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Guamán Poma, escritor por el dolor de su pueblo (página 2)



Partes: 1, 2

 

2. El modelo de
escritor válido para estas tierras

Intuyó, genialmente, que la mejor manera de
defender a su pueblo no era peleando con las armas en los
campos de batalla sino escribiendo. Tampoco gestionando en
palacios, audiencias o gobernaciones sino quejándose,
denunciando, conmoviendo. ¿Ante quién? Ante el rey
de España.
¿Cómo? Mediante una carta que fue
volviendo interminable mientras lo escribía, que le
consumió sus bienes, su
hacienda, perdió mujer, hijos,
reputación, cargos y que él escribiría
huraño, delirante, loco y por la cual perdió en
conclusión la vida sin que la carta llegara
jamás a su destino.
Esa carta apelaría sobre todo al sentimiento y al corazón
del monarca español en
cuyos dominios no se ocultaba el sol. Entonces
está escrita con lágrimas, rabia, sollozos,
despecho, sin dejar de construir un sustento doctrinario e
ideológico. Y sin dejar utopía posible por avizorar
y ponerla a la vuelta de la esquina. Puso todas sus esperanzas en
el platillo de esa escritura
desvelada, entrecortada, de estertor con la cual se ilusionaba
que iba a redimir, redimiendo así la suerte de sus
hermanos al verlos sufrir y morir como sufrían y
morían.
Y se hace escritor de manera compulsiva y violenta, para
defender. Recurre a la escritura como un garrote con el cual
luchar. A la lengua y al
idioma castellano y su
escritura para denunciar, quejarse y clamar por el dolor de su
gente, convirtiéndose, humillándose,
exaltándose, provocando e insultando a medio mundo,
arrodillándose sin hacer caso a la coherencia de su
discurso, o a
la sintaxis, o a la forma y a la ponderación de su
alegato.

3. El mundo al
revés

Pero antes tuvo que aprender ya adulto siquiera los
esbozos de dichos lenguajes, desde el castellano oral
difícil para un quechua hablante, el código
de la escritura casi inalcanzable para un ágrafo de cuna,
el manejo de la pluma y la tinta increíble para un andino
cósmico y con la cual debía dibujar el castigo, las
penas y el clamor de la gente, siendo su aprendizaje
arisco y brutal.
Tal fue su urgencia y compulsión que los rudimentos en el
dominio del
código de la escritura lo aprendió de su hermano
materno –este sí mestizo, mucho menor y no indio
puro como él– y que profesó el sacerdocio
quien a trompicones le enseñó a leer y escribir,
además de instruirle algo en latín y griego que
él salvajemente aplica en sus escritos.
Utilizó la escritura para inquietar, fustigar, conmover,
enarbolar la bandera de la redención de su pueblo, de su
raza y de su identidad.
No escribió para estar y sentirse bien, para complacerse y
tener éxito o
buena posición social. Más bien en este designio
perdió toda su riqueza dedicándose a escribir y
previo a ello a investigar la realidad.
Fueron tantas las dificultades que tuvo que superar, las barreras
que tuvo que vencer para escribir que es un mártir, un
héroe, un gladiador, y son tantas las intuiciones geniales
a las que arribó, el adelanto de ciencias ni
siquiera antes avizoradas quizá gracias a su actitud
ingenua a tal punto que no falta quien, para explicar este
fenómeno, le quiera atribuir poderes sobrenaturales.
En realidad, los tuvo para darse cuenta que el mundo estaba al
revés, para empeñarse en enmendarlo y persistir
hasta morir en el intento.

4. En realidad,
¿quién era?

Guamán Poma era hombre de
puna, llacuaz, un yaro, jalquino, de paja brava, zorro de arriba,
águila y puma. ‘Rey de las aves y de los
animales de
tierra’,
apuntaba él mismo socarronamente.
Fue indio noble y con tal de defender a su pueblo haciendo
constar en un escrito sus sufrimientos y vejámenes de
parte de encomenderos y adoctrinadores– llegó a ser
mísero y hasta un mendigo. ¡Qué signo,
determinista y fatal se cierne a veces sobre la escritura!
Nació en San Cristóbal de Santunto, dependencia de
Santiago de Chipao, perteneciente al corregimiento de Lucanas y
al obispado de Huamanga. Su linaje y sus antepasados eran
huanuqueños, de sangre
Yarovilcas, pero la tierra
donde vino al mundo él fue en las alturas de Lucanas.
Debió nacer luego de la invasión española a
las tierras del Tahuantinsuyo, en 1535, o un poco
después.
Su nombre es totémico: Guamán, que es águila
y Poma, que es puma, deidades adoradas en el antiguo Perú.
Pudo haber nacido incluso antes de la incursión europea a
estas tierras pues no se precisa bien la fecha de su nacimiento.
Su denominación como Felipe Guamán Poma de Ayala es
una investidura prestada por él mismo quien en un momento
se autodenominó Felipe, por el Rey de España, y
Ayala por un español tutor y amigo a quién
él tributa toda clase de
reconocimientos.
Es indio, no mestizo; quien, así como se apropió de
la escritura para defender y combatir, se apropió de la
genealogía y estructuró su árbol
genealógico de tal modo que sus ancestros pasan por los
soberanos incas y se
remontan hasta descender de un origen divino.

5. La
obra

La obra que escribió es un libro rudo,
tembloroso y mesiánico que tituló "Nueva
Corónida o Buen Gobierno",
"corónida" por decir crónica en su mal lenguaje,
siendo un alfabetizado compulsivo, quien para continuar con su
memorial lo escribía en lengua de Castilla como
también en quechua, a veces en aimara, sin obviar el
latín y hasta en griego.
Lo hizo sin saber escribir de modo seguro, pues en
muchos pasajes hace un amontonamiento de palabras sin ninguna
sintaxis que ha motivado que se diga que pudo ser escrita en
estado de
embriaguez
O, cuando las palabras ya no le alcanzaban o ya no podía
describir ni dar pábulo a sus experiencias, emociones e
ideas, entonces dibuja. O repetidas veces, manifestando que era
imposible continuar algo, solía llorar.
Su obra la escribió a lo largo de más de cuarenta
años (1567 a 1613), como él lo dice, hecho que ha
sido cuestionado aduciendo que en algunos períodos ofrece
datos que
ocurrieron en fecha posterior que él dice vivirlas. A esto
se refuta diciendo que el original pudo actualizarse.
Más bien la escribió con el alma en vilo,
o como si se estuviese al borde de un abismo, o ante el morir,
como él decía.

6. El dolor de las
lenguas

Tres siglos esta obra urgente y perentoria para aliviar
los males de la gente, permaneció oculta y sepultada. Pero
¿cómo es que fue a parar en donde se la
encontró sin sospechar nunca de ella? Su descubridor
después de aquellos tres siglos fue el director de la
Biblioteca de
Gottinga, Richard Pietschmann, quien se dio de bruces con ella en
la Real Biblioteca de Copenhague en Dinamarca, encuadernada en
pergamino, numerada como el manuscrito 2232 de la
colección real. Y la presentó con un informe en el
Congreso de Americanistas realizado en Londres en 1912.
Al dolor con el cual fue escrita se suma el dolor de su olvido y
enclaustramiento.
Pero hay uno de esos tormentos significativos, cual es el dolor
de las lenguas con que fue escrita, de la escritura abrupta y
retorcida de sus líneas y las épocas en pugna, de
los instrumentos, de los instrumentos con los cuales él
escribe, de los códigos, porque cuando ya es impotente
para escribir dibuja. Donde todo es asombro, estupor,
confusión y debajo dolor.
Pero a esa confusión de lenguas se agrega otra más.
El manuscrito se encontró en Copenhague, en una biblioteca
y en un país de otro idioma, bajo la cúpula de una
biblioteca de una lengua extranjera que a él le hubiera
aturdido, el danés, idioma más extraño
todavía a aquellos en los cuales el legajo había
sido escrito.¡Qué desorden de lenguas para el buen
gobierno para su pueblo, que era su cometido y sigue siendo
utopía y sigue siendo ilusión día tras
día!

7. Los
viajes

Para escribirla tuvo que realizar constantes viajes y en
muchos casos dando vueltas sobre una red de caminos como en
una noria.
Estos signos
mágicos, estos recovecos y pasos laberínticos de su
crónica por el mundo real y el otro por el mundo de la
ilusión de un buen gobierno y la esperanza de
redención para que todos se hagan buenos, explotados y
explotadores, ¿no tienen acaso un signo
trágico?¿Y aquel otro viaje simbólico y
laberíntico y por extramares, mágico y
atávico para ir a
dar a la Real Biblioteca de Copenhague y permanecer allí
recluida durante tres siglos?¿Habráse terminado
este sino? Ahora, ¿se la comprende?, ¿se la
conoce?, ¿se entiende lo que dice?, ¿se
explica?
Guamán Poma para escribirla se impuso investigar la
realidad, viajar por los pueblos.
Él era cacique de su provincia y al ver la
explotación despiadada de sus hermanos de sangre y raza, y
sabiendo que las leyes dadas por
España se dedicaban a protegerlos se propone escribir
dicha obra y de ese modo podía arremeter contra los malos
funcionarios corrompidos.
En tal propósito consideró seriamente que lo mejor
sería informarse bien averiguar, investigar, hacer
anotaciones siendo el primer periodistas de estas tierras.
Armó su equipo, donde consideró a su caballo y a
sus dos perros con los
cuales se lanzaron a los caminos. A entrevistar a los antiguos, a
los viejos.

8. El autor que
camina

Se dedica a visitar pueblo por pueblo para conocer su
vida y sus costumbres.
Él mismo se dibuja bajo la lluvia, con relámpagos y
truenos; pone el sol a un lado y a la luna en otro significando
de ese modo transcurso, viaje o devenir, dando lo mismo caminar
con luz de sol o de
luna.
El mismo se denomina "vagamundo" o "el autor que camina", de
feria en feria pueblerina, de valle en valle, de cuenca en
cuenca, deambulando por los mercados, por las
fondas de mala muerte, con su
castellano mal hablado, pernoctando a veces en guaridas de
bandidos.
¿Qué hace en todas estas circunstancias? Observa,
conversa y anota. No olvida mentalmente nada. Registra como una
misión
esencial en su vida, haciendo cálculos y comparaciones,
recogiendo información de toda clase, sobre hechos
históricos, sobre el origen de los antepasados, sobre
costumbres, medicinas, aspiraciones de los pobladores, pero sobre
testimoniando el dolor de la gente expoliada por mandones y
mandoncillos.
Llegaba a un pueblo y buscaba a los ancianos de más de 100
años y a los quipukamayos que leían los kipus en
quienes lo primero que resalta de sus relatos es la grandeza y el
esplendor del imperio incaico.
En este trajinar andariego perdió su caballo, de nombre
Guiado, murieron sus perros Lautaro y Amigo, y se le
escapó el hijo que llevaba: Francisco.
Cuarenta años caminó llevando en su alforja estas
hojas de su manifiesto con el cual redimiría a sus
hermanos.

9. Otra era la
condición que correspondía a los
indígenas

De lo primero que se dio cuenta es que el mundo no
había sido así. Los abuelos le informaron de la
grandeza del imperio incaico, de la nobleza insigne, de la
justicia proba
y de las leyes justas y benefactoras que imperaban, de lo cual
ahora por obra de las armas extranjeras solo quedaban ruinas y
despojos porque vino una cultura del
saqueo, del egoísmo y del engaño.
Ocho décimas de la población de los antiguos peruanos
habían desaparecido. Es decir, de cien ochenta. Y su obra
se torna denuncia de los crímenes y atrocidades que se
seguían cometiendo en contra de los indios parias,
míseros, tratados peor que
bestias. "Peor que los mismos perros". Y había que
poder mirar al
revés, vueltos de cabeza para darse cuenta que otra era la
condición que correspondía a los
indígenas.
Pero, ¿qué infierno y lugar de condenación
es este que hasta los virreyes en sus informes
suplican piedad para los indígenas? Ellos
¿gobernaban o no? ¿Qué lógica
es esta? Lo concreto del
poder ¿quiénes lo tenían? Corregidores y
encomenderos. Los virreyes hacían vida social y de vez en
cuando se condolían de la miseria de los hombres de su
reino, "los más pobres del planeta", según ellos
después de haber pertenecido a una sociedad en
que no hubo un solo desprotegido o que se quedara un día
de hambre en el gran Tahuantinsuyo.

¿Cómo escribió su obra? Conversando
con los pobres, trabajando en todos lados. Él mismo lo
refiere:

"dexando mis casas y hijo y haciendas etravajado
enrandome a medio de los pobres… prendiendo las lenguas y
leer y escribir siruiendo a los dotores y a los q. sauen y alos
q. no sauen y meecriado enpalacio en casa del buen gobiern en
la audiencia y e servido a los sañores bisorreys oydores
prisidentes y alcaldes de corte y a los muy yllustres Yn
cristos Sa obispos y a los ilustres comisarios y etratado a los
padres corregidores comenderos becitadores ceruiendo delengua-
y counersndo y preguntando a los espanoles pobres ya Ynºs
pobres y anegros pobres euisto becitador de la Sta. yglecia y
becitador general de Ynºs tributarios y rreuicias y
conparación de tierras y como pobre con ellos trato y
anci me descubre su pobresas y a los padres sus soberbias lo
tanto trauajo de la soberbia delos pe corregor comendero de
caciques prencipales los q. percigue alos pobres dejesucristo
aueces es de lorar aueces es de reyr…

La recopilación folclórica que hizo
Guamán Poma incluso por sus propios detractores es
reconocida como extraordinaria y valiosa. Recoge cantos, danzas,
ritos agrícolas y religiosos, poemas, uno de
ellos estremecedor: "El cráneo del traidor beberemos en
él / llevaremos sus dientes como collar / de sus huesos haremos
flautas / de su piel haremos
un tambor / entonces bailaremos".

11. Un visionario
solitario

Pensó solo, sin tener grupo o un
colectivo de personas que lo secundaran. Su texto
así es un soliloquio, un hablar a solas, una
confesión de parte consigo mismo.
Su defensa de los indígenas no era una corriente de
pensamiento
compartida, porque era arriesgado hacerlo. No se conocen otros
nombres de personas que formaran con él un grupo de
amigos, un cónclave o cofradía con los cuales
pudiera compartir, debatir, confrontar sus ideas. Rumiaba sus
pensamientos, mascullaba palabras, acunaba sentimientos pero solo
y luego las escribía.
Y debió proteger y salvaguardar sus escritos como si fuera
un tesoro.
Su informe al rey era su nave, su tabla de salvación, su
asidero en el abismo. Todo lo vivía para consignarlo en
las páginas de su atestado, sin dejar de ser una carta
personal,
solitaria y confidente que al final llegó a constituir un
legajo de 1179 páginas, con 400 dibujos de la
vida cotidiana, de las costumbres y de los hechos sociales e
históricos de su época.
Escribir con las entrañas abiertas. Escribir como si
estuviéramos amarrados a un cepo y fuéramos a
morir, amando y odiando fue su destino de este apóstol
indio.

12. El
precursor

Fue un idealista de solemnidad y en el fondo un alma
candorosa y hasta ingenua. Pensó en la magnanimidad del
Rey de España y él en su brazo para corregir los
males del mundo de este quijote indiano Pensaba en que las leyes
son buenas y los que las aplican son malos, venales y
abusivos.
Fue un recogedor fascinado de tradiciones, un documentalista
íntegro, un científico de la información y,
a su manera, un innovador de contenidos asombrosos en el campo de
la
educación y el desarrollo
social.
Tal como lo dejara consignado el historiador Juan José
Vega en su libro "Guamán Poma, el precursor":
Fue visionario en una época en que sólo una mente
delirante hubiera concebido: la educación femenina,
la educación por el arte, la enseñanza bilingüe, la
educación permanente, la educación universal.
Avizoró disciplinas y profesiones, tales como: el
folclore, la geografía, la
antropología, los estudios afroperuanos;
aparte de tener intuiciones geniales respecto al evolucionismo
social, la teología de la liberación, la jornada
laboral
limitada a las ocho horas.
Fue precursor también, en el año 1600, en que
vivió, de la independencia
americana.
Por más de tres siglos solo existió un ejemplar de
su obra, manuscrita por él mismo. Absolutamente cerrada
por tres siglos estuvo esa epístola dirigida al rey que
él abriera y volviera a abrir bajo las estrellas de los
cielos de todos los pueblos por los cuales anduvo.
¿Conocerla hubiera cambiado en algo el destino de las
poblaciones indígenas?.
Lo menos que podemos decir es que él fue un escritor
valiente y no complaciente. Vigoroso y no de la morbosidad,
sincero y no medrero.

13. Una obra
apasionada

Traza siete escatologías de animales para
parodiar y caricaturizar la fauna que diezma
y tortura a sus hermanos indígenas: El tigre
(españoles del tambo), serpiente (el corregidor),
león (el encomendero), zorro (el cura aldeano o padre de
la doctrina), gato (el escribano), ratón (el cacique
principal).
"estos dichos animales que no temen a Dios, desuellan a los
pobres indios en este reino, y no hay remedio, pobre de
Jesucristo".
En su crónica hay dolor y queja contra la desmesurada
codicia de corregidores y encomenderos.
Es apasionado, fanático, parcial. En ello se le va la
vida. No es neutro ni imparcial, ni sereno ni ponderado.
¿Cómo había de serlo teniendo el abuso y
la muerte por
delante? Es luchador, vive apostrofando, divagando si se quiere,
pero defendiendo lo urgente. Toma partido por algo.
Su obra, como él lo dijo: "A unos arrancará
lágrimas, a otros maldiciones, a unos risas; otros lo
encomendarán a Dios…"
A ratos riguroso a ratos alucinado. Por momentos cuerdo y por
momentos desmesurado, en instantes piadoso y en otros delirante y
exacerbado.
A ratos creyente a ratos apóstata, reencarnación de
la behetría que subsiste en el fondo y en la inconciencia
del alma de nuestra gente.

14. Su genio y su
lenguaje viperinos

Sería difícil encontrar un explorador,
recopilador, procesador de
información y sobre todo un defensor de su pueblo
más vivo y arriesgado que él. Fue también,
por este motivo, el primer ambulante del Perú, que andaba
escribiendo en el libro que llevaba bajo el brazo por los
obrajes, las minas, los puertos, orillando el curso de los
ríos, o en las casuchas de los pastores y siempre acerca
de la vida y el sufrimiento de la gente.
En todo sitio –a veces a la luz de la luna– iba
escribiendo, fue primero un maravilloso lector oral, que no
tenía casa y dormía en los zaguanes de donde era
arrojado porque su presencia y su modo de ser resultaban
impertinentes.
Su genio y su lenguaje eran virulentos, constantemente procaces y
quien tuvo diversas denuncias como un indio "de mala
inclinación". Se conoce que quitó mujer y le
quitaron también su mujer, que era jaranero y andaba y
bailaba hasta el amanecer.

15. Indio
levantisco

Y es que nada más chocante para aquella
época que un indio orgulloso. Mucho más que
tenía mucho de verbo y qué decir.
Porque se tiene el estereotipo de ubicar al indio sumiso,
súbdito y servil.
De allí ¡qué sublevación debe haber
causado entonces la imagen de un
indio rebelde, vigoroso, desenfadado! Con lengua fácil
para aducir, replicar, debatir, presto a la denuncia, a acusar,
señalar entuertos y malas acciones.
Un indio así debe haber sido inaguantable, juzgado desde
su condición de indio. Estas libertades hasta se
podían permitir en cualquier otra raza o clase pero no en
un indio.
Fue un indio perennemente sublevado, pese a que se declara
vasallo del rey y cristiano fervoroso. En el fondo se pone las
investiduras del rito occidental para bufar, bramar, despotricar.
Se atilda para lanzar su grito herido en nombre incluso de los
supuestos valores
occidentales.
Le pusieron en la cárcel porque no era un indio sumiso.
Era un indio arrogante. Tenía él una
fascinación por si mismo. Se dibujaba armonioso, joven,
seductor. Y consignaba por escrito ser
príncipe.

16. Llegó a su
destinatario

De su obra le decía al Rey en su grueso legajo:
"Escrivillo es llorar", por el enorme sufrimiento de su gente y
por los males que en su libro se cuentan.
Fue el primer "gestor de información", pero de aquel
conocimiento
para cambiar urgentemente y redimir la vida y el mundo. Fue
recogedor de la información que nos interesa, porque
está hecha para tomar decisiones de vida o muerte; de
aquella que representa al hombre, que nos dice de la realidad,
que subleva y postula una esperanza.
Sin embargo, su libro "Nueva corónica y buen gobierno" no
llegó a su destinatario. Fue vendida al peso en una
carnicería de Lima cuando su autor ya mendigaba y se
había decepcionado del último intento que hizo de
remitírsela al Rey. Como hemos dicho, fue descubierta en
1908, se presentó un informe de ella en 1912 y
recién dicha obra fue publicada el año 1937.
Está no solo dedicada sino escrita y dirigida al Rey.
Pero llegó a su destinatario 350 años
después cuando el Rey Juan Carlos de Borbón
visitó, en 1972, el Cuzco acompañado de su esposa
la Reina Sofía, circunstancia en la cual, el Alcalde de la
ciudad de ese entonces, don Daniel Estrada, le entregó un
ejemplar editado de aquella obra.¡Qué
extraños laberintos siguen los pasos de los seres y las
cosas!

17. El
marginado de siempre

Guamán Poma quien recogió datos,
informaciones, conocimientos empapados en lágrimas, sudor
y llanto del pueblo que amó y por el cual se hizo
mísero, por el hecho de ser indio ni en vida –ni
tampoco después de muerto– es tomado en cuenta en la
galería de personajes importantes del Perú.
Sigue siendo un marginado. No hay una sola calle, ni una plaza ni
un solo monumento en cualquier ciudad importante de nuestro
país dedicado a su memoria. No
figura ni siquiera entre los retratos de hombres que se los
erigen como aquellos que culturalmente han ayudado a construir el
Perú y que se presenta en la galería de forjadores
de la nacionalidad
peruana, y que lucen, en la galería de retratos en el hall
de la Biblioteca Nacional.
Al contrario, se lo persigue para destruirlo. Se trata de hacerlo
desaparecer. En el último congreso de historiadores
realizado en la Universidad
Católica se consintió que se presentara una
ponencia, a cargo de la italiana Laura Laurencich, en la cual se
negaba incluso su existencia, atribuyéndole su "Nueva
corónida…" al sacerdote chachapoyano Blas Valera, como
si el sufrimiento, el dolor y la lucha feroz con el lenguaje
pudieran simularse.

18. Forjador de
identidad

Cabe imaginar a Guamán Poma de Ayala, que cuando
todo ya no le obedecía, recurría a la oralidad,
también para apostrofar, maldecir, gemir y retorcerse de
dolor por el Perú, expresiones que no han quedado
registradas pero que es posible imaginarlas la literatura y su
ubicación en la realidad en el sentido de cuánta
relación tiene con nuestra identidad que es lo mismo a
decir en cuanto equivale y tiene correspondencia con nuestro
destino como individuos y como comunidad.
En él, César Vallejo, José Carlos
Mariátegui y José María Arguedas,
encontramos la equivalencia del acto de escribir junto y paralelo
al de sufrir, anhelar el bien y luchar por la humanidad. Y,
mientras tanto el dolor permanece y hasta se expande, utilizar la
pluma como un arma de lucha y redención.
Ellos son los paradigmas de
escritores porque en ellos como en ningunos otros está
latente y palpable el drama de nuestra identidad.
Fue el primer recolector de nuestras tradiciones orales, el
primer folclorólogo y documentalista en el Perú;
precursor de muchas corrientes de pensamiento en el Perú
actual.

19. El
modelo de escritor

Constituyen el modelo de escritor no para vender, ni
para tener éxito ni para ganar premios, ya que se cree
ahora que esa es la misión de un escritor, una suerte de
mono de vitrina. Él asume el escribir para defender,
amparar y proteger, para cumplir una alta misión social,
vigilante y redentora, como es la misión que se impuso
cumplir.
Guamán Poma llegó a ser finalmente un hombre de
letras –si se podría llamarlo así– y
constituye un paradigma de
las letras ariscas y conturbadas que alcanza a ser su escritura,
urgido de escribir por el dolor en el que se desangraba su
pueblo.
Llegó a ser el escritor de una obra que quería
cumplir la misión de aliviar el sufrimiento de la gente,
un cronista de su época elevado a la picota de sus
sentimientos y de su conciencia
histórica.
Para quien era un imperativo moral sacudir
la conciencia del gobernante de quien se veía que depende
la solución a los males que afligen a la gente,
reflexión candorosa que no resta mérito a su
descomunal aventura.
Era un creyente en la función
social y redentora de la palabra escrita y eso lo salva y lo
vuelve un referente en la historia humana. Era un
indio sensible, dolido, ofendido, indio de gran coraje que
intuyó el poder mágico y revelador de l palabra
escrita.

20. Un alegato
moral

"Monstruosa miscelánea" dice de su obra
Raúl Porras Barrenechea quien se burla, hace escarnio y
hasta lo calumnia.
Pero Guamán Poma pulsa el lenguaje intentando arrancar
condolencia, piedad, purificación del alma para cambiar el
trato con los indios.
Amar lo nuestro hundir las raíces en la heredad querida.
Alentar nuestra identidad.
Su obra es un monumental legado a nuestra identidad, a la
reconstrucción de nuestra historia, a formar pertenencia e
identidad, personal y colectiva.
Este compromiso con el pueblo, con lo popular, lo humilde, lo
pobre, sencillo y mísero. Esta adhesión al hombre
que sufre. Este vibrar con lo telúrico.
Por solidarizarse y comprometer su vida fue deviniendo en
tormentosa, angustiada e infausta.
A eso llamo escribir para formarnos, querernos y amarnos.
La voz, la palabra y la letra de Guamán Poma que hasta
ahora sangra cuando clama por las condiciones de vida que sufren
los indios en minas, obrajes y haciendas, nos llena de coraje y
esperanza.

Fuente: Instituto del Libro y la Lectura del
Perú.

 

Danilo Sánchez Lihón

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