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Un referéndum para retirarse de la Unión Europea




Enviado por Ricardo Lomoro



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7

  1. Un
    referéndum para retirarse de la Unión Europea
    (¿la hora de la verdad?)
  2. Opinión personal (todo lo que quepa en
    un simple blog)
  3. La
    cosa viene de lejos (el ardiente y pasional
    antieuropeísmo)
  4. La
    cosa viene de lejos (el ardiente y pasional
    antieuropeísmo)
  5. Alma,
    corazón y vida: ¿y por casa como andamos?
    (economía y sociedad)
  6. Alma,
    corazón y vida: ¿y por casa como andamos?
    (economía y sociedad)Opinión personal (todo lo
    que quepa en un simple blog)
  7. Al
    final, tienen razón, parecería razonable
    marcharse: Eurolandia es una ruina
  8. Al
    final, tienen razón, parecería razonable
    marcharse: Eurolandia es una ruina
  9. Regreso al hogar del "periférico"
    desubicado (WASP Market) – ¿Abandonará
    Cameron/City el Titanic de Merkozy a bordo del
    "helicóptero" de Obama/Fed?
  10. Regreso al hogar, del "periférico"
    desubicado (WASP Market) – ¿Abandonará
    Cameron/City el Titanic de Merkozy a bordo del
    "helicóptero" de Obama/Fed?

Un
referéndum para retirarse de la
Unión Europea
(¿la hora de la verdad?)

Monografias.com

Un grupo de manifestantes protesta junto al
Parlamento británico para pedir un referéndum sobre
la salida de la Unión Europea / Suzanne Plunkett
(Reuters)

Primero las "noticas", luego la
"interpretación"…

El "pasteleo" de David: donde dije digo,
digo Diego (Shakespeare in Love)

– Cameron afronta su primera gran rebelión de
diputados antieuropeos (El País –
25/10/11)

Unos 80 conservadores votan a favor de celebrar una
consulta para abandonar la UE

(Por Walter Oppenheimer – Londres)

David Cameron ha vivido hoy su primera
revuelta euroescéptica cuando en torno a 80 diputados
conservadores han votado a favor de una moción
parlamentaria pidiendo que los británicos decidan en
referéndum si Reino Unido ha de seguir en la Unión
Europea. Como se esperaba, la moción fue rechazada por
amplísima mayoría (111 votos a favor y 483 en
contra), pero nunca antes un Gobierno británico
había sufrido una rebelión de tales proporciones en
una votación sobre asuntos de la UE.

La votación de anoche, tras casi seis horas de
debate, significa que los conservadores ven resucitar las viejas
divisiones que carcomieron las entrañas del partido en los
primeros años noventa, cuando tuvo que sudar voto a voto
de sus propios diputados para que los Comunes ratificaran el
Tratado de Maastricht en 1993.

Más de 70 diputados conservadores pueden acabar
votando a favor del referéndum

Para Cameron constituye un revolcón
mayúsculo porque en lugar de dar libertad de voto quiso
enviar una señal de firmeza al afrontar el desafío
con el mayor vigor posible: ordenando lo que se llama "una
línea de tres látigos". Es decir, apelando a la
máxima disciplina de voto en los Comunes. Dos ayudantes
ministeriales, incluido el secretario privado del secretario de
Estado para Europa, han dimitido porque decidieron votar en
contra del Gobierno.

Con todo, hay que situar la rebelión en su
contexto: aunque la rebelión contra Cameron probablemente
haya doblado los 41 rebeldes que tuvo John Major en una de las
votaciones sobre Maastricht, en aquellos tiempos se trataba de
ratificar o no un Tratado europeo y hacer caer o no al Gobierno
del propio partido. Ayer, la rebeldía salía gratis:
el voto no era vinculante y el Gobierno tenía la victoria
más que asegurada. Lo que ya sabe el primer ministro es
que uno de cada cuatro diputados de su grupo parlamentario no
tiene inconveniente en dejarle en evidencia.

El debate y votación de anoche es consecuencia de
una petición popular impulsada por la diputada europea
Nikki Sinclair, que ha reunido las 100.000 firmas requeridas para
llevar el tema al parlamento. El diputado conservador David
Nuttall se hizo eco de ella y la semana pasada presentó
una moción en los Comunes para convocar un
referéndum con tres opciones: retirada de la UE,
renegociación de las actuales condiciones o dejar las
cosas como están. El solo hecho de que se celebrara el
debate y el tono en el que transcurrió ha reabierto las
viejas divisiones sobre Europa en el Partido
Conservador.

El ardoroso antieuropeísmo de Cameron se ha
suavizado al llegar al Gobierno

Tras el debate de ayer, los tories han
reabierto sus heridas europeas. En casi tres lustros en la
oposición, transformaron sus divisiones de los años
noventa en un euroescepticismo visceral y
casi unánime que ha saltado por los aires en tan solo 18
meses en el Gobierno. Como tantas veces, el pragmatismo se impone
a los sentimientos y tres euroescépticos de corazón
como Cameron, el jefe del Foreign Office, William Hague, y el
canciller del Exchequer, George Osborne, se han visto obligados
en las últimas semanas a defender una mayor
integración fiscal en la zona euro.

No es que se hayan vuelto
europeístas: han comprendido que lo mejor para Gran
Bretaña es estar dentro para intentar poner el freno sin
dejar de disfrutar de la ventaja de ser socio. Algo
incomprensible para los diputados tories que ayer defendieron con
rabia y cierto fanatismo el referéndum apelando a la
voluntad popular y presentando Europa como un diablo corrupto e
ineficaz que traba el crecimiento denunciando la
corrupción y la ineficacia de Europa. El diputado Nuttall
llegó a afirmar que el referéndum es necesario
porque muchos de los que votaron a favor de Europa en el
referéndum de 1975 han muerto y eso significa que cada vez
hay más gente que nunca ha votado a favor de
Europa.

Aunque no intervino directamente en el
debate, en su comparecencia anterior para dar cuenta de la cumbre
europea de este fin de semana, Cameron se opuso a la convocatoria
del referéndum con el argumento de que "es el momento de
reformar la UE", no de abandonarla, y quesería absurdo
convocar un referéndum en plena crisis del euro. El primer
ministro subrayó que nunca prometió un
referéndum sobre Europa sino la convocatoria por ley de
referendos para ratificar cualquier reforma de los tratados que
implicara nuevas cesiones de soberanía. Su política
sobre la UE pasa por repatriar poderes a los
Estados-nación -es decir, debilitarla-, no por
abandonarla, recordó.

Algunos antecedentes que precedieron a
la rebelión… (¿Cameron o
"camaleón"?)

La "culpa" es del empedrado (malditos
europeos "spoilsport"…)

– Londres invoca la crisis del euro para
legitimar el ajuste (El País – 24/5/10)

(Por Walter Oppenheimer –
Londres)

La coalición de conservadores y
liberal-demócratas que gobierna el Reino Unido desde hace
menos de dos semanas ha anunciado un recorte presupuestario de
6.250 millones de libras (cerca de 7.300 millones de euros) para
el actual ejercicio fiscal 2010-11. Aunque el Gobierno que
encabeza David Cameron no hace así más que cumplir
el más debatido compromiso electoral de los conservadores
en la reciente campaña electoral, la legitimidad del
recorte ha acabado apoyándose en la crisis desatada en la
zona euro por la deuda pública de los países de la
UE, que ha llevado a países como España, Grecia y
Portugal a aprobar drásticos recortes de gasto
público.

Aunque Gran Bretaña no forma
parte del euro, es el país con el déficit
público más elevado de la UE y el ajuste
presupuestario ha de servir para prevenir que los mercados acaben
cebándose en su deuda como lo han hecho con la zona euro.
"Los países se están despertando ante los peligros
de una crisis de deuda soberana y tomando medidas para vivir con
sus propios medios", ha subrayado el nuevo ministro del Tesoro,
George Osborne, al presentar el recorte.

"Al sentarme en aquella mesa de 27
ministros de Finanzas no podía dejar de ser consciente de
que representaba al país con el mayor déficit de
todos", ha comentado al evocar sus dos primeras reuniones, la
semana pasada, con sus colegas europeos. "Gran Bretaña es
ahora una voz líder en Europa por la responsabilidad
fiscal", ha añadido.

Al coincidir con la crisis de la deuda
soberana, el recorte presupuestario liderado por los
conservadores ha permitido eludir el que hace unas semanas era el
eje del argumento de los laboristas: el peligro de que lleve al
país de nuevo a la recesión. El temor a una crisis
de la deuda soberana ha permitido a los liberal-demócratas
defender ahora unas medidas a las que se oponían durante
la campaña y lo ha hecho también más
digerible para la opinión pública.

El problema es que, como subrayaron tanto Osborne como
su número dos en el Tesoro, el liberal-demócrata
David Laws, estos son sólo "los primeros pasos" de un
ajuste mucho más duro que empezará a trazarse en
otoño, cuando el nuevo Gobierno presente sus prioridades
de gasto público a tres años con la vista puesta en
reducir el déficit (actualmente del 13%) y empezar a
dominar la deuda pública.

Osborne y Laws han explicado cuanto deberá
recortar el gasto cada departamento ministerial este año y
a qué áreas de gasto afectará, pero no se
sabe aún qué programas concretos serán
afeitados. Han anunciado la congelación de hecho de la
contratación de nuevos funcionarios, pero no han explicado
cuántos perderán su empleo. El Instituto para
Personal y Desarrollo estimó que serán unos 50.000
en este ejercicio presupuestario. Del ahorro final, 580 millones
de euros serán reinvertidos en gasto público
productivo.

Los detalles más sabrosos desde el punto de vista
mediático son más simbólicos que reales. Por
ejemplo, el Estado ahorrará 5,8 millones de euros al
suprimir los coches oficiales asignados personalmente a los
miembros del Gobierno (incluyendo lo que en España se
conoce como secretarios de Estado), que a partir de ahora
deberán compartir coche o utilizar transporte
público cuando sea posible. La orden de prohibir a todos
los funcionarios públicos viajar en primera clase
permitirá recortar gastos por 11,6 millones de
euros.

Más enjundia tienen los 700 millones de euros en
que se ha de reducir el gasto de los llamados "quangos", una
suerte de organismos casi autónomos creados por el
Gobierno para las tareas más insospechadas, desde el medio
ambiente al desarrollo regional, el deporte, las artes o el
control del funcionamiento de las prisiones. Aunque desde hace
decenios los "quangos" están en el ojo del huracán
de todos los ajustes presupuestarios, oficialmente hay
todavía cerca de 800 y oficiosamente casi
1.200.

El Gobierno espera ahorrar 2.000 millones de euros
retrasando, suspendiendo o renegociando contratos y proyectos ya
firmados y otros 1.350 millones en consultoría y gastos de
viaje. Las distintas medidas propuestas significan que los
Gobiernos locales deberán reducir el gasto en 1.350
millones de euros, pero tendrán libertad para decidir
cómo gastan un total de casi 2.000 millones de euros cuyo
destino estaba hasta ahora previamente decidido por el Gobierno
central.

También los Ejecutivos autónomos de
Escocia, Irlanda del Norte y Gales se ven afectados por las
reducciones (820 millones de euros) pero si lo desean
podrán retrasar el ajuste al año que viene. Entre
los recortes que pueden ser más polémicos
están la supresión los llamados Child Trust Funds,
unas cartillas de ahorro con dinero público para los
recién nacidos (370 millones de euros).

Por departamentos ministeriales, los más
afectados son los de Negocios (972 millones de euros),
Comunidades y Gobierno Local (Empresas (1.126), Transporte (794),
Educación (779) y Trabajo y Pensiones (772
millones).

Un sombrío panorama económico

– El déficit público. Se situó en
el 11,5% del PIB en 2009. La Comisión Europea prevé
que el déficit público alcance el 12% en 2010 (el
Fondo Monetario Internacional lo sitúa en el 13%). Los
tories prometieron durante la campaña adoptar en junio un
ajuste fiscal para este año de 6.000 millones de libras,
equivalente al 0,5% del PIB.

– El PIB. Retrocedió un 4,3% en 2009. El primer
trimestre de 2010 marcó un avance del 0,2% con respecto al
trimestre anterior, pero cayó tres décimas en
comparación con el mismo trimestre de 2009.

– La deuda pública. Al cierre del año
pasado se situó en el 68% del PIB. El FMI calcula que, a
finales de 2010, podría escalar hasta el 81% del PIB por
el coste de financiación que supone el elevado
déficit público del país y el estancamiento
de la economía.

– La tasa de paro. Se mantiene situada alrededor del 8%
y se prevé que superará el 9% a finales de este
año.

– El déficit exterior. Se situó en el 2%
del PIB en 2009. Las previsiones apuntan a que permanecerá
estable en 2010.

Aprovechando que el Sena pasa por Londres…
(juntos pero no revueltos)

– La crisis del euro reaviva las tensiones sobre Europa
en Reino Unido (El País – 29/9/11)

(Por Walter Oppenheimer – Londres)

La crisis del euro afecta a los británicos
más de lo que parece. Desde el punto de vista
económico la conexión es obvia porque, aunque la
libra está fuera del euro, la economía
británica está demasiado ligada a la europea como
para no sentir en propias carnes los vaivenes de la eurozona, sin
contar con el impacto que esos vaivenes tienen sobre la demanda
mundial y la estabilidad de los mercados financieros
internacionales.

Pero la crisis del euro también
afecta políticamente porque ha despertado a ese longevo
enfermo crónico de las islas: el debate sobre los
límites y la profundidad del vínculo entre Gran
Bretaña y la Unión Europea. Un debate especialmente
delicado en un país gobernado en este momento por el
más antieuropeo y el más proeuropeo de los grandes
partidos: el Conservador y el de los
liberales-demócratas.

Cada vez parece más claro que la
zona euro está abocada a una de dos opciones: o romper el
euro o profundizar los vínculos de Gobierno
económico de los países que lo componen. Una mayor
coordinación de las políticas económicas y
fiscales que en la práctica significa una mayor
integración política. Agua fría de la que
huyen los escaldados euroescépticos.

Que la zona euro ha de intensificar sus
vínculos fiscales es algo ya asumido por los conservadores
británicos. Lo proclamaba hace apenas dos semanas el
canciller del Exchequer y ministro del Tesoro, George Osborne, en
unas jornadas económicas en Londres, horas antes de volar
a Polonia para asistir a una reunión con sus
homólogos europeos.

"Gran Bretaña no está en
el euro y yo y otros hemos luchado arduamente para mantenernos
fuera", se vanaglorió. Pero añadió de
inmediato: "No nos deleitemos por sus problemas; no disfrutemos
con las desgracias ajenas. El éxito del euro tiene una
importancia capital para nosotros". "Es crucial que nuestros
colegas europeos acepten la lógica implacable de la
unión monetaria de que una moneda única lleva a una
mayor integración fiscal",
añadió.

Integración fiscal

El problema para los políticos
británicos son las posibles consecuencias de esa mayor
integración fiscal. Los conservadores jamás
aceptarán que esa mayor integración fiscal les
incluya a ellos. ¿Significa eso que el Gobierno
británico acepta reforzar el modelo de una Europa con
distintos grados de integración? Es ahí donde
más peligro hay de una reapertura del debate
europeísta en la política británica. Dos
pesos pesados de la coalición parecen defender posiciones
no exactamente gemelas.

En una entrevista publicada hoy en la
revista política The Spectator, el jefe del Foreign Office
y furibundo euroescéptico, William Hague, se
vanagloria de que él tenía razón cuando en
los años 90 denunció que el euro iba a ser un
edificio en llamas sin salidas de emergencia. "Fue un disparate
crear ese sistema y durante siglos va a ser citado como una
especie de monumento histórico de disparate colectivo.
Pero ahí está y tenemos que aceptarlo", se explaya.
A su juicio, la UE "tiene demasiado poder, no he cambiado de
opinión desde que estoy en el Gobierno. De hecho, el estar
en el Gobierno no ha hecho más que reforzar mi
visión de que hay poderes que han de ser devueltos a este
país".

Una conclusión que no parece concordar con las
reflexiones que la crisis suscita al líder de los
liberales-demócratas y número dos del Gobierno,
Nick Clegg. "Europa está claramente embarcada en un
periodo de cambio. El peligro que afrontamos es que ese cambio
nos lleve a la fragmentación. De que acabemos más
divididos, dándonos la espalda unos a otros, tanto dentro
de la Unión Europea como con nuestros socios que no son, o
aún no son, miembros de ella", ha advertido también
hoy en un debate en Varsovia.

Clegg ha recordado que ya ahora hay distintos grados de
integración y que no es ese el problema. "El problema es
que la crisis económica profundice las líneas
divisorias entre nuestras naciones y nos acabe enfrentando. Es
muy posible que, durante un tiempo, los países de la zona
euro se encierren en sí mismos. Está claro que para
resolver sus actuales problemas sus miembros necesitan una mayor
integración. Hay varias ideas al respecto,
fundamentalmente en torno a una mayor integración fiscal
para apoyar la unión monetaria. (…) Pero
está claro que ningún cambio en las estructuras de
Gobierno ha de llevar a una Europa más débil o
dividida en la que los objetivos de los que están dentro
del euro se opongan a los de los que están fuera", ha
advertido.

Referéndum

El renacimiento del debate sobre Europa
en la política británica se ha plasmado en la
fuerza que vuelven a tener los movimientos a favor de convocar un
referéndum sobre la permanencia de Reino Unido en la
Unión Europea. Una opción descartada de forma
tajante por el primer ministro, David Cameron, en una reciente
comparecencia en una comisión parlamentaria y
también a preguntas de un diputado tory en el pleno de los
Comunes.

Pero se percibe también en
movimientos menos directos, como el puesto en marcha por
diputados euroescépticos como George Eustice, que hace dos
semanas reunió a 120 colegas del grupo parlamentario
conservador para promover la repatriación de poderes de
Bruselas a Londres. Algunos ven en debates como ese el germen de
una aspiración más alta: repatriar todos los
poderes delegados a Europa. Quizás la crisis del euro
acabe siendo la primera piedra de esa carretera.

Cameron: con mi dinero "no" (el
único cheque conformado es el "cheque verde")

– Cameron dice que no habrá cheques en blanco
para la Eurozona (BBCMundo – 5/10/11)

El primer ministro británico, David Cameron,
señaló en el congreso anual del gobernante Partido
Conservador que no dejará que Reino Unido sea arrastrado
hacia el pago de interminables rescates de países de la
Eurozona agobiados por las deudas.

Cameron indicó que la amenaza a la
economía mundial es tan grave actualmente como lo fue
durante los peores momentos de la crisis bancaria en
2008.

Agregó que los gobiernos tienen que reducir sus
gastos y vivir dentro de sus posibilidades reales.

Cameron "mea" más lejos que Thatcher ("never
ever")

– Reino Unido no entrará en el euro mientras
Cameron sea primer ministro (Gaceta.es –
5/10/11)

El primer ministro británico afirma que en esta
"época de nerviosismo en la que los precios y las facturas
suben, hay pérdida de empleo, recortes y cierres", el
Ejecutivo de coalición entre los conservadores y
liberaldemócratas puede ayudar a los
ciudadanos.

El primer ministro británico,
David Cameron, prometió hoy ante el congreso del Partido
Conservador en Manchester (norte de Inglaterra) que el Reino
Unido no se unirá al euro mientras él esté
al frente del Gobierno.

Cameron dijo además que el Reino
Unido no se dejará "absorber" por los "interminables"
rescates a países de la zona euro.

La economía centró hoy el esperado
discurso de clausura del congreso anual del Partido Conservador,
en el que el líder tory hizo una apuesta por el
"liderazgo" para sacar al país del "desastre
económico", objetivo que, según Cameron, su
Gobierno podrá acometer "a su manera y en sus propios
términos".

Cameron reconoció que la amenaza a la
economía mundial y al Reino Unido es tan grave hoy "como
lo era en 2008, cuando comenzó la recesión mundial
con la zona euro en crisis, las economías de Francia y
Alemania ralentizadas hasta un punto muerto e incluso con EEUU
cuestionado por sus deudas".

Señaló que en esta "época de
nerviosismo en la que los precios y las facturas suben, hay
pérdida de empleo, recortes y cierres", el Ejecutivo de
coalición entre los conservadores y
liberaldemócratas puede ayudar a los
ciudadanos.

Cameron alertó de que la crisis actual "no es una
recesión normal": "Nos encontramos en una crisis de deuda
ocasionada por un excesivo endeudamiento de individuos, negocios,
bancos y, sobre todo, gobiernos", indicó.

Ante la gravedad de esta situación, el dirigente
conservador dijo que la coalición de Gobierno cuenta con
un plan "adecuado" para atajar la crisis.

El primer ministro consideró una ventaja no
formar parte del euro, ya que el Reino Unido puede establecer a
su manera la forma de mejorar la economía.

"Déjenme decir esto: mientras yo
sea primer ministro nunca nos uniremos al euro. Y tampoco
dejaré que se nos absorba en los interminables rescates de
países que están en el euro",
manifestó.

Fin del matrimonio de conveniencia (justo cuando la
"teta" europea deja de dar leche)

– Uno de cada dos británicos apoyaría en
un referéndum la salida de la Unión Europea
(Intereconomia – 25/10/11)

La animadversión de los
británicos hacia la Unión Europea ha aumentado en
los últimos meses, hasta el punto de que uno de cada dos
ciudadanos se posicionaría a favor de que Reino Unido se
saliese del bloque comunitario en caso de que se celebrase un
referéndum sobre esta cuestión.

Una encuesta de "The Guardian" muestra
que el 70 por ciento de los ciudadanos reclama que se convoque
esta consulta, mientras que un reducido 23 por ciento se opone.
El sondeo, realizado en base a 1.003 entrevistas entre el 21 y el
23 de octubre, concluye que el 49 por ciento de los
británicos apostaría por desmarcarse de la
Unión Europea, frente al 40 por ciento que defiende la
integración.

El euroescepticismo impera entre los simpatizantes del
Partido Conservador del "premier" David Cameron. Un 71 por ciento
de quienes se ha confesado votante "tory" reclama el
referéndum y un 56 por ciento votaría por la salida
de Reino Unido. En cuanto a los laboristas, un 65 por ciento
quiere el plebiscito y un 44 por ciento no quiere formar parte de
los Veintisiete.

En este escenario, son los seguidores del Partido
Liberaldemócrata, integrado en la coalición de
Gobierno, los más, pro europeos, ya que sólo un 38
por ciento quiere que Londres ponga fin a su integración
comunitaria.

Por sexos, apenas hay diferencias entre hombres y
mujeres en cuanto a posicionamientos, pero por edades los
porcentajes varían ampliamente. Así, mientras
sólo un 28 por ciento de los votantes de entre 18 y 24
años votaría por una salida de la UE, el 63 por
ciento de los mayores de 65 años sí se
posicionaría en este sentido.

Los datos reflejan un euroescepticismo
inédito en Reino Unido al menos en la última
década. Una encuesta elaborada por la misma empresa, ICM,
en mayo de 2001, recogía que el 68 por ciento estaba a
favor de la permanencia en la Unión Europea y un 19 por
ciento opinaba lo contrario.

El Maestro Ciruela (Cameron) "quiere enseñar y no
tiene escuela" (se empeña en dar a todos lecciones sobre
asuntos que conoce poco y mal)

– La prioridad de Europa es solucionar la crisis de
deuda, dice Cameron (The Wall Street Journal –
25/10/11)

(Por Nicholas Winning)

El primer ministro británico,
David Cameron, dijo el martes que la principal prioridad de
Europa es solucionar la crisis de deuda de la eurozona, un
día después de que numerosos parlamentarios de su
partido se rebelaran en un debate sobre si celebrar un
referéndum sobre la pertenencia de Reino Unido a la
Unión Europea.

"Esto ha sido siempre un asunto difícil para mi
partido, siempre lo será, pero lo importante es hacer lo
correcto para el país y no sería adecuado para el
país tener un gran referéndum en este momento",
dijo Cameron a la BBC.

Reiteró que el Reino Unido tiene
la garantía de que habría un referéndum si
se produce un trasvase de poder desde el Reino Unido a las
instituciones europeas. En repetidas ocasiones ha dicho que el
gobierno está comprometido con la UE pero que su
intención es recuperar algunos poderes de
Bruselas.

"Sin embargo, el punto de
atención real para Europa en este momento tiene que ser
solucionar la crisis de la eurozona que está teniendo un
efecto escalofriante en nuestra economía, esa es la
prioridad número uno. La prioridad número dos es
hacer avanzar a nuestra economía, conseguir crecer y eso
significa hacer que el mercado funcione", afirmó
Cameron.

"Interpretación" de las noticias… (el
Reino Unido, ¿a favor de la
separación?)

Un problema incómodo para Cameron (el dilema de
David)

Cuando le eligieron líder del Partido
Conservador, prometió a los suyos "recuperar los poderes
que habían sido transferidos a Bruselas". Cuando
formó un gobierno de coalición con los Liberal
Demócratas acordó "examinar el balance de las
actuales competencias de la UE". Ahora, David Cameron no puede
cumplir ninguna de las dos promesas.

El asunto europeo siempre ha sido un hueso atragantado
para los "tories", un tema molesto y en el que sus
líderes, sólo cuando no les quedaba más
remedio, dejaban su firma en aquellos tratados a los que siempre
miraron con especial atención la letra pequeña.
John Major lo hizo con Maastricht aunque esta señalaba
recientemente (octubre 2011) que todas las condiciones y
guías que se habían establecido de forma sabia se
ignoraron luego cuando se presentó el euro en
1999.

El Reino Unido siempre ha visto grietas en la
construcción de la moneda única y jamás ha
mostrado su deseo por unirse a ella. Ya lo había dejado
claro Margaret Thatcher en los 80. Sus biógrafos explican
que al haber negociado el Acta Única Europea en 1985
parecía como si en algún momento a partir de
entonces se hubiera dado cuenta de lo que aquello significaba.
Nunca se reconcilió con lo que había firmado y, por
consiguiente, nunca modificó la furia con la que
defendía lo que escogió para describir como
verdades eternas británicas, que ningún europeo
tendría la posibilidad de violar: en particular la
soberanía parlamentaria y la libra esterlina.

Claro que por aquel entonces había otras
prioridades. Ahora no es el caso. La cuestión europea ha
acampado en el número 10 de Downing Street, de igual
manera que los indignados lo han hecho a las puertas de la
Catedral de San Paul, y Cameron se cruza con ella cada vez que
entra o sale de casa. Es un "ocupa" desagradable que le recuerda
cada día que tiene un problema. Lo que ocurre es que el
"premier" está atado de pies y manos y no sabe ni
cómo ni cuándo puede afrontarlo.

A sus filas les ha prometido una "reforma fundamental",
pero no ha explicado lo que eso significa, cómo va a
hacerlo y sobre todo cuándo va a dar el paso. Y el tiempo
apremia porque los "rebeldes" ya se están preparando para
otra batalla.

La primera la ganaron el 25 de octubre (2011): 81
diputados conservadores desafiaron las órdenes del
"premier" y votaron a favor de que se llevara a cabo un
referéndum para preguntar a los británicos si
querían permanecer en la UE, si querían retirarse o
si querían valorar las condiciones de la permanencia. La
moción no salió adelante por los votos en contra de
los Laboristas y Liberal Demócratas, pero los insurgentes
protagonizaron la mayor rebelión conservadora en
Westminster desde 1986 y la más importante en la historia
contra un "premier" en materia europea.

Significativo además es el hecho de que
más de la mitad de los insurgentes había entrado en
el Parlamento en las elecciones del año pasado. Si Cameron
no hubiera impuesto castigo, mucho más diputados
habrían apoyado a sus compañeros, entre otras cosas
porque reconocen que es lo que la gente le pide en sus
circunscripciones.

Está claro que Cameron tiene razones por las que
preocuparse. Además, la guerra no ha hecho nada más
que empezar. El grupo de "tories" rebeldes se ha reunido de nuevo
para empezar a trabajar en un borrador que quieren presentar en
julio del año que viene, para presentar la reforma que su
líder promete pero no lleva a cabo. La cuestión de
confianza en el líder determina ahora el presente de la
formación.

En el pasado, en el Partido Conservador estaban, los
pro-europeístas y los euroescépticos. Ahora
simplemente la formación se divide entre los que creen en
Cameron y los que no.

El panorama es más que nuevo para el de Eton. El
"premier" es un hombre de éxito acostumbrado a conseguir
todo y de forma rápida. El hecho ahora de que su liderazgo
haya quedado en entredicho y que Sarkozy le mande callar en los
debates que analizan el euro le sobrepasa. Nunca antes se
había encontrado un escenario tan hostil. Siempre
había sido todo lo contrario. Entró en los Comunes
en 2001, cuatro años después se convirtió en
el líder del partido y en 2010 ya tenía en su poder
las llaves de Downing Street. Es normal que tenga fama de
arrogante.

De hecho en los mentideros se dice que Cameron se rodea
sólo de los llamados "Cameronistas", igual que Blair
sólo se rodeaba de los "Blaristas". Aunque existe una gran
diferencia. El que fuera líder laborista gozaba de gran
popularidad y la victoria de 1997 la ratificó luego otras
dos veces más con mayoría absoluta. Blair
podía ignorar a su partido. Cameron no. El "tory" no puede
olvidar que su mudanza al número 10 vino de la mano de los
Liberal Demócratas, el partido más
europeísta de Reino Unido. Nick Clegg no sólo
quiere permanecer en Europa, quiere liderarla.

La solución para solventar sus diferencias
podría pasar por romper la coalición y convocar
elecciones generales anticipadas. Pero a ninguno de los dos les
parece una opción atractiva. Los sondeos le dan a Clegg
tan sólo el 10 por ciento de los votos y Cameron acaba de
poner en marcha los recortes más draconianos desde la II
Guerra Mundial para sacar al país de la crisis. Y he
aquí la paradoja de la vida, el "premier" más
euroescéptico que ha tenido Reino Unido está
más atado que ningún otro con sus vínculos a
Bruselas.

Monografias.com

1 – Un referéndum para retirarse de la
Unión Europea (¿la hora de la
verdad?)

Opinión
personal (todo lo que quepa en un simple blog)

¿Se animará Cameron a "divorciarse" de la
Unión Europea? ¿Tendrá el coraje
democrático de dar la voz al pueblo? ¿Lo
dejará la City? ¿Llegará la hora de la
verdad?

Las "ganas" vienen de lejos… Margaret Thatcher,
John Major (y como ellos, casi todos los Conservadores) y muchos
Laboristas -todo hay que decirlo- (aunque con la boca
pequeña) amagaron (chantajearon) pero nunca rompieron la
baraja (patearon el tablero).

Hubo, hay (aunque ahora parezca menos) y habrá
(si la Unión no salta por los aires) mucho en juego. Los
intereses creados. La Unión Europea (aún con
respiración asistida) sigue siendo el patio trasero del
negocio bancario del Reino Unido. Business are business.
¿Cómo afectaría a la City que el Reino Unido
se retirara de la Unión Europea?

El dilema de Cameron: ¿pragmatismo o
euroescepticismo? That is the question…

La historia demuestra que los "valores" del Reino Unido
siempre han estado "en línea con el mercado". El "lenguaje
de los hechos" confirma que el camino británico al Cielo
pasa por la City. Sin negocio bancario no hay paraíso (lo
demás, es puro cuento).

En su relación con la Unión Europea
podrán pasar de la sempiterna traición
(antieuropeísmo), al sempiterno debate (eurofobia), pero
continuarán viviendo bajo el mismo techo (matrimonio de
conveniencia). Otra cosa son… las
infidelidades.

En el capítulo del adulterio cumple un papel
fundamental su vínculo con los Estados Unidos. La
razón (monetaria) de todos sus desvelos,
ensoñaciones y fantasías. El "caballero blanco" que
le permite "alimentar" las nostalgias victorianas. Sueño
efímero.

Estados Unidos mantiene una "relación especial"
con el Reino Unido, siempre y cuando acepte ser el submarino (al
servicio de Wall Street) metido en la Unión Europea.
¿Amigos para siempre? Si no hay negocios con el
euro-dólar, "bye bye" melancólicos "primeros"
victorianos. The United Kingdom "risky business". Un triste
despertar.

Por eso el ardoroso antieuropeísmo de Cameron se
ha suavizado al llegar al Gobierno. Cuando tuvo que "pasar de las
musas al teatro", se acabaron para él "todas las farras",
y los "amos del dinero" comenzaron a "marcar su agenda": "Una
cosa es no estar en la zona euro y otra muy distinta es salirnos
de la Unión Europea. Que ya no estás en
campaña, David. En la permanencia, nos va el negocio,
David. Repite con nosotros"…

"Por favor David no hagas como Bush padre cuando dijo:
"lean mis labios"… ("Déjenme decir esto: mientras
yo sea primer ministro nunca nos uniremos al euro. Y tampoco
dejaré que se nos absorba en los interminables rescates de
países que están en el euro"), que al
"euroescepticismo" lo carga el diablo y la City necesita de
Europa para mantener sus bonus, stock options, paracaídas
de oro y pensiones de privilegio. Cuidadin… que el 10 de
Downing Street, no es Eton, Oxford, el Octagon Club, o el
Bullingdon Club… Please David William Donald, un poco de
moderación y sensatez"…

Otra fantasía trasnochada podría ser la
resurrección de la Commonwealth of Nations

La Mancomunidad de Naciones, en el pasado Mancomunidad
Británica de Naciones (en inglés, Commonwealth of
Nations, antiguamente British Commonwealth of Nations) es una
organización compuesta por 54 países independientes
y semi-independientes que, con la excepción de Mozambique
y Ruanda, comparten lazos históricos con el Reino Unido.
Su principal objetivo es la cooperación internacional en
el ámbito político y económico, y desde 1950
su membrecía no implica sumisión alguna hacia la
corona británica. Con el ingreso de Mozambique la
organización ha favorecido el término Mancomunidad
de Naciones (en inglés, Commonwealth of Nations) para
subrayar su carácter internacionalista. Sin embargo, el
adjetivo británico se sigue utilizando con frecuencia para
diferenciarla de otras mancomunidades existentes a nivel
internacional. La reina Isabel II del Reino Unido es la cabeza de
la organización, según los principios de la
Mancomunidad, "símbolo de la libre asociación de
sus miembros".

Monografias.com

Mapa de la Mancomunidad de Naciones. Los
países miembros aparecen resaltados en azul.

Lista de países miembros (organizados por
continente)

África: Botswana – Camerún -Gambia – Ghana
– Kenia – Lesotho – Malawi – Mauricio – Mozambique – Namibia –
Nigeria – Seychelles – Sierra Leona – Suazilandia –
Sudáfrica – Tanzania – Uganda – Zambia

América: Antigua y Barbuda – Bahamas – Barbados –
Belice – Canadá – Dominica – Granada – Guyana – Jamaica –
Santa Lucía – Trinidad y Tobago – San Cristóbal y
Nieves – San Vicente y las Granadinas

Asia: Bangladesh – Brunei – India – Malasia – Maldivas –
Pakistán – Singapur – Sri Lanka

Europa: Chipre – Malta – Reino Unido

Oceanía: Australia – Fiyi – Kiribati – Nauru –
Nueva Zelanda – Papúa Nueva Guinea – Islas Salomón
– Samoa – Tonga – Tuvalu – Vanuatu

Me he tomado la licencia de subrayar los países
más importantes (o "emergentes") de esta
"heterogénea" comunidad (por decirlo suave). Por mal que
esté la Unión Europea actualmente (que lo
está, sin lugar a dudas), no hay alternativa "razonable"
de sustitución de mercado. Desde luego que la Commonwealth
of Nations es la "sede" (por decirlo suave) de muchos de los
paraísos fiscales desde donde los principales bancos
británicos ofrecen opacos negocios financieros "urbi et
orbi". Pero, así y todo…

… Hay que tener estómago, cinismo e
hipocresía para sentarse junto a algunos de los
"líderes" (mejor llamarlos "déspotas" sanguinarios)
asociados a la Mancomunidad. Para ilustrar lo señalado
nada mejor que la opinión (en inglés -en el
original-, para evitar errores de traducción) de Malcolm
Fraser, quien fue tres veces Primer Ministro de Australia (The
Commonwealth"s Missed Opportunity – Project Syndicate –
2/11/11).

"Last weekend, representatives of 54 countries,
mostly heads of government, attended the bi-annual Commonwealth
Meeting. High on the agenda was a report by the Eminent Persons
Group (EPG), established to reinvigorate the Commonwealth,
strengthen its Secretariat, and transform its approach to human
rights. The group included former Australian High Court Justice
Michael Kirby, former British Foreign Secretary Malcolm Rifkind,
former Malay Prime Minister Tun Abdullah Ahmad Badawi, and
Mozamibique"s former first lady (and wife of Nelson Mandela)
Graça Machel, among others. The group"s recommendations
were unanimous.

But the Commonwealth"s assembled leaders ignored the
report"s key recommendation, which concerned the establishment of
a Human Rights Commissioner to oversee and report on the actions
of member governments. The human-rights performance of
Commonwealth countries, both developed and developing, needs
improvement in many areas. Unfortunately, some African
governments regarded the report as targeting developing
countries, though the recommendations would have been just as
relevant to certain developed countries that, especially since
the terrorist attacks of 2001, have violated basic human-rights
protections.

The record of the Commonwealth countries in regard
to ethnic minorities can also be substantially improved. In too
many countries, minorities, especially indigenous groups, are
treated heavy-handedly. Similarly, as refugee flows have altered
direction over the last 15 or 20 years, treatment of refugees
-enshrined since 1951 in the Convention Relating to the Status of
Refugees- needs to be re-examined.

Many Commonwealth countries live on the edge of
these particular problems. Some have large refugee camps within
their borders. Others receive entire families fleeing persecution
and terror in their own countries. More light needs to be shed on
this problem.

The standards enshrined in the Universal Declaration
of Human Rights need reinvigorating. Openness, transparency, and
better knowledge of conditions in particular countries would do
much to raise the level of debate – and thus to ensure greater
progress. In too many countries, there is an incipient reversion
to racism…

Human rights should be a matter on which the
Commonwealth stands united, with firmness, resolution, and
determination. The Commonwealth should be at the forefront of the
continuing struggle to promote accountability for violations
whenever and wherever they occur. That opportunity has been
lost…

The Commonwealth"s people deserve much better than
what their leaders delivered at the Australia summit. If the
Commonwealth is to become the vital international body that its
national leaders wish it to be, it needs a different temper and
more coherent and effective leadership, as envisaged by the
Eminent Persons Group"s report. It needs the Human Rights
Commissioner. But most of all it needs national leaders who are
prepared to act on the basis of conviction and steadfastness of
purpose, rather than evading and shirking their responsibilities
when divisive issues arise".

Fuera de la Unión Europea hace mucho frío
(quid pro quo)

Me encantan los "referéndums" (además
están de moda). Creo en la democracia participativa. Es
muy importante y provechoso consultar con frecuencia a la
ciudadanía. No parece suficiente darle una oportunidad
electoral cada cuatro o seis años.

La democracia representativa está sufriendo una
transformación. Nadie propone eliminar los órganos
representativos como los parlamentos o los gobiernos. Pero en
cambio se percibe la necesidad de abrir espacios de
participación directa o semi-directa para la
ciudadanía. A diferencia de lo que pasaba cuando se
creó la democracia moderna, en el siglo XVIII, la gran
mayoría de la ciudadanía hoy tiene una
formación básica y dispone de tiempo libre para
mantenerse mínimamente informada. De hecho la
transformación de la democracia participativa ya
está teniendo lugar en prácticamente todos los
países del mundo, en lo que hablar de participación
democrática es siempre considerado un valor
positivo.

La democracia participativa es una evolución
natural de las democracias representativas de partidos
desarrolladas a lo largo del siglo XX. Es un tipo o modelo
particular de democracia que propone complementar las estructuras
representativas de toma de decisiones con mecanismos de
participación directa o semi-directa de la
ciudadanía, así como introducir procedimientos,
mecanismos u otros elementos que permitan mejorar y hacer
más estrecha la relación entre representantes y
representados (asegurando una adecuada rendición de
cuentas de los primeros a los segundos).

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7

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