Monografias.com > Sin categoría
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

El cardo lechoso: un remedio herbolario contra las enfermedades del hígado (página 2)



Partes: 1, 2

  Los extractos del Sibylum marianum (usualmente
estandarizados a contener entre el 70 al 80 % de silimarina) se
usan a gran escala en la
actualidad en las preparaciones farmacéuticas Europeas
para enfermedades
hepáticas. Sin temor a equivocarnos, podemos decir que la
silimarina es una de las substancias conocidas más
potentes como protectoras del hígado.

En repetidas ocasiones, se ha demostrado que la habilidad el
cardo lechoso para prevenir la destrucción del
hígado y mejorar la función
hepática es principalmente el resultado de la acción
de la silimarina de estimular el crecimiento de nuevas células
hepáticas para reemplazar a las viejas células
dañadas. El hígado puede ser dañado como
resultado de algunas toxinas que producen o actúan como
radicales libres. Los radicales libres son moléculas
altamente reactivas que pueden dañar a otras
moléculas, incluyendo a aquellas en las células.
Una deducción clara es que la silimarina
previene el daño de
los radicales libres al actuar como un antioxidante. La
silimarina es muchas veces más potente en su actividad
antioxidante que la vitamina E. Se ha demostrado que la
silimarina aumenta el contenido de glutatión del
hígado arriba del 35 % en sujetos sanos. El
glutatión es responsable de desintoxicar un amplio rango
de hormonas,
drogas y
substancias químicas. Como sabemos, aumentar el contenido
de glutatión del hígado significa que el
hígado tiene una capacidad también
incrementada  para las reacciones de
desintoxicación.

La mayoría de los investigadores está de acuerdo
en que otro modo en el que el hígado puede ser
dañado, es por la acción de los leucotrienos. Estos
compuestos son producidos por la transferencia de una
molécula de oxígeno
a los ácidos
grasos poliinsaturados; esta reacción es catalizada por la
enzima lipooxigenasa. Se ha demostrado que la silimarina es un
potente inhibidor de esta enzima, por lo cual, inhibe la
formación de los dañinos leucotrienos.

El daño de los radicales libres a las estructuras
membranosas por una enfermedad orgánica o una
intoxicación resulta en una liberación aumentada de
ácidos grasos. Esta condición nos lleva a un
incremento en la síntesis
de leucotrienos e inflamación, entre otras cosas. La
silimarina contrarresta este proceso
deletéreo al suprimir la descomposición
patológica de los lípidos de
las membranas y al inhibir la formación de leucotrienos y
la inflamación.

El efecto protector de la silimarina contra el daño
hepático ha sido demostrado en un número de
estudios clínicos y experimentales. El daño
hepático experimental en animales puede
ser producido por tales diversos químicos tóxicos
como el tetracloruro de carbono, la
galactosamina, el etanol, el nitrato y el praseodinium. La
silimarina ha demostrado que protege al hígado de todas
estas toxinas.

Tal vez los efectos protectores más impresionantes de
la silimarina son contra el envenenamiento severo de la Amanita
phalloides (un hongo venenoso), un efecto que ha sido reconocido
desde hace mucho en la medicina
folclórica. La ingestión de A. phalloides o sus
toxinas causa un envenenamiento severo y aproximadamente un 30 %
de las víctimas, mueren.

La silimarina ha demostrado resultados impresionantes en estos
modelos
experimentales. Cuando la silimarina se administra antes del
envenenamiento con la toxina de la Amanita, fue 100 % efectiva en
prevenir la toxicidad. Aún si se da 10 minutos
después de la
administración de la toxina de la Amanita,
contrarresta completamente los efectos tóxicos. Si se da
dentro de 24 horas, la silimarina aún prevendrá
la muerte y
reducirá muchísimo la cantidad del daño al
hígado.

Todos los pacientes con problemas del
hígado que han participado en nuestros estudios
clínicos, se han beneficiado del tratamiento con el cardo
lechoso. Por eso, podemos afirmar que tal vez el efecto
más interesante de los componentes del cardo lechoso sobre
el hígado es su habilidad para estimular la
síntesis de proteínas.
Esta acción resulta en un  aumento en la producción de células
hepáticas nuevas. De esta manera, se reemplazan las
células viejas. Curiosamente, la silimarina no tiene un
efecto estimulador sobre el tejido hepático maligno.

La silimarina puede entonces utilizarse como un tratamiento
coadyuvante en las enfermedades agudas y crónicas del
hígado.

En estudios clínicos realizados en el Programa de
Estudios de Medicinas Alternativas de la Universidad de
Guadalajara, hemos tenido la oportunidad de corroborar que la
silimarina tiene efectos positivos en el tratamiento de varios
tipos de enfermedades hepáticas, incluyendo la cirrosis,
la hepatitis
crónica, la inflamación grasa del hígado
(hígado graso inducido por el alcohol o
substancias químicas), colestasis subclínica del
embarazo,
colangitis y pericolangitis. El efecto terapéutico de la
silimarina en estas enfermedades ha sido confirmado por datos
histológicos (estudios de tejido bajo microscopio),
clínicos y de laboratorio (a
través de exámenes de sangre o de
gabinete como ecosonogramas, etc.).

En uno de los primeros estudios clínicos grandes y
doble ciego, investigando el efecto terapéutico de la
silimarina en enfermedades hepáticas, la silimarina
demostró resultados impresionantes en 129 pacientes con
daño hepático tóxico metabólico,
degeneración grasa del hígado de diferentes
orígenes y hepatitis crónica, comparado con un
grupo de
control
consistente en 56 pacientes. Los resultados podrían haber
sido aún más impresionantes si el estudio hubiera
durado más días.

Un estudio de seguimiento de pacientes con daño
hepático debido al alcohol, la diabetes, los
virus o la
exposición tóxica, demostró
resultados aún más sorprendentes. Los pacientes
fueron seguidos por más tiempo. No
sólo hubo una mejoría clínica en los
pacientes tratados con la
silimarina, sino que los datos de la biopsia hepática y de
laboratorio mejoraron también. Hubo cambios claros y
notables en la retención de bromosulfaleina,
transaminasas, hierro y
niveles de colesterol. Los efectos terapéuticos de la
silimarina en enfermedades hepáticas han sido duplicados
en muchos otros estudios clínicos doble-ciego.

En la actualidad, existe un aumento en la incidencia de la
enfermedades autoinmunes. Estas enfermedades se caracterizan por
que el cuerpo se ataca a sí mismo. La medicina ortodoxa
ofrece únicamente tratamientos paliativos para este tipo
de enfermedades. La psoriasis es una enfermedad en la que,
también la medicina ortodoxa ofrece sólo
tratamientos paliativos. Nosotros hemos utilizado a la silimarina
en el tratamiento de la psoriasis.

La corrección de la función hepática
anormal está indicada en el tratamiento de la psoriasis.
La silimarina es útil en el tratamiento de la psoriasis,
tal vez debido a su habilidad para inhibir a la síntesis
de los leucotrienos y mejorar la función hepática.
La conexión entre el hígado y la psoriasis se
relaciona con una de las tareas básicas del hígado:
filtrar la sangre. La psoriasis está ligada a niveles
altos de endotoxinas circulantes, tales como las encontradas en
las paredes celulares de las bacterias
intestinales. Si el hígado está abrumado por un
número aumentado de endotoxinas o toxinas químicas
o si la habilidad funcional del hígado para filtrar y
desintoxicar está disminuida, seguramente que la psoriasis
se pone mucho peor.

Como ya lo mencioné otro factor importante en la
psoriasis es la producción excesiva de leucotrienos. Se ha
demostrado que la silimarina reduce la formación de
leucotrienos al inhibir la lipooxigenasa. Por eso, la silimarina
inhibirá una de las causas de la replicación
celular excesiva.

En el caso de las plantas
medicinales, es también importante hablar sobre las
dosis y las indicaciones y contraindicaciones. Los extractos del
cardo lechoso con base de alcohol están virtualmente
siempre contraindicados debido a la necesidad de administrar
cantidades relativamente grandes de alcohol para obtener una
dosis adecuada de silimarina. Como ya lo indiqué arriba,
se puede utilizar la forma oral. En realidad, en la
práctica médica, casi no se usan ni la vía
intramuscular, ni la vía intravenosa.

Se ha reportado un amplio rango de dosis en la literatura. Si se usa un
extracto de silimarina estandarizado al 80 %, la dosis media
normal sería baja por día. Las cápsulas
deben de ser tomadas con agua antes de
las comidas.

El estudio de las dosis tóxicas es indispensable para
el uso de cualquier substancia en los seres humanos, incluyendo a
las plantas
medicinales. Hasta el momento, no hemos encontrado ni un solo
caso de intoxicación por cardo lechoso a las dosis
recomendadas.

Por la falta de toxicidad de la silimarina, el uso a largo
plazo es factible cuando es necesario. En los estudios
clínicos que hemos realizado y en otros publicados en la
literatura, no se han reportado efectos colaterales indeseables,
ni reacciones alérgicas.

Las diferencias entre usar el extracto y simplemente ingerir
la semilla entera son muy importantes. Me refiero a la potencia y a la
garantía. La semilla entera no puede ser garantizada en
relación a contener una cantidad dada de principios
activos
terapéuticos. Uno no puede estar seguro sobre la
cantidad de semillas que se requieren para obtener cierta dosis
terapéutica. Esto no es un problema, a menos que uno tenga
una enfermedad hepática, entonces sí Ud.
querrá la potencia más alta del extracto y
además seguro que la querrá garantizada.

Abuso del alcohol

Uno de los usos para el cardo lechoso que emerge de la
literatura es el de estimular la regeneración del tejido y
la función en los hígados de personas sujetas al
abuso del consumo del
alcohol. Por ejemplo, en un estudio, los pacientes con
degeneración grasa del hígado fueron divididos en
grupos de
acuerdo a la causa de la enfermedad (diabetes, obesidad,
alcoholismo).
El cardo lechoso produjo substancialmente una mejoría
más marcada en el grupo en el cual el alcohol fue o el
único factor causante o uno de los mútiples
factores (94). Indudablemente veremos el uso del cardo lechoso en
los centros de tratamiento contra el alcoholismo muy pronto. El
cardo lechoso debe de estar en la dieta de cualquier persona que se
esté recuperando del alcoholismo. Cada vez hay más
evidencia científica de que también el cardo
lechoso previene el daño hepático causado por
medicamentos psicofarmacológicos, es decir, aquellos
medicamentos que se usan para el tratamiento de insomnio,
nerviosismo y otras enfermedades mentales.

Todos estos efectos terapéuticos solamente se pueden
obtener utilizando productos que
sean estandarizados mínimo al 80 %

 

 

 

 

Autor:

Dr. Héctor E. Solórzano, M.D., D.Sc.

hector[arroba]solorzano.com

Presidente de la Sociedad de
Retroalimentación Biológica de
Guadalajara

Coordinador de Medicina Ortomolecular y Acupuntura en el
Centro de Estudios de Medicina Integradora de la Universidad
Autónoma de Guadalajara

Presidente de la Sociedad Médica de Investigaciones
Enzimáticas, A.C.

Presidente de la Asociación Mexicana de
Microscopía, A.C.

Presidente de la Sociedad de Investigación de Acupuntura y Medicina
Oriental, A.C.

Profesor de Farmacología del CUCS de la Universidad de
Guadalajara

URL: http://www.hector.solorzano.com/

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter