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Arte y Arquitectura del Siglo XX. Las Antillas que hablan en español


Partes: 1, 2

    1. El
      arte
    2. La
      arquitectura

    Sobre una tradición decimonónica en las artes
    visuales y la arquitectura, Cuba, República Dominicana y
    Puerto Rico se alzan a la modernidad a mediados de los
    años veinte con un proceso intelectual que es equiparable
    al que por el mismo tiempo se está desarrollando en el
    resto de América Latina. Este "alzarse a la modernidad" en
    arte y arquitectura significó el deseo de estos
    intelectuales de eliminar el acusado atraso estilístico
    que dominaba en la región, y fueron a la búsqueda
    de una actualización artística y
    arquitectónica que ya habían iniciado los europeos
    desde finales del siglo XIX.

    Frente a los academicismos de la época, el movimiento
    renovador que surge en estos tres países antillanos se
    debatirá entre la asimilación de las corrientes
    vanguardistas "foráneas" y la toma de conciencia de su
    herencia cultural. Para el artista y arquitecto antillano, entre
    lo ajeno moderno y lo vernáculo, se abre un campo de
    posibilidades creativas. A partir de la reelaboración de
    las formas vanguardistas importadas y de la incorporación
    de los elementos vernáculos, nace entonces un lenguaje
    propio.

    Dentro de la primera mitad del siglo XX, estos tres
    países van a recibir la influencia de los lenguajes
    plástico de Europa, México y los Estados Unidos. De
    Europa se toman, principalmente, los modos expresivos del
    postimpresionismo, del expresionismo y del surrealismo; ello en
    los años veinte y treinta. A finales de la década
    del treinta y durante los cuarenta, el movimiento revolucionario
    mexicano con su máxima expresión cultural, el
    mural, será quien ejerza mayor influencia sobre la
    producción pictórica de la zona. Finalmente, a
    mediados de la década del cuarenta -resultado de la crisis
    en que queda Europa a raíz de la guerra-, serán los
    Estados Unidos quienes protagonicen el movimiento de vanguardia
    internacional. Desde Nueva York, a través de la
    crítica, las exposiciones de arte y las revistas
    especializadas, se orienta una nueva estética que define
    la manera de hacer el arte del momento: el expresionismo
    abstracto, corriente que sigue la mayoría de los
    países del orbe.

    En materia de arquitectura, de Europa llegará el
    racionalismo alemán -con la difusión de las
    propuestas de la Bauhaus- y la estética de Le Corbusier.
    También confluirán en estos tres países las
    variantes del racionalismo norteamericano -principalmente los
    lenguajes de Frank Lloyd Wright y Mies van der Rohe- y la
    estética brasileña representada en la figura de
    Niemeyer.

    El lenguaje moderno proveniente de Europa, México y los
    Estados Unidos -y Brasil en el caso de la arquitectura-,
    entrará en las Antillas a través de tres
    vías fundamentales: mediante la publicación de
    revistas especializadas que dan cuenta de los últimos
    acontecimientos teóricos que, en materia de arte y
    arquitectura, están sucediendo en Europa o los Estados
    Unidos; por la llegada de una serie de profesionales europeos
    que, huyendo de la guerra, muchas veces se incorporan al panorama
    cultural de los países en cuestión; y por los
    viajes de estudios que muchos arquitectos y artistas antillanos
    realizan al extranjero.

    La década del sesenta abre con una realidad muy
    distinta. Entre la Revolución cubana, los movimientos de
    liberación nacional, la guerra de Viet-Nam, los procesos
    de descolonización, la caída del "muro de
    Berlín" y la globalización -que hacen variar las
    políticas que influyen en el campo de la cultura-, los
    países latinoamericanos (entre ellos Cuba,
    República Dominicana y Puerto Rico), se adentran en una
    nueva etapa de sólo cuarenta años que resulta
    convulsa, contradictoria y rica en aportaciones, como todos los
    períodos culturales.

    A partir de los años sesenta se inicia un desarrollo de
    las publicaciones especializadas editadas con mucho lujo y con
    una importante crítica de arte que permite el
    rápido conocimiento de lo que acontece en el mundo. Se
    crea una gran cantidad de galerías que promueven y venden
    el arte moderno. De modo que la concepción que
    existía sobre la obra de arte varía, pasando a ser
    éste un objeto de consumo. Este despliegue de
    promoción, exposición y venta del arte consolida
    sobre la cultura un sistema institucional.

    Con un espíritu renovador que se corresponde con la
    segunda mitad del siglo XX, esta etapa se inicia con la
    cristalización de un arte plástico latinoamericano
    iniciado a finales de los años cincuenta, que prioriza los
    valores universales en detrimento de los nacionales. Lenguaje en
    función de explicar la contemporaneidad y que tiene dos
    líneas de expresión fundamentales: por un lado, la
    nueva figuración -que valora las estéticas del
    expresionismo, del pop art, del neorrealismo y del hiperrealismo-
    que irradia desde los centros de arte de Estados Unidos; por otro
    lado, los lenguajes abstractos -geométricos o no-, con
    importantes aportes en el campo de las soluciones del arte
    cinético. En todos los casos se abren caminos de
    experimentación visual y compositiva que rompen la forma
    tradicional de hacer la pintura y la escultura.

    Período de grandes contradicciones al fin, a la par de
    la consolidación del sistema institucional de la cultura,
    esta etapa muestra un profundo cuestionamiento a dicho sistema,
    generando una llamada cultura de la subversión y de la
    liberación: el artista asume una actitud respecto a las
    galerías, a los lenguajes expresivos y a su propia
    posición como artista. Se genera un comentario
    crítico a la realidad que puede ser parabólico o
    directo, y cristaliza una cultura alternativa que se desarrolla
    paralela e independiente a las exposiciones en salones,
    contraponiéndose a la llamada "cultura oficial".

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