E. Durkheim
En una primera etapa de análisis Durkheim tiene un
objetivo por demás claro: la unificación de una
ciencia que estudie las sociedades, y su consagración
científica. En las primeras hojas de Las reglas del
método sociológico todo parece orientado hacia
el establecimiento de conceptos básicos definitorios del
objeto de estudio y la metodología adecuada para
llegar a conclusiones válidas. Su exposición
inicial incluye ciertas dificultades con que cuenta el observador
social al comenzar su análisis; esto es, los prejuicios
tradicionales o las sugestiones del sentido común, las
cuales deben dejarse de lado de manera imperativa para la
investigación científica. Su enfoque entiende a las
sociología como el estudio racional de la conducta humana,
reducible a relaciones causa-efecto, pudiendo éstas
transformarse en reglas de acción para el futuro.
En primera instancia se define lo que constituirá el
objeto de estudio del análisis sociológico, a
saber, los hechos sociales. Estos consisten en maneras de actuar,
de pensar y de sentir exteriores al individuo. Es decir que le
son impuestos. Pero para definir al hecho social es necesaria una
segunda característica distintiva: esta
imposición es cristalizada bajo el poder de
coerción que dichas formas presentan. A su vez esa
coerción es reconocible de dos maneras: por la existencia
de alguna sanción determinada (directa o indirecta) o por
la resistencia que el hecho impone a cualquier intento individual
por eliminarlo.
La argumentación utilizada para evidenciar la presencia
misma de los hechos sociales la brinda en base a la manera en que
son educados los niños. Como toda educación
consiste en imponerle al niño modos de ver, de sentir y de
actuar, éstos no son más que el producto de formas
sociales ya que el niño no los adquiriría
espontáneamente. Además, y antes de continuar con
la metodología propuesta, cabe mencionar la
disociación que realiza Durkheim entre el hecho social,
que debe tomarse como tendencia, creencias y prácticas
tomadas colectivamente, de sus repercusiones individuales. Y ya
comienza a brindarnos un instrumento valioso para el estudio que
es el uso de la estadística que refiere al estado puro del
hecho social, sin observar las conductas individuales.
Con esta base, Durkheim enuncian reglas para la
observación de los hechos sociales, parte importante de la
metodología a utilizar. Considera que lo que le falta
todavía a la sociología es dar un salto desde la
fase subjetiva a la fase objetiva. En la primera fase los hechos
sociales ya están representados en la mente por conceptos
poco formados. En este primer estadío se va de las ideas
(prenociones) a los hechos sociales, haciéndose un
análisis ideológico. Entonces, aquí, propone
que la regla inicial y principal para dar el salto es la de
considerar a los hechos sociales como cosas. Una cosa se reconoce
principalmente por el hecho de que no puede ser modificada por un
simple decreto de la voluntad; requiere de un esfuerzo
crítico debido a la resistencia que ello nos opone
(relación con su definición de hecho social). Por
lo tanto al considerarlos de esta forma, se busca el que la
ciencia sociológica vaya del estudio de las cosas (los
hechos sociales) a las ideas, pudiendo obtener una base objetiva
para el posterior conocimiento.
Finalmente se establecen tres reglas conceptuales para evitar
que el observador recaiga en ciertos errores básicos en la
construcción de la ciencia. La primera está
referida a la eliminación sistemática de todas las
prenociones. La argumentación se refiere a la
elaboración de estos conceptos por fuera de la ciencia que
sirven para satisfacer necesidades que no son
científicas.
La segunda regla está referida a la definición
de las cosas (hechos sociales) de los que se ocupa una
investigación. Esta definición debe ser objetiva, y
esto se logra en esta primera etapa de la ciencia, refiriendo el
objeto de estudio a aquellas cosas que presentan
características exteriores comunes. Esta definición
deberá comprender sin excepción a todos los
fenómenos que presenten estas características. De
los contrario se obtendría una noción subjetiva y
sesgada.
Por último una tercera regla: descartar aquellos datos
que puedan depender de la experiencia del observador. Esta regla
es complementaria a la anterior en tanto busca que los caracteres
exteriores que definen a su objeto de análisis sea lo
más objetivo posible, sin incidencia de sensaciones
subjetivas del observador. Además sugiere una objetividad
mayor en aquellos hechos sociales estudiados, desprendidos de sus
manifestaciones individuales; en este sentido proverbios o reglas
jurídicas son de gran ayuda para el análisis
científico.
Durante su prefacio a la segunda edición del libro
Las reglas del método sociológico, Durkheim,
intenta echar luz sobre algunas cuestiones de gran importancia
que aparecen en la primera edición y que fueron objeto de
crítica.
Primeramente hace referencia al tratamiento de los hechos
sociales como cosas. El autor aclara que él no expresa que
los hechos sociales sean cosas materiales, sino que deben
ser tratados como tales. Lo importante aquí es la actitud
del investigador social que parta del desconocimiento total, de
la cosa estudiada. Se parte de sus caracteres externos y mas
visibles (tal cual aprehendemos a las cosas materiales) para
direccionar el análisis, basado en observaciones y
experimentación, hacia el conocimiento de sus
características más profundas e
importantes.
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