- El
experimento de los indiscernibles - Robert
Kudielka y Noël Carroll: Historia de una
apropiación incompleta - Martin
Seel: El arte como la creación de una apariencia
única en el mundo - Diarmuid
Costello: la materialidad eclipsada por el
significado - Conclusión: El
sentido de la apariencia como la apariencia del
sentido
El objetivo que
nos proponemos es mostrar cuál es la valoración
filosófica de lo estético en la teoría
del arte de Danto.
Por estética entenderemos, en sentido amplio,
todo lo que puede ser objeto de percepción
sensible en una obra de arte, sin ser necesariamente co-extensivo
con las propiedades artísticas de una obra. Para ello,
tomaremos los aportes de tres enfoques críticos: el de
Robert Kudielka, Martin Seel y Diarmuid Costello. Pese a algunas
diferencias en sus posiciones, coincidirían en que
habría cierta inconsistencia en mantener, por un lado, que
una obra de arte es un significado encarnado y, por el
otro, que las propiedades estéticas o cualidades
sensibles, pueden ser supeditas al dominio del
significado.
Justifican su postura por la intención de recoger las
intuiciones
comunes con las que en general nos enfrentamos o percibimos el
arte, al tiempo que por
motivos intrínsecos a la propia definición.
Así, el trabajo
estará orientado a ver i) si hay inconsistencia entre la
definición de obra de arte y la valoración de lo
estético y ii) de qué tipo es o puede ser
esta valoración.
Para ello, a) explicaremos en qué consiste el
experimento de los indiscernibles y a quién van dirigidas
sus consecuencias negativas, b) describiremos sucintamente los
cargos de las tres posturas, c) enunciaremos cuáles son
las respuestas "explícitas o tácitas" de Danto, y
por último d) valoraremos unas y otras en un marco lo
más amplio posible de su teoría del arte.
l. El experimento de
los indiscernibles.
El "experimento de los indiscernibles" es una posibilidad
filosófica y una realidad histórica cumplida con
éxito
por el readymade, que Danto explora profusamente a lo
largo de su obra, en particular en La transfiguración
del lugar común. Cuando dos o más objetos
perceptivamente indistintos, se nos presentan como categorizables
en distritos ontológicos diferentes; esto es,
cuando la distinción entre apariencia y realidad pasa
inadvertida al ojo, y dos o más representaciones pueden
ser compatibles con una única experiencia, hay "entiende
Danto" filosofía.
La Brillo Box de Andy Warhol, que era una
apropiación de la caja para estropajos Brillo que
el artista comercial (promesa del expresionismo
abstracto) James Harvey había hecho en 1964,
inspiró a Danto la forma del experimento, pues mostraba
que las obras de arte no podían definirse en
términos estrictamente perceptivos.
El «método de
los indiscernibles» especificaba así un requisito
negativo al plantear tácitamente la pregunta
¿qué diferencia a una obra de arte de una mera cosa
cuando se da el caso de que se parecen entre sí en
cualquier grado elegido? Algo para lo cual ni la teoría
estética (un objeto intencional es artístico cuando
produce cierta experiencia) ni las propuestas
neo-wittgensteinianas (dominar el concepto de arte
nos permite identificar obras de arte), parecían tener
explicaciones disponibles. El readymade, el arte
pop, el conceptual y el minimal, ponían de
manifiesto que ya no era posible ver el arte prestando
atención únicamente a las
propiedades perceptivas de los objetos cuyo estatus estaba en
cuestión.
Lo que Danto vio en ese lugar, y que es objeto de numerosas
narraciones en buena parte de sus escritos, es que no
había nada digno de mención, nada interesante a los
propósitos de distinguir entre arte y realidad (empresa cara a la
filosofía, al menos desde Platón),
que sirviera para separar lo que Warhol había hecho
(ochenta y cinco cajas de madera
contrachapada apiladas unas sobre otras, con las inferiores
apoyadas directamente sobre el suelo, tal como
en un almacén,
esto es, sin pedestal) de sus homólogos comerciales (cajas
de supermercado que contenían esponjas de/con
jabón).
Danto sentía que esta obra ejemplificaba la naturaleza
misma del problema del arte: que no es posible ni definir ni
identificar los objetos artísticos por medio de los sentidos,
puesto que una mera cosa y una obra de arte pueden (de hecho el
readymade lo había hecho realidad cincuenta
años atrás), ser perceptivamente
indiscernibles.
En continuidad con la perspectiva teórica de Nelson
Goodman, y artística de Marcel Duchamp, referida a la
necesidad de desvincular el tema de la
representación en las artes visuales de la idea de
belleza, y del programa del
realismo
pictórico, intenta ofrecer una descripción conceptual de lo que significa
ser una obra de arte, para que nada que lo sea quede afuera de la
identificación, ni siquiera y sobre todo las instancias
anómalas y rebeldes de la producción artística actual.
Si queremos definir el arte en términos que resistan la
formulación del experimento de los indiscernibles (para
cada obra de arte se puede imaginar una cosa idéntica que
no lo es), hemos de buscar propiedades que no sean de carácter perceptivo.
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