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Los Rosacruces – Sabiduría Occidental (página 8)




Enviado por Antonio Justel



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XXIX

LA ORACIÓN: SUS REQUISITOS Y
PODER

Para comprender de forma lógica
lo que la oración es, permítasenos encuadrarla en
el siguiente supuesto: Supongamos que Dios en primer
término, y los Espíritus Planetarios en segundo y
junto a Él, conformasen una gran Central productora de
energía
eléctrica, cuyas conexiones alámbricas se
dirigiesen a todos los puntos tanto de cualquier país como
del mundo; admitamos que en todas y en cada una de las casas
existen conmutadores por los que, una vez abiertos, aquella la
energía que antes permanecía fuera, en los alambres
y en la Central, comienza a penetrar en los respectivos
domicilios, iluminándolos o poniendo en movimiento las
correspondientes máquinas o
motores, y, ello,
porque habrán sido dispuestas y usadas normas coherentes
con las leyes que rigen
nuestro mundo a fin de que pueda llevarse a cabo la
manifestación de la energía eléctrica.
Pues bien, y teniendo en cuenta que la conexión entre la
divinidad y el hombre es
permanente, pues en Él vivimos, nos movemos y tenemos
nuestro ser, en todo este esquema, nosotros somos cada casa, cada
domicilio, y, la oración, por tanto, el conmutador
mediante el cual podremos ponernos en contacto con Dios. Ahora
bien, es una ley física que la
electricidad
fluya a través de conductores de cobre o de
otro metal; pero sabemos, sin embargo, que el cristal es aislante
para ella, por lo que, antes de que podamos obtener electricidad,
luz en nuestra
casa, será preciso que dispongamos de un conmutador hecho
de acuerdo con dicha ley, es decir, de un conmutador de cobre.
Porque si empleáramos uno de cristal, con seguridad aquella
no pasaría, no entraría en nuestro domicilio. En
consecuencia y de igual modo, si nuestras oraciones – o
conmutador – se acomodan a las leyes de Dios, el propósito
divino podrá manifestarse a través de ellas y ser
respondido; pero, si de otro modo, la oración fuese
contraria a la voluntad divina – como por ejemplo, si el karma de
por quien se pide impidiera una realización – tal
oración, naturalmente, sería semejante a un
conmutador de cristal respecto al circuito eléctrico.
"Allí donde dos o más estuviesen reunidos en mi
nombre, Yo estaré en medio de ellos", dijo Cristo. Por
tanto, si partimos del calor que
albergan nuestros carbones individuales, y nos juntamos para orar
por algo definido, aquel calor que se encuentra latente en cada
uno de nosotros, puede encenderse en llama y emitir luz y calor.
Quizás no debiera hacer falta que aclarásemos que,
de acuerdo con la calidad de la
oración, así habrá de ser su eficacia.
¿ No es comprensible que si una oración sale de
mentes limpias y de corazones nobles y puros, su capacidad y
efecto han de implicar abundancia de lo que se solicita o pide
?
Así, pues, si los sistemas
orientales emplean la concentración en un punto
determinado para conseguir ayuda divina, al mundo occidental le
ha sido dada la oración, puesto que ésta va a
implicar no ya y en sí misma la fría
concentración intelectual, sino una inmersión o
cooperación del propio sentimiento, conformando un
poder con
capacidad de desbordar lo imaginable. Para ilustrar un tanto
acerca de cómo se lleva a cabo el proceso de
relación hombre-Dios a
través de la oración, tomemos la tromba marina como
ejemplo. Tal vez no hayan visto este fenómeno de la
Naturaleza,
pero es maravilloso e imponente. Por lo general, y en el momento
en que ocurre, el cielo parece colgar muy bajo sobre el agua,
notándose una gran tensión en el aire, como una
depresión o concentración.
Después, y gradualmente, parece como si un punto del cielo
descendiese hacia el agua, a la vez
que las olas, en un cierto lugar, parecen saltar, hasta que tanto
el cielo como el agua se unen en vertiginosa vorágine.
Algo similar viene a ocurrir cuando una persona o
número de personas se unen en fervorosa oración
porque, cuando una persona suplica intensa y sinceramente a un
poder superior, su aura forma como un embudo que se parece a la
parte inferior de la tromba. Esta forma áurica salta en el
espacio a una gran distancia hacia arriba, y estando en
sintonía con la vibración Crística del mundo
interplanetario del Espíritu de Vida, hace descender de
allí un poder divino que entra en la persona o grupo de
personas, y anima la forma de pensamiento
que ellas hayan creado y visualizado. De este modo se
cumplirá el objeto por el cual hayan pedido al unirse.
Ahora bien, como ya hemos advertido, se ha de tener presente que
el método
occidental de orar no debe consistir en un frío proceso
intelectual, pues debe unírsele de manera ineludible una
cierta cantidad de sentimiento adecuado a fin de lograr el objeto
deseado, porque, a menos de esta intensidad de sentimiento
esté presente, el objeto no se realizará. Este es
el secreto de todas las oraciones milagrosas (supuestos
curativos) de que se tiene noticia: la persona o personas que
oraban se hallaron siempre poseídas de un intenso fervor;
su ser entero se encontraba absorbido en el deseo por aquello que
oraban, por lo que se elevaban a sí mismas a los mismos
reinos de lo
divino y hacían descender la respuesta del Padre, que es
el Gran Médico. Pero, para estar en consonancia con la
universal ley del karma y evitar el gran peligro de mal usar este
maravilloso poder, siempre deben ser dirigidas las
súplicas por los demás en consonancia con las
palabras del Cristo: "No se haga mi voluntad, sino la Tuya".
De otra parte, debe saberse que así como cada nación
envía embajadores a las demás naciones, del mismo
modo existen embajadores de cada uno de los Grandes Ángeles
Planetarios presentes en nuestra Tierra. Ellos
son los siguientes:

Ithuriel es el embajador de Urano
Cassiel " Saturno
Zachariel " Júpiter
Samael " Marte
Anael " Venus
Rapahel " Mercurio
Miguel " Sol
Gabriel " Luna

Si bien hemos de advertir que los embajadores de los
planetas son
Arcángeles, en cambio,
Gabriel, embajador de la Luna, tiene la naturaleza de
Ángel.
Más aún, dichos embajadores tienen a su cargo todos
y cada uno de los apartados y negocios de la
vida, como asimismo cada cual tiene atribuidas determinadas horas
planetarias, las cuales son propicias para la invocación
respectiva; motivo por el que – consultando el diagrama
oportuno al efecto – quien quiera dirigirse a un embajador
concreto,
podrá hacerlo en las condiciones más favorables a
su correspondiente petición. Así, por ejemplo:
Sabiendo que Jehová tiene bajo su cuidado y el de sus
ángeles tanto la salud de la forma, es decir
del cuerpo, como todo cuanto se relaciona con la fecundación, alguien que se encuentre
necesitado de recuperar la salud o mismamente de parir o
engendrar ¿ es que no tendrá a bien solicitarlo al
ángel Gabriel, y, precisamente, en lunes, día de la
luna, y cuando ésta se encuentre en la fase creciente ?
Por su importancia, los ángulos de los rayos planetarios
son de influencia decisiva.

XXX

DESARROLLO FUTURO E
INICIACIÓN

Alquimia y crecimiento del alma

El cuerpo denso comenzó su desarrollo en
el Período de Saturno, pasó sucesivas
transformaciones a través de los Períodos Solar y
Lunar, y alcanzará su mayor grado de desenvolvimiento en
el Período Terrestre.
El cuerpo vital germinó en la segunda revolución
del Período Solar, fue reconstruido en los Períodos
Lunar y Terrestre, y alcanzará la perfección en el
Período de Júpiter – su cuarto grado –
así como la Tierra hace
al cuarto grado en cuanto al cuerpo denso se refiere.
El cuerpo de deseos partió en el Período Lunar, fue
reconstruido en el Período Terrestre, será
modificado nuevamente en el Período de Júpiter, y
alcanzará la perfección en el Período de
Venus.
La mente ha nacido en el presente Período Terrestre, ha de
ser modificada en los Períodos de Júpiter y Venus,
y alcanzará la perfección en el período
último, en el de Vulcano.
Si examinamos el diagrama 14 se verá que el globo inferior
del Período de Júpiter se encuentra situado en la
Región Etérica. Por tanto, sería imposible
el uso de un vehículo físico allí, pues
únicamente el cuerpo vital puede ser usado en la
Región Etérica. Sin embargo, hagamos la observación de que no debe suponerse de
ningún modo que después de haber transcurrido tanto
tiempo desde
que comenzó el Período de Saturno hasta el final
del Período Terrestre, empleado todo él en
completar y perfeccionar el cuerpo denso, éste sea
abandonado completamente para que el hombre pueda funcionar en un
vehículo "más elevado", pues la Naturaleza no
malgasta ni desperdicia absolutamente nada. Su economía es
proverbial.
En el Período de Júpiter las fuerzas del cuerpo
denso serán superimpuestas sobre un cuerpo vital al
completo. Este último poseerá, además de sus
propias facultades, los poderes del cuerpo denso, por tanto
será un instrumento mucho más útil para la
expresión del triple espíritu que si estuviese
constituido por sus únicas fuerzas exclusivamente.
De forma similar, el Globo D del Período de Venus
está situado en el Mundo del Deseo (véase diagrama
14) y allí no puede emplearse ni un cuerpo vital ni el
denso como instrumento de conciencia, por
lo que, en consecuencia, las esencias de los cuerpos vital y
denso perfeccionados serán incorporadas allí
también a un completo cuerpo de deseos,
convirtiéndose por ello éste último es un
vehículo de cualidades trascendentales, adaptado
maravillosamente y sensibilísimo al menor impulso del
espíritu interno, tan superior a nuestras presentes
limitaciones, que actualmente está más allá
de nuestra más elevada concepción.
Aún siendo así, la eficiencia de
este espléndido vehículo será trascendida
cuando en el Período de Vulcano su esencia, junto con las
de los vehículos vital y denso, se agreguen al cuerpo
mental, que se convertirá entonces en la más
elevada expresión de los vehículos humanos,
conteniendo en sí mismo la quintaesencia de lo mejor que
había en la totalidad de sus vehículos. Si el
vehículo del Período de Venus está
más allá de nuestra comprensión actual,
cuánto más no habrá de estarlo el que
prestará su servicio
más exquisito a los divinos seres del Período de
Vulcano.
Durante la involución, las jerarquías creadoras
ayudaron al hombre a despertar a la actividad su Triple
Espíritu, el Ego, a fin de que construyera el triple
cuerpo y adquiriera el eslabón de la mente. Ahora, no
obstante, y por emplear el lenguaje
bíblico, en el séptimo día Dios descansa; el
hombre, pues, debe trabajar por su propia salvación. En
consecuencia, el Triple Espíritu debe completar por
sí mismo la obra del plan que en su
día fue comenzado por los Dioses.
El Espíritu Humano, que fue despertado durante la
Involución correspondiente al Período Lunar,
será el más prominente de los tres aspectos o
fuerzas del espíritu en la evolución del Período de
Júpiter, que es el período correspondiente al arco
ascendente de la espiral. El Espíritu de Vida, cuya
actividad comenzó en el Período Solar,
manifestará principalmente su actividad en el
correspondiente Período de Venus; y, por fin, las
influencias particulares del Espíritu Divino, serán
las más fuertes en el Período de Vulcano, puesto
que, dentro del arco evolutivo, fue vivificado en el
simétrico Período de Saturno.
Estos tres aspectos del espíritu están en actividad
mientras dura la evolución, pero la actividad principal de
cada aspecto se desarrollará en dichos períodos
particulares porque la obra a ejecutarse allí es su obra
concreta y específica.
Una vez que el triple espíritu ha desarrollado el triple
cuerpo y ha obtenido el dominio de ellos
por medio del foco mental, entonces, trabajando desde dentro, es
cuando comienza a desarrollar la triple alma. La mayor
o menor alma que un hombre tenga dependerá de la cantidad
de trabajo que el
espíritu haya efectuado en sus respectivos cuerpos,
cuestión por otra parte ya explicada a raíz de las
experiencias habidas postmortem.
En tiempo presente, todo cuanto el cuerpo de deseos haya sido
trabajado por el Ego queda transmutado en Alma Emocional, la cual
es al fin asimilada por el Espíritu Humano, cuya
contraparte o vehículo especial es el cuerpo de
deseos.
Todo cuanto el cuerpo vital haya sido trabajado por el
Espíritu de Vida se convierte en Alma Intelectual,
constructora del Espíritu de Vida, porque ese aspecto o
fuerza del
triple espíritu tiene su contraparte en el cuerpo
vital.
Y todo cuanto el cuerpo denso haya sido trabajado por el
Espíritu Divino se transforma en Alma Consciente, la que
últimamente se sumerge en el propio Espíritu Divino
porque el cuerpo denso es su contraparte, su réplica, su
emanación material, su reflejo en el mundo tridimensional
o físico en que vivimos.
El Alma Consciente crece por la acción,
por los impactos externos y la experiencia.
El Alma Emocional crece por los sentimientos y emociones
generados por las acciones y la
experiencia.
El Alma Intelectual es un mediador entre las dos anteriores, y
crece por el ejercicio de la memoria, la
que liga las experiencias pasadas con las presentes, así
como con los sentimientos engendrados por ellas, creando y dando
así lugar a la simpatía y antipatía, que no
pueden existir aparte de la memoria, pues los
asentimientos resultantes de la sola experiencia serían
por sí mismos y en sí mismos evanescentes.
Y si durante la involución el espíritu
progresó en el pasado a base de formar y mejorar cuerpos,
la evolución, en cambio, depende ahora del crecimiento del
alma. El alma, por así decirlo, es una quintaesencia, el
poder o fuerza extraída por espiritualización de
cada uno de los correspondientes cuerpos; y cuando un cuerpo ha
sido completamente construido, alcanzando la perfección a
través de diversos estados y períodos en la forma
descrita, su alma extraída es absorbida por uno de los
tres aspectos del espíritu, precisamente por aquél
que generó el cuerpo en calidad de contraparte o reflejo.
Así:
El Alma Consciente será absorbida por el Espíritu
Divino en la séptima revolución del Período
de Júpiter;
El Alma Intelectual será absorbida por el Espíritu
de Vida en la sexta revolución del Período de
Venus;
El Alma Emocional será absorbida por el Espíritu
Humano en la quina revolución del Período de
Vulcano.

La Palabra Creadora

De todos los instrumentos que el espíritu posee,
la mente es el más importante, el especial en la obra de
la creación, pues si la laringe espiritualizada y perfecta
en el futuro hablará la Palabra Creadora, la mente
perfeccionada decidirá tocante a la forma particular y
volumen de
vibraciones, por lo que sin duda será factor determinante.
La Imaginación, fuerza preeminentemente femenina,
será la facultad espiritualizada que dirigirá la
creación.
La imaginación, por tanto, es algo imprescindible,
fundamental. Ella es quien proyecta nuestras casas, nuestros
vestidos, nuestros aviones y nuestro entero futuro. Cualquier
perfeccionamiento, tanto en lo físico como en lo
espiritual, ha de ser imaginado previamente en cuanto posibilidad
para que pueda llegar a convertirse en una cosa real. Si el
lector tiene la amabilidad de examinar el diagrama 3, entre las
funciones de
los diferentes vehículos humanos y las partes de un
estereoscopio, la mente corresponde a la lente. Ella equivale al
foco mediante el cual las ideas producidas por la
imaginación del espíritu se proyectan sobre
el universo
material. Primeramente son sólo pensamientos-forma
(imaginaciones), pero cuando el deseo de realizar las
posibilidades imaginadas ha puesto al hombre en acción en
el Mundo Físico, entonces se convierten en lo que
denominamos "realidades concretas".
De todas formas, actualmente la mente no se encuentra lo bastante
desarrollada aún de manera que pueda permitir dar una
imagen cierta
y clara de lo que el espíritu imagina., es decir, no
está debidamente enfocada, pues proporciona cuadros
confusos y borrosos. De ahí las necesidades de la
experimentación, pues demostrando los defectos de la
primera concepción, conducirá a nuevas
imaginaciones e ideas, y ello hasta que la imagen producida por
el espíritu en sustancia mental haya cuajado debidamente
en sustancia física.
En definitiva, sólo somos capaces de formar en la mente
imágenes que tengan relación con la
Forma porque la mente humana no se desarrolló hasta el
Período Terrestre y, por tanto, se halla ahora en su
estadio primero de forma o "mineral", por lo que en nuestras
operaciones
nos encontramos limitados a las formas, a los minerales. Por
ello, si bien podemos imaginar maneras o medios de
trabajar las formas minerales de los tres reinos inferiores,
apenas si podemos hacer algo o nada en los cuerpos vivientes.
Podemos ciertamente injertar un árbol con una rama
viviente, o llevar una parte viviente de un animal al hombre,
pero en realidad no es con "la vida" con lo que estamos
trabajando sino con la forma únicamente. Esto debe quedar
bien grabado, indeleblemente. Crear la vida está
más allá del poder del hombre, y así
será hasta que su mente no se desarrolle y se convierta en
una estructura
ciertamente viviente.
En el Período de Júpiter, hasta cierto punto, la
mente se vivificará, y el hombre podrá imaginar en
ese entonces formas que vivirán y crecerán como las
plantas.
En el Período de Venus, una vez que su mente haya
adquirido "sentimiento", podrá crear cosas vivientes y
sensibles, además de poseer capacidad para crecer.
Y cuando obtenga la perfección, al final del
Período de Vulcano, la mente podrá "imaginar" la
creación de criaturas que vivirán y
crecerán, sentirán y pensarán.
En concordancia con lo anterior, nuestra humanidad actual
tendrá a su cargo la oleada de vida que comenzó su
evolución en el Período Terrestre, la que
justamente anima ahora a los minerales. En este momento estamos
trabajando con ellos por medio de la imaginación y
dándoles forma, haciendo con ellos barcos, puentes,
ferrocarriles, casas, ordenadores y aviones, además de
vehículos espaciales y otros sueños
imaginarios.
Ya, en el Período de Júpiter, guiaremos la
evolución del reino vegetal, porque lo que,
encontrándose ahora en estado
mineral, para entonces tendrá una existencia
análoga a la de las plantas: Lo haremos de igual modo a
como lo hacen en el presente con las plantas los Ángeles.
Nuestra mente se habrá desarrollado de tal manera que no
sólo tendremos capacidad para imaginar formas, sino que
seremos capaces de animarlas dándoles vitalidad.
En el Período de Venus, los minerales de hoy habrán
avanzado un paso más, por lo que deberemos dirigir a los
animales de
ese tiempo, tal a como lo hacen hoy los Arcángeles con los
animales presentes, dándoles vitalidad y formas
sensibles.
Y ya, en el Período de Vulcano, nuestro privilegio
consistirá en proporcionarles una mente germinal, como los
Señores de la Mente lo hicieron con nosotros en la
Época Atlante. Los minerales de hoy serán la
humanidad de dicho período, y nosotros habremos pasado a
través de estados análogos a los recorridos por los
Ángeles y los Arcángeles y avanzado un poco
más, pues alcanzaremos un punto evolutivo superior al de
los presentes Señores de la Mente, pues nunca tiene lugar
una reproducción exacta en parte alguna, y
sí en cambio un perfeccionamiento progresivo debido a los
trazos hacia arriba y hacia adelante de la espiral.
El Espíritu Divino absorberá al Espíritu
Humano al finalizar el Período de Júpiter, al
Espíritu de Vida a la conclusión del Período
de Venus, y a la Mente perfeccionada – encerrando todo lo
adquirido a lo largo de los siete períodos, a la
finalización del Período de Vulcano.
Posteriormente surgirá un largo intervalo de actividad
subjetiva, durante el cual los espíritus virginales
absorberán todos los frutos del Período Septenario
de Manifestación habido. Pasado este intervalo se
sumergirán en Dios – de quien vinieron – para
re-emerger al alborear otro Gran Día, como otros de sus
Gloriosos Colaboradores, pues durante la pasada evolución
sus posibilidades latentes habrán sido transmutadas en
poderes dinámicos, y habrán adquirido no
sólo Poder de Alma sino Mente Creadora como fruto de su
peregrinaje a través de la materia. Por
tanto, habrán avanzado desde la impotencia a la
omnipotencia y de la nesciencia a la omnisciencia.

XXXI

ACERCA DEL CONOCIMIENTO
DIRECTO

Ayudas de que dispone la humanidad

Toda persona interesada tiene a su disposición
los medios para poder investigar por sí misma todos los
hechos a que hemos ido haciendo referencia anteriormente.
Cualquier hombre o mujer puede
conocer por sí mismo las verdades relacionadas con el
peregrinaje del alma, la evolución pasada y el futuro
destino del mundo, sin necesidad de depender de nadie. Por tanto,
existe, naturalmente, un método para ello que, de seguirlo
de manera persistente, puedan con él desarrollarse los
poderes de un Dios. Y si un buen artesano es sumamente
escrupuloso con las herramientas
que usa o ha de usar, de igual modo el Ego tiene a su
disposición varios instrumentos: un cuerpo denso, un
cuerpo vital, un cuerpo de deseos y una mente. Por lo que, y
obviamente, de su calidad y estado dependerá la obra que
pueda llevar a cabo para adquirir la experiencia que persiga.
No olvidemos que el alma está aquí para adquirir
experiencias por medio de sus instrumentos, y los distintos
cuerpos y la mente son los que le suministra cada nacimiento, y
serán buenos, malos o indiferentes de acuerdo con lo que
se haya aprendido en las experiencias pasadas para construirlos.
Pero sin duda, antes de dar comienzo al trabajo de nuestro
propósito, es lógico que hayamos procedido a
"afilar" nuestras herramientas, a ponerlas a tono para la
finalidad que perseguimos: la unión y equilibrio
entre el Yo Superior y el Yo inferior, las dos polaridades, la
masculina y la femenina; en una palabra, la consumación
del matrimonio
místico entre el triple espíritu (fuego) y la
quintaesencia de su reflexión en la materia o el triple
cuerpo (agua)
Hay tres grados para tal conquista espiritual y tres son las
ayudas al efecto. La primera ayuda es la Religión de Raza,
mediante la cual podremos dominar el cuerpo de deseos,
preparándolo para la unión con el Espíritu
Santo. Su expresión podemos apreciarla en el Día de
Pentecostés, pues como el Espíritu
Santo (Jehová) es el Dios de Raza, todos los idiomas
son dados por Él, cosa que llevaron a cabo los
apóstoles, dado que sus cuerpos de deseos habían
sido suficientemente purificados para producir aquella
unión y despertar en sí mismos dicha facultad (El
conde de Saint Germain, una de las últimas encarnaciones
de Cristián Rosenkreuz, fundador de la Orden Rosacruz,
hablaba todos los idiomas, por lo que todos aquellos a quienes
él dirigía la palabra creían que era de la
misma nacionalidad
que ellos. También él había realizado la
unión con el Espíritu Santo)
La segunda ayuda que la humanidad tiene a su disposición
en este momento es la Religión del Hijo, la
Religión Cristiana, la cual tiene por objeto la
unión con Cristo mediante la purificación del
cuerpo vital. "Hasta que El Cristo no nazca de vosotros…",
dice San Pablo. El cuerpo vital se construye mediante la
repetición, su palabra-clave, pues mediante ella se crea y
consolida la memoria. Los Guías de la humanidad,
pretendiendo dar ayuda inconsciente por medio de ciertos
ejercicios, indicaron la oración como medio de producir
pensamientos dulces y puros destinados a elaborar y mejorar el
cuerpo vital, por lo que recomendaron que "oraran sin cesar".
Cristo mismo dio a la humanidad una oración que, cuan
Él mismo, es única y universal a un tiempo: el
Padrenuestro. Puesto que ya ha sido explicada más arriba,
únicamente remitiremos a ella.
Si las Religiones del
Espíritu Santo (Jehová) o Religiones de
Raza, tuvieron por objeto la elevación del género
humano por medio del sentimiento de pertenencia a un grupo
determinado, ya familiar, de tribu o nación,
el propósito de la Religión del Hijo tiene como
misión
elevar aún más a la humanidad, hasta formar una
Fraternidad Universal compuesta por individuos separados y
libres.
La tercera ayuda consistirá en la Religión del
Padre, que consistirá en la eliminación de toda
separatividad mediante la inmersión en el Uno, así
que ya no habrá más "yo" ni "tú", puesto
que, en realidad, todos seremos uno. Sin embargo, esto no ha de
suceder mientras habitemos la Tierra física, sino en un
futuro estado en el que comprenderemos nuestras unidad con todo,
y teniendo cada uno acceso a todos los conocimientos adquiridos
por cada individuo en
particular. Tendrá similitud a como una sola faceta de un
diamante tiene acceso a toda la luz que se filtra por cada una de
las demás facetas, y siendo una con ellas, si bien
limitada por líneas que le dan cierta individualidad "sin
separatividad". Así también el espíritu
individual retendrá la memoria de sus experiencias
particulares, si bien dado a los demás a un tiempo los
frutos de su propia e individual experiencia.
Por tanto, éstos son los medios por los que a la larga se
purifican los diferentes cuerpos de la humanidad, pero, en
cualquier caso, el aspirante al conocimiento superior trabaja
conscientemente para alcanzar esos fines, por métodos
bien definidos y de acuerdo con su constitución.

Educación Esotérica

Ciertamente, en la mayoría de las personas la
mayor parte de la fuerza creadora que legítimamente puede
usarse por los órganos de generación, es empleada
para la gratificación de los sentidos, por
lo que muy poca cosa puede ascender hacia arriba, tal y como se
indica en el diagrama 2.
Cuando el aspirante a la vida superior, a la vida espiritual,
comienza a dominar sus excesos y dedica cada vez más su
atención a pensamientos y esfuerzos de
naturaleza espiritual, el clarividente educado puede ver ascender
la fuerza sexual no utilizada, siguiendo el sendero marcado,
atravesando el corazón y
la laringe, o directamente por entre el cuerpo pituitario y la
glándula pineal hacia el punto oscuro de la raíz de
la nariz, donde el más elevado espíritu, el Divino,
tiene su asiento.
En alguien que esté buscando la iluminación siguiendo líneas
puramente intelectuales,
la corriente sexual pasará especialmente sobre la
médula espinal, y únicamente una pequeña
parte seguirá el camino del corazón. Por el
contrario, en el místico, que más bien "siente"
antes que conocer, esas corrientes seguirán con
preferencia el camino que pasa por el corazón. Por tanto,
el temperamento del aspirante resulta esencial. De cualquier
modo, ambos están de esta manera desenvolviéndose
anormalmente y cada uno de ellos tendrá que dedicar su
atención a desarrollar lo que antes descuidó, a fin
de complementarse plenamente. Por ello, el objeto de los
Rosacruces es dar enseñanzas que satisfagan a ambas clases
de aspirantes, si bien sus esfuerzos principales se dirigen a la
mente muy desarrollada, puesto que su necesidad es la mayor.
Cuando el candidato ha vivido una vida de valor
espiritual durante cierto tiempo como para establecer la
corriente de fuerza espiritual hacia arriba aludida, y se le
encuentra apto y capacitado para recibir instrucciones
esotéricas, se le proporcionan algunos ejercicios para
poner en vibración el cuerpo pituitario. Esta
vibración hace que este cuerpo choque y desvíe
ligeramente la línea de fuerza más próxima,
la cual, a su vez, choca con la próxima a ella,
continuando así el proceso hasta que la fuerza de
vibración se agota.
Cuando por la vibración creciente del cuerpo pituitario
las líneas de fuerza han quedado suficientemente desviadas
como para alcanzar la glándula pineal, entonces es cuando
se realiza el objeto perseguido, porque se habrá
establecido un puente entre ambos órganos. Se trata del
puente entre el Mundo de los Sentidos y el Mundo del Deseo. A
partir de ese momento la persona se hace clarividente y puede
dirigir su mirada a voluntad, por lo que los objetos
sólidos los podrá ver a un tiempo por dentro y por
fuera, y el espacio y la densidad, en
cuanto obstáculos para la observación,
habrán dejado de existir. No será un clarividente
entrenado o educado, desde luego, pero es clarividente a
voluntad, un clarividente de los voluntarios, acerca de los que
ya hemos hablado. La persona en quien ya se ha construido ese
puente, siempre estará segura de poder ponerse en contacto
con los mundos internos, estableciendo o interrumpiendo a
voluntad la conexión con ellos. Ya no le será
necesario ponerse en trance o llevar a cabo algo anormal para
elevar su conciencia hasta el Mundo del Deseo. Simplemente
queriendo ver, ve.
El recién llegado, de todos modos, si bien es cierto que
ve, deberá aprender sin embargo a ver y a discernir en el
nuevo mundo, porque en el mundo físico los objetos son
densos, sólidos, y no cambian instantáneamente. En
el Mundo del Deseo, por el contrario, cambian de la manera
más fugaz e inestable; de todos modos, las instrucciones
del Instructor, colocan bien pronto al discípulo desde un
punto tal que, aun cambiando la forma todo cuanto quiera,
podrá percibir la Vida que produce dicho cambio, sabiendo
por qué es, y ello a pesar de todos los cambios que puedan
producirse.
En consecuencia, el poder que permite a uno percibir los objetos
de un mundo, en ningún caso es idéntico al de
entrar en ese mundo y poder funcionar en él. Así, y
de esta forma, el clarividente voluntario no debe
engañarse, pues aun cuando haya recibido algún
entrenamiento
y pueda distinguir lo verdadero de lo falso en el Mundo del
Deseo, prácticamente está en la misma
relación que un prisionero tras la reja de la ventana que
lo separa del mundo exterior: puede verlo, pero no puede
funcionar en él. Por tanto, la educación o
ejercitamiento esotérico no solamente abre la
visión interna del aspirante, sino que, a su debido
tiempo, se le dan ejercicios que le suministrarán un
vehículo en el cual podrá funcionar en los mundos
internos de una forma perfectamente consciente.
Como cualquier información o instrucción
esotérica, ésta jamás se vende, pues ello no
es más que el resultado de haberse calificado el
discípulo a sí mismo para recibirla.

Concentración

Lo primero a conseguir es mantener los propios
pensamientos sobre un ideal y mantenerlos, sin permitir que se
desvíen de él. No es una tarea fácil, pero
resulta indispensable que se lleve a cabo en alguna
extensión antes de que pueda llevarse a cabo algún
progreso posterior. La fuerza del pensamiento es el medio
más poderoso para la adquisición de conocimiento.
Si se concentra sobre un asunto, se abrirá camino a
través de cualquier obstáculo y obtendrá la
resolución del problema. Si s e posee la cantidad
necesaria de energía mental, no hay nada que esté
más allá de la comprensión humana.
La gente está pensando constantemente en otras cien cosas
distintas a que aquella que tiene entre manos. Todo triunfo, todo
éxito,
se ha conseguido por medio de la concentración persistente
en el fin deseado; por ello es algo que el aspirante a la vida
superior debe aprender positivamente a hacer. No hay otro camino.
Sin ella, es imposible obtener un resultado fructífero o
alentador. Este ejercicio de concentración mental debe ser
efectuado por la mañana, al despertarse,
relajándose y dejando que el cuerpo no sienta molestias.
Enseguida, tras haberse despertado, es mayor la capacidad para
ponerse en contacto con los mundos internos que en cualquier otro
momento del día. Cuando el aspirante puede formar
imágenes sobre el ideal requerido, consiguiendo
mantenerlas allí, fijas, puede tratar de hacerlas
desaparecer súbitamente y mantener la mente firme, sin
pensamiento alguno, en espera de lo que venga a ese vacío.
Puede que durante largo tiempo no aparezca nada, por lo que el
aspirante debe guardarse muy mucho de crearse visones él
mismo; pero si mantiene esa actitud
puntual y paciente todas las mañanas, un día
vendrá sin duda en que, en el momento de desaparecer
aquella imagen o imágenes, y en algo semejante a la
rapidez de un relámpago, se desplegará a su
alrededor el Mundo del Deseo ante su visión interna.
Podrá, no obstante, aparecer como una mera vislumbre, pero
será una vislumbre de lo que inequívocamente ha de
venir.

Meditación

Una vez que el aspirante al conocimiento directo ha
enfocado la mente durante un tiempo sobre un objeto determinado,
construyendo un pensamiento-forma viviente con la
imaginación, ahora, y por medio de la meditación,
podrá aprender todo cuanto se refiere a tal objeto.
Así, por ejemplo, si lo imaginado ha consistido un
melocotonero en flor, el aspirante podrá tratar de pensar
hacia atrás acerca de cómo se ha ido construyendo
aquella multitud de flores, cómo primero aparecieron unas
diminutas yemas y lentamente se fueron abriendo entre las hojas
para llegar a adquirir una a una y todas juntas la maravilla que
ahora está contemplando; podrá procurar asimismo y
paso a paso el crecimiento de las hojas, de los tallos del
árbol, acerca del engrosamiento año a año
del tronco, incluso ir más atrás y advertir que,
tras ser puesta la semilla en tierra, el caparazón duro se
fue rompiendo para que poco a poco unas raicillas fueran
irradiando en la tierra para expandirse, a la vez que un tallito,
leve y tierno, ascendía de entre el reino de la oscuridad
al encuentro con de la luz.
Una vez que nuestro aspirante al conocimiento directo ha actuado
conjuntamente a través de la imaginación y la
meditación, habrá podido descubrir que tras las
más simples apariencias existen ignoradas y complejas
historias a las que normalmente no tenemos acceso o bien pasan
ante nosotros desapercibidas. Y se habrá dado cuenta sin
duda de que la aprehensión de conocimiento es
ilimitada.

Observación y discernimiento

La valía de la observación es de primer
orden. Haría bien el aspirante a la vida superior procurar
llevar a cabo una observación meticulosa de las cosas que
le rodean, no de otra forma logrará disponer de una
memoria consciente y exacta para imaginar con acierto aquello que
desee. En todos los órdenes de la Naturaleza la
precisión es de suma importancia; porque es cierto que
vivimos, que pasamos por la vida sin ver. De aquí que, ver
y distinguir las cosas con nitidez hasta en sus más
mínimos detalles tenga en sí trascendencia enorme
no sólo a fin de deducir conclusiones de los actos y poder
cultivar el razonamiento lógico, sino, y sobre todo, de
cara al segundo cielo, cuando allí debamos corregir
líneas, elementos o presuntas disfunciones encontradas en
nuestro cuerpo anterior y sea posible efectuarlo con
corrección, meticulosidad y exactitud.
Cuando se practica este método de observación es de
necesidad tener presente que sólo debe emplearse para
agrupar hechos y no con propósitos de crítica
malévola, ya que la crítica constructiva, la que
señala los defectos y el modo de corregirlos, es la base
de todo progreso personal o ajeno.
Por el contrario, la crítica destructiva constituye una
úlcera que por todos medios deberíamos intentar que
desapareciera de nuestras vidas, como asimismo las meras charlas
o conversaciones triviales, pues por sí mismas devienen en
obstáculos para el crecimiento espiritual. De forma
natural resulta obvio que la crítica debe ser ejercida
siempre con intención de ayudar y no para molestar o
agriar el carácter de quien sea, sobre todo cuando
hemos descubierto una manchita sin trascendencia alguna, es
decir, cuando descubrimos la pajita ajena y no la viga nuestra.
En cualquier caso, no existe nadie que no necesite mejorar. De
ahí que, entre mejor sea una persona, menos faltas
apreciará en los demás, pues se preguntará
de inmediato que quién es ella para arrojar contra nadie
reprensión o piedra alguna.
Por tanto, si al apreciar el discernimiento apreciamos una falta,
hagámoslo sin el menor sentimiento personal hacia el
afectado e indicando, si es posible, el medio de poderla
corregir, buscando en todos los casos "lo bueno" que suele
permanecer oculto, aunque sea de escasa o mínima
relevancia. Salvar a alguien de algún aspecto desagradable
que presente es señal de caridad envidiable.
Hemos visto, pues, que la concentración consiste en
enfocar el pensamiento sobre un solo objeto, y que es el medio
por el cual construimos una imagen clara, objetiva y viviente de
la forma sobre la que deseamos adquirir conocimiento; y hemos
visto que la meditación es el ejercicio por medio del cual
seguimos la historia del objeto y nos
ponemos en relación con todos los detalles del mismo con
respecto al mundo en general.
Estos dos ejercicios mentales se refieren en la más
profunda manera imaginable a las cosas, por lo que conducen a un
estado – tocante al alma de las cosas – más elevado,
penetrante y sutil en cuanto a desarrollo mental se refiere. Ese
estado es el denominado contemplación.

Contemplación

A través de la contemplación no es
necesario imaginar o pensar para conseguir la información
que se desee, como ocurría en la meditación, pues
en la contemplación únicamente debe mantenerse el
objeto ante la visión y dejar que el alma de aquél
nos hable acerca de sí mismo. Normalmente se
reposará sobre el lecho no de forma abandonada o negativa,
sino estando muy alerta, en espera de la información que
con toda seguridad acudirá si hemos alcanzado el grado de
desenvolvimiento requerido. Entonces, la forma del objeto
parecerá que se desvanece, viendo exclusivamente la Vida
activamente, enseñándonos todo lo referente al
aspecto vital, de igual forma a como la meditación nos
enseñaba todo aquello que se refería a la
forma.
Por ello, bajo la contemplación, por ejemplo, de un
árbol, se perderá por completo la forma del mismo y
sólo será tenida en cuentas la Vida
que, en ese caso, consistirá en un Espíritu-grupo.
Pero, para añadido nuestro, podremos descubrir con asombro
que el Espíritu-grupo comprenderá además a
los diversos insectos que de él se alimentan, así
como que el parásito y su presa son emanaciones del mismo
Espíritu-grupo, dado que, entre más nos elevemos en
los reinos de lo invisible, menos formas separadas y distintas
encontraremos, al tiempo que aprehenderemos que la Vida Una
predomina por completo, imprimiendo en el ánimo del
investigador el hecho real de que no hay sino la Vida Universal
de Dios en quien en realidad todos "vivimos, nos movemos y
tenemos nuestro ser". Por medio de la contemplación
encontraremos que los minerales, los vegetales y el hombre
– todos, sin excepción alguna – no somos sino
manifestaciones de Dios, hecho éste que
suministrará y pondrá las bases ciertas para una
fraternidad que lo incluirá todo, absolutamente todo en el
contexto de la creación. En consecuencia, el ocultista
"sabe" que, a pesar de cualquier distinción aparente,
fundada en virtualidades de clases, razas o similares, etc., la
Vida Universal y Única es la que fluye sin cesar en todas
y cada una de las formas existentes.

Adoración

Tras la altura espiritual alcanzada mediante la
contemplación, ha de darse un paso más elevado
aún: el de la adoración. Por media de ella, el
aspirante se unirá él mismo con la Fuente de todas
las cosas, última realización posible a lograr por
el hombre, unión que permanecerá hasta el final del
Gran Día de esta Manifestación actual.
Hemos de dictar que tanto la contemplación como la
adoración sólo son alcanzables con la ayuda de un
instructor. Sin embargo, el aspirante no debe temer no
encontrarlo, pues una vez que sus vehículos comiencen a
brillar en los mundos internos, el Maestro aparecerá con
toda seguridad; no en vano fue dicho: "buscad y
encontraréis". No queremos decir con ello que el hecho de
ir de un instructor a otro consiste en buscar, puesto que la luz
que en teoría
buscamos, esa, debe ser encendida dentro por nosotros mismos; es
la estrella que, irradiando, nos ha de traer, nos ha de acercar
al verdadero instructor, ya que éste nunca es elegido por
el aspirante, sino a la inversa, dado que será el Maestro
quien se acerque al aspirante.
Referente al tiempo requerido para obtener resultados por medio
de los diversos ejercicios de que hemos hablado, dependerá
de cada uno en función de
su aplicación, de su estado de desarrollo y del destino
pendiente; por ello no es posible referirse a un tiempo general.
Los hay que a los pocos días o semanas los
obtendrán, otros deberán trabajar durante meses o
años, y quizás durante una vida entera sin palpar
resultados concretos, si bien el esfuerzo quedará siempre
hecho, latente, por lo que el aspirante fiel, de persistir en su
empeño, no cabe duda alguna de que en esta u otra vida se
encontrará con la recompensa debida a su paciencia, a su
perseverancia y a su paciencia.
Una vez que sus ojos se abran a los mundos internos – y
constantemente desde entonces, y ya se encuentre vivo o haya
muerto – su conciencia será ininterrumpida. Su existencia
será continua y consciente, cosa que le permitirá
elevarse más rápido a escalones superiores y
prestar más arduos y desinteresados servicios en
favor de la humanidad.

XXXII

CRISTIÁN
ROSENKREUZ Y LA ORDEN DE LOS ROSACRUCES

Antecedentes y actualidad

Todo en el mundo se encuentra sujeto a la ley y toda
nuestra evolución efectuó su progreso físico
y espiritual a un tiempo. El Sol, tal y
como lo conocemos es el dador de la luz física, y,
aparentemente, marcha del Este hacia el Oeste llevando, a unas
después de otras, luz y vida a todas las partes y rincones
de la Tierra. Pero el Sol que vemos, es únicamente una
parte del Sol, así como nuestro cuerpo visible es
sólo una pequeña parte o representación del
hombre que somos. Hay un Sol invisible y espiritual cuyos rayos
estimulan el crecimiento del alma de los hombres sucesivamente a
lo largo de la Tierra; por lo que del mismo modo a como el Sol
visible promueve el crecimiento de la forma, este Sol invisible
marcha dando su impulso espiritual en la misma dirección ya apuntada: de Este a Oeste.
Recordemos que hace setecientos u ochocientos años a.c.
una nueva oleada de espiritualidad brotó en las costas
occidentales del Océano Pacífico para iluminar a la
nación china, por lo
que la religión de Confucio la han profesado y profesan
muchos millones de habitantes del Celeste Imperio: Más
tarde, podemos descubrir el efecto de esta oleada plasmado en la
religión de Buda, cuyas enseñanzas iluminaron y
fueron acogidas también por millones de hindúes y
chinos occidentales. En su marcha hacia el Oeste, la oleada
espiritual la encontramos entre los griegos, expresada sobre todo
por medio de Sócrates y
Platón,
para encontrarla por último en el mundo occidental bajo la
expresión de la Religión Cristiana, la cual se ha
ido abriendo camino más allá y alcanzar las costas
del Pacífico, lugar donde se han ido concentrando las
más altas aspiraciones espirituales. Antes de dar el salto
y cruzar de nuevo el Océano Pacífico, tendrá
su punto culminante, para después inaugurar un despertar
más elevado y sublime en Oriente, cuya naturaleza
será inmensamente superior al actualmente vigente en aquel
distrito de la Tierra.
Del mismo e idéntico modo a como se suceden el día
y la noche, el verano y el invierno y el flujo y el reflujo,
así tiene lugar la ley de ciclos alternativos, por lo que
una oleada de espiritualidad en cualquier parte del mundo va
seguida de un período de reacción material, a fin
de que nuestro desarrollo no sea unilateral y desequilibrado en
suma.
La Religión, el Arte y la Ciencia
constituyen los tres medios más importantes de educación humana, una
trinidad en una unidad que no puede separarse arbitrariamente sin
torcer el punto de vista de cualquier cosa o materia que
intentemos investigar.
La verdadera religión comprende a la vez a la ciencia y al
arte, porque enseña una vida hermosa en armonía con
las leyes de la Naturaleza.
La verdadera Ciencia es a un tiempo artística y religiosa
en el más elevado sentido, porque nos enseña a
reverenciar y a conformarnos con las leyes que gobiernan nuestro
bienestar, a la vez que explica por qué la vida religiosa
conduce a la salud y a la belleza (hay fórmulas matemáticas que, antes de conocer sus
resultados, ya enamoran hondamente a sus proponentes, a sus
investigadores)
El verdadero Arte es tan educacional como la ciencia y tan
perfeccionante, por su influencia, como la religión. En la
Arquitectura
encontramos la más sublime concatenación de
líneas cósmicas de fuerza en el Universo, pues
llena al espectador espiritual de una poderosa devoción y
adoración nacida de la concepción tanto de la
grandeza como de la majestad de la divinidad. La escultura y la
pintura, la
música y
la literatura,
nos llenan de un trascendental amor de Dios,
fuente inmutable y meta de todo este hermoso mundo expresado.
De aquí que nada, excepto esta enseñanza integral, pueda responder
permanentemente a las necesidades humanas. Hubo un tiempo, por
supuesto, en el que Ciencia, Arte y Religión se
enseñaban juntas en los Templos de Misterios griegos. Pero
se hizo necesario separarlas durante algún tiempo a fin de
que pudieran obtener de forma independiente mejor
desenvolvimiento. Así, durante las denominadas "edades
negras", en relación con la Edad Media, la
Religión reinó suprema, por lo que durante ese
tiempo esclavizó a la Ciencia y al Arte. Más tarde
vendría el período del Renacimiento, en
el que Arte floreció en todos sus aspectos, si bien la
Religión mantuvo una fortaleza exultante, motivo por el
que el Arte cayó prostituido bajo el dominio de
aquélla. Llegaría al fin el tiempo moderno con su
Ciencia, la cual, sin miramiento y con mano de hierro, ha
subyugado a la Religión.
Ha sido en detrimento del mundo la opresión llevada a cabo
por la Religión sobre la Ciencia, pues la ignorancia y la
superstición han producido males sin cuento; aun
así, y a pesar de todo, el hombre siempre ha abrigado
elevados ideales espirituales en espera de una vida mejor. En su
virtud, es infinitamente más dañino que la Ciencia
esté matando a la Religión, puesto que, ahora,
hasta la esperanza puede desvanecerse ante el materialismo, el
agnosticismo y escepticismo extremos. De aquí que tal
estado de cosas no pueda continuar, por lo que debe producirse la
oportuna reacción; porque, de no ser así, la
anarquía acabaría abarcándolo todo. Para
ello, y en previsión de una calamidad de semejante
calibre, la Religión, la Ciencia y el Arte deben reunirse
de nuevo en función de una más elevada
expresión referente a lo Bueno, lo Verdadero y lo
Bello.
Previendo lo dicho, y dado que los sucesos futuros proyectan sus
sombras de forma anticipada, los Guías de la humanidad han
tomado medidas al respecto. Jamás han deseado, de manera
alguna, que muriese la Ciencia floreciente tal y como ésta
está tratando de hacerlo actualmente con la
Religión, pues ellos ven que el bien resultará de
gran relevancia una vez que una Ciencia avanzada colabore de
nuevo con una religión del mismo tono. En cambio, y al
igual que el aceite no
puede mezclarse con el agua, una religión espiritual no
puede unirse a una ciencia materialista. En consecuencia, han
previsto por un lado que la Ciencia se ha de espiritualizar, y,
por otro, que la Religión ha de tener una interpretación y significado
científico.

En el Siglo XIII, un gran instructor espiritual, cuyo
nombre simbólico fue Cristián Rosenkreuz –
Cristiano Rosa Cruz – apareció en Europa para
comenzar ese trabajo. Fundó la entonces misteriosa orden
de los Rosacruces con el objeto de arrojar luz oculta sobre la
mal entendida Religión Cristiana y explicar el misterio de
la Vida y el Ser desde un punto de vista científico y en
armonía con la Religión.
Muchos siglos han transcurrido desde su encarnación, y si
bien muchos lo han tomado como un mito, su
nacimiento, sin embargo, ha marcado el principio de una nueva
época de vida espiritual en el mundo occidental.
Cristián Rosenkreuz ha estado en continuas existencias
físicas desde entonces en uno u otro delos países
europeos. Ha ido tomando un cuerpo nuevo cada vez que sus cuerpos
sucesivos iban pediendo utilidad, o
cuando las circunstancias requerían que cambiara el
escenario o campo de sus actividades. Más aún, hoy
en día se encuentra encarnado como Iniciado de grado
superior, potente y activo factor en los asuntos de Occidente, si
bien desconocido por el mundo.
Trabajó con los alquimistas durante varios siglos antes
del advenimiento de la ciencia moderna, y él fue quien,
valiéndose de un intermediario, inspiró las ahora
mutiladas obras de Bacon. También Jacobo Boehme y otros
recibieron de él la inspiración que iluminó
sus obras tan espiritualmente, encontrando la misma influencia en
los escritos del genial Goethe y en las obras maestras de Wagner.
Todos los espíritus inquietos que rehúsan
alimentarse de la ciencia y religión ortodoxas, huyendo de
esclavitudes, tratan de penetrar los dominios espirituales sin
miras de gloria o vanidad y sacan sus inspiraciones de la misma
fuente, tal como lo hizo y lo hace el gran espíritu que
animó a Cristián Rosenkreuz.
La Orden de los Rosacruces no es simplemente una sociedad
espiritual, sino una de las Escuelas de Misterios Menores, y los
Hermanos Mayores, Hierofantes de tales misterios, custodios de
las Sagradas Enseñanzas, tienen un poder espiritual mucho
más potente en la vida del Mundo Occidental que cualquier
gobierno visible,
si bien ellos jamás se interponen hasta el punto de privar
de su libre albedrío a la humanidad.
Dado que el sendero de desarrollo en todos los casos depende del
temperamento del aspirante, hay generalmente dos: el
místico y el intelectual. El Místico está
desprovisto de conocimientos intelectuales, sigue simplemente los
dictados del corazón y trata de hacer la voluntad de Dios
tal y como él la siente, por lo que sin estar consciente
de ninguna meta definida, se eleva hasta alcanzar al fin el
conocimiento. Naturalmente, en la Edad Media la gente no era
tan intelectual como lo es ahora, y los que se sentían
llamados hacia la vida superior, generalmente seguían el
sendero místico. Sin embargo, durante los últimos
siglos, sobre todo en los últimos cincuenta años,
desde que a sobrevenido el gran despliegue de la ciencia moderna
y una humanidad mucho más intelectual puebla la Tierra; la
cabeza ha vencido por completo al corazón, el materialismo
ha dominado todo impulso espiritual, y la mayoría de la
gente pensante no cree en nada que no pueda tocar, gustar o
manipular. Por tanto, es preciso hacer una llamada a su intelecto
a fin de que el corazón pueda creer lo que el intelecto
haya sancionado, por lo que, en respuesta a esta llamada, las
Enseñanzas Occidentales, o Misterios Rosacruces, es que
tratan de poner en relación y armonizar los hechos
científicos con las verdades espirituales. Y si bien en el
pasado esas enseñanzas han sido mantenidas en secreto
excepto para los pocos iniciados, en virtud del nivel alcanzado
por la generalidad, hoy ya no lo son.
Tal y como cualquier otra Orden de Misterios, la de los
Rosacruces está formada siguiendo líneas
cósmicas; si tomamos esferas de cualquier tamaño y
tratáramos de ver cuántas son necesarias para
cubrir una de ellas, encontraríamos que se requieren doce
para ocultar la decimotercera; La última división
de la materia física, la que se encuentra en el espacio
interplanetario, está agrupada así, doce en
torno de uno.
Los doce signos del
Zodíaco, que envuelve nuestro sistema solar,
los doce semitonos de la escala musical
que comprende la octava, los doce apóstoles que se
reunieron en torno a Cristo, etc., son otros tantos ejemplos de
esta agrupación de doce en torno a uno. La Orden de los
Rosacruces también está compuesta de doce Hermanos
más un decimotercero.
Las siete rosas que adornan
nuestro hermoso emblema y la radiante estrella de cinco puntas
que está detrás simbolizan las Doce Grandes
Jerarquías Creadoras que han asistido al espíritu
humano mientras evolucionaba a través de los estados
mineral, vegetal y animal anteriores, cuando no tenía
conciencia y era incapaz de cuidarse a sí mismo en el
más mínimo grado. De estas doce huestes de Grandes
Seres, tres clases trabajaron con y sobre el hombre por propia
voluntad, no teniendo la menor obligación de hacerlo para
continuar su evolución.
Esas huestes se encuentran representadas por los tres puntos de
la estrella de nuestro emblema que apuntan hacia arriba. Dos
más de esas jerarquías están a punto de
retirarse, y están simbolizadas por los dos puntos de la
estrella que irradian hacia abajo. Las siete rosas indican el
hecho de que hay aún siete Grandes Jerarquías
Creadoras en actividad en el desarrollo de los seres de la
Tierra.
Dado que el axioma hermético dice: "como arriba es abajo",
los instructores menores de la humanidad están
también agrupados según las mismas líneas
cósmicas de 7, 5 y 1. Hay, pues, sobre la Tierra, siete
escuelas de Misterios Menores, cinco de Misterios Mayores, y el
total se encuentra agrupado en torno de una Cabeza Central que se
llama el Liberador.
En la Orden Rosa Cruz siete Hermanos van al mundo cada vez que la
ocasión lo requiere, apareciendo como hombres entre los
hombres o trabajando en sus vehículos invisibles con o
sobre los demás, según sea necesario; de todos
modos, debe tenerse siempre muy presente que jamás
influyen en nadie contra su voluntad o contra sus deseos, sino
que únicamente fortalecen el bien dondequiera que puedan
encontrarlo.
Los cinco Hermanos restantes nunca abandonan el templo. Y aunque
poseen cuerpos físicos, ejecutan todo su trabajo desde los
mundos internos.
El decimotercero es el Jefe de la Orden, eslabón con el
Consejo Central Superior, que está compuesto por los
Hierofantes de los Misterios Mayores, quienes no tratan en
absoluto con la humanidad ordinaria, sino exclusivamente con los
graduados en los Misterios Menores. Aun los discípulos de
la Escuela nunca lo
ven, pero en los servicios nocturnos todos "sienten" su presencia
cualquiera que sea el momento en que él entre en el
Templo. Es la señal para que comience la ceremonia.
Alrededor de los Hermanos de la Rosa Cruz, en calidad de
discípulos, hay cierto número de "hermanos legos",
quienes, si bien viven en diversas partes del mundo occidental,
pueden dejar sus cuerpos conscientemente, atender a los servicios
nocturnos y participar en la obra espiritual del Templo, habiendo
sido "iniciados" todos y cada uno de ellos por algunos de los
Hermanos Mayores. La mayoría de ellos pueden recordar
perfectamente lo que acaece en los servicios a los que prestan su
asistencia.
La Iniciación.- La idea generalizada que se tiene acerca
de la iniciación es que no es más que una ceremonia
que convierte a uno en miembro de una sociedad secreta, cosa que,
por otro lado, puede conferirse con tal de que se pague cierto
precio, una
suma de dinero en la
mayoría de los casos. Y si bien es cierto que en la
llamada "iniciación" en las órdenes fraternales o
en la mayoría de las seudo-ocultas sucede así, es
completamente erróneo cuando se aplica a las iniciaciones
en los varios grados de los verdaderas Fraternidades Ocultas,
como lo aclarará un tanto la comprensión de los
requisitos realmente exigidos.
En primer lugar, el oro no es en
manera alguna la llave del Templo; el mérito espiritual
cuenta, pero no el dinero. El
mérito espiritual no se adquiere en un día, pues es
el producto
acumulado de las buenas acciones pasadas. El candidato para la
iniciación, generalmente está inconsciente de que
es candidato, y vive su vida en la comunidad
sirviendo a su prójimo durante días y años
sin ningún pensamiento ulterior, hasta que un buen
día aparece en su vida un instructor, un Hierofante de los
Misterios Menores, apropiado al país en el que resida el
candidato. Hasta ese momento éste ha estado cultivando en
sí ciertas facultades y acumulando ciertos poderes
mientras servía y ayudaba, acerca de los que habrá
estado generalmente inconsciente y los que no sabe cómo
usar debidamente. La tarea del iniciador es entonces, y por
tanto, muy sencilla: muestra al
candidato sus facultades latentes, sus poderes adormecidos, y lo
inicia en su empleo; le
explica o demuestra por vez primera cómo puede despertar
esa energía estática
para convertirla en poderes dinámicos.
La iniciación, en suma, podrá realizarse por medio
de una ceremonia o no, pero obsérvese de forma particular
que, siendo la Iniciación la culminación inevitable
de prolongados esfuerzos espirituales, sean éstos
conscientes o no por parte del candidato, de ninguna manera puede
tener lugar sino hasta que el requerido desenvolvimiento interno
haya acumulado los poderes latentes que la Iniciación
enseña a emplear dinámicamente, del mismo modo a
como el apretar el gatillo de una pistola descargada no puede o
podría producir explosión alguna.
Tampoco debe existir temor alguno a que el instructor no se fije
en quien haya alcanzado el grado de desarrollo espiritual al
efecto. Toda acción buena y desinteresada aumenta la
luminosidad y el poder vibrante del aura del candidato
enormemente, y de igual modo que el imán atrae a la aguja,
así también la brillantez del aura luminosa
atraerá al correspondiente instructor.
Los Misterios Menores tratan únicamente con la
evolución de la humanidad durante el Período
Terrestre. En las tres revoluciones y media primeras de la oleada
de vida en torno de los siete globos, los Espíritus
Virginales aún no habían adquirido la conciencia de
sí mismos, por lo que debido a ello ignoramos cómo
hemos llegado a ser lo que somos. Tiene, pues, que iluminarse al
candidato sobre el asunto; así que, bajo el impulso del
Hierofante, durante el primer período de iniciación
en el primer grado, su conciencia se dirige hacia la
página de la memoria de la Naturaleza que contiene los
recuerdos de la primera revolución, en la que
recapitulamos el desarrollo del Período de Saturno. De
esta forma, él aún está en plena
posesión de su conciencia diaria, sabe y recuerda
perfectamente los hechos de la vida del siglo XXI, pero ahora
está observando de manera consciente los progresos de la
evolucionante hueste de espíritus virginales, hueste de la
que él era una unidad en la Revolución de Saturno.
De esa forma aprende cómo se dieron los primeros pasos en
el Período Terrestre hacia la meta de
realización, la que le será revelada en un grado
superior.
Tras haber aprendido la lección de forma práctica,
el candidato habrá adquirido conocimiento directo sobre el
asunto a la vez que habrá tomado contacto con las
Jerarquías Creadoras en su obra sobre la humanidad, por lo
que podrá no sólo apreciar su actuación
beneficiosa en el mundo, sino ponerse hasta cierto punto la
línea con ellas y convertirse de hecho en un nuevo, activo
y consciente colaborador.
Llegado el tiempo para el aspirante de acceder al segundo grado,
se le facilita que dirija su atención a las condiciones de
la segunda Revolución del Período Terrestre, o
Solar, tal y como se encuentran registradas en la memoria de la
Naturaleza, observando entonces con plena conciencia los
progresos hechos en ese tiempo por los Espíritus
Virginales. En el tercer grado, por supuesto, el discípulo
estudia la evolución de la tercera Revolución, o
Lunar, y, en el cuarto, ve los progresos efectuados en la primera
mitad de la cuarta o presente Revolución, primera mitad
que acabamos de concluir. Hay además otro paso en cada
grado: el discípulo ve, además de la labor
ejecutada en cada revolución, la obra realizada en la
Época correspondiente a cada Revolución o
Período anterior, durante nuestra actual estancia en el
globo D de la Tierra. Así: durante el primer grado,
estudiará la obra de la Revolución de Saturno, que
es una recapitulación del período del mismo nombre,
además de su última consumación o
replicación a través de la Época Polar. En
el segundo grado, verá la obra de la Revolución
Solar, en cuanto recapitulación del período de
igual nombre, además de la réplica obtenida por
medio de la Época Hiperbórea. Durante el tercer
grado observará la obra llevada a cabo en la tercera
revolución, o Lunar, así como lo que fue la base de
la vida en la Época Lemúrica. Durante el cuarto
grado verá la evolución de la primera media parte
de la cuarta revolución con su correspondiente
período de tiempo en nuestra estancia sobre la Tierra.
Precisamente, la primera mitad de la Época Atalante se
corresponde a cuando desapareció la densa neblina de la
atmósfera
y el sol comenzó a brillar sobre la tierra y el mar;
entonces terminó también la noche de inconsciencia,
los ojos del Ego interno se abrieron por completo y pudo dirigir
la luz de la razón acerca del problema de cómo
conquistar el mundo. Ese fue el tiempo en que el hombre
nació tal y como hoy lo conocemos.
Cuando en los antiguos sistemas de iniciación se oye la
narración acerca de que se sumergía el candidato en
trance durante un período de tres días y medio,
ello no hace referencia sino a esa parte de la iniciación
que acabamos de describir, – primera parte de la Época
Atalante incluida – por lo que los tres días y medio se
refieren a estados pasados, no siendo de ninguna manera
días de veinticuatro horas, puesto que el tiempo requerido
varía en función del candidato. En todo caso, se le
conduce inconsciente a través del desarrollo de la
humanidad durante las revoluciones pasadas, y, cuando se dice que
"despierta" al nacer el sol del cuarto día, ello se
corresponde con la forma mística de expresar que su
iniciación es obra de la carrera involucionaria del
hombre, la cual cesó cuando el sol se levantó por
fin sobre la atmósfera ya clara de la Atlántida. En
ese momento es cuando el candidato "despierta" y es proclamado
"primogénito".
Por tanto, una vez familiarizado con el camino que hemos
transitado por el pasado, el quinto grado conduce al
discípulo al final del Período Terrestre, tiempo en
el que la humanidad gloriosa recoge los frutos de este
Período y se los lleva consigo desde los siete globos,
sobre los que evolucionamos en cada Día de
Manifestación, al primero de los cinco "globos oscuros"
que constituyen nuestra habitación durante cada Noche
Cósmica, el más denso de los cuales ha de
encontrarse en la Región del Pensamiento Abstracto, en
realidad el Caos de que hablamos en las páginas
pertenecientes a este respecto. Este globo es también el
Tercer Cielo, por lo que, cuando San Pablo habló acerca de
que fue llevado al Tercer Cielo – donde vio cosas que no
podía decir – en verdad se estaba refiriendo a las
experiencias equivalentes a las del quinto grado de los Misterios
Menores o Misterios Rosacruces actuales.
Al concluir el quinto grado, el candidato iniciático queda
familiarizado con los progresos que se lograrán durante
las tres revoluciones y media que restan del Período
Terrestre; y, desde el sexto al noveno, están dedicados a
ilustrarle sobre el asunto.
Por medio de la percepción
así adquirida, el candidato podrá cooperar de forma
inteligente con los Poderes que trabajan para Dios, pudiendo
ayudar de esa manera a apresurar el día de nuestra
emancipación terrestre.
De otra parte, no porque alguien se haya graduado en la Escuela
de Misterios Rosacruces puede llamarse Rosacruz, pues los
graduados en las diversas escuelas de misterios menores pasan a
las cinco de misterios mayores. En las cuatro primeras pasan por
las cuatro Grandes Iniciaciones, hasta que por último
llegan al Liberador, de quien reciben conocimientos concernientes
a otras evoluciones, dándoseles la posibilidad de elegir
entre quedarse aquí, para asistir a la humanidad, o entrar
en otra evolución en calidad de auxiliares de
aquélla. A quienes eligen quedarse aquí, se les dan
diversas tareas de acuerdo con sus gustos, temperamentos e
inclinaciones naturales. Los Hermanos de la Rosa Cruz se
encuentran entre estos compasivos, por lo que es absolutamente
indebido utilizar esa denominación a sí mismo
cuando no somos más que meros estudiantes de sus hermosas
y sapientísimas doctrinas.
Durante las centurias últimas, los Hermanos han trabajado
por la humanidad en secreto. Aactualmente, y en cada medianoche,
hay un servicio en el Templo en el que los Hermanos Mayores,
asistidos por los hermanos legos que pueden dejar su trabajo en
el mundo (dado que muchos de ellos residen en lugares en los que
aún es de día cuando es medianoche donde se
encuentra ubicado el Templo de la Rosa Cruz) atraen de todas
partes del Mundo Occidental los pensamientos de sensualidad,
avaricia, egoísmo y materialismo. Entonces tratan de
transmutarlos en puro amor y en benevolencia, en altruismo y
aspiraciones espirituales, enviándolos de nuevo al mundo
para vigorizar y mejorar el bien. Si no fuera por este potente
manantial de vibraciones espirituales, el materialismo
habría concluido ya con todo esfuerzo espiritual, pues,
desde el punto de vista espiritual, nunca ha habido edad
más negra y perniciosa que los últimos trescientos
cincuenta o cuatrocientos años de materialismo
avasallador.
Ha llegado el tiempo, sin embargo, en el que los esfuerzos
secretos deben sustituirse por un esfuerzo claro y directo, a fin
de promulgar una enseñanza definida, lógica y
consecuente respecto del origen, la evolución y desarrollo
futuro del mundo y del hombre, mostrando a la vez tanto el
aspecto espiritual como el científico; una
enseñanza de tal naturaleza que no entrañe
afirmación alguna irreconciliable con la razón o la
lógica; antes bien, una enseñanza que satisfaga a
la mente y dé una solución razonable a todos los
misterios, la que, no pidiendo ni aludiendo preguntas, sus
explicaciones aspiren a ser a un tiempo profundas y
lúcidas.
Por tanto – y este es un "pero" muy importante – los
Rosacruces no consideran la comprensión intelectual de
Dios y del Universo como un fin en sí mismo; muy lejos de
ello, dado que, cuanto mayor es el intelecto, tanto mayor es el
peligro de su mal uso. En consecuencia, esta enseñanza
científica, lógica y completa se da para que el
hombre pueda creer en su corazón lo que su cabeza ha
sancionado ya, y para que, al tiempo, pueda dar comienzo a una
vida religiosa y profunda.

XXXIII

LA FRATERNIDAD
ROSACRUZ

Promulgar las enseñanzas expuestas fue el motivo
que llevó a fundar la Fraternidad Rosacruz, en la que
cualquiera puede inscribirse en calidad de estudiante mediante
escrito solicitándolo al Secretario General siempre que no
sea hipnotista, médium, vidente, quiromántico o
astrólogo profesional. No hay cuotas iniciales, ni
compromisos. El dinero no puede comprar esas enseñanzas,
pues el avance depende exclusivamente del mérito.
Una vez que el estudiante de las enseñanzas rosacruces se
ha compenetrado de la verdad que entrañan, se
encontrará en disposición y con capacidad para
concentrarse en ellas y asumir la obligación para ser
admitirlo en el grado de Probacionista. El mundo es un
cúmulo de oportunidades, pero para aprovecharnos de ellas
es preciso que poseamos suficiencia en cualquier línea de
esfuerzo. El desarrollo de nuestros poderes espirituales nos
capacitará sin duda para ayudar o perjudicar a nuestros
hermanos más débiles, pero cuando el objeto
consiste únicamente servir a la humanidad, esa eficiencia
es de todo punto justificable.
El método de realización rosacruz difiere de otros
sistemas en un punto especial: persigue, desde el mismo comienzo,
emancipar al discípulo de toda dependencia en
relación con los demás, adquiriendo confianza en
sí mismo en el más alto grado, de manera que pueda
permanecer solo en todas las circunstancias y luchar frente a
todas las condiciones, pues, únicamente quien está
debidamente equilibrado, se encuentra en condiciones de ayudar al
débil. Todo Probacionista de la Fraternidad Rosacruz
ejecuta sus ejercicios (de concentración y
restrospección) en la soledad de su habitación, y
aunque los resultados puedan ser obtenidos con cierta lentitud,
sin embargo, una vez hayan aparecido se manifestarán como
poderes cultivados por uno mismo, con capacidad para ser
utilizados con independencia
de los demás. Como añadido, decir que los
métodos rosacruces, a la vez que desarrollan las
facultades espirituales, construyen el carácter, por lo
que de esta manera resguardan al discípulo de la
tentación de prostituir sus poderes divinos en virtud de
prestigios humanos.
Concluido por el Probacionista el término de prueba, puede
entonces solicitar de los Hermanos Mayores instrucciones
individuales a través de la sede de la Fraternidad.
Esta sede se encuentra ubicada en Estados Unidos de
América, en el Estado de
California, en la ciudad de Oceanside, a noventa millas al norte
de San Diego y en un lugar que ofrece características
excepcionales para el desarrollo espiritual, pues el éter
de la atmósfera es más denso que en ninguna otra
parte del mundo, y Mount Ecclesia, como se denomina la sede
central de la Fraternidad Rosacruz, se encuentra particularmente
favorecida en tal sentido. Recordemos que, actualmente, la ola
espiritual que avanza de Este a Oeste se encuentra aquí
detenida y concentrada desde hace un tiempo, y que deberá
coger nuevo impulso para trasponer en Océano
Pacífico y acceder a las costas occidentales de dicho
océano.
Entre otras actividades, la Fraternidad Rosacruz mantiene un
curso por correspondencia por medio de cartas e
instrucciones periódicas para los estudiantes. Dichas
lecciones se remiten en forma de pequeños folletos. En las
cartas se consideran y desarrollan algunos puntos de la
instrucción, la que, de esta forma, logra imprimirse
perfectamente en la mente del estudiante. También existe
por correspondencia un curso avanzado para los probacionistas, al
objeto de ayudarles a obtener el mayor beneficio posible de sus
ejercicios y apresurar su marcha en el sendero espiritual hacia
el discipulado.
Desde la sede de la Fraternidad Rosacruz se enviará a
quien lo solicite un formulario para el curso por correspondencia
elemental. Una vez cumplimentado y devuelto, su nombre y
dirección se inscribirán en el listado de
estudiante por correspondencia, por lo que de forma sucesiva se
irán recibiendo tanto las cartas como las
instrucciones.
Las lecciones, insistimos una vez más, no se venden; ello
es contrario a los principios
rosacruces, pues éstos consisten en dar auxilios
espirituales sin recibir a cambio compensación material
alguna; de cualquier modo, es de pensar que, dado que la
Fraternidad funciona únicamente en base a la venta de sus
propios libros de
filosofía y las donaciones libérrimas de quien
así lo estime, y siempre de acuerdo con sus posibilidades,
aquellos que reciban su correspondencia al efecto, sí
debieran contribuir a sufragar los gatos que dicho empeño
origina.

En la actualidad, las direcciones postales tanto
en EE.UU como en España,
son las siguientes:

THE ROSICRUCIAN FELLOWSHIP
2222 Mission Avenue – P.O. Box 713
OCEANSIDE, CA – 92049 – 0713
USA

Fraternidad Rosacruz Max Heindel
C/ Mayor, 6 – 3º – local 6
20013 – MADRID

BIBLIOGRAFÍA BASE DE
LA RECOPILACIÓN
(Cuyos contenidos fueron
transmitidos fundamentalmente por los HH.MM
a Max Heindel)

Concepto Rosacruz del Cosmos – Max Heindel
(libro
central)

Cristianismo Rosacruz – Max Heindel

Filosofía Rosacruz en preguntas y respuestas
– Max Heindel

Los Misterios Rosacruces – Max Heindel

Enseñanzas de un Iniciado – Max
Heindel

Recolecciones de un Místico – Max
Heindel

La Masonería y El Catolicismo – Max
Heindel

Iniciación Antigua y Moderna – Max
Heindel

El Velo del Destino – Max Heindel

Cartas a los Estudiantes – Max Heindel

Principios Ocultos de la Salud y Curación –
Max Heindel

El Cuerpo Vital – Max Heindel

El Cuerpo de Deseos – Max Heindel

Astrología científica simplificada –
Max Heindel

El Mensaje de las Estrellas- Max Heindel y Augusta Fox
de Heindel

Cómo conoceremos a Cristo a su vuelta – Max
Heindel

Interpretación mística de la Navidad
– Max Heindel

Interpretación mística de la Pascua
– Max Heindel

Principios rosacruces para la educación de los
niños
Max Heindel

Los Espíritus y las Fuerzas de la Naturaleza
– Max Heindel

La Era de Acuario – Elsa M. Glover

Ciencia y Religión – Elsa M.
Glover

La labor de los Auxiliares Invisibles – Amber M.
Tuttle

El Misterio de los Cristos – Corinne Heline
Trad. de Fco. Manuel Nácher
El Cielo en la Tierra – Francisco Manuel Nácher –
Madrid

NOTA: Los diagramas han
sido tomados de Concepto Rosacruz
del Cosmos y de Astrología Científica
Simplificada.

 

Autor-compilador:

Orión de Panthoseas
(Registro General
de la Propiedad
Intelectual: Nº de Asiento Reg.: 00/2005/90-Núm.
solicitud: BI-694-04)

Antonio Justel

 

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8
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