¿Marx inmoralista?
Una afirmación que pareciera navegar a contracorriente y,
por tal, apreciarse como una afirmación errónea,
extemporánea e injusta. Sin embargo, pese a los prejuicios
que esta afirmación pudiera suscitar, creo que el tema
planteado a modo de interrogación hay que abordarlo
hurgando, sin más ni más, en el fondo de los
escritos de Marx, antes que siguiendo la línea de aquella
imagen que ha
logrado permear el imaginario social desde hace ya varias
décadas.
Sabemos que el marxismo
dogmático, o de manual, o mejor
aún, la sovietización del marxismo, logró
internalizarse en gran parte del mundo intelectual marxista
logrando hacer carne varias imágenes
que contrarían a lo esencial que está en su corpus.
Es en este cuadro que ha logrado penetrar la idea de la
existencia de una supuesta "moral
marxista". Esta idea pudiera parecer comprensible
respondiendo a la lógica
de que si el marxismo persigue una mayor justicia
social, superando el sistema
capitalista, mediante la construcción de un nuevo orden socialista,
se supone que tal nuevo orden, necesariamente tendría que
corresponder a una nueva moral que lograra desplazar a la moral
capitalista.
Sin embargo, encontramos también aquella otra
concepción, de un número importante de estudiosos
del marxismo, que expresan a menudo una actitud
despectiva hacia la moralidad que,
según dicen, no es más que una forma de
ilusión, una falsa conciencia o
ideología.
En este ir y venir de ideas contrapuestas nos topamos
con algunos escritos en donde se podría deducir que los
teóricos fundacionalistas del marxismo estarían
avalando la tesis de la
existencia de una moral marxista. Así, por ejemplo, se
podría deducir aquello tomando un pasaje del
Anti-Dühring en que Engels contrasta las moralidades
ideológicas de la sociedad de
clases con una «moralidad humana real del
futuro». Este pasaje pareciera chocar con aquellos que
señalan un inmoralismo en las ideas de Marx, y en el mismo
Engels, atendiendo otros pasajes de sus respectivos pensamientos
y obra.
En efecto, porque el susodicho pasaje de Engels en el
Anti During, choca radicalmente con el pasaje escrito en el
"Manifiesto Comunista" en aquella parte que dice que la
revolución
comunista «abolirá toda moralidad en vez de
fundarla de nuevo». Esta idea que está
explícita en el Manifiesto
Comunista no ha sido del todo bien aprehendida atendiendo al
prurito aquel de que si el marxismo condena el capitalismo
por explotar a la clase
trabajadora y condenar a la mayoría de la gente a llevar
una vida alienada e insatisfecha. ¿Qué poderosas
razones podrían haber para esperar abandonar todo llamado
a la moralidad?
Pero quizás, después de todo, el conflicto no
esté en lo contradictorio de una frase citada en un
documento comparada con otra citada en otro, pues pasajes
más, o pasajes menos, lo que interesa realmente dejar en
claro es en que punto está realmente el conflicto y lo
profundo que éste es, En efecto, porque planteado
así el problema no hace más que reducirlo y
esquematizarlo dentro de estrechos límites
teóricos que agotan toda posibilidad dialéctica de
seguir un decurso de mayores posibilidades reflexivas.
Resultaría lato enumerar una larga lista de
ejemplos que dejaran al descubierto los distintos sentidos y
comprensiones del problema relativo al tema, sin embargo, para
facilitar el análisis me permitiré sintetizar las
distintas variables que
pudieran existir en dos grandes posiciones que se muestran
contrapuestas. Por un lado, están los teóricos
burgueses que sostienen que la doctrina marxista por ser
esencialmente materialista, descuida el espíritu del
hombre y, por
tal, carece en sus elementos fundacionalistas de una
"moral". En cambio, un
gran número de intérpretes de Marx se han afanado
por demostrar que sus escritos si contienen una moral, a la que
no han dudado llamar "moral marxista". Puestos estos dos
puntos de vista en contraste, en mi opinión, y al
contrario de lo que pudiera pensarse, el primer argumento tiene
más razón que el segundo, claro está, no
porque Marx se haya despreocupado del espíritu del hombre,
como pretenden los ideólogos burgueses, o porque adhiera a
una filosofía materialista, sino mas bien todo
ello dentro de un complejo de explicaciones teóricas que
por necesidades obvias al tema necesitan ser más
explicitadas.
Para la comprensión inicial del fenómeno
tenemos que tener a la vista que, en su sentido más
general, la moralidad piensa que sus principios son
imparciales y de validez universal y que el seguirlos dará
a nuestras acciones una
justificación que va más allá de los
intereses en conflicto de individuos y grupos
particulares. La concepción marxiana, en tanto, sobre este
punto señala que esto no es tan así en tanto exista
una sociedad de clases, y que el engaño ideológico
fundamental de la moralidad es la forma en que hace pasar
intereses particulares de clase como intereses
universales.
Sobre este punto, Marx y Engels piensan que solo una vez
abolida la sociedad de clases será posible que los
individuos se relacionen entre sí simplemente como seres
humanos, cuyos intereses pueden divergir en los márgenes
pero se identifican esencialmente por su participación
común en un orden social plenamente humano. Por ello, es
la sociedad sin clases la que en realidad consumará lo que
la moralidad pretende hacer engañosamente. Y sobre esta
base puede ser comprensible que Engels hable de la
«moralidad humana real» de la sociedad del
futuro, aun cuando esto suponga una contraposición de la
noción marxiana más característica de la
moralidad, esencialmente como la pretensión falsa de
universalidad propia de las ideologías de
clase.
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