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Investigación científica en el Perú: Realidades y perspectivas




Enviado por Felipe Aguirre



Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Contexto histórico social de la
    investigación en el Perú
  3. Situación actual de las teorías
    sociales y matemáticas
  4. El
    valor de la filosofía en la investigación
    científica
  5. Lo
    cuantitativo y cualitativo en la investigación
    científica conforman una unidad
  6. El
    criterio de verdad en la investigación
    científica
  7. La
    estadística no es el todo sino la
    parte
  8. La
    alternativa ante el antagonismo entre positivistas y
    antipositivistas
  9. Unidad
    de la lógica formal y la lógica
    dialéctica
  10. Referencias

"Es ilustrativo recordar que las cualidades necesarias
para tener éxito en las investigaciones son tan variadas
que difícilmente pueden darse juntas en un solo
hombre" Stemberg.

Introducción

Bajo el ímpetu de la "modernización" en
América Latina y el Perú la ínfula de la
lógica de la fragmentación se impuso sobre la
naturaleza unitaria de la investigación cientifica.
Entonces, la finalidad de resolver problemas y el carácter
teórico como factor esencial en la produción de
conocimientos han dado paso a la desconexión, la
inmovilización, la cuantificación, el "culto" a los
datos y la relativizacion del conocimiento.

Pero, junto a lo espurio y la impertinencia yacen
posibilidades de luz. La alternativa, podría estar en la
asunción de la epistemología
histórica-dialéctica que plantea: la unidad de la
teoría y la práctica, de la reflexión
teórica y la observación de los hechos, la
interpretación y su verificación empírica.
Donde el conocimiento es el resultado de la unidad interactiva de
lo cuantitativo y cualitativo y donde la estadística no es
más que un instrumento auxiliar, prescindible.

En todo caso, la salida al problema yace en la
asunción de una concepción que integre
interactivamente la lógica formal y la lógica
dialéctica. Lo unitario presenta mayores potencialidades
que la fragmetación y la desconexión. Lo unitario
ayuda asumir la realidad en su totalidad, en movimiento, en
perspectiva y posibilita abrirse a la asimilación
crítica de lo valioso que pueden aportar una y otras
corrientes de la epistemología y la ciencia.

En el presente artículo se aborda la
situación actual de las teorías sociales y
matemáticas. Asimismo relacionados a la
investigación científica se analiza el valor de la
filosofía, el carácter unitario de lo cuantitativo
y cualitativo, el criterio de verdad, el sentido de la
estadística, la unidad entre la lógica formal y la
lógica dialéctica. Asimismo, la alternativa ante el
antagonismo entre positivistas y antipositivistas.

Contexto
histórico social de la
investigación en el
Perú

El Perú según la Red Iberoamericana de
Ciencia y Tecnología se ubica entre los últimos de
Latinoamérica. En el 2007 registró sólo
1,359 patentes (la tercera parte que en Chile), de las cuales
1,331 fueron de no residentes y 28 de residentes. Así, de
34 patentes registradas en 1993 se pasó a 28 en el 2007,
número mucho menor incluso al de 1978, cuando se
reportaron 50.

Las cifras consignadas evidencian el estado de la
ciencia y la investigación científica, pero
indican, también, el desarrollo de la creatividad
científica en nuestro país. De entre los factores
conexos, dos podrían ser los más fundamentales: la
inversión que en el Perú apenas alcanza $100
millones anuales en ciencia y tecnología lo que significa
menos de 4 dólares por habitante, mientras que Brasil
supera los 60, Chile alcanza los 25 y Argentina bordea los 30 y
EE.UU que invierte por estudiante 1.200 dólares al
año. Junto a la inversión, resulta fundamental el
tema de la concepción del mundo, el modo de
producción, su ideología y los objetivos del
sistema educativo correspondientes. Eso explica por qué,
en nuestro país el sistema educativo no busca
prioritariamente formar ciudadanos científicos, creativos
y transformadores, sino sólo ciudadanos "competitivos"
para trabajar en el sistema de vida actual: país
dependiente que no requiere científicos sino
tecnócratas, asistentes y arlequines. En ese contexto, los
reducidos números de patentes, presentan directa
relación con el tipo de ciudadano que buscamos y que a su
vez está íntimamente relacionada con el tipo y los
métodos de educación. Sin temor a
equivocación, ese tipo de ciudadano no es lo que le
convienen a nuestro país sino a los grupos de poder cuyas
pretensiones de mantener el status quo han hecho de
nuestras generaciones extractores y exportadores de materia prima
y consumistas de todo cuanto nos ofrece los países
capitalistas del primer mundo. En todo caso, la pretensión
de Henry Ford está cumplida: "los necesito para trabajar
que para pensar estoy yo". Así, en correspondencia al
sistema económico capitalista y su ideología, los
contenidos y prácticas educativas, pedagógicas,
didácticas y metodológicas distan con el desarrollo
de las capacidades creativas. La escuela peruana no forma
ciudadanos transformadores sino "consumidores "que deben asumir
el sistema de vida "sin dudas ni murmuraciones". Pero, el
neocolonialismo pedagógico, reproductiva, signada de
excesiva exigencia de verdad, el autoritarismo expreso o
encubierto, de la intolerancia a la actitud del juego, de la
sanción al error y la no aceptación del pensamiento
crítico, divergente, multilateral y creativo, como
país nos han llevado al callejón del
subdesarrollo.

Después del estado otro de los grandes
responsables constituyen las universidades peruanas. Pese a
recibir onerosos presupuestos y gozar de exoneraciones y ventajas
de todo tipo, hasta la fecha no se han convertido en lo que
realmente deberían ser: centros científicos de
desarrollo. En ese sentido con mucho pesar se sabe con la
reciente publicación del ranking de universidades del
Times Higher Educaction –que incluye 400
universidades- la situación decrépita de las
universidades peruanas que ha remplazado su fin noble de formar
científicos por la de formar sólo profesionales de
escritorio: empleados públicos, consultores y
burócratas. Así, según Rivera, (2010:6): "En
las universidades basadas en el modelo tecnocrático se
entrenan a los futuros profesionales técnicos…pero
no se les enseñan las bases científicas de la
técnica, ni tampoco los fines u objetivos de las mismas".
Sobre lo mismo Lévy Leblond, (2010:6) afirma: "Los
profesionales de la ciencia son cada vez más
técnicos y menos intelectuales, y los momentos de
creación y crítica no se dan tanto en la
educación escolar como en la educación
universitaria". El tercer aspecto se complementa con las dos
primeras y da cuenta de la ruptura entre las necesidades sociales
y los fines que persigue la universidad. Lo que tenemos es una
universidad anacrónica. En ese marco a manera de ejemplo
se sabe que las facultades de educación siguen funcionando
con la Estructura del Sistema de Formación Docente de
1970. A su anticuada estructura hay que añadirle el
"pedagogismo" y los pobres rendimientos académicos de sus
aspirantes. Si según las evaluaciones PISA los estudiantes
peruanos ocupan los penúltimos lugares, de entre ellos,
los más bajos en rendimiento optan por la carrera docente
y su periodo formativo universitario y pedagógico no rompe
con su estado inicial precario. Por el contrario, según
Piscoya (2009) cada año egresan 45 mil docentes con
niveles académicos deficientes de entre los cuales
sólo el 5% puede, eventualmente, aprobar evaluaciones
elementales de cálculo, comprensión lectora y
dominio de los contenidos de su especialidad para alcanzar una
plaza en el magisterio nacional.

En definitiva, por influencia de la concepción
metafísica se ha trastocado los fines por los cuales
existen las universidades y en ese marco al docente,
intencionalmente, se le ha negado el estatus de
científico. Por eso el desinterés de formarlo
científicamente. En lo más hay que procurar que el
docente aprenda lineamientos oficiales junto a "técnicas"
y "métodos" a modo de recetarios que en los hechos le
convierte en artista, técnico y apóstol.

Por lo tanto, la alternativa de desarrollo profesional o
de "capacitación docente" desde nuestro punto de vista no
está en el pago de estipendios oneroso a instituciones
plagadas de fracasos y desaciertos. El remedio está en la
recuperación del estatus científico del docente.
Así, los 72 millones de soles previstos para la
capacitación deben destinarse a la cualificación
teórica y práctica en el mismo proceso de
enseñanza y aprendizaje y dirigido por los más
conspicuos de entre sus pares. Contrariamente a los informes que
maneja el MED hay docentes investigadores de avanzada, que
aún sin financiamiento, trabajan con propuestas
alternativas pertinentes. En tal sentido, antes de solicitar
ayuda a terceros es necesario ubicar a los protagonistas exitosos
y constituir con ellos el núcleo que a la postre debe
conformar una red progresista y desarrolladora. Asimismo, sobre
el núcleo fortalecido, eventualmente, se puede acudir a la
ayuda externa. Pero, la ayuda más fundamental está
en sus propias manos y sus propias fuerzas. En el
perfeccionamiento de sus capacidades y convicciones por medio del
estudio crítico y la investigación
científica: ahí yace el desarrollo objetivo del
maestro.

Situación
actual de las teorías sociales y
matemáticas

El contexto internacional de las teorías
científicas gestadas en el seno de la metafísica
como concepción del mundo enfrenta un clima de
inestabilidad y crisis; pero, también, con ello se abre un
abanico de perspectivas. Sus más conspicuos
teóricos como Alwin Tofler con sus escritos "El shock
del futuro"
(1970) y "La tercera ola" (1980) que
planteaban infinitas posibilidades de progreso y prosperidad en
palabras del poeta Stearns Eliot se han convertido en "humareda y
vacío". El mismo lastre ha sofocado los trabajos del
"eminente" Francis Fukuyama quien en su libro "El fin de la
Historia y el último hombre
" asumía
abiertamente el triunfo del liberalismo como pensamiento
único que en su momento de apogeo Karl Popper en el libro
"La sociedad abierta y sus enemigos" (1945) la
defendía como la única opción válida
y en un artículo escrito en años de auge
imperialista: "El lugar de los valores en nuestro
mundo",
proclamaba: "¡Abran los ojos y vean
qué hermoso es el mundo y reconozcan la suerte que tenemos
de estar vivos
!". Ese hermoso mundo ha ido cuesta abajo.
Ante nuestros ojos se procesa la acelerada e indetenible
descomposición integral del sistema capitalista. Se
derrumba aquel "castillo eterno" y con ella se pulverizan
sueños, ideales, organizaciones, creencias y colapsan
postulados y teorías. En ese marco, Thomas Kuhn
ensayó planteamientos de cómo la ciencia progresa
cíclicamente impulsadas por "revoluciones
científicas". Pero, la tesis del científico del
Instituto Tecnológico de Massachusetts, por un
lado, se encerró en un "dialelo"
(círculo vicioso) y, por otro, se desbocó
al desconocer la relación recíproca,
histórica y objetiva de lo viejo y lo nuevo. En el intento
de buscar salida al "eterno retorno", el filósofo
austriaco Paul Kart Feyerabend, postuló que la ciencia es
una actividad esencialmente anárquica. Cercado por los
límites insalvables del pensamiento metafísico,
redujo la ciencia al irracionalismo, al reinado del instinto y
las creencias. Esa misma fuerza fatalista alcanzó a Edgar
Morin. Su obra, El método, (aparecida en 1977,
1980 y 1986), promueven trocar la unidad de las ciencias por el
desorden y el caos.

En la Psicología Jean Piaget, tampoco pudo
despercudirse de su concepción del mundo. Sus trabajos,
aunque conforman descripciones extraordinarias sobre las etapas
del desarrollo cognitivo humano, estaba limitado por la
lógica metafísica y los errores del
innatismo que "a priori" considera al sujeto con
capacidades predeterminadas. Así,
erróneamente redujo lo social a lo biológico; el
aprendizaje a la maduración.

La penumbra metafísica, alcanzaron,
también, a la economía. Según Alan
Greenspan, ex-presidente de la Reserva Federal, "existen fallas
en los fundamentos del conocimiento económico" Los premios
nobeles Paul Krugman, Joseph Stinglitz, Robertt Solow, George
Akelof han admitido, también, serios problemas
epistemológicos de la economía. Al decir de Rivero,
(2009: 6) "La ciencia económica está preñada
más de creencias que de evidencias científicas".
Por un lado, fundada en elegantes fórmulas
matemáticas se aferraron a la creencia de que el mercado
nunca falla y, por otro, exaltaron el insensato culto al
crecimiento perpetuo del Producto Bruto Interno. Como concuerdan
los más lúcidos en este tema: "El problema es que
el PBI crece pero el planeta no". Así, en gran medida los
agujeros teóricos de la economía están
determinados por las falencias epistemológicas de las
matemáticas desentrañadas por Kurt Godel con la
publicación en 1930 de sus famosos teoremas y puso en
cuestión los métodos fundamentales de las
matemáticas clásicas. Los teoremas de Godel
provocaron una crisis y los desarrollos posteriores trajeron
nuevas complicaciones. Por ejemplo, el método
axiomático-deductivo, tan visto en el pasado como la
aproximación al conocimiento exacto, empezaron a verse
fallidos.

En todo caso, el panorama de crisis pone en tela de
juicio a las concepciones que asumen la realidad como algo
definitivo y concluyente, negando que los objetos y
fenómenos poseen existencia objetiva e independiente y
están en movimientos interminables de cambios interactivos
con múltiples relaciones internas y externas y que el
proceso histórico no es uniforme ni lineal sino un espiral
de concatenaciones de lo viejo y lo nuevo y donde se producen
elevaciones y caídas. Así, las crisis no significan
la hecatombe, más bien contradicciones necesarias de
desarrollo que el ser humano tiene que resolver y superar por
medio de la investigación creativa y la reflexión
científica.

El valor de la
filosofía en la investigación
científica

El positivismo y sus variantes se han encargado de
desdeñar la importancia crucial de la filosofía en
el proceso investigativo. Desconociendo así que la
filosofía es la ciencia general cuyo objeto de estudio son
las leyes más generales que rigen los objetos y
fenómenos de la realidad y que regula, promueve y
fundamenta el desarrollo de las ciencias particulares. En
palabras de Kedrov (1970): "El papel de la filosofía
en el sistema de las ciencias es el de servir de eje de su
desarrollo y clasificación
". Ella constituye el
fundamento teórico y concepcional que orienta el
desarrollo de toda ciencia particular y a su vez sirve como nexo
de interdependencia entre las disciplinas científicas.
Para graficarlo metafóricamente, la ciencia, es la rama
que se alimenta de la sabia emanada por el tronco: la
filosofía. Sin el soporte teórico y
metodológico la concreción científica
sería espuria e impertinente y no podría comprender
y explicar la realidad ni proyectar soluciones ni siquiera al
interior de su objeto particular. La separación
mecánica pragmatista que considera a la filosofía
como inservible ha conducido a la mayor crisis teórica de
la ciencia y de la investigación
científica.

Existen dos tipos de filosofías diametralmente
diferenciadas en función a la respuesta al problema
fundamental: la relación entre el ser y el pensar y su
derivada posibilidad de ser o no ser conocido el mundo. Este
problema central, según Engels separa a los
filósofos en dos grupos: materialistas e idealistas que la
decir de Castro (2005:3009) "Su confrontación permanente
se encuentra íntimamente enlazada con el desarrollo de la
sociedad y con los intereses económicos, sociales,
políticos e ideológicos-culturales de las clases
históricas concretas". Históricamente el
materialismo ha sido la concepción de las clases
progresistas y el idealismo la de las clases conservadoras o
retardatarias. Y, como dice Selsam, citado por Castro
(2005:309)"si situamos a la filosofía en medio de su real
desarrollo en la sociedad de clases…descubrimos que desde
su comienzo en el mundo antiguo, y hasta la actualidad, se ha
caracterizado por la lucha entre los partidarios, audaces o
tímidos, consistentes o vacilantes, de una
concepción materialista del mundo, y los partidarios de
una concepción religiosa mística e idealista de
él", por lo que "el verdadero significado histórico
de la filosofía reside en esta lucha en busca de una
concepción científica, lucha que enfrenta a toda
clase de tendencias opuestas"

En cuanto a las disciplinas filosóficas de
importancia para la investigación científica
constituyen la gnoseología, la epistemología y la
lógica. Estas tres en interrelación tienen como
núcleo de interés el conocimiento como proceso y
producto; como conocimiento individual y social; como
conocimiento empírico y teórico. Si la
concepción metafísica y sus variantes
gnoseológicas y epistemológicas coinciden en dar
una respuesta unilateral, fragmentada, desconectada, negativa
sobre el conocimiento. La concepción científica del
mundo, ofrece la posibilidad unitaria y optimista: el ser humano
puede conocer la realidad objetiva, comprender y explicar sus
relaciones internas y externas y en función a ellas
transformarla. Desde luego, el conocimiento no es definitivo,
estático, concluyente ni tampoco es relativo, desordenado
solamente. El conocimiento es relativo y absoluto a la vez, es
desorden y orden en simultáneo. En ese sentido, el
descubrimiento y dominio de las leyes que rigen los objetos y
fenómenos de la realidad, es decir, el conocimiento
ocurren por aproximaciones graduales, mediante la
superación de contradicciones, por medio de la actividad,
del ejercitamiento, la reflexión teórica y la
práctica social.

Lo cuantitativo y
cualitativo en la investigación científica
conforman una unidad

Fundada en la lógica formal y el pensamiento
metafísico desde la segunda mitad del siglo XX en la
historia de la investigación científica se han
polarizado dos enfoques: el enfoque cuantitativo y enfoque
cualitativo.

El enfoque cuantitativo de forma unilateral utiliza la
recolección, el análisis de datos para contestar
preguntas de investigación, probar hipótesis,
confía en la medición numérica, el conteo y
en el uso de la estadística para establecer con
"exactitud" patrones de comportamiento en una población.
Basada en la lógica formal fraccionan el objeto o
fenómeno de estudio y a esa especificación
denominan delimitación del problema que en suma constituye
sólo un fragmento de la realidad, aislada, extrapolada;
por lo tanto, desvinculada de sus causas, consecuencias y
conexiones colaterales.

Por su parte, el enfoque cualitativo, con frecuencia se
basa en métodos de recolección de datos sin
medición numérica, como las observaciones,
descripciones, correlaciones y explicaciones. A veces, pero no
necesariamente, se prueban hipótesis. Por lo general, las
preguntas e hipótesis surgen como parte del proceso de
investigación y éste es flexible, y se mueve entre
los eventos y su interpretación, entre las respuestas y el
desarrollo de la teoría. Su propósito consiste en
"reconstruir" la realidad, tal como la observan los actores de un
sistema social previamente definido.

En la concepción científica del mundo, lo
cuantitativo y cualitativo conforma una unidad inseparable. Su
sentido unitario no permite la seudo división entre lo
cuantitativo y cualitativo. Resulta innecesaria la
segregación y el antagonismo de elementos que por su
naturaleza son inseparables. Por cuanto, en el proceso de
investigación, la lógica formal, de aspectos
inmutables y fragmentarios encuentra significado unitario en la
lógica dialéctica que asume la realidad en unidad y
en movimiento e interconexión de lo interno y externo, de
la cantidad y la calidad y de lo particular y general.

Las universidades de nuestro país en los
últimos cincuenta años, han asumido el enfoque
cuantitativo fundado en la lógica formal y la
estadística. Sin embargo, según el informe de
CONCYTEC 2006 la gran mayoría de estudios en el rango de
investigación empírica han sido calificados como
espurios. Un número significativo de tales trabajos
corresponden al universo de las investigaciones empíricas
relacionadas con el proceso educativo y de enseñanza y
aprendizaje presentadas por profesores con fines de
graduación y acceso a la titulación. Pero no son
los trabajos que deben ser juzgados sino los fines y los
presupuestos teóricos con que se aborda la
investigación científica en el país. Es
decir, la causa del estado actual de la investigación
científica como proceso y resultado está en la
concepción del mundo de quienes gobiernan y bajo esa
lógica la promueven o retardan. Así, un
país, primario y exportador de materia prima no requiere
científicos sino profesionales asistencialistas y
tecnócratas y no es pura casualidad que nuestros
jóvenes dejen la ingeniería por la "cocina". Henry
Ford decía: "Los necesito para trabajar que para pensar
estoy yo".

En definitiva, como en el caso anterior necesitamos un
enfoque de investigación integrador que nos saque del
subdesarrollo y donde lo cuantitativo siendo de mucha utilidad
encuentre su complentariedad con lo cualitativo. La
desconexión de enfoques en el mejor de los casos aunque
reflejaran con cierta probabilidad la realidad, sus resultados
serían inválidos por cuanto la realidad no
permanece estática sino en cambio permanente. Lo que hoy
se tiene por verdadero mañana resultaría falso o la
inversa. Por eso para comprender fenómenos y/o objetos en
movimiento e interconexión es necesario utilizar
métodos integrales basadas en la lógica
dialéctica en interrelación con la lógica
formal, es decir, asumir la investigación en su sentido
unitario: cuantitativo y cualitativo.

El criterio de
verdad en la investigación
científica

El criterio de verdad es el problema central de la
gnoseología y la epistemología y tiene directa
repercusión con la actividad científica. Pero el
conocimiento puede ser verdadero u erróneo.
¿Cómo saber si estamos trabajando con conocimientos
científicos?, ¿Dónde yace el criterio de
verdad?, ¿De dónde provienen las ideas correctas?,
¿Caen del cielo?, ¿Son innatas? o ¿Es
producto de la práctica social?

Para el positivismo, el criterio de la verdad reside en
la verificación empírica, en la correcta y precisa
generalización de los hechos. Para el antipositivismo, la
verdad está en la calidad o naturaleza de la
interpretación teórica.

Desde el punto de vista dialéctico, la verdad se
encuentra en la correspondencia entre la teoría y los
hechos. Es decir, la realidad es el criterio de la verdad. En
palabras de Lenin: "En la práctica social es dónde
el hombre tiene que demostrar la verdad, la realidad y el
poderío, la terrenalidad de su pensamiento". Al decir de
Guy Besse (1966:33): "La fuente del conocimiento es la
práctica como actividad del hombre social que transforma
la realidad" y sobre lo mismo Mao Tse Tung (1976:68) afirma: "La
práctica social del hombre es el único criterio de
verdad de su conocimiento".

Desde el surgimiento de la ciencia, la
comprobación y la precisión distinguen de cualquier
otra forma de conocimiento. Así, entre ciencia y
religión, ciencia y literatura, pensamiento moral o
político, destaca el carácter comprobado del
pensamiento científico. Porque los conocimientos
científicos están fundamentados en hechos
comprobados por la experiencia y los métodos de
investigación en la práctica social. En ese proceso
se funden en unidad dialéctica de lo teórico y
práctico. La elaboración teórica es
verdadera o falsa dependiendo de su consistencia lógica y
su correspondencia con la práctica social, vale decir, si
resuelve o no las necesidades y problemas. Por ello, la
elaboración teórica es relativa y dependiente de la
verificación científica. La validez de la
teoría es reafirmada o rechazada por la práctica
social. No es correcto entonces, convertir el modelo de la
elaboración teórica en el paradigma de toda ciencia
y rechazar el modelo de la verificación científica.
Ni uno ni otro. El conocimiento científico surge en la
unidad interactiva de ambos. Así, tanto la
construcción teórica como su verificación
científica son necesarias e inseparables. Si se repudia la
construcción teórica, entonces se cae en las
posiciones del positivismo y el empirismo. Pero si se rechaza la
verificación científica, entonces se camina en
dirección del antipositivismo que desemboca en un
racionalismo.

En el sentido dialéctico, el conocimiento humano
es un reflejo creador. Es reflejo porque parte de los hechos y se
confirma en ellos. Y es creador por cuanto conlleva
resolución de problemas y como tal no está dada
directamente por los hechos, sino que es elaborada por la
subjetividad del científico. El investigador crea las
hipótesis, teorías; pero los hechos se encargan de
verificarla o de refutarla.

En todo caso, el docente peruano posee riquísima
acumulación empírica pero yace imposibilitado de
sistematizarla debido a la pobreza de fundamentos teóricos
y de instrumentos metodológicos válidos y
confiables; vale decir, presenta limitaciones para elevar su
práctica al plano teórico y regresar con ella a la
práctica con fines de mejorarla y así avanzar en
espiral hacia el infinito.

La
estadística no es el todo sino la parte

Para los positivistas y sus derivados, lo cuantitativo,
aquello que se puede demostrar estadísticamente lo es
todo.

La fiebre comenzó en la segunda mitad del siglo
XIX, principalmente, en el campo biológico y luego
barrió el campo de las ciencias humanas.

Es probable que ninguno expresara mejor la
fascinación de su época por los números que
el famoso primo de Darwin, Francis Galton (1822-1911). La
cuantificación era el dios de Galton, y a su derecha
figuraba su firme convicción de que casi todo lo que
podía medir tenía un carácter
irrefutable.

En palabras de Gould (1995:62): "La fascinación
por los números, la fe en las mediciones rigurosas
intentaron garantizar una precisión irrefutable, pasar de
la especulación subjetiva a una ciencia tan válida
como la física newtoniana". Así, la ciencia fue
reducida a lo cuantitativo a los datos numéricos. Se
desvirtúo la verdadera naturaleza científica:
considerando como verdad toda afirmación aparentemente
respaldada por abundante cifras estadísticas.

En la concepción integral afirma Gould (1995:62):
"Los números sugieren, obligan refutan, pero por si solos,
no determinan el contenido de las teorías
científicas". En cambio para los positivistas las
teorías científicas se construyen sobre la base de
la interpretación de los datos y cual intérpretes
de las cifras suelen quedarse atrapados en su propia
retórica. "Están convencidos de su objetividad y
son incapaces de ver los prejuicios que les llevan a escoger
sólo una de las muchas interpretaciones que sus
números admiten". Más todavía, los
científicos metafísicos y sus variantes
positivistas consideran que la reflexión filosófica
es cosa vana, pérdida de tiempo. Entonces se enfrascan en
la inducción basada en experimentos simples cuyo objetivo
consiste en obtener datos básicos, y no en poner en prueba
teorías complejas. Así, la fascinación por
la estadística no es más que un sentimiento
visceral de presentar datos, medidas abstractas extraídas
de fórmulas complicadas pero que en la mayor de las veces
no ayuda a resolver problemas reales por cuanto sólo
constituye una percepción eventual, fragmentada y
desconectada de la práctica social.

A manera de ejemplo, en términos
estadísticos y referidos a la investigación
científica un número significativo de trabajos
corresponden al nivel correlacional. Pero la correlación
se presta para el abuso estadístico y al decir de Gould
(1995:251) "Y pese a ser fácil de calcular, el coeficiente
de correlación ha sido objeto de numerosos errores de
interpretación en cuanto para lograr resultados delimitan
dimensiones y pasan por alto que los objetos y fenómenos
de la realidad son complejas". Para superar tales limitaciones
los estadísticos inventaron el análisis factorial
con la intención de de reducir un sistema complejo de
correlaciones a un número más pequeño de
dimensiones pero igual siguieron abrigando los mismos errores de
concepción.

En definitiva, la estadística es solo un
instrumento en el proceso de la investigación. Como tal
puede ser prescindible. En todo caso, si es posible realizar
investigaciones de todo tipo incluidos los experimentales sin
recurrir a la estadística.

La alternativa
ante el antagonismo entre positivistas y
antipositivistas

El antagonismo declarado entre positivistas y
antipositivistas es un problema con directa repercusión en
el la investigación científica. Las universidades
peruanas en los últimos treinta años vienen
formando a sus profesionales bajo la opción positivista o
antipositivista. Enfoques aparentemente disímiles pero
fundadas en la misma concepción filosófica.
Aparentemente antagónicos, en lucha por la
hegemonía, pero que en sus raíces comparten la
misma estirpe idealista.

El positivismo en todas sus variantes se caracteriza,
esencialmente, por asumir que: a) el conocimiento es objetivo y
está basado en los hechos y la sensorialidad, por lo que
es necesario evitar su interpretación subjetiva como uno
de sus determinantes; b) los hechos son la experiencia sensorial
y su expresión verbal, negando así que constituyan
una realidad objetiva existente fuera de la conciencia del
investigador; c) la teoría es una descripción
generalizadora de los hechos y está subordinada a ellos;
d) sólo se propone la investigación cuantitativa
que tiene en el experimento su expresión más
acabada; e) en su conjunto, el positivismo expresa una
posición cientificista (centrada en la ciencia y en el
método científico) agnóstica e idealista
subjetivista.

Las posiciones epistemológicas antipositivistas
con todas sus variantes, rechazan el empirismo positivista de
manera absoluta y a) conciben que el conocimiento está
basado en la interpretación y el punto de vista del sujeto
individual o social; b) niegan que el conocimiento sea un reflejo
o reproducción de la realidad objetiva existente fuera de
la conciencia; c) plantean que la elaboración
teórica o interpretación a partir de los hechos
resulta fundamental y es la que confiere sentido a estos
últimos; d) otorgan especial preferencia e importancia en
la investigación cualitativa, aunque algunos
teóricos son partidarios de combinarla con la cuantitativa
y se denominan mixtos y/o holistas; e) por lo general, los
antipositivistas expresan las posiciones del humanismo idealista
centrada en la problemática espiritual y social del ser
humano. Se incluye dentro de estas posiciones al postpositivismo
de de T. Kuhn, R. Hanson, P.K. Feyerabend, S. Toulmin y otros,
así como a la corriente epistemológica francesa
representada por G. Bachelard, G. Canguilheim y M.
foucault.

La epistemología
histórica-dialéctica plantea la integralidad de las
dos anteriores. a) el conocimiento está basada en la
unidad de la teoría y la práctica, de la
reflexión teórica y la observación de los
hechos, de la interpretación del investigador y su
verificación empírica en la práctica social;
b) el conocimiento es objetivo, constituye un reflejo o imagen de
la realidad objetiva que existe con independencia de la
conciencia; c) la elaboración teórica y la
verificación empírica son igualmente importantes;
d) la investigación cuantitativa y la cualitativa
conforman una unidad interactiva. Como puede observarse esta
posición sintetiza, supera críticamente e integra a
un nivel superior lo que de valioso pueden tener tanto el
positivismo como las posturas antipositivistas. Más
todavía, desde el punto de vista dialéctico el
conocimiento posee un contenido objetivo y se comprueba en la
práctica social (coincidiendo con el positivismo en la
importancia de la comprobación empírica y la
predicción científica), pero también destaca
la necesidad de la interpretación teórica, la
unidad de la ciencia y la ideología y de la verdad
absoluta y la relativa, así como el carácter
histórico y social del conocimiento con lo cual puede
desarrollar igualmente las cuestiones verdaderas contenidas en la
epistemología antipositivistas. He aquí las enormes
potencialidades del pensamiento dialéctico en cuanto
posibilita la asimilación crítica de lo valioso que
pueden aportar una y otras corrientes de la epistemología.
En ella encuentran unidad y validez cuestiones que según
la sola lógica formal están
contrapuestos.

Unidad de la
lógica formal y la lógica
dialéctica

La lógica formal y la lógica
dialéctica son elementos de una misma unidad. Influenciado
por concepciones de base metafísica sucede a menudo que la
investigación científica se queda atrapada en las
bondades de la lógica formal, es decir, en el conocimiento
de las formas externas y sin poder llegar al conocimiento de las
leyes esenciales que rigen los fenómenos y objetos de la
naturaleza y la sociedad.

Veamos esta cuestión. La realidad existe
independientemente del sujeto, de su percepción y
entendimiento; está en movimiento interminable de cambio,
es interactivo con múltiples relaciones internas y
externas. Asimismo, la realidad es una unidad de dos aspectos
esenciales: lo concreto y lo abstracto. En los objetos y
fenómenos del mundo objetivo ambos aspectos se encuentran
indisolublemente vinculados y forman un todo. Así, en
unidad debe ser descrito, correlacionado, explicado, comprendido
y asumido su transformación. Pero se recurre a la
separación de lo abstracto y concreto, como si se tratara
de factores antagónicos e irreconciliables.

En la historia del mundo se constata que lo concreto es
anterior a lo abstracto Primero existió lo material y
sobre esa base se ha desarrollado la abstracción. La
materia siendo de carácter primordial en su
expresión más alta y desarrollada a dado paso al
pensamiento y la conciencia que subiste sobre la base
orgánica material. Pero esa lógica simple de
entender, así, la realidad en correlación unitaria
de lo concreto y abstracto fue sesgada, reducida unilateralmente
sólo a aspectos abstractos o aspectos
concretos.

Tanto lo concreto como la abstracción son
absolutamente necesarios. Sin ellos el pensamiento no
sería factible. El problema surge cuando se reduce el
pensamiento sólo a la abstracción desconociendo el
rol de lo concreto y negando así su fuente y criterio de
validez: la realidad.

La importancia de la capacidad de hacer abstracciones
está en que reflejen correctamente la realidad que
queremos entender y describir. Como tal se vuelve prerrequisito
esencial del pensamiento científico, siempre en cuando
tenga como referente lo concreto. Pero las abstracciones de la
lógica formal al estar desvinculados de lo concreto pueden
ser adecuadas para expresar el mundo real sólo en unos
límites bastante estrechos. Entonces, al ser unilaterales
y estáticas, son totalmente inservibles para expresar
procesos complejos, especialmente los que conlleva movimiento,
cambio y contradicciones. Al decir de A. Woods (2002): "La
concreción de un objeto consiste en la suma total de sus
aspectos e interrelaciones, determinados por sus leyes
subyacentes". Por medio de la abstracción la
concreción del conocimiento científico es acercarse
lo más posible a la realidad concreta, reflejar el mundo
objetivo con sus leyes esenciales y sus interrelaciones tan
fielmente como sea posible. No es viable llegar a la
compresión del mundo concreto sin recurrir primero a la
abstracción. Sin embargo, lo abstracto es necesariamente
unilateral, expresa sólo una cara particular del
fenómeno u objeto aislado de la naturaleza
específica y del todo.

El mundo posee tanto lo concreto como lo abstracto. Si
queremos entender la realidad en unidad, como proceso y producto
es absolutamente necesario determinar la relación precisa
entre ambas y demostrar cómo, en un punto crítico,
la una se convierte en la otra. Este es uno de los conceptos
más básicos del pensamiento dialéctico en
contraposición al pensamiento formal, y una de sus
aportaciones más importantes a la ciencia. Después
de 200 años de haberse descubierto la dialéctica
sólo ahora se empieza a comprender y valorar la
visión profunda que proporciona este método, que
fue criticado durante mucho tiempo por los "místicos". El
pensamiento abstracto unilateral, tal y cómo se manifiesta
en la lógica formal es una verdad parcial. Y los avances
científicos demuestran que el pensamiento
dialéctico está mucho más cerca de los
procesos reales de la naturaleza que las abstracciones lineales
de la lógica formal. Sin embargo, no se trata de una
ó de la otra, sino de ambos aspectos
intrínsecamente unidos, asumidas en unidad complementaria,
la lógica formal y la dialéctica en relación
interactiva. Porque sin abstracción es imposible penetrar
el objeto en profundidad, comprender su esencia y las leyes de su
movimiento. A través de la abstracción somos
capaces de ir más allá de la percepción
sensorial, la información inmediata que nos proporcionan
nuestros sentidos e indagar más profundamente. Podemos
dividir el objeto en sus partes constituyentes, aislarlas y
estudiarlas en detalle. Podemos llegar a una concepción
idealizada y general del objeto con una forma "pura" despojada de
todas sus características secundarias. Esta es la tarea de
la abstracción, una etapa totalmente necesaria del proceso
de conocimiento. Pero el pensamiento, no es sólo
abstracción. El pensamiento surge de lo concreto y al
pasar a lo abstracto no se aleja de la realidad sino se acerca.
En palabras de Lenin citado por Guy Besse (1966:65): "De la
percepción viva al pensamiento abstracto, y de
éste a la práctica
: tal es el camino
dialéctico del conocimiento de la verdad, del
conocimiento de la realidad objetiva" este es el sendero
dialéctico del conocimiento de la verdad objetiva
que todo Maestro debe asumir para comprender el objeto de estudio
de su disciplina.

Finalmente, es importante destacar que el pensamiento
humano es esencialmente concreto. La mente no asimila con
facilidad conceptos abstractos. Nos sentimos más
cómodos con lo que tenemos delante de nuestros ojos
ó por lo menos con cosas que se pueden representar de
manera concreta. No obstante, cuando trascendemos los
límites de lo sensorial se produce una notable diferencia.
El pensamiento que va más allá de estos
límites, de tal manera que ya no opera dentro de un
contexto de apoyo sensorial, a menudo se denomina formal o
abstracto. Así, el proceso cognoscitivo va de lo concreto
a lo abstracto se desmiembra y analiza el objeto para obtener un
conocimiento detallado de sus partes. Pero esto encierra
peligros. Las partes aisladas no se pueden entender correctamente
al margen de su relación con el todo. Es necesario volver
al objeto como un sistema integral y entender la dinámica
subyacente que lo condiciona como un todo. De esta manera, el
proceso de conocimiento vuelve de lo abstracto a lo concreto.
Ésta es la esencia del método dialéctico,
que combina análisis y síntesis, inducción y
deducción, simultáneamente, como procesos
interactivos que el docente debe propiciar en el proceso
instructivo y formativo. Contrario a ella la estafa
metafísica se deriva de la comprensión incorrecta
del carácter de la abstracción. Bajo esa
lógica no sólo supone existencia propia la
abstracción, sino que afirma su superioridad sobre la
realidad material. Entonces, se presenta lo concreto como si de
alguna manera fuera defectuoso, imperfecto e impuro a diferencia
de la idea que es "perfecta", "absoluta" y "pura".

En los últimos años se han dado sanas
reacciones contra el reduccionismo mecánico,
contraponiendo la necesidad de un punto de vista
holístico en la comprensión del
conocimiento. En ese sentido, aunque con un nombre disfrazado se
asume la concepción dialéctica y por medio de ella
la realidad como unidad de sus factores interrelacionados, lo
concreto y lo abstracto, lo interno y externo, lo real y
potencial resaltando la relación interactiva entre la
lógica formal y la dialéctica.

Referencias

  • 1) Besse, Guy (1966) "Práctica social y
    teoría marxista del conocimiento" (2da Ed.) Buenos
    Aires: Editorial Proteo.

  • 2) Castro Kikuchi, Luis (2005) "Diccionario de
    ciencias de la educación" (2da.Ed) Lima:
    EDUCAP.

  • Partes: 1, 2

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