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Trabajo Social y Antropología



  1. Introducción
  2. Desarrollo
  3. Conclusiones
  4. Bibliografía

Introducción

El presente trabajo consiste en un análisis
básico de la relación que puede existir entre la
Antropología como ciencia y el Trabajo Social. Para ello
es importante tener en cuenta que la primera, es algo más
antigua que la segunda y aunque no se pueden negar los
disímiles aportes que el proceso de evolución de la
Antropología ha brindado al desarrollo de otras
disciplinas científicas, por cuestiones de tiempo y
espacio nos limitaremos a abordar sólo algunas de sus
teorías fundamentales.

Entre los principales puntos a tener en cuenta,
está la influencia de la Antropología
Clásica, algunas de las especiales o aplicadas y los
instrumentos o técnicas rescatados de las
mismas.

Desarrollo

La Antropología comenzó a desarrollarse en
la etapa comprendida entre la segunda mitad del siglo XIX y la
primera del XX. Es concebida como la Ciencia General del
Hombre, en todas sus formas de sociedad y naturaleza
biológica, su historia, sus productos, su comportamiento
individual y colectivo, la construcción de su lenguaje, de
sus referentes simbólicos, y en general todo aquello que
lo condiciona como un ser, sujeto de la cultura, que lo determina
en todos los aspectos de su vida.

Por otro lado, el Trabajo Social aunque tiene sus
antecedentes desde las primeras formas de leyes que manifiestan
intereses por brindar ayuda a las personas necesitadas, es una
disciplina mucho más joven surgida en las
postrimerías de la segunda década del siglo XX. La
misma está relacionada con el estudio de los problemas
sociales por medio del análisis causa – efecto, con el
objetivo fundamental de concebir acciones concretas vinculadas a
la solución de los problemas sociales
específicos.

Para plantearse un debate sobre los puntos de
convergencias entre ambas disciplinas, se puede iniciar por el
estudio de los clásicos de la
Antropología.

Comenzando por Henry Morgan quién enfatizó
sobre los estadios de la raza humana en los cuales subrayó
tres condiciones conectadas en una sucesión de progreso
natural: estado salvaje, estado de barbarie y estado de
civilización, lo que de modo resumido explica la
evolución de las sociedades. Para este autor existieron
dos líneas independientes de investigación entre
las que se pueden constatar la organización de la sociedad
en instituciones primarias.

En estas instituciones, Morgan vinculó
subsistencia, gobierno, lengua, familia,
religión, vida doméstica y arquitectura y
propiedad. Para él, el gobierno encuentra su germen en la
organización en familias, mientras que sobre familia,
planteaba que su crecimiento está expresado en lazos de
consanguinidad y afinidad relacionado con el
matrimonio.

Ya desde esta época se puede apreciar el grado de
importancia que se le otorga al papel tanto del Estado como de la
familia para la formación del hombre, lo que ha
trascendido hasta la actualidad pues en un estudio realizado por
la Dirección Provincial Programa Trabajadores Sociales de
La Habana, Cuba con deambulantes internos en el centro "La
Colonia" (centro para la atención a personas con conducta
deambulante) se tuvo en cuenta el confeccionar una
caracterización de las familias de cada una/o de los
miembros de la muestra, y así poder diagnosticar la
situación familiar de las/os mismas/os; incluso se
investigó sobre el nivel de eficiencia en la
atención por parte de la institución, lo cual es
responsabilidad totalmente del Estado.

La idea de organizar la sociedad por instituciones
está también muy relacionada con la posición
de Malinowski. Éste defendía que era importante
conocer el papel de las instituciones locales en correspondencia
con la satisfacción de las necesidades básicas
humanas, que según su criterio, estaban vinculadas a:
reproducción, relajación, comodidades
físicas, crecimiento, movimiento, seguridad y
nutrición.

En este sentido, esta posición de Malinowski
puede asociarse en gran medida a otro modo de cobertura y
atención por parte del Estado a las necesidades de
poblaciones vulnerables. En este sentido se puede mencionar que
también a través del Programa Trabajadores
Sociales, se aseguraba un módulo alimenticio a los
niños bajo peso y desnutridos que son casos sociales
críticos. Este proceder sin duda alguna guarda estrecha
relación con la necesidad de nutrición que con
anterioridad aludió el clásico referido.

Algo similar ocurre con el módulo de aseo para
las personas postradas como un suplemento que intenta contribuir
a mejorar las comodidades tanto del paciente como de las/os
cuidadoras/es. Unido a ello, está lo que respecta a la
seguridad que en el escenario cubano se tiene en cuenta tanto,
desde la posición de Malinowski como de Maslow. Para el
caso del primero, que se apoya en el nivel de afectación
que pueden generar los fenómenos naturales, desde nuestras
políticas, los trabajadores sociales identifican en cada
uno de sus espacios de actuación, quiénes son las
personas que en situaciones de esta índole, requieren de
evacuación para su mayor seguridad. En vinculación
con la posición del segundo, se prevé la seguridad
en tanto prestaciones monetarias, para la satisfacción de
otras necesidades básicas individuales a aquellos
individuos que tienen escasos ingresos económicos.
Específicamente en este último ejemplo, en algunos
momentos de la evolución del Programa de Trabajadores
Sociales quizás muchos llegaron a considerar que esa era
la esencia misma de los también conocidos como
Médicos del Alma, pues una de las prácticas
más frecuentes era tramitar chequeras a las personas con
ingresos insuficientes.

Otro de los clásicos que hizo grandes aportes a
la Antropología como ciencia y que de alguna forma inciden
el modo de hacer de los trabajadores sociales, fue Edward B.
Taylor.

Entre los aportes más importantes de Taylor se
pueden mencionar, su definición de cultura o
civilización tomada en su sentido etnográfico
amplio como el complejo total que incluye conocimiento,
creencia, arte, moral, ley, costumbre y otras aptitudes y
hábitos adquiridos por el hombre como miembro de la
sociedad.

La nueva definición propuesta marca una
diferencia en relación a las existentes hasta ese momento,
pues existía cierta tendencia a imprimirle a la cultura
determinados rasgos de elitismo, con una fuerte tendencia
eurocentrista y etnocentrista. La primera aseguraba el colocar a
la cultura europea por encima del resto, como con un nivel
superior de desarrollo y la segunda conlleva a hacer cualquier
análisis poniendo por sobre todas las cosas, los patrones
y características de una cultura determinada, subvalorando
de esta forma las restantes.

Con esta definición de Taylor también se
dejaba atrás la concepción exclusiva de cultura
vinculada a los productos de las manifestaciones
artísticas, pues ya se incluía en ella las
tradiciones, los modos de vida y de hacer, cualquier tipo de
persona.

Por otro lado, Taylor consideraba que los investigadores
de su época le daban un marcado reconocimiento a la unidad
de la naturaleza mediante la estabilidad de las leyes ejemplo:
causa – efecto, todo hecho actual depende de lo que ha ocurrido
antes y éste a su vez actúa sobre el que viene
después, de aquí se desprende que nuestros
pensamientos, deseos, y acciones están regidos por leyes
naturales. Supone que esta visión de la voluntad y
conducta humana sujeta a ley definida (causa – efecto) aniquila
la voluntad libre del hombre, destruye su sentido de
responsabilidad personal, en fin lo degrada a una máquina
sin alma.

Sin embargo, este autor por su parte aprecia la
importancia de romper esta visión para buscar los motivos
que conducen a la acción humana acentuando de este modo,
la búsqueda científica.

En relación al Trabajo Social es muy importante
tener en cuenta tanto el pensamiento de los estudiosos que
antecedieron a Taylor como al mismo Taylor. Pues en ocasiones nos
enfrentamos a determinados problemas en la vida cotidiana, sin
tener en cuenta, cuanto han podido estar influyendo las
tradiciones, costumbres y hechos sociales en la conducta de un
individuo del lugar. Por tanto, se hace inminente profundizar en
el análisis de las causas y efectos del fenómeno,
para validar o no, la relación existente entre unos y
otros factores.

En este sentido, la necesidad de ir recopilando mayor
cantidad y mejor información, conllevó a
diseñar las primeras guías de observación.
Surgiendo además, la observación participante, la
que se incluye también en los primeros pasos del trabajo
de campo de los trabajadores sociales, pues contribuye al
desarrollo de la empatía como sentimiento clave para
comprender la realidad de aquellos que son objetos/sujetos de
estudio.

Por su parte, algo parecido trató Ruth Benedict
quién abordó como temática fundamental la
relación de configuración cultural con la conducta
habitual. Opinaba que cada cultura es un todo integrado que tiene
su propia configuración, por lo que cada individuo que
perteneciera a ella tenía las características de la
misma y se comportaba como tal.

Un ejemplo concreto vinculado a la teoría de
Ruth, se está dando en la actualidad con el problema de la
prostitución. En consejos populares como Jesús
María en la Habana Vieja y Colón en Centro Habana,
son significativos los niveles del fenómeno en la
sociedad; sin embargo se requiere que los trabajadores sociales
hagan un estudio bien profundo en estas áreas, pues se ha
visto que el nivel de influencia de las tradiciones culturales
puede ser bastante alto. Suponiendo que en el pasado de algunas
de las jóvenes que en la actualidad se prostituyen, sus
abuelas o bisabuelas hayan estado vinculadas de alguna manera a
este fenómeno, ya sea como prostituta
específicamente o como dueña de un
prostíbulo, ello pudiera provocar en la joven actual,
orgullo y motivo de regocijo para continuar comportándose
de la misma manera. No obstante, la investigación se hace
necesaria para determinar las posibles vías de
actuación y enfrentar el fenómeno, pues no siempre
este tipo de factores determinan los problemas sociales que se
enfrentan en estos tiempos.

Al respecto, criterios similares tuvo Leslie A. White
quien desde su propuesta de Culturología planteaba esta
era la única ciencia que podía explicar el
comportamiento humano más que cualquier otra.

Por esa misma vía, formula Franz Boas las
limitaciones de los estudios comparativos, manifestando
que:

  • 1. El descubrimiento de rasgos similares en
    sociedades diferentes no es tan importante.

  • 2. El desarrollo de rasgos similares puede ser
    por muchas razones diferentes en culturas
    diferentes.

En esencia no se puede generalizar las causas de un
problema si no se ha estudiado con profundidad la
situación; en otras palabras, entendía que el
conocimiento obtenido únicamente por la observación
es inútil sin llegar a conocer las tradiciones que lo
condicionan.

Otra de las contribuciones de Boas fue la
definición de Relativismo Cultural. Con este
concepto planteó que todas las culturas son iguales y
comparables. No hay culturas superiores ni inferiores, debido a
esto no pueden ordenarse en un esquema evolutivo.

En relación a esta definición se han
generado varios debates en escenarios de actuación de los
trabajadores sociales y es que con mucha frecuencia se asocia el
nivel cultural de las personas a los problemas sociales que les
afectan. Sin embargo, es necesario potenciar el análisis
causa – efecto pues no siempre las personas con niveles de
escolarización elevado van a estar mejor preparadas para
enfrentar los problemas sociales, que las que tienen niveles
inferiores. Una muestra de ello se apreció en el
último Taller Nacional de Experiencias de Trabajo Social
Familiar, en el que se expuso el caso de una niña con
problemas en el aprendizaje y sus padres profesionales la
rechazaban y no querían aceptar su ingreso a una escuela
especial.

Retomando la teoría de Benedict de cuanto la
configuración cultural puede determinar el comportamiento
de un individuo, se puede tener en cuenta otro ejemplo que se
está apreciando mucho en el accionar de los trabajadores
sociales y en específico en el trabajo con jóvenes:
la vinculación de éstos a sectas religiosas como la
Abakuá. Si bien es cierto que se ha apreciado una
tendencia a interpretar de manera errónea los postulados
de esta secta y ello ha conllevado a que muchos de sus iniciados
consideren que deban asumir determinadas conductas antisociales
para ser aceptados en las mismas; no se puede dar por sentado que
el fenómeno es así simplemente. Para el rescate de
la tranquilidad ciudadana y una correcta orientación y
educación a los jóvenes es necesario conocer para
poder actuar.

Sin embargo a partir de lo delicado del problema es
necesario evaluar correctamente cuales son los instrumentos y
técnicas que se pueden implementar para tener acceso al
campo, pues en este caso la observación participante no
pudiera contribuir mucho a la búsqueda de
información debido a la confidencialidad con que se
manejan los aspectos correspondientes al tema. En este sentido
jugaría un importantísimo papel el enfoque que
aporta la antropología de la religión, para conocer
con especificidad algunas de las temáticas que atraviesan
el fenómeno.

Por último, enfatizar la importancia de
desarrollar estudios comparados (pese a las limitaciones
especificadas por Boas) tanto para el problema de las
indisciplinas sociales como para la prostitución, teniendo
en cuenta que no son las mismas etapas, ni los mismos individuos,
por lo que pueden existir también causas diferentes que
generen los problemas e incluso con efectos también
diferentes.

En lo que a la Antropología Aplicada se
refiere, se conoce que existen varias entre las que se pueden
mencionar: Antropología Sociocultural, Antropología
Física, Antropología Urbana, Antropología
Jurídica entre otras. Específicamente en este
aparte la intención es resaltar la importancia de poner en
práctica los enfoques de género en los estudios
vinculados a la Antropología Sociocultural. Muchas veces
se hacen entrevistas y se busca información sobre una
comunidad determinada sin tener en cuenta este enfoque. Se busca
conocer sobre tradiciones culturales, costumbres pero no se hace
un análisis pormenorizado respecto a las diferencias que
existen entre los gustos y preferencias de hombre y mujeres,
niñas y niños. En correspondencia, el resultado de
estos diagnósticos sin enfoque de género puede ser
la planificación y diseño de actividades que no son
del interés de la población, lo que al mismo tiempo
dará al traste con la participación.

Vinculado a lo anterior, si el objetivo final de toda
acción de trabajo social es lograr una
transformación social, uno de los supuestos más
importantes de ese accionar lo es precisamente la
participación. El cambio es resultado de la acción
sistemática y consciente de los individuos involucrados,
si no existe participación no hay cambio ni proceso de
educación posible; por tanto se estarían quedando
sin efecto, muchas de las acciones de los trabajadores
sociales.

En este sentido también incide la
concepción del trabajo de campo de Boas y Malinowski. Para
tener una información más vinculada al problema que
se desea caracterizar o diagnosticar es totalmente imprescindible
ir al terreno; no es posible diseñar proyecto de
transformación con el "simple" trabajo de mesa.

Para finalizar el debate en cuanto a los puntos de
encuentro de la Antropología y el Trabajo Social, no
pudiera hacerse con otro tema que con el de las herramientas
de trabajo
que le ha aportado la primera a la
segunda.

Uno de los principales instrumentos de trabajo como se
mencionó en algún momento anterior lo es la
observación participante muy vinculada a la
técnica del vagabundeo. Sin embargo, los trabajadores
sociales deben perfeccionar mucho más el empleo de la
misma, pues pocas veces se construyen guías de
observación y se accede al terreno sin tener conciencia de
lo que es necesario analizar (se observa simplemente por
azar).

Otro de los instrumentos lo es el diario de
campo
. El cual sería de mucha más utilidad si
no se tomara – sobre todo – como un medio para organizar el
salario de los trabajadores, lo cual conlleva a que los mismos lo
rechacen en gran medida, sin tener en cuenta el valor utilitario
que para la recopilación de la información tiene
dicho instrumento.

Los grupos de discusión es una de las
técnicas más propuestas para la realización
de los diagnósticos sociales participativos (DSP), sin
embargo lo que se aprecia en la actualidad es que es mucho
más fácil recoger la información de los
factores comunitarios sin tener que llegar al intercambio directo
con la población, por lo que se puede afirmar que son
pocos los trabajadores sociales que han llegado a confeccionar
DSP, a partir de los criterios de la propia población
afectada por los problemas sociales.

Por último, la técnica de la
Investigación Acción Participativa,
entendida también como uno de los enfoques de la
Metodología Cualitativa. Esta es la propuesta más
acabada vinculada al accionar de los trabajadores sociales que se
puede obtener de la Antropología. La misma parte de
investigar causas, factores asociados a un problema; planificar
las acciones, pero todo desde la participación – como ya
se mencionó – de la población. Por tanto si en la
actualidad todavía se aprecian dificultades con los DSP,
entonces aún queda un trecho no muy largo por andar para
alcanzar la puesta en marcha de proyectos vinculados a la
Investigación Acción Participativa
(IAP).

Conclusiones

A partir de los análisis realizados es
fácil concluir que:

  • 2 Son realmente indiscutibles los
    disímiles aportes que la Antropología ha
    brindado al Trabajo Social y no sólo a éste
    sino también a otras ciencias.

  • 3 El objeto de estudio de la
    Antropología es el hombre y el del Trabajo Social son
    los problemas sociales que pueden incidir y que inciden en
    los hombres, por lo que se aprecia que tienen intereses que
    se complementan.

  • 4 Los instrumentos de trabajo de la
    Antropología de manera general y las
    antropologías aplicadas le han permitido al Trabajo
    Social, conocer la cultura de los individuos con los que
    trabaja, pero vista desde la concepción de estudiosos
    como Taylor, White y Benedict, para poder discernir las
    formas en que ésta (la cultura) determina el
    comportamiento social de las personas.

  • 5 Es importante potenciar el entrecruzamiento
    de las diferentes disciplinas científicas y entre
    ellas la antropología, para perfeccionar la
    práctica de los trabajadores sociales y cumplir de
    este modo con el objeto social por el que se creó el
    Programa.

Bibliografía

  • 1 Bohannan P., Glazer M. (2003).
    Antropología. Lecturas. Segunda
    edición. Ciudad de La Habana, Cuba. Editorial
    Félix Varela.

  • 2 Colectivo de autores. Antropología
    Social. Selección de lecturas
    .(2005) La Habana.
    Editorial Félix Varela.

  • 3 Ritzer G.(2003) Teoría
    Sociológica Contemporánea. Primera y Segunda
    Parte.
    La Habana, Cuba. Editorial Félix
    Varela.

 

 

Autor:

Vanesa Cabrera Loyola

Noralydis Rodríguez
Washington

2010

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