Presentación
«Cuanto más se envejece,
más se parece la torta de cumpleaños
a un desfile de antorchas»
Katharine Hepburn, actriz.
El desafío que nos proponemos desde esta Área
Temática es indagar las distintas formas que ha ido
adquiriendo la vinculación entre el Psicoanálisis y la temática de la
vejez. No
podemos dejar de notar, en primer término, que en el
pensamiento y
la clínica psicoanalítica es precisamente el
ámbito de la vejez uno de los campos en donde se vienen
produciendo mayores avances, lo cual ha dado lugar a importantes
desarrollos en el campo de la psicogerontología.
Por otra parte, puede decirse que también es bastante
actual el ingreso del psicoanálisis en instituciones
y en dispositivos que no necesariamente están dispuestos
para la realización de tratamientos. Se propicia de este
modo el entrecruzamiento de campos ligados a dar respuesta a
distintos fenómenos: los problemas del
tiempo libre,
la abuelidad, la participación, los distintos modos de
posicionamiento frente al envejecer, la
jubilación, la viudez, los duelos.
Así, el accionar de los psicoanalistas atraviesa
entidades asistenciales, terapéuticas, comunitarias,
educativas, recreativas, culturales, políticas
y sociales. Nos referimos a centros de jubilados y pensionados,
centros deportivos y recreativos, ámbitos hospitalarios,
centros de educación no formal,
universidades de la tercera edad, centros de día,
residencias geriátricas, centros de rehabilitación,
hogares dependientes del Consejo Nacional de la
Niñez, Adolescencia y
Familia; residencias propias del PAMI,
atención domiciliaria, grupos rodantes,
actividades turísticas, actividades en sindicat os,
organizaciones
de derechos
humanos como Abuelas de Plaza de Mayo,
organizaciones no gubernamentales que atienden las
problemáticas de la vejez, emprendimientos provinciales,
locales o municipales, servicios y
propuestas en comedores, tomas de tierra,
asentamientos, villas miserias.
Mucho hay para decir también de las actividades que
funcionan en entidades públicas como el Hogar San
Martín o el Hogar Nuestra Señora de
Luján en la localidad de Burzaco "dependiente del
Consejo Nacional de la Niñez, Adolescencia y
Familia" donde se trata de aportar nuevas alternativas
promovidas por los analistas en cada tratamiento pero
también en actividades sociales, culturales o
recreativas.
En estas últimas décadas han nacido nuevos
espacios que prestan atención a esas diferentes
problemáticas. En ocasiones son los mismos viejos quienes
las originan y sostienen. Posteriormente se suman profesionales
de distinta formación, entre ellos hacen su
aparición quienes pueden pensar los fenómenos
comunitarios, institucionales, grupales o subjetivos desde el
psicoanálisis.
Podemos ubicar a modo de ejemplo la creación a fines de
los años 50 del primer club que se reconoce en la
Argentina de personas mayores, el Club Edad de
Plata, puntapié inicial de múltiples
iniciativas de las comunidades de inmigrantes. Otra experiencia
significativa es la de los centros educativos-recreativos para
adultos mayores en la órbita de la Secretaría
de Educación del Gobierno de la Ciudad de
Buenos Aires, que se crean hace 17 años. Todos
ellos han subsistido y crecido en calidad y
cantidad.
Estas instituciones aparecen como una respuesta a la necesidad
de PARTICIPACION. En un informe
preliminar presentado en 1999 sobre
«participación en centros de jubilados»
se indica que cerca de 850 centros funcionan en Capital
Federal, concentrando una población de ancianos estimada en 210.000
personas "en base a datos
extraídos del CENOC1". Se plantea que estos lugares
son canales privilegiados de construcción de ciudadanía, con fuerte presencia en tres
puntos centrales: nucleamiento en torno a la
reivindicación de sus derechos, demanda por
ingresos
básicos y entrenamiento y
ejercicio de la participación2. Nos preguntamos
qué cosas tiene para aportar el psicoanálisis
respecto a cuestiones ligadas a los temas que hacen a la
participación, por ejemplo ¿qué elementos
subjetivos facilitan y cuáles obstaculizan la
participación de las personas mayores en distintas
entidades sociales, culturales, deportivas, educativas,
políticas, recreativas? ¿Cuáles son los
dispositivos más convenientes para favorecer la
participación real? ¿Qué impacto
psíquico produce en cada anciano intervenir activa y
regularmente de alguno de estos centros? ¿La
participación en ellos puede generar algún cambio en la
posición del sujeto en cuanto a su modo de
envejecer?
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