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El mito del sol y la luna en el arte rupestre de las cuevas de Cuba (página 2)



Partes: 1, 2

Fig. 2.- Pictografía mostrando al Sol junto
a la Luna, localizada en la Cueva de Las Mercedes, Sierra
de Cubitas, Camagüey, Cuba.

Cueva de Ramos

En la costa norte de la provincia de Sancti Spíritus se
ubica un penicayo conocido como Cayo Caguanes que está
limitado al sur por la ciénaga de Guayaberas. La cueva de
Ramos pertenece a la caverna de las Pictografías, que
está situada en el centro de cayo Caguanes. La
pictografía se localiza sobre una cuchilla de la pared a una
altura de 1.20 m del suelo estructural de la gruta y a
20 m de la dolina de entrada. El dibujo se orienta hacia el N y
descansando en la pared S del salón. La grafía es de
color negro con trazos que
varían entre los 0.01 y 0.005 m. El diseño lo conforman dos
círculos inclinados hacia la izquierda, de similares
dimensiones, que rodean a unas circunferencias centrales
ejecutadas a tinta llena, siendo la del extremo derecho de mayor
diámetro. Ambas circunferencias se mantienen unidas por tres
segmentos de recta paralelos.

Fig.3.- Pictografía en la que presumimos
se hace alusión al pasaje mitológico de la
creación del Sol y la Luna localizada en la Cueva de
Ramos, Cayo Caguanes, Sancti Spíritus, Cuba.

Cueva de Ambrosio

La península de Hicacos se localiza en la costa norte de
la provincia de Matanzas cerrando el bolsón que da forma a
la importante bahía de Cárdenas. En la península
se encuentra situada la loma de La Caseta en cuyo abrigo rocoso
se abre la cueva de Ambrosio muy cerca de la playa de Varadero.
En esta espelunca podemos localizar dos pictografías de
similares características a las que venimos estudiando. La
primera está localizada en el salón de La Dolina y la
otra en la galería de acceso. Las pictografías
dibujadas en negro están realizadas con un trazo uniforme de
0.01 m. En la primera se aprecian dos círculos inclinados
hacia la izquierda de similares dimensiones, unidos en la
porción central por un pequeño segmento de recta. El
círculo de la derecha muestra en su interior un punto
negro de 0.015 m de diámetro. Esta grafía – con
orientación N – se ubica en la pared S contigua al
salón de la Dolina a aproximadamente 4 m de ésta y a
0.90 m de altura del piso.

Fig. 4.- Pictografía en la que presumimos
se hace alusión al pasaje mitológico de la
creación del Sol y la Luna, localizada en la cueva
de Ambrosio, Peí"nsula de Hicacos, Matanzas,
Cuba.

La segunda, por su parte, está conformada por dos
círculos de 0.07 m de diámetro dibujados inclinados
hacia la izquierda; el diseño se localiza a 1.40 m sobre el
nivel del suelo en el techo de la galería.

El mito aborigen en el registro rupestre

El estudio minucioso de la mitología y las
Crónicas de Indias, nos indican que los rituales y las
ceremonias fueron la base ideológica de estas sociedades, lo cual al mismo
tiempo queda demostrado con
las imágenes modeladas en los
objetos superestructurales de cerámica, hueso, madera y concha, por sólo
citar algunos, en los que se han podido identificar algunos de
sus númenes (Fernández R. y González J. B.,
1998).

La mitología de los grupos agricultores – ceramistas
estaba basada en un amplio panteón de cemíes, con
jerarquías y roles muy bien definidos. Los cultos y las
actividades ceremoniales fundamentales estuvieron ligadas a la
llegada de las lluvias, las crecidas de las mareas, los
períodos reproductivos de la fauna y la flora, la fertilidad
de los campos y la reproducción social en su
conjunto.

De esta forma estos fenómenos representaban un arcano
indescifrable, pero perceptible para el hombre primitivo, el cual
sólo a través de la magia podía dar respuesta a la
indiscutible relación existente entre ellos y la
posición que ocupa el sol en el firmamento en las
distintas estaciones del año, así como la
vinculación de los mismos con el ciclo lunar y cada una de
sus faces en particular.

Somos del criterio, compartido por otros autores, de que los
grupos que habitaron nuestro país practicaban el sistema de magia simpática y
de contagio, por medio de acciones rituales (La Cohoba),
que permiten la manipulación de lo numinoso por intermedio
de sus símbolos, lo que les
"permitía" dominar los designios de la naturaleza.

Debemos tener presente que la generalidad de los registros rupestres de la etapa
de neolitización poseen una función fundamentalmente
narrativa y anecdótica, amén de propiciatoria,
topográfica y otras. En este sentido, los ornamentos y
personajes representan símbolos, es decir son evocación
y perpetuación de los conceptos ideológicos del
grupo cultural en
cuestión.

Nos parece oportuno que atendamos a la expresión Kairi,
de los grupos del tronco lingüístico aruaco, para los
que ésta significa luna, mes, marea. Por su parte
Hádali – Híali significa el que se ha tornado brillante
, es decir el Sol (López – Baralt, 1976; Arrom, J., 1985).
Al mismo tiempo piensan los Guaraos que todas las mujeres son
hijas de la luna y como la luna tiene a veces color
sanguinolento, creen que la luna también derrama sangre, en alusión a los
períodos menstruales (López – Baralt, 1976), que por
demás, se repiten cíclicamente una vez al mes.

La falta de una explicación científica y naturalista
sobre la muerte, fue la base para
que se elaborara todo un complejo sistema ideológico donde
la vida (representada entre otros por el Sol) y la muerte (la oscuridad asociada
a la noche y representada por la luna) formaron una unidad
básica. Los dos mejores exponentes de esta unidad son
precisamente los dos personajes mitológicos que centran
nuestra atención. Analizando la
ideología de estos grupos
culturales es fácil comprender que la misma se basaba en un
mundo dual en que las antítesis (sol – luna, día –
noche, hombremujer, vida – muerte, positivo –
negativo (tabú)) jugaban un papel preponderante y
regían la conducta social.

De esta forma El Sol es fuente de claridad, energía y
vida y máximo exponente de la virilidad asociada a la
fecundidad. Es, además, el creador de la naturaleza como
ente impositor del orden y la ley, pues es el encargado de
castigar a todos aquellos que osan burlar lo establecido (los
tabúes) y las regulaciones sociales.

"… otro que se llama Yahubaba, que fue a recoger una hierba
llamada digo, con la que se limpian el cuerpo cuando van a
lavarse. Este salió antes de amanecer, y le cogió el
sol por el camino y se convirtió en pájaro que canta en
la mañana" (Arrom, J., 1985). De esta forma el papel del
personaje creador del universo, como en otras culturas
indoamericanas, le corresponde al sol.

Queremos apuntar este último pasaje mitológico por
la transcendencia que tiene al definir el supuesto origen de
estos grupos humanos y la importancia que para ellos tenían
los antros cavernarios "De Cacibajagua salió la mayor parte
de la gente que pobló la isla. ….encomendando este cuidado
a uno que se llama Mácocael; el cual, porque un día
tardó en volver a la puerta, dicen que se lo llevó el
Sol. Visto, pues, que el Sol se había llevado a éste
por su mala guardia, le cerraron la puerta; y así fue
transformado en piedra cerca de la puerta" (Arrom J.; 1985).

En sentido opuesto La Luna, silenciosa compañera de la
oscuridad y las tinieblas, cómplice de los malos actos, de
la violación de los tabúes y las regulaciones
establecidas por la sociedad, permanece presente y
misteriosa en el lugar y el espacio en el cual deambulaban
libremente los muertos (opias).

A continuación vamos a comentar un relato, del Caribe
Insular y Continental, que pone de manifiesto la relación de
la luna con acciones indignas merecedoras del más
enérgico reproche: según el mito Barasana de la
Amazonía continental, se explican las manchas de la Luna
como resultado de que se acostaba con su hermana, quien no
sabía quien era el que se venía por las noches a estar
con ella, por lo que una noche se mojó en tinta negra y le
dejó la cara manchada para reconocerlo al otro día
(López – Baralt, 1976).

No menos importante resulta un pasaje apuntado por Pané,
de las creencias de los pobladores del Caribe Insular "Y
también dicen que el sol y la luna salieron de una cueva,
que está en el país de un cacique llamado Mautiatihuel,
la cual se llama Iguanaboina, y ellos la tienen en mucha
estimación, y la tienen toda pintada a su modo, sin figura
alguna, con muchos follajes y otras cosas semejantes" (Arrom, J.,
1985).

Sin lugar a dudas la mitología es la forma de
expresión y por consiguiente el reflejo del pensamiento ideológico de
los pueblos; de esta manera, con los ejemplos ya expuestos, ha
quedado evidenciada la transcendencia concedida al Sol y la Luna
en la cosmovisión de los primeros pobladores cubanos lo que
motivó su interés en perpetuar las
imágenes que aparecen asociadas.

El diseño
rupestrológico como clave semántica

Para los entendidos, la imagen a que nos estamos
refiriendo no es ajena, pues ha sido descrita en la bibliografía bajo la denominación de
figuras espejueliformes "figura semejante a las armaduras de unas
gafas, que están formadas por dos círculos, unidos a
veces por una o dos rectas" (Núñez Jiménez, A.,
1975, 1986; Romero Emperador, A., 1997).

En el trabajo que sometemos a su
consideración, que es continuación de la investigación que venimos
desarrollando por más de 6 años (González J. B. y
Fernández R., 1995; Fernández R. y González J. B.,
1998), proponemos establecer formas de análisis que permitan
superar los límites de los estudios
meramente descriptivos en el contexto de ideas estéticas y
se considere a los registros gráficos del arte parietal como una fuente de
información
antropológica.

Detengámonos a observar la pictografía de la cueva
Las Mercedes, este sugerente diseño nos acerca a las
imágenes de dos de los astros más importantes del
sistema solar y sin temor a
equivocarnos diremos que en esta aparecen representados el astro
rey que, con una cadena de cuatro triángulos con los
vértices dirigidos hacia el firmamento evoca a los dís
soleados (llenos de vida); por otra parte, el segundo rostro
pudiera invocar la imagen de la luna, inseparable compañera
del Sol en la bóveda celeste y personificación de las
tinieblas (la noche oscura).

Si al mismo tiempo realizamos la misma operación con las
restantes grafías y analizamos toda la información
correspondiente que nos permita definir los substratos de
ejecución, la técnica de realización, la
ubicación en los espacios cavernarios, etc., podríamos
llegar a las siguientes consideraciones que apuntan hacia una
uniformidad de ejecución que presumiblemente no es
casual:

En primer lugar todas se encuentran ejecutadas en las
áreas de las cuevas iluminadas o de semipenumbra (a
excepción de la grafía de Las Mercedes) son las
primeras que aparecen en el área anexa a la dolina o, en
última instancia, son de las más cercanas a ésta.
En segundo lu gar, los pictogramas hasta el presente son
ejecutados con pigmento negro fundamentalmente,
comprobándose que siempre estos registros aparecen
ejecutados en la pared S de la cueva.

Fig. 5.- Este diseño y sus múltiples
variantes permiten identificar, sin lugar a dudas, la
imagen del astro rey y la luna, aœn cuando
desaparecen los rasgos más reconocibles de sus
figuras.

Como tercera acotación, estableceremos que para la
ejecución de todos los diseños el artista no tuvo
preferencia, aparentemente, por el soporte, pues aparecen lo
mismo sobre la pared estructural de la cueva que en el techo de
la misma, aunque nunca sobre una formación secundaria. La
cuarta y última está referida con el hecho de que
siempre están de forma horizontal o inclinadas sobre el lado
izquierdo.

Este importante conjunto de factores nos inclinan a pensar en
la homogeneidad del concepto y la identidad del símbolo, de
forma tal que el aborigen empleó más el diseño de
la línea doble o sencilla rematadas por círculos en
ambos extremos, que en ocasiones muestran un punto en su
interior, como un código fácil de
identificación del sol y la luna; logrando así de esta
manera un excelente diseño geométrico con el cual se
hace énfasis en los cuerpos de ambos astros celestes y en su
unión mítica.

Este diseño y sus múltiples variantes permiten la
identificación antes planteada, aún cuando desaparecen
los rasgos más reconocibles de sus figuras; lo que pone en
evidencia la definida tendencia hacia el abandono del diseño
figurativo para dar paso al geometrismo abstracto. En este
sentido el carácter
polisemántico y plurifuncional de las imágenes se
expresa a plenitud en el plano artístico como una unidad de
contenido simbólico – utilitaria.

Estaciones con diseños
similares en el Caribe Insular y Continental

Lamentablemente de las estaciones rupestres del Caribe Insular
y Continental, a que nos referiremos, no disponemos de toda la
información que nos permita definir los substratos de
ejecución, ubicación en los espacios cavernarios,
técnica de elaboración, etc. lo cual nos ayudaría
sobre manera para el análisis. En la gruta conocida bajo el
nombre de Siribana, en el poblado de Santa Cruz, de la Isla de
Aruba perteneciente a las Antillas Menores, se han identificado
un número importante de petroglifos con diversas figuras
entre las que se encuentra la imagen que nos ocupa
(Núñez Jiménez, A., 1986).

Fig. 6.- Petroglifo en el que presumimos se
hace alusión a los pasajes mitológicos de la
creación del Sol y la Luna y su importancia en la
cosmovisión aborigen. Localizado en la cueva de
Siribana, Santa Cruz, Isla de Aruba.

Hasta el presente es en la República de Venezuela donde hemos logrado
identificar el mayor número de estaciones rupestres con este
elemento. El sitio venezolano denominado El Cerro o la subida de
los Apios, en el vecindario de Vigirima, estado Carabobo, (Padilla
Saul, 1956), muestra un interesante mural petroglífico con
motivos antropomorfos y geométricos entre los que se ubica
un par de círculos con puntos centrales unidos por un
segmento de recta.

Fig. 7.- Petroglifo en la que presumimos se
hace alusión al pasaje mitológico de la
creación del Sol y la Luna y su importancia en la
cosmovisión aborigen. Estación el Cerro o la
Subida de los apios, Virigima, Estado de Carabobo,
Venezuela.

Nos parece oportuno significar, que en el área
continental el grafema sufre el cambio de aumento del
número de los segmentos paralelos limitados por
círculos sencillos o con un punto central y que estos
últimos, en algunas ocasiones, llegan a formar círculos
concéntricos (lo que en alguna medida nos remite al
diseño de la Cueva de Ramos).

De la misma forma las pictografías en esta región
son ejecutadas mediante la aplicación de un colorante rojo
al contrario de lo que ocurre en la zona insular; probablemente
motivado por los cambios propios de la adaptación humana al
medio ambiente.

Este es el caso de la denominada Susudé Inava, a orillas
del río Parguaza, en el estado Bolívar, donde se han
localizado pictografías en blanco y rojo algunas de las
cuales muestran los círculos concéntricos unidos por
varias líneas paralelas. En esta ocasión la grafía
esta prácticamente en posición vertical
(Núñez Jiménez, A., 1959).

Fig. 8.- Pictografía en la que presumimos
se hace alusión al pasaje mitológico de la
creación del Sol y la Luna y su importancia en la
cosmovisión aborigen. Santuario de Facatativá,
departamento de Cundinamarca, Colombia.

Conclusiones

Hasta el presente los diseños están ejecutados con
pigmento negro fundamentalmente y aparentemente el artista no
tuvo preferencia por el soporte pues aparecen lo mismo sobre la
pared estructural de la cueva que en el techo de la misma, pero
nunca sobre una formación secundaria. Siempre están de
forma horizontal o inclinadas sobre el lado izquierdo, excepto en
cueva Ambrosio que hasta el momento es donde único se han
localizado dos pictografías, con este diseño, una de
las cuales se encuentra en posición inclinada pero
prácticamente vertical.

Como ya hemos expresado las cuevas Las Mercedes, Ramos y
Ambrosio presentan dolinas de disolución y desplome,
encontrándose las pictografías en las áreas
iluminadas o de semipenumbra (a excepción de la Cueva de Las
Mercedes). Las grafías en la generalidad de los casos son
las primeras que aparecen en el área anexa a la dolina o, en
Å“ltima instancia, son de las más cercanas a
ésta. De la misma forma hemos comprobado que siempre estos
registros aparecen ejecutados en la pared S de la cueva.

El aborigen empleó más el diseño de la
línea doble o sencilla rematadas por círculos, en ambos
extremos, que en ocasiones muestran un punto en su interior, como
un código fácil de identificación del sol y la
luna; logrando así de esta manera un excelente diseño
geométrico, de estos dos, con el cual se hace énfasis
en los cuerpos de ambos astros celestes y en su unión
mítica.

2001

BIBLIOGRAFIA

1- Arrom José, J., (1985): "Mitologia y arte prehispanico
en las Antillas", Siglo XXI, D. F., Mexico.

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"El enigma de los petroglifos aborigenes de Cuba y el Caribe
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(en prensa).

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5- Ismenia T., María, (1997): "Serie Sitios Arqueologicos
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8- Núñez Jiménez, Antonio, (1975): "Cuba:
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Cuba.

9- Núñez Jiménez, Antonio, (1986): "El arte
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11- Romero Emperador, Alejandro, (1997): "El Arte Parietal en
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Sociedad Espeleológica de Cuba, Año 3, No. 2, La
Habana, Cuba.

12- Toledo P., María y Molina Luis F., (1987): "Nuevas
localidades de arte rupestre en el estado Lara, Región
Centro – Occidental de Venezuela". Actas del VIII Simposio
Internacional de Arte Rupestre Americano.

Ponencia presentada en la V Conferencia Internacional
"Antropología 2000", La
Habana, Cuba
. Diciembre de 2000.

En RupestreWeb – http://rupestreweb.tripod.com/

 

 

 

 

 

Autor:

Racso Fernández Ortega

Grupo Espeleológico Fernando Ortiz, Cuba

José González Tendero

Sociedad Epeleológica de Cuba

Partes: 1, 2
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