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Una Experiencia India en nuestra colonización (página 2)



Partes: 1, 2

Existía obligatoriedad por parte del encomendero
español de
instruir a los indios entregados, en la religión cristiana y
enseñarle los rudimentos esenciales de lo que en aquel
momento se llamaba, la vida civilizada, al fiel de los europeos
que salían del medioevo, así como defenderlos en
sus personas y propiedades, a cambio se
demandaba tributo en forma de trabajo, ya
que se consideraban privilegios, las cosas que se
ofrecían. (Franco, 1986). En la práctica "…
los encomendados  eran algo así como siervos  de
los encomenderos." ( Portuondo, 1965), pero en la realidad las
encomiendas representaban una institución  que
explotaba hasta límites
insospechados la fuerza de
trabajo del indígena, sometidos a un proceso que
los llevó a una desculturización rápida. Las
Leyes de
Burgos son el principal soporte de este mecanismo
diabólico. En Cuba, en 1513
y mediante Cédula Real, el conquistador Don Diego
Velázquez de Cuéllar inició los
repartimientos de indios para ejecutar las encomiendas. Las
vivencias acumuladas que él tenía de la
Española, le permitió que propiciara una política de entrega
de indios a partir de familias, pueblos o comunidades
aborígenes completas, pues de esta manera , no se
desarraigaban y con eso se lograban mayores rendimientos
productivos. Entre 1516 a 1519, fracasadas las tentativas hechas
con las encomiendas, se propone por los frailes Jerónimos
y en especial por Rodrigo de Figueroa en la Española, que
se efectuaran los famosos "experimentos" que
pretendían  determinar la capacidad intelectual y
política de los indios, para valorar por si mismos, pero
siempre a la manera española, la forma de vida más
adecuada. Este es un antecedente de las llamadas " experiencias
indias" que se pondrán en práctica en Cuba
décadas más tarde y que resultaron una manera
inconsecuente que utilizó la Monarquía Española para tratar de
recuperar la productividad
diezmada de las masas indígenas. El historiador L. Hanke
(1952) definió a las  "experiencias "
como   "… el último acto en el drama de
los experimentos para liberar a los indios "  El
período de tiempo en que
se pusieron en práctica fue entre 1525 al 1535,
basándose  siempre en la concentración de los
aborígenes que no tenían ni ubicación ni
trabajo y a los cuales se les llamaba "vacos" o " vacantes", en
pueblos artificiales donde siempre hubiere clérigos que
los  " doctrinarían" y los guiaran en el trabajo, de
esta forma los tendrían cerca y a mano, para cualquier
menester. Las autoridades de la Isla de Cuba se niegan a aceptar
este nuevo procedimiento,
prohibiéndole a Pedro Mexía Trille, designado por
el Rey a tal efecto.

Posteriormente este hombre le
propuso a la Corona , que designara al Obispo la
conducción de la " experiencia " y así se
fundó el primer pueblo de indios en Bayamo, al oriente de
Cuba. Este experimento resultó un fracaso y por ende el
Rey ordenó un segundo intento para lo cual designó
al Teniente Gobernador  Don Manuel de Rojas; éste en
carta al
Monarca le dice que al tratar de poner en práctica su
orden cree que  "…. Ha de hacer poco fruto
según la enemistad que esta gente tiene con la gente
española, por el mal tratamiento que le tienen hecho,
tanto por sus culpas como por las nuestras. " (Chacón y
Calvo, 1934 ). Se trató de hacer otro intento en San Juan
de Puerto Rico en
1520, pero se infiere el fracaso al no existir referencia
alguna  ( Chacón y Calvo, 1934). El éxito
mediatizado de la proclamamción de la libertad de
los naturales a partir de las Leyes Nuevas en 1542 fue el segundo
fracaso, por  que éstas Leyes jamás fueron
aplicadas como estaban escritas y muy especialmente por el
rechazo de los colonos. Sólo hasta 1553 no se pueden poner
en práctica algunas soluciones que
parafrasean esta susodichas leyes ( Pichardo, 1985). Con toda la
práctica acumulada por los intentos y fracasos, es que se
piensa como solución al problema que se confrontaba , de
estos indios sin dueño, sin trabajo y sin ubicación
que merodeaban por las ciudades y creaban grandes 
disturbios, la idea de reconcentrarlos tomando algunas de las
estipulaciones que las Leyes Nuevas promulgaban, fue una
solución, de aquí  renace el caso de
Guanabacoa, la cual se comienza a organizar a partir de 1555,
emplazándose en la cercanía de la Habana, que ya de
hecho era la capital de
Cuba.

ESTRATEGIA
ARQUEOLOGICA

Para poder realizar
este trabajo hay que depender imprescindiblemente de la
definición de estrategias
arqueológicas concretas a partir de dos versiones del
evento:

a)  que el período de contacto está
relacionado con la conquista y
colonización y se puede considerar hasta mediados del
siglo XVI.

b)  que el período de transculturación se puede efectuar desde el
inicio del siglo XVI y en épocas posteriores de acuerdo
con el desarrollo del
proceso histórico de cada pueblo.

Para este primer momento, es válido utilizar el
enfoque siguiente, sobre todo a la hora de analizar las evidencias (
Domínguez, 1980):

b) materiales de
niveles esratigráficos definidos, que presentan cambios
intrínsecos y tienen evidencias de uso y reuso.

c) un producto
nuevo, la creación hecha por estos grupos mediante
la simbiosis cultural.

El paso de la inferencia directa obtenida a partir de las
evidencias arqueológicas detectadas, hace posible su
contrastación  con los hechos históricos,
hipotéticos o comprobados documentalmente. Estas son las
características fundamentales de las evidencias que
se  consideran imponderables en esta etapa de
transculturación. Por ejemplo la presencia  en los
contextos arqeológicos de cerámica aborigen o de mayólica
novohispana, identifican respectivamente a un grupo aborigen
agroalfarero y a un sitio colonial, posiblemente del siglo XVII,
estas evidencias resultan válidas para la
contrastación del evento histórico
específico, pero hay que tener cuidado, pues no nos
permiten ir mucho más allá, a no ser que se
examinen estos materiales a partir de asociaciones
significativas, que permitan reconstruir hechos y cronologar
absolutamente.

Grandes grupos de evidencias de procedencia europea o de
manufactura
aruaca antillana, ya sean de metal, loza, porcelana,
cerámica o vidrio
presentes  en un sitio arqueológico pueden constituir
de igual manera las huellas de un enclave europeo, de
aborígenes españolizados, o de cimarrones, ya que
en estos casos, los elementos pueden ser adquiridos en el
mercado, por
robo, por trueque, etc. lo que sería muy difícil de
comprobar si no es a través de las relaciones
significativas de las muestras entre sí mismas con los
otros elementos del contexto o una posible existencia de documentación probatoria del evento. Otros
aspectos de la
investigación, como son los rasgos valorativos, la
proporción de los materiales en general y en
específico de la cerámica y teniendo en cuenta las
características del residuario, permitirán tener
una idea concreta, de si es un lugar de vivienda, un comercio
urbano o campesino,
palenques, cementerios, etc. son parámetros que deben
fijarse con preferencia en el hallazgo o en el estudio de la
muestra de los
objetos que denoten transculturación.

Las características particulares de las evidencias no
son los criterios que deben regir la investigación arqueológica sino el
intercambio con la documentación si existe, o cualquier
otro análisis como lo plantea la Arqueología Histórica, y sobre todo
que permita la reconstrucción del evento, objetivo en
sí, de la investigación. En cuanto a los métodos de
excavación y rescate de evidencias en estos contextos,
debe ser preferente el realizado con estratigrafía 
natural, teniendo especial cuidado en el espesor de la capa
antropogénica, la cual se infiere debe ser exigua, ya que
por lo general , en Cuba, esta capa fértil no rebasa los
0.25 m. , lo que matemáticamente nos da unos 5 mm. por
año, suponiendo que el asentamiento sea de 50 años.
La excavación en estratos naturales en este tipo de sitios
es bien difícil  por eso hay  que darle
más atención y cuidado  a la colecta de
superficie, la que se cumplimentará por medio del sistema de
cuadrículas,  y que aportará posteriormente
mayores posibilidades para el procesamiento de los datos, así
como también hay que tener en cuenta el aumento de la
extensión del área para poder ver en planta la
expansión del fenómeno y poderlo entender mucho
más integralmente. En estos casos las excavaciones
reducidas, sólo nos permiten ver una pequeña parte
de la verdad.

ESTUDIO DE
CASO: GUANABACOA

Las  Actas Capitulares del Cabildo de la Habana acreditan
documentalmente la creación de un poblado de indios 
fomentado el 12 de junio de 1554 en un paraje llamado Guanabacoa
y dice así:

"…que en armonía con lo tratado con los dichos
indios se le hagan un poblado, por que estando así juntos
se podrá tener en cuenta y razón de ellos. "(Vidal
Cirera, 1887).

El afamado historiador Gerardo Castellanos ( 1948) plantea al
respecto que "… ante la evidente situación
decadente, degenerada más bien, y trashumante de los
indios de esta región, se propusieron recoger a los mansos
como a los rebeldes o jíbaros y concentrarlos donde ellos
pudieran fomentar poblados, cultivar la tierra,
establecer industria y
vivir a su manera a condición de ciertas  medidas u
enseñanzas cristianas …", lo que hizo que se 
convirtieran al tiempo, estos  poblados
en     "…. zonas de reducciones cual
similares a corrales o presidios donde no hubo jamás
propósito de enseñanza cristiana y nada más. "
(Castellanos, 1948). Aunque el historiador Pezuela asegura que
este pueblo de indios de Guanabacoa no será como tal hasta
1576 en que se establece oficialmente por documento y se alza en
él una iglesia
servida por la orden de San Francisco (Pezuela, 1948), hay
referencias de que ya en 1530 los indios de esta zona  son
obligados a hacer ".. sus conucos y granjerías "  (
Archivo
Nacional. AH-S-715 C-441) y concentrarse para poder ser ubicados
con mayor premura y certeza (Gómez, Rodríguez,
1991). Paralelamente a esto va ocurriendo el fenómeno que
se llamará la desculturación ( Ortiz, 1965) en las
costumbres y prácticas tradicionales propias, y que
será en consecuencia de la imposición de nuevas
formas de comportamiento.

Es lógico que esto se refleje en la vida material como
se deduce del siguiente documento que habla de los bastimentos
que debe llevar un grupo: "….. un par de rallos de
cobre e
algún burén de cobre pequeños e cebucanes"
(Archivo Nacional, C-s 298-C-31 ) y donde se puede comprobar un
cambio sustancial en la práctica ancestral de producción de casabe, con el uso del metal
en un artefacto que siempre fue de barro.

Se puede observar otro cambio aún más
significativo en la experiencia india de
Bayamo en que se habla de los gastos de
"…. Doze pesos en oro en
azadones y hachas para su labor." (Archivo Nacional AH S-234
C-29) lo que confirma la utilización de instrumentos de
trabajo de hierro en la
agricultura;
válida es la referencia al hacha petaloide de hierro
forjado aparecida en el sitio El Yayal, Holguín
(Domínguez,1985). También podemos ver esta
situación en el uso de armas como
"…ballestas, lanzas y espadas." que son factibles de
encontrar en los residuarios, al igual que herraduras, cadenas de
estribo, estribos, cuchillos, etc.

En lo que corresponde al material cerámico se
confeccionan enseres utilitarios a los  cuales se les ha
llamado equivocadamente " cerámica negroide" y que no es
otra cosa que un tipo de cerámica transicional o
transculturada muy abundante en los sitios coloniales y que
está hecha de una greda muy parecida a la utilizada por
los aborígenes, a veces levantada a torno, otras
veces a partir de  el "coiling" o levantado a mano y quemada
en hornos cerrados de mayor intensidad o simplemente en hornos
abiertos. A estos ceramios se les ha conocido  por
diferentes  acepciones, entre ellas Colono Ware (Deagan,
1987), criolla (Rivera 1992) y de transculturación 
(Domínguez, 1985). La presencia de esta
cerámica  en los sitios habaneros es muy abundante,
por ejemplo en la Habana en casi todos los sitios excavados ha
aparecido abundamente, por ejemplo en Calvo de la Puerta,
(Domínguez 1985) y hasta en Nicaragua en el sitio
León Viejo hay una simbiosis que da posibilidad al
surgimiento de una cerámica  que bien puede
llamarse  de transculturación.

Hay discrepancias entre los historiadores guanabacoenses
acerca de las fechas de fundación de este poblado de
indios y también se discute el hecho de que no
había ningún enclave aborigen en el lugar con
anterioridad, estos aspectos han sido muy debatidos, pero de los
cuales no se ha dicho la última palabra. (Gómez,
Rodríguez,1991), se le contraponen planteamientos simples
como la información surgida cuando el ataque de
Jacques de Sores en 1555, en que los habaneros se refugiaron de
las iras del corsario francés en el poblado de Guanabacoa.
(Eguren, 1986, Acosta, 1988). De acuerdo a lo que se ha
expuesto sistemáticamente de la no existencia de un
poblado aborigen en Guanabacoa , pero con la certeza de que el
lugar fue una  experiencia india o un pueblo de
indios,
por eso decidimos excavar en ella, ya que  
Guanabacoa fue concebida de todas formas en el siglo XVI, y de
una forma u otra, siempre para indios y por indios. La hipótesis de su posible enclave inicial
aborigen fue unos de nuestros objetivos, la
estrategia
trazada , partiendo de esta hipótesis
anterior, fue lo que propició y dio base a este estudio de
caso.

Al retomar el análisis historiográfico de
Guanabacoa se nos ofreció un panorama muy favorable
según los planos realizados por el historiador Pedro
Herrera (c.p. 1986),  construidos con la basta
información que él posee y en donde concibe y
plasma la ubicación en todo este terreno de dos posibles
focos de asentamiento indígena. Estos lugares son La Loma
del Indio que es actualmente la calle de Estrada Palma, pero que
anteriormente tenía el nombre de calle de los indios y que
se encuentra al noreste de Guanabacoa. al sur tenemos junto al
arroyo del mismo nombre al área de Tarraco, que
está asociada a la calle Corralfalso y Cruz Verde,
conocidas hasta la actualidad. En ambos lugares la toponimia nos
animaba a preestablecer  esta posibilidad de encontrar lo
que buscábamos. (Domínguez, 1989). Cuando la
logística estuvo a punto nos dimos a la
tarea de realizar la primera fase de la investigación
arqueológica : la prospección de las
áreas  que  pensamos fueran las de posible 
productividad , las mismas estaban puramente urbanizadas, no
existía ningún precedente de trabajo
arqueológico sistematizado en la región de
Guanabacoa, por lo que inicialmente el rastreo nos llevó a
situaciones  muy complicadas pues al estar tan utilizado el
terreno, la posibilidad de excavaciones eran bien escasas. En el
intento, encontramos en las áreas escogidas, que
existían numerosos inmuebles los cuales denotaban bastante
antigüedad y que poseían traspatios o patios
aledaños, en los cuales por tradición oral
familiar, se decía que nunca se había construido en
ellos o sea que se podían considerar terrenos
vírgenes. Se realizó una nueva consulta de la
documentación con la ayuda del Profesor
Herrera y nos decidimos a escoger dos sitios inicialmente, uno en
cada  una de las áreas preestablecidas, tratando de
contrastar una a la otra y siguiendo los preceptos marcados
por  Pichardo Moya, en los asientos aborígenes de la
loma y el río, los que al efecto resultaron Guanabacoa
2  ( Loma del Indio) y Guanabacoa 3 ( Tarraco-Cruz Verde,
que es un arroyo).

Durante los meses de mayo y junio de 1987 y de acuerdo a los
pronósticos del tiempo (ya que el suelo
guanabacoense es muy propicio a la acumulación de agua por su
activo manto freático) se comenzaron los movimientos de
tierra
con el objetivo primordial de encontrar los enclaves
aborígenes así como todo lo que saliera de
elementos de posible transculturación. Otro de los
objetivos, era calcular con los materiales exhumados el tiempo de
estancia y el posible desarrollo socioeconómico del grupo
o grupos humanos emplazados allí. Se excavó
sistemáticamente en ambos lugares, llegando en los dos
cortes al sustrato estéril, moviendo unos 20 m. 3  de
tierra antropogénica. Las exhumaciones  resultaron
fértiles en todas sus capas y las mismas fueron
estrictamente controladas, para su estudio de laboratorio
posterior. Los cortes se planearon en escaques de 2.50 m. x
2.50 m., divididos en cuatro secciones cada uno. En Guanabacoa 2
, se planearon 5 escaques, pero solo se excavaron 3 y en
Guanabacoa 3, se cortaron los dos que se planificaron. La
sistemática metodológica utilizada inicialmente y
dadas las circunstancias de revoltura del terreno  fue
estratigrafía artificial, en capas de 5 cm. Y a partir de
los perfiles , se procedió a hacer una prueba de cortes
por capas naturales, las cuales estaban hasta cierto punto bien
definidas, este sistema lo habíamos puesto en
práctica en Nicaragua, en el sitio León Viejo en
1982 y nos había dado muy buen resultado (
Domínguez, 1993).

El trabajo arqueológico con capas artificiales primero
y naturales después nos permitió un estudio de
frecuencia en el propio campo, la cual  nos
brindó  información para tomar decisiones en
la orientación de los cortes. La profundidad osciló
en todos los casos  los  entre  0.00 a 1.00 m. Las
evidencias  se comportaron  con  bastante
abundancia. Todos los cortes resultaron ser polivalentes, debido
a la densidad y
variedad de evidencias de la vida material de los hombres, que en
el decursar del tiempo, se asentaron en ella y sus inmediaciones.
( Tabla 1  Frecuencia). Terminado el trabajo de
campo en estas jornadas, se pasó a la investigación
de laboratorio donde llegamos a la conclusión de que no
habíamos encontrado los enclaves  aborígenes
iniciales como tal, aunque si pudimos observar que en el sustrato
antropogénico había huellas fehacientes de la
presencia indígena de grupos agroalfareros, los cuales
debieron haber estado
asentados en estas áreas y por lógica
, una posibilidad de  estancia pre-fundación 
como pueblo de indios, no debía descartarse, esto puede
ser acuñado por la frecuencia de cerámica aborigen
en sus formas comunes  de ollas y burenes. (
Domínguez, en Gómez Rodríguez, 1991).

Nuestro objetivo, como lo hemos dicho era buscar los primeros
asentamientos aborígenes, pero en realidad debemos
consignar, que sin querer, encontramos innumerables elementos de
la cultura
africana unidas al sustrato inicial de este pueblo, con
evidencias, que en su gran mayoría,  jugaron en parte
en el desarrollo de sus creencias religiosas y en la palafernaria
usada por los Cabildos y otras instituciones
de las religiones
afrocubanas., entre los cuales se presentan  cuentas de
collares, azabaches, etc.

Bien esclarecido quedó a partir de los artefactos
hallados,  que estábamos ante un sitio donde el
proceso de transculturación se había desarrollado ,
ya que fueron exhumados instrumentos líticos realizados en
el reuso de piedras  de fusil o pedernal ( Rives, Febles,
Domínguez, 1989) y también  en una
lámina  gruesa de cristal, blanco posiblemente de un
vaso del siglo XIX, trabajada con una tipología de tallado
muy similar a las encontradas en 1986 en el sitio Laguna de
Algodones, en la ciudad de Trinidad, al sur de Cuba ( Febles,
Domínguez, 1987 ). Estos dos objetos, de tan importante
factura,
fueron encontrados en el sitio G-3 ( Calle Cruz Verde) junto a
otros elementos, también valiosos, lo que nos
permitió la planificación de una cuarta
excavación en las cercanías de esta calle y que
será objeto de estudios posteriores.

La cerámica con su capacidad diagnostica , se
presentó en ambos cortes , las evidencias se ubicaron
cronológicamente en una amplia línea de tiempo, por
ejemplo encontramos tiestos del siglo XVI y XVII con ceramios
torneados  como botijuelas, cazuelas,  así como
pastas porosas vidriadas con estaño
y  plomo, sin lugar a dudas mayólicas. Se presenta
muy abundante la cerámica roja  burda con o sin
barniz de plomo, siempre en vajillas utilitarias o de cocina, lo
que comunmente se llama " Morro Ware" (Deagan, 1987).

En cuanto a la gama de porcelanas y semiporcelanas aparecen en
una frecuencia limitada, muy fragmentados, en donde la formas son
poco posibles de reconstruir, pero en las que se puede apreciar
la existencia de diferentes tipologías , que van desde la
porcelana china de
siglos XVI y XVII hasta la inglesa del XIX. Debemos hacer notar
la aparición de diferentes objetos rehechos a partir de
desechos de otros materiales, como por ejemplo de la
cerámica mayólica se hacen fichas para
jugar  y sumerjidores de redes, realizadas en est
material por lo dócil que es,  similares se han
encontrado en algunas excavaciones de la Habana Vieja,
especialmente en el sitio Calvo de la Puerta 
(Domínguez, 1984) y en Puerto  Rico en las
excavaciones efectuadas en el  antiguo Cuartel de
Ballajá, en el viejo San Juan (Rivera, 1992).

También el vidrio  se consideró  uno
de los materiales más abundantes, sobre todo botellas de
vino u otras bebidas pertenecientes al siglo XIX, así como
también vasos y copas de vidrio. También hay gran
cantidad de enseres de hueso y una buena muestra de restos de
dieta.

Nuestra hipótesis de trabajo señala que este
lugar tenía posibilidades de que en el mismo hubiera un
asiento inicial aborigen, posiblemente de la etnia aruaca,
lo que no pudo confirmarsre a cabalidad, pero en cambio muchos de
los artefactos encontrados en ambos cortes nos dieron la certeza
de que se ha desarrollado  en los mismos el evento de la
transculturación, con lo cual se esclarecen algunas de las
incógnitas  que se manejan, pero también nos
permitió esta investigación  acopiar 
elementos para el estudio de la etapa sociológica de la
transculturación en nuevo lugar de Cuba y sobre todo
esclarecer puntos sobre los pueblos de indios, como el que
estamos seguro
existió en Guanabacoa. 

BIBLIOGRAFIA

Documentos:

Archivo Nacional de Cuba, Documentos. Fondo
Néstor Carbonell

AH-S-175-c-34     CS-298-
C-3     AH-S-234- – C-29

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Autor:

Lourdes S. Domínguez

Oficina del Historiador, La Habana, Cuba, investigadora
visitante, con apoyo FAPESP, en el Núcleo de Estudos
Estratégicos, Universidade Estadual de Campinas, Brasil.

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