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El chile piquín (Capsicum annuum L. var. Aviculare) en el noreste de México. Aspectos ecológicos y socioeconómicos (página 2)



Partes: 1, 2

En el contexto del uso de plantas
silvestres, la extracción de partes vegetativas y frutos,
por muchos años se ha utilizado como una forma
generalizada de aprovechamiento que subsiste a la fecha en muchas
comunidades rurales del mundo. Estas formas tradicionales de
extracción de recursos de su
hábitat
natural, además de representar ingresos
adicionales a la economía familiar campesina, es
también la expresión cultural de un largo proceso de
interacción del hombre con el
medio
ambiente.

En este sentido, un mejor conocimiento y
una estimación actualizada de los recursos
naturales resultan necesarios para definir su existencia y la
posibilidad de ser aprovechados, así como cuáles
requieren ser protegidos y cuáles son las condiciones
económicas y sociales que deben ponderarse para definir
estrategias
tendientes a realizar un manejo eficiente y eficaz de los mismos
(González, 1985).

El chile piquín, como componente del matorral
submontano del noreste de México, es
una planta anual que también crece y se desarrolla de
manera continua en zonas tropicales. La especie annuum es la que
más se conoce y su importancia radica en que comprende a
la mayoría de los chiles domesticados, de tal manera que
existen en la actualidad una gran diversidad de formas,
tamaños y colores de los
frutos de esta especie; el grupo incluye
tanto a los chiles dulces como a los muy picantes como es el caso
del chile piquín. Los chiles cultivados en México
pertenecen a la especie annuum, que es la de mayor importancia
económica en el mundo y de distribución geográfica más
amplia (Arcia, 1985).

ANTECEDENTES

En el noreste de México, la mayor parte de la
superficie se encuentra tipificada dentro del contexto de zonas
áridas y semiáridas de la
República Mexicana, las cuales contienen ecosistemas
únicos en su tipo, precisamente por encontrarse en un
área de transición entre la zona neártica y
la neotropical, presentando una gran riqueza en diversidad
genética
(Argüello et al .,
2000.) La vegetación se encuentra conformada en su
mayoría por matorrales del tipo submontano (matorral
espinoso tamaulipeco, en asociación con poblaciones
naturales de chile piquín) y se estima que ocupa una
extensión territorial de aproximadamente 125, 000 km2
(González, 1966).

Los matorrales espinosos, desde el punto de vista
ecológico, son la respuesta de las especies vegetales al
medio en que viven y se desarrollan, donde han sido sometidos
durante miles de años a diferentes procesos
biológicos, de manera que en las comunidades de
vegetación natural predominan las plantas de tipo
arbustivo o, en algunos casos, se tiene la presencia de
pequeños árboles. También es frecuente
encontrar que las especies vegetales que lo integran tienen en lo
general tendencia hacia el xeromorfismo (formación de
células
gruesas y cutícula crasa) en respuesta a las condiciones
climáticas extremas que imperan en las regiones
áridas y semiáridas (Rzedowski, 1983; Heiseke,
1984).

En este orden de ideas, es necesario considerar, de
manera general, que el aprovechamiento que la población rural hace de las plantas
silvestres, la realiza como una actividad extensiva de
recolección, en la que participan grupos
sociales con alto grado de marginación y escasa
integración organizativa para el acopio y
venta de productos
locales con demandas cautivas y altas ventajas comparativas en
los mercados
regionales.

El destino que se da a la mayoría de los
productos extraídos bajo este sistema, es
básicamente de autoconsumo y estacional, aunque existen
algunas especies con características propias que presentan
una demanda
comercial prometedora y cada vez más amplia como la
damiana Turnera
diffusa
Will Schult,
orégano Lippia spp. Junth,
chile piquín Capsicum
annuum
var.
aviculare L.) y
diversos géneros de cactáceas que, en algunos
casos, son utilizadas por los mismos pobladores rurales como
materia prima
para la fabricación de dulces como la biznaga burra
Echinocactus platyacanthus
Link et Ottol (Franco
et al., 1995;
Medina et al., 2000).

En el matorral también se pueden obtener frutos
comestibles para consumo humano
y que poseen un valor
importante como el chile piquín; alimento para el ganado
como las vainas de mezquite, semillas de ébano, flores de
palma pita, tunas de nopal y dátiles de palma. De otras
plantas se puede utilizar la corteza, hojas, raíces y
algunas se utilizan en la medicina
tradicional, como el guacayán Porliera
angustifolia
Engelman, uña de gato
(Acasia wrightii Benth),
huizache (Acasia fernesiana
Willd) y el mezquite
(Prosopis
spp. Humb.
et Bonpl.).
Otras plantas importantes usadas como fuente de forraje han
sido el huajillo (Acasia
berlandieri
Benth), huizache
(Acasia fernesiana Willd),
chaparro prieto (Acasia
rigidula
(Benth), tenaza
(Havardia pallens (Benth)
Britton & Rose), nopal
(Opuntia
spp. (L.), granjeno
(Celtis pallida Torr.) y
anacahuita (Cordia
boissieri
). (Arguello et
al.,
2000; Jaramillo, 1994).

En la industria,
algunas plantas que generan taninos son utilizadas para el
curtido de pieles como el mezquite, huizache, ébano y
encino. Otras plantas son generadoras de resinas como las
pertenecientes a las familias Zygophyllaceae, Anacardiaceae,
Euphorbiaceae, Liliaceae, Rhamnaceae, Fabaceae, Asteraceae y
Pinaceae.

En este mismo contexto, algunas plantas localizadas en
el matorral son utilizadas para la obtención de fibras
como el henequén (Agave
fourcroides
), lechuguilla
(Agave lechugilla Salm-Dyck),
cáñamo (Cannabis
sativa
), yute (Corchorus
capsularis
L.), palma samandoca
(Yucca elata Engelm) y el
paistle (Tillandsia usneoides
L.).

IDENTIFICACIÓN DEL
PROBLEMA

El problema para el desarrollo de
las regiones semiáridas del noreste de México, el
mejoramiento de calidad de
vida de las personas que viven en ellas y el impacto a los
ecosistemas y sus componentes naturales, es de gran magnitud y
complejidad: magnitud en términos de la extensa superficie
afectada y complejidad porque el desarrollo de la región
no puede disociarse de los factores sociales, ecológicos y
económicos.

Para los habitantes de las comunidades rurales de la
región noreste, los matorrales son y han sido por mucho
tiempo una
fuente importante de recursos que son utilizados como forraje
para ganado, fuentes
alternas de energía, (leña y carbón),
madera para
construcción de viviendas rurales, estantes
para cercos, hierbas medicinales y como fuente de alimentos (Cabral
y West, 1986).

El chile piquín del noreste de México ha
sido reportado por diversos investigadores (entre ellos Medina
et al ., 2000), como la
variedad " aviculare" , en
una primera aproximación, la cual incluye a los chiles
espontáneos o silvestres y su distribución es
considerada desde la parte sur de los Estados Unidos
hasta el noroeste de América
del Sur, el cual crece junto a ríos o campos de cultivo.
Regionalmente es reconocido como chile piquín por su
tamaño pequeño, cambiando de morfología
y de nombre según la región donde sea colectado,
como por ejemplo: chile de Chiapas,
diente de tlacuache, chiltepín, chilpaya, pico de
pájaro, chile mosquito y chile max, entre
otros.

El chile piquín se presenta como una planta
herbácea con alturas promedio hasta de 2 m, con frutos
pequeños, rojos al madurar y picantes, los cuales pueden
ser esféricos, ovalados, cónicos o alargados; son
deciduos (se separan del cáliz y caen al llegar a la
madurez) y crecen erectos sobre las plantas. Las semillas
probablemente son dispersadas por las aves, que son
atraídas por los colores brillantes de sus frutos en la
etapa de maduración (Arcia, 1985).

El chile piquín regional es un recurso que
actualmente se encuentra bajo fuerte presión
antropogénica debido a su extracción y, al parecer,
las formas de corte no han sido las más adecuadas. Por
otra parte, existe presión en cuanto a la
eliminación a mata-rasa de grandes extensiones de matorral
para dar paso a otras actividades como la agrícola y
pecuaria, sobre todo, esta última, donde el manejo
extensivo del ganado es considerado como una de las causas
principales de la reducción de poblaciones naturales,
debido al pisoteo y ramoneo del recurso principalmente todo en
época de estiaje.

METODOLOGÍA

El presente estudio se llevó a cabo en la
región noreste de México, ubicándose
específicamente en la zona central del estado de
Tamaulipas (Victoria, Güémez, Hidalgo,
Villagrán y Mainero) y sureste del estado de Nuevo
León (Linares, Hualahuises y Montemorelos). Las
coordenadas geográficas del área, considerada como
área piloto, son 23°43'00" y 26°22'30" de latitud
norte, y 99°00'00" y 100°06'35" de longitud oeste, con
una altitud que varía de los 210 a los 474 msnm (Figura
1).

En el caso de la ecología del recurso
bajo estudio, en una primera fase se analizó información de la zona de estudio para
encontrar una respuesta a la presencia o ausencia de poblaciones
naturales de chile piquín y su interrelación con
los factores
bióticos y abióticos.

En una segunda fase se planteó la
utilización del enfoque de sistemas para la
identificación de las principales actividades que realizan
los productores de la zona noreste, manejándose como
subsistemas y utilizando los criterios siguientes: a) jornadas de
trabajo, b)
dinero
invertido, c) dinero obtenido, d) proporción de la
superficie utilizada. Para el caso de la determinación de
la importancia socioeconómica del chile piquín, se
diseñó y aplicó una encuesta para
obtener información directa. La aplicación fue bajo
un muestreo
aleatorio de máxima varianza, con habitantes adultos en
las comunidades que realizan la actividad de recolección.
Para complementar lo anterior, se realizó un estudio de
mercado del chile
piquín a nivel regional.

RESULTADOS DE LA PRIMERA
FASE

Con base en la información antecedente se tienen
los siguientes resultados acerca de los factores bióticos
y abióticos presentes en la zona de estudio.

Fisiografía.
En términos generales, la zona de estudio queda
situada dentro de la gran provincia fisiográfica llamada
pidmont o zona de serranías y cerros correspondientes a la
cadena montañosa de la Sierra Madre Oriental, con límites al
este con la Sierra de San Carlos en el estado de
Tamaulipas.

Hidrología.
En el área se localizan fuentes hidrológicas
de importancia marginal, cuyas aguas son aprovechadas para la
irrigación en apoyo a la actividad agrícola. Su
origen, en la mayoría de los casos, es la Sierra Madre
Oriental y la presencia de roca caliza favorece el afloramiento
de manantiales como el "Ojo de mar" y "El Chorrito";
además, origina a los ríos Blanco,
Purificación, Corona y San Antonio que benefician en gran
medida las actividades agropecuarias y, de manera importante, al
área citrícola del centro del estado de
Tamaulipas.

En cuanto a la presencia de aguas subterráneas y
de acuerdo a los estudios geohidrológicos realizados hasta
1994 por la Secretaría de Agricultura y
Recursos Hidráulicos (SARH), en el área de estudio
se localizan los llamados acuíferos de relleno que abarcan
una superficie de 7,500 km2 aproximadamente y los niveles
freáticos varían entre 5 y 50 m de profundidad.
También se cuenta con presas y canales de
derivación que benefician directamente la actividad
agrícola y citrícola (SARH, 1994).

Vegetación. Existe una amplia
variación florística en cuanto a su diversidad,
estructura,
asociación, densidad y
altura, la cual es caracterizada como matorral submontano
subinerme o matorral espinoso tamaulipeco que están
representados por Helietta parvifolia Benth,

Diospyros palmeri
Eastw, Acasia rigidula
Benth, Cordia boissieri
(A.) DC, Leucophyllum
frutescens
(Berland) I. M.
Johnst., Pithecellobium pallens
(Benth) Standley, Acasia
berlandieri
Benth, Caeparis
incana
Kunth,
Quercus spp.
Pinus spp., L.
leucocephala (Lam) de With y
Prosopis
tamaulipana Burkart y por
vegetación cultivada como naranjo
Citrus sinensis L.
Osbeck, lima Citrus aurantiaum
L., maíz Zea mays
L., sorgo Sorghum bicolor L. Moench,
jitomate Lycopersicon esculentum
Mill, ciruelo rojo Spondias
purpurea
L., granada Punica
granatum
L. y aguacate Persea
americana
Mill.

Suelos . Los tipos de suelo
predominantes en la zona de estudio que se encuentran en las
partes altas, son los cafés forestales o
podzólicos, existiendo también algunos suelos complejos
de montaña con pendientes de hasta 25%. Los suelos
castaños presentan muy poca vegetación, por ser el
resultado de un proceso de intemperización reciente de la
roca madre, presentando humedad deficiente y se localizan en
climas secos con vegetación de estepa, principalmente. En
los valles se localizan las rendzinas, suelos con profundidades
variables,
presentando texturas de finas a gruesas, drenaje deficiente y con
presencia de arcillas que presentan cierta acumulación de
humedad. El pH
varía de 7.9 a 8.8, con una conductividad eléctrica
en promedio de 0.66 mmhos/cm.

Clima. Existe influencia de dos tipos de clima bien
marcados y en ocasiones se presentan problemas para
su predicción. La parte noreste del área de estudio
se encuentra bajo la influencia de clima seco o semiárido,
cálido BS (H') HW (E) y la parte sureste con un clima B So
h W" (E), clima seco con cociente p/t menor a 22.9,
semicálido, con temperatura
media anual entre 18 y 22°C, con temperatura media del mes
más frío debajo de 18°C y con régimen de
lluvias en verano extremoso.

En el caso de la actividad de recolección es
difícil la comparación de un año a otro, la
causa es de que no existen registros
concretos al respecto y si los hay están muy dispersos y
las fuentes no son confiables. En este contexto hay que aclarar
que el INEGI, concentra algunos datos dentro de
la actividad forestal mediante el registro de
unidades de producción rural con actividad forestal
(INEGI, 1996a).

RESULTADOS DE LA SEGUNDA
FASE

En el estudio socioeconómico, las encuestas
arrojaron los siguientes resultados. En primer término, se
definió el sistema de producción tipo y sus
características de manejo que son realizadas en la zona de
estudio, posteriormente se identificaron los principales
subsistemas (Cuadro 1). Dentro de los cuales, en términos
generales, las actividades son: agrícola (representado por
la producción de maíz y frijol), pecuario
(producción de ganado bovino), frutales (huerto de
naranja) y forestal (recolección de especies dentro del
matorral en particular el chile piquín), y que entran a
una economía de mercado ocasionalmente.

En este trabajo se presenta el análisis de los subsistemas agrícola
y pecuario que son los que presentan mayor información
detallada. Además, se efectuó un análisis de
la potencialidad cuantitativa en una primera aproximación
de los recursos naturales que aún existen y que pueden ser
aprovechados en forma racional (Cuadro 2).

Se observa que, bajo el criterio en la demanda de
jornadas de trabajo (jornales de 8 hr., en promedio), siguen
predominando los cultivos considerados como anuales (siembra de
maíz en temprano y frijol en tardío) mientras que
la producción de ganado bovino y de solar son relegados a
un 3º y 4º lugar respectivamente. Es decir, son
actividades que demandan a los productores un mínimo de
mano de obra y que generalmente realizan los hijos del productor
y ocasionalmente el ama de casa, sin embargo, es de interés
particular la ganadería
de solar o traspatio, ya que viene a representar un capital
monetario que es utilizado para cubrir eventualidades del
productor o algún miembro de la
familia.

En cuanto a los criterios de dinero invertido y dinero
obtenido, existe un predominio y con tendencia al aumento para la
producción de ganado bovino (actividad considerada como
"nueva", para algunos municipios localizados en el área de
estudio), desplazando hasta un 2º y 3º lugar
respectivamente a la producción de frijol y maíz
que tradicionalmente había sido la más importante
desde el punto de vista de autoconsumo. Por otra parte, en los
últimos cinco años, la actividad citrícola
(en la zona central de Tamaulipas en 1995-2000 pasó de 30
000 ha, a 45 000 ha, es decir presenta un incremento del 50%) ha
tenido gran impulso con la implementación de programas con
apoyo gubernamental en forma directa al desarrollo de esta
actividad.

Bajo el criterio de proporción de la superficie
de terreno, las siembras de maíz y frijol siguen
prevaleciendo en baja escala,
sembrándose actualmente de 1.0 ha, en el caso de frijol a
5.0 ha, para maíz, en promedio, en condiciones de temporal
muy aleatorio y por lo tanto rendimientos bajos. De nueva cuenta
se corrobora lo afirmado previamente, bajo este criterio de que
la actividad citrícola se ha incrementado en los
últimos años en términos de superficie
ocupada en la zona de estudio.

El Cuadro 2 indica que la mayoría de los
municipios ubicados en la zona de estudio tienen registrada
alguna actividad de recolección, sin especificar a
qué especie y cantidades se refiere y consecuentemente
información relevante respecto a la calidad de los
productos que son extraídos de su hábitat natural.
Los principales municipios en cuanto al número de unidades
de producción con actividad
forestal, principalmente de recolección son Linares,
en el estado de Nuevo León e Hidalgo y Güémez
en el estado de Tamaulipas.

Además de identificar los principales componentes
del sistema productivo mediante el enfoque de sistemas, en los
resultados de las encuestas se manifiesta, además de los
subsistemas tradicionales, nueva información respecto a
las actividades silvícolas, de recolección y
extrafinca, donde resalta nuevamente la importancia de la
actividad de recolección de una manera estacional y que
viene a representar una fuente generadora de recursos
económicos para los productores de la región,
debido a los altos porcentajes de siniestrabilidad que en algunos
casos alcanza hasta el 40% de la superficie cultivada con
cultivos básicos, porque las condiciones climáticas
son muy aleatorias (Cuadro 3).

Asimismo, el precio de
naranja en fresco, así como de los cultivos considerados
básicos, se encuentran en la actualidad sujetos a la libre
oferta-demanda
y de las fluctuaciones estacionales del mercado durante todo el
año.

En cuanto a la actividad silvícola, se considera
como muy incipiente y no negociable en cuanto a especies
importantes potencialmente productoras de madera en rollo de
manera sostenible. Más bien se realiza mediante el
aprovechamiento de extracción de madera con rodales
fragmentados por lo que el consumo se limita a ser regional y en
las mismas comunidades rurales para mantenimiento
de las casas habitación, cercos, reparación de
carretas, arados y hechura de corrales para cría de ganado
de traspatio.

La actividad de recolección, que es en parte lo
que nos ocupa en este estudio, es destacable pero de manera muy
estacional, por ejemplo la mejor época de
recolección de chile piquín se realiza durante los
meses de septiembre, octubre, noviembre y parte de
diciembre.

Desde el punto de vista social, se estima en
términos generales, que el 15% de la población
rural de la zona de estudio se dedica a esta actividad, la cual
es realizada en la mayor parte por mujeres y niños.

Los resultados del estudio de
mercado indican que existe una oferta potencial del recurso
en la región, aún no determinada con exactitud
debido a la aleatoriedad de dos factores que son considerados de
importancia (precipitación y temperatura) que dan origen a
poblaciones naturales de chile piquín más o menos
densas; también ambos factores determinan el tamaño
y la calidad del producto.
Según estimaciones realizadas (Medina

et al., 2001), suman en
conjunto, en años considerados como buenos 50 toneladas en
fresco en la temporada corta (febrero, marzo y abril) mientras
que para el tardío o época lluviosa (agosto,
septiembre, octubre, noviembre y principios de
diciembre) se ve incrementada esta cantidad hasta un 62.5%, o
sea, alrededor de 125 toneladas en fresco, solamente a nivel de
la zona de estudio.

En cuanto a la demanda del producto regional, se
contempla una demanda potencial y cautiva siempre a la
expectativa en cuanto aparece el producto en el mercado, cuyas
características son ampliamente conocidas y diferenciadas
(en promedio es pequeño, ovalado, verde obscuro en
sazón y rojo intenso al madurar) aún dentro de los
chile piquines introducidos de otros estados de la
República Mexicana. El público consumidor tiene
preferencia por la variedad de chile piquín regional, el
cual se presenta con amplia ventaja comparativa (en cuanto a
sabor y nula irritación en el sistema
digestivo) respecto al chile serrano y jalapeño y
aún dentro de su misma categoría, como es caso del
chile piquín de Chiapas, el cual presenta
características morfológicas (poco más
grande que el regional, verde obscuro a sazón con manchas
negras en la cutícula del fruto, la coloración se
torna negruzca al madurar) diferentes al regional.

El precio del producto responde favorablemente a las
fuerzas del mercado, es decir, a la libre oferta-demanda como
todos los productos de su clase
(perecederos), observándose gran movilidad del producto en
el mercado regional durante la época de colecta. En
términos generales se puede mencionar que, a mayor
cantidad del producto, el precio tiende a la baja y a menor
cantidad de oferta, la tendencia del precio es al
incremento.

En un seguimiento de precios que se
ha realizado desde 1998 a la fecha, éste ha alcanzado
precios promedio de $ 70.00 por un kilo en fresco (verde), y para
1999 fue de $ 60.00 en el mercado regional. Cabe señalar
que un kilogramo de chile piquín en verde es equivalente
aproximadamente a 1.5 litros del producto, que es la medida
comúnmente utilizada por los distribuidores en
pequeño y es como normalmente el público consumidor
lo adquiere. De manera adicional, según sondeo en el
mercado regional, para enero del 2001 y hasta junio del 2002, las
colectas se vieron disminuidas en términos reales debido a
la aleatoridad de las precipitaciones y la presencia de altas
temperaturas (hasta 42°C en la zona de estudio) el kilogramo
de chile piquín regional en seco se cotizaba en promedio
de $400.00 a $450.00.

En lo relativo a la comercialización del producto, ésta
se ha dado comúnmente en forma fresca, por lo que la
primera propuesta surgida es la de realizar estudios a detalle
para dar al producto mayor valor agregado, algunas de las
alternativas pueden ser el envasado en seco, preparado en
salmuera o en polvo. De esta manera y con estas acciones, se
considera que la conveniencia bajo las vertientes
económica, ecológica y social sería la de
preservar el producto el tiempo necesario para encontrar mejores
precios, ofreciendo el producto en temporadas en que no se
encuentre disponible en el mercado, bajar la presión
antropogénica y preservar el recurso de manera natural
como una riqueza genética.

CONCLUSIONES

1. Las unidades de producción campesina en la
zona de estudio se caracterizan por ser productoras de alimentos
básicos, con altos costos de
producción y rendimientos promedio bajos (2.5 ton/ha),
en comparación de la media regional 3.5 ton/ha.
Además, la persistencia de altos índices de
siniestrabilidad, hasta de un 40%, en la época de estiaje
mejor conocido como canícula.

2. Son escasos y poco documentados los estudios
económicos realizados en donde se involucre la variable
ambiental con énfasis en un enfoque sostenible. Bajo esta
premisa, con el presente estudio se vislumbra la posibilidad de
contribuir al conocimiento sobre el uso de los recursos naturales
en beneficio de las comunidades rurales que dependen directamente
de ellos y de la sociedad en su
conjunto.

3. El chile piquín representa para los habitantes
de la región una fuente alimenticia, medicinal y
generadora de ingresos adicionales.

4. El chile piquín tiende a asociarse con
especies leguminosas representativas del matorral submontano como
el mezquite, ébano, tenaza y huizache.

5. Las formas de corte que la población realiza
sobre el recurso no parecen ser las adecuadas, por lo que la
potencialidad productora y reproductiva del recurso ha tendido
hacia la disminución. Aunado a lo anterior, la introducción de actividades
agrícolas y pecuarias en áreas de matorral de la
región noreste de México ha eliminado poblaciones
naturales de chile piquín y con ello reductos o
hábitats de fauna asociada
como la víbora de cascabel (Crotalus
atrox
), chinchos (Minus
poliglottus
) y Huitlacoche
(Texostoma longirostre y
curvirostre
), que se considera que son las
aves encargadas de dispersar la semilla con cierta viabilidad
germinativa.

 
AGRADECIMIENTOS

Agradecemos al Sistema de Investigación Regional Alfonso Reyes
(SIREYES) del CONACYT, por el apoyo financiero. Asimismo, al
grupo interdisciplinario de colaboración del Instituto
Nacional de Investigaciones
Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), la Universidad
Autónoma de Tamaulipas (Instituto de Ecología y
Alimentos) y la Universidad Autónoma de Nuevo León
(Facultad de Ciencias
Forestales), en especial al Dr. Enrique Jurado Ybarra (aspectos
ecológicos), Técnico Forestal Manuel Soto Ramos
(Manejo de recursos naturales), y Biólogo Héctor
Garza Torres (Fauna).

REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS

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SARH. 1994. Información
básica de los Distritos de Desarrollo
Rural
. Delegación
Tamaulipas.

 

 

 

 

Autor:

Teodoro Medina Martínez
1

Luis A. Rodríguez del Bosque
2

Horacio Villalón Mendoza 3

Octavio Pozo Campodónico
2

Moisés Ramirez Meraz
2

Ramón López de León
1

Manuel Lara Villalón
1

Griselda Gaona García
1

Américo Cardona Estrada
1

Arturo Mora Olivo 1

1 Instituto de Ecología y Alimentos
– Universidad Autónoma Tamaulipas
2 Instituto Nacional de Investigaciones Forestales,
Agrícolas y Pecuarias. Centro de Investigación
Regional del Noreste
3 Facultad de Ciencias Forestales – UANL

Partes: 1, 2
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