- La
relación objetal: generalidades - El concepto de
intimidad - La ley
estructurante - El
juego - El juego y la
informática - Terapia
online - La
comunicación online - Nueva
subjetividad – nuevos vínculos - Glosario
- Bibliografía
consultada - Algunas
reflexiones de colegas - A modo de
conclusión - Referencias
1º parte
La historia de la
humanidad agrega a su lenta pero imparable evolución el 'universo online',
dándonos la posibilidad de estar contactados "en linea"
con personas que habitan lugares remotos en todo el mundo. Como
en todo universo se advierten fenómenos inherentes a su
naturaleza,
sus luces y sombras, y sus diversas posibilidades de
satisfacción de la curiosidad: dirigida al conocimiento
científico, al aspecto lúdico, al placer
estético. La respuesta opuesta tiene que ver con enojo
ante la irrupción de lo nuevo, generando criticas,
frustración, aislamiento.
Podríamos sintetizar, entonces, dos tipos de conducta:
a) por una parte interactuar con múltiples
interlocutores, enriquecerse con la cantidad de información que se puede obtener,
proyectarse según las posibilidades individuales a ese
mundo virtual;
b) por otra parte la emergencia de la respuesta opuesta,
relacionada con la dificultad ante lo cambios, expresada con
enojo, criticas, frustración, aislamiento.
Hay características que son inherentes a la
comunicación a través de la informática, y una de ellas es intervenir
desde el anonimato y desarrollar identidades fantasmas,
posibilitando al sujeto adquirir diferentes géneros y
estilos de comunicación, llevando a cabo una interacción verdadera o falsa.
Pero tanto desde el anonimato como desde la verdadera identidad, la
comunicación siempre es posible. En este caso se puede
acceder a ella dejando a una parte de la persona en
secreto (como en los sueños, en la vida sexual o en la
profundidad de lo inconciente). Lo curioso es que ese anonimato
favorece la expresión de lo creativo, disminuye la
inhibición y estimula el aspecto lúdico; y en los
adolescentes
les permite "jugar" con el rol adulto sin correr riesgos.
En este texto se trata
sobre la informática como motor generador
del nuevo estilo comunicacional y las resonancias del mismo.
Conviene tener en cuenta que al lenguaje que
poseíamos le agregamos el informático, necesario
para el uso de la computadora
y el acceso a internet que implica:
la lectura de
iconos, la interpretación de múltiples
imagenes; el uso de innumerables programas: para
'subir' material a internet; para escuchar música, para chatear,
para enviar correos, para hablar por telefono a lugares remotos,
para seguir navegando…(todo al mismo tiempo). Damos
cuenta también de otro tiempo al que le falta una
nominación para saber de qué nuevo paradigma
estamos hablando, y asi describir esta temporalidad: real,
imaginaria, presente, futura, etc.
Con el bagaje descripto previamente accedemos al ciberespacio.
Lo hacemos desde el monitor de
nuestra computadora,
en la intimidad de nuestra casa (solo o con amigos), en el
ámbito de trabajo, etc,
y transitamos por alli. En el ciberespacio se puede desplegar la
forma mas primitiva del pensamiento
y/o extenderse hasta la más abstracta.
El contacto inicial online produce algo asi como un efecto
mágico, por su carácter de novedoso y desconocido, por ser
poseedor de múltiples rincones por recorrer y en
consecuencia, con mucho por descubrir. Recordemos las diferentes
formas de lenguaje: corporal, gestual, fonético y ahora le
agregamos el informático propio de las herramientas
tecnológicas. Esto proporciona una familiaridad, una
habitualidad con el acceso a navegar; asi que cuanto más
informados estemos, mayor posibilidad de acceso.
Es un proceso humano
que se puede homologar (para su estudio e investigación) a otros del desarrollo
tales como: la estimulación, la relación objetal
(ligado con la diferenciación yo-no yo; la intimidad, la
ley
estructurante, el juego.
LA
ESTIMULACIÓN
La estimulación es esencial para el crecimiento y la
diferenciación sujeto-objeto; y el modo de recibir
estímulos es tan importante como la estimulación
misma.
Proviene: a) del medio familiar, representado por los objetos
primarios (padre, madre, hermanos) con los cuales se establece un
lazo afectivo que es fundante del sujeto humano; b) del
ámbito cultural en el cual nos hallamos inmersos.
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