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Valle-Inclán, el marqués de Bradomín



Partes: 1, 2

  1. Villanueva de Arosa, 28 de octubre de
    1866
  2. Primer
    viaje a México
  3. Regreso a Pontevedra
  4. Segunda estancia en Madrid
  5. Segundo viaje a
    México
  6. Valle-Inclán y la
    prensa
  7. La
    España de Valle-Inclán
  8. Fallecimiento
  9. Evolución literaria de
    Valle-Inclán

(Villanueva de Arosa, 28 de octubre de
1866 – Santiago de Compostela, 5 de enero de
1936)

Villanueva de
Arosa, 28 de octubre de 1866

Nace Ramón José Simón Valle
Peña. En el domicilio familiar vivió dos mundos
diferentes: el de su padre, Ramón Valle Bermúdez,
un liberal unido a sobresalientes personalidades de la
época y del regionalismo gallego. También su
abuelo, Carlos Luis Valle Malvido, fue un hombre de tendencias
liberales y militar de profesión. Su rama paterna eran
gente ilustrada que desarrollan su actividad cultural en una
ciudad pequeña como Pontevedra, donde el escritor
cursaría el Bachillerato. Pero su madre, Dolores
Peña Montenegro, de abolengo tradicionalista, representaba
otras ideas, pues eran declarados carlistas, implicados en
conspiraciones y tomando parte, incluso, en la última
guerra carlista.

Valle-Inclán inicia su formación bajo la
tutela de su padre y el catedrático Jesús
Muráis que ejerció sobre él una gran
influencia en sus primeros años. Por imposición
paterna se matriculó en Derecho en la Universidad de
Santiago de Compostela. Pudo vérsele por el Ateneo
Compostelano y frecuentando los espacios literarios. En esta
época publica sus primeros trabajos literarios en la
revista Café con gotas de Santiago, y en 1889 su
cuento A media noche, en la barcelonesa La
Ilustración ibérica
. La visita de Zorrilla a
Santiago para dar una conferencia en la universidad a la que
asiste Valle, le produce una honda impresión, quedando
seducido por la figura del escritor consagrado. Es en estos
años en los que comenzó a arraigar en él su
vocación literaria.

Con la muerte de su padre en Villanueva de Arosa
abandona la carrera de Derecho, por la que nunca había
sentido interés, y regresa a Pontevedra. Tenía 22
años. Hacia finales de 1880 viaja a Madrid. Su primera
estancia en la capital de España supone dos años en
la vida de don Ramón. Allí frecuenta los abundantes
cafés de la Puerta del Sol, en cuyas tertulias participa y
se da a conocer. Colabora con diarios como El Globo y
La Ilustración Ibérica. No es considerado
aún públicamente como escritor pues las
colaboraciones periodísticas son para ganar algo de
dinero. Eso sí, en las tertulias se hace famoso por su
ingenio pero esto no es suficiente y decide abandonar la capital
sin conseguir un sustento estable.

Primer viaje a
México

En 1892 emprende viaje a Méjico. En esa primera
estancia mexicana se afirmará la vocación literaria
del joven escritor. Allí se dedica a malvivir de la prensa
a través de colaboraciones periodísticas de
desigual valor que, no obstante, le permitirán ejercitar
su estilo. Allí se alimentará de las nuevas
manifestaciones estéticas, movimiento que se
conocería como modernismo, tras la publicación de
Azul, en 1988, por Rubén Darío. Su
personalidad literaria empezaba a definirse y firmará por
primera vez sus escritos con el nombre de Ramón del
Valle-Inclán. Reparte su estancia en ese país entre
las ciudades de Veracruz y Méjico. Parece ser que su
estancia en tierras americanas no estuvo exenta de problemas, ya
que existen datos de participó en un duelo, en la capital,
y en una sonada pelea, en Veracruz. De Méjico se
trasladó a Cuba donde pasó unos días en
Matanzas en casa de unos amigos.

Era presidente de México Porfirio Díaz,
mandato que es conocido como porfiriato, y que transcurre entre
1876 y 1911, solo interrumpido entre 1880 y 1884 con el
período presidencial de Manuel González. El
presidente mexicano impulsaría el desarrollo
económico del país, donde la inversión
extranjera jugaría un papel clave el mismo.
Inversión que se aprovecharía para la
construcción de ferrocarriles. La industria
crecería en su rama extractiva así como la
agricultura de productos tropicales encaminada a la
exportación. Esto da lugar a la necesidad de crear una
infraestructura de transportes generándose una red de
comunicación entre las diversas regiones del país.
También se construirán redes de telégrafos y
teléfonos y se mejorarán las comunicaciones entre
los puertos.

Pero fue en la Literatura el campo cultural donde
más avances tuvo el porfiriato. También allí
llegaría el modernismo, lo que provocó que se
abandonase el orgullo nacionalista para recibir la influencia
francesa. Teoría fundada por el nicaragüense
Rubén Darío que proponía una reacción
contra lo establecido por las costumbres literarias. Esta
corriente cambió ciertas reglas en el verso y la narrativa
haciendo uso de metáfora. En México destacaron los
escritores Luis G. Urbina y Amando Nervo. La filosofía
positivista dio también gran importancia al estudio de la
historia porque necesitaba lograr la unidad nacional,
dándose especial importancia a la Segunda
Intervención Francesa en México, a la vez que se
abandonó el antihispanismo presente en ese país
desde su Independencia.

Regreso a
Pontevedra

De regreso a España en 1893 se instaló en
Pontevedra. En la biblioteca de su amigo el bibliógrafo y
profesor de latín Jesús Muruáis pudo leer a
los más importantes autores europeos de la época.
El poeta italiano Gabriele D´Annunzio ejerce una fuerte
influencia sobre él, del cual toma la fórmula del
decadentismo europeo. Su estancia en la capital pontevedresa se
prolongaría durante casi tres años. Allí
publica su primer libro, la colección de relatos de tema
amoroso titulado Féminas (1895), seis relatos de
tema amoroso.

Ya empieza a sentirse escritor. Aquí empieza a
vérsele ya con su peculiar indumentaria: capa, bufanda,
sombrero y, sobre todo, sus largas y características
barbas. Desde esta ciudad gallega colabora con la revista
Blanco y Negro. En esta etapa pontevedresa ya figura con
su nombre de Ramón de Valle Inclán en la portada de
su primer libro.

Segunda estancia
en Madrid

En 1986 Valle-Inclán se encuentra en Madrid. Su
estancia en la capital de España marcará su
personalidad humana y artística. Comparte tertulias en
periódicos y cafés madrileños, como el
Inglés, el Café de Madrid, la Horchatería de
Candelas, la Montaña y el Colonial. Con él se
reúnen, entre otros, Manuel Bueno, Joaquín Dicenta,
Ricardo Fuente, Benavente y Palomero.

El escritor acude también a las tertulias
teatrales del Princesa y a la que se celebraba en el saloncillo
del Español. En estos años, el Nuevo Café de
Levante es uno de los lugares de encuentro más importantes
del Madrid de principios de siglo. Su tertulia la lideró
Valle-Inclán desde 1903 hasta 1916, fecha en que se
disuelve por la división del grupo entre
germanófilos y partidarios de los aliados pues se estaba
en plena Primera Guerra Mundial. Había representantes de
la generación del 98 y del modernismo, como Pío y
Ricardo Baroja, Azorín, los Machado, Romero de Torres,
Rubén Darío, Vivanco, Zuloaga, entre otros. Toda
una nómina de figuras de las letras hispanas.
Exposiciones, redacciones de periódicos y revistas,
iniciativas editoriales difundían us propias propuestas
estéticas: Gente nueva, Vida Literaria y otras
llevan estampadas sus firmas.

El escritor de Vilanova de Arousa saca a relucir sus
conocimientos pictóricos, pues en su día
cursó la disciplina de "Dibuno, Adorno y Pintura" en la
escuela de Artes y Oficios de Santiago de Compostela. Sus
preferencias pictóricas iban desde los primitivos
italianos a Goya, pasando por Boticelli, Rafael, El Greco o
Velázquez, sin olvidarse de sus
contemporáneos.

Dejó buena muestra de su conocimiento de las
artes en entrevistas, conferencias y artículos. Queda
patente su amistad con artistas plásticos que colaboraron
en el diseño e ilustración de sus obras, (Moya del
Pino, Vivanco, Romero de Torres…) y en actividades o cargos
vinculados al mundo del arte: fue profesor de Estética en
la madrileña Escuela Especial de Pintura, Escultura y
Grabado; ocupó el cargo de Conservador del Patrimonio
Artístico Nacional y Director del Museo de Aranjuez; y
dirigió la Academia de Bellas Artes de Roma entre 1933 y
1936.

La figura del escritor, inexcusable en las tertulias
matritenses, lo fue asimismo en otras que tuvieron su centro
lejos de la capital, durante la intermitente estancia de Valle en
Galicia. Desde 1919 otras tertulias fueron desplazando a las
anteriores. Estos pequeños círculos se
caracterizaban en la época por la gran movilidad de sus
participantes, lo que permitía frecuentes intercambios y
un amplio abanico de relaciones personales. Sus tertulianos
protagonizaban episodios que respondían a un común
y desmedido afán de escandalizar a la conservadora clase
media de la época.

En la capital, el escritor conocerá las penurias
de una bohemia autoimpuesta. Tomará una decisión
que habrá de condicionar su trayectoria: dedicarse de
forma exclusiva a la literatura. En aquellos momentos, la
mayoría de escritores colaboraban en la prensa de forma
periódica como modo de subsistir dignamente. Pero
él no quería estas ligaduras y solo
publicará en prensa algunas críticas literarias y
pictóricas o bien fragmentos de sus propias
creaciones.

Corte de Amor (1903) es, al igual que
Féminas, otra colección de relatos cortos
de literatura galante que tiene como protagonistas a damas
perversas y frívolas en ambientes refinados y
exóticos, decadentes y sensuales. Hay que señalar
el simbolismo relacionado con la sensualidad, los elementos
mágicos o misteriosos, los frecuentes referentes
pictóricos y una lengua literaria muy novedosa que
pretende provocar sensaciones. En Corte de Amor se
incluye el relato Augusta, nombre en que se convierte
una de sus primeras obras, Epitalamio.

El otro manco de Madrid:

Se relatan muchas anécdotas de la vida de
Valle-Inclán en Madrid, unas reales y otras inventadas,
incluso por el propio autor. Las anécdotas más
disparatadas se relacionan con la manquedad de
Valle-Inclán, que en realidad tuvo su origen en una
disputa de café con el periodista Manuel Bueno.
Corría el mes de julio de 1899. A resultas de la fractura
causada en la muñeca izquierda por un maldado bastonazo
del periodista, el brazo se gangrenó y la
amputación se hizo inevitable.

Este suceso le cortó su incursión en el
mundo del escenario. Intervino como actor en una obra de
Benavente, La comida de las fieras, en la que
también actuaba la que más tarde sería su
esposa, Josefina Blanco. Poco antes de la amputación
desempeñó otro papel en un adaptación de
Alejandro Sawa de la novela de Daudet, Los reyes en el
destierro
. También desempeñó funciones
de director, adaptador, asesor artístico y
creador.

Ese año es cuando entabla amistad con
Rubén Darío, recién llegado a Madrid. Esa
íntima amistad se debe al interés de ambos por lo
esotérico. Uno y otro utilizarán como lema de su
creación las palabras de Verlaine: "La música
antes que nada".
Cuando el poeta nicaragüense fallece,
don Ramón confiesa públicamente su tristeza por no
poder comentar con él su obra La lámpara
maravillosa.
Valle llega a decir que Rubén
Darío "hubiera sido su mejor lector, el que mejor
hubiera desentrañado sus claves secretas"

Josefina Blanco:

En el Teatro Princesa de Madrid estrena una obra basada
en el protagonista de Las Sonatas, el marqués de
Bradomín.
Forma parte del reparto de la obra Josefina
Blanco, con la que contraerá matrimonio en 1907 aunque,
muy probablemente, pudieran haber iniciado la convivencia
anteriormente. El matrimonio tuvo seis hijos.

Tras haber abandonado el escenario durante algún
tiempo, su esposa se incorpora a sus labores como actriz y ambos
emprenden viaje a Argentina en el año 1910, con la
compañía de teatro de Francisco García
Ortega. El escritor acompaña a su mujer en calidad de
director artístico. En la misma gira visita Chile,
Paraguay, Uruguay y Bolivia. Tiene la oportunidad de pronunciar
algunas conferencias sobre la literatura española en estos
países.

En 1932 se divorcia de la actriz. Prosiguen los pleitos
para saber quién se queda con la custodia de los
hijos.

Segundo viaje a
México

En 1921 realiza un nuevo viaje al país azteca,
invitado por el presidente de la República, Álvaro
Obregón Salido, por mediación de Alfonso Reyes
Ochoa, con motivo de la celebración de la independencia de
México. Fue objeto de un recibimiento extraordinario. Este
segundo viaje estuvo lleno de actividades culturales. De regreso
pasa unos días en Estados Unidos, breve estancia que queda
reflejada en un diario de Nueva York.

El presidente mexicano Obregón intentó
concluir durante su mandato el proceso de pacificación
nacional que inició Adolfo de la Huerta, y comenzó
la repartición de tierras a los campesinos del Estado de
México y Morelos, como parte de su proyecto de reforma
social. El presidente restituye el Ministerio de
Instrucción Pública, desde donde se efectuó
un plan plan de fundación de escuelas rurales,
formación de nuevos maestros y edición de
clásicos de la literatura. Impulsó las escuelas de
artes y oficios donde se enseñaban estas disciplinas a los
jóvenes y en ocasiones también a los adultos.
Promocionó a los artistas plásticos y les
otorgó espacios para realizar sus obras.

En la política, Obregón intentó
mantener el control y equilibrio de las fuerzas políticas
imperantes en el país, principalmente del ejército.
Por ello, concedió la amnistía a Francisco Villa y
Saturnino Cedillo, y a cambio de rendirse y colaborar en la
estabilidad del país les otorgó tierras, producto
del reparto agrario. Otra de las preocupaciones del gobierno
obregonista fue obtener el reconocimiento de los Estados Unidos,
ya que en caso de una nueva revuelta armada en su contra,
Obregón debería usar el apoyo de Estados Unidos,
que consiguió a inicios de 1923, con el Tratado de
Bucareli. Sin embargo tuvo que hacer ciertas concesiones con
EE.UU, sobre todo en materia agraria y del petróleo, ya
que la política nacionalista del artículo 27
constitucional afectaba los intereses de las
compañías extranjeras en México. Al entrar
Calles a la presidencia, Obregón se retiró a las
labores del campo. Aprovechó los créditos otorgados
por el Banco Agrícola para desarrollar sus
plantaciones.

Valle-Inclán y la
prensa

Durante su estancia en México publicó
artículos y crónicas de temas muy diversos que
fueron apareciendo en El Universal y en El Correo
Español
de México; asimismo, también
escribió para el diaro de Veracruz La Crónica
Mercantil,
aunque estas colaboraciones no se conservan. En
El Universal también publicaba Rubén
Darío, por lo que aquellas redacciones debieron ser para
Valle-Inclán un vehículo de descubrimiento del
modernismo literario.

En España, sus colaboraciones literarias
aparecieron en periódicos como el monárquico
ABC, el conservador El Mundo, el liberal El
Imparcial
, el republicano El País o el
carlista El Correo Español.

La España
de Valle-Inclán

El escritor gallego, que vivió dos tendencias
políticas encontradas en su familia, la liberal y la
carlista, simpatizó con la segunda. Ya se comentó
al principio que en su infancia vivió el ambiente de la
tercera guerra carlista. Él mismo se declara defensor de
la tradición y el carlismo.

El marqués de Bradomín, su alter ego en
Sonatas, dice: "Yo hallé siempre más bella la
majestad caída que sentada en el trono, y fui defensor de
la tradición por estética".

El período comprendido entre 1908-1910 suele
aceptarse como la etapa de militancia política de
Valle-Inclán en el histórico partido carlista. De
hecho, en este período, cuyo límite puede ampliarse
sin violencia alguna hasta la I Guerra Mundial, se hacen
explícitas las muestras de esa profesión de fe
partidista del escritor,

Se pueden citar y documentar declaraciones, actitudes y
episodios que revelan su concepción de la historia, la
sociedad y la política asimilables, incluso en sus
términos, a la que defendía el carlismo: la juvenil
relación de Valle-Inclán con Vázquez de
Mella, uno de los principales líderes carlistas, y con
Alfredo Brañas, cuya proximidad a la doctrina del carlismo
está documentada. A ambos nombres hay que añadir su
duradera amistad con el aristocrático Joaquín
Argamasilla, anfitrión del escritor en su primer viaje a
Navarra y País Vasco en 1909, donde volvería en
varias ocasiones. Desde Buenos Aires, durante su segundo periplo
por tierras americanas en compañía de su esposa,
recibió un homenaje en la capital argentina en el
año 1910. También, desde la ciudad porteña,
envió cartas personales a Azorín, en las que
declara abiertamente su tradicionalismo, al igual que
hará, ya de regreso de su viaje americano, en una
entrevista para el católico El Debate.

En 1911 se desplaza a Barcelona con motivo del estreno
de Voces de Gesta. De la mencionada estancia en
Barcelona, precedida de otra en Valencia también muy
significativa, se conservan un buen puñado de entrevistas
y homenajes en los círculos jaimistas (don Jaime de
Borbón fue el heredero de Carlos VII, fallecido en 1909).
En el madrileño Fontón Jai-Alai participa en un
homenaje carlista, viéndosele en una fotografía al
lado de las personalidades más relevantes del carlismo de
la época, como Vázquez de Mella y Salaverry, entre
otras.

Posiblemente su verdadera intención al simpatizar
con el carlismo fue mostar su repulsa a la España de la
Restauración, idea que comparte con el resto de los
intelectuales de su época que se inclinan por soluciones
de cambio.

Al estallar la Primera Guerra Mundial se muestra
partidario de los aliados, contrariamente a la postura de la
mayor parte de los carlistas, simpatizantes de la Alemania de
Bismark.

Su postura política, pues, va evolucionando. Se
va preocupando más por cuestiones de justicia social, se
entusiasma con la evolución rusa y se aproxima al
marxismo. Su obra se convierte en una sarcástica denuncia
de la España oficial.

Desde 1924 muestra su oposición a la dictadura de
Primo de Rivera, vocifera en los cafés y no duda en
hacerse oír. En 1927 participa en la creación de la
Alianza Republicana. En 1929 es encerrado en la cárcel
Modelo de Madrid, por negarse a pagar una multa impuesta con
motivo de unos incidentes ocurridos en el Palacio de la
Música. El Régimen de Primo de Rivera se
está acabando.

La situación social y política hace que
abandone sus quehaceres artísticos y que apoye a la
república española e incluso se presenta a diputado
por La Coruña en las listas del Partido Radical de
Alejandro Lerroux aunque no sale elegido. Se encuentra en los
sesenta años de edad. En 1932, el gobierno de la
Repúblicalo nombra conservador del Patrimonio
Artístico Nacional y director del Museo de Aranjuez, pero,
por desavenencias con su superior, dimite al poco tiempo. Elegido
presidente del Ateneo de Madrid, dimite también al no
atenderse sus propuestas de reorganización.

A iniciativa suya, en 1933 se reúne en el Ateneo
de Madrid el Primer Congreso de la Asociación de
Escritores y Artistas Revolucionarios
. Co-fundador el 11 de
febrero de 1933 de la Asociación de Amigos de la
Unión Soviética, creada en unos tiempos en que la
derecha sostenía un tono condenatorio en relación a
los relatos sobre las conquistas y los problemas del socialismo
en la URSS. El 8 de marzo de 1933 es nombrado director de la
Escuela de Bellas Artes de Roma por iniciativa de su amigo el
pintor Ignacio Zuloaga y viaja a Italia. Ramón regresa de
nuevo por sentirse enfermo. Se mantendrá en el cargo poco
más de un año, hasta junio de 1934. Al volver a
España, continuó luchando por la revolución
social y se solidarizó con los mineros asturianos
sublevados en 1934.

Pese a esta actitud su su simpatía por el
carlismo no desapareció nunca y en 1932 el pretendiente
Don Jaime le nombró "Caballero de la orden de la
legitimidad proscrita". Durante su estancia en Roma mostró
cierta simpatía hacia el fascismo de Mussolini
manifestando la impresión favorable que le
producían los desfiles militares y los gritos de
entusiasmo popular.

Fallecimiento

A iniciativa de Victoriano García Martí,
se abre en Galicia una subscripción pública para
regalar a Ramón un pazo en octubre a sus sesenta y nueve
años. La idea de tal regalo llega tarde ya que el 5 de
enero del año 1936, víspera de Reyes, tras negarse
a recibir auxilio religioso Valle Inclán muere.

El parte a la prensa dice que murió: a
consecuencia de un coma rápido, después de una
grave enfermedad de vejiga urinaria complicada con
carácter de malignidad
. Fue sepultado al día
siguiente, en una ceremonia civil y en humilde féretro sin
esquelas. Sus restos se depositaron en el cementerio civil de
Boisaca. Tal y como dispuso días antes de su muerte, en el
que precisó que: "No quiero a mi lado ni cura
discreto, ni fraile humilde, ni jesuita
sabiondo
".

Evolución
literaria de Valle-Inclán

El escritor de Vilanova sigue un proceso inverso al de
la mayor parte de sus compañeros y que empieza como
tradicionalista para acabar como revolucionario. Esto se
verá plasmado en su obra: inició su obra abrazando
las directrices del modernismo, movimiento literario iniciado por
el nicaragüense Rubén Darío, para, en sus
últimas obras, mostrarse más cercano a la
denominada "Generación del 98", grupo que se hace eco de
la indignación y protesta social ante la apatía en
que ha caído gran parte del país tras la derrota
total del país producida ese año en la guerra
contra los Estados Unidos de América por la que Cuba
obtuvo la independencia y Filipinas y Puerto Rico quedan bajo el
control norteamericano. Por eso, se le ha llegado a denominar el
"hijo pródigo de la generación del 98".

Etapa Modernista.-

Valle-Inclán está influenciado en esta
etapa por Rubén Darío, tanto en las formas
retóricas típicas en el vocabulario
característico e incluso en la utilización de
versos enteros del poeta nicaragüense. Pero a diferencia de
Rubén Darío, esta etapa no es más que el
punto de partida de su obra mientras que en el poeta
centroamericano es el culmen final. Pero, a parte de la
influencia del escritor nicaragüense, en sus obras siempre
estará presente una tierra, su tierra: Galicia.

Valle nos presenta una Galicia entre real y
soñada, profunda, multicolor, supersticiosa.

Las Sonatas son el exponente máximo de
don Ramón en esta etapa. Desde 1901 Valle venía
publicando en Los Lunes de El Imparcial y en
Juventud una serie de relatos, que posteriormente
reelaborados incorporó a la Sonata de
Otoño
, la primera novela de la tetralogía
Memorias del Marqués de Bradomín. la
Sonata de Otoño, la escribió Valle durante
los tres meses de convalecencia de un involuntario tiro de
pistola en un pie, y vio la luz en 1902. Las restantes
aparecieron por este orden: Sonata de Estío
(1903), Sonata de Primavera (1904) y Sonata de
Invierno
(1905).

En Las Sonatas el Marqués de
Bradomín nos relata una serie de episodios
autobiográficos de carácter amoroso. Son
independientes entre sí. Nos presentan a nuestro
protagonista en las diferentes etapas de su vida que corresponden
a la juventud (Primavera), primera madurez
(Estío), madurez plena (Otoño) y
vejez (Invierno). El marqués rememora desde la
vejez y el exilio, por ser leal entre los leales a don Carlos de
Borbón, pretendiente carlista al Trono de España,
sus historias de amor con otras tantas mujeres, a las que hay que
añadir en la Sonata de Invierno una novicia
adolescente, que se sugiere es la ignorada hija de
Bradomín; y, por último, cuatro ambientes,
escenarios y paisajes diferentes: Italia, México, Galicia
y Navarra.

En la Sonata de Otoño, nos muestra un
pazo con sus fachadas heráldicas que lo vemos entre la
bruma del clima y las sombras de los viejos jardines. El escritor
ya empieza a mostrarnos la nostalgia de su Galicia cercana, con
sus paisajes suaves, molinos, castaños. Una Galicia donde
empezamos a sentir la sensibilidad valleinclanesca por su
tierra.

Bradomín es un don Juan pero atípico, pues
es feo, católico y sentimental. Pero un don Juan que
matiza la exigencia de la carne, haciéndola su principal
mandato. Tiene un pobre concepto de las mujeres. En las tres
últimas Sonatas hay una exaltación de lo
erótico, el hacer gala de lo carnal.

Pero el catolicismo del marqués es
atípico. Es una mezcla de piedad y paganismo. En la Sonata
de Primavera se le ve identificado con Satanás. Un
satanismo que le vale al marqués para exponer su
complacencia con el mal, en la perversidad. Es consciente de
tener a su lado al diablo, lo que hace que muestre
cínicamente su actuar pecaminoso. Adjetivos de contenido
religioso o litúrgico los emplea el autor para dar un
picante sabor de pecado a escenas muy diversas. Esto aparece
fundamentalmente en la Sonata de otoño. A la vez que la
falta de religiosidad verdadera hay en las Sonatas
superstición que aparece en forma de estremecimiento de
terror, presentimiento, recuerdo de las almas en pena,
advertencia de mal agüero, sueños. El misterio y el
símbolo se unen.

Valle tiene claras debilidades pictóricas que
podemos observar en la obra. Es un paisaje elaborado dentro de un
canon, dentro de una estética preconcebida. Pero este
paisaje vive. Partiendo de paisajes cercanos, inventa el paisaje
de las Sonatas y elabora un fondo de jardín
clásico, noble y antiguo.

Valle-Inclán es como un precursor de los artistas
cinematográficos. En las Sonatas los personajes se mueven
de una manera estudiada. El telón de fondo en la
otoñal es la descripción del viejo jardín,
que rodea el Pazo. Los tonos son fijos y límpidos. Los
gestos se nos presentan en muchos casos con rigor
cinematográfico.

Otro recurso muy utilizado es el de las sensaciones. La
sensación que más aparece es la acústica, la
voz humana. También aparece el sonido de las campanadas,
aunque en la de otoño se limita al sonar de las horas y la
campañilla, que llama a la criada. Los personajes y las
cosas inertes despiden una estremecida onda sonora.
También aparecen sensaciones de luz y brillo.
También se oyen unas voces de fondo, colectivas, que es la
voz del pueblo.

Podemos destacar la musicalidad de todas las sonatas,
musicalidad lograda por voces aisladas, sonoras y por la rima y
el ritmo. También con ritornelos y repeticiones
reiteradas. La frase de Valle son fundamentalmente
períodos cortos, distribuidos en dos unidades. Pueden ser
dos sujetos, dos predicados, dos incisos, etc.

Flor de santidad una bellísima novela
precedida de un soneto de Antonio Machado. El escenario es la
Galicia rural, mítica y milagrera. Sus gentes,
supersticiosas, viven en una atmósfera legendaria y
mágica. Es un poema en prosa, una leyenda milenaria en
"sabio romance campesino" que narra la historia de la
cándida Ádega, pastora huérfana y
visionaria. Junto a ella danza un coro trágico de
peregrinos, pastores, ciegos y muchachos que refleja, en ese
mundo de romerías, caminos y ferias.

En esta obra el autor entró en los estratos
profundos de la idiosincrasia gallega. Se trata de la
unión de una devoción espontánea y de la
superstición milenaria del campo de su tierra. La
tradición no se nos ofrece tal como se ha recogido del
pueblo. Él la ha estilizado a su modo, pero siempre
manteniendo las dos notas fundamentales del ser gallego: el
sentido musical y el predominio femenino.

Voces de gesta es una tragedia pastoril en
verso estrenada en Barcelona. En ella el rey Carlino y sus
pastores vascos o navarros sufren la violencia y el abuso de los
soldados del rey pagano, uno de cuyos capitanes viola y ciega a
Ginebra, dejándola embarazada. Años después,
el capitán matará a su propio hijo ante su madre,
Ginebra, que cortará la cabeza del capitán para
ofrecerla al derrotado rey Carlino.

Voces de gesta, es un canto apasionado y vehemente a la
tradición, pero un canto elegíaco, porque en ella
se mitifica una derrota y la idea de una España imposible
de mantener. La acción, violenta y agridulce, parece
recorrida por un viento misterioso, de amor y terror.

 La edición de Voces de Gesta
apareció lujosamente ilustrada por artistas como Ricardo
Baroja, Rafael Penagos o Julio Romero.

La lámpara maravillosa es un ensayo de
corte modernista al que Valle-Inclán concedió
siempre una gran importancia, pues le reservó el volumen
primero de su Opera Omnia, aun cuando esta colección de
sus obras completas había iniciado su publicación
unos años antes. Se trata principalmente de un ensayo
estético, escrito en forma autobiográfica, en el
que se reflexiona sobre el hecho artístico en general y
sobre la literatura en particular. Es, pues, una obra central en
el corpus valleinclaniano por cuanto en ella se desarrolla la
estética y la ética del autor gallego. La
estética no sólo de sus obras anteriores, sino
también y, en buena medida, de su producción
literaria posterior.

Etapa de transición: del idealismo al esperpento
pasando por el mito.-

Las novelas de la trilogía denominada La
guerra carlista
: Los cruzados de la causa , El
resplandor de la hoguera
y Gerifaltes de
antaño
inauguran la segunda etapa llamada "de
transición", porque el estilo modernista se suaviza se
tiñe con rasgos y procedimientos estilísticos que
se aproximan a la tercera etapa, la del "esperpento".

Tratan de episodios de la guerra civil entre carlistas y
liberales sobre un fondo histórico, utilizando personajes
reales y ficticios. En esta trilogía evoca ambientes y
personajes con plena libertad, sin tener que supeditarse
fielmente a los datos y hechos reales; y, aunque hay en él
un rechazo de los liberales, y la causa carlista se vislumbra
como un ideal redentor, la guerra aparece como algo
diabólico y deshumanizador y es el pueblo llano el que
sufre sus consecuencias.

El carlismo fue un movimiento político surgido en
España de la controversia dinástica producida a la
muerte de Fernando VII (1784 -1833) como consecuencia de la
abolición realizada por éste, poco antes de su
muerte, de la Ley Sálica, que no permitía la
transmisión de los derechos de sucesión a la corona
por vía femenina. Por esta abolición quedó
excluido de la sucesión el Infante Carlos María
Isidro, hermano del rey, y fue proclamada heredera
legítima la futura Isabel II. Los "carlistas" -así
llamados los partidarios del Infante Don Carlos y que formaban el
ala más conservadora de la sociedad española de la
época, englobando a los denominados Apostólicos,
católicos tradicionalistas y sobre todo a la
reacción antiliberal- nunca reconocieron a la reina Isabel
y promovieron tres guerras civiles en el siglo XIX.

Como ideología, los carlistas eran defensores a
ultranza del Antiguo Régimen, la patria, la
religión católica, la monarquía absolutista
y la continuidad tradicionalista ("Dios, Patria, Fueros, Rey") y
estaban en contra de los partidarios del sistema parlamentario y
de las reformas liberales, surgidas como consecuencia de las
ideas renovadoras de la Revolución Francesa Francesa y de
la revolución industrial, que dejaban desfasada a la
antigua sociedad agraria predominante hasta entonces en
España.

La guerra carlista forma una especie de retablo
novelesco en el que la simpatía del autor se vuelca en las
partidas carlistas. En cuanto al estilo, la prosa modernista, que
todavía persiste, va transformándose con un estilo
menos efectista y esteticista, más grave y personal, con
acentuación de los rasgos expresionistas que dejan
percibir ya un claro proceso de esperpentización,
intensificado a lo largo de la trilogía en las
descripciones de determinadas escenas y personajes.

Las Comedias Bárbaras: Se podría
calificar como un género intermedio entre la novela y el
teatro. Puede decirse que es una novela dramática.
Representa en intensos cuadros dramáticos la historia del
mayorazgo y y su familia. Aquí, el orden
cronológico no se corresponde con el orden de
acción. Contrapone al mayorazgo, Sabelita, Dª
María y Cara de Plata a los degenerados lobos, a Dº
Galán, Pedro Rey, al abad de Lantañón.
Comienza con Cara de plata, sigue con Romance de
lobos
y finaliza en Águila de blasón.
A pesar de la unidad argumental, Cara de plata presenta
notables diferencias en el estilo por haber sido escrita mucho
después.

Estas figuras son el resto del viejo mundo
hispánico, de la vieja hidalguía despótica,
pero valerosa. Todo esto se halla en degeneración, en
trance de desaparición. La noble ambición ha sido
sustituida por la avaricia. El apasionamiento por la lujuria, la
fidelidad por la vileza.

El mágico mundo de la Galicia rural, violento,
primitivo y pasional, se presenta con un estilo intencionadamente
tremendista y solemne, con golpes irónicos y
sarcásticos, y personajes y situaciones desaforadas. Don
Juan Manuel de Montenegro, el protagonista, es un viejo
mayorazgo, figura gigantesca, despótica, lujuriosa,
violenta y cruel, pero, también, generosa, justiciera y
leal. Es el ejemplo de una antigua estirpe que está en
trance de disolverse en la más infamante
degradación, acosado por esa jauría de lobos que
son los hijos, ya absolutamente envilecidos.

Valle crea un espacio dramático que es una
Galicia intemporal de estructura social arcaica, semifeudal,
decadente y primitiva y con infinidad de personajes de toda
índole -catervas de mendigos, chalanes, hombres de
iglesia, campesinos y hasta alguna alma en pena- que pululan por
escenarios múltiples: pazos señoriales, iglesias,
caminos, ferias, cementerios e, incluso, la cubierta de un
galeón. La acción dramática se desarrolla
mediante una rápida sucesión de cuadros y las
acotaciones, muy extensas y frecuentes, cobran por sí
mismas valor literario con una prosa modernista, armónica
y arcaizante, salpicada de trazos
esperpénticos.

Etapa esperpéntica.-

Desde 1919 en que aparece la Pipa de Kif, Valle
evoluciona hacia lo que se llamará esperpento. Esta
palabra adquiere en el escritor gallego una significación
precisa. La obra realizada mediante una estilización
sistemática, que deforma y rebaja la realidad. La
expresión y el estilo es una estética deformada y
que el fondo será siempre la vida miserable de
España. El origen del esperpento está en la
preocupación, en el propósito de expresar lo
español.

En el escritor gallego siempre hubo una conciencia
cívica. Es bien palpable su desacuerdo con la realidad
político-social contemporánea y se preocupa en
buscar recursos artísticos que hagan más eficaz
esta actitud crítica: su respuesta es la figura del
esperpento.

¿Qué es el esperpento?: en castellano,
esperpento significa persona o cosa fea, extravagante, absurda,
ridícula, y, también, disparate o desatino. Don
Ramón lo define como una deformación
sistemática de la realidad, destacando de ella, sobre
todo, lo grotesco. Surge como una crítica suya hacia lo
que ve a su alrededor, pues contempla el presente
histórico español sumido en la mediocridad y el
fracaso en todos los órdenes de la vida. En sus obras pasa
de una Galicia mágica a la realidad de una España,
según él, a la deriva, ineficaz, violenta,
miserable y degradada. El esperpento es, valga la redundancia,
una caricaturización de lo que lo que ya es caricatura,
donde domina el humor negro, el sarcasmo y la ironía. Los
héroes desaparecen y solo quedan personajes
deshumanizados.

En el lenguaje esperpéntico se entremezclan
expresiones cultas y también pedantes, citas literarias y
mitológicas, incluso términos vulgares o propios de
las jergas de la delincuencia. El término grotesco es una
palabra clave con la que el autor define, además del tipo
de personajes o la realidad que el escritor pretende mostrar, la
lengua usada en estas obras.

Es una forma de hablar nueva en su conjunto pero
sumamente efectiva, pues es un procedimiento eficaz para
desenmascarar la realidad y hacer, a través de ella, una
denuncia social de los defectos de la sociedad española
con la esperanza de purificarlos.

Valle-Inclán, en boca de su personaje Max
Estella, en Luces de Bohemia dice que el esperpento lo
ha inventado Goya con sus pinturas grotescas de monstruos y
personajes deformados: son Los caprichos del genial
pintor. Su perspectiva sobre los personajes es la misma que
utiliza Cervantes con El Quijote, Quevedo en sus
sátiras o Larra en sus artículos
satíricos.

El autor de Luces de Bohemia afirmó en
una entrevista que hay tres puntos de vista estéticos
frente a las personas, el mundo y la realidad: de rodillas, de
pie o levantado en el aire. La primera es propia de la literatura
clásica -la tragedia y la épica- en la que el autor
se siente inferior a sus personajes, que son dioses y
héroes; la segunda, ejemplificada por el teatro de
Shakespeare al considerar a sus criaturas como personas de carne
y hueso, reales como él mismo y la tercera contempla a los
personajes distanciadamente en ridículos, grotescos e
inferiores al creador, puesto que en la literatura
contemporánea ya no hay héroes míticos y
los dioses se convierten en personajes de
sainete.

Lo grotesco se va intensificando paulatinamente en sus
obras y serán un componente fundamental en sus farsas.
Cuatro son las que escribió: La Marquesa Rosalinda.
Farsa sentimental y grotesca
, Farsa Infantil de la
Cabeza del Dragón
, Farsa de la Enamorada del
Rey
y Farsa y Licencia de la Reina Castiza ,
reunidas las tres últimas en el volumen Tablado de
marionetas para educación de
príncipes.

En estas farsas Valle observa la realidad de manera
deformante y burlona. Ya se ve en ellas un componente popular y
un tono paródico. El carácter poco respetuoso y la
ironía de las primeras farsas se tornan en mordaz
caricatura en Farsa y Licencia de la Reina Castiza,
donde las situaciones y los personajes históricos se
convierten en "muñecos", como es el caso de la reina
Isabel II y su marido consorte. El carácter popular del
lenguaje, la animalización de los personajes, la
sátira política reinante en ellas ya hace que se
vislumbre el esperpento.

Con La pipa de Kif Valle-Inclán da paso
en sus poemas a lo grotesco, a lo esperpéntico. Esta obra
ha sido definida como una colección de estampas
trágico-humorísticas. Esta obra se encuadra entre
un modernismo pseudoabandonado y una ironía que critica
paradójicamente aquello mismo que vive.

Se aprecia una doblez significativa en el vocabulario
religioso; una sexualidad bacanal y orgiástica; un
determinismo atenuante del comportamiento del hombre-animal;
conocimiento del mundo de la superstición;
brutalidad.

Las rimas son sencillas, recuerdan a las composiciones
infantiles. El pie quebrado irrumpe en las estrofas más
largas. La consonancia, a veces martilleante, se supera con un
vocabulario sólidamente adquirido.

Hay algunas narraciones que se reparten en varias claves
que denomina partes; otra, a su vez, dividida en
escenas.

Tirano Banderas se puede decir que es la
primera novela esperpéntica de Valle-Inclán y
considerada por la crítica como una de las cumbres de la
novela española de todos los tiempos. Es también la
primera escrita por un español sobre América. En
ella combina la descripción ambiental, la crónica
novelesca y la novela de acción. Utiliza la técnica
de acciones o descripciones sintéticas, rápidas,
cortantes y es de una gran riqueza y variedad
episódica.

Partes: 1, 2

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