Monografias.com > Sin categoría
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Arqueología y género: la mujer Aruhaca en el Caribe antiguo (página 2)



Partes: 1, 2

La idea de un desarrollo
local lo prueba la arqueología, así como
también  las Crónicas iniciales  o
clásicas para el Caribe como son las de Bartolomé
de Las Casas, Fernández de Oviedo y Mártyr de
Anglería, las cuales queriendo o no, atestiguan la
existencia de un pueblo, étnicamente definido, con 
lengua,
cultura y
territorio homogéneo que nos hace inferir una sociedad
unificada culturalmente, (Casas, 1965, Fernández de Oviedo
1959, Mártyr de Angleria, 1944). El primero que
acotó que la gente que moraba en este lugar  era de
"una misma calidad y
costumbre" fue Cristóbal Colón en su primer viaje,
diciendo además: "toda la lengua  es también
una y todos amigos"(Colón, 1961); era tan ostensible que
desde el primer momento así lo anotó en su diario
de viaje. (Trincado, 1997).

 Hemos decidido demarcar cronológicamente una
etapa bien  polémica y de la cual se posee poca
información escrita, los finales de la
etapa precolombina y el inicio del siglo XVI  ya que
nuestros aborígenes no dejaron memoria escrita,
por esto sustentamos su historia a partir de la
arqueología en gran parte.

Es también real el hecho de la casi inexistencia de
trabajos investigativos sobre la etapa, también lo es de
la mujer en los
tiempos prehispánicos y mucho menos en los primeros
años de la conquista, se
habla en realidad de las mujeres de rango pero nunca de las que
conformaban el pueblo aborigen  que vivía en estas
islas, también fue así con las pocas europeas que
vivieron en estos tiempos de la colonización y de estas
solo se hace notificación escueta y de las que
poseían alta alcurnia. ( Rostowrwski, 1987), (Muriel).

Lo que pudo ocurrir entre 1492 y 1542 en que se
promulgan  las Leyes
Nuevas       (Morales
Padrón, 1979) en nuestros territorios antillanos fue un
verdadero ensayo de la
vida y para la vida que continuaría en lo sucesivo, ya que
ni en América
se vivió como en Europa, ni en
Europa se quiso saber como se vivía en América (
Vincent, 1975).En los casi cincuenta años que median entre
una fecha y otra, prácticamente una generación, se
conformó un modo de vida nuevo,  teniendo en cuenta
sus lógicas variantes,  fue el preámbulo de la
gesta americana de la conquista. Esto le valió al Caribe
ser el que recibiera el choque frontal del proceso que
comenzó en los albores del siglo XVI.  ( Ladero,
1992).

Lo que se ha podido saber de la mujer india es a
partir de la vida material que descubre y descifra la
arqueología o que se infiere por de la etnología
comparada, de igual modo por las notas cronicales, asimismo por
los estudios sociológicos que explican algunos procesos de
ese modo de vida antiguo; de lo que aconteció
después de la llegada de los europeos da fe el hecho real
del mestizaje inicial, un rasgo que caracterizó a la
población oriunda de estos cincuenta
años americanos, el mestizo, hijo de español e
india, {el criollo}, indicaba la unión y por ende la
valoración de la mujer aborigen como hembra reproductora a
la falta de la goda por excelencia. A la vez y solo debido a las
circunstancias se le permitió y se entendió que era
madre, maestra y hasta conservadora del caudal adquirido, no
había otra opción.

Este primer momento de beligerancia es el que no se recoge en
los documentos, se
soslaya, por que no era propio que se supiera en España,
pero representó la única forma de adueñarse
de lo poco que le quedaba a los indios, dueños aún
de algunas tierras asimismo la única forma de sobrevivir
en este medio ( Olachea Labayen, 1992).

Para poder
esclarecer el verdadero status femenino en este período,
tanto la mujer india, como la poca europea que llego, hay que
hacer una verdadera proeza analítica e inferencial de las
Crónicas, de la Legislación de la época y
como es lógico limpiar en el buen sentido de la palabra el
corpus escrito de tanto pensamiento
discriminatorio, de tanta injuria al género y
sobre todo de tanto silencio. ( MacEwans, 1971).

La estructura
familiar en las comunidades agroalfareras mas evolucionadas en el
Caribe  en el momento de la conquista, reconocía la
descendencia por línea hereditaria matrilineal, pero no se
puede decir que se presentaba entre ellos la figura
sociológica del matriarcado como tal. ( Potrony, 1985 ),
existían una serie de aspectos que se mantenían
éticamente dentro del grupo como el
hecho de  no tomar a la hermana como esposa,  la
sucesión jerárquica de mando era por la vía
materna, todo lo que nos lleva al  producto de un
posible  matrimonio por
grupo. ( Guanche, 2001).

Los europeos  implantaron e impusieron un tipo de
familia que
tenía en sus entrañas un sin fin de contradicciones
que el indígena obviamente no entendía y no
podía explicarse a partir de su propio pensamiento al
respecto, para el español el matrimonio era una
institución jurídico económica con una
pantalla religiosa inmutable al servicio del
status financiero familiar, para el indio era una manera de
sobrevivencia natural.

El ideal femenino europeo era similar al implantado por la
religión
cristina, en que la mujer virgen, capaz de ser madre de Dios,
totalmente fuera de la idea de sexo – la
mujer debía, para ser respetada, desconocer la
expresión de la sexualidad
de esta forma lo que se encontró en la sociedad Aruaca era
todo lo contrario, la mujer aborigen no era considerada objeto,
sino parte de la comunidad en
que vivía, cualquiera que fuere su posición o
status ( Herrem, 1991), y sus ideas sobre el manejo del sexo tan
naturales como la vida misma.

Coincide con la representación gráfica de la
mujer Arauca un poco mas entrado el siglo XVII, que es bien
esclarecedor, ya que la pintan a partir del ideal clásico,
de la belleza helénica ( Fig. 1 y 2) y la
representación de la pareja monógama, como lo
entendían en  Europa, forzando una visión del
indígena a su manera (fig. 3, 4 y 5) ( Tomado de Alain
Yacou, 1993)

Si exceptuamos la obra de Bartolomé de las Casas, en
ninguna comunicación se habla   de lo
cotidiano,  y mucho menos de su actuación como parte
del grupo, ni de lo que verdaderamente representó la mujer
india  para aquel solitario hombre de
guerra, venido
a menos en su tierra y que
llegó  de un Mundo Viejo para quedarse.
 (Domínguez, 2001).

No hay lugar a dudas que el universo
Arauco o Taíno, como en toda sociedad agrícola, la
mujer por su capacidad reproductora ha estado
asociada simbólicamente a la tierra y
al  proceso de producción, en especial a la
producción humana, la más importante y la mas
necesaria en ese momento. Que rol le tocó jugar a esta
mujer en ese momento tan crucial, es uno de los puntos menos
tratados en la
historiografía actual, en que solo predominan
reseñas contemporáneas y estudios de
género   (Haviser, 1992), (Arroyo, 1988). tuvo a
a su cargo tareas imprescindibles en la economía, sobre todo en las faenas
agrícolas, tanto en la siembra como en la recogida de los
frutos, en especial con el cultígeno de la Yuca ( Manihoc
Sculenta Grantz) exigidos por sus creencias y no trasladables a
nadie mas del grupo. igualmente en la  
preparación y en la preservación   de los
mismos y en la realización de artesanías 
y  la producción alfarera, esto puede ser considerado
como un segmento del poder tribal (  Sued Badillo, 1979), (
Cassá, 1992).

Podemos consignar al enfrentarnos a este tema, que la
información que se recibe del corpus textual de  la
crónica se puede considerar  casual en lo que
corresponde a la actuación de la mujer aborigen,
menospreciada su figura ya que de esa raza sometida "solo se
quieren los brazos para el trabajo y a
las mujeres para concubinas" ( Pichardo Viñals 1966). La
profunda desigualdad de sexos, la dependencia servil, la
desproporción y el antagonismo que regía  en
las relaciones sociales medievales, tocante a este tema en el
mundo, trajo por consecuencia este olvido voluntario de un ser
tan importante como lo fue la mujer aborigen en la conquista y
colonización del Caribe y del Nuevo Mundo en general (
Larguía y Doumoulin, 1983), ( DiZerega,1995).

 No adentrarse en la verdadera realidad de este momento
histórico se debe a una razón muy clara y bien
definida y que es el pobre concepto de
género, tan limitado en esa época que solo es parte
de una hechologia casuística. Algunos Cronistas tuvieron
críticas acérrimas a la mujer, como por ejemplo
Fernández de Oviedo que decía de ellas 
"… son las mayores bellacas e más deshonestas y
libidinosas "( Fernández de Oviedo, 1959) pero no creo que
sto fuera real en verdad, parece solo un mal entendimiento de las
costumbres aborígenes, en cuanto a forma de vida, y sobre
todo en el comportamiento
sexual o un problema personal del
Cronista.

Los españoles en esta temprana época, pocas
veces repudiaron la unión con las mujeres
aborígenes y en mas de una Real Cedulas se autorizó
y propició el matrimonio legal entre las dos partes (
Pichardo Moya, 1945); en el Caribe el favorecimiento de estos
enlaces estuvo relacionado con la imposición legal de la
herencia a la
forma de las Leyes Españolas, incluidas la
supresión de las obligaciones
de tipo avuncular ( Potrony, 1985) resultando de esta forma
muchas uniones entres conquistadores ya radicados como colonos y
mujeres indias,  que eran parte de los grupos de
jeraquía que quedaron con sus tierras, como pudo ser el
caso de Vasco Porcallo de Figueroa en Cuba, el cual
fundó una extensa familia mestiza, con lo que
adquirió al mismo tiempo y
producto de esto, grandes riquezas y un extenso patrimonio en
tierras, a por sus  uniones matrimoniales,  que
favorecían el engrandecimiento de sus caudales, debido al
entronque  de linajes con la mal llamada "nobleza aborigen"(
Rojas, 1947).

La mujer europea en este momento se presenta en cantidad
ínfima  pero estaba expuesta también a una
profunda desigualdad, creada por las condiciones sociales de
dependencia y de antagonismo que regían en sus relaciones
de clases y a la ineliduble propiedad de
los medios de
producción, acrecentada además por la
no-adaptabilidad al medio, ya que se veía solo como un
objeto, teniendo en cuenta algunas excepciones muy especiales. (
Friede, 1966).

Entre 1497 y 1498  en los viajes de
Cristóbal Colón, de acuerdo a los documentos, solo
llegaron 30 mujeres españolas, posiblemente en el tercer
viaje, lo que vinieron a hacer en tan temprano momento, la
documentación no lo consigna, son
prácticamente inexistentes, hay  una idea de 
para que sirvieron muchas de ellas, pero como es lógico no
es motivo para consignar en ningún documento oficial (
MacEwans 1991.

Vale plantear que en los inicios del XVI o tal vez un poco mas
tardíamente, la herencia de bienes por
vía materna, no solo se asociaba a las sociedades
gentilicias sino que en muchos casos este tipo de sucesión
era también la usada por el conquistador y colonizador y
en algunos casos perduró estrechamente vinculada a la
propiedad territorial, dados los índices de
emigración masculina tan elevado con relación a las
mujeres europeas  (Pérez de la Riva, 1946).

Hay una serie de ejemplos que ilustran este estudio realizado
con los documentos del Archivo de
Protocolos de la
Habana, expuesto en el Archivo Nacional de Cuba donde se observa
y se ve reflejada esta problemática numéricamente
representada, en la transición de bienes y caudales por
vía materna en casi todo el siglo XVI. ( Domínguez
Rives, 1993).

El reconocimiento del pasado más antiguo,  donde
la mujer aborigen se hizo valer a partir del papel fundamental
que tuvo, permite llegar a la convicción de que se
poseía una autoconciencia étnica( Guanche,1996) por
ende se dio paso al proceso de transculturación francamente en este
momento inicial de nuestra historia, aunque se piense que fue
fallido ( Domínguez, Rives, 1993)

Por lo menos en los centros poblacionales que generaron
documentación protocolar los enlaces se hacían a la
manera europea, es decir teniendo en cuenta la trasmisión
de apellidos y la herencia de bienes, generalmente por vía
paterna, pero hay rasgos de supervivencia de sucesión
matrilineal como lo expresa S. Culin en 1902 al estudiar los
poblados de Yara, Yateras y Caridad de los Indios en Cuba, donde
el mantenimiento
de formas jurídicas matrilineales estaban vivas aún
( Rives, Domínguez, Perez, 1991).

La rápida desarticulación de las comunidades
primitivas que existían en el Caribe al contacto entre
aborígenes y europeos, según algunos estudiosos
representó la posibilidad de una  total
extinción de los indoantillanos, otros investigadores
plantean que no necesariamente en este proceso se perdieron tan
drásticamente los elementos culturales de persistencia
étnica, sino que los mismos se enmascararon, y que se
puede hablar de procesos tempranos de transculturación (
Guanche, 1983)< y se asegura que existen descendientes
amerindios, o naturales de la tierra  hasta muy entrado el
siglo XIX. ( Salas, 1960)

No ponemos en duda que la mayoría de la
referencia  histórica más antigua del Caribe
se determina  por la arqueología, el estudio de los
elementos  materiales
exhumados dentro de las áreas de acción
humana, son la expresión material de esos pueblos y de su
quehacer cotidiano, a partir de los mismos se infiere y su modo
de vida.

El mundo de sus creencias religiosas y su mitología ha sido bien reflejado en la obra
del primer etnólogo de América, Fray Ramón
Pané quien en 1493 por órdenes de Cristóbal
Colón rescató el pensamiento cosmogónico de
los arahuacos, el cual con algunas adiciones fue también
expresado en la obra de los Cronistas de Indias. En esta obra se
dedica un espacio limitado a la mujer indígena, pero si se
hace hincapié en la figura femenina en el discurso
mítico religioso. (
Arrom,1989),Fariñas,1995),(Pané,1990).

Igualmente la arqueología nos ha proporcionado
testimonios seguros y
expeditos en el estudio de la mujer aborigen, representado
plásticamente en su ajuar a la figura femenina a partir de
sus cánones de belleza  y a sus estatutos plásticos
a todo lo largo del territorio caribeño (
Domínguez, 1986), (Dacal, 1972  ), Dacal,
Domínguez,
1988)           
indicando con esto la posición prominente de la mujer en
el discurso mítico antillano ( Pastor, 1983) y que no es
otra cosa que el reflejo de su sociedad ( López Baralt,
1985).

Atendiendo a estos planteamientos podemos tomar como ejemplo
la representación del cemi divino de Atabeira madre del
Dios principal Yocahú, del cual Pané indica 
".. tiene madre, más no tiene principio y a este llaman
Yucahu, Bagua , Maorocoti y a su madre llaman Atabey, Yermano,
Guácar, Apito y Zuimaco, que son cinco nombres "(
Pané, 1990 ); la cantidad de nombres responde a un
mecanismo de diferenciación social, la madre tiene cinco
nombres y el hijo, a pesar de ser tan principal, solo tiene tra.
( Stevens-Arroyo, 1988).

También encontramos en el relato mítico la
intervención de la mujer en la representación de
Guabonito, la mujer que sale del mar, la que cura la sífilis o
el "mal de bubas" y la de Itiba-Cahubaba, la madre del bien, la
que murió de parto al
traer  a la vida a los gemelos violentadores de las nuevas
pautas culturales en su mundo cosmogónico ( Sued Badillo,
1986) y Gubancex la dueña de los vientos y las aguas
violentas, que representa los males que podían traer
consigo las catástrofes como por ejemplo los huracanes,
muy bien utilizada por Fernando Ortiz en su obra
Huracán   así como también
Caguana, la madre procreadora por excelencia ( Guarch, Querejeta,
1993), ( Arrom, 1989 ),(
Rodríguez.1982).           

De todo este panteón Arahuaco o Taíno 
encontramos, gracias a la
investigación arqueológica, con una buena
cantidad de manifestaciones plásticas, en diferentes
géneros, que nos permiten valorar la tecnificación
alcanzada por sus artífices para la exposición
de sus ideas, infiriendo así el desarrollo de las fuerzas
productivas y por ende sus relaciones de producción 
y dentro del cual el arte, como forma
de la conciencia social
refleja la base económica que permite esa
producción artística acorde al discurso
cosmogónico reflejado en la obra de Pané y de otros
Cronistas. ( García Arévalo,1988).

Dentro del estudio de las manifestaciones del arte aborigen
cubano y caribeño encontramos la representación de
la figura femenina abundamentemente con diferentes 
expresiones y variantes tanto en forma , diseño
y material, así como en la utilización y en
contenido, fenómeno poco estudiado en la plástica
caribeña ( Pons,      
1980), (Dacal, 1972 ) ( Domínguez, 1986 ), (
Valcárcel,2000).

La arqueología hace especial hincapié en el
estudio de la producción cerámica Arahuaca, tanto en la producida
para la vida cotidiana como la de ejemplos de excepción
dedicados al ritual religioso. El proceso tecnológico de
la cerámica indica que hay excelencia en el mismo y esto a
su vez manifiesta un mayor desarrollo
social. ( Sued Badillo, 1979). ( Domínguez, 1986) La
productividad
de los enseres cerámicos es uno de los quehaceres
principales de la mujer y esto como es lógico la reafirma
en su posición relevante en el grupo, además por
que ella tendrá otras tareas asociadas de gran envergadura
como son la siembra, la confección de alimentos, la
preparación medicinal cotidiana   con el
conocimiento de la flora, el cuido de la prole, su enseñanza del idioma y de los deberes
comunales y la más importante la procreación misma,
sin la mujer no hay grupo humano.

De cerámica son hechas en su gran mayoría las
figurinas o estatuillas femeninas, moldeadas en barro y cocidas
posteriormente, piezas exclusivas  de los ritos agrarios (
Dacal, 1972), también usadas para el proceso de
gestación y sobre todo para el parto, ya que  sus
creencias planteaban que con ellas puestas en el vientre de la
parturienta se desenvolvía bien la operación de
traer un ser a la vida, aspecto de mucha importancia en estos
grupos humanos ( Arrom, 1989  ), ( Petigean-Roget,
1988).

Cuando se efectúan excavaciones arqueológicas en
lugares con características mortuorias de estos grupos
aruacos, hemos podido constatar que hay un marcado uso de objetos
suntuarios tanto en los entierros masculinos como en los
femeninos, se entierra  con los atributos que corresponden a
su posición  social y a sus costumbres, Ejemplo de
esto lo podemos ver en los trabajos arqueológicos
realizados en el sitio Chorro de Maita, cementerio Arahuaco 
de grandes proporciones en el oriente de Cuba en el cual se
presentan entierros de mujeres con abalorios de especial
elaboración como son cascabeles de oro,
pequeñas placas de oro martillado, dijes del mismo
material y la figura de un pájaro sofisticado hecho en
láminas de oro martillado e hilos de oro como
decoración. ( Guarch, 1995 ).

De acuerdo a las circunstancias que dieron motivo a la ruptura
de la continuidad étnica del aborigen en el Caribe, 
las relaciones de parentesco y familia permitieron que se
mantuviera una toma de conciencia de la ascendencia india, la que
claramente se ve aplicada en la documentación generada
protocolarmente en el siglo XVI temprano y simultáneamente
debió desarrollarse una tendencia resultante de la
asimilación de técnicas y
costumbres de una parte y de otra del binomio inicial de la
conquista, en todas ellas la mujer indígena jugó su
más grande e importante papel en esta historia  en
esto la evidencia arqueológica en los objetos materiales
los cuales sensiblemente transformados llegan y se incorporan al
proceso de transculturación, por ejemplo el buren, el
consumo de
alimentos netamente aborígenes como el casabe, el maíz, en
otros aspectos como son la toponimia, que ha llegado hasta hoy
por los mantenimientos de formas idiomáticas, las
creencias que se entrelazan en la formación de religiones de
origen africano y que viven en la actualidad como elemento
netamente americanos, los lazos familiares y su necesaria
persistencia para la heredad, lo que argumenta la persistencia de
elementos de la organización gentilicia muy entrado el
siglo XVI en el Caribe.(García,1978).

La mujer aborigen no ha sido estudiada en su marco originario,
dicen que es imposible hacerlo, esto que hemos expuesto es solo
un preámbulo para lo que en verdad puede ser una verdadera
investigación que ayudaría a los
estudios de g"enero en America Latina.

Bibliografía.

ARROM, José Juan (1989): Mitología  y artes
prehispánicas de las Antillas. Siglo XXI Editores.
México.

ARROYO, Anita (1988) Anacaona. La Revista del
Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el caribe.
Enero-junio p. 63-66, Puerto Rico

BAGU, Sergio (1987): la conquista de América un
cataclismo social. Casa de las Américas.(165): 3-10,
Año XXVIII, nov. dic. La Habana.

BRETON, R. (1892) Dictionaire Caraibe-Francais. Edition
Facsímile reimprime par Jules Plalzmamm.BG
Teubner.Leipsig.

BROMLEY, Y.(1986): Etnografía teórica. Edit. Nauka.
Moscu.

CASAS, Bartolomé de las ( 1965): Historia de las
Indias. Fondo Cultura Económica. México

CASSA, Roberto (1992): Los indios de las Antillas. Edit.
Mapfre. Madrid.

COLON, C. (1961) Diario de navegación. CC UNESCO. La
Habana

DAVILA, Ovidio (1979): Los niños
taínos. Rev. De promoción Cultural. Año II (7):3,
jul-agt.sept. Puerto Rico.

DE LA BORDE, SR. (1674) (1981) Relation de l"origine moeurs,
costumes, religión, guerres et voyages des caraibes
sauvages des Isles Antilles de L"Amerique. Paris. Crónicas
Francesas de las isles Caraibes. Univ. Puerto Rico y CEA, Puerto
Rico

DI ZEREGA WALL, Diana (1995) The archaeology of gender.
Planiun Press. N. York

DOMINGUEZ COMPAGNY, Francisco (1978) La vida en las pequenas
ciudades Hispanoamericanas de la conquista.Edic. Cultura
Hispánica den Centro Iberoamericano de Cooperación.
Madrid. Cap. IX Vida social y familia p. 101-163

DOMÍNGUEZ. L. (1986): Algunos aspectos del arte de los
grupos aborígenes agricultores ceramistas de Cuba. Edit.
Nauka, Novosibirsk p. 134-136 Siberia

DOMÍNGUEZ, L. y A. Rives, (1993): Arqueología,
parentesco y transculturación en el aporte aborigen a la
cultura cubana. Centro de Antropología. La Habana,

DOMÍNGUEZ, L. et al(1994): Las comunidades
aborígenes de Cuba. Historia de Cuba. La Colonia. Capt. 1
Editora Política. La Habana, p. 5-57

DOMÍNGUEZ, L.(2001): La mujer aborigen al inicio del
siglo XVI en el caribe. Gabinete de Arqueología.
Boletín (1):88-91, año 1, La Habana.

DU PUIS, g. (1972): Relation de l"establessemend de une
colonie Francaise dans la Guadaloupe, isle de L"Amerique e des
moeurs de sauvages. Biblioteqhue d"Histoirie Antillaise. Societe
d"Histoire de la Guadaloupe. Basse – Terre. Guadaloupe (1652)

DU TERTRE J.B. (1958) Concernig the Natives of Antilles.
Histoirie Generale des isles de S. Christhophe de la Guadaloupe,
de la Martinique et autre dans L"Amerique (1667) M. Mackusick
and  Piere  Verin, edit.. Paris.

EVANS- PRITCHARD, E.E. ( 1975): La mujer en la sociedad
primitiva .Edic. Península # 84. Barcelona,

FARR, Starr (1999) Gender and Ethnogenesis in the Early
Colonial Lesse Antilles. Actas del XV Congreso International de
Arqueología del caribe. P. 367-375 Guadaloupe.

FARINAS, D, (1995)  Religión en las Antillas.
Editorial Academia. La Habana.

FERNÁNDEZ DE OVIEDO, G. (1959): Historia General,
Natural de las Indias. Autores Españoles Madrid. P.
118

GUANCHE,J. (1983): Procesos etnoculturales de Cuba. Ediciones
Letras Cubanas. La Habana.

GUANCHE, J. ( 1996): Componentes étnicos de la nación
cubana. Editorial Unión. La Habana

GUANCHE.J./ (2001). Grupos étnicos y familia. Apuntes
inicales. ( Comunicación personal.

GUARCH, J.M. y A. Querejeta. (1993): Los cemíes
olvidados. Publigraf. La Habana.

HAVISER, Jay. B ( 1992): Amerindiam Woman of the Caribbean.
Mundu Yama. Curazao. Fundantion Publicación. Curazao

HERREM, Ricardo (1991): La conquista erótica de las
Indias. Edit. Planeta. Barcelona.

LABAT, R.P. (1931): Voyages aux Isles de L"Amerique (
Antilles) (1693-1705) Edit. Ducharte Paris. Casa de las
Américas/La Habana.

LADERO, M.A. ( 1992): El horizonte histórico
español de cara al Nuevo Mundo. Bulletin D"Information
(15):8-20, Martinique.

LARGUIA, I. Y J. Doumoulin, ( 1983): La mujer en el desarrollo
: estrategia y
experiencias de la revolución
Cubana. Casa de Las Américas/ (149):37-52. La
Habana.

LOPEZ BARALT, Mercedes( 1985): El mito
taíno Levi-Straus en las Antillas. Ediciones
Huracán. Puerto Rico.

MCEWANS, Bonny ( 1991) The Archaeology of Women in the Spanish
New World. Historical Archaeology. Vol. 25 (4):33-41,
Washington.

MARTI, José ( 2001): Obras Completas. Centro de
Estudios Martianos. Karisma Digital. La Habana. ( Soporte
Magnético)

MÁRTIR DE ANGLERIA, Pedro (1944): Décadas del
Nuevo Mundo. Buenos Aires.

MARRERO, Levi (1972): Cuba: Economía y Sociedad. TI
Editorial San Juan. Puerto Rico

MORALES PADRÓN, Francisco ( 1979): Teoría
y leyes de la Conquista. Ediciones Cultura Hispánica.
Madrid.

MORALES PADRÓN, Francisco ( 1990): Los conquistadores
de América. Espasa-Calpe.  Madrid.

MURIEL, Josefina ( 1992): Las mujeres de
Hispanoamérica. Epoca Colonial. Edit. Mapfre. Madrid.

OLACHEA LABAYEN, Juan B. ( 1992): El mestizaje como gesta.
Edit. Mapfre. España.

ORTIZ, Feriando ( 1972): Canoa. Revista  Universidad de la
Habana. (1960): 117-125. La Habana

ORTIZ, Fernando ( 1968) Contrapunteo cubano del Tabaco y el
Azúcar.
Consejo Nacional de Cultura. La Habana.

ORTIZ, Fernando
(             
) Huracán

PANE, Ramón ( 1990): Relación acerca de las
antigüedades de los indios. Edit. Ciencias
Sociales. La Habana.

PASTOR, Beatriz (1983): Discurso narrativo de la conquista de
América. Edit. Casa. La Habana

PELLEPRAT, P. ( 1981): Relation des missions des P.P. de la
Compagnie de jesús dans les isles et dans la terre ferme
de L"Amérique Meridionale. Crónicas Francesas de
las Indias Caribes de. Universidad de P. Rico y CEA (1655). P.
Rico.

PEREZ DE LA RIVA, Francisco ( 1946) Origen y régimen de
la propiedad territorial en Cuba. Academia de la Historia.
Habana.

PETIJEAN-ROGET, Henry et al ( 1988): Femmes live d"or de la
femme Creole. Raphy Diffusions Pointe a Pitre. Guadaloupe.

PICHARDO MOYA, f. ( 1955): Los indios de Cuba en sus tiempos
históricos. Academia de la Historia. La Habana.

PICHARDO VINALS, Hortensia ( 1986): La fundación de la
primeras villas en la Isla de Cuba. Edit. C. Sociales. La
Habana.

POTRONY, J. ( 1985): la familia
humana. Ediciones Ciencias
Sociales. La Habana.

RIVES, A. y L. Domínguez (1991): Los documentos
históricos sobre las Encomiendas y las Experiencias Indias
de Cuba y las evidencias
arqueológicas del proceso indohispánicos. Estudios
Arqueológicos 1989. edit. Academioa. La Habana.

ROCHEFORT, C. ( 1666) The History of the Caribby Island
Barbados, St. Christophen, St. Vincents, Martinique. Dominica,
Barbouthus, Monserrat, Nevis, Antigua in all XXVIII Printed J. M.
Thomas Dring. London

RODRIGUEZ, Marcos (1982): Atabaeira : diosa taína de
las aguas y de las mujeres gestantes. Periódico
5 de septiembre. Cienfuegos. Oct.

ROJAS, Maria Teresa ( 1947) Indice y extractos del Archivo de
Protocolos de la Habana. Imprenta Ucar
y García. La Habana.

ROSTOWRWISKI, maría (1987): La mujer en la época
prehispánica. Cuicuilco (18):80-85 jul- México.

SALAS, A.M. (1960): Crónica Florida del mestizaje de
los indios. Siglo XVI. Edit. Losada. Buenos Aires.

STEVENS-ARROYO, Antonio (1988) Cave of Jagua. University of
New México Press. Alburquerque.

SUED-BADILLO, Jalil. (1979) La mujer indígena y su
sociedad. Edit. Antillana. Rio Piedras. P. Rico

SUED-BADILLO, Jalil(1986) El mito indoantillano de las mujeres
sin hiombres. Boletín de Estudios Latinoamericanos y del
caribe. (40):15-22, junio. P. Rico.

TRINCADO, María Nelsa (1997) El aborigen y La Caridad
del Cobre. El
Caribe Arqueológico. Santiago de Cuba. (2):114-120

VALCARCEL, R.(2000) Seres de Barro. Un espacio
simbólico femenino. El Caribe Arqueológico(4):20-34
Santiago de Cuba.

VINCENT, Andre (1975) Derecho de los Indios y desarrollo en
Hispanoamérica. Edic. Cultura Hispana. Madrid.

WOOD, Yolanda (1989) Repensar el espacio Caribe. Revista
Universidad de la Habana (236):62-80) sept. Oct. La Habana.

YACOU, Alain y J. Adelaide Merlande (1993): La decouverte et
la conquete de la Guadeloupe. Edit. Kactchala et CERC.
Guadeloupe.

 

 

 

 

 

Autor:

Lourdes S. Domínguez

Oficina del Historiador, La Habana, Cuba, investigadora
visitante, con apoyo FAPESP, en el Núcleo de Estudos
Estratégicos, Universidade Estadual de Campinas, Brasil.

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter