- Introducción
- Ecosistema
- Tipos
de ecosistemas - Biomas
- Clasificación de
ecosistemas - Estructura
- Ecosistema acuático
- Dinámica de
ecosistemas - Conclusión
Introducción
El concepto de ecosistema es especialmente interesante
para comprender el funcionamiento de la naturaleza y multitud de
cuestiones ambientales que se tratarán con detalle en el
próximo trabajo.
Hay que insistir en que la vida humana se desarrolla en
estrecha relación con la naturaleza y que su
funcionamiento nos afecta totalmente. Es un error considerar que
nuestros avances tecnológicos: autos, grandes casas,
industria, etc. nos permiten vivir al margen del resto de la
biosfera y el estudio de los ecosistemas, de su estructura y de
su funcionamiento, nos demuestra la profundidad de estas
relaciones.
Ecosistema
Un ecosistema es un sistema natural que está
formado por un conjunto de organismos vivos (biocenosis) y el
medio físico donde se relacionan (biotopo). Un ecosistema
es una unidad compuesta de organismos interdependientes que
comparten el mismo hábitat. Los ecosistemas suelen formar
una serie de cadenas que muestran la interdependencia de los
organismos dentro del sistema.
El concepto, que comenzó a desarrollarse entre
1920 y 1930, tiene en cuenta las complejas interacciones entre
los organismos (por ejemplo plantas, animales, bacterias,
protistas y hongos) que forman la comunidad (biocenosis) y los
flujos de energía y materiales que la
atraviesan.
Tundra en Groenlandia | Selva lluviosa, Río |
El término ecosistema fue acuñado en 1930
por Roy Clapham para designar el conjunto de componentes
físicos y biológicos de un entorno. El ecologista
británico Arthur Tansley refinó más tarde el
término, y lo describió como «El sistema
completo, incluyendo no sólo el complejo de organismos,
sino también todo el complejo de factores físicos
que forman lo que llamamos medio ambiente». Tansley
consideraba los ecosistemas no simplemente como unidades
naturales sino como «aislamientos mentales»
(«mental isolates»). Tansley más adelante
definió la extensión espacial de los ecosistemas
mediante el término «ecotopo»
(«ecotope»).
Fundamental para el concepto de ecosistema es la idea de
que los organismos vivos interactúan con cualquier otro
elemento en su entorno local. Eugene Odum, uno de los fundadores
de la ecología, declaró: «Toda unidad que
incluye todos los organismos (es decir: la "comunidad") en una
zona determinada interactuando con el entorno físico
así como un flujo de energía que conduzca a una
estructura trófica claramente definida, diversidad
biótica y ciclos de materiales (es decir, un intercambio
de materiales entre la vida y las partes no vivas) dentro del
sistema es un ecosistema». El concepto de ecosistema humano
se basa en desmontar de la dicotomía humano/naturaleza y
en la premisa de que todas las especies están
ecológicamente integradas unas con otras, así como
con los componentes abióticos de su biotopo.
Tipos de
ecosistemas
Sabana, Ngorongoro en Tanzania. |
Ecosistema acuático
Chaparral
Arrecife de coral
Desierto
Ecosistema marino
Pluviselva
Sabana
Pantano
Taiga
Tundra
Selva
Bosque
Ecosistema humano
Prado
Manglar
Biomas
Un concepto similar al de ecosistema es el de bioma, que
es, climática y geográficamente, una zona definida
ecológicamente en que se dan similares condiciones
climáticas y similares comunidades de plantas, animales y
organismos del suelo, a menudo referidas como ecosistemas. Los
biomas se definen basándose en factores tales como las
estructuras de las plantas (árboles, arbustos y hierbas),
los tipos de hojas (como maleza de hoja ancha y needleleaf), la
distancia (bosque, floresta, sabana) y el clima. A diferencia de
las ecozonas, los biomas no se definen por genética,
taxonomía o semejanzas históricas y se identifican
con frecuencia con patrones especiales de sucesión
ecológica y vegetación clímax.
Clasificación
de ecosistemas
Los ecosistemas han adquirido, políticamente,
especial relevancia ya que en el Convenio sobre la Diversidad
Biológica («Convention on Biological
Diversity», CDB) —ratificado por más de 175
países en Río de Janeiro en junio de 1992. Se
establece «la protección de los ecosistemas, los
hábitats naturales y el mantenimiento de poblaciones
viables de especies en entornos naturales» como un
compromiso de los países ratificantes. Esto ha creado la
necesidad política de identificar espacialmente los
ecosistemas y de alguna manera distinguir entre ellos. El CDB
define un «ecosistema» como «un complejo
dinámico de comunidades vegetales, animales y de
microorganismos y su medio no viviente que interactúan
como una unidad funcional».
Con la necesidad de proteger los ecosistemas, surge la
necesidad política de describirlos e identificarlos de
manera eficiente. Esto podría lograrse de manera
más eficaz mediante un sistema de clasificación
fisonómico-ecológico, ya que los ecosistemas son
fácilmente reconocibles en el campo, así como en
imágenes de satélite. Sostuvieron que la estructura
y la estacionalidad de la vegetación asociada,
complementados con datos ecológicos (como la altitud, la
humedad y el drenaje) eran cada uno modificadores determinantes
que distinguían parcialmente diferentes tipos de especies.
Esto era cierto no sólo para las especies de plantas, sino
también para las especies de animales, hongos y bacterias.
El grado de distinción de ecosistemas está sujeto a
los modificadores fisionómicos que pueden ser
identificados en una imagen y/o en el campo. En caso necesario,
se pueden añadir los elementos específicos de la
fauna, como la concentración estacional de animales y la
distribución de los arrecifes de coral.
Algunos de los sistemas de
clasificación fisionómico-ecológicos
disponibles son los siguientes:
Clasificación
fisonómica-ecológica de formaciones vegetales
de la Tierra: un sistema basado en el trabajo de 1974 de
Mueller-Dombois y Heinz Ellenberg, y desarrollado por la
UNESCO. Describe la estructura de la vegetación y la
cubierta sobre y bajo el suelo tal como se observa en el
campo, descritas como formas de vida vegetal. Esta
clasificación es fundamentalmente un sistema de
clasificación de vegetación jerárquica,
una fisionomía de especies independientes que
también tiene en cuenta factores ecológicos
como el clima, la altitud, las influencias humanas tales como
el pastoreo, los regímenes hídricos, así
como estrategias de supervivencia tales como la
estacionalidad. El sistema se amplió con una
clasificación básica para las formaciones de
aguas abierta.Sistema de clasificación de la cubierta
terrestre («Land Cover Classification System»,
LCCS), desarrollado por la Organización para la
Agricultura y la Alimentación (FAO).
Estructura
Al sumar la estructura de un ecosistema se habla a veces
de la estructura abstracta en la que las partes son las distintas
clases de componentes, es decir, el biotopo y la biocenosis, y
los distintos tipos ecológicos de organismos (productores,
descomponedores, predadores, etc.). Pero los ecosistemas tienen
además una estructura física en la medida en que no
son nunca totalmente homogéneos, sino que presentan
partes, donde las condiciones son distintas y más o menos
uniformes, o gradientes en alguna dirección.
El ambiente ecológico aparece estructurado por
diferentes interfaces o límites más o menos
definidos, llamados ecotonos, y por gradientes direccionales,
llamados ecoclinas, de factores físicoquímicos del
medio. Un ejemplo es el gradiente de humedad, temperatura e
intensidad lumínica en el seno de un bosque, o el
gradiente en cuanto a luz, temperatura y concentraciones de gases
(por ejemplo O2) en un ecosistema léntico.
La estructura física del ecosistema
puede desarrollarse en la dirección vertical, en cuyo caso
se habla de estratificación, o en la
horizontal.
Estructura vertical. Un ejemplo claro e importante
es el de la estratificación lacustre, donde
distinguimos esencialmente epilimnion, mesolimnion (o
termoclina) e hipolimnion. El perfil del suelo, con su
subdivisión en horizontes, es otro ejemplo de
estratificación con una dimensión
ecológica. Las estructuras verticales más
complejas se dan en los ecosistemas forestales, donde
inicialmente distinguimos un estrato herbáceo, un
estrato arbustivo y un estrato arbóreo.Estructura horizontal. En algunos casos puede
reconocerse, además de la vertical o alternativamente
a ella, una estructura horizontal, a veces de carácter
periódico. En los ecosistemas ribereños, por
ejemplo, aparecen franjas paralelas al cauce fluvial,
dependientes sobre todo de la profundidad del nivel
freático. En ambientes periglaciales los
fenómenos periódicos relacionados con las
alternancias de temperatura y la helada/deshielo, producen
estructuras regulares en el sustrato que afectan
también a la biocenosis. Algunos ecosistemas
desarrollan estructuras horizontales en mosaico, como ocurre
en extensas zonas bajo climas tropicales de dos estaciones,
donde alternan la llanura herbosa y el bosque o el matorral
espinoso, formando un paisaje característico cuyas
formas más abiertas se llaman sabana
arbolada.
Ecosistema
acuático
Los ecosistemas acuáticos incluyen
las aguas de los océanos y las aguas continentales dulces
o saladas.
La oceanografía se ocupa del estudio de los
primeros y la limnología de los segundos. En este
último grupo no sólo se consideran los ecosistemas
de agua corriente (medios lóticos) y los de agua quieta
(medios lénticos), sino también los hábitats
acuosos de manantiales, huecos de árboles e incluso las
cavidades de plantas donde se acumula agua y los ambientes de
aguas subterráneas. Cada uno de estos cuerpos de agua
tiene estructuras y propiedades físicas particulares con
relación a la luz, la temperatura, las olas, las
corrientes y la composición química, así
como diferentes tipos de organizaciones ecológicas y de
distribución de los organismos.
Función y biodiversidad
Desde el punto de vista humano muchos ven a los
ecosistemas como unidades de producción similares a la que
producen bienes y servicios. Entre los bienes materiales
más comunes producidos por los ecosistemas están la
madera y el forraje para el ganado. La carne de los animales
silvestres puede ser muy provechosa bajo un sistema de manejo
bien controlado como ocurre en algunos lugares en África
del Sur y en Kenia. No se ha tenido tanto éxito en el
descubrimiento y la producción de sustancias
farmacéuticas a partir de organismos
silvestres.
Los servicios derivados de los ecosistemas
incluyen:
disfrute de la naturaleza: lo cual
proporciona fuentes de ingresos y de empleo en el sector
turístico, a menudo referido como
ecoturismo.Retención de agua: facilita una
mejor distribución la misma.Protección del suelo: un
laboratorio al aire libre para la investigación
científica, etc.
Un número mayor de especies o diversidad
biológica (biodiversidad) de un ecosistema le confiere
mayor capacidad de recuperación porque habiendo un mayor
número de especies éstas pueden absorber y reducir
los efectos de los cambios ambientales. Esto reduce el impacto
del cambio ambiental en la estructura total del ecosistema y
reduce las posibilidades de un cambio a un estado diferente. Esto
no es universal; no existe una relación comprobada entre
la diversidad de las especies y la capacidad de un ecosistema de
proveer bienes y servicios en forma sostenible. Las selvas
húmedas tropicales producen muy pocos bienes y servicios
directos y son sumamente vulnerables a los cambios. En cambio los
bosques templados se regeneran rápidamente y vuelven a su
anterior estado de desarrollo en el curso de una
generación humana, como se puede ver después de
incendios de bosques.Algunas
Dinámica de
ecosistemas
La introducción de nuevos elementos, ya sea
abióticos o bióticos, puede tener efectos
disruptivos. En algunos casos puede llevar al colapso y a la
muerte de muchas especies dentro del ecosistema.
Sin embargo en algunos casos los ecosistemas tienen la
capacidad de recuperarse. La diferencia entre un colapso y una
lenta recuperación depende de dos factores: la toxicidad
del elemento introducido y la capacidad de recuperación
del ecosistema original.
Los ecosistemas están gobernados principalmente
por eventos estocásticos (azar), las reacciones que estos
eventos ocasionan en los materiales inertes y las respuestas de
los organismos a las condiciones que los rodean. Así, un
ecosistema es el resultado de la suma de las respuestas
individuales de los organismos a estímulos recibidos de
los elementos en el ambiente. La presencia o ausencia de
poblaciones simplemente depende del éxito reproductivo y
de dispersión; los niveles de las poblaciones
fluctúan en respuesta a eventos estocásticos. Si el
número de especies de un ecosistema es más alto el
número de estímulos también es más
alto. Desde el principio de la vida los organismos han
sobrevivido continuos cambios por medio de selección
natural. Gracias a la selección natural las especies del
planeta se han ido adaptando continuamente a los cambios por
medio de variaciones en su composición biológica y
distribución.
Se puede demostrar matemáticamente que los
números mayores de diferentes factores interactivos
tienden a amortiguar las fluctuaciones en cada uno de los
factores individuales. Dada la gran diversidad de organismos en
la Tierra, la mayoría de los ecosistemas cambia muy
gradualmente y a medida que unas especies desaparecen van
surgiendo o entrando otras. Localmente las sub-poblaciones se
extinguen continuamente siendo reemplazada más tarde por
la dispersión de otras sub-poblaciones.
Si los ecosistemas están gobernados
principalmente por procesos estocásticos deben ser
más resistentes a los cambios bruscos que cada especie en
particular. En la ausencia de un equilibrio en la naturaleza, la
composición de especies de un ecosistema puede
experimentar modificaciones que dependen de la naturaleza del
cambio, pero es posible que el colapso ecológico total sea
infrecuente.
Conclusión
El problema ecológico y la crisis ambiental
surgen del hecho de que los seres humanos pueden intervenir
activamente el medio para satisfacer sus necesidades, y a
través de ello, están causando mucho daño al
medio y a todos los seres vivos que dependen de ese
medio.
La intervención de la humanidad sobre la
naturaleza se ha ampliado en la era moderna como consecuencia del
desarrollo científico y tecnológico. Algunas
personas han sometido a la naturaleza a una
sobreproducción, explotando recursos naturales renovables
y no renovables de manera incontrolada, poniendo, de este modo,
en peligro la vida sobre el planeta.
El aumento incesante de la población y la
revolución industrial crearon la necesidad de incrementar
la obtención de materiales que sirvieran como materia
prima para las fábricas. Por este motivo se produjo un
incremento en las actividades mineras. Al mismo tiempo, el
crecimiento de la población provocó un incremento
en la producción de alimentos, lo que dio origen al
desarrollo de actividades como la agricultura y la
ganadería, de no tomar medidas urgente estamos condenando
la vida en este planeta a una extinción sin
precedentes.
Autor:
Steven Vargas
República Bolivariana de
Venezuela
Ministerio del poder popular para la
Educación
Liceo Nocturno Sur-Oeste
Semestre: 9 y 10