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Crecimiento económico ecuánime y democratización. Desafíos a enfrentar. Los aportes de la Ética (página 2)



Partes: 1, 2

No obstante, los países desarrollados también
enfrentan desafíos
a alcanzar en términos de
exclusión, inmigraciones forzadas, estabilidad financiera,
lucha por la vigencia de los derechos
humanos… más allá del especial interés
que manifiestan por la innovación, la eficiencia o la
confirmación de los valores
democráticos.

La globalización inherente a este sistema mundial
nos involucra a todos en la búsqueda de los
bienes públicos globales, me refiero a la paz, la
seguridad, la
sustentabilidad, la vigencia de los derechos humanos. Lo
anterior nos induce a reformular la definición acerca
del desarrollo
con la que trabajaremos a lo largo del paper,
a fin de precisar lo que constituirá el primer aporte
de la ética
al abordaje del mismo.

2. El
concepto
acerca del desarrollo. La
dimensión normativa

En el marco de un mundo globalizado, la idea de desarrollo no
puede ser abordada desde una perspectiva racional instrumental.
Por el contrario, asumimos que debemos incorporar en su análisis una dimensión normativa; de
este modo busco propiciar lo que denominaré, el primer
aporte de la ética
[2] a la
definición de desarrollo.

La ética  es la ciencia que
estudia el modo en que los individuos desarrollan su calidad
humana
, como tal presenta un conjunto de reglas morales que
nos ayudan a expandir nuestras virtudes, a  orientar el
comportamiento
racional hacia lo verdaderamente bueno[3].

Comentábamos que esta ciencia guía el proceso por el
cual forjamos las virtudes: las aprendemos al practicarlas, como
consecuencia de la reflexión que realizamos al enfrentar
sucesos controversiales ( dilemas morales). En este sentido, la
expansión de nuestra capacidad de juicio moral tiene
una doble naturaleza: la
racional y la sensible, lo cual no implica ajustar la realidad a
nuestros sentimientos o nuestra conveniencia; por el contrario,
al contemplar empaticamente al otro evitamos caer en la
apatía, la alogia  o la anestesia de nuestros
sentidos… de suma relevancia en un mundo global que incita al
éxito
individual, la eficiencia competitiva y  la
superación continua.

En el marco de la propuesta teórica de la Etica del
desarrollo[4], incorporamos una dimensión
normativa para promover la idea de desarrollo sustentable y
ecuánime. Combatimos la tendencia reduccionista de
privilegiar la dimensión económica de las
realidades sociales, como si ellas fuesen el resultado de meros
intercambios entre maximizadores de utilidad[5].
No lo limitamos al crecimiento de indicadores
económicos sino que consideramos que una sociedad es
desarrollada cuando propicia procesos de
expansión de libertades[6] equitativas
para todos y cada uno de sus habitantes. En concreto,
partimos del supuesto que el desarrollo es un proceso que
debería estimular la posibilidad de que los
habitantes accedan a oportunidades de trabajo
dignas, a disponer de servicios de
salud, educación, justicia y
seguridad, a fin de expandir las
capacidades[7] que constituyen la base de
los  derechos humanos.

No podemos hablar de desarrollo cuando enfrentamos estructuras
sociales tan desiguales. "Sin razón no hay
valoración propiamente ética. Pero la sola 
razón no basta. El fundamento de la ética
está en la disposición humana a sentir al
prójimo como a nosotros mismos, la cual puede ser
cultivada como virtud o anestesiada o corrompida" (Prats i
Catalá[8], p.  4)

3. Agentes o factores
del
crecimiento
económico ecuánime

Hemos definido una concepción acerca del desarrollo en
la cual subyace un dimensión normativa, por ende no nos
limitamos a explicarlo en términos de indicadores
económicos. En este sentido formulo el primer aporte de
la ética.

El mundo global actual enfrenta dos desafíos: lograr un
crecimiento económico ecuánime y la
democratización.

¿Qué es lo que permite que algunos países
tengan mejor performance económica que otros?
¿Qué factores promueven que ciertas sociedades
construyan democracias pluralistas en lugar de estar conducidas
por dictadores más o menos inteligentes? El debate parece
centrarse en torno a las
instituciones
y el capital
humano.

A continuación trataremos de identificar la incidencia
de estos dos factores. A posteriori lo relacionaremos con la
ética a fin de proponer lo que denomino el segundo
aporte de la ética.

Glaeser, La Porta, López de Silanes y
Shleifer[9] (2004) postulan que:

·         El
capital humano
(C. H.) mejora el crecimiento económico y la
democratización[10], pues da forma a las
capacidades institucionales y productivas de la sociedad;

·         El
Capital humano es una fuente de crecimiento más
básica que las instituciones;

·        
Sugieren cierto escepticismo sobre la viabilidad de la democracia en
países con bajo nivel de capital humano.

Aclaran que:

·         En el
caso especifico de aquellos países pobres que logran
superar períodos de pobreza,
acumulando capital fisco y humano bajo dictaduras, una vez que se
tornan más ricos, es cada vez más probable que
mejoren sus instituciones.

·         Los
países pobres suelen salir de la pobreza a
través de "buenas políticas"
con frecuencia asociadas a los fines que persiguen los dictadores
que los gobiernan; en consecuencia esto permite que luego mejoren
sus instituciones. En última instancia es la voluntad
humana la que forja las condiciones.

Los autores argumentan esta aseveración tras contrastar
dos hipótesis:

1.     Por una lado analizan "el
punto de vista institucional:
autores como
North[11] (1981),
Mauro[12] (1995), Knack and
Keefer[13] (1995), Acemoglu, Johnson y
Robinson[14] (2001), Kaufmann, Kraay y
Mastruzzi[15] (2003), Jaggers y
Marshal[16] (2000) sostienen que las
instituciones políticas
ocasionan crecimiento
económico
. La proposición sintetiza la
siguiente relación causal: las instituciones
políticas – vía la democracia o la existencia de un
gobierno limitado
( a fin de garantizar por ej. el derecho de
propiedad) – traerán mayor inversión en capital humano (C. H) y
físico, y por ende generarán mayor crecimiento
económico.

 Gráfico Nº 1: Hipótesis del
punto de vista Institucional

2.     Por otro lado, explican y
adhieren  "al punto de vista del desarrollo" que pone
énfasis en la acumulación del capital humano y
físico
para iniciar el proceso. Autores como
Lipset[17], Barro[18] y
Prezeworski[19] proponen que la
acumulación del capital humano y físico

vía la mayor educación y el bienestar
económico – da forma a las capacidades institucionales y
productivas generando posibilidades de mejoras a las
instituciones
.  Por ejemplo, Lipset postula que las
personas educadas tienen más posibilidades de resolver sus
diferencias, a través de negociaciones y votaciones, que a
través de disputas violentas. En este sentido la educación se
vuelve más necesaria para que los tribunales funcionen y
para que los ciudadanos con poder se
comprometan con las instituciones gubernamentales. Por su parte,
Glaeser, et al., comprueban que la calidad institucional surge
tras alcanzar situaciones de crecimiento… a medida que un
país comienza a revertir la
pobreza[20] y vira hacia la riqueza; esto es
válido tanto en contextos democráticos o como
consecuencia de "buenas elecciones políticas" dispuestas
por los dictadores[21] de turno (Glaeser, et
al., 2004: p. 4).

Gráfico Nº 2:
Hipótesis del punto de vista del desarrollo.

Los dos puntos de vista comparten algunas similitudes
importantes. Ambos enfatizan la necesidad de garantizar los
derechos de propiedad para
apoyar la inversión en capital humano y físico, y
ambos ven tal seguridad como una elección de política
pública. Sin embargo, el punto de vista institucional ve a
las políticas a favor de la inversión como una
consecuencia de las restricciones políticas impuestas
sobre el gobierno, mientras que el punto de vista del desarrollo
ve estas políticas en los países pobres
mayormente como opciones de sus – típicamente no
restringidos – líderes.

Comentábamos que Glaeser, et al.(2004), realizan un
análisis crítico profundo en torno a estas dos
proposiciones y en concordancia con Djankow y
otros[22] (2003) convalidan el punto de vista
del desarrollo. Ellos afirman que el capital humano mejora el
crecimiento económico y la democratización pues da
forma a las capacidades institucionales y productivas de la
sociedad.
Ahondemos en cada hipótesis. Al indagar
el punto de vista institucional definimos instituciones
como "un conjunto de reglas, procedimientos de
cumplimiento y normas de
comportamiento ético y moral diseñado para
restringir el comportamiento de los individuos con el
interés de maximizar el bienestar o la utilidad de los
capitales" (
North[23], 1981: p. 201- 202) En
esta definición debemos resaltar  dos
cuestiones:

·        
La centralidad de la palabra "restricciones" y
·        
El sentido de perdurabilidad en el tiempo
inherente a estas restricciones.  Glaeser, et al.
(2004), cuestionan justamente que las medidas utilizadas para
corroborar el punto de vista institucional no miden restricciones
ni reflejan características durables del entorno. Los
autores explican que los estudios que defienden el nexo entre las
instituciones y el crecimiento económico son refutables
por dos razones:

1.     En primer lugar, los indicadores de
calidad institucional no son conceptualmente aceptables. Por su
construcción, no describen las
instituciones: son medidas de resultados o indicadores de
las elecciones de políticas que reflejan lo que
sucedió en el país más que referirse a
reglas permanentes de juego, o
restricciones ( como se enuncia en la definición). Los
tres grupos que
cuestionan son:

a)     El índice ICRG, que
reúne indicadores de encuestas de
la calidad institucional de la Guía Internacional de
Riesgo
país (1980-1990)  (incluye dimensiones tales como
ley y orden,
corrupción, riesgo de expropiación
por parte del estado, riesgo
de repudiación de contratos);

b)    El segundo índice agrega encuestas
de determinaciones de  efectividad de los gobiernos
(combina las percepciones de calidad de los servicios
públicos, la calidad burocrática, la independencia
de los empleados públicos a las presiones políticas
y la credibilidad del compromiso del gobierno hacia las
políticas)

c)     El tercer grupo proviene
de los datos de Polity
IV, el cual apunta a la medición de las coacciones o
límites sobre el poder
ejecutivo ( indagan si existe pluralidad en las normas
electorales, cuál es el grado de independencia del
poder judicial
– a partir del nivel de permanencia en el cargo de los jueces de
la corte suprema- y el grado de revisión judicial de la
leyes)

Los autores sostienen que estas medidas no se construyen para
reflejar coacciones sobre el gobierno o características
permanentes del paisaje político, son altamente
volátiles y reversoras de los promedios. Los tres grupos
de datos "miden resultados, y no algunas
características permanentes a las que hace referencia
North"
(Glaeser, et al., 2004: p.6)

2.     En segundo lugar explicitan fuertes
limitaciones a las variables
instrumentales utilizadas[24] para determinar
la primacía de las instituciones políticas. Los
autores muestran que las técnicas
econométricas que suelen utilizar los defensores del punto
de vista institucional para establecer que las instituciones
generan crecimiento económico, se correlacionan tanto con
el capital humano de hoy en día como con el del año
1500 y aducen que en realidad lo que los colonos traían
era su capital humano, no sus instituciones; ergo cuestionan los
instrumentos utilizados en la literatura para entender las
instituciones de cada país pues son ambiguos. "A un
nivel econométricamente puro, esta evidencia sugiere que
los indicadores de los patrones de asentamiento no son
instrumentos válidos para las instituciones.
"
(Glaeser, et al., 2004: p. 5)

Tras evaluar la validez empírica del punto de vista
institucional, se alinean a la segunda propuesta: los autores
concluyen que cada comunidad
enfrenta un grupo de oportunidades institucionales que
están determinadas en gran parte por su política,
su grado de eficiencia y su historia.
Aseveran que cuanto más grande es el capital humano y
social, mayormente atractivas serán las oportunidades
institucionales; de igual forma aclaran que cuanto más
ricas se vuelven las sociedades, esto mejora las oportunidades
institucionales y por ende repercute en los resultados de dichas
instituciones. 

Glaeser et al. aclaran que lo anterior no implica que ellos
desmerezcan la importancia de las instituciones, sino que
"sugieren que las estrategias de
medición actuales tienen fallas conceptuales, y que los
investigadores obtendrían mejores resultados si se basaran
en leyes, reglas y procedimientos de cumplimiento actuales, que
podrán se manipulados por un creador para determinar
qué es lo que funciona
" (Glaeser, et al., 2004: p. 19)
De esta manera rescatan que sus resultados tienen implicancias
para la
investigación económica y para la política
económica.

Por otro lado, proponen que sería conveniente buscar
factores profundos que favorezcan la acumulación del CH y
físico más que asociar la idea de que las
democracias o las restricciones sobre los gobiernos,
mejorarán las perspectivas de seguridad de la propiedad y
el desarrollo
económico. De hecho señalan que dicha seguridad
en los países pobres proviene  de las opciones
políticas de sus dictadores. "El éxito de
Asía del este en la era de post- guerra y de
China
más recientemente, ha sido una consecuencia de los
dictadores "buenos para el crecimiento", y no de las
instituciones que los restringen. En efecto, el ejemplo de China
ilustra este punto enérgicamente: no hubo nada
predestinado acerca de Deng, uno de los mejores dictadores para
el crecimiento, quien sucedió a Mao, que fue un de los
peores para el crecimiento.
" (Glaeser, et al., 2004: p.
19)

Los autores referidos analizan una muestra de
países pobres alrededor de 1960, y concluyen que los
países con educación más baja nunca
son democracias estables, mientras que los países
más altamente educados son generalmente democracias
estables, pero a veces imperfectas.

De igual forma encuentran que los países con capital
humano más alto en 1960, crecieron dos veces más
rápido en promedio que los que tenían bajo capital
humano; las democracias estables han crecido ligeramente
más rápido que las democracias imperfectas y mucho
mas rápido, en promedio, que las dictaduras. Luego
estudian la dispersión en la tasa de crecimiento de los
países pobres gobernados por dictaduras, y asocian las
"salidas de la pobreza" justamente atribuyéndolas a las
opciones tomadas por dichos dictadores: analizan entonces el
nivel educativo de los países y el tipo de liderazgo
considerando dos dimensiones: el estilo (democrático y
autocrático) y la longitud de permanencia en el poder.
Concluyen que los países menos educados fueron conducidos
por dictadores (generalmente autocráticos) que oscilan en
largas permanencias en el poder.

Concluyen afirmando 
la idea de que
el capital humano y social es el factor de
primer orden sobre la performance económica pues da forma
a las capacidades tanto institucionales como productivas de una
sociedad, mientras que las instituciones constituyen un efecto de
segundo orden sobre el crecimiento económico.

4. El Capital humano
comprometido con el  comportamiento socialmente responsable.
Reflexiones sobre
América
Latina

Prats i Catalá también le atribuye importancia
al rol del capital social y humano. Para ello trabaja dos ideas:
por un lado propone incorporar una dimensión
institucional al desarrollo, diferenciando las instituciones
formales e informales y por otro lado pone de manifiesto
que es vital promover un cambio
institucional permanente, de manera que se revitalicen
constantemente nuevos acuerdos y compromisos entre los actores
sociales.

En primer lugar, el autor referido sostiene que
"las instituciones se confunden con aquellas organizaciones a
las que le atribuimos alguna función o
relevancia social" (Prats, p.14)
y aclara que debemos
diferenciarlas para comprender cómo se vinculan con la
teoría del
desarrollo.
Para especificar las diferencias, aclara
que las instituciones son el marco de construcciones e incentivos en el
que se produce la interacción social; no son cosas, son
abstractas; no tienen objetivos,
aunque cumplen funciones
sociales; ellas se apoyan en nuestros modelos
mentales, valorativos y actitudinales.
En este sentido
señala dos cuestiones interesantes:

1.     En primer lugar,  Prats
i Catalá distingue entre instituciones formales e
informales. Ejemplos de reglas formales son las 
constituciones o las reglas electorales. En contrapartida, las
instituciones informales son las reglas efectivamente
interiorizadas y vividas por los actores sociales.

La cuestión central que plantea, es que en
América
Latina suele prevalecer una moral informal por sobre las
reglas formales:
en algunos casos observamos que las
primeras pueden entrar en contradicción con las
segundas… en otros las pautas informales anulan o substituyen –
en los hechos- a las reglas formales… en cualquier
circunstancia esta realidad debilita al capital humano y
entorpece  las posibilidades de desarrollo
. Comenta
que dichas reglas informales están institucionalizadas en
el clientelismo, el mercantilismo,
el prebendalismo; aclara "casi nada es lo que parece" en directa
alusión a que existe una dualidad valorativa y
práctica, es decir "entre lo que valoramos como más
justo y conveniente y lo que valoramos y practicamos como
necesidad de supervivencia y progreso personal." (Prats
i Catalá, p. 7).
Reclama la necesidad de producir un
cambio institucional permanente que no surge por mera voluntad
política sino que implica cambios en las reglas
estructurantes de la acción
colectiva.

2.     La segunda cuestión que
plantea es que la capacidad de acción colectiva
es lo que diferencia el desarrollo de los pueblos,
no la
capacidad de los individuos. Reflexiona acerca del hecho de que
los latinos tenemos una débil institucionalidad informal,
por ello prevalece el caudillismo, el
corporativismo, la clientelización, el individualismo, las
profundas expresiones de desconfianza colectiva.

 
Prats i Catalá revitaliza la necesidad de reconocer
la dimensión institucional del desarrollo, asumir
que las instituciones son expresiones de los diversos sectores
que componen un país, que en la medida que la población no cuente con educación,
en la medida que no logremos articular una cultura
cívica responsable, no existirá la cohesión
necesaria para promover un desarrollo ecuánime. Finalmente
propone que el cambio institucional no puede ser dictaminado por
decretos, por mera voluntad política, sino que necesita
gestarse mediante el aprendizaje,
necesita articular la presencia de los actores sociales, a fin de
recrear acuerdos y compromisos, de redefinir los modelos
mentales, de reinterpretar los valores
diversos.

En síntesis

Ha quedado claro en el apartado 2 que el capital humano y
social
es el factor de primer orden sobre la performance
económica pues da forma a las capacidades tanto
institucionales (formales e informales), como productivas de una
sociedad.

-  ¿Cómo logramos que el capital humano no
sea indiferente?

-  ¿Cómo estimulamos el comportamiento
socialmente responsable?

-  ¿Cómo evitamos la apatía, la
alogia o la anestesia que deteriora nuestra capacidad de
juzgar?

-  ¿Cómo orientamos a un sistema social
capacitado hacia el bien común, hacia una idea de
desarrollo ecuánime?

La ética juega un rol central en este
planteo.

Esta ciencia puede sumar un segundo aporte: guiar al
capital social frente a los dos desafíos del mundo global
actual: el crecimiento económico ecuánime y la
democratización.

1.     Revitalizando la razón y la
valoración moral, aspectos centrales de nuestro juicio
moral.

2.     Promoviendo la práctica
individual y social de los principios y
normas éticas, a fin de lograr coherencia entre el nivel
normativo y el nivel práctico de los juicios
morales.

En definitiva, la debilidad del capital social
informal entorpece el desarrollo; es difícil suponer que
lo alcanzaremos por medio de un decreto elaborado por un
político democrático, un dictador benevolente o
como consecuencia de una gestión
publica tecnócrata e instrumental. El desarrollo requiere
cambios en  nuestras reglas informales, aquellas que
articulan el comportamiento social,  que regulan nuestras
interacciones, que dan cohesión a los sistemas de
significación; debemos promover cambios en nuestros
modelos mentales actitudinales y valorativos, revisar nuestras
prácticas éticas.

Debemos tratar de construir una cultura cívica que no
se agote en valores de productividad,
eficiencia, innovación y realización personal, sino
que contemple otros como la solidaridad, la
igualdad, la
libertad y la
dignidad.

5.
Conclusiones

La preocupación por promover caminos alternativos hacia
un proceso globalizador ecuánime es responsabilidad de todos los actores sociales.

El presente trabajo constituye un esfuerzo por reflexionar al
respecto, en particular, buscamos indagar cómo contribuye
la ética, disciplina
derivada de la filosofía que estimula el análisis
del obrar humano.

En este sentido encuentro que:

  • El primer aporte de la ética consiste en
    enriquecer el contenido acerca de lo que significa el
    desarrollo, incorporando una dimensión normativa
    del mismo: nos aleja de su estricta medición en
    términos económicos y nos aproxima hacia una
    mirada más ecuánime y abarcativa.
  • El segundo aporte de la ética es promover un
    capital humano y social comprometido con el comportamiento
    socialmente responsable
    , a fin de enfrentar los dos
    desafíos del mundo global actual: lograr un crecimiento
    económico ecuánime y la
    democratización.

A lo largo de la investigación, tras analizar los estudios
que han profundizado las formas de enfrentar estos
desafíos, encontré que el debate parecía
centrarse en torno a la incidencia de dos factores: la existencia
de instituciones políticas sólidas y la
preeminencia del capital humano. Ambos planteos, me refiero al
punto de vista institucional y su reversa, el punto de
vista acerca del desarrollo
, están sólidamente
fundamentados pero no bastaban… Sumé entonces los
aportes de Prats i Catalá  quien postula que es la
capacidad de acción colectiva lo que diferencia el
desarrollo de los pueblos pero advierte que en América
Latina prevalece marco institucional u orden moral informal
por sobre las reglas formales
. La búsqueda quedaba
planteada acorde a las realidades contextuales vigentes, pero
seguía sin cerrase.

Finalmente, la propuesta pareció llenarse de contenido
al relacionar las posturas teóricas con la
ética: ergo,
al anteponer a las diversas perspectivas,
la premisa de responsabilidad
social consolidamos lo que denominamos el segundo
aporte de esta disciplina
.

·        
Capital humano con educación pero con compromiso mental,
con capacidad de empatía, con sentido de responsabilidad
social.

·        
Instituciones políticas que reúnan individuos con
modelos mentales, axiológicos y actitudinales equitativos,
que incluyan a la productividad, la eficiencia, la
innovación, la realización personal, pero
también a la solidaridad, la igualdad, la libertad y la
dignidad.

Estas debe ser las guías de sus acciones y el
fundamento del marco institucional vigente, entendido como el
conjunto de construcciones e incentivos en el que se produce la
interacción social.

6.
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Oxford: Clarendon Press.

 

 

 

 

 

Autor:

Dra. María Andrea Genoud

[1] En su libro,
"Más ética, más desarrollo", Bernardo
Klisberg presenta datos empíricos que reflejan los
elevados niveles de desigualdad y pobreza en América
Latina: según el Panorama Social de la CEPAL (2002)
mientras el 41 % de la población se encontraba por
debajo de la línea de pobreza en 1980, dicha cidra
trepó en el 2002 al 44% (en el caso específico de
Argentina, en Mayo del 2003, el 54.7 % de la población
se encuadraba en situación de pobreza extrema, afectando
es especial a menores de 18 años) (pp. 81-82); en cuanto
a América latina el 57 % de los niños
menores de cinco años de edad son pobres, lo mismo
sucede con el 57% de los de 6 a 12 años; según
la
Organización Panamericana de la Salud, 190.000
niños latinoamericanos mueren por año por
enfermedades
prevenibles ligadas a la pobreza (diarrea y
problemas
respiratorios); 1 de cada 5 niños va al preescolar,
inicia la primaria pero el 37 % de la población
adolescente entre 15 a 19 años deserta y casi la mitad
lo hace antes de terminar la primaria a causa de desnutrición, a que deben trabajar o
porque las familias se "desarticulan" como consecuencia de
apremios económicos o porque las afecta la desocupación ( pp. 69- 70). El autor
trabaja la idea de capital social para mostrar la importancia
de abordar valores éticos en el análisis del
desarrollo. Señala en la página 13.: "El papa
Juan Pablo II ha vuelto a llamar la atención (2003) sobre la falta de
sustentabilidad de un modelo de
desarrollo que no integre las dimensiones éticas
.
Dice el Papa: "En el mundo de hoy no basta limitarse a la
ley de mercado y su
globalización, hay que fomentar la solidaridad evitando
los males que se derivan de un capitalismo
que pone al lucro por encima de las personas y la hace
víctimas de tantas injusticias. Un modelo de desarrollo
que no tuviera presente y no afrontase con decisión esas
desigualdades no podría prosperar de ningún
modo".
Klisberg, B. (2004).  Más
ética, más desarrollo, Buenos Aires:
Temas,  Segunda Edición.

[2] El Prof. Domenec Melé define:
"La ética es una ciencia que nos lleva a saber cosas
acerca del hombre, de
su comportamiento y de la sociedad – de lo que es bueno para
el hombre y
para la sociedad–. Es un saber analítico (se preocupa
por las causas de nuestras acciones) y normativo (dice lo que
hemos de hacer) pero no descriptivo (no cuenta lo que hacemos).
Y es una ciencia práctica, orientada a la acción,
se aprende haciendo" (Melé, 1998: p. 2). 
Melé, D. (1998).  Notas técnicas sobre
ética en los negocios, Barcelona: IESE, Universidad
de Navarra, Parte 2: La Etica en la empresa, pp. 1-
19.

[3] Nota del autor: Lo expresado merece
una aclaración. No intentaré abordar a la
ética desde la religión, puesto
que no deseo limitar el fundamento de la misma a la
relación de los seres humanos y Dios, por el contrario
hago hincapié en cómo la ética orienta la
relación entre los individuos. Ergo, sustentaré
el planteo moral en los conceptos filosóficos de Hume y
Smith. Lejos de desestimar la concepción ética
que podríamos abordar desde el cristianismo, el islamismos o el judaísmo
– por citar las tres religiones
más importantes- intento propiciar un planteo
abarcativo, no excluyente, pluralista… que sume otra forma de
tolerancia y
solidaridad.

[4] Croker, D. (2002); ética
Internacional del desarrollo: fuentes, acuerdos, controversias
y agenda, pp.429-441; en Iglesias, E. ( Comp).  (2002).
Etica y desarrollo, Buenos Aires: Ed. Ateneo.

[5] March, J. G. y Olsen, J. P. (1985).
Democratic Governance, New York: The Fee Press.

[6] Nota del autor: La ética es
la ciencia
que se ocupa de guiar la libertad hacia el bien de las
personas, estudiando las acciones en cuanto son buenas o malas.
Los seres humanos somos finalistas, perseguimos metas, pero la
ética nos enseña cómo actuar para
conseguir ese fin, entrelazando el bien propio y el bien
común.

[7] Sen, A. y Nussbaum, M. (1993).
The quality of life,  Oxford: Clarendon Press.

[8] Prats i Catalá, J.
Instituciones y desarrollo en América Latina.
¿Un rol para la ética?, Director del
Instituto Internacional de Gobernabilidad. Decano de la
Facultad de Derecho y Ciencia Política de la Universitat
Oberta de Catalunya, pp. 1- 27. Documento incluido dentro de la
biblioteca digital de la Iniciativa Interamericana de Capital
Social, étcia y Desarrollo-www.iadb.org/etica2 

[9] Glaeser, E. L., La Porta, R.,
Lopez-de-Silanes, F., Shleifer, A. (2004). Do institutions
cause growth?, Cambridge: National Bureau of Economic
Research NBER. Working paper 10568.
Recuperado:http://www.nber.org/papers/w10568

[10] Nota del autor: A posteriori
veremos que los investigadores se alinean a los postulados de
Lipset (1960) quién indicó que la extermalidad
clave del capital humano no es tecnológica sino
política: los poderes judiciales y legislativos
reemplazan las armas de
fuego.

[11] North, D. C. (1981). Structure
and Change in Economic History. New York: Norton & Co.
North, D.C. (1990). Institutions, Institutional Change,
and Economic Performance,
Cambridge: Cambridge
University Press. North, D.C. and Thomas, R. P., ( 1973).
The Rise of the Western World: A New Economic History,
Cambridge: Cambridge University Press.

[12] Mauro, P. (1995), Corruption and
Growth,  Quarterly Journal of Economics, 110: 681-
712.

[13] 

[14] Acemoglu, D. , Johnson, S. and
Robinson, J. A. ( 2001). The Colonial Origins of Comparative
Development: An Empirical Investigation, American
Economic Review
91(5): 1369-401.

[15] Kaufmann, D., Kraay, A. and
Mastruzzi, M. ( 2003). Governance Matters III: Updated
Governance Indicators for 1996-02, Working Paper Draft for
comments. Washington,

D.C.: World Bank.

[16] Jaggers, K. and Marshall, M.
(2000). Polity IV Project, Center for International
Development and Conflict Management, University of
Maryland.

[17] Lipset, S. M. (1960). Political
Man: The Social Basis of Modern Politics, New York:
Doubleday.

[18] Barro, R. J. (1991).Economic Growth
in a Cross- Section of Nations, Quarterly Journal of
Economics106 (2): 407- 43. Barro, R. J. (1997). 
Determinants of Economic Growth. Cambridge, MA: MIT
Press. Barro, R. J. (1999). Determinants of Democracy,
Journal of Political Economy 107(6-2): 158- 183. Barro,
R. J. and Jong- Wha L. ( 2000). International Data on
Educational Attainment: Updates and Implications, Working
Paper 42. Center for International Development (February).

[19] Przeworski, A. (2004a). The Last
Instance: Are Institutions the Primary Cause of Economic
Development? Mimeo, New York University. Przeworski, A. (
2004b). Geography vs Institutions Revisited: Were Fortunes
Reversed?, Mimeo, New York University.

[20] Nota del autor: Vemos la
inconsistencia del punto de vista institucional que postula –
vía las restricciones sobre el gobierno-  la
generación del crecimiento, al analizar una muestra de
países pobres en 1960: la población en general no
estaba educada y eran gobernados por dictadores, pero
tenían una fuerte dispersión en las tasas de
crecimiento, cosa que no se ajusta a la idea de que
garantizando las restricciones esto propicia crecimiento.

[21] Nota del autor: Los autores
sustentan su adhesión al punto del vista del desarrollo
analizando el  caso de Corea del Sur y Corea del Norte,
unidas hasta 1950, año en el que estalla la guerra;
luego gobernadas por dictaduras hasta 1980, en el que CS se
inclina por la democracia y CN se mantiene como dictadura.
Ellos aseveran que CS tuvo mejores instituciones medidas por
las restricciones que ejercían sus dictadores, pero esto
era posible debido al crecimiento económico existente
desde 1950 en adelante. Sería un error atribuirle el
crecimiento económico de CS entre 1950 y el 2000 a la
instituciones, por el contrario aseveran que hay que
adjudicarlo a las elecciones y opciones ejercidas por sus
dictadores. 

[22] Djankov, S., La Porta, R.,
Lopez-de-Silanes, F. and Shleifer, A. (2003). The New
Comparative Economics, Journal of Comparative Economics
31 (4), 595- 619.

[23] North, D. C. (1981). Structure
and Change in Economic History. New York: Norton &
Co.

[24] Las variables instrumentales
utilizadas como patrones de asentamiento por AJR (2002) son: la
mortalidad de los colonos europeos en los países que
colonizaban y la densidad
demográfica no europea en las colonias potenciales (por
ejemplo si una colonia estaba densamente urbanizada o asentada
por la población local, los europeos no se instalaban,
introducían instituciones de explotación.

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