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Mahoma, El Alabado



  1. Su
    nacimiento e infancia
  2. Apertura del pecho
  3. Encuentro con el monje
    Bahira
  4. Matrimonio con Jadiya
  5. Las
    primeras revelaciones
  6. Rechazo
  7. Isra y
    Miraj
  8. La
    Hégira
  9. La
    guerra
  10. El
    dominio de Mahoma se consolida
  11. Continúa la guerra
  12. La
    conquista de La Meca
  13. La
    vida familiar de Mahoma
  14. La
    muerte de Mahoma
  15. Descendientes de Mahoma
  16. Choque de culturas
  17. Veneración por Mahoma

El que fue jefe militar y civil, legislador, hombre
político y líder religioso en la ciudad de Medina
era en sus orígenes un joven pastor de ovejas, al igual
que lo fueron otros profetas como Moisés o David. En esa
etapa de su vida, ni él mismo imaginaba que más
adelante sería portavoz de la palabra divina para el
pueblo árabe. "El Enviado de Dios", como él mismo
se proclamó, el último de los mensajeros o profetas
cuya misión era la revelación del orden divino al
pueblo árabe y a toda la Tierra.

El Islam, doctrina y orden religioso fundado por
Mahoma, tiene su origen en las revelaciones divinas que a
lo largo de varios años recibió el profeta del
ángel Gabriel durante sus retiros espirituales en una
gruta del monte Hira. Este hombre providencial ganó hasta
el presente a millones de hombres para su doctrina y
realizó el milagro de reunir bajo la misma fe e
idéntica bandera a las dispersas e independientes tribus
de la península Arábiga.

Mahoma (La Meca, c. el 26 de abril de 570 –
Medina, 8 de junio de 632) fue el profeta

por ser el último de una larga cadena de
mensajeros, enviados por Dios para actualizar su mensaje, que
según el Islam, sería en esencia el mismo que
habrían transmitido sus predecesores, entre los que se
contarían Ibrahim (Abraham), Isa (Jesús) y Musa
(Moisés).

Su nacimiento e
infancia

Existen una serie de hechos extraordinarios que han rodeado la
concepción de Mahoma, el embarazo de su madre y su
nacimiento. La leyenda cuenta que nació circunciso y que
una luz iluminó el mundo en el momento de su
alumbramiento, mientras las estrellas errantes cambiaban su
curso. Algunos de estos hechos recuerdan en gran medida los
orígenes de Jesucristo.

Nació en Meca que se encuentra en la región de
Hiyaz en la actual Arabia Saudí. Fue hijo póstumo
de Abd Allah ibn Abd al-Muttalib, miembro del clan de los
hashimí. La costumbre de los más honorables de la
tribu de Quraysh era enviar a sus hijos con
niñeras beduinas con el propósito de que crecieran
libres y saludables en el desierto, para poder también
robustecerse y aprender de los beduinos, que eran reconocidos por
su honradez y la carencia de numerosos vicios, y Mahoma fue
confiado a Bani S"ad.

Apertura del
pecho

El primer milagro que se narra sobre Mahoma en la
compilación de los hadices es que el Arcángel
Gabriel descendió y abrió su pecho para sacar su
corazón. Extrajo un coágulo negro de éste y
dijo «Esta era la parte por donde Satán
podría seducirte». Después lo lavó con
agua Zam Zam en un recipiente de oro y devolvió el
corazón a su sitio. Los niños y compañeros
de juego con los que se encontraba corrieron hacia su nodriza y
dijeron: «Mahoma ha sido asesinado»; todos se
dirigieron a él y lo hallaron en buen estado, a
excepción del rostro pálido. Los musulmanes ven
este acontecimiento como una protección para que él
se apartara desde su infancia de la adoración de los
ídolos y probablemente la razón por la que fue
devuelto a su madre. Se quedó huérfano a temprana
edad y, debido a una costumbre árabe que dice que los
hijos menores no pueden recibir la herencia de sus progenitores,
no recibió ni la de su padre ni la de su madre. Se dice
que ella murió cuando él tenía seis
años, por lo que fue acogido y educado primero por su
abuelo Abd al-Muttalib y luego por su tío paterno Abu
Talib , un líder de la tribu Quraysh, la más
poderosa de La Meca, y padre de su primo y futuro califa
Ali.

Encuentro con el
monje Bahira

En aquella época La Meca era un centro comercial
próspero, principalmente porque existían varios
templos que contenían diferentes ídolos, lo cual
atraía a un gran número de peregrinos. Mercaderes
de diferentes tribus visitaban La Meca en la época del
peregrinaje, cuando las guerras tribales estaban prohibidas y
podían contar con un viaje seguro. En su adolescencia,
Mahoma acompañó a su tío por sus viajes a
Siria y otros lugares. Por tanto, pronto llegó a ser una
persona con amplia experiencia en las costumbres de otras
regiones. A los doce años se dirigió a Basora con
su tío Abu Tâlib y tuvieron un encuentro con un
monje llamado Bahira, algunos orientalistas dicen que esto
demuestra que Mahoma aprendió de él los libros
sagrados, pero los escolares musulmanes refutan esta
opinión alegando que no pudo haber aprendido en la hora de
la comida ese conocimiento y que además no se registra un
segundo encuentro con este monje, en los hadices se narra que
Bahira reconoció algunas señales de la
profecía de Mahoma y le advirtió a su tío
sobre llevarlo a Siria por temor de los judíos y
romanos.

Matrimonio con
Jadiya

Mahoma no tuvo un trabajo específico en su
juventud, pero se ha reportado que trabajó como pastor
para Bani Sad y en la Meca como asalariado.[6] A la edad de los
25 años Mahoma trabajó como mercader en la ruta
caravanera entre Damasco y La Meca a las órdenes de
Jadiya, hija de Juwaylid

, una rica
comerciante viuda, había impresionado a Jadiya y
ésta le propuso matrimonio en el año 595. Ibn Ishaq
presenta que la edad de Jadiya era 28 años, y Al Waqidi
presenta cuarenta. Algunos dicen que al engendrar Jadiya dos
varones y cuatro mujeres de Mahoma, hace que la opinión
más fuerte sea la de Ibn Ishaq, pues es sabido que la
mujer llega a la edad de la menopausia antes de los cincuenta
años. A pesar de que estas informaciones no están
establecidas en un hadiz sino que es algo que se hizo famoso
entre los historiadores. Jadiya tuvo seis hijos con Mahoma, dos
varones y cuatro mujeres. Todos nacieron antes de que Mahoma
recibiera la primera revelación. Sus hijos Al-Qasim y
Abdullah murieron en la infancia en La Meca. Sus cuatro hijas se
llamaban Zainab, Ruqayyah, Umm Kulzum y Fátima. Jadiya
sería posteriormente la primera persona en aceptar el
Islam después de la revelación.

Las primeras
revelaciones

Mahoma era de carácter reflexivo y rutinariamente
pasaba noches meditando en una cueva (Hira) cerca de La Meca. Los
musulmanes creen que en 610 a los cuarenta años de edad,
mientras meditaba, Mahoma tuvo una visión del ángel
Gabriel. Describió esta visita como un mandato para
memorizar y recitar los versos enviados por Dios. Durante su
vida, Mahoma confió la conservación de la palabra
de Dios , a la
retentiva de los memoriones, quienes la memorizaban
recitándola incansablemente que después de su
muerte serían recopilados por escrito en el Corán
debido a la primordial importancia de conservar el mensaje
original en toda su pureza, sin el menor cambio ni de fondo ni de
forma. Para ello emplearon materiales como las escápulas
de camello, sobre las que grababan los versículos del
Corán. El arcángel Gabriel le indicó que
había sido elegido como el último de los profetas y
como tal predicó la palabra de Dios sobre la base de un
estricto monoteísmo, prediciendo el Día del Juicio
Final.

De acuerdo con el Corán y las narraciones, Mahoma
era analfabeto (ummi), hecho que la tradición
musulmana considera una prueba que autentifica al Corán
, libro sagrado de los
musulmanes, como portador de la verdad revelada.

Esta visión perturbó a Mahoma, pero su
esposa Jadiya le aseguró que se trataba de una
visión real y se convirtió en su primera
discípula. Transformado en un rico y respetado mercader,
recibió la revelación del ángel Gabriel, que
le invitó a predicar una nueva religión.

Rechazo

A medida que los seguidores de Mahoma comenzaban a
aumentar en número, se convirtió en una amenaza
para los jefes de las tribus locales. La riqueza de estas tribus
se basaba en la Kaaba, el recinto sagrado de los ídolos de
los árabes y el punto principal religioso de La Meca. Si
rechazaban a dichos ídolos, tal como Mahoma predicaba, no
habría peregrinos hacia La Meca, ni comercio, ni riqueza.
El repudio al politeísmo que denunciaba Mahoma era
particularmente ofensivo a su propia tribu, la qurayshí,
por cuanto ellos eran los guardianes de la Kaaba. Es por esto que
Mahoma y sus seguidores se vieron perseguidos.

En el año 619 fallecieron Jadiya, la esposa de
Mahoma, y su tío Abu Talib. Este año se conoce como
el "año de la tristeza". El clan al que pertenecía
Mahoma lo repudió y sus seguidores sufrieron hambre y
persecución.

Isra y
Miraj

En 620, Mahoma hizo un viaje en una noche que es
conocido como Isra y Miraj. Isra es la palabra en
árabe que se refiere a un viaje milagroso desde La Meca a
Jerusalén, específicamente al lugar conocido como
Masjid al-Aqsa. Isra fue seguida por el Mi'ray,
su ascensión al cielo, donde recorrió los siete
cielos y se comunicó con profetas que le precedieron, como
Abraham, Moisés, Jesucristo.

La
Hégira

La vida de la pequeña comunidad musulmana en La
Meca no sólo era difícil, sino también
peligrosa. Las tradiciones árabes afirman que hubo varios
atentados contra la vida de Mahoma, quien finalmente
decidió trasladarse a Medina, un gran oasis
agrícola donde había seguidores suyos. Rompiendo
sus vínculos con las lealtades tribales y familiares,
Mahoma demostraba que estos vínculos eran insignificantes
comparados con su compromiso con el Islam, una idea
revolucionaria en la sociedad tribal de la Arabia. Esta
migración a Medina marca el principio del año en el
calendario islámico. El calendario islámico cuenta
las fechas a partir de la Hégira , razón por la cual las fechas musulmanas
llevan el prefijo AH (año de la Hégira).

Mahoma llegó a Medina como un mediador, invitado
a resolver querellas entre los bandos árabes de Aws y
Khazraj. Logró este fin absorbiendo a ambas facciones en
la comunidad musulmana y prohibiendo el derramamiento de sangre
entre los musulmanes. Sin embargo, Medina era también el
lugar donde vivían varias tribus judías. Mahoma
esperaba que estas tribus lo reconocieran como profeta, lo cual
no ocurrió. Algunos académicos afirman que Mahoma
abandonó la esperanza de ser reconocido como profeta por
los judíos, y que, por tanto, la alquibla, es decir, la
dirección en la que rezan los musulmanes, fue cambiada del
antiguo templo de Jerusalén a la Kaaba en La
Meca.

Mahoma emitió un documento que se conoce como
La Constitución de Medina (en 622-623), en la
cual se especifican los términos en que otras facciones,
particularmente los judíos, podían vivir dentro del
nuevo estado islámico. De acuerdo con este sistema, a los
judíos y cristianos les era permitido mantener su
religión mediante el pago de un tributo (no así a
los practicantes de religiones paganas). Este sistema
vendría a tipificar la relación entre los
musulmanes y los dhimmis, y esta tradición es la
razón de la relativa estabilidad que normalmente
existía en los califatos árabes.

La guerra

Las relaciones entre La Meca y Medina se deterioraron
rápidamente. Todas las propiedades de los musulmanes en La
Meca fueron confiscadas, mientras que en Medina Mahoma lograba
alianzas con las tribus vecinas.

Los seguidores de Mahoma comenzaron a asaltar las
caravanas que se dirigían a La Meca. En marzo de 624,
Mahoma condujo a trescientos guerreros en un asalto a una
caravana de mercaderes que se dirigía a La Meca. Los
integrantes de la caravana lograron rechazar el ataque y
posteriormente decidieron dirigir una represalia contra los
musulmanes, enviando un pequeño ejército a invadir
a Medina. El 15 de marzo de 624, en un lugar llamado Badr, ambos
bandos chocaron. Si bien los seguidores de Mahoma eran
numéricamente tres veces inferiores a sus enemigos
(trescientos contra mil), los musulmanes ganaron la batalla.
Éste fue el primero de una serie de logros militares por
parte de los musulmanes.

El dominio de Mahoma
se consolida

Para los musulmanes, la victoria de Badr resultaba una
ratificación divina de que Mahoma era un legítimo
profeta. Después de la victoria, y una vez que el clan
judío de Banu Qainuqa fue expulsado de Medina, los
ciudadanos de este lugar adoptaron todos la fe musulmana y Mahoma
se estableció como el regente de facto de la
ciudad.

Después de la muerte de su esposa, Mahoma
contrajo matrimonio con Aisha, la hija de su amigo Abu Bakr
(quien posteriormente se convertiría en el líder de
los musulmanes tras la muerte de Mahoma). En Medina
también se casó con Hafsah, hija de Umar (quien
luego sería el sucesor de Abu Bakr). Estos casamientos
sellarían las relaciones entre Mahoma y sus principales
seguidores.

La hija de Mahoma, Fátima, se casó con
Ali, primo de Mahoma. Otra hija, Ruqayyah , contrajo matrimonio
con Uzman pero ella falleció y después Uzman se
casó con su hermana Umm Kulzum . Estos hombres
surgirían en los años subsiguientes como los
sucesores de Mahoma (califas) y líderes
políticos de los musulmanes. Por tanto, los cuatro
primeros califas estaban vinculados a Mahoma por los diferentes
matrimonios. Los musulmanes consideran a estos califas como los
rashidún , que significa "guiados".

Paciente, tenaz, sensible y hábil, Mahoma
pregonó a las cuatros vientos con meritoria sinceridad que
su misión consistía en transmitir la doctrina que
Alá le había revelado, pero que no se podía
esperar de él que hiciese milagro.

Continúa la
guerra

En 625 un jefe de La Meca, Abu Sufyan, marchó
contra Medina con 3.000 hombres. En la batalla que se
libró el 23 de marzo, no salió victorioso ninguno
de los dos bandos. El ejército de La Meca afirmó
haber ganado la batalla, pero quedó muy diezmado como para
perseguir a los musulmanes de Medina y ocupar la
ciudad.

En abril de 627, Abu Sufyan emprendió otro ataque
contra Medina, pero Mahoma había cavado trincheras
alrededor de la ciudad y pudo defenderla exitosamente en lo que
se conoce como la Guerra de las Trincheras. Después de
esta batalla, los musulmanes, se vieron traicionados por la tribu
judía de Banu Qurayza o Banu Koreidha la cual se
había aliado con las tribus de la Meca en la batalla de
las trincheras, emprendieron guerra contra éstos,
derrotándolos. Los hombres de la tribu fueron decapitados
y las mujeres y niños fueron vendidos como esclavos. Tras
la victoria de la Guerra de las Trincheras, los musulmanes
expandieron su influencia a través de conversiones o
conquistas de varias ciudades y tribus.

La conquista de La
Meca

Antes de su muerte en 632, Mahoma había
consolidado su dominio sobre la península de Arabia. En el
año 628, la posición de Mahoma era lo
suficientemente fuerte para decidir su retorno a La Meca, esta
vez como un peregrino. En marzo de ese año, se
dirigió a La Meca seguido de 1.600 hombres. Después
de diversas negociaciones, se firmó un tratado en un
pueblo cercano a La Meca llamado al-Hudaybiyah. Si bien a Mahoma
no se le permitió ese año entrar en La Meca, las
hostilidades cesaron y a los musulmanes se les autorizó el
acceso a la ciudad en el año siguiente.

El Tratado duró solo dos años, ya que en
630 los regentes de La Meca rompieron dicho tratado. Como
consecuencia de esto, Mahoma marchó hacia La Meca con un
ejército de más de 10.000 hombres, la cual
conquistó sin que encontrara resistencia. Mahoma
declaró amnistía a los pobladores de la ciudad,
muchos de los cuales se convirtieron al Islam. Mahoma
destruyó los ídolos de la Kaaba y, por tanto, el
peregrinaje en adelante sería al lugar sagrado del Islam.
A pesar de Mahoma no estar presente en el asalto a la ciudad este
se apropió de la quinta parte del botín y
cobró un rescate 45 onzas de plata por cada
prisionero.

La capitulación de La Meca y la derrota de las
tribus enemigas Hunayn permitió a Mahoma tomar el control
de Arabia. Sin embargo, Mahoma no constituyó ningún
gobierno, sino que prefirió gobernar a través de
las relaciones personales y los tratados con diferentes
tribus.

La vida familiar de
Mahoma

Desde 595 hasta 619, Mahoma sólo tuvo una esposa,
Jadiya, una rica mujer de La Meca que contaba 40 años
cuando se casó. Después de su muerte contrajo
matrimonio con Sawdah, y al poco tiempo con Aisha, hija de Abu
Bakr —quien posteriormente sucedería a
Mahoma—. Según algunos hadices, Aisha tenía 6
años de edad cuando fue prometida al profeta, que
tenía 54, aunque el matrimonio se consumó cuando
ella tuvo 9. Hay, sin embargo, estudiosos musulmanes que creen
que dichos datos son erróneos y que Aisha era
considerablemente mayor.

Pese a estas reinterpretaciones modernas de los hadices
que adjudicarían a Aisha una edad más madura, una
gran mayoría de los fieles musulmanes siguen aceptando
actualmente las interpretaciones tradicionales, sin encontrar en
ellas indicio de un comportamiento inmoral de Mahoma. Esto
último ha sido utilizado por críticos del Islam,
como Ibn Warraq, para sostener que los matrimonios infantiles que
se siguen practicando en la actualidad en los países
islámicos encuentran un argumento favorable en este
posible precedente histórico.

Más tarde se casó con Hafsa, con Zaynab
(quien era mujer de su hijo adoptivo Zaid), Ramlah, hija de un
líder que combatió a Mahoma, y con Umm Salama,
viuda de un combatiente musulmán.

También se casó con una cristiana de
nombre Mariyah Al-Qibtía (Mariyah, la copta) tuvo
otro hijo con ella después de mudarse a Medina. Ese
séptimo y último hijo se llamaba Ibrahim. Al igual
que sus hermanos varones, Ibrahim falleció en su
niñez; se dice que murió a los 17 o 18 meses de
edad, y con una judía de nombre Safiah. Posteriormente
tuvo varias otras esposas, de número impreciso entre
éstas 9 reseñadas, que afirman casi todos los
expertos como seguras, y las más de 20 que algunos le
estiman. Algunas de estas mujeres eran esposas de seguidores de
Mahoma muertos en batalla, mientras que otras eran hijas de sus
aliados.

La muerte de
Mahoma

Después de una corta enfermedad, Mahoma
falleció el 8 de junio de 632 en la ciudad de Medina a la
edad de 63 años.

Abu Bakr, el padre de Aisha, la tercera mujer de Mahoma,
fue elegido por los líderes de la comunidad musulmana como
el sucesor de Mahoma, pues éste era el favorito de Mahoma.
Cualquiera que hayan sido los hechos, lo cierto es que Abu Bakr
se convirtió en el nuevo líder del Islam. La mayor
parte de su corto reinado la pasó combatiendo tribus
rebeldes en lo que se conoce como las Guerras Ridda.

A la fecha de la muerte de Mahoma, había
unificado toda la Península Arábiga y expandido la
religión islámica en esta región, así
como en parte de Siria y Palestina. Posteriormente los sucesores
de Mahoma extendieron el dominio del imperio árabe a
Palestina, Siria, Mesopotamia, Persia, Egipto, el Norte de
África y España.

Descendientes de
Mahoma

A Mahoma le sobrevivieron su hija Fátima y los hijos de
ésta. Los chiíes afirman que el esposo de
Fátima, Alí y sus descendientes, son los verdaderos
líderes del Islam. Los suníes no aceptan esta
afirmación, si bien respetan a los descendientes de
Mahoma.

Los descendientes de Mahoma son conocidos por diferentes
nombres, tales como sayyid y sharif. Muchos
líderes y nobles de los países musulmanes, actuales
y pasados, afirman ser descendientes de Mahoma con variables
grados de credibilidad, tales como la dinastía
fatimí del Norte de África, los edrisíes ,
la actual familia real de Marruecos y Jordania y los imanes
ismaelitas que usan el título de Agha Khan.

Bajo el gobierno de los califas sucesores de Mahoma, Abu
Bakr (632-634), Omar "Señor de los Creyentes" (634-644),
Otmán (644-656), Alí (primo y yerno de Mahoma
656-661) y la dinastía omeya(661-750), el pueblo
musulmán entrará como un torbellino en la historia,
conquistaría vertiginosamente la España visigoda y
llegará hasta Poitiers, creando un inmenso imperio desde
el Indo hasta el Atlántico.

Choque de
culturas

Antes de su muerte en 632, Mahoma había
establecido al Islam como una fuerza social, política y
religiosa y había unificado a la Arabia. Algunas
décadas después de su muerte, sus sucesores
conquistaron Persia, Egipto, Palestina, Siria, Armenia y gran
parte del norte de África, y cercaron dos veces
Constantinopla, aunque no pudieron hacerse con ella, lo que les
impidió avanzar hacia la Europa del Este.

Entre 711 y 716 comienza una presencia árabe de
casi ocho siglos en la Península Ibérica, y en 732,
cien años después de la muerte de Mahoma, el avance
árabe en la Europa Occidental es detenido a las puertas de
Francia en la batalla de Poitiers. La ulterior historia medieval
europea estará marcada por la enconada lucha entre dos
culturas y dos mundos situados a ambos lados del
Mediterráneo, pero será el Islam de al-Andalus el
brillante foco que dará lugar a una civilización
culta y refinada, que iluminará durante siglos con su
esplendor todo el Viejo Mundo.

Bajo los gaznavíes, el Islam se extendió
en el siglo X a los principales Estados hindúes al este
del río Indo, en lo que es actualmente el norte de la
India. La expansión del Islam continuó
pacíficamente por diversas regiones del África y
del sudeste de Asia. El Islam cuenta actualmente con más
de mil millones de seguidores, siendo la segunda mayor
religión del mundo, después del
cristianismo.

Veneración por
Mahoma

Los musulmanes profesan amor y veneración por
Mahoma:

  • Cuando se habla de Mahoma, siempre se precede con el
    título de Profeta y es seguido de la frase
    "bendígale Dios y le dé su paz"

  • Existe mucha música musulmana en alabanza a
    Mahoma, especialmente la música devota de los
    sufíes.

  • Algunos musulmanes celebran el nacimiento de Mahoma
    con grandes festividades. La mayoría sunní no
    lo hace, pues consideran que estas festividades son
    innovaciones modernas contrarias al espíritu del Islam
    y a la prescripción coránica.

  • Aparte de las historias canónicas del Hadiz,
    compilación de dichos sobre la vida de Mahoma y sus
    compañeros, escritas aproximadamente un siglo tras su
    muerte, existen innumerables relatos acerca de su nacimiento
    y vida. En español se encuentra traducida la obra
    "Muhammad" escrita por Martin Lings.

 

 

Autor:

Jorge Alberto Vilches Sánchez

 

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