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Héroe romántico y libertad en Don Juan Tenorio



  1. Introducción
  2. Enfoque
  3. Argumento 1: "Los dos
    Juanes"
  4. Argumento 2: "El sentido básico del mito
    de don Juan"
  5. Sentimentalismo y
    enajenación
  6. "El yo
    en libertad"
  7. Conclusiones
  8. Bibliografía

Introducción

Los elementos que conforman, y a su vez definen al
héroe romántico convencionalmente decimos que son,
en primera instancia: la exaltación del amor, en tanto que
pasión que da sentido a la vida, la relación
amistosa y afable entre la naturaleza y el héroe que
también es poeta, y un claro pesimismo, entendido como el
resultado de una meditación sobre la existencia, uno que
es negativo, pues este héroe se ha percatado de que no
existen respuestas a los grandes enigmas de la vida y de la
muerte. No obstante, lo que realmente hace la distinción
de este héroe ante cualquier otro es que a pesar de lo
negativo que se le presentan estas interrogantes, aspira a lo
absoluto, hacia grandes ideales, a saber: la gloria, la justicia,
el amor, pero por sobre todo, a la libertad; ésta
última será la meta y finalidad más valiosa
del héroe romántico, que irracionalista en su
forma, ha de valerse de la rebeldía, como el garante de su
empresa, con el fin de liberarse de las normas sociales, lo
establecido, hasta incluso las riquezas. Esto último se
entiende nada más que por la idea de superioridad del
héroe romántico ante la sociedad; él es ante
todo un yo", un individuo, un subjetivista.

Ahora bien, el paradigma romántico del
héroe, o bien la encarnación misma del
espíritu romántico, ha de encontrarse en el
personaje Don Juan Tenorio[1]José
Zorrilla recoge el mito de Don Juan, para extremarlo y
materializarlo en su obra, a tal punto de estar al mismo nivel de
su gran antecedente, El burlador de Sevilla y convidado de
piedra
. Cabe preguntarse aquí ¿Cuál es
la característica que predomina en Don Juan? ¿Es
este un idealista justiciero? O bien, ¿Plantea
características propias que permiten que sea diferenciado
con mayor ímpetu de sus pares épicos, barroco,
renacentista, etc.? Respuestas a estas preguntas, es posible
advertirlas luego de establecer los matices que se dejan ver en
Don Juan; lo que éste no nos deja ver será
también fundamental a la hora de intentar definir al
héroe de Zorrilla"; sus abundancias y sus carencias
humanas tienen mucho que decirnos.

Preliminarmente, diremos aquí que la
argumentación y los temas que siguen, están basadas
en los trabajos: La muerte de Don Juan. Don Juan y la
novela contemporánea
de Jorge Fernández
Gonzalo, y Don Juan Contra Don Juan: apoteosis del
romanticismo español
, ambas publicaciones de revistas
especializadas en literatura, además del texto
Historia, literatura, sociedad y una coda: literatura
nacional española
de José-Carlos Mainer, todo
enfocado en el texto Don Juan Tenorio, y como nociones
secundarias, tomaremos El burlador de Sevilla y convidado de
piedra.

Enfoque

UNA OBRA COMO DON JUAN TENORIO, EXCLAMA CON
PROFUNDA SINCERIDAD QUE EL HÉROE ROMÁNTICO ES EN
ESENCIA, LIBERTAD PURA, DESASOSIEGO E INTRANQUILIDAD. SIN
EMBARGO, ÉSTA NO ES UNA VERDAD ESTÁTICA NI MUCHO
MENOS, PUES PARA COMPRENDER AQUELLO ES FUNDAMENTAL REVISAR EL
CONTEXTO EN QUE ZORRILLA REALIZA SU OBRA; EN REALIDAD,
SERÍA OPORTUNO DECIR QUE ESTO NO SE DIO EN UN CONTEXTO
ÚNICO. POR EJEMPLO, GRAN PARTE DE LA OBRA SE DIO EN EL
DESARROLLO DE LA ÉPOCA MODERADA DE 1844 A1854, UN MOMENTO
QUE ADEMA DE OTRAS COSAS SIRVIÓ PARA LA
RESTAURACIÓN DE LA
MONARQUÍA[2]JUSTAMENTE, ESTE ELEMENTO
PRESENTA UNA NUEVA VISIÓN DE DON JUAN, UNA QUE LO
PRESENTA CRISTIANO, RESALTÁNDOSE LA CREENCIA DE
ÉSTE EN EL INFIERNO; AL FIN Y AL CABO UN PÍO. ESTO
TIENE MUCHO SENTIDO SI TENEMOS EN CUENTA QUE EL PRIMERO EN
RECOGER EL MITO FUE UN TEÓLOGO COMO TIRSO DE
MOLINA[3]ADEMÁS, A RATOS EL DON
JUAN
LIBERAL SE PIERDE ANTE EL DON JUAN PIADOSO Y
ARREPENTIDO. ESTA MIRADA PARECIERA ESTAR CARGADA CON UNA
MOTIVACIÓN DE "SACRALIZAR" AL SEDUCTOR ROMÁNTICO, Y
EN CIERTO MODO DE NO REPRESENTARLO COMO UN LIBERAL, Y EN EFECTO
PERDER SU STATUS DE MODELO DEL HÉROE
ROMÁNTICO. NO OBSTANTE, DECIMOS A ESTO QUE HAY SUFICIENTES
MOTIVOS QUE PERMITEN COMPRENDER QUE ESTA ESPECIE DE "DUALISMO", O
BIEN OSCILACIÓN DE LA PERSONALIDAD DE DON JUAN EN
LA OBRA DE ZORRILLA, DE ALGÚN MODO NO ES CAPAZ DE EXCLUIR
LA CARACTERÍSTICA TRASCENDENTAL DEL HÉROE
ROMÁNTICO, A SABER, SU LIBERTAD, Y POR LO TANTO, NO
ALCANZA COMO MOTIVO PARA QUE DON JUAN TENORIO NO SEA EL
ARQUETIPO DEL HOMBRE LIBRE DEL ROMANTICISMO Y PROPIO DEL
MOVIMIENTO ANTI-ILUSTRACIÓN. EN EFECTO, LA LÍNEA
ARGUMENTATIVA DE ESTA MONOGRAFÍA ESTÁ CENTRADA EN
REDEFINIR A DON JUAN, COMO EL HÉROE
ROMÁNTICO POR EXCELENCIA, DE MANERA QUE LA POSTURA GENERAL
ES FUNDAMENTALMENTE CRITICA ANTE LA POSIBILIDAD DE QUE LA
EXISTENCIA DE LOS DOS TENORIOS SOSTENIDA POR DAVID T.
GIES, ELIMINA UNA IDEA DE HÉROE ROMÁNTICO
REPRESENTADO EN PLENITUD EN DON JUAN TENORIO, EN
PERSPECTIVA QUE EL ELEMENTO DE LIBERTAD JAMÁS SE VE
DISMINUIDO POR EL INTERMITENTE ACERCAMIENTO A LA FE DEL PERSONAJE
PRINCIPAL DE LA OBRA DE ZORRILLA, PUES VEREMOS QUE ESTE ELEMENTO
"PIADOSO" CUMPLE UNA LABOR EJEMPLIFICADORA, O MÁS BIEN
SIRVE DE MORALEJA . ESTAS IDEAS HAN DE SER TENIDAS EN CUENTA
SIEMPRE BAJO LA IMPLICANCIA DEL CONCEPTO DE LIBERTAD DE LA
ÉPOCA, EL CONTEXTO QUE INFLUENCIÓ A ZORRILLA Y
CÓMO ESTE LAS MANTUVO A PESAR DE "INVENTAR" DOS JUANES,
INDEPENDIENTEMENTE DE CUÁLES FUERAN LOS
MOTIVOS.

Argumento 1: "Los dos
Juanes"

"EDGAR ALLISON PEERS DIVIDIÓ EL
MOVIMIENTO ROMÁNTICO EN DOS DIRECCIONES FUNDAMENTALES: EL
REDESCUBRIMIENTO ROMÁNTICO, QUE CONTENÍA LOS
ELEMENTOS DE LA VIRTUD CABALLERESCA, EL CRISTIANISMO, LOS VALORES
MEDIEVALES Y LA MONARQUÍA, Y LA REBELIÓN
ROMÁNTICA, QUE INCLUÍA AQUELLOS ELEMENTOS DE ARDOR
REVOLUCIONARIO Y EGOCENTRICIDAD TAN CARACTERÍSTICOS DE
PARTE DEL MOVIMIENTO"[4]. A DON JUAN
TENORIO
SE LE SUELE UBICAR –Y ESTO ES DE
OPINIÓN CASI POPULAR- EN EL TERRENO DE LA REBELIÓN
ROMÁNTICA, PORQUE ES UN LIBERTINO, UN DESPREOCUPADO, EN
DEFINITIVA UN IRREVERENTE. NO OBSTANTE, ESTA OPINIÓN ES UN
TANTO INGENUA, PUES AL LEER LA OBRA DE ZORRILLA, NOS ENCONTRAMOS
CON UN HÉROE QUE VERDADERAMENTE ES VÍCTIMA DE UNA
OSCILACIÓN DE SU PERSONALIDAD, POR LO CUAL, NO CABE
REDUCIRLO A UN ROMÁNTICO LIBERAL A SECAS, SINO
QUE EN DETERMINADOS MOMENTOS UNO PUEDE CONSIDERARLE COMO UN
ROMÁNTICO TRADICIONAL[5]ESTA
INTERPRETACIÓN SOBRE DON JUAN, O BIEN ESTE
INTERÉS POR ASIGNARLE VALORES CONSERVADORES, SUMISOS,
TIENE COMO FIN PROPONER QUE ZORRILLA ESCRIBE DE DOS HÉROES
DISTINTOS CON EL MISMO NOMBRE[6]PESE A ESTO LA
TENDENCIA DEL LIBERALISMO CONTINUA INTACTA EN DON JUAN, ES DECIR
ESTA SEGUNDA VISIÓN NO ELIMINA LA LIBERTAD O SU TENDENCIA
LIBERAL, SINO QUE LA ABORDA DESDE OTRA PERSPECTIVA. UN EJEMPLO DE
ESTO ES EN UN EXTRACTO DE LA SEGUNDA PARTE, QUE SERÍA
CONTADA CON LOS EXTRACTOS QUE PRESENTAN AL DON JUAN
CONSERVADOR: "D. JUAN: (DE RODILLAS.) ¡DOÑA
INÉS! SOMBRA QUERIDA, ALMA DE MI CORAZÓN, ¡NO
ME QUITES LA RAZÓN SI ME HAS DE DEJAR LA VIDA! SI ERES
IMAGEN FINGIDA, SÓLO HIJA DE MI LOCURA, NO AUMENTES MI
DESVENTURA BURLANDO MI LOCO AFÁN" (JOSÉ ZORRILLA,
1984). AQUÍ DE NINGUNA MANERA SE HACE TENUE O DISMINUYE LA
ESENCIA DEL HÉROE ROMÁNTICO QUE ES LA LIBERTAD, LO
QUE SUCEDE ES QUE ESTÁ REDESCUBRIÉNDOSE Y
EXPLORANDO MATICES QUE EN LA PRIMERA PARTE DE LA OBRA SON
MÁS EXPLÍCITOS; "EL DONJUANISMO KIERKEGAARDIANO NOS
REVELA, PUES, UNA DOCTRINA A LA PAR GENEROSA Y NIHILISTA. LOS DOS
CONCEPTOS, LA GENEROSIDAD Y EL NIHILISMO, QUE EL CANON TIENDE A
CATEGORIZAR COMO MUTUOS ANTÍPODAS, ENCUENTRAN SU
EXPRESIÓN SINTÉTICA Y PARADÓJICA AL INTERIOR
DEL DIARIO DEL SEDUCTOR…ESTA ES LA EXQUISITA RIQUEZA QUE
NOS OFRECE LA POÉTICA DONJUANINA."[7].
TENORIO JAMÁS NIEGA SU IDEAL DE LIBERTAD Y EN CONSECUENCIA
SU REBELDÍA AL MOSTRARSE CON COMPASIÓN Y
ARREPENTIMIENTO, SÓLO LOS GUARDA POR UN MOMENTO PARA
MOSTRAR UNA DE SUS FACETAS, UNA QUE SOBREVALORA ANTE TODO LA
PASIÓN Y EL SENTIMIENTO, LO QUE AFIRMA SU ESENCIA COMO
ROMÁNTICO Y SIN MÁS. DICHO DE OTRO MODO DON
JUAN
PERTENECE A LAS DOS CLASES DE HÉROES
ROMÁNTICOS; POR UN LADO ES REBELDE, POR OTRO SENSIBLE,
PERO LA LIBERTAD EN ÉL ES ELEMENTO DE MAYOR
TRANSVERSALIDAD; REÚNE EN SÍ MISMO, EL ROMANTICISMO
TRADICIONAL Y EL LIBERAL. LO QUE ALGUNOS CRÍTICOS
PROBABLEMENTE NO HAN VISTO, ES QUE EL HÉROE
ROMÁNTICO ESTÁ LEJOS DE SER UN PERSONAJE PLANO,
ANTES BIEN, DEVIENEN EN ÉL, MÚLTIPLES ESTADOS DE
ÁNIMO.

Argumento 2: "El
sentido básico del mito de don Juan"

"…Don Juan ha quedado como arquetipo del hombre
libre, de ahí su trascendencia en el siglo XIX,
en el cual se cuajan los valores del libertino como conducta
común…y de ahí la pervivencia del mito en la
literatura contemporánea"[8]

Fernández Gonzalo advierte una comparación
entre el súper hombre de Nietzsche y Don Juan,
señalando que las mejores definiciones de éste las
podemos hallar en el oriundo de Röcken. Esto es posible en
el sentido estricto de que el héroe se siente dueño
de sí mismo y capaz de romper con la moral convencional;
hace parecer lo bueno como malo y viceversa; en definitiva
invierte los valores cristianos, para luego volverlos a su estado
original. Esto le acerca al superhombre, dado que es capaz de
romper su propio sistema de vida para volver a construirlo; no se
conforma con lo estático ni lo inmóvil, pues
considerará que la vida es un devenir. Pero
¿Cuál es la interpretación básica que
deberíamos tener de la obra Don Juan Tenorio, de su
ejemplo de libertad? ¿El mito ha de servir como una fuente
ética? Y si es así ¿En qué sentido?
Pues al ver a Don Juan, es posible ver que "su desdén por
la muerte no es mayor que su amor a la vida, un amor
egoísta, alejado de los valores de constricción y
recogimiento del cristianismo"[9]. Siguiendo a
Kierkegaard, Jorge Fernández Gonzalo dirá que el
danés entiende que se debe aprender de Don Juan, en tanto
que seductor que se autosatisface -y se hace cada vez más
concupiscente-, a través de su mal ejemplo (el de Don
Juan)[10], de modo que a partir de la
narración de Zorrilla podemos comprender que el dejarse
llevar por la emotividad y ser libre sin responsabilidad, trae
consecuencias cruentas. La concepción de hombre libre que
Don Juan Tenorio nos presenta, muestra a un individuo
incapaz de interesarse por la otredad, uno que sobrevalora en
demasía sus ideales -lo suyo-, por lo que pasa por encima
de las "libertades de otros"; la libertad de Don Juan es
siempre una libertad dolorosa y
autorreferente[11]Por ello es lo más
plausible que el intento de Zorrilla, a la manera del "enxiemplo"
medieval, es enseñar lo se debe hacer, mostrando lo que no
se debe hacer; esto explicaría la paradoja que encontramos
en Tirso de Molina, que es un clérigo que escribe sobre un
blasfemo, -sólo si este fuera oportunamente el que
escribió la obra-. El arquetipo del hombre libre (Don
Juan), jamás tuvo representación tan frívola
y explícita como en este personaje; en adelante, cuando se
hable del concepto de libertad, habrá que recurrir a
Don Juan Tenorio y preguntarnos si en verdad somos o
queremos ser libres.

subtema 1:

Sentimentalismo y
enajenación

El sentimentalismo romántico está
profundamente ligado con la idea de "enajenación", que se
produce luego de que la libertad sostenida en una rebeldía
multidireccional que se opone a las autoridades, falla o es
insuficiente para lograr su objetivo. El héroe
romántico aprecia la individualidad, pero sabe que la
sociedad siempre se sobrepone; consecuentemente, en él se
producen toda suerte de sentimientos que se reducen a la
melancolía o al llamado "mal del siglo", que en su
mayoría desemboca en el deseo de suicidio. Justamente,
ésta enajenación que se puede presentar tanto
física, como temporal y mentalmente, es el escenario
perfecto para la aparición de todos los sentimientos y
emociones llenas de descontento, que en definitiva son una
oposición a lo "omniabarcante" que la sociedad, el
pensamiento y la política se había convertido. "De
alguna manera, el romanticismo, fue la más general y
definitiva de las querellas de los antiguos y modernos, porque no
solamente se planteó la superioridad de los segundos sobre
los primeros, sino que se interrogó sobre el mismo
fundamento de su inspiración… y pronto se supo que
el moderno no podía ser sino
sentimental"[12].

Así el sentimiento por excelencia, en el
romántico es el amor, pero entremezclado con la muerte y
la desproporción ante la vida; es que, el final
trágico va a ser el que gatille la emotividad y el pesar,
como lo vemos en Don Juan Tenorio: "D. Juan: ¡Ah! Mal la
muerte podría deshacer con torpe mano el semblante
soberano que un ángel envidiaría.
¡Cuán bella y cuán parecida su efigie en el
mármol es! ¡Quién pudiera, doña
Inés, volver a darte la vida! ¿Es obra del cincel
vuestro?"[13].

En el caso de Don Juan, la enajenación
es el escape, no sólo luego de sus crímenes, pues
es víctima de una auto-marginación de su familia.
Para él las reuniones familiares son sólo
"pláticas de familia, de las que nunca hice
caso"[14]. Estas son las trabas sociales de la
exacerbación de la individualidad, de esta suerte de
sobrecarga a lo subjetivo. Así, el sentimentalismo en el
héroe romántico, surge como una puesta en juego de
la enajenación, que revela que un Juan Tenorio no soporta
que la libertad de la que se jacta, sea minimizada por una
autoridad, por las circunstancias, ni por sus propios actos. De
ahí que lo que le deprima más al hombre
romántico –y digo romántico en cualquier
época de la historia– es que lo limiten, que no lo dejen
libre, a fin de cuentas que no lo dejen ser persona, de suyo,
humano.

subtema 2:

"El yo en
libertad"

"Don Juan fue el gran héroe romántico
porque el Romanticismo creó al individuo. La conciencia
del Yo se acaba de forjar a finales del XIX: ya no sirven para la
caracterización del sujeto ni la ascendencia, ni la
posición socio-económica, ni siquiera el
nombre"[15]. Tal parece ser esta idea, que si
somos agudos a la hora de analizar el texto de Zorrilla, nos
percataremos que el elemento de mayor transversalidad es la
construcción del "yo" en libertad, con marcados contrastes
e intermitencias psicológicas en el héroe
romántico. Es una constante en esta literatura, que la
introspección, el diálogo consigo mismo, hasta con
figuras inanimadas que de pronto cobran vida, están al
servicio de la creación de la personalidad del
romántico; éste, al parecer, inconscientemente es
moldeado por los acontecimientos que le ocurren; así todos
los elementos y los personajes que le rodean, le impulsan y
exacerban sus intereses para darle forma a su "ego". Al fin y al
cabo los ideales románticos no son un fin en sí
mismos, antes bien, son los que determinan la identidad de
este.

Don Juan Tenorio, a ratos se autodefine; dice quien es,
por lo que hace: "D. Juan: …yo a palacios subí, yo
los claustros escale, y en todas partes dejé memoria
amarga de mi"[16]. Haciendo alarde ante su enemigo
Luis Mejías, presenta sus ideales, cree definir que es un
bandido, un forajido; otro héroe romántico se
hubiera comparado con un pirata. Siempre es detectable este
sentimiento de autodefinirse, este pensamiento de que el ideal, o
mejor dicho lo que el romántico realiza y hace movido por
sus ideales es lo que lo diferencia de los otros, lo que lo hace
único.

Sin embargo, el yo en libertad de Tenorio, jamás
es lo suficientemente libre como quisiera, pues parece que al
igual que el burlador de Molina, pues aunque la sociedad ni la
otredad es capaz de diezmarlo, lo divino y lo fantástico,
se encargan de ello; su final será trágico y
doloroso siempre. Se arrepentirá y se nos mostrará
como el más ferviente creyente; actúa así,
pues esta sien do limitado, y esa ideal d "yo" que está en
su conciencia como su blanco, cada vez se aleja más de ser
alcanzado; el héroe romántico sabe que va a sufrir,
y esto es lo que lo hace ser lo que es, el dolor y el lamento, el
darse cuenta que el yo en libertad es mucho mas realizable en el
mundo de las ideas –siempre romántico-, pero pocas
veces en la realidad. El "yo" libre siempre está en
construcción, buscando identificación con la
naturaleza, la soledad y el amor que persigue. Es un yo en
libertad, pues se le presentan posibilidades y escoge cual se
adecúa a sus pretensiones y
ensoñaciones.

Conclusiones

Don Juan, como se dijo anteriorememente, acumula rasgos
aparentemente contradictorios que parecen indicar que las causas
de su enajenación y melancolía sean resultado de la
oposición que su modo de ser refleja. Por otra parte, el
deseo insatisfecho de la obtención de la libertad y en
definitiva de los ideales inherentes a un romántico,
parecen ser el detonante de sus actos. Podemos establecer que es
la victima de sí mismo; no sólo es el resto el que
cae en su trampa, no sólo son sus amores los que se dejan
engañar y atrapar por su figura de seducción; Don
Juan es a la vez, el victimario y la victima, es pues, su propio
Némesis y el sufriente que es castigado por sus actos. Es
que la seducción es un arma de doble filo, que se encarga
de desdichar a la otredad, pero que también hace
infeliz al que es dueño de ella. Es la
seducción el principal tema de Don Juan –no de la
obra, del personaje-; esta parece ser un ente con personalidad,
que es mucho más libre que el propio hombre
-romántico- que le confunde, porque le obliga a tener que
optar por no sólo una manera de enfrentarse a la vida, a
la muerte, le obliga a no ser unidireccional, a estar atado a ser
un bipolar que no controla sus instintos más
básicos.

Ahora, ¿De que libertad se jacta Don Juan? De la
que la seducción le permite experimentar. No es que el
romántico no sea sólo parcialmente libre, sino que
lo es, en la medida que es un seductor, un atrayente, que cuando
se siente atraído a sí mismo, no logra darse cuenta
que es demasiado tarde, pues la justicia divina ya ha tomado
cartas en el asunto.

Don Juan también es un burlador en
Sevilla
, y si cabe mencionar que se habla de distintas
representaciones, o distintos héroes, estos siempre
caerán por sus actos llenos siempre de pasión e
irreflexión. Quizás Zorrilla, vio esto en su
entorno de manera mucho más extrema que la representada en
su obra, o la que representa de Molina, que para dejarnos una
imagen un poco más atenuada, fue necesario hablar de un
hombre que ante todo aspira a la libertad absoluta. Sin embargo,
Zorrilla, sabe que es sólo eso, un ideal, que
imprimió en el personaje principal de su obra, todos
aquellos sentimientos que comprender tal verdad le
ocasionó. De ahí que lo romántico es lo
sentimental, lo melancólico, es lo que Don Juan es en todo
el sentido de la palabra, pues el amor que puede sentir en la
parte final de la obra y la desdicha por no tener en sus brazos y
viva a su amado, es solo, porque su ego decae, es porque no se
sentirá amado, tal vez nuca jamás.

Bibliografía

LIBROS:

  • Zorrila, J. (1984). Don Juan Tenorio.
    Santiago de Chile: Ercilla.

  • Mainer, José C. (2000). Historia,
    literatura, sociedad y una coda: literatura nacional
    española.
    Madrid: Editorial biblioteca nueva,
    S.L.

  • Tirso de Molina. (2007) El burlador de
    Sevilla
    , edición de Alfredo Rodríguez
    López-Vázquez, Madrid,
    Cátedra.

Revistas:

  • David T. Gies. (1980). Don Juan contra Don Juan:
    apoteosis del romanticismo español
    . Madrid: AIH.
    Actas VII. Centro virtual cervantes.

  • Jorge Fernández Gonzalo. (2010). La
    muerte de Don Juan. Don Juan y la novela
    contemporánea
    . Madrid: Revista Molino de letras.
    Año 0, número 10.

  • Luis Muñoz González. (1974-1975,
    págs. 93-122). Don Juan Tenorio, la
    personificación del mito
    . Estudios
    filológicos, 10.

– Macías Cardoso, Ricardo. (2006). El don
Juan de Kierkegaard
. México: Revista

digital universitaria.

Páginas Web:

 

 

Autor:

Luis Burgos Muñoz

PROFESOR: ESTEBAN VERGARA

Monografias.com

PEDAGOGIA EN LENGUAJE, COMUNICACIÓN
Y FILOSOFÍA

[1] Para profundizar en esta idea, ver Luis
Muñoz González. (1974-1975, págs. 93-122).
«Don Juan Tenorio, la personificación del
mito» Estudios filológicos, 10.

[2] Esta idea la desarrolla en extenso David
T. Gies en AIH. Actas VII (1980). Don Juan contra Don Juan:
apoteosis del romanticismo español. Centro virtual
cervantes.

[3] Ver La muerte de Don Juan. Don Juan y la
novela contemporánea. (2010). Año 0,
número 10, noviembre. Jorge Fernández
Gonzalo.

[4] David T. Gies. (1980). Don Juan contra
Don Juan: apoteosis del romanticismo español. Madrid:
AIH. Actas VII. Centro virtual cervantes.

[5] Distinto es el caso de Espronceda, por
ejemplo, que representa el romanticismo liberal de manera
concreta, y se diferencia de Don Juan por una clara
atenuación de los matices de su personalidad.

[6] Justamente, Gies ve que Zorrilla
creó a estos dos Juanes, pues podía satisfacer a
todos. Para los que veían la sociedad de una perspectiva
cínica, creó al Don Juan liberal, y para los
cristianos basados en la fe y a favor de una monarquía,
creo el segundo.

[7] Macías Cardoso, Ricardo. (2006).
El don Juan de Kierkegaard. México: Revista digital
universitaria.

[8] Jorge Fernández Gonzalo. (2010).
La muerte de Don Juan. Don Juan y la novela
contemporánea. Madrid: Revista Molino de letras.
Año 0, número 10.

[9] Ibíd.

[10] Ver La muerte de Don Juan Don Juan y la
novela contemporánea. (2010). Año 0,
número 10, noviembre. Jorge Fernández Gonzalo

[11] Tanto Tirso de Molina como José
Zorrilla extreman la libertad individual y la aplican e
imprimen en Don Juan. Al parecer la concepción de
libertad de la época estaba “limitada” a
tener que sobreponerse ante todo lo que se presentara como lo
establecido definitivamente, pero específicamente, al
“otro”.

[12] Mainer, José C. (2000). Historia,
literatura, sociedad y una coda: literatura nacional
española. Madrid: Editorial biblioteca nueva, S.L.

[13] Zorrila, J. (1984). Don Juan Tenorio.
Santiago de Chile: Ercilla.

[14] Ibíd.

[15] Jorge Fernández Gonzalo. (2010).
La muerte de Don Juan. Don Juan y la novela
contemporánea. Madrid: Revista Molino de letras.
Año 0, número 10.

[16] Zorrila, J. (1984). Don Juan Tenorio.
Santiago de Chile: Ercilla.

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