Monografias.com > Sin categoría
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Astronomía con ccd (página 2)



Partes: 1, 2

la rotulada como S2 contendría el valor de brillo de cada
punto en cada línea.

la rotulada como S3 puede contener otra información
auxiliar: si la toma se ha digitalizado de manera normal o
en alto contraste, si en exploración normal o de alta
resolución, si se ha aclarado u oscurecido, si
contiene o no medios tonos, etc

Todas estas salidas S1, S2, S3, … Sn van con posterioridad
al codificador que convierte los impulsos de manera adecuada y
los codifica en forma de bits (dígitos binarios) para
su emisión a distancia: en el caso de un telefax esta
distancia puede oscilar entre una decena de metros (en unas
oficinas de varias plantas) a miles de
kilómetros (en el caso de oficinas comerciales en el
extranjero). Es posible la existencia de ruido en la línea (que
puede ser un conductor, en el caso de líneas
telefónicas, o el espacio en el caso de radioenlaces), ruido
que degrada la calidad de la información
transmitida llegando, en ocasiones, a perder parte de la
información si los bits afectados son adyacentes. Para
evitar este efecto se introducirá en cada porción de la
información ("palabras" en el argot informático) unos
bits que sirvan en el receptor para saber si en su llegada hay o
no cambios con respecto a lo que se emitió del emisor: el
ejemplo más sencillo es el denominado bit de paridad,
que detecta y corrige la presencia de un bit erróneo. Esto
se consigue por medio de códigos correctores, de los cuales
no hablaré porque nos centraremos en la digitalización
y no en la transmisión de datos; basta saber que en los
fax actuales es posible
reconstruir parcialmente una imagen ligeramente degradada,
aunque no si el ruido es notorio y se pierde mucha
información.

La imagen digitalizada constará, como es lógico, de una
cantidad limitada aunque puede ser muy grande, de puntos de
información (o bits) cada uno de ellos con 3 valores:

el valor de posición del eje x, el lugar que
ocupa en cada línea.

el valor de posición del eje y, la
línea en que se encuentra.

el valor de brillo.

En el caso de una imagen normal -ideal para transmitir textos-
este último valor sólo puede ser 0 ó 1,
dependiendo de si ese punto contenía o no luminosidad y de
si ésta alcanzó un umbral mínimo de
activación, pero esto son aguas mayores que no trataré
ahora por ser algo fuera de nuestro interés; en el caso de que
esta imagen se desee leer en modo medios tonos o imagen
con grises -ideal para trasmitir fotografías- este valor
puede variar entre 0 (para un punto totalmente blanco) y un
cierto valor máximo que puede ser 7 si el detector trabaja
con 8 niveles de gris (0, 1, …, 7) ó superior si trabajo con un número
mayor de bits. A menor valor más claro y a mayor valor
más oscuro; de este modo puede simularse una escala de grises, aunque
según la electrónica de los procesadores se pueden utilizar
otras técnicas matemáticas más
complejas, como la interpolación o el tramado.

Este ejemplo del fax, tan corriente hoy en día en nuestra
sociedad informatizada, nos ha
servido para conocer de un modo superficial la conversión
analógico-digital. Para los más curiosos puedo decir
que en 1842 Alexander Baim sentó sus principios, en 1902 Arthur Kirn
empleó ya la célula
fotoeléctrica, en 1922 se transmitió la primera imagen
(Roma-Bar Harbor, Maine) y en
1937 fue lanzado el primer periódico emitido por
radio-facsímil,
difundiéndose esta técnica comercialmente desde 1948.
Hoy en día no se concibe una oficina sin fax.

El C.C.D.

Para capturar una imagen por medios electrónicos
tenemos dos posibilidades:

utilizar una cámara de TV o

emplear un detector CCD.

Ambos casos transforman las variaciones lumínicas
analógicas del objeto a captar en valores digitales
(números) que se pueden interpretar electrónicamente.
Pero hay dos diferencias fundamenteles entre el tubo y el sensor
CCD: la primera es que mientras el tubo está formado por una
capa fotoconductiva homogénea (el target), que
será explorada y propociona una señal de salida
continua, el chip CCD está formado por una serie de
elementos discretos que serán interrogados de forma
secuencial. La segunda diferencia es que la superficie del target
del tubo puede ser variada durante la exploración (para
adaptarla a la imagen originada por el objetivo), pero el formato del
CCD es fijo y habrá de ser la lente la que se tendrá
que adaptar al formato que se desee. El sistema del tubo no nos interesa
en absoluto en este caso.

En el segundo caso partimos también de una imagen
analógica en la cual encontramos variaciones
de brillo de unas zonas a otras; esta imagen puede ser lo mismo
una toma viva (obtenida a través de un telescopio) como una
imagen sobre soporte (una fotografía) que va a ser
analizada. En estos dos ejemplos el sistema de captación o
transformación de imagen es similar: la utilización de
un chip CCD.

Pero ¿qué es un chip CCD?; un chip CCD (siglas que
corresponden a Charge Coupled Device o Dispositivo de
Carga Acoplada) no es más que una pastilla semiconductora de
tecnología MOS
(Semiconductor Metal Óxido) sobre la cual se han grabado con
técnicas especiales miles de condensadores: cada uno de
ellos se forma colocando un conductor en la superficie del
silicio semiconductor (substrato); el conductor y el substrato
están separados por un estrecho aislante. Si se aplica una
tensión al conductor primero se formará en el
substrato, inmediatamente debajo del conductor, una región
de deplexión en la cual se pueden mantener las cargas; es
decir, que si se aplica una tensión positiva al conductor la
región de deplexión se forma y si proyectásemos
inyectar cargas negativas en esa región citada la carga se
mantendrá allí: así pues las cargas que en un
condensador normal se mantienen en las placas conductoras
-separadas una de la otra por la capa de aislante- en el chip se
albergan en una zona inmediatamente debajo del conductor.

La estructura de un registro
de desplazamiento acoplado por carga
o CCD se produce porque
a lo largo de las superficies del substrato se localiza, en las
proximidades, un array de electrodos de
conducción. En el esquema he marcado un array de 4
electrodos adyacentes que están gobernados por 4 señales de reloj. Como se
indica en este esquema en el primer ciclo t1 del reloj mientras
en el condensador A1 tenemos carga en el A2 y A3 no la hay; en el
siguiente paso del reloj t2 la zona de deplexión bajo A1
persiste mientras que se forma una nueva bajo A3. En el siguiente
ciclo t3 se forma una zona de deplexión debajo de A2 con lo
cual la carga de A1 se extiende hasta A3 a través de A2:
como resultado la carga se ha repartido por toda la región
extendida. Durante los dos intervalos t2 y t3 una y otra
región están sin formar, empujando la carga a la
derecha para que en el intervalo siguiente t4 la carga existente
originalmente en A1 se desplace lateralmente hasta la zona A3.
Disposiciones especiales deben hacerse para inyectar carga en la
primera región de deplexión cuando se requiera y para
detectar presencia o ausencia de carga en la última
región de deplexión; estas inyecciones y detecciones se
realizan siempre en sincronismo con la señal del reloj. Como
es natural en todo circuito, siempre existe una cierta
disipación de energía en la carga cuando ésta se
transfiere en el registro de desplazamiento,
siendo por ello necesario incluir provisión para refrescar
la carga periódicamente a lo largo de toda la
estructura.

Un ejemplo de CCD simple puede ser el chip Intel 2.464
CCD: la memoria contiene 256
registros de desplazamiento
recirculantes cada uno con 256 bits; con una capacidad de 256 x
256 ó 65.536 bits (64 Kb en total) la memoria tiene una única
línea de entrada y otra de salida de datos. Mientras que los
primeros chips CCD se fabricaron experimentalmente a inicios de
los años 1970, no llegaron a las cámaras de televisión comercial
hasta 1986 (con el modelo ICX-018, de 268.000
píxeles en un formato de 510 columnas por 493 filas),
mejorados en 1987 (con la atenuación del smear*) y 1988
(chips de 380.000 píxeles y 778 columnas por línea).
Las cámaras modernas de TV comercial o las videocámaras
de aficionado son todavía más eficientes y presentan
muy pocos problemas comparados con sus
ventajas.

Todo esto está muy bien y quizá algún aficionado
se haya enterado más o menos de su funcionamiento
teórico, pero ¿cómo se presenta el chip CCD? Para
el aficionado profano el chip no es más que un pequeño
dispositivo integrado muy reducido (unos 3 mm de lado y hasta 8,6
x 6,5 mm en los nuevos modelos, algo mayor en los
más recientes) similar a otros de su estilo que es capaz de
los mayores milagros nunca antes logrados por aficionados a la
astronomía: posee una
sensibilidad superior a los 20.000 ASA, es capaz de detectar
estrellas individuales en la galaxia M-31 con exposiciones de
sólo 5 minutos -en un reflector de 400 mm- y puede conseguir
con una imagen deficiente o mediocre auténticas
maravillas.

¿Cómo funciona este milagro?; es bien sencillo: tal y
como he explicado el pequeño chip empaqueta de manera muy
densa una malla de fotodiodos microscópicos (los
condensadores A1, A2, … del ejemplo anterior) cada uno de los
cuales va a recibir la luz y formará un elemento de
imagen (picture element o pixel). Al recibir luz cada uno
de estos condensadores se activará con una eficiencia cuántica que
ronda el 50-80% según la calidad del chip o la longitud de
onda recibida -compárese con el 2% de los filmes usuales o
el 5% de los mejores filmes fotográficos- acumulando una
carga eléctrica en la citada zona de deplexión. A
medida que el chip recibe luz con el paso del tiempo va almacenando
electrones en cada pixel en proporción a la luz recibida; al
cabo de un período de tiempo t (tiempo de integración) se mide la
carga acumulada en cada celdilla por el procedimiento de correr
las cargas de cada pixel al adyacente, como ya he indicado: de
este modo las cargas son conducidas de uno en uno hasta salir por
el extremo del chip; en este punto un circuito especial
cuantifica el valor de la carga acumulada que va siendo expulsada
del chip por las salidas del mismo (emitiendo un valor en forma
numérica -digital-). En este esquema he representado un chip
hipotético de 5 líneas con 5 elementos por línea,
es decir 25 píxeles en total; los modelos usuales poseen 192
x 165 píxeles e incluso superior en los más complejos.
Este proceso que comienza en el
primer pixel de la primera línea se va repitiendo línea
por línea hasta haber leído todo el chip: de este modo
se ha obtenido una larga lista de valores numéricos que
corresponden a la carga eléctrica de cada pixel ordenados
línea a línea; ahora esta larga lista de números
puede ser tratada de manera digital, almacenándose en
formato magnético si se desea o dirigiendo la señal
hasta un tubo catódico en donde formará una imagen
reconocible, previa codificación por el
circuito adecuado.

Al tener un rendimiento cuántico tan elevado su sensibilidad
a la luz es equivalente a la de un film fotográfico de
10.000-50.000 ASA o más, además de tener una respuesta
prácticamente lineal a la recepción de la luz: no posee
el nefasto y tan molesto efecto de reciprocidad (efecto
Schwarzschild citado) típico de los filmes corrientes. Otra
ventaja es que permite obtener tiempos de integración (o
intervalos de lectura de los píxeles)
que oscilan entre los 50 milisegundos y los 10 minutos o
más, con lo cual estamos en disposición de controlar el
tiempo de exposición. Por lo general
el rango de trabajo con luz oscila entre los 400 nanómetros
(luz azul) y los 1.100 (infrarrojo cercano), siendo bastante
sensible al rojo y algo menos al azul; ello se puede evitar o
paliar empleando filtros correctores de color si así se desea. En
general la eficiencia es del 10% para los 450 nm, sube a 45% en
los 600 nm, alcanza el máximo (55%) en los 650 nm y se
estabiliza en los 46-48% en el trayecto 680-800 nm, para
descender rápidamente al 20% al llegar a los 880 nm bajando
ya al 10% en los 900 nm. Los chips más novedosos tienen una
eficiencia cuántica ligeramente diferente a la aquí
descrita. * Smear: línea de saturación que se
produce en los tubos de televisión, similar al
blooming de las CCD.

CONTROVERSIA SOBRE EL
CCD

Pero no todo en el CCD son ventajas; entre los inconvenientes
que encuentran los detractores
de esta novedosa técnica caben destacar los siguientes:

resolución escasa: ello viene originado por
el tamaño limitado del chip (1,64 mm de lado en el
TC-211 de la cámara ST-4 y 8,6 x 36,53 en la ST-6) que
proporciona imágenes de 192 x
165 píxeles en los modelos más sencillos como el
citado ST-4; los chips medianos pueden tener 192 x 330
píxeles como la EDC-1000, 500 x 290 en la MX5, 375 x
242 en la ST-6 y los muy buenos hasta 754 x 488 (la
EDC-1000HR), aunque después han aparecido los modelos
ST-7 (de 768 x 512 píxeles) y ST-8 que contienen nada
menos que 1.536 x 1.024 píxeles (1.572.864 en total):
compárese con los 512 x 512 de las videocámaras
caseras, los 800 x 800 del telescopio espacial
Hubble, los 2.048 x 2.048 en los mejores chips
astronómicos profesionales o incluso de 8.192 x 8.192
en los modelos más avanzados. Esto origina una imagen
cuadriculada en la cual se aprecian los píxeles
individuales cuando se amplía un poco la toma: un
claro ejemplo es esta imagen agrandada (negativa) de una
estrella binaria. La escasa resolución de los modelos
modestos impide obtener tomas planetarias muy detalladas,
salvo que se consiga que el planeta cubra completamente
todo el chip en base a utilizar focales de varios metros
con muy buenos seguimientos. Los chips actuales van
ofreciendo ya una cantidad mayor de píxeles con un
mismo tamaño, de modo que la resolución ya va
siendo algo mayor; todavía estamos lejos de conseguir
una resolución tan competitiva como la que ofrece un
film fotográfico de baja a media resolución,
defecto que en los próximos años habrá
desaparecido con toda seguridad.

imágenes con medianos niveles de grises: una
electrónica de 8 bits logra obtener
28= 256 niveles diferentes de gris (entre 0 y 255),
escalado que no permite detectar todos los ricos matices de
una imagen astronómica sobre todo en planetas; ejemplos son
las conocidas EDC, ST-4 o Meade Pictor 208XT. Los chips
algo más avanzados permiten obtener hasta 4.096
niveles de gris -como la Lynxx pese a que sólo tiene
192 x 165 píxeles aunque con una electrónica
excelente- pero algunas de ellas tienen un precio casi prohibitivo
para los aficionados; con la aparición de las
revolucionarias ST-6, ST-7 y ST-8 o las Meade Pictor 216XT
y 416XT la situación ha mejorado notablemente
¡tienen nada menos que 64.256 niveles! Es de esperar
que muy pronto la electrónica permita obtene más
niveles de los que actualmente disfrutamos; por el momento
los 256 niveles de las más simples facilitan la toma
de las primeras imágenes, que nos servirán para
aprender la técnica, iniciarnos en el arte del
tratamiento digital y para adquirir experiencia. Este
diseño ofrece una
escala de 8 y 16 niveles de gris: incluso con esta gama tan
reducida (como cuando se posteriza una imagen digital) es
factible obtener resultados mínimamente detallados, en
los cuales se puedan apreciar detalles plenamente
reconocibles. Indudablemente una cámara de 16 bits es
mucho mejor para planetas que otro modelo inferior, aunque
el dinero tiene siempre
la última palabra.

campo visual muy reducido: con una focal de 1.000
mm (algo normal en muchos reflectores de 100 a 150 mm de
abertura) la MX516 presenta un campo de visión de 16 x
8' que se ven reducidos a 8 x 6' en un catadióptrico
de 2.000 mm de focal o aumentar a 30 x 15' en un reflector
de 750 mm de focal: apenas si permite la captura de objetos
medianamente extensos. Sin embargo en el nuevo modelo ST-6
el campo cubierto en su nuevo y mayor chip de 8,6 x 6,5 mm
cubre los 29 x 22' en una focal de 1.000 mm o los 14,6 x
11' en un catadióptrico de 2.000 mm de focal. En la
toma de objetos extensos (una nebulosa, una galaxia, la
Luna, etc…) nos encontramos con la necesidad imperiosa de
efectuar un mosaico componiendo dos o más
imágenes del objeto a estudiar; en ocasiones los
objetos extensos no son muy interesantes para nosotros
(nebulosas) y, caso de serlo, deberíamos utilizar
focales más reducidas bien sea empleando instrumentos
de focal corta o intercalando un reductor de focal. Con un
campo tan reducido se pueden estudiar cómodamente
todos los planetas, casi todos los cúmulos globulares,
dobles y variables a centenares o
ciertas zonas más internas o muy concretas de galaxias
(como el núcleo, las zonas de condensaciones o una
supernova); para obtener imágenes de toda una galaxia
extensa (como son las grandes y cercanas M-31 o M-33) se
habrá de componer la misma a base de un mosaico, cosa
que no es difícil porque la imagen puede ser
desplazada según los ejes x e y, lo que
facilita el montaje de varias tomas en una. Si empleo un teleobjetivo
con una focal de 200 mm acoplado a una CCD ST-4 capto un
campo de 40 x 40': cabe holgadamente la Luna entera o un
sector celeste de esa amplitud; la resolución de esta
imagen (suponiendo que midiese 192 píxeles de lado)
sería de aproximadamente 13" por pixel: incluso el
planeta Júpiter (con 45" de diámetro) no
ocuparía más que un cuadrado de 9 píxeles
(3×3) o poco más incluyendo la difusión de la luz
en cl chip. Este montaje nos permitiría captar
nebulosas difusas o galaxias enteras pero con una
resolución bastante baja; puede que esto sea
interesante para la búsqueda de supernovas en galaxias
cercanas (que cabrían enteras en la imagen) dado que
ninguna estrella ocuparía más de uno o dos
píxeles de lado; almacenando una imagen de cada
galaxia y capturando periódicamente imágenes de
estas mismas galaxias la resta de la imagen actual a la
almacenada nos pondría de manifiesto los cambios
(supernovas o incluso novas) que se produzcan en ella.

corriente de oscuridad: ello quiere decir que
incluso cuando no recibe luz el chip, en integraciones
largas, detecta "luz" espúrea proveniente del ruido
térmico originado en el interior del propio chip; en
general por cada 8º de incremento de la temperatura se dobla el
ruido termal en la imagen. Ello nos va a impedir alargar
las exposiciones más allá de algunos minutos
(compárese con los incluso 60 minutos de las
astrofotografías clásicas) porque le
relación señal/ruido se haría muy baja salvo
que el chip se enfríe termoeléctricamente como en
algunos modelos más caros; de todos modos incluso
así las exposiciones no pueden alcanzar los 30 minutos
en ningún modelo barato del mercado por lo que para
conseguir una exposición prolongada se harán
varias tomas cortas y se sumarán las imágenes: el
resultado es equivalente a la suma de las exposiciones. La
ST-6 dispone de dos platinas termoeléctricas de
refrigeración con
temperaturas seleccionables: un termistor de
regulación en el cabezal del CCD estabiliza la
temperatura en largos períodos permitiendo realizar
exposiciones ¡incluso de 60 minutos! Ahora el astro
más débil todavía detectable está
limitado sólo por el ruido (iluminación) del fondo
celeste y la cantidad de luz recibida en el chip. Una
solución casera es mejorar la evacuación del
calor del cabezal con el
empleo de un ventilador, que mueve el aire en torno al mismo y disipa
este calor: no es tan efectivo como el método anterior
pero algo ayuda…

Entre las indudables ventajas de esta novedosa tecnología
destacan:

magnitud límite escandalosa: con la "barata"
ST-4 y sólo 5 s de exposición en un reflector de
254 mm se alcanza la magnitud 14ª, 60 s de
exposición en un reflector de 200 mm caza la magnitud
16ª subiendo a la 17ª con 5 minutos de
exposición. Nunca jamás se podría llegar a
ese límite con un reflector de ese diámetro en
ese mismo tiempo de exposición utilizando
técnicas fotográficas; en la nueva ST-6 se
alcanza con un reflector de 200 mm la magnitud 15ª en
una integración de 1 s (para cazar Plutón), la
magnitud 18ª con 1 minuto (para estudiar cúmulos
globulares en M-31) y la 19ª en 5 minutos (estrellas
cefeidas en M-33); esto deja obsoleto cualquier trabajo
fotográfico anterior similar. Ni que decir tiene que
en Marte, Júpiter o Saturno tenemos un montón de
pequeños y débiles satélites al
alcance; tampoco habrá galaxia, nebulosa planetaria o
cúmulo globular que se nos resista por su debilidad o
distancia. Precisamente con una CCD se descubrió la
primera supernova por aficionados el 22 de junio de 1990:
se trataba de la catalogada como SN-1990-N en la
galaxia NGC 4.639, que con magnitud 15,4ª era visible
en uno de los débiles brazos de la misma. Adicionando
varias imágenes se obtiene una magnitud límite
muy superior a la que se obtiene con una única
exposición, con la ventaja de evitar el ruido
térmico originado por una integración larga. A
medida que los chips evolucionan la magnitud límite va
a ir aumentando poco a poco, aunque probablemente la
polución lumínica de las ciudades y del conjunto
de ellas (pensemos en el área de Madrid, de Barcelona, el
gran Londres…) también, salvo que lo evitemos con
las campañas adecuadas.

adición de imágenes: si obtenemos una
toma de 1 s tendríamos una turbulencia congelada
correspondiente a 1 s; adicionando varias imágenes la
turbulencia sería mínima (ya que eliminando los
píxeles no redundantes en todas las imágenes se
borra o atenúa la turbulencia) pero la magnitud
límite (cantidad de fotones recibidos menos
iluminación celeste) crece con el
tiempo, algo muy útil en la observación de
estrellas binarias débiles, en el seguimiento de
asteroides muy pequeños o en los planetas más
lejanos. Este efecto adicionador permite que se
puedan obtener fotografías de larga exposición
sin seguimiento o con seguimiento medianamente
defectuoso: basta sumar varias imágenes de corta
exposición (en donde el movimiento celeste no se
nota en absoluto o es muy reducido) para obtener una imagen
de larga exposición con una magnitud límite muy
superior; a modo de ejemplo sumando una docena de
imágenes de 5 s se obtiene una suma equivalente a una
toma de 60 s pero con un desplazamiento estelar equivalente
a 5 s. Conocedor de los problemas mecánicos de los
pequeños telescopios, algunas nuevas cámaras
incorporan ya una exclusiva característica denominada
seguidor automático
acumulador de imágenes
, que permite un seguimiento
preciso de aquellas imágenes que necesiten largas
exposiciones: basta con marcar en la pantalla una estrella
de referencia para que el aparato, al hacer otras
exposiciones, tome la estrella como punto de referencia y
superponga las demás exposiciones sobre la misma; la
toma resultante (que puede acumular y superponer hasta 64
imágenes) es casi tan perfecta como una única
exposición prolongada, sin los inconvenientes de la
misma. Esta nueva técnica permitiría que un
telescopio refractor de 60 mm de diámetro, instalado
sobre una montura azimutal inestable, pueda efectuar
trabajos de la misma profundidad óptica (aunque no
poder resolutivo) que un
reflector de 300 mm de abertura con montura motorizada en
ambos ejes: se trata de la magia del mundo
digital.

tratamiento de la imagen: como la salida de la
información digital se puede almacenar en formato TIF,
JPG, RIF, FIT o similar esto permite que programas adecuados de
tratamiento de imágenes corrijan todos los defectos de
la misma, tales como emborronamiento (o desenfoque), mal
seguimiento, reforzamiento de los bordes, falso color,
variación de los tonos, aumento de ciertos sectores
(zoom digital), rotación de la toma, mapeo con
isofotas, interpolación de información en
sectores defectuosos o perdidos… Con los 256 niveles de
gris y un buen programa adecuado se puede
sacar un gran partido de la imagen y si son 4.096 niveles
mejor todavía; muchas CCD llevan incorporado ya el
programa de tratamiento de imágenes lo que multiplica
su capacidad. Una imagen puede ser mejorada restando una
toma oscura de igual exposición a la original:
así los píxeles calientes (ruido
electrónico) son anulados y limpiamos la imagen de
ruido térmico causado por la temperatura del cabezal
CCD; capturando tomas oscuras y promediándolas (para
minimizar el ruido aleatorio) podemos obtener imágenes
de galaxias cuando tenemos la Luna Llena en el cielo: basta
restar de la imagen recién obtenida el cuadro oscuro
para eliminar los bits que han sido iluminados sólo
por el ruido térmico quedando los bits activados por
la luz estelar (yo aconsejo tomar los campos oscuros en la
misma sesión de trabajo y no tenerlos archivados.) El
tratamiento de imágenes permitió a C. Buil
obtener fotos de Júpiter
con una resolución de 0,3" con el reflector de 1 m de
abertura desde Pic du Midi: fotográficamente es muy
difícil llegar a este límite en una imagen
astronómica si se trabaja desde un observatorio
terrestre a causa de la atmósfera. Es
necesario procesar la imagen también de campo
plano
, para minimizar los errores en el conjunto
sistema óptico+CCD (por ejemplo motas de polvo o
sensibilidad dispar a la luz) y mejorar la imagen final,
aunque sobre el tratamiento de imagen se puede obtener
información útil en el siguiente archivo: CCD.pdf (170
Kb).

sensibilidad dispar a los colores: como ya
comenté los chips son más sensibles a la luz de
onda larga que a la corta, por lo cual los astros azules y
verdes aparecen más débiles de lo que
realmente son, mientras que los rojos y anaranjados
aparecen más brillantes; en ocasiones esto es una
bendición, en otras no tanto: cuando he estudiado las
estrellas más frías de la nebulosa
de Orión (M 42), en noches con Luna Llena, he
insertado un filtro rojo intenso delante del chip: pese a
la molesta luz azulada dispersa por la atmósfera, las
estrellas rojas han aparecido en todo su esplendor ya que
la luz de onda corta ha sido eliminada; si alguien desea
buscar estrellas de bajo brillo y reducida temperatura
(enana marrón o enana roja) el empleo de filtros rojos
intensos permiten eliminar todo resto de luz de onda
mediana (amarilla, verde) o corta (del añil al
violeta) centrándonos sólo en esa parte del
espectro: será preciso ampliar el tiempo de
exposición, pero esto evita obtener imágenes
estelares hinchadas debido a la luz de onda corta. Sin
embargo cuando es preciso trabajar en otros campos
quizá no interese esta ventaja: es hora de emplear
filtros apropiados; si lo que deseamos estudiar fuese el
aspecto de una nebulosa planetaria sería necesario
emplear un filtro nebular: la luz que no sea de este cuerpo
(luces del alumbrado público, por ejemplo) son
eliminadas casi totalmente. En trabajos sobre astros
blancos o azules, en mediciones colorimétricas,
fotométricas y similares es preciso eliminar la luz
infrarroja antes de que influya en el chip, falseando los
resultados; los filtros de aficionados no sirven
para este trabajo, es preciso adquirir uno (aunque cuesta
trabajo y bastante dinero) que nos bloquee
la parte infrarroja del espectro.

guía automática de telescopios: esta
opción (una de las primeras para las cuales se
aplicó en el mundillo de la astrofotografía)
logra que nuestro telescopio se dedique al seguimiento
fotográfico con una precisión inigualable por
ningún humano; precisamente la ST-4 se
diseñó originalmente como seguidor
automático digitalizado y como tal se presenta al
aficionado: para ello se conecta el cabezal del CCD en un
pequeño telescopio que sirva de guía (que
bien puede ser un refractor de 60 mm que un reflector de
100 mm) y se apunta con éste a una estrella
determinada -que puede ser de la 8ª magnitud o incluso
menor-; ahora el CCD forma la imagen estelar sobre el
reticulado de píxeles, detecta el movimiento de la
misma sobre los píxeles si hay deriva (debido a la
rotación terrestre), cuantifica la deriva y da
órdenes de inmediato a los motores de ambos ejes
corrigiendo la desviación a lo largo de la
exposición y compensando de esta manera cualquier
mínimo error. La precisión obtenida llega a 1"
con un seguidor de sólo 60 mm sobre estrellas de
8ª magnitud o de 9ª magnitud en el seguidor de 80
mm de diámetro: ni qué decir tiene que las
exposiciones pueden alargarse más allá de los
típicos 30 minutos sin peligro alguno de estrellas
movidas (salvo que se le dé al telescopio la
también típica y molesta patada accidental…)
Con este seguidor milagroso las fotografías
alcanzan una perfección (dado que en el clisé las
estrellas aparecen más puntuales) y profundidad de
magnitud (al concentrarse la luz en un disco estelar
más reducido) difícil de lograr anteriormente por
otro método tradicional para los aficionados.
Además de la veterana ST-4 podemos encontrar en el
mercado el modelo Meade Pictor 208XT, por unos 500$.

mediciones astrométricas: algunos modelos,
actualmente casi todos, permiten al usuario efectuar
mediciones astrométricas de precisión en las
imágenes obtenidas como la determinación de
diámetros aparentes (muy útil para planetas y sus
satélites), la separación o el ángulo de
posición en estrellas múltiples (difícil de
efectuar por el aficionado sin muchos problemas y gran
cuidado), la magnitud de cualquier objeto del campo
(calibrando el brillo de algún astro del campo de
brillo conocido) y otras muchas más que con el tiempo
irán apareciendo.
En los nuevos modelos la toma de imágenes en color
permite determinar la temperatura de las estrellas
basándose en el índice de color B-V y un conjunto
adecuado de filtros.

Para la medición de la
posición de asteroides (astrometría), basta
conocer la ubicación exacta de las estrellas
capturadas para que, por medio del puntero, se determine la
posición del cuerpo: mediremos la distancia y AP a
cada una de las estrellas más evidentes y una simple
hoja de cálculos hace el resto. En este ejemplo se
está determinando la distancia del asteroide 4 Vesta
(marcado con una flecha) a varias estrellas: el puntero
indica la distancia exacta hasta una de ellas (7,05") y su
ángulo de posición determinado
automáticamente por el software (120,2º).

Esta característica tan potente nos permite seguir y
medir el movimiento de los asteroides,
pudiendo determinar posteriormente los elementos orbitales
de los mismos e incluso detectar
las leves perturbaciones gravitatorias de los planetas
gigantes, sin olvidarnos de que podemos
encontrar nuevos cuerpos, como está haciendo ya el
Observatorio Astronómico de Costitx (Mallorca), quien
lleva ya varios en su haber…

Si el instrumento sobrepasa los 200 mm de abertura, la
focal es amplia (al menos 2 m) y se
trabaja en buenas condiciones instrumentales con algo de
cuidado, no sólo podremos detectar,
medir y cuantificar el movimiento de las estrellas más
cercanas (por ejemplo 61 Cygni), sino incluso apreciar el
bamboleo de su desplazamiento aparente debido al
paralaje terrestre.

 

resultados de miedo: podemos estudiar las
estrellas individuales de la galaxia de Andrómeda
desde la ciudad con un reflector de 250-300 mm de abertura:
¿imposible?, ¡en absoluto!; aunque desde el
corazón de la
ciudad tengamos el cielo totalmente polucionado (alumbrado
nocturno con luces de sodio o vapor de mercurio) podemos
obtener una imagen del cielo iluminado próximo a la
galaxia, otra de la misma galaxia y restar de la segunda
imagen el valor del brillo del polucionado cielo (que no es
más que ruido) dejando sólo el valor de la luz
correspondiente a la galaxia; casi lo mismo se puede lograr
empleando filtros adecuados.

Con exposiciones de 60 s y la ST-4 se alcanza la 16ª
magnitud con una abertura de 200 mm, la 17ª con 5
minutos y si disponemos de la ST-6 los resultados nos dejan
helados: 14ª con 1 s, 17ª en 60 s y 18ª con
5 minutos; si el telescopio mide 254 mm de abertura los
límites son: la
magnitud 19ª con 1 minuto (visualizándose por
ello las novas más brillantes de M-31 y M-33) y la
20ª en 5 minutos. Exposiciones de 5 s con un SC-254 mm
consiguen captar las estrellas gigantes rojas individuales
de 12-14ª magnitud de los cúmulos globulares como
en el cercano M-13 en Hércules, no digamos ya si el
tiempo de integración es levemente mayor…

Exposiciones de pocos segundos revelan la presencia de
galaxias ¡localizadas a sólo 5º de la Luna
Llena! e incluso sería teóricamente posible
detectar la presencia de dos diminutos satélites en
torno a Marte o un quinto satélite rojizo en torno a
Júpiter (V Amaltea) si se trabaja con cuidado en un
telescopio de 200 mm de abertura con una focal larga (por
encima de 3 metros). Precisamente para evitar el excesivo
brillo de ciertos objetos algunas CCD tienen una
protección para el antibrillo, que evita este
problema tan molesto. Y no sólo eso: el aficionado
Maurice Gavin capturó algunas de las brillantes
galaxias de 17ª magnitud del cúmulo
galáctico de Corona Borealis con la rudimentaria y
barata ST-4 ¡desde el mismo corazón de Londres!:
imposible de ninguna manera sin la ayuda del casi
mágico chip CCD.

   

En aquellos trabajos en los que sea necesario el uso del color
(imágenes planetarias, estudios colorimétricos de sus
satélites, captura de nebulosas gaseosas y planetarias,
variables rojas o azules, cometas, estrellas enanas rojas o
pardas, estudios sobre asteroides y sus diferentes clases,
estudios estelares colorimétricos …) se puede conseguir
éste por medio de la técnica de la
tricromía: basta obtener una imagen del objeto a
través de tres filtros -rojo, verde y azul-; la adición
de las tres tomas en una única fotografía, por medio
del empleo del programa adecuado, crea una imagen en color que
puede ser incluso bastante próximo al real. Como es de
suponer hace falta controlar adecuadamente el tiempo de
exposición con cada uno de los filtros, ya que al no tener
la misma capacidad de transmisión ni actuar de mismo modo
sobre el chip la imagen puede quedar demasiado "roja" o "azul",
falseando el aspecto real: no olvidemos nunca la respuesta dispar
a cada longitud de onda; un buen ejemplo de todo esto es la
diferente sensibilidad a los colores que presenta el chip
ICX055AL, de la cámara StarlightXpress MX516, sobre estas
líneas: se ve que el pico de respuesta máxima está
centrado en la zona verde del espectro (530 nm). Con varios
tanteos y anotando una escala de calibración con estos
resultados el asunto queda zanjado.

Curva de sensibilidad espectral de las cámaras de la
marca Starlight Xpress
(gentileza de Michael Hattey, SX Ltd.)

Si nuestra necesidad es imperiosa y el bolsillo lo permite, se
debe adquirir una CCD que cuente ya con una adecuada rueda de
filtros de color: creo que es mejor adquirir las imágenes
con este tipo
de montaje óptico que "chapucear" con vidrios de color
teñidos, aunque si uno no tiene la suficiente capacidad
económica, pero cuenta con mucha inventiva, podrá
conseguir los resultados artísticos que desea… Otra
solución es adquirir filtros del tipo Kodak Wratten con los
cuales incluso podemos emular los filtros fotométricos
Johnson: por ejemplo el Wratten 56 (verde) equivale
aproximadamente al V, el Wratten 25 (rojo) equivale al
R o el Wratten 80A (azul) que equivale al B: sin
embargo en los trabajos fotométricos serios, de calidad,
recomiendo encarecidamente el uso de filtros fotométricos
del tipo Johnson o similares, aunque sólo podamos comprar el
V

Finalmente un consejo para el bolsillo: los estudios
astronómicos serios no precisan de bellas imágenes
coloreadas, sino de imágenes de alta calidad; no pensemos
que presentar una imagen de Saturno, con bellos pero borrosos
cinturones coloreados, es más científico o valioso que
una imagen en blanco y gris, sobre todo si ésta presenta
más detalles nítidos que la de color. El color
está bien para imágenes estéticas, si nos gusta
también dedicarnos al arte, pero no es preciso ni
esencial para obtener resultados científicos salvo en campos
muy concretos.

Observatorio Astronómico de Cáceres (CCD
Photometry Department)
Asociación de Variabilistas de España
Gruppo di Ricerca Astrofotometrico Variabilisti –Italia
Asesores Astronómicos Cacereños
21 de Marzo de 2004.

Autor:

Francisco A. Violat Bordonau

Asesores Astronómicos
Cacereños

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter