Las imágenes
son ya esenciales en todos los trabajos astronómicos de
investigación: baste recordar que muchos
fenómenos no hubiesen sido descubiertos sin la fotografía
por ser una técnica capaz de acumular luz +
tiempo; entre los mismos se puede citar la estructura de
las galaxias espirales, la presencia de millones de nuevas
galaxias, las supernovas en galaxias distantes o las nebulosas
más tenues, todos ellos objetos tan débiles que son
invisibles a simple vista en los mayores telescopios sin ayuda
fotográfica. Cuando los objetos a estudiar son tan
débiles que la fotografía no puede casi captarlos
-como los quásares más distantes o los arcos
gravitatorios- se recurre a la microelectrónica: se ha
comenzado a emplear en todas partes el chip CCD. El detector de
imagen CCD fue
desarrollado en 1970 por los investigadores norteamericanos Boyle
y Smith de los Laboratorios Bell, en principio sin ninguna
utilidad
astronómica, y aplicado a la Astronomía en 1976.
Con el correr del tiempo la
técnica fotográfica se está quedando
obsoleta; ¿por qué?: sencillamente porque la
electrónica está ofreciendo un
montón de ventajas sobre la fotografía
convencional,
algunas de las cuales son:
– | las imágenes son analizables por medios |
– | un almacenamiento masivo de imágenes en |
– | es capaz de obtener imágenes retocadas, |
– | es fácil la transmisión de imágenes |
– | la suma de varias imágenes en una (adición |
¿Cómo se efectúa el paso de imagen
fotográfica (contenido analógico) a imagen
digital
(contenido digital)?, el proceso es bien sencillo y lo represento
en este ejemplo simplificado: dada una imagen fotográfica
ya revelada y con una alta resolución (una buena
fotografía) por medio de un detector se lee punto a punto
y línea a línea toda la imagen; esto puede lograrse
por medio de una cadena de sensores
(fotodetectores) que convierten cada nivel de brillo de la imagen
original (variaciones analógicas) en un impulso
eléctrico proporcional al brillo de cada punto (valores
digitales). Estos impulsos van a almacenarse en diferentes
posiciones de memoria que
registran su valor y
posición, según dos ejes ortogonales x e y; cuando
el detector ha barrido completamente la imagen (con una
resolución que depende del número de detectores
capaces de leer la imagen en cada línea) tenemos un
registro
digital de la misma: un conjunto ordenado de valores
numéricos que corresponden a la posición y
brillo de cada uno de los puntos leídos en la
imagen analógica. Así en un detector capaz de leer
sólo 10 puntos por línea la resolución de la
imagen digitalizada será la mitad de otro detector capaz
de leer 20 puntos por línea; de la misma forma si el
detector es capaz de leer 100 puntos por cada línea de
barrido la resolución sería 10 veces superior a la
del primer detector y sólo 5 que la del segundo. Un buen
ejemplo de digitalizador simple lo encontramos en el caso de un
telefax: por la entrada (indicada en la parte izquierda
del esquema) se introduce el material gráfico a reproducir
que puede ser texto,
fotografías, diagramas o
cualquier imagen que refleje la luz. Un
dispositivo mecánico adecuado toma y arrastra de manera
homogénea el material a reproducir, de modo que pasa de
forma adecuada bajo la cadena de fotodetectores; éstos
leen línea a línea (cada una formada por un
número determinado y fijo de puntos) el brillo de la
imagen, transformando en impulsos eléctricos de valor
variable (según el brillo de cada punto) cada zona
fotográfica. Si la lectura ha
sido homogénea en el arrastre (algo siempre deseable) al
final el detector emite información digital en varias salidas:
– | la rotulada como S1 refleja la posición mecánica de cada zona de la |
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