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Pobreza y educacion: como terminar con una, como fortalecer la otra (página 2)




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Hasta ahora Colombia se encuentra en el grupo de
países encaminados a lograr un alto nivel de desarrollo
humano, sin embargo hay muestras de que no se está
avanzado lo suficiente en algunos aspectos, entre ellos lo
social. Es ahí precisamente donde está la base para
conseguir altos niveles de calidad de vida para la
población nacional. La agenda del desarrollo para el nuevo
siglo debe tener como punto central el combate de la pobreza, la
generación de oportunidades y el logro de un reparto
más equitativo de los medios de producción y el
ingreso. Los organismos internacionales enfocan sus nuevos
programas en esta dirección, y en ese sentido debe avanzar
la política nacional de Colombia y su política
económica. El nuevo Gobierno ha mostrado un interés
especial en hacer frente a este reto, de ahí la relevancia
de que todos los colombianos conozcan de esta materia, sus
perspectivas y proyecciones, más aun cuando, según
algunos estudios realizados en el país, para muchos
colombianos, dentro y fuera del país, la pobreza es un mal
"menor", incluso para algunos, un mal necesario y conveniente,
ignorando las consecuencias sociales, económicas,
políticas y psicológicas de la pobreza.

El país no puede seguir mirando con indiferencia
este problema. De acuerdo con la Misión para el Empalme de
las Series de Empleo, Pobreza y Desigualdad, Mesep, que
convocaron el Dane y Planeación Nacional para actualizar
las cifras de pobreza y desigualdad en Colombia, en el
país más del 45% de la personas vive en condiciones
de pobreza y el 17% vive en la calle. Entre los países de
América Latina, Uruguay es el que menor proporción
de pobres registra. A nivel internacional Níger es el
país con mayor proporción de pobres del mundo
según el nuevo índice (92,7%), seguido de
Etiopía (90%), Mali (87,1%) y la República
Centroafricana (86,4%).

No obstante Colombia tiene posibilidades de mejorar su
posición, la tecnología y el conocimiento bien
encaminado ofrecen grandes oportunidades para un país con
sus características, lo necesario es abrir el mercado y
eliminar tantas barreras gubernamentales para que existan
más proveedores de servicios en general, (aunque ante la
situación fiscal que está viviendo actualmente el
país, resulta difícil destinar mayor
inversión a este sector), mejorar su infraestructura en
materia de telecomunicaciones, (enrutadores y puertos de acceso).
Si bien es cierto que el ICE proporciona una red amplia de fibra
óptica a lo largo del territorio nacional, aún
carece de ciertos dispositivos adicionales para ser
suficientemente competitivo en esta área; incrementar el
contenido local de Internet: el uso de Internet como herramienta
en la actividad diaria del colombiano es aún muy reducida
(sobre todo a nivel rural), si se toma en cuenta que muchas veces
es empleada para comunicarse entre amigos o familiares (correo
electrónico), y en un menor grado para el comercio
electrónico (negocios a consumidores y/o entre empresas),
tareas escolares o trabajos en casa.

Lo que parece estar asociado a la falta de proveedores
de contenido de Internet en Colombia (PCIs), aunque
son los países avanzados los que lideran este campo y la
mayor cantidad de información se encuentra en
Inglés, es la ausencia de ciertas políticas que
pudieran motivar a la sociedad a mantener un mejor dominio del
idioma inglés (situación en la que Colombia
está todavía muy rezagada), así como la
participación de autoridades e instituciones
públicas y privadas para poner en Internet contenido en
español e ingles de verdadero valor para los colombianos.
El problema de la pobreza para América Latina y en
particular para Colombia ha tomado dimensiones que sobrepasan la
tenue mirada de ver este flagelo como un simple problema de
ingreso, de exclusión o de falta de bienes materiales;
estas aproximaciones aún no han tocado la medula de tan
grave conflicto, es así como instituciones, Ong´s,
fundaciones, organismos internacionales, nacionales y del
gobierno mismo como también de particulares dolientes de
este problema han asumido el flagelo de la pobreza y la miseria
desde un ámbito meramente asistencialista y franciscano.
Atender la pobreza hoy no es simplemente un acto de
corazón bondadoso e inclusive no es un acto ético y
de equidad… es más que eso; si un gobierno no le da
un punto básico e ineludible dentro de sus
políticas y programas a atender prioritariamente este
problema, ese gobierno puede carecer de legitimidad, ya que puede
amenazar la estabilidad social, económica y
política del país. Resolver el problema de la
pobreza es pues una prioridad y por lo tanto no debe ser
únicamente una preocupación del estado sino de
todos y todas e inclusive las universidades están
obligadas de alguna manera a jugar un papel protagónico en
la búsqueda de soluciones.

Antes de entrar a plantear "EL COMO" enfrentar
este dilema, analicemos primero algunas cifras y datos que hacen
referencia al problema en cuestión, algunas cifras
estadísticas muestran el cruel panorama que vive hoy
Colombia. La CEPAL en su último informe arroja crudas
cifras que no mienten, la magnitud de la pobreza e indigencia
entre niños y adolescentes colombianos es del 45% (pobres)
y 17% (indigentes). Si sumamos, tenemos un resultado
escalofriante, el 62% de los pequeños Colombianos no
tienen acceso a ninguna esperanza de vida plena y se debaten
entre la desnutrición, la insalubridad y la
ignorancia.

Comparar números es un ejercicio más
aterrador. La CEPAL indica que Uruguay, por ejemplo, tiene el 10%
de pobres y el 2% de indigentes entre niños y
adolescentes; o Costa Rica, un 18% y un 5%, respectivamente.
Así los niños de Colombia tienen un horizonte sin
futuro, si las cosas siguen como hasta ahora. Recordemos la vieja
pero sabia frase "los niños de hoy son los dirigentes del
mañana"; es decir, ¿qué mañana le
espera a esta Colombia?. Y más si tenemos en cuenta que
Colombia no es un país que base su economía en la
adquisición de conocimientos y/o la búsqueda de
meritos profesionales. Por el contrario, tiene más logros
profesionales y económicos el amigo del político
que aquel que se quema los ojos estudiando.

El pasado 21 de febrero 2011, en el periódico New
Herald de Miami, publica una nota informativa de la
Agencia AP. El despacho informa que "Colombia tiene el
índice más alto de desempleo de América
Latina, un mercado laboral regido por la informalidad y sin
perspectivas de creación de trabajo formal para millones
de desocupados". Y la cosa no queda allí, el 32% de los
asalariados no tiene contrato de trabajo ni acceso al sistema de
seguridad social, sin pensión ni vacaciones de
ningún tipo o sea que, subsisten bajo la modalidad de
"contrato", que viene siendo no mas que trabajos temporales de
prestación de servicios sin ningún tipo de
garantías o prestaciones, y que lo único que las
empresas públicas o privadas hacen es cambiar de empleados
cada 6 u 8 meses cuando el contrato se termina.

Y de los que aparecen en las cifras con algún
ingreso, es decir la fuerza laboral, el 48% son vendedores
callejeros o son personas que ejecutan trabajos ocasionales
frente a un 46% en el resto de América Latina. Mientras el
país no acepte y solucione los altos y costosos niveles de
desempleo que vive diariamente la sociedad colombiana; mientras
el gobierno no mire hacia el futuro basado en el conocimiento y
el merito de su gente en vez de que sea el amiguismo, el
padrinazgo político y las preferencias gubernamentales las
que finalmente decidan por el país, los niveles de
pobreza, desigualdad e insostenibilidad no van a mejorar
mayormente. El Secretario de la CEPAL , Dr. José Antonio
Ocampo, al divulgar el informe manifestó que
"ningún otro país en el hemisferio alcanza las
tasas de desocupación que se presentan en Colombia".
Ocampo sentenció: "el caso colombiano es
dramático".

Y el DANE todavía se emociona al gritar que la
tasa de desempleo para noviembre 2011 fue del 9%, sabiendo que
aquella persona que queda desempleada entra a formar parte de la
economía informal, sin perspectivas, sin
sostenibilidad…sin futuro. En realidad, teniendo en cuenta
lo antes dicho y lo que viene, el desempleo formal actual es
cerca del 15%. Analizando, las cifras del indicador de
concentración del ingreso Gini para Colombia se observa,
que para la segunda mitad de la década de los años
noventa el coeficiente Gini (el Coeficiente de Gini es una
medida estadística de la desigualdad que varía
entre 0 y 1. Muestra mayor desigualdad mientras se aproxima
más a 1 y corresponde a 0 en el caso hipotético
inverso, de una distribución totalmente equitativa); para
Colombia en el 2010 oscilaba entre 0.51 y 0.55, según las
diversas estimaciones.

Para el año 2000 según cálculos del
Dane el coeficiente de desigualdad Gini fue de 0.56. De esta
manera, se confirmo Colombia como uno de los países con
mayores problemas de desigualdad en la distribución del
ingreso en América Latina. Y aunque su situación no
parece tan crítica como en el Brasil, en nuestra
nación el 10% de hogares más ricos percibe ingresos
30 veces superiores al 10% de hogares más pobres, una
tendencia muy cercana a la de Venezuela (30.5 veces) y poco menos
satisfactoria que la de México (24.5 veces) y la del
Perú (18 veces). Estos crecientes niveles de desigualdad
son la causa fundamental del aumento de los niveles de pobreza
durante los últimos cinco años. En 1992 el 10%
más rico de los hogares percibía 33% del ingreso
total, cinco años más tarde concentraba el 58% del
ingreso total. Como consecuencia entre 1996 y 1999 aumento de
53.8% al 60.1% el número de hogares que se encontraban por
debajo de la línea de pobreza. El panorama no es nada
halagüeño por el contrario es un cuadro crudo y cruel
del escenario real que viven más del 60% de compatriotas.
Aun la situación es más compleja cuando el
número de personas por debajo de la línea de
indigencia superaban los 9.654.722 de personas para el año
2000 y ahora para el 2011 es de 7.500.000 (el 31% del 60% de
personas pobres). Estas formas abismales de concentración
de la riqueza y de los ingresos constituyen el principal
obstáculo para una mayor expansión de la
producción, la integración social, el crecimiento
sustentable de la economía y la democracia.

De acuerdo con los datos proporcionados por el Dane y
publicados el 22 de este mes de octubre 2011, la población
colombiana dentro de los niveles de la pobreza ascendió al
66,3 por ciento. Estos indicadores de pobreza se presentan
más preocupantes si se tiene en cuenta que se han
acelerado en estos últimos 6 años con
relación a la medición anterior. En 1980
registró 50%, en 1997 el 55% con un crecimiento
económico medio anual del 0,6%. Entre 1997 y 2003 el
crecimiento anual medio ha sido del 3,2 por ciento (cinco veces
mayor). Como quiera que se vea de todo lo que he leído y
escuchado sobre el tema no hay nada encaminado a identificar las
causas de semejante problema para poder diseñar las
estrategias que conduzcan a su solución. Sin embargo, sea
cual sea la estrategia a seguir, ella debe incluir una
reducción drástica en los niveles de
corrupción por parte de la clase dirigente, al igual que
una supresión del amiguismo político y de las
llamadas palancas y favoritismos comerciales para dar paso al
aumento de los meritos profesionales y la aplicación del
conocimiento adquirido sistemáticamente a través de
los años de experiencia. Un estudio reciente mostro que el
77% de los colombianos dudan de la ética de las empresas
públicas y privadas a las que considera focos de
corrupción. Como simple comentario, en Uruguay la
proporción es del 50%.

El problema comenzó hace más de cinco
décadas cuando, ilusionados con la
industrialización que suponía la sustitución
de importaciones, marginaron a la agricultura y comenzó el
éxodo hacia las ciudades para formar los cordones de
miseria que vergonzosamente se ven hoy en día. El
desempleo crece constantemente porque la competitividad, cada vez
más exigente, conduce al sector industrial a producir
más con menos recursos, entre ellos los recursos humanos
(mano de obra), y los países obligados a ser cada vez
menos ineficientes han tenido que ir reduciendo su tamaño
y por lo tanto su oferta laboral. Es indispensable, para la
consecuente y paulatina solución del problema, aunque no
la única, volver los ojos a la agricultura, pero no a la
agricultura de pérdidas que se está practicando
actualmente en nuestros campos arrojando
bajísimos niveles de productividad como se observa en los
datos estadísticos que, a manera de ejemplo y como parte
del estudio, incluyo a continuación:

Maíz: Colombia produce 1.8 toneladas por
hectárea promedio nacional (150.000 h. tecnificadas con
rendimientos de 3.7 t/h y 430.000 h. en cultivo tradicional con
1.6 t/h.

Chile produce 9.4 t/h.

Papa: El rendimiento es de 16.7 t/h mientras que
Argentina produce 27 y Estados Unidos 40 t/h.

Plátano: Con un rendimiento medio de 7.7 t/h
Colombia debe competir con vecinos que obtienen entre 10 y 17
t/h.

Tomate: La productividad colombiana es de 10.7 t/h,
comparada con las 59.4 t/h de Chile o las 79 t/h de
Canadá.

Realmente preocupante. Paradójica y tristemente
estos rendimientos tan bajos se producen precisamente en el medio
más privilegiado del mundo para hacer la agricultura
más eficiente, ya que Colombia cuenta con la mejor y
más variada gama de climas y suelos; la mejor calidad y
mayor cantidad de luz solar, abundantes fuentes de abastecimiento
de agua y un recurso humano extraordinariamente talentoso al que
sólo le falta capacitación orientada a la
productividad y la competitividad. Realmente se puede ver que los
planes del gobierno para impulsar y apoyar el campo (agro ingreso
seguro) y sus objetivos de desarrollo han sido una total
decepción y no han surtido el objetivo deseado, por el
contrario se ha convertido en foco de corrupción. El
desarrollo económico y social de los municipios de
Colombia depende, en gran medida, de que se opte por una
agricultura eficiente y rentable basada en gran medida en el
conocimiento. La percepción de que la agricultura produce
solamente pérdidas es un falso paradigma derivado de que
aún se practica agricultura sin conocimiento, con
técnicas obsoletas e ineficientes que se han convertido en
hábitos generalizados.

Así podemos entender muy bien porque
todavía proliferan hasta un 38% el cultivo de
productos ilícitos como la marihuana, la
cocaína y la heroína. Es increíble ver que
se invierte más conocimiento y tecnología al
cultivo de ilícitos que en el cultivo de nuestro alimento.
Alvin Toffler en "El Cambio del Poder" pronosticó hace 15
años que "la agricultura con conocimiento podría
ser la punta de lanza del desarrollo
económico".

La agricultura con conocimiento permite obtener cosechas
abundantes en menor superficie y a menor costo, protegiendo el
ecosistema y beneficiando la economía, no sólo de
los agricultores, sino que en una reacción en cadena
dinamiza la economía municipal, departamental y nacional.
Solamente fortaleciendo la productividad agrícola y
agroindustrial, se podrá elevar el nivel de vida, mejorar
la balanza comercial, incrementar el producto interno bruto,
incrementar las exportaciones (y ahora mas con el TLC con Estados
Unidos aprobado) reducir el cultivo de ilícitos como
única alternativa rentable, estimular el crédito y
la inversión, además de solucionar los problemas de
desempleo, inflación, impacto ambiental y seguridad
alimentaria.

A continuación expondré los
comentarios de una colombiana, Carla, víctima de esta
situación: "Antes medianamente mis tres hijos y yo
teníamos para comer, pero la pobreza aumentó, los
cultivos ya no dan nada, no hay trabajo y apenas tengo para un
poquito de sopa al día. No soy estrato dos, estoy rayando
en la miseria; mis hijos no asisten a la escuela porque no tengo
dinero para enviarlos. Vivimos de la gente que nos socorre con su
"caridad". Y sus vecinos no pasan por mejores momentos. "La
pobreza ronda por acá con toda tranquilidad. Muchos han
salido de la zona a buscar buena fortuna en las ciudades, pero
las cosas por allá tampoco están mejor y se dedican
al rebusque en barrios de casas de lata y techos de
plástico y cartón", anota Carla. Ella hace parte de
casi la mitad de colombianos (45%) que viven en la extrema
pobreza, según cifras del Gobierno. Sin embargo, algunos
sectores aseguran que la situación es más
crítica y los extremadamente pobres en el país
estarían superando fácilmente el 60% con
inclusión de los indigentes. Según esta
última estadística, cerca de 20,5 millones de
colombianos son pobres y 7,9 millones, indigentes. Según
las estadísticas hasta junio de 2006, la pobreza y la
indigencia eran de 40.1% y 12% respectivamente.En Colombia se ha
considerado que un hogar está en condición de
pobreza cuando, estando conformado por cuatro personas, tiene
ingresos inferiores a un millón cien mil pesos mensuales.
En cuanto a la indigencia (pobreza extrema), se hace referencia a
los hogares que no tienen ingresos fijos y suficientes para
comprar una canasta básica de alimentos, que en el
país se estima que cuesta 450 mil pesos al mes para cuatro
integrantes. Para el PNUD, las metas del Gobierno, frente al
tema, que eran de reducir las cifras de pobreza hasta el 28% en
2015, no será posible cumplirlas.Básicamente
será muy difícil que se cumpla con la
situación de pobreza e indigencia actual.

Es necesario redoblar esfuerzos para
mejorar los actuales indicadores", dijo igualmente el coordinador
del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD),
César Caballero. Según el PNUD, 48 de cada 100
colombianos seguirán siendo pobres en el año 2011,
mientras que la meta en 2015 es que sólo sean 28 de cada
100 habitantes. El problema es que este informe y cifras se
obtuvieron antes de la crisis económica mundial. Si el
desempleo sigue en aumento al igual que la informalidad, es
probable que la situación sea aún peor, dijo
Caballero.

Teniendo en cuenta los recursos asignados
en los planes de desarrollo, los departamentos con mejores
perspectivas al año 2011 son Santander, Cesar,
Cundinamarca, Boyacá, Antioquia. La Asociación
Nacional de Instituciones Financieras, Anif, tampoco cree que la
meta se cumplirá en 4 años, incluso asegura que
para esa fecha los pobres en el país serán el 50
por ciento. " La meta de 28 por ciento para el 2015 luce casi
inalcanzable, pues implicaría una reducción de
cerca de 22 puntos porcentuales en tan sólo cinco
años (2010-2015). Para lograrlo recomiendo lo dicho
anteriormente, reducción significativa de la
corrupción, además de enderezar las
políticas públicas en lo referente a una
reducción de los parafiscales y replantear los programas
asistencialistas del Gobierno Nacional.

Ahora…¿Es…cierto?Para muchos
estudiosos del tema, es una paradoja que en los dos años
anteriores se reflejara un crecimiento de la pobreza, cuando
precisamente el Gobierno anunció crecimientos
particularmente altos de la economía. Comparada con 2005,
la pobreza bajó 4,3 puntos en el 2010, mientras que la
pobreza extrema o indigencia aumentó 2,1 puntos, lo cual
no deja de llamar la atención porque el crecimiento
promedio de la economía en esos tres años fue de 5,
y 6 por ciento, con un pico excepcional de 7,5 por ciento en
2007. En ese trienio (2007, 08, 09), la reducción de la
pobreza y el incremento simultáneo de la indigencia es un
resultado extraño, inesperado, pues estamos hablando del
periodo en que la economía creció más en la
historia reciente, aun a pesar de la crisis mundial y no obstate
vimos un aumento de la pobreza extrema; un suceso
paradójico, como diría Alejandro Gaviria, de la
Universidad de los Andes.

Para el representante de la Cepal en Colombia, Juan
Carlos Ramírez, "los aumentos en los precios de los
alimentos empobrecieron más a algunas familias y personas
y esto los mandaron a la indigencia. Para el ex ministro Juan
Camilo Restrepo, las cifras explican que 46 de cada 100
colombianos siguen viviendo en la pobreza; "pero que si nos
fijamos en los colombianos que viven en el campo el cuadro es
aún más inquietante: 65 de cada 100 colombianos que
habitan las zonas rurales viven en lo que se conoce como
parámetros de pobreza; esto, cuando los pobres que viven
en las ciudades son 40 de cada cien. O sea, la brecha de pobreza
entre lo urbano y lo rural sigue ampliándose.

El estudio muestra que si bien ha habido alguna
mejoría entre los indicadores de pobreza y de indigencia
que prevalecían en 2005 y los que aparecen en 2010, no es
menos cierto que la situación es muy preocupante.
Así hayan mejorado algunas décimas. El país
desaprovechó tristemente los años de vacas gordas
(2002-2007), que fueron años de alto crecimiento
económico, los anos de las pirámides, anos de
abundante inversión nacional y extranjera, de comercio
internacional robusto y de altos precios en los productos
básicos, para haber construido una sociedad más
justa, más igualitaria y más equitativa con el
desarrollo económico, anotó Restrepo.

Agregó que desafortunadamente el crecimiento
económico sólo se vio reflejado en los sectores
más favorecidos y ricos de la población sin
manifestarse en los sectores marginados, pobres y más
necesitados. Iván González, director del Centro de
Investigaciones para el Desarrollo (CID), de la Universidad
Nacional dice que, la distribución de los ingresos sigue
siendo desigual y "la política económica no ha
hecho nada para reducir la concentración de la riqueza
entre las familias más favorecidas". Lo grave es que con
la crisis económica/financiera mundial, la
desaceleración de la economía que trae consigo el
incremento de la desocupación y el deterioro de la calidad
del trabajo, incidió y continua haciéndolo
negativamente en el comportamiento de la pobreza y de la pobreza
extrema, y reforzando la concentración del ingreso en
aquellas pocas familias más favorecidas, a no ser que la
política social sea capaz de contrarrestar esos dos
lastres de la economía en la sociedad colombiana. No
obstante en los últimos seis años, tanto la pobreza
como la indigencia en Colombia presentaron una significativa
reducción. Mientras en el 2002, de cada 100 hogares 54
estaban en condición de pobreza, en 2010, son 42 hogares
por cada 100. Esto quiere decir que al menos para noviembre 2011
solo siete y medio millones de colombianos viven en la indigencia
y cerca de otros 20 millones son pobres.

La razón por la cual las cifras de pobreza e
indigencia presentan algún tipo de mejoría
en el país obedece a que durante cuatro años
el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) fue de un
promedio del 5 por ciento, lo que incidió en la mejora de
las condiciones de vida de la gente, la pobreza extrema y la
indigencia de la población. Pese a la reducción de
la pobreza, la curva de descenso de la indigencia no ha sido
sostenida. La reducción más drástica en
pobreza extrema e indigencia se dio entre 2002 y 2005 (fue esta
de 16 hogares de cada 100). Sin embargo, después de ese
año, se incrementó de nuevo hasta el 2008 (18
hogares de cada 100). Esteban Piedrahita, Director de
Planeación Nacional, atribuyó también la
reducción de las cifras al programa Familias en
Acción, el cual atiende a las personas más pobres
del país, y a la reducción reciente de los precios
de los alimentos.El índice de pobreza del país en
2010 fue de 40,2 por ciento con una nueva metodología,
informó Hernando José Gómez, director del
Departamento Nacional de Planeación (DNP). En el marco del
seminario internacional para la Reducción de la pobreza y
promoción de la equidad y la movilidad social en Colombia,
que se realizó en el Centro de Convenciones Compensar,
explicó que el dato inicial para el índice de
pobreza monetario o por ingresos para 2009 era de 45,5 por ciento
y el dato para 2010 es 40,2%, según Hernando José
Gómez, director del Departamento Nacional de
Planeación DNP). Como vemos, podemos apreciar una ligera
mejoría, pero no lo suficiente. Esta cifra se sacó
con la nueva metodología que se implementó en el
Gobierno del presidente Santos. "Esto se logró con
una misión que viene trabajando desde hace dos años
y ese esfuerzo nos permitió actualizar la
metodología y ponerla en la frontera de lo que se mide en
el mundo", agregó el funcionario. "Como meta del Plan
Nacional de Desarrollo nos hemos propuesto para estos 4
años reducir al menos 8 puntos el índice de pobreza
monetario. En vez de estar en 40 por ciento podamos estar en 32
por ciento, que nos colocaría en un nivel similar al que
tiene Panamá", dijo Gómez."Estamos
empeñados en atacar todos los eslabones de esa cadena",
dijo el presidente de la República Juan Manuel Santos,
sobre la pobreza durante el evento que se realizo a finales del
2010. El mandatario dijo que la lucha contra la pobreza es la
prioridad del Gobierno y el pilar más importante del Plan
Nacional de Desarrollo 2010-2014…"Prosperidad…para
todos". Así mismo, dijo que esta acción está
acompañada de otras políticas sociales, como por
ejemplo en materia de educación. Sobre este particular
hablaremos en la segunda parte de nuestro estudio. El programa de
las Naciones Unidas para el desarrollo presentó un estudio
en el que alerta que el país no alcanzara para el
año 2015, las metas propuestas en torno al mejoramiento de
los índices de pobreza, la indigencia, la tasa de
analfabetismo para personas entre 15 y 25 años, la
cobertura en educación media y preescolar, la cobertura de
educación y salubridad en el porcentaje de mujeres en
embarazo, cobertura de saneamiento básico, y cobertura de
acueducto urbano. Según César Caballero,
coordinador del programa de objetivos del milenio, del PNUD, el
país debe reforzar el trabajo en estos ocho puntos en los
que no se nota un avance que muestre que se puede llegar para el
2015 a unos índices favorables para Colombia. "El gobierno
nacional debe asumir esto como un indicador más para poder
hacer correctivos. El balance es que hay que fortalecer algunos
puntos estratégicos, como en los temas de género
(hombre, mujer) y el alcantarillado rural",
aclaró.

La investigación hecha por el Programa de
Naciones Unidas dice también que entre los departamentos
que sí se han incluido en los planes de Desarrollo son:
Cundinamarca, Boyacá, Antioquia, Santander. Y lo que
aún les falta incluir en esos procesos figuran el Choco,
Guainía y Valle del Cauca. César Caballero
puntualizó que la idea es alertar a los gobernadores,
alcaldes y demás dirigentes políticos para que
incluyan y fortalezcan algunos programas sociales para que se
alcancen las metas relacionadas con la pobreza y la
marginación social propuestos como meta del milenio para
el año 2015.

Finalizando el siglo XX, se asiste a un
nuevo estadio de desarrollo del capitalismo en su fase
imperialista, considerada como una transformación del
Capitalismo Monopolista de Estado, caracterizada por un nivel
superior de la internacionalización del capital, que no se
limita sólo a la producción, sino que abarca al
comercio, las comunicaciones, el transporte, la Cultura, las
finanzas, los servicios, lo social, lo político e
ideológico. A este proceso actual, se le nombra
globalización, que no es más que
una etapa superior de la internacionalización de las
relaciones de producción capitalistas, donde se pone de
manifiesto una fuerte interconexión e interdependencia
entre las economías nacionales del Sistema
Económico Capitalista Mundial. Un proceso de
internacionalización que brota de las propias leyes y
contradicciones del modo de producción capitalista y en
particular de su acumulación, por lo que es un proceso
objetivo e inevitable. Colombia debe entrar con pie firme en este
nuevo estadio de desarrollo económico mostrando y
exaltando todas sus fortalezas (económicas y humanas, que
no son pocas) si quiere no solo cumplir con las propuestas del
milenio sino igualmente llevar al país y su gente a un
nivel superior de estabilidad y de proyección de
vida.Ahora bien, esta llamada globalización, se ha visto
acelerada por diversos factores:El desarrollo de una
Revolución Científico Técnica. El
crecimiento de la exportación del capital. El crecimiento
del comercio internacional. El incremento de la actividad del
capital financiero.

Además ha tenido en las
políticas económicas neoliberales, una fuerte
palanca para su paulatina pero eficaz y rápida
expansión a todo el mundo. Producto a una vertiginosa y
novedosa Revolución Científico Técnica, han
surgido nuevas producciones cognoscitivas: como la
microelectrónica, la nuclear, la biotecnología, la
microbiología, los nuevos materiales, los servicios han
alcanzado un gran desarrollo. Estas últimas asimilan la
mayor cantidad de capital en forma directa y que son monopolio de
las siete potencias capitalistas, agrupadas en los tres centros
mundiales de fuerzas: EE.UU, JAPON Y LA UNION EUROPEA.

Es característico para este estadio un cambio de
ritmo de crecimiento de la actividad económica, ya no es
la producción de bienes materiales, sino la de los
servicios la que lleva el peso fundamental en el producto Interno
Bruto (PIB) de los diferentes países; para los
países capitalistas desarrollados, representa las ¾
partes y para los países subdesarrollados la ½ del
PIB. Es decir, que los servicios, constituye uno de los sectores
más privilegiados para las inversiones extranjeras
directas, mientras que la producción de mercancías
destinadas a satisfacer tanto las necesidades personales como
productivas y sociales han tendido a disminuir relativamente.
Cabe significar, que las inversiones extranjeras directas,
además de constituir un nuevo capital, vienen
acompañadas de un nuevo mercado, de experiencia gerencial
y novedosas tecnologías, elementos ambos tan necesarios
para el crecimiento de la economía de cualquier
país en los momentos actuales. Hoy, la presencia del
capital extranjero se ha convertido en algo imprescindible para
el desarrollo de la producción de mercancías, su
comercialización y transportación, para las
comunicaciones y en particular para la estabilidad financiera del
país, sin embargo, de forma contradictoria, el capital que
más abunda en la Economía mundial actualmente, es
el capital ficticio, que no proporciona al país ninguna de
las ventajas antes mencionadas ya que estas ventajas corresponden
al capital directo. Al analizar la economía debemos de
revisar la dimensión que trasciende las fronteras de un
país, es decir, la que aborda los problemas
económicos con fines internacionales. La importancia que
tienen las relaciones internacionales en el campo comercial,
político o cultural ha alcanzado, a nivel mundial, un
profundo significado, a tal grado que no se puede hablar tan
sólo de intercambio de bienes sino de programas de
integración. La economía internacional plantea el
estudio de los problemas que conllevan las transacciones
económicas internacionales, por ende cuando hablamos de
economía internacional hablamos de vincularla con los
factores del comercio internacional.

Comercio internacional es el intercambio de bienes
económicos que se efectúa entre los habitantes de
dos o más naciones, de tal manera, que se dé origen
a salidas de mercancía de un país (exportaciones) y
entradas de mercancías (importaciones) procedentes de
otros países. Los datos demuestran que existe una
relación estadística indudable entre un comercio
más libre y el crecimiento económico. La
teoría económica señala convincentes razones
para esa relación. Todos los países, incluidos los
más pobres, tienen activos -humanos, industriales,
naturales y financieros- que pueden emplear para producir bienes
y servicios para sus mercados internos o para competir en el
exterior. La economía nos enseña que podemos
beneficiarnos cuando esas mercancías y servicios se
comercializan. Dicho proceso implementa el principio de la
"ventaja comparativa" que no significa más que los
países prosperan, en primer lugar, aprovechando sus
activos para concentrarse en lo que pueden producir mejor, y
después intercambiando estos productos por los productos
que otros países producen mejor, o sea, convirtiendo la
ventaja comparativa en competitividad perfecta.

Para ejemplificar lo antes dicho de una manera
más práctica y si Colombia quiere llegar en el 2050
a la muy honrosa posición del puesto 28 en el ranking
mundial (ahora para el 2012 está en el 87) analicemos y
comparémoslo con el caso de Suecia. Para su efecto veremos
los índices de desarrollo y competitividad de ambas
naciones. El índice de competitividad mide la habilidad de
los países de proveer altos niveles de prosperidad a sus
ciudadanos. A su vez, esta habilidad depende de cuán
productivamente un país utiliza sus recursos disponibles.
En consecuencia, el índice mide un conjunto de
instituciones, políticas y factores que definen los
niveles de prosperidad económica sostenible en el corto y
mediano plazo.

El índice es calculado utilizando
información pública disponible y la Encuesta de
Opinión Ejecutiva, que es realizada por el Foro
Económico Mundial con una red de institutos asociados (que
incluyen instituciones líderes en investigación y
organizaciones de negocios). Los 134 países que son
analizados actualmente bajo la óptica de los llamados 12
pilares de la competitividad, son presentados con sus debilidades
y fortalezas, haciendo posible la identificación de
aspectos prioritarios tendientes a ser sujeto de cambios y
reformas.

A pesar de su poca población, Suecia es uno de
los países más ricos del mundo y su índice
de desarrollo humano es de los más altos del mundo
(0,956); lo cual lo pone a este país como el paradigma del
Estado del Bienestar y de las políticas
socialdemócratas que intervienen en el mercado para
regularlo y corregir los desequilibrios. La economía sueca
es esencialmente de servicios. La agricultura aporta el 1,5% de
PIB y acoge al 2% de la fuerza laboral, la industria supone el
28,5% del PIB y el sector servicios compone el 70% del PIB y
emplean al 74% de la población activa. Los recursos de la
economía sueca están muy condicionados por su
clima, lo cual lo convierte en un país deficitario desde
lo agrícola; aunque cuenta con un desarrollo importante de
la silvicultura permitiendo generar los recursos necesarios para
contar con una industria de la madera y el mueble desarrolladas,
la cual se basa en las grandes extensiones de bosque que son
explotadas de manera sostenible. La industria sueca
también se concentra en la metalurgia al contar con la
mina de Norland que es una de las más grandes del mundo,
lo cual permite desarrollar empresas de construcción naval
y automotriz; además el país cuenta con una
importante industria electrónica, informática y de
nuevas tecnologías. Igualmente el estado Sueco promueve la
investigación técnica, farmacéutica y
explota varias patentes que han salido de sus centros de
investigación.

Los servicios son muchos, variados y de calidad;
además el comercio es dinámico debido a los altos
niveles de consumo que ostentan sus ciudadanos y depende en gran
medida del comercio exterior. Los principales socios comerciales
de Suecia son el resto de los países de la Unión
Europea, los países escandinavos y Rusia. El turismo es
escaso, aunque de calidad y se destacan las prácticas
deportivas de invierno.

Colombia a diferencia de Suecia es un país que
tiene un mayor número de habitantes (42 millones contra
9,2 de Suecia); los niveles educativos aún son bajos, el
presupuesto destinado a la investigación en ciencia y
tecnología es escaso lo que repercute en los niveles de
innovación del país. La Economía Colombiana
se ha caracterizado por tener una orientación hacia la
producción básica de commodities donde la
agricultura y particularmente la minería está
teniendo un auge importante debido a los descubrimientos
recientes de oro, petróleo y otros minerales promisorios
como el coltán; Columbita-Tantalita, abreviando coltan, es
un metal apagado que se encuentra en importantes cantidades en la
zona de este del Congo, Africa. Cuando se refina llega a ser
tantalum metálico, un polvo resistente al calor que puede
aguantar una alta carga eléctrica. Estas propiedades lo
hacen un elemento vital para crear condensadores, los elementos
electrónicos que controlan el flujo dentro de las placas
de circuitos. Los condensadores tantalum son usados en casi todos
los móviles, laptops y muchos otros dispositivos. El boom
de la tecnología reciente ha hecho que el precio del
coltan se dispare llegando a $400 dólares el kilo,
mientras que compañías como Nokia y Sony se pelean
por él, lo que está atrayendo inversión
extranjera.

El sector agropecuario que tradicionalmente ha dependido
en buena medida del café, ha encontrado en la
producción de caña y de palma africana una
importante fuente de recursos potenciada en parte por el
desarrollo que han tenido los biocombustibles en Colombia. Uno de
los aspectos que actualmente más influyen en los niveles
de competitividad de Colombia es la seguridad; Colombia ha
sufrido en las últimas décadas del azote de la
violencia provocada por el narcotráfico donde diferentes
actores como la guerrilla, los paramilitares y bandas
delincuenciales han generado sistemáticamente actos de
terror en contra de la población civil con el único
fin de hacer prosperar su negocio. Debido a lo anterior, el gasto
militar del estado empleado en combatir al narcotráfico y
las acciones terroristas son altos y consumieron 19.2 billones de
pesos en 2009 . Si se observa con detenimiento la
evolución de los niveles de seguridad, se puede deducir
que estos han mejorado de una manera notable; creando un marco de
confianza para la población civil donde las tomas
guerrilleras y paramilitares a las poblaciones, generaban
daño a la población civil.

Tras la política de seguridad democrática
implementada por el Presidente Uribe, se percibe un mejor clima
de seguridad, lo que ha posibilitado la inversión
extranjera y un mejoramiento en la percepción de seguridad
del pueblo en general, aunque todavía se sigue librando
una fuerte lucha contra el narcotráfico y el terrorismo;
que se ha dificultado porque existen denuncias de
cooperación de países extranjeros hacia los actores
que se lucran de este narcotráfico. A pesar de todo,
Colombia posee buenas e inmejorables condiciones
geoestratégicas que le permiten ser una plataforma
logística natural para el comercio mundial, además
de contar con personal capacitado, buenas condiciones
climáticas, amplios recursos naturales y de materias
primas que permitirían el crecimiento industrial y de
servicios 30% y 40% más competitivo que el actual para
aquellas compañías y gobiernos que deseen invertir.
Finalmente, si Colombia basa su desarrollo en la educación
y la innovación puede transitar la ruta del éxito y
prosperidad que ha permitido que Suecia este permanentemente
ubicado en el ranking de los 10 países más
competitivos del mundo y de mejor proyección de vida a
pesar de no contar con las condiciones de clima, materias primas
y recursos con los que sí cuenta Colombia.

A pesar de ubicarse en cuarto puesto, Suecia siempre ha
sido resaltada como modelo económico de bienestar social
por excelencia y es por esto que surge ahora el interés de
hacer un análisis comparativo con Colombia, con el fin de
observar las similitudes y diferencias existentes a la luz de las
fortalezas y debilidades de ambos. El desarrollo de la
institucionalidad colombiana ha tenido grandes progresos que en
todo caso no llegan a los niveles de los países
escandinavos donde existen mayores garantías respecto a la
estabilidad de las mismas; además en Colombia el respeto
por la propiedad intelectual se vulnera fácilmente debido
a que el software, las publicaciones y los medicamentos dependen
directamente del nivel de ingresos de la población. Para
poder subsanar esta situación las compañías
colombianas deberían proporcionar productos de igual o
similar calidad a precios locales y no internacionales, teniendo
en cuenta el ingreso y la capacidad adquisitiva del país,
ya que en esencia cada economía es diferente.

La infraestructura, la logística y el transporte
son factores determinantes del desarrollo económico de un
país y no son simplemente causas del mismo. Pese a los
esfuerzos de internacionalización, Colombia aún se
encuentra rezagada en infraestructura vial, portuaria y de
navegabilidad por sus fuentes hídricas; lo que hace
urgente la inversión en este pilar, si se quiere generar
realmente un proceso serio de internacionalización. La
Situación de Suecia es diferente, puesto que existen
mejores condiciones de comunicación y desarrollo vial,
además los puertos y ferrocarriles son fundamentales para
integrar económicamente al país con sus socios
comerciales, aunque existen dificultades debido a las condiciones
climáticas propias de esta nación.

La economía colombiana viene siendo manejada con
ortodoxia extrema por parte del Banco de la República, el
cual se ha enfocado en controlar los niveles de inflación
que cada año registran una evolución a la baja,
ubicándose para el año 2009 tanto en Suecia como en
Colombia en una cifra cercana al 2%. Respecto al déficit
fiscal colombiano se reporta en 3,5 puntos del PIB, mientras que
el desempeño fiscal de Suecia es fuerte y se ha logrado a
través de un marco de política que ha ayudado a
contener el gasto y reducir la deuda; la participación de
los objetivos de los préstamos netos, techos de gasto y la
nivelación de las necesidades presupuestarias para los
gobiernos locales han mejorado la situación financiera de
la deuda neta de más de 25% del PIB y que a mediados de la
década de 1990 los activos netos eran del 20% del PIB. Aun
así la privatización Sueca ha contribuido al
superávit fiscal en 148.000 millones de coronas, aunque
estos fueron lesionados por la crisis financiera internacional.
La situación de Colombia en este punto es difícil
si se compara con Suecia, puesto que los niveles educativos de la
población rural colombiana son pobres, existe carencia de
recursos tecnológicos que pudieran apoyar los procesos de
enseñanza aprendizaje, el reentrenamiento de los docentes
y su cualificación es pobre, además de no contar
con incentivos salariales que permitan generar el desarrollo
endógeno de los mismos. Suecia por su parte, basa su
proceso de desarrollo y evolución en la educación,
convirtiéndose en el soporte fundamental para la
innovación y el crecimiento económico de la
nación; Suecia sabe que la educación es el pilar
fundamental de la competitividad en el largo plazo y por eso
apuesta decididamente en este campo. Respecto a los servicios de
salud, este país se ubica en el puesto 7 frente a Colombia
que se encuentra en el puesto 46 debido a las diferentes
coberturas en salud; lo anterior es entendible debido a que el
país escandinavo tiene mayores ingresos económicos,
menor población que atender y por lo tanto cuenta con
mejores recursos para dar total cobertura en salud a sus
habitantes. Según lo antes mencionado, en Suecia realmente
se compromete a fondo con los temas relacionados con la
educación en todos sus niveles y comienza la
preparación de sus ciudadanos a temprana edad con el fin
de generar el mayor potencial intelectual que genere
innovación en el país, lo cual se traduce en
mayores niveles de competitividad al contar con mano de obra
cualificada según las necesidades del país.
Colombia por su parte está haciendo esfuerzos importantes
por armonizar la formación en todos sus niveles; la
educación superior se está transformando para que
sea orientada por ciclos académicos, respondiendo a las
necesidades de formación de los ciudadanos y aunque este
proceso aún es incipiente, es necesario debido a que la
educación superior en Colombia tiende en algunos casos a
distanciarse de las necesidades del sector productivo, respecto a
los temas ligados a la investigación y el desarrollo
empresarial sustentable.

En Suecia la academia y el sector industrial van de la
mano, los desarrollos se hacen en función de las
necesidades del sector productivo y esto a su vez se
retroalimenta en todos los escenarios de la educación, lo
cual facilita la interacción y el entrenamiento de los
ciudadanos, incluso desde niveles de básica primaria donde
son muy comunes las visitas guiadas a las empresas con el fin de
que los escolares, bachilleres y futuros profesionales tengan un
contacto más directo con la realidad económica del
país. Por su parte el sistema tributario colombiano
continúa presentando obstáculos a la
competitividad, por cuanto las tarifas impositivas aplicables a
los diferentes tributos nacionales continúan siendo
más altas que las de sus competidores a nivel regional y
global, tanto en los sectores que no disfrutan de exenciones
sectoriales, como en el caso de las pymes las cuales no se
benefician del régimen de zonas francas
especiales.

Tal afirmación se pone en evidencia al observar
que, en la tarifa del Impuesto sobre la Renta para personas
jurídicas, Colombia ocupa el caótico puesto 48
entre 57 países de muestra. Así mismo, y a pesar de
que Colombia ha experimentado grandes avances en materia de
simplificación del sistema tributario, todavía hay
múltiples oportunidades para mejorar. De acuerdo con el
Informe de Doing Business 2010 del Banco Mundial, Colombia
continúa dentro del 40% peor calificado en materia de pago
de impuestos a nivel global, a pesar de haber subido 28 puestos
respecto a su posición del año anterior, lo cual
pone en evidencia nuestra potencialidad de progreso en esta
temática particular. De la misma manera, el sistema
tributario colombiano continúa experimentando dificultades
en materia de equidad, ya que todavía son latentes las
diferencias entre el valor del impuesto pagado por contribuyentes
con igual capacidad económica, y las similitudes en el
valor del impuesto pagado por contribuyentes con niveles de
ingreso inferior y desigual.

Colombia en el reporte del Foro Económico Mundial
ocupa el puesto 123 del índice total de impuestos,
mientras que Suecia se ubica en el puesto 98 debido a que este
ultimo país presenta una alta carga tributaria la cual es
destinada a favorecer las políticas de bienestar y de
subsidios a favor de sus ciudadanos, lo cual desfavorece la
inversión extranjera frente a otras economías que
son más relajadas en este sentido como por ejemplo la
Economía China. Respecto a la facilidad de crear negocios,
existen menores trámites para generar empresas en Suecia
frente a una Colombia donde los nuevos emprendimientos, los
costos y subsidios aplicados como política para favorecer
la producción nacional crean un clima desfavorable para la
generación de nuevas iniciativas. El Mercado laboral
colombiano se sitúa en la posición 48 siendo esta
posición poco favorable en las relaciones
empleado-empleador, que se encuentran reguladas por el
Código Sustantivo del Trabajo y otras normas vigentes; por
otro lado, Suecia que ocupa el 4 puesto también tiene un
marco regulatorio claro y reconoce el respeto mutuo que se deben
dar en las relaciones obrero-patronales. Siendo consecuente con
su política de igualdad, Suecia se ubica en segundo lugar
en relación a la participación de la mujer y el
deshabilitado dentro del mercado laboral, mientras que Colombia
aparece en un puesto desfavorable (49), siendo reconocidos no
obstante los esfuerzos realizados por el país en materia
de igualdad e inclusión.

Colombia por su parte, busca impulsar la
formalización laboral y empresarial como factor
determinante de la política de competitividad, puesto que
permite promover la generación de empleo de calidad y a su
vez estimular el crecimiento económico. Situación
difícil si tenemos en cuenta que más del 40% de la
fuerza laboral del país ha sido adquirida bajo la figura
de "contrato". Figura preocupante para los estándares del
país. Los trabajadores formales son entre tres y siete
veces más productivos que los informales, y a su vez, las
empresas formales producen mayores beneficios sociales y son
más competitivas. La informalidad, tanto laboral como
empresarial, en Colombia es cercana al 60% y no ha logrado
mayores avances en los últimos años siendo una de
las más altas en América Latina, aunque en Suecia
se podría decir que la informalidad se ha armonizado a un
punto en la que es prácticamente inexistente. Una de las
principales causas para que, tanto empresas como individuos
decidan optar por la informalidad, es el hecho de que la
relación costo-beneficio de ser formal sea negativa. Esto
se debe principalmente a los altos costos laborales y tributarios
asociados a la formalidad, así como al desconocimiento de
los beneficios de ser formal y de los costos de no
serlo.

En este sentido, la carga sobre la nómina
empresarial es uno de los problemas que más fomentan la
informalidad en Colombia, aunque en Suecia los impuestos sobre la
nómina son mucho más altos con el fin de contribuir
al modelo de estado de bienestar social existente. El mercado
financiero sueco es diverso, complejo, creciente e interconectado
con sus similares en Europa, Rusia, Norteamérica y el
Asia. Debido a los grandes volúmenes de capitales y las
entradas de divisas provenientes de la venta de servicios y de
tecnología a gran escala, lo que hace que el país
posea un mercado financiero sólido con instituciones
confiables. Existe en la diversificación de este mercado,
rubros de riesgo de capital que son destinados para la
generación de nuevos emprendimientos, lo que permite
dinamizar la creación de nuevas compañías
que usualmente son pequeñas, pero que al dedicarse a
actividades similares compensan las economías de
escala.

Colombia tiene una mayor restricción a la entrada
de capitales debido a las fuertes regulaciones bancarias que
evitan la entrada y salida de capitales provenientes del
narcotráfico, lo que ha hecho que el país no
esté tan interconectado con los mercados financieros
mundiales al punto que la Bolsa de Valores de Colombia (BVC),
presenta una oferta limitada en su canasta de acciones y solo
hasta ahora, 2011, la diversificación de productos
financieros está comenzando a crecer. La posible
fusión de la BVC con sus pares en Lima y en Santiago de
Chile, ofrece un panorama de interconexión a futuro que
tiende a flexibilizar la dinámica de capitales inyectando
mayor liquidez al mercado financiero haciendo que este sea
más competitivo y diverso, lo que seguramente
favorecerá el incremento de la calificación en este
pilar.

Respecto a la estabilidad, Colombia es una de las
economías más blindadas de América Latina,
debido a la administración conservadora del Banco de la
República, motivada en parte por las lecciones aprendidas
en la crisis de los 90 que si se pone en perspectiva, genera
grandes similitudes entre lo ocurrido en Colombia para esa
época y la Crisis Financiera Internacional del 2008 que
entre otros provoco la caída del superávit
financiero sueco producto de los procesos de privatización
que se vieron afectados por la caída del sistema
financiero global. Suecia como se ha mencionado anteriormente, ha
basado su crecimiento sostenido principalmente en el área
de servicios y se ha convertido en unos de los principales
países productores de tecnología, mientras que
Colombia en esencia es un consumidor. Esta razón facilita
que Suecia posea los indicadores más altos en este nivel
gracias a las inversiones que el país adelanta en la
investigación y la preparación de sus ciudadanos
para el uso de estas tecnologías. Muy lastimosamente en
Colombia existe un alto grado de ignorancia y desconocimiento en
cuento al uso de las tecnologías foráneas en dos
grupos poblacionales. El primero es conformado por aquellas
personas que se ubican por encima de los 45 años de edad y
el otro por las personas que no tienen recursos económicos
para interactuar con la misma; lo cual crea una desventaja por
las necesidades de alfabetización tecnológica que
es esencial para mejorar los niveles de inserción laboral
de la comunidad dentro de un contexto que apunta a la
globalización.

Respecto a las comunicaciones se observa un incremento
importante de usuarios de la telefonía celular reportando
para Colombia un equivalente a 44 millones de líneas
celulares vendidas, lo que representa casi un celular por cada
habitante, estando en concordancia con Suecia donde cada
habitante posee 1,5 líneas activas aproximadamente. El
Analista Joaquín Vial del Centro Internacional para el
Desarrollo resalta que los países que más
crecimiento económico tienen, son aquellos que más
se integran a la Economía Mundial. Suecia cabe
perfectamente en la definición que hace el Profesor Vial,
en el sentido que desde hace varios años este país
viene adelantando un proceso de internacionalización de su
economía, de diversificación del comercio exterior
y buscando siempre generar un aumento en el intercambio de la
balanza comercial con sus vecinos que son los demás
Países Escandinavos, la Zona Euro y Rusia, situando al
país en el puesto 32. No así para Colombia. Este
por su parte, tiene una balanza comercial orientada hacia la
exportación de commodities que no poseen un alto valor
agregado debido a la falta de conocimiento y un pobre
procesamiento industrial; además las exportaciones se han
dedicado tradicionalmente a mercados vecinos de la Comunidad
Andina de Naciones (Venezuela, Ecuador, Perú y Bolivia),
con los cuales se tienen problemas de orden político a
excepción del Perú; además que con los EEUU
que se ha caracterizado por ser el principal socio comercial del
país, ha sido golpeado seriamente por los problemas
asociados a la crisis financiera internacional; por lo que
Colombia está tomando en serio la necesidad y el proceso
de apertura de nuevos mercados.

Uno de los aspectos que seguramente influirán
positivamente de esta coyuntura política en la cual nos
encontramos con Venezuela, serán las lecciones aprendidas
que se pueden ilustrar mediante la siguiente frase: "Uno nunca
debe tener todos los huevos en la misma canasta, si esta se cae
se perderán todos los huevos" (Modismo Colombiano,
Anónimo). Definitivamente el mensaje es la
diversificación como estrategia para crecer, competir e
intercambiar; claro que esta estrategia de crecimiento debe ser
ordenada, transparente, con conocimiento y equilibrada con el fin
de abrir puertas que contribuyan a generar una fuerte balanza
comercial acorde a las necesidades de Colombia y sus futuros
socios comerciales.

Para alcanzar mayores y mejores niveles de calidad de
vida en una región, cualquiera que ella sea, se requiere
el desarrollo de un ambiente productivo que impulse la
innovación y genere aumentos continuos de la
productividad. Para ello es fundamental el desarrollo de bases
cognoscitivas solidas y, para Colombia, la apertura hacia los
llamados clústers, tan comunes en Europa y Norte
América, y que pueden incrementar aun más los
márgenes competitivos a partir de las fortalezas y los
activos productivos de cada región. Un clúster es
finalmente un grupo de compañías y asociaciones
interconectadas, las cuales están geográficamente
cerca, se desempeñan en un sector de industria similar, y
están unidas por una serie de intereses y
características comunes y complementarias. Los
clúster que más se encuentran a nivel de Colombia
se centran en la producción agroindustrial, siendo
caracterizados por vocaciones productivas similares, territorios
en común y características sociales semejantes. Por
ejemplo en Caldas se promueve el desarrollo de estos
Clúster en Distritos Agroindustriales. No obstante los
clústers Colombianos son en esencia de tipo manufacturero,
debido a que su estructura productiva cuenta con una base
industrial sólida que les permite consolidarse como
principales productores de este tipo de bienes. Sin embargo, la
fortaleza de estas regiones no está sólo
determinada por el grado de desarrollo de sus clústers,
sino por la calidad y potencial de crecimiento de las actividades
en que se especializan: la gran mayoría de clústers
exhibe altos niveles de sofisticación.
Simultáneamente aparecen otras actividades manufactureras
como cuero y calzado, maquinaria y equipos eléctricos,
textiles y confecciones. En términos generales, se observa
que estas regiones se caracterizan por tener un considerable
número de clústers, al igual que Suecia donde la
generación de las especialidades productivas concentradas
en una posición geográfica común, han
permitido que se genere un alto grado de especialización
donde la masa crítica se enriquece constantemente debido a
la diversificación de productos que se tiene que generar
con una materia prima común, lo cual incentiva la
creatividad, la investigación y el desarrollo".

En conclusión, Suecia ocupa el puesto 10 en el
ranking mundial como generador y poseedor de clústers
especializados frente a Colombia que ocupa el puesto 51 en esta
materia. En el país escandinavo el control de la
distribución internacional, los procesos de
producción y la posibilidad de generar mayores niveles de
competitividad han sido el fruto de una labor de varias
décadas donde el desarrollo integral del ciudadano que
permanentemente se retroalimenta desde el estado, generan las
condiciones necesarias para generar la sofisticación en
los negocios. El aumento sostenido de la competitividad y el
bienestar de una nación sólo requiere mejoras
continuas en la productividad, y esto sólo es posible a
través de la educación, el conocimiento sabiamente
administrado, aplicado y a la innovación. Por lo tanto, la
estrategia tras un proceso de crecimiento exitoso de largo plazo
debe ser la apuesta a la ciencia, innovación y la
tecnología aplicada para la producción de bienes y
servicios sofisticados e intensivos en conocimiento. Hacia este
objetivo debe apuntar Colombia sus metas si quiere reducir
notoriamente los niveles de pobreza generalizados y crear en el
país una sensación de proyecto de vida con empleo
calificado, salud y buena educación.

No obstante, en Colombia, los insumos necesarios para
innovar son escasos y la inversión en absorción
tecnológica es insuficiente; además los recursos
destinados a la investigación científica no son
adecuados si se compara con otras economías de la
región; en el caso del país nórdico se
destinan recursos del 3,01% del PIB, mientras que en Colombia la
destinación es de solo el 0,16% del PIB. Definitivamente,
Colombia tiene que cambiar. La investigación y el
desarrollo generan impactos por regalías en cuanto al
número de patentes otorgadas y los recibidos por
regalías. Es importante notar que no sólo existen
carencias dentro de los elementos requeridos para producir
innovación propia, sino que también son bajos los
recursos dedicados a la innovación adaptativa. Como quiera
que se vea, la existencia de capacidades científicas y
tecnológicas no es suficiente para garantizar el
crecimiento. Es necesario, además, unir estas capacidades
con el emprendimiento productivo, para lo cual se requiere
generar un ambiente favorable particularmente en términos
de disponibilidad de capital de riesgo y capacidad de
absorción tecnológica en las empresas. Las
deficiencias existentes tanto en las capacidades
científicas como en el ambiente favorable para el
emprendimiento, se reflejan en el aparato productivo del
país, donde se observa que sólo el 15% de las
exportaciones son bienes de tecnología media y alta. A su
vez, la escasa sofisticación tecnológica, implica
que los productos colombianos son de bajo valor agregado, lo que
en consecuencia explica la baja participación del
país en el mercado mundial con un nivel de
exportación de US 938 per cápita. ¡Esto
definitivamente no es favorable para el país!.

El presente estudio ha analizado la
"Facilidad de hacer negocios" (entre 183 economías) y la
clasificación por cada tema. El ranking muestra a Suecia
en el puesto 16 y a Colombia en el puesto 41 entre las 183
economías estudiadas dentro de este informe, sin en
embargo, es importante resaltar los esfuerzos hechos por el
gobierno Colombiano reflejado en este caso del estudio, lo
mostrado por el Tema de Protección de los Inversores
frente al de Suecia, donde el informe Doing Business mide la
fuerza de la protección de accionistas minoritarios contra
el uso fraudulento de los activos de la compañía
por parte de los directores para beneficio propio.
Análogamente a lo realizado con Colombia, debemos resaltar
el mejor indicador de Suecia representado en el Comercio
Transfronterizo, donde el informe Doing Business muestra las
fortalezas del país nórdico en el trasporte de
mercancías por vía marítima y el reducido
nivel de corrupcion.

Como conclusión tenemos que resaltar
la clara diferencia entre Suecia y Colombia. Los problemas
coyunturales de nuestro país hacen que la competitividad
haya sido afectada por la violencia generada por el
narcotráfico y sus diferentes actores, además de
los continuos actos de corrupción que
históricamente han desangrado las arcas de la
nación, nublando la visión sobre lo que en esencia
es importante. Como dice el ministro Vargas Lleras, los recursos
que se encuentran "extraviados" por la corrupción en
Colombia no se podrían cuantificar, en la medida en que
muchos de los nuevos escándalos dispararon las cifras que
el país pierde por este concepto. Si bien el ministro del
Interior y Justicia, Germán Vargas Lleras, al hacer su
defensa del proyecto del Estatuto Anticorrupción
(recientemente aprobado en el Congreso), dijo que anualmente el
país perdía más de $6 billones; esta cifra
se quedaría corta ante la nueva realidad. Recientemente la
Contraloría General advirtió que sólo el
escándalo del "carrusel" de la contratación de
Bogotá podría ser superior a los $2,2 billones;
mientras que el Gobierno, al destapar la olla de la salud, dijo
que ésta podría ser superior a los $4,2 billones,
cifra que aumentará, según lo argumentó el
senador del Polo, Enrique Robledo, quien aseguró que esta
puede ser del orden de los $8 billones.

Es notable el mejoramiento de Colombia en el ranking
promovido por el Foro Económico Mundial, donde cada
año desde la última década, se ve la
evolución positiva, aunque no suficiente, de la
competitividad colombiana debido a las mejoras sustanciales en el
clima de seguridad que han posibilitado la inversión
extranjera, generando un crecimiento económico sostenido
en el tiempo. Es importante y necesaria la paz para Colombia, ya
que con ella se podrían destinar todos los esfuerzos para
potenciar la educación como el pilar fundamental que
genera crecimiento económico, inclusión social,
tolerancia entre nuestros ciudadanos, reducción del
desempleo, reducción de los índices de pobreza,
reducción de la exclusión social y la
discriminación, capacidad de innovación y un
aumento considerable de la productividad, tal y como sucede en
Suecia.

Igualmente es primordial que Colombia termine con la
modalidad de contrato en lo que tiene que ver con la
adjudicación laboral, pues esta llega hoy en día a
más del 55% trayendo consigo incertidumbre, desempleo,
desmotivación, pobreza y miedo frente el futuro. Es
importante anotar que no saltaremos a los primeros puestos de la
competitividad si no comenzamos por prepararnos a nivel personal,
colectivo y productivo. Las exportaciones deberán migrar y
tener como objetivo la generación de valor agregado en
toda su cadena; además, en buscar la inserción de
Colombia en un contexto globalizado caracterizado por la
prestación eficiente de bienes y servicios, la
generación de tecnología y la propiedad intelectual
como generadores de divisas mediante la inversión en
ciencia, tecnología e investigación.

Finalmente, es necesario que Colombia se integre e
internacionalice en los mercados mundiales con el fin de generar
el crecimiento anhelado, el cual debe ser fruto de la
preparación de todos nosotros como
nación.

Argumentos
económicos contra los impuestos a la educación
pública y privada

Antes de crear un nuevo impuesto, o bien aplicar uno ya
existente a un bien o servicio que antes no estuviera gravado,
convendría estudiar con detalle el impacto a corto y a
largo plazo de dicha decisión. Lo primero es el impacto
económico que este lleva. Sabemos que en Colombia un
maestro de educación superior gana una miseria, entre 1 y
4 salarios mínimos, lo que a la larga genera otro problema
agregado, pues observamos entonces la transformación que
se presenta del maestro al dictador de clase, en donde cada
estudiante es un código y no una persona, pues no existe
el tiempo ni el compromiso para verificar si la lección se
aprendió o no, y mucho menos para planear o aplicar
estrategias pedagógicas eficaces, de tal forma que la
excelencia académica y la formación de calidad
quedan rezagados por las necesidades económicas de un
docente mal remunerado.

La problemática descrita anteriormente se
exacerba con los procesos que adelanta la administración
pública en Colombia, puesto que los objetivos que a veces
se eligen en un plan de desarrollo, no son bien escogidos, este
es el caso de los proyectos educativos de algunas de las
administraciones publicas colombianas, que han pretendido
solucionar el problema educativo en el país, a
través de incrementar la cobertura y no en el mejoramiento
y la excelencia de la calidad. En otras palabras, en Colombia
todo el mundo estudia pero, no todo el mundo aprende o
sabe.

Otro problema neurálgico ocasionado por la misma
corrupción de la administración pública, y
cobijado por nuestros mismos legisladores, es el hecho de que el
ejercicio docente cada vez requiere de menos vocación,
talento o amor al arte, y más de amiguismos y padrinazgos
políticos; es así como los procesos encaminados al
logro de meritos de selección, nombramientos o ascensos,
dependen del grado de influencia política (palanca), o del
número de votos que le puede llegar a proporcionar al
político de turno, esto con el agravante legal, el cual
establece que las plazas docentes para la formación
básica, media y superior, pueden ser cubiertas por
profesionales de distintas disciplinas, como ingenieros,
economistas, contadores, etc.

En esta medida las instituciones educativas de primaria
y bachillerato de nuestro país, tienen más
ingenieros que licenciados en educación. En consecuencia,
el mercado laboral para el maestro o licenciado, es cada vez
más estrecho y competitivo. Lo que hace que el profesor
que desee seguir siendo vigente en dicha carrera o mercado, deba
capacitarse constantemente, realizando cuanto diplomado,
maestría o especialización se oferte; lo cual
está bien, es lo que se espera, actualización
constante del conocimiento; sin embargo el resultado no se
evidencia en una mejor calidad de la educación
pública en Colombia, y mucho menos en el retorno de su
inversión (mejoramiento del salario).

Finalmente quisiera citar algunas cifras aparentemente
muy positivas que en principio alivian la incertidumbre del
problema educativo colombiano, pero que sin embargo no se
reflejan en la actual problemática. Por ejemplo, durante
el periodo de 1997 al 2004, el gasto del gobierno real por
estudiante fue de $980.000, pesos(aprox.3,3%), así mismo
en la década de los noventas el gasto público
destinado a la educación fue de 2,6% mientras que para el
2005, creció al 5,1%, esta cifras demuestran el evidente
esfuerzo fiscal que ha hecho el gobierno para reflejar mejores
indicadores sociales, sin embargo, indicadores como el nivel de
participación de la investigación
científico- tecnológica, dentro del rubro del gasto
público, son dolorosamente ínfimos, inclusive muy
difícil de encontrar.

Situación preocupante en el caso
específico colombiano donde recientemente han habido
protestas estudiantiles por la intención del gobierno de
privatizar la educación pública. Hablaremos
entonces de la aplicación del impuesto al valor agregado a
la educación pública y privada, y analizaremos como
debe considerarse una serie de factores relevantes como la
incidencia del impuesto y los beneficios externos de esta
actividad, y no sólo la recaudación fiscal, sobre
la cual también valdría la pena cuestionar su
volumen.

Repasando la teoría económica y mas la
microeconómica, se tiene que el impuesto al valor agregado
es básicamente un impuesto al consumo y un impuesto de
carácter regresivo (Parkin, p. 414). Un impuesto de esta
naturaleza afecta tanto a los productores del servicio como a los
consumidores como hemos observado en las últimas protestas
y marchas que en Colombia se han sucedido, y que no son
más que el reflejo de las mismas protestas sucedidas en
Reino Unido, México y Chile a este respecto. Para
noviembre 2011 cerca de 550.000 estudiantes de universidades
públicas y privadas del todo el país han salido a
las calles para protestar contra una ley del Estado que busca
privatizar la educación. Para ilustrar mejor el efecto
negativo y contraproducente que esta acción podría
ocasionar, se puede explicar e ilustrar como se aprecia en la
gráfica (Grafica 1) de la manera siguiente:

Antes del establecimiento del impuesto, el mercado (en
este caso el de la educación privada) encuentra su punto
de equilibrio en el punto A, al precio P1. El impuesto desplaza
la curva de oferta hacia la izquierda (como lo señala la
flecha). La diferencia entre la curva de oferta original y la
nueva curva de oferta es el impuesto.

El nuevo punto de equilibrio será el punto B, al
precio P2 pero la cantidad de matriculados disminuirá a
Q2. O sea, al nuevo precio (precio regular más
impuesto)

P2, refleja el número de nuevos ingresados que
como vemos disminuye; a ese precio el monto total del impuesto es
la distancia vertical del punto B al C, y por tanto la
recaudación fiscal será la región
rectangular P2BCD. El impuesto recae tanto sobre consumidores
como sobre productores. La región P2BEP1 (zona amarilla)
es la parte del impuesto que paga el consumidor (el estudiante o
sus padres). La región P1ECD (zona verde) es afrontada por
el productor (la escuela, colegio o universidad en este caso). En
nuestro ejemplo vemos cuan dramáticamente el contribuyente
paga tres y hasta cuatro veces más que la misma
universidad o colegio. Por su parte el triángulo ABC es
una pérdida irrecuperable de bienestar para la sociedad,
ya que se reduce tanto el excedente del consumidor como el del
productor.

Grafica 1

Monografias.com

Volviendo al caso del impuesto al valor agregado sobre
la educación privada (al igual que con cualquier otro
bien), el efecto dependerá de la elasticidad de la demanda
de este servicio; recordemos que la elasticidad ya sea de la
oferta o la demanda nos muestra el grado de sensibilidad de un
bien o servicio cuando la cantidad ofrecida percibe un cambio en
su precio y las demás variables permanecen
constantes.

Es necesario, por tanto, conocer la elasticidad de la
demanda por educación privada. Ante la ausencia de
estudios empíricos sobre esta elasticidad, se pueden
manejar dos hipótesis, que la demanda sea
inelástica, o que sea elástica. Suponiendo que la
demanda sea inelástica, lo cual es posible en el caso de
aquellos padres para quienes el sistema estatal no se adapta a
sus necesidades (por ejemplo, por los horarios), o en el caso de
estudiantes universitarios avanzados, para los que sería
muy difícil cambiarse a una universidad estatal o a otra
privada de menor costo.

Sin embargo, aquí sería bueno extendernos
a un tema que es igual o de alguna manera más preocupante.
Recientemente se informó en un noticiero nacional sobre la
gran cantidad de profesionales que existen en el país en
el área de la arquitectura y en el problema de empleo que
se estaba dando. El medio informativo señaló que se
habían abierto tantas constructoras como negocios de
ventas callejeras se habían instalado y, que el problema
continuaría agravándose dada la gran cantidad de
personas que actualmente se encuentran estudiando esa carrera y
de las muchas universidades que la imparten.

Finalmente se supo que el 57% de dichas nuevas
constructoras habían cerrado en menos de un ano por falta
de liquidez. Sin embargo, es importante resaltar que no es la
primera vez que una noticia de este tipo aparece en los medios
nacionales. Ya antes se había informado sobre la gran
cantidad de abogados, administradores, médicos, maestros,
contadores, entre muchas otras profesiones, en las cuales hay
muchos profesionales y que aun mucha gente estudia. Noticias como
estas preocuparán principalmente a los actuales
estudiantes universitarios y a los que están por escoger
una carrera, ya que parte de su futuro dependerá de esa
elección.

¿Cuál es la preocupación?
Según la teoría económica y más aun
la microeconómica, cuando en un mercado de un bien o
servicio aumentan la oferta más rápido que la
demanda, entonces los precios disminuirán. En este caso
particular, los precios que cobren los arquitectos, ingenieros
civiles, etc. y los demás profesionales de similares
áreas por sus servicios, tenderán a ser cada vez
menores. En ausencia de factores que alteren favorablemente el
libre funcionamiento de esa oferta y su demanda, el problema
inicialmente no sería de desempleo, sino que las
remuneraciones obtenidas serían menores a las esperadas, y
no cubrirían como se estimaba el esfuerzo realizado y los
recursos invertidos en la formación profesional. Estas
aseveraciones de la teoría económica son ciertas
bajo el supuesto de la competencia perfecta, el cual es un modelo
que explica el comportamiento de un mercado en el que participan
muchos productores de un bien o servicio idéntico. Como
bien sabemos la competencia perfecta es la estructura del mercado
en donde hay una gran cantidad de vendedores, y compradores de un
producto o servicio homogéneo, además de existir
libre movilización de los factores de producción,
libertad de entrada y salida de empresas, y el perfecto
conocimiento del mercado por parte de oferentes y

demandantes. A esto debemos agregarle que Colombia es de
esos países en donde después de los 40 años
se es obsoleto; Colombia parece olvidar que el profesionalismo se
alcanza con anos… anos desarrollando una función y
un objetivo. Las empresas colombianas en aras de reducir costos y
aplicar una reingeniería mal entendida, reduce su personal
más experimentado, personal que por su edad (muchas veces
mayor de 40 anos) encierran dentro de sí un conocimiento y
un profesionalismo que solo dan los anos en función,
cambiándolos por jóvenes recién graduados
que desconocen todo o casi todo de la empresa, su visión y
misión empresarial, sus lineamientos y objetivos. Esto
finalmente va en detrimento de la eficiencia y la excelencia
competitiva que busca la empresa. La verdadera interrogante se
da, según la misma teoría, si el mercado no es
perfectamente competitivo porque existe diferenciación de
productos y de servicios, entonces los productores más
exitosos ganan un cierto "poder de mercado", es decir,
tendrán la posibilidad de fijar su propio precio por los
bienes o servicios que producen. Esto permitiría cobrar
más y ganar más.

La verdadera preocupación entonces debe ser
cómo lograr esa diferenciación, es decir,
qué factores en el desempeño de la profesión
puedan hacer que un profesional se distinga de los demás.
La lista de esos posibles factores diferenciadores puede ser muy
amplia, e incluiría elementos como (sin ningún
orden): la calidad de la formación provista por la
academia o universidad, la preocupación por parte del
recién egresado por mantener dicho conocimiento activo y
actualizado, la responsabilidad, la honestidad, el esfuerzo, la
auto superación, la puntualidad, la disciplina, el
respeto, el auto aprendizaje y la actualización continua,
la amabilidad, el tratar a los demás como a uno mismo,
entre muchos otros los cuales marcarán la diferencia entre
los profesionales "malos", los "regulares", los "buenos" y los
"mejores". Lo más interesante del caso es que estos
valores no se forman en las personas de un día para otro,
sino que llevan años en formarse.

Lo peor del hecho es que, después de años
de educación y millones en gastos de colegiatura y extras,
el recién graduado, aquel que ha logrado acumular un 40%
del conocimiento aceptable y necesario (y que es lo máximo
que un estudiante destacado y en extremo sobresaliente logra
absorber de una academia o universidad de primera
categoría), salga a las calles a engrosar la lista de
desocupados que finalmente terminaran en una labor totalmente
diferente a ese 40% adquirido; mal remunerado, desmotivado,
obligado a cumplir funciones que no eran las que esperaba solo
por la necesidad monetaria, y finalmente migrando a otros
países para entregar a países extraños esa
fuerza creativa y laboral que inicialmente era colombiana. Si
usted es estudiante en este momento o está buscando una
carrera para estudiar, y se siente preocupado por su futuro
profesional, su preocupación no debe centrarse tanto en
seleccionar una carrera con pocos o muchos competidores, sino en
lograr que esos valores antes mencionados sean parte de su
desempeño, ya que si el servicio que usted presta es
mejor, usted siempre tendrá oportunidad y habrá un
buen mercado para sus servicios, pero ese proceso formativo debe
empezar desde mucho antes, ¡desde ya!

Y por si esto fuera poco, hay un nuevo factor a tener en
cuenta y que cada vez se hace más notorio en la sociedad
colombiana: la ausencia de valores sociales. Conocida como
Inteligencia emocional, vemos tristemente como los colegios y
universidades centran sus esfuerzos en que el alumno se llene de
conocimientos para salir lo suficientemente preparado para
enfrentarse a un mundo competitivo que a la menor falla va a
terminar devorándolos, olvidando que lo que necesita el
mundo y más aun Colombia son Buenas Personas, Buenos
Profesionales, Personas de Excelencia, Trabajadores Éticos
y Morales que puedan pensar en algo más que ellos mismos,
sus éxitos y triunfos y que, dirijan sus esfuerzos y
conocimientos al bien común y el desarrollo social. Son
finalmente estas personas y estas naciones las que terminaran
sobresaliendo del resto convirtiendo la ganancia marginal de la
que hemos hablado en una invaluable palanca que nos impulse a
mejor. Es por lo mismo que existen naciones primermundistas y
tercermundistas bien diferenciada.

Al igual que en el caso anterior la curva de oferta se
desplaza hacia la izquierda, en consecuencia el precio aumenta en
forma significativa desde P1 a P2 y la recaudación fiscal,
como vemos en la Grafica 2 es elevada (región
P2BCD):

Grafica 2

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Partes: 1, 2, 3
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