crecientemente dominado por el avance de las ideas y las
prácticas neoliberales de la expansión
capitalista.

Ello lleva a investigar cuál es el punto de
partida, que data de principios de los años 80 cuando se
disolvió la Unión Soviética (URSS), ya que
Cuba se había asentado en el tratamiento ventajoso de los
vínculos económicos y financieros externos
principalmente con la URSS, y como la historia así lo
revela quedaban eliminadas las condiciones externas en las que se
había insertado la economía Cubana.

Ante tal situación, el mayor impulso estuvo
dirigido a realizar una apertura económica externa que
permitiera captar en el menor plazo posible, recursos financieros
externos que habían sido reducidos a niveles
mínimos. Como consecuencia, la apertura económica
fue decisiva para reactivar la economía y enfrentar la
nueva realidad mundial de globalización económica e
insertarse en ella.

Todas las evidencias externas apuntaban a que Cuba, al
igual que el resto de las naciones que formaban el bloque de
estados socialistas, también caería bajo el peso
arrollador de las fuerzas del Capitalismo. Hoy por hoy se
comprueba que tales vaticinios no se cumplieron.

Quiebre de las
relaciones con
Estados Unidos y a la vinculación con la
URSS

1.1 El punto de partida. La situación
económica y social al triunfo de la
Revolución:

  • Existía una completa dependencia
    norteamericana, la cual controlaba la industria exportadora
    fundamental. la energía eléctrica, parte de la
    industria lechera, el abastecimiento de combustible y, en
    medida importante, el crédito bancario.

  • Una estructura económica predominantemente
    agrícola, pues la más importante industria, el
    azúcar, era una producción primaria de base
    agrícola y el resto representaba un volumen poco
    significativo.

  • Una economía agrícola extensiva,
    latifundiaria, tanto en las propiedades de las
    compañías extranjeras como en las de una
    minoría opulenta cubana, con 114 grandes propietarios
    con el control del 20 % de las tierras, mientras una enorme
    masa campesina vivía en la miseria, agobiada por los
    intermediarios, sin crédito, con precios
    ruinosos.

  • Un desempleo y un subempleo permanentes y masivos en
    proporción muy superior al de otros países de
    América latina.

  • Una economía totalmente abierta, una
    monoexportación azucarera que alcanzaba el 80 % del
    total de las exportaciones, y una concentración
    geográfica de las exportaciones e importaciones,
    dependiendo el 60 % de las primeras y del 75 al 80 % de las
    segundas del mercado de Estados Unidos.

1.2 El modelo de desarrollo a partir de 1959. Ruptura
de las relaciones con Estados Unidos, comienzo de la
vinculación con la URSS.

Como primer objetivo Fidel Castro se propuso hacer
desaparecer las bases de la economía capitalista y
neocolonial. Con ello se puso fin a los mecanismos de dependencia
y dominación de los monopolios estadounidenses y a la gran
propiedad privada sobre los medios de producción. Los
principales problemas que se centró en erradicar fueron;
el de la tierra, la industrialización, la vivienda, el
desempleo, la educación, la salud del pueblo; estos seis
puntos, junto con la conquista de las libertades públicas,
se convierten en la esencia de la política
económica y social del país, comenzando así
un período de grandes transformaciones y
cambios

En los dos primeros años de la Revolución
(1959 y 1960), fue la etapa de las medidas de corte popular,
agrario, antimperialista y una aguda lucha de clases. En esencia,
la política económica aplicada, tuvo como objetivo
principal garantizar la continuidad y el éxito del proceso
revolucionario. La nacionalización de los principales
medios de producción del país vino a alterar a
fondo el régimen de la propiedad; el gobierno
comenzó a asumir un papel destacado en la actividad
productiva, a la vez que se deterioraron los mecanismos del
mercado en la regulación de la economía.

Ante los importantes cambios introducidos, donde se
busca edificar una nación libre de ataduras de la
dominación extranjera, surgen contradicciones con el
imperialismo norteamericano y sus aliados, lo cual aceleró
el proceso de diversificación de los mercados externos del
país que se había emprendido como parte de una
política económica independiente. De tal forma, lo
más significativo es el inicio de los vínculos
económicos con la URSS y otros países
socialistas.

Para Estados Unidos, el asunto cubano, pasó a ser
problema de primer orden en la política exterior
estadounidense y de atención sistemáticamente
priorizada por la rama ejecutiva. A partir de allí, la
estrategia fue poner en marcha las tres vías por las que
se trataría, en adelante, de aplastar a la
Revolución: las presiones diplomáticas para el
aislamiento con las naciones Latinoamericanas, las agresiones
económicas y la ayuda armada a la
contrarrevolución, lo cual significaba hasta la
posibilidad del empleo de las fuerzas militares de la
nación.

En aquella coyuntura de restricciones comerciales, el
gobierno cubano intentó crear y defender internamente el
régimen revolucionario y establecer relaciones extranjeras
que protegieran y aseguraran dicho régimen. El 13 de
febrero de 1959 Cuba firmó un convenio comercial mediante
el cual la URSS habría de comprarle 5 millones de
toneladas de azúcar durante un período de cinco
años a los precios del mercado mundial. Se acordaba
conjuntamente la contratación de un crédito por 100
millones de dólares, en condiciones muy ventajosas para la
Isla, pues era pagadero en doce años y a un interés
sumamente bajo.

A partir de este momento, Estados Unidos, comenzó
a explotar al máximo el asunto del comunismo en Cuba,
siendo el tema central de todo análisis, comentario o
referencia con respecto al problema cubano.

Ante los planes norteamericanos contra la
economía cubana, como las incursiones aéreas
durante la zafra y la petición del presidente Eisenhower
de disminuir la cuota azucarera, se desarrolló otro
problema para Cuba con respecto al petróleo. Sus
orígenes se encuentran en la reacción petrolera
aprobada en 1959 por el Gobierno Revolucionario, el cual
había decidido que las compañías no
podían repatriar más de un 50% de sus beneficios,
debiendo ser reinvertido el 50 % restante.

Además, apoyadas en la cancelación a los
créditos cubanos acordada en Estados Unidos a finales de
1959, exigieron que las importaciones de petróleo fueran
abonadas al contado. Como Cuba no podía pagar en esas
condiciones detuvieron sus importaciones de petróleo.
Debido a esto, Cuba hizo contacto con un proveedor
soviético de petróleo, cuyo precio, incluido el
transporte, representaba un 29 % menos que el fijado por los
productores norteamericanos.

El objetivo económico inmediato de la maniobra
norteamericana era claro: poner a la economía cubana ante
la perspectiva inmediata de una paralización por la
ausencia de combustible. La posición del Gobierno
Revolucionario fue terminante, el 1º de julio decidió
la intervención de las refinerías del consorcio
petrolero norteamericano Texaco, Esso y Shell, esta era la
única respuesta posible para garantizar la
refinación de combustible.

Luego de esto, Estados Unidos cortó la cuota
azucarera de Cuba y canceló 700 mil toneladas pendientes
de la cuota de 1960, privando así a la Isla de su
principal fuente de ingresos por exportaciones. Ante la
aprobación de la Ley Azucarera aprobada por el Congreso
norteamericano, la reacción cubana no se hizo esperar.
Fidel anunció el 6 de agosto la nacionalización de
las grandes empresas norteamericanas en el país. La medida
contra las propiedades norteamericanas en Cuba fue una respuesta
a la agresión económica de Estados Unidos quien en
respuesta a esto aplica el primer embargo parcial de
mercancías a Cuba, con el cual se daba el primer paso del
bloqueo económico que pretendía doblegar a la
Revolución Cubana.

Después del embargo de mercancías, que
sólo dejaba libre el comercio de medicinas y
víveres, la respuesta cubana fue rápida. A los
cinco días del embargo se dictó la
nacionalización de todas las propiedades norteamericanas
restantes. Con posterioridad a las disposiciones de
agresión económica, quedó patente que
sólo restaba por ejecutar un movimiento para el
derrocamiento de la Revolución: la agresión armada.
Como se ha podido apreciar, el acelerado avance de las
transformaciones hacia el control del Estado sobre la
economía y el comienzo de una importante
vinculación con la URSS fue respuesta a los golpes
aplicados por la política norteamericana, como necesidad
de fortalecer el poder político y económico de las
fuerzas populares.

1.3 Vinculación estrecha con la
URSS

La plena independencia económica respecto de
Estados Unidos se logró al precio de ampliar la
dependencia con la URSS. La estrategia de desarrollo se
sustentaba en la idea de que el fuerte empujón al resto de
la economía vendría dado por la inyección de
recursos que recibiría la agricultura y la industria
azucarera, lo cual permitiría el volumen de ingresos
necesarios, vía exportaciones de azúcar, y
conduciría a la expansión de otros sectores, que a
la vez de servir de apoyo a ese desarrollo azucarero,
ampliarían la base industrial del país.

Si bien la estrategia posibilitó un
período de auge económico hasta 1968, a partir de
esa fecha se producen desequilibrios importantes y un descenso de
la eficiencia. Esto motivó un análisis
crítico de la actividad económica del país,
con lo cual se crearon las condiciones para rectificar los
errores cometidos.

El elemento fundamental en el logro de la estrategia
planteada, era el continuado ascenso de los lazos
económicos con los países del CAME.

El significado económico de esas relaciones puede
resumirse en los siguientes aspectos:

  • Mercados amplios y estables para los principales
    rubros de exportación cubana y para nuevas
    producciones. Volúmenes crecientes de suministros
    importados, con considerable estabilidad en los
    abastecimientos de combustibles, materias primas,
    maquinarias, equipos y bienes de consumo, asegurados por
    períodos de cinco o más años.

  • Una relación de precios de intercambio
    superior a la del mercado mundial, en virtud de los precios
    acordados para las principales exportaciones
    cubanas.

  • Se calcula que en la década del 80 ello
    significó ingresos superiores en algo más del
    50% de los que se hubieran obtenido con los precios del
    mercado mundial.

  • Financiamientos para el desarrollo y para equilibrar
    la balanza de pagos, otorgados en condiciones muy favorables,
    pagaderos a largo plazo y con bajos tipos de
    interés.

  • Desarrollo de ramas de la economía
    inexistentes al triunfo de la Revolución y
    creación de las bases para desarrollos futuros
    más complejos. Esto se logró mediante el aporte
    de financiamiento, suministros corrientes, asistencia
    técnica y calificación de especialistas y
    técnicos cubanos.

El intercambio comercial con estos países
llegó a representar entre el 80-85 % del total realizado
por el país. Todo esto permitía contrarrestar los
efectos del bloqueo norteamericanos para el desarrollo
económico cubano.

Durante los tres quinquenios comprendidos en esta etapa,
la política de industrialización fue el centro de
la estrategia, aunque ya desde inicios del período
1981-1985 se enfatizó en el desarrollo de las
exportaciones y en la sustitución de importaciones,
básicamente del área capitalista, a partir de
factores externos de carácter desfavorable, como la
situación financiera con países capitalistas, que
desembocó en 1982 en el proceso de renegociación de
la deuda con dicha área.

El desarrollo alcanzado por la economía cubana
hasta mediados de la década de los 80, con un crecimiento
promedio anual en el período 1975-1985 superior al 7%
estaba basado fundamentalmente en un modelo de tipo extensivo que
se apoyaba en esas relaciones con los países del campo
socialista y con su organismo de integración, que
proporcionaba créditos, y mercado para sus
productos.

A mediados de la década de los ochenta comienzan
a manifestarse serios problemas: la planificación
deficiente (metodología y procedimientos obsoletos,
desatención a las categorías financieras, falta de
integridad y consistencia), la generalización de los
estímulos positivos, la proliferación del
burocratismo, los precios ajenos a la oferta y demanda,
deficiencias de la formación de la producción y
sobre toda la incapacidad de generar exportaciones, así
como un cierto endurecimiento de las condiciones favorables que
hasta entonces habían prevalecido en las relaciones del
CAME.

Así, a mediados de 1983, comienzan a manifestarse
los primeros síntomas de crisis aunque hacia fines de 1984
quedó evidenciado claramente que había comenzado el
agotamiento del modelo, lo cual estuvo determinado
fundamentalmente, por la imposibilidad de mantener el crecimiento
de la economía sobre una base extensiva y a la presencia
de dificultades en el funcionamiento del Sistema de
Dirección de la Economía.

Se comienza el impulso a la inversión extranjera
(en 1982 se aprobó el Decreto Ley nro. 50 regulando la
inversión extranjera) con las primeras negociaciones en la
esfera del turismo, y asociado a ello se da inicio a nuevas
formas organizativas empresariales (conocidas como
"corporaciones") y algunos esquemas restringidos de
financiamiento en divisas con el objetivo de flexibilizar la
gestión externa. En esencia los cambios se dirigieron a
modificar el sistema de dirección, buscando mecanismos
para una gestión económica y social más
eficiente.

1.4 Resultados Económicos de las
Políticas Implementadas.

Crecimiento promedio anual del PIB: 3,1% en todo el
período; 2% entre 1959 y 1970; 8% entre 1971 y 1975; 5%
entre 1976 y 1980; 8,5% entre 1981 y 1985; no crecimiento entre
1986 y 1989.

Fin de la Guerra
Fría

2.1 – Derrumbe del bloque socialista.

La terminación de la Guerra Fría y la
disolución del Consejo de Ayuda Mutua Económica
(CAME) trastocaron de golpe las circunstancias políticas
externas y el patrón de desarrollo de Cuba. A diferencia
de la historia de los países de Europa Oriental o de la
antigua Unión Soviética, los cambios no se
sustentaron en procesos internos llevados a cabo en el campo
económico o político, sino que se impusieron por el
impacto principal de factores exógenos.

La desaparición del modelo de relaciones con los
países del CAME fue sin dudas el factor desencadenante de
la posterior crisis de la economía cubana, sobre todo, por
la magnitud que ello significó en cuanto a la
disminución de recursos para el país. Se perdieron
los fundamentales mercados de exportación y los precios
que en ellos se obtenían.

La destrucción del comunismo en la URSS y en
Europa del Este, se vio reflejado en el discurso de Castro de
julio de 1990. En el mismo se hacia hincapié, en la
voluntad que debía mostrar el pueblo cubano, para
sobrellevar los grandes sacrificio ante los cambios masivos y
negativos.

En los primeros años del 90, Cuba sufrió
varios shocks masivos; la economía cubana, en su conjunto,
se encogió drásticamente entre el 35 y el 50%.
Antes de 1991, la URSS, se llevaba el 63% del azúcar
cubana, 73% de su níquel, 95% de sus cítricos y el
100% de sus exportaciones eléctricas. A su vez, Cuba
recibía de la URSS, el 90% de su maquinaria y otros
equipamientos y el 98% de su combustible. En menos de 4
años, Cuba perdió 80 % de su capacidad de
intercambio.

Como si esto fuera poco, EEUU se movió con
velocidad para hacer más fuerte su embargo. En 1992, la
Ley Torricelli entra en vigencia, empeorando así la
situación de Cuba, al impedir a otros países
comerciar con la Isla.

Desde el punto de vista militar, las fuerzas armadas
cubanas, no escaparon al impacto. Cuba se vio impedida para
conseguir armas y equipamiento para sus bases militares. Ni
Moscú ni otros países de Europa del Este, tuvieron
interés en ayudar a Cuba y enemistarse con EEUU.
Así, las fuerzas armadas, quedaron reducidas a la mitad de
lo que fueron en 1989.

A partir de 1990, el entrenamiento de defensa tuvo que
ser abandonado. Entre otras cosas, la falta de combustible fue un
gran problema.

En síntesis, Cuba enfrentaba la peor crisis
económica del siglo, asociada a factores como los que se
indican a continuación:

  • El colapso del campo socialista europeo y la
    desintegración de la Unión Soviética,
    suprimieron abruptamente los mercados tradicionales de
    exportación y las fuentes de adquisición de
    bienes y servicios, esenciales al funcionamiento productivo.
    Recuérdese la frágil estructura comercial
    externa de la Isla, claramente sesgada al intercambio con los
    países del CAME.

  • Deformaciones en la estructura económica e
    institucional que se expresan en baja eficiencia y entorpecen
    el desarrollo fluido de los intercambios con
    Occidente.

  • Desequilibrios macroeconómicos que reflejan
    en el interior de la economía las repercusiones de la
    ruptura del frente externo.

  • El embargo económico de los Estados Unidos,
    acentuado por la expedición posterior de las leyes
    Torricelli y Helm-Burton.

Un aspecto importante para comprender el proceso de
transformaciones que tiene lugar a partir de entonces, es que a
lo largo del proceso revolucionario, se formaron valores
políticos y morales en la población que les dan
cohesión en torno al proyecto socialista y capacidad de
resistencia organizadamente frente a las dificultades.

2.2 Situación interna al inicio de la crisis y
las alternativas ante el cambio.

En la nación caribeña, como también
es conocido, nunca existieron conflictos entre minorías
étnicas ni grupos religiosos o de otro tipo; poseyendo una
sola nacionalidad (la cubana), forjada en los últimos
doscientos años, con un único idioma y una misma
cultura popular.

En igual sentido, Cuba, al estar separada de tierra
continental, no se ha visto envuelta en situaciones de
tensión por derechos fronterizos con estados cercanos, si
bien ha debido encarar lo que constituye posiblemente uno de los
más extensos y difíciles enfrentamientos del siglo
XX, debido a la política de hostilidad llevada a cabo por
el vecino más poderoso que pueda tener nación
alguna.

El sostenimiento, durante los últimos cuarenta
años, del liderazgo y de un amplio consenso popular de una
mayoría de la población en torno a una parte
fundamental de los iniciadores de la guerra de liberación,
es también un factor distintivo en el caso cubano, en
relación con las experiencias de los anteriores
países socialistas europeos.

Todas estas razones, algunas de las cuales pudieran
parecer sutiles, podrían explicar también por
qué, a diferencia del extinto bloque socialista europeo,
la disyuntiva esencial interna a lo largo de las últimas
cuatro décadas ha sido, principalmente, la viabilidad o no
del proyecto cubano desde un punto de vista económico; no
existiendo serios problemas en cuanto a fundamentación y
apoyo popular de intereses de grupos nacionales o de legitimidad
política.

Ante las circunstancias anteriores descritas se
imponía un rediseño de las bases de funcionamiento
de la economía del país y, al propio tiempo,
movilizar todas las reservas internas y externas posibles para
evitar una agresión militar a la nación.

Para estos propósitos resultaban claves tres
piezas estratégicas, las cuales se encontraban a su vez
estrechamente interrelacionadas, y que, de tener éxito,
podrían sacar al país de la muy difícil
situación en que se encontraba. Estas direcciones
estratégicas eran:

a) Lograr detener la abrupta caída de la
economía e iniciar un proceso de recuperación
económica.

b) Adecuar la vida económica y social cubana a
las nuevas condiciones, facilitando un proceso de apertura en que
no se perdiera el control político de ese proceso, sin
prescindir ala vez de los objetivos básicos que
habían inspirado el modelo cubano hasta ese
momento.

c) Movilizar la solidaridad internacional, bajo sus
múltiples formas, en torno al proyecto cubano.

2.3 Cambios en la Política exterior
cubana.

Para poder superar el aislamiento político y
hacer frente al colapso económico, el régimen
cubano tuvo que adaptarse al nuevo orden internacional. Para ello
se vio forzado, además de las reformas internas, a
reorientar su política exterior, presentándose ante
sus nuevos interlocutores con otra imagen.

En los 90 se redefinieron objetivos, prioridades,
métodos y actores institucionales de la política
exterior. Muestra de ello ha sido la reforma de la estructura de
las fuerzas armadas. A su vez, el personal militar ha sido
asignado a actividades de importancia en la producción
agrícola, especialmente azúcar, y en la industria
turística. Así, la armada, maneja tours para
turistas, una agencia de taxis, un servicio de vuelos internos,
entrenamiento en lenguaje y hoteles.

La redefinición exterior cubana ha tenido entre
sus prioridades a Canadá, La Unión Europea,
Latinoamérica y el Caribe. A lo largo de los noventa, Cuba
fue tejiendo una red de apoyos en el plano bilateral y
multilateral, desarrollando una amplia gama de vínculos
múltiples con diversos actores.

Dos hechos de importante relevancia, le permitieron a
Cuba, mejorar su imagen a nivel internacional. El primero hace
referencia a la visita del Papa. El segundo está
relacionado con dicha visita. En marzo de 1998, EEUU fue
persuadido por el Vaticano. Como Castro había realizado
concesiones significativas a la Iglesia católica cubana,
se le pidió al gobierno norteamericano, acciones
más flexibles para con Cuba.

Consecuentemente, el presidente Clinton, anunció
que EEUU reduciría restricciones en las provisiones de
alimentos y medicinas. Restituiría vuelos charter diarios
desde Miami a La Habana y facilitaría los procedimientos
legales a organizaciones sin fines de lucro americanas para
vender fármacos a Cuba. "Diez meses después, otras
restricciones fueron flexibilizadas. Se permitió a firmas
estadounidenses vender alimentos y suplementos agrícolas a
granjas privadas y restaurantes en Cuba. Los ciudadanos
norteamericanos podían enviar hasta 1200 dólares en
regalos anualmente y fueron permitidos dos partidos de
exhibición entre los Baltimore Orioles y el equipo de
baseball nacional de Cuba. Un último aspecto de gran
actualidad e importancia en el cambio de política
exterior, es que: "Los cubanos que viven en los Estados Unidos no
necesitarán más el permiso del gobierno de Fidel
Castro para viajar a la isla si tienen un pasaporte de su
país.

Las
transformaciones en los 90. Las IED como la vía más
probable para hacer frente a la crisis

3.1 – Período Especial en Tiempos de
Paz.

Entre 1990 y 1993 comienza un proceso de reformas,
caracterizado como un proceso de ajuste, administración de
la crisis y de apertura externa. Se adoptó un programa de
emergencia nacional denominado, Período Especial en
Tiempos de Paz, cuya finalidad principal fue la de tratar de
administrar de forma racional la crisis, así como reducir
y distribuir los costos sociales, adecuar la economía
interna a las nuevas realidades y establecer las bases para un
desarrollo futuro.

Entre las medidas de mayor significación que se
aplicaron en el contexto de este proceso de ajuste se destacaron
las siguientes:

  • Medidas de ajuste radical de las posibilidades de
    consumo de la población y del funcionamiento del
    aparato productivo a las disponibilidades reales de
    recursos.

  • Priorización de los programas alimentarios,
    turismo y de las industrias biotecnológicas y
    farmacéutica.

  • Descentralización en la toma de decisiones
    del aparato importador y exportador, búsqueda de
    nuevos mercados y el establecimiento de formas alternativas
    de acuerdos, así como la potenciación de la
    inversión extranjera.

El mayor impulso estuvo dirigido a realizar una apertura
externa, que permitiera captar en el menor plazo posible, los
recursos externos que se limitaron a niveles mínimos. Esta
apertura económica, fue decisiva para reactivar la
economía y enfrentar la realidad de la economía
mundial e insertarse en ella.

El Gobierno cubano entendió que, con una
economía abierta y en un contexto internacional marcado
por la pérdida de sus antiguos socios políticos y
económicos y por el recrudecimiento del embargo, la
única forma de acceder a tecnología, mercados y
capitales era la de abrirse al mundo. La necesidad de salir de la
penuria económica le arrastró a la
diversificación de sus relaciones comerciales y a la
búsqueda de inversores extranjeros.

Los aspectos más importantes de esta apertura
económica en el plano externo fueron: la promoción
y apertura a las inversiones de capital extranjero, la
restructuración del comercio exterior y el desarrollo
acelerado del turismo internacional.

3.2 Crecimiento, Financiamiento y
Tecnología.

A partir de 1991, la mayor parte de los préstamos
que ha recibido Cuba, han sido créditos de exportadores,
por ende a corto plazo y con elevadas tasas de interés.
Algunos países han otorgado garantías a sus
empresas que comercian con Cuba entre los cuales se mencionan los
casos de México, Argentina, Italia, Alemania, Francia,
Chile y España lo que ha posibilitado mantener los
vínculos comerciales con los mismos.

Los contratos con proveedores se establecen en
condiciones que también pueden ser catalogados de tensos,
los créditos en condiciones favorables son
prácticamente puntuales y por la vía de la ayuda
con donaciones y en la colaboración
científico-técnica los ingresos se presentan con
poco margen de crecimiento. Una variante de financiamiento que ha
venido desarrollándose en los últimos años
son las remesas familiares provenientes del exterior.

3.3 – La Inversión extranjera en
Cuba

En los 90"s comienza en Cuba un proceso de
reinserción en el mercado internacional para el que la
isla no contaba con ventajas aparentes después de
más de 30 años de virtual ausencia del mismo,
siendo un aspecto importante de esa apertura económica las
Asociaciones Económicas con el Capital Extranjero
(AECE).

Se constataba que en determinadas ramas los
países socialistas no poseían las
tecnologías de avanzada requeridas para el desarrollo, lo
que llevaba al convencimiento que para poder aprovechar las
ventajas comparativas, o sea diversificar y elevar el volumen de
exportaciones e ingresos en divisas, era necesario asociarse a
empresas occidentales.

El proceso de apertura al capital extranjero ha estado
orientado a la solución de problemas puntuales del proceso
de crecimiento de la economía cubana, entre ellos: la
diversificación de las exportaciones en calidad y
cantidad, la adquisición de materias primas, la necesidad
de capitales frescos, la inserción en nuevos mercados, la
adquisición de tecnologías avanzadas, y la
introducción de prácticas modernas de
gestión económica.

3.4 Condiciones que ofrece Cuba para la
atracción de IED.

Los principales factores que ofrece Cuba para propiciar
el fomento de los contactos con el capital extranjero han
sido:

  • La legislación vigente.

  • La infraestructura industrial.

  • La posición geográfica, en una zona de
    potencial dinamismo económico.

  • La infraestructura material y humana.

  • El factor humano con una fuerza de trabajo altamente
    escolarizada.

  • Los indicadores de salud de la
    población.

  • Alto potencial turístico, cercano a un gran
    emisor de turistas como Estados Unidos.

  • Ciertas dotaciones de recursos materiales naturales
    específicamente mineros.

Si se examina el perfil de las ventajas comparativas que
ofrece Cuba al inversionista extranjero, se aprecia que los
aspectos favorables más significativos son los beneficios
financieros, los de carácter social y determinadas
ventajas comparativas específicas: recursos naturales para
el turismo, tecnologías médicas, capacidades
industriales, mercado cautivo, etc.

3.5 Dificultades en la economía cubana que
frenan a las IED: Ley Torricelli (1992) y Ley Helms-Burton
(1996).

En este contexto en que Cuba se esforzaba por superar
los efectos de la crisis económica originada por la
pérdida de sus principales mercados y por lograr una
rápida reinserción en la economía
internacional, es el momento, en que los elementos más
hostiles al país en la política de EE.UU.,
aprovechan para recrudecer el bloqueo mediante la
aprobación de la Ley Torricelli, con el propósito
de aislar internacionalmente a Cuba, entorpecer el flujo de su
comercio exterior, acrecentar las dificultades económicas
internas, propiciar el descontento popular y acelerar el colapso
del sistema.

Esta ley de carácter extraterritorial, contraria
al derecho internacional y a la libertad de comercio y
navegación se dirigía a dos objetivos muy
concretos: el primero, prohibir el comercio con Cuba a las
empresas subsidiarias de corporaciones estadounidenses radicadas
en terceros países; el segundo, obstaculizar
significativamente el movimiento de las cargas del comercio
exterior cubano.

En el año en que se firma la Ley Torricelli, Cuba
adquiría por vía de compañías
subsidiarias extranjeras o afiliadas a empresas norteamericanas,
productos vitales como medicinas y alimentos. En 1991, el volumen
de intercambio con subsidiarias ascendía a 718 millones de
dólares. De ellos, el 91% constituían alimentos y
medicinas. Este comercio fue eliminado drásticamente como
resultado de la mencionada ley.

En virtud de dicha ley, se prohibió la entrada a
puertos estadounidenses por un período de 180 días,
de buques, cualquiera fuera su nacionalidad o bandera, que
tocaran puerto cubano o transportaran mercancías a/o por
cuenta de Cuba, bajo amenaza de incluirlos en una "lista negra",
en franca violación de las más elementales normas
de la libertad de comercio y navegación, establecidas por
el Derecho Internacional, los acuerdos internacionales y las
disposiciones de las Naciones Unidas en la materia.

Cuba tuvo entonces que reorientar sus vínculos
económicos, buscando en regiones lejanas fuentes de
suministros y nuevos mercados para sus exportaciones. Todo esto
implicó enormes gastos en transportes y fletes y el
sobredimensionamiento de inventarios y reservas, con un elevado
costo de inmovilización de recursos.

De esta manera, Cuba se enfrenta y se ha enfrentado a
una difícil situación, dado que sus principales
productos de exportación, el níquel y el
azúcar, han estado sometidos a un deterioro de los
términos de intercambio en el mercado internacional, al
propio tiempo que factores climatológicos han provocado
cuantiosas pérdidas en los principales cultivos, afectando
entre otros la producción azucarera, importante
renglón de ingresos por exportaciones. A esta compleja
situación se suma la pesada carga que representa el
bloqueo y, como hemos mencionado, el recrudecimiento con las
leyes Torricelli y Helms-Burton.

3.6 Evolución e impacto de la IED en
Cuba.

El crecimiento sostenido desde 1990, a primera vista
parece confirmar la existencia de un patrón de
inversión favorable en el entorno doméstico, ya que
los elementos positivos tienen mejor balance que las
adversidades.

Por ejemplo entre 1988 y el 2000 se han constituido en
Cuba más de 540 asociaciones económicas
internacionales, quedando activas 392 asociaciones a finales del
2000. En el gráfico siguiente se puede observar la
evolución de las empresas vigentes por año de
constitución.

La IED en una gran parte ha consistido en la
rehabilitación de instalaciones y plantaciones existentes,
que originalmente fueron creadas en su mayoría para
satisfacer el mercado interno o el mercado socialista.

En el caso de la generación del empleo, aunque
los datos no son significativos, dado que este tipo de empresa,
trae consigo una mayor automatización de las actividades o
una mejor organización del trabajo, se observa que en 1995
había 13 800 trabajadores ocupados en las empresas mixtas,
y ya en 1999 estos ascendían a más de 19 800
trabajadores, es decir menos del 0.5 % del total de ocupados del
país. Resalta como en el 2000 el salario medio de los
trabajadores de estas empresas era de 243 pesos, sin embargo el
ingreso medio de los mismos, que incluye otras prestaciones
ascendían a 334 pesos, muy por encima de la media
nacional.

Los Fondos de Inversión para Cuba: "Una forma de
captar fondos de inversionistas internacionales que debe
promoverse es a través de los llamados Fondos de
Inversión con el objetivo de revalorizar el capital
invertido en inversión directa o de portafolio en Cuba o
en negocios vinculados con el país de los cuales ya
existen experiencias que es necesario dinamizar.

Partes: 1, 2

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