- Introducción.
- Pólipos
adenomatosos. - Pólipos
hiperplásicos - Pólipos
inflamatorios - Caso
clínico. - Discusión
diagnóstica. - Poliposis
cólica familiar - Síndrome
de Gardner. - Síndrome
de Turcot. - Poliposis
cólica juvenil. - Síndrome
de Peutz-Jeghers. - Poliposis
neurofibromatosa (enfermedad de Von
Recklinghausen). - Enfermedad
de Cowden. - Conclusiones.
- Referencias
bibliográficas.
RESUMEN.
La poliposis intestinal es generalmente familiar, es un
trastorno autosómico dominante raro con tendencia a
la transformación maligna.
Se trata de un paciente de 47 años (AVI) con historia de haber sido un
fumador y bebedor por más de 20 años. Hace un
año ingresa por falta de aire asociado a
aumento de volumen de
miembros inferiores, se concluye como anemia
carencial, insuficiencia cardiaca, diabetes mellitus
y cirrosis hepática, mejoría con el tratamiento
impuesto.
En julio del 2006 empeoran los edemas y se le añade a
los diagnósticos anteriores el de insuficiencia
renal crónica. La persistencia de los síntomas
obliga su ingreso en diciembre del 2006, se aplica el método
clínico en todas sus fases descartándose los
diagnósticos previos y concluyéndose como una
poliposis intestinal múltiple y diabetes mellitus.
En el proceso del
diagnóstico médico que realizamos a
diario es importante cumplir una serie de pasos muy relacionados
entre sí que incluye el planteamiento del
problema por el enfermo, la recolección de la información mediante el interrogatorio y el
examen físico, la elaboración de la hipótesis diagnóstica, la
indicación de las investigaciones y
finalmente la solución del problema mediante el
tratamiento. Cualquier error en las fases iniciales repercute en
el diagnóstico definitivo y por tanto en la conducta
terapéutica.
INTRODUCCIÓN.
Se denomina pólipo intestinal a todo tumor circunscrito
que protruye desde la pared a la luz intestinal.
La definición obedece, por tanto, a una descripción macroscópica, con
independencia
de sus características histológicas. Según
la superficie de fijación a la pared intestinal, los
pólipos pueden ser pediculados o sésiles. En
relación al número de lesiones pueden ser
únicos o múltiples; cuando éste es muy
elevado (más de 100) se denomina poliposis intestinal y
constituye una entidad nosológica diferenciada. Aunque su
localización más frecuente es el intestino grueso,
también pueden hallarse en cualquier otro órgano
del tracto digestivo.
La etiología de los pólipos intestinales es
desconocida y probablemente multifactorial. En la mayoría
de los casos se han implicado hábitos de dieta y estilo de
vida. Sin embargo en una minoría de casos exite una
predisposición genética,
y en una pequeña proporción aparece en el seno de
un síndrome familiar hereditario (síndromes de
Poliposis Gastrointestinal) asociado a otras manifestaciones
(1).
En cuanto a los factores ambientales, existe una diferencia
epidemiológica clara: este problema es mucho más
frecuente en los países desarrollados. De hecho, se
consideran factores de riesgo una dieta
rica en grasas y en
carne de vacuno, y una dieta pobre en cereales, fruta y verduras.
Se ha encontrado evidencia de menor riesgo de adenomas y de
cáncer de colon secundario con una dieta rica en fibra, en
individuos con una ingesta hídrica abundante y con
utilización crónica de AINES.
La relevancia de esta patología no estiba en los
síntomas directamente relacionados con los pólipos,
generalmente escasos, sino en la probabilidad
del desarrollo de
displasia y degeneración carcinomatosa de los mismos.
Los pólipos constituyen una patología muy
frecuente: podemos encontrarlo en aproximadamente un 25-41% de la
población a los 50 años. La
incidencia aumenta con la edad. Pueden aparecer en cualquier
segmento del tubo digestivo, si bien son mas frecuentes en el
colon, principalmente en recto y sigmoide, aunque pueden estar
presentes en cualquier segmento del intestino grueso (2).
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