El buen gobierno corporativo. Un tema instalado que exige respetar la representación de los públicos internos
- Introducción
- Las razones del buen
gobierno corporativo. La ética y su transversalidad en
torno a tres planos de análisis. - El buen gobierno
corporativo: ¿cómo aproximarnos a modelos de
gestión comprometidos con el bien
común? - Los
públicos internos y su gestión:
¿responsabilidades empresarias
ecuánimes? - Conclusiones
- Referencias
bibliográficas
XV Congreso Nacional de ética de
la economía y de las organizaciones.
El buen gobierno
corporativo. ISBEE Y EBEN España,
Barcelona, España. Junio 2007
Abstract
Algunas cuestiones respecto al abordaje del buen gobierno
corporativo están claras: su significado no constituye una
moda. No
obstante, el presente paper tiene por primer objetivo,
profundizar las razones por las cuales debatir la necesidad de
construir modelos de gestión
con contenido normativo, adaptados a cada contexto
particular, sin que ello signifique caer en el relativismo
ético. Para ser más precisos, el camino nos
conducirá a través de tres planos de análisis, con miras a revitalizar el rol de
la ética. En segundo término, propondremos
lineamientos para fomentar el diseño
integral de modelos de gestión comprometidos con el
bien común, con la intención de enriquecer el
proceso de
planeamiento y
simultáneamente abandonar la tendencia oscilante entre la
importación de pautas concretas o la
articulación de medidas filantrópicas, usualmente
observables cuando las empresas van tras
la consolidación de un desarrollo
sustentable. En este sentido, subyace el supuesto que las
empresas no deberían limitar sus objetivos
centrales a la concreción de sus obligaciones
sociales (económicas y legales) sino que estos actores
sociales asumen la búsqueda del bien común
en el largo plazo, con miras a promover relaciones integrales de
desarrollo con todos los
públicos con los que interactúan. Finalmente,
abordaremos el análisis de un tercer punto. Si bien las
corporaciones en el contexto global asignan prioridad
estratégica a los grupos de
interés
externos, parecen existir fuertes dificultades en lo que respecta
a las relaciones con los públicos internos, en
particular con los empleados. Al respecto, cabe destacar
que el éxito
de cualquier modelo o
sistema de
gobierno corporativo, está sujeto a la
aceptación de quiénes lo viabilizan así como
depende de la legitimidad con la cual reflejan su particular
realidad histórica contextual, más allá de
cuán globalizados vivamos.
I.
Introducción
Algunas cuestiones respecto al abordaje del buen gobierno
corporativo están claras. Su significado no constituye una
moda; asimismo sus implicaciones son previsibles en
términos de competitividad, imagen y
valoración por parte de los públicos externos.
La cuestión a debatir y a trabajar con mayor
profundidad, aún se refiere a la necesidad de
construir modelos de gestión con contenido
normativo adaptados a cada contexto particular, sin que ello
implique caer en el relativismo ético.
En este sentido, el primer objetivo del presente trabajo es
profundizar las razones por las cuales debemos viabilizar
la concreción de buenos gobiernos corporativos;
para lograrlo indagaremos el rol de la ética atravesando
tres planos de análisis: el personal, el
organizacional y el marco contextual.
Con base en lo expresado y en conformidad con un conjunto
diverso de investigaciones
realizadas, el segundo objetivo del paper es precisar
lineamientos que guíen el diseño integral de
modelos de gestión comprometidos con el bien
común, con miras a abandonar la tendencia oscilante
entre la importación de pautas concretas o la
articulación de medidas filantrópicas, usualmente
observables cuando las empresas transitan la búsqueda del
desarrollo
económico y social.
Finalmente, el tercer objetivo es cuestionarnos la ecuanimidad
en el tratamiento de los públicos internos. El planteo
estratégico que demanda este
contexto global asigna prioridad a los grupos de interés
externos, no obstante parecen existir fuertes dificultades en lo
que respecta a las relaciones con los públicos
internos, en particular con los empleados. En este
sentido, deseamos destacar que es imprescindible respetar la
representación de estos públicos internos, pues el
éxito o fracaso de los buenos gobiernos
corporativos, está sujeto a la aceptación o al
rechazo de los individuos que los viabilizan, así
como a la legitimidad con la cual reflejan su particular realidad
histórica contextual, más allá de
cuán globalizados vivamos.
El presente paper sustenta sus afirmaciones en consecutivas
investigaciones exploratorias y descriptivas, algunas de carácter teórico; otras en el marco
de una investigación cualitativa, realizadas a lo
largo de seis años de trabajo.
II. Las razones del
buen gobierno corporativo. La ética y su transversalidad
en torno a tres
planos de análisis
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