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Justicia social e igualdad real




Enviado por Donkan Fenix Davila



Partes: 1, 2, 3

  1. Revisión del concepto
    ciudadanía
  2. La
    formación ciudadana en la educación
    formal
  3. Finalidad de la interacción (objetivo
    general)
  4. Papel
    de distintos actores sociales frente a la formación
    ciudadana
  5. Función de la escuela en la
    formación ciudadana
  6. Objetivos específicos y sus
    finalidades

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INFORME DE PROYECTO "CIUDADANÍA, JUSTICIA E
IGUALDAD REAL"

En el presente informe trataremos los principales
hallazgos que surgen del estudio que, para esta fase del proyecto
deben aplicarse en el marco de la "Ciudadanía, Justicia
Social e Igualdad Real", así como los contenidos asociados
al concepto de ciudadanía en el marco de las
políticas educativas y comunitarias, con el objeto de
conocer los elementos y valoraciones otorgadas a este concepto y
las opiniones que representantes de distintos círculos
(comunidad, personal docente, administrativo, estudiantes y entes
gubernamentales) tienen sobre la responsabilidad que le
corresponde a la escuela como agente socializador en la
"formación de ciudadanos" o formación
cívica; así como la corresponsabilidad de
ellos.

Este estudio consiste en resaltar la necesidad de
manejar un concepto de Ciudadanía, Justicia Social e
Igualdad Real, amplio y la distinción que debe hacerse
entre un ejercicio de la ciudadanía que puede llamarse
activo y otro pasivo, al tiempo que se reflexiona sobre las
condiciones necesarias para llevar a la práctica este
ejercicio y derecho ciudadano.

En cuanto a la formación de ciudadanos y la
promoción de sus Derechos, Deberes y Obligaciones, se
plantea una ineludible responsabilidad de la educación
formal en esta tarea, que, sin embargo, no puede ser asumida en
exclusiva por la escuela sino por la sociedad en su conjunto. En
tal sentido, el informe tiene como objeto dar algunas
recomendaciones para políticas que promuevan la
formación de ciudadanos así como el empoderamiento
de sus derechos sociales y protagonismo participativo en las
diversas políticas publicas que establece nuestra
Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela.

En la definición del problema de estudio se
consideraron tres factores centrales: democracia,
ciudadanía y educación.

• La formación de ciudadanos se materializa
en contenidos e instancias educativas particulares y es impartida
desde diferentes agentes socializadores que son responsables de
la misma, entre los que se encuentran las escuelas, liceos y por
último las universidades.

A partir de lo anterior, el tema de estudio se define
del siguiente modo:

• Tanto el concepto de "Democracia" como el de
"Ciudadanía" son conceptos múltiples,
dinámicos, intersubjetivos y socio-históricamente
contextualizados, y por eso es posible que sean interpretados de
diferentes formas. Así, los contenidos de la
formación de ciudadanos para la consolidación
democrática no son únicos ni obvios.

• Se parte del supuesto de que la definición
de los contenidos de formación cívica y la
socialización en torno a los mismos es una responsabilidad
de la sociedad en su conjunto, que va más allá del
rol que actualmente les compete a las escuelas, liceos y
universidades en la incorporación de valores, normas y
actitudes en la formación de niños, niñas y
adolescentes, y por último a jóvenes y
adultos.

• A la vez, se observa que existe un discurso
público que incorporan implícita o
explícitamente los conceptos de "Ciudadanía,
Justicia Social e Igualdad Real", que emergen desde distintos
actores e instituciones con diferentes énfasis y
connotaciones. Si consideramos que las significaciones llevan a
tendencias de acción, entonces podemos presumir que: la
falta de contenidos educativos claros y explícitos
repercutirá negativamente en la existencia de estrategias
consistentes para la formación ciudadana y,
consecuentemente, en el éxito del proceso de
consolidación democrática.

Además, pareciera que una democracia fuerte y
estable necesita de un alto grado de coherencia entre los ideales
nacionales y los educacionales. El tema antes descrito lleva a la
necesidad de reconocer los contenidos que, desde diferentes
instancias que tienen poder de influencia en lo público,
son asociados al concepto de "Ciudadanía, Justicia Social
e Igualdad Real", distinguiendo aquellos frente a los cuales
existen consensos, desacuerdos y contradicciones. En segundo
lugar, surge la necesidad de revisar el rol y la responsabilidad
que estos personajes e instituciones les otorgan a los agentes
socializadores, particularmente a las escuelas, Liceos y
universidades, en la formación cívica. De igual
forma surge la necesidad de revisar y sondear el grado de
corresponsabilidad que asumen estos personajes, entes y actores
sociales dentro de la educación y formación del
nuevo ciudadano.

Revisión
del concepto ciudadanía

Desde el momento en que se aplica el uso del concepto y
la preocupación por la ciudadanía y la verdadera
igualdad real como eje de la Justicia social, se debe entender
que dicho concepto no es nuevo, aun cuando en el último
tiempo ha tenido un lugar especial, sobre todo en el contenido de
los discursos públicos.

En nuestro país durante la década de los
70, y coincidiendo con el auge de las dictaduras militares, la
preocupación por la ciudadanía y por la democracia
tuvo bastante fuerza, con especial énfasis en el
reconocimiento de derechos que estaban siendo violentados. No
siendo así el respeto ni la promoción de la
Ciudadanía, la Justicia Social y la Igualdad real entre
ciudadanos Venezolanos.

Actualmente el tema tiene, al menos, dos facetas: por un
lado, el reconocimiento como ciudadanos de un conjunto de
"Deberes y Derechos" de cada uno de los individuos de una
sociedad. Por el otro, una serie de dificultades de orden
cultural, legislativo e institucional con que tales Deberes, pero
sobre todo tales Derechos, pueden ser exigidos. Esta
situación es lo que pudiéramos llamar: "la
distinción entre una ciudadanía imaginaria y una
real".

El problema es más complejo aún si
consideramos que esas dificultades prácticas para el
ejercicio de una ciudadanía real tienen también
antesala en un asunto teórico, pues para el concepto de
ciudadanía existen diferentes corrientes de pensamiento
que ponen énfasis igualmente diferentes. A
continuación se intenta una mirada general de estas
concepciones, para luego tomar la relación entre
ciudadanía y educación.

Un acercamiento teórico al tema

Haciendo un análisis del concepto
ciudadanía, podemos encontrar antecedentes en lo que Kant
llamó "la revolución copernicana" y Bobbio "un
vuelco de perspectiva", esto es, el "cambio en la relación
de los gobernantes con los gobernados" como producto de la
transformación de estos últimos de objetos en
sujetos de poder.

En un contexto de profundos cambios culturales,
jurídicos, éticos, políticos,
económicos y sociales, la emergencia de la
ciudadanía supuso revertir las relaciones de autoridad:
desde aquellas que tradicionalmente atribuían privilegios
a los gobernantes en desmedro de los gobernados, a otras en que
los gobernados reivindican y desarrollan un conjunto de Derechos
y responsabilidades frente a los gobernantes. Estos cambios se
condensan en la emergencia de una sociedad de los individuos,
base real de la ciudadanía, e Igualdad y de la democracia
real moderna.

Si realizamos una retrospectiva histórica,
encontramos una serie de teorías que se concibieron
inicialmente en la búsqueda de fundamentos para la
emergencia de los gobernados (iusnaturalismo, kantismo,
utilitarismo e historicismo), puesto que sólo una vez
fundamentados los Derechos de los gobernados podrían ser
incorporados como tales en las constituciones, las leyes y las
instituciones.

S. López (op. cit.), aludiendo a Bobbio,
señala que en la actualidad el problema no radica en la
necesidad de fundamentar los derechos, puesto que éstos
han sido demandados por casi todas las sociedades y aceptados por
los Estados. En nuestros días el problema radicaría
en cómo introducir las garantías para que estos
derechos se traduzcan efectivamente en prácticas
ciudadanas. Un derecho existe en la medida en que el Estado lo
garantiza.

La mirada desde la sociología histórica ha
contribuido decisivamente a la comprensión de las diversas
trayectorias de las sociedades tradicionales hacia la modernidad,
y del modo en que ha sido incorporado el tema de la
ciudadanía, la igualdad y la Justicia Social. Aquí
se encuentran estudiosos como Tocqueville (quien
identificó la ciudadanía con la igualación
de las condiciones sociales.

También podemos encontrar diversas concepciones
expuestas sobre todo por los filósofos sobre la
ciudadanía en diferentes coyunturas teóricas. A
continuación revisaremos muy brevemente uno de los debates
más vigentes y que resulta de especial interés para
este estudio: el debate entre comunitaristas y
liberales.

El debate entre comunitaristas y
liberales

En los años setenta y ochenta se inició un
debate de carácter filosófico sobre la naturaleza
del individuo y sobre sus derechos en relación con el
Estado, la comunidad y la cultura, la cuestión de la
ética y los fundamentos de la filosofía
política. Los protagonistas de este debate fueron, por una
parte los liberales, encabezados por Rawls, Dworkin y Gauthier,
y, por otra, los comunitaristas, como Arendt, Walzer, Taylor y
Sandel. El debate, desarrollado en Norteamérica y Europa,
tuvo dos esferas: la metodológica y la normativa sobre la
concepción de individuo y de comunidad.

Tanto la teoría comunitarista como la
individualista propia de los liberales tienen una imagen del
individuo. Los comunitaristas sostienen que los vínculos
sociales determinan a las personas, y que la única forma
de entender la conducta humana es referirla a sus contextos
sociales, culturales e históricos. Los individualistas,
por su parte, plantean que la comunidad se constituye a partir de
la cooperación para la obtención de ventajas
mutuas, y que el individuo tiene la capacidad de actuar
libremente.

Desde una perspectiva normativa, los comunitaristas
sostienen que las premisas del individualismo traen consecuencias
moralmente insatisfactorias, tales como la imposibilidad de
lograr una comunidad de ciudadanos en igualdad de condiciones
genuina, el olvido de algunas ideas de la vida buena que
serían sustentadas por el Estado y una injusta
distribución de los bienes. Los liberales, por su lado,
sostienen que una sociedad justa no puede presumir una
concepción particular del bien, sino que debe ajustarse a
través del «derecho», que es una
categoría moral que tiene prioridad sobre la de
«bien» (Rawls).

Este debate entre liberalismo y comunitarismo es
quizá el más vigente en nuestros días.
Frente al tema Bárcena (1997) hace un planteamiento muy
interesante, en el que asocia la postura liberalista con un tipo
de ciudadanía entendida como estatus, y la postura
comunitarista con un tipo de ciudadanía entendida como
práctica.

El mismo autor señala que el punto de encuentro
entre ambas líneas de pensamiento sería lo que
llama «juicio político»: «Para llegar a
ser ciudadano activo en la comunidad debemos estar motivados,
formados y gozar de oportunidades para ello.

Además, la tradición cívica
republicanista ha pasado por subrayar la importancia del
ejercicio de la virtud cívica, la participación en
la construcción del interés común y el
cumplimiento de los deberes cívicos desde un ideal moral
de servicio a la comunidad.

Sólo así, desde esta tradición, el
individuo accede a la condición de plena
ciudadanía, ya que ésta es una actividad
intrínsecamente deseable que entraña un compromiso
moral» (op. cit.: pp. 82-83).

A diferencia de esta tradición clásica, el
pensamiento filosófico del liberalismo cívico
acentúa, sobre todo, la idea de que la ciudadanía
es un título al que accedemos cuando se nos reconocen
determinados derechos. Pero existe un elemento en que ambas
tradiciones no podrían justificadamente entrar en
contradicción. Se trata de un elemento que forma parte de
una noción comprensiva de competencia cívica: el
juicio político. A través del ejercicio de nuestra
facultad de juzgar las realidades políticas, y no
sólo por el ejercicio de la virtud cívica,
también accedemos a una plena condición de
ciudadanía, a un tipo de actividad ciudadana en la que los
valores de la tradición liberal y los del pensamiento
cívico republicano pueden llegar a armonizarse.

La
formación ciudadana en la educación
formal

Educación y ciudadanía: la
relación entre ambos conceptos

En la actual literatura ya es un lugar común
decir que nos encontramos viviendo un proceso de
transformación social, con nuevas formas de
organización social, económica y política,
que tienen lugar en esferas y procesos como los modos de
producción, las tecnologías de comunicación
y la democracia política.

Para algunos autores, como Tedesco (1995), el
conocimiento es la variable más importante en la
explicación de las nuevas formas de organización
social y económica, y, en ese sentido, los recursos que
están siendo fundamentales para la sociedad y para las
personas son la información y las capacidades para
producir y utilizar dicha información. Sobre este
diagnóstico se sostiene la relevancia que adquiere el tema
de la educación para todos los ciudadanos de la
república Bolivariana de Venezuela, y que se ha visto
materializado en una fuerte y gradual reforma del sistema
educacional que viene siendo implementada desde el año
1999, por Hugo Rafael Chávez Frías desde su
incorporación como Presidente de la República
Bolivariana de Venezuela.

Pese a que, como ya comentamos, la relevancia que tiene
la educación es incuestionable, también ocurre que
en el citado contexto de cambio ésta se ve enfrentada a
una crisis. No es que la educación no esté
cumpliendo los objetivos sociales que tiene asignados; más
bien ocurre que no se han logrado definir con claridad las
finalidades que debe cumplir ni los rumbos hacia donde debe
orientar sus acciones en este nuevo escenario.

Hay que considerar que abordar el papel de la
educación implica definir tanto los conocimientos y las
capacidades que exige la formación de todo ciudadano, como
la forma institucional a través de la cual ese proceso de
formación debe tener lugar.

La historia de la educación se relaciona
íntimamente con la de la construcción de la
nación, la democracia y el mercado. El acceso universal a
la educación ha sido el principal instrumento por el que
ha operado tradicionalmente la integración social. Esto se
traduce a la incorporación de ciudadanos con amplio
sentido de responsabilidad social y por ende ciudadanos en
condiciones de iguales.

Sin embargo, dos de las ideas básicas que han
definido la formación del ciudadano durante el siglo XX
(democracia y nación) se encuentran hoy en proceso de
revisión. A su vez, el mercado, sin el peso ni el control
de la democracia y de la nación, asume un significado muy
diferente al original y es incapaz de generar una propuesta
educativa.

En este punto es necesario considerar que nación
y democracia son construcciones sociales (Touraine, 1992) y, por
tanto, deben ser enseñadas y aprendidas, dándose
así una relación de interdependencia entre el
fortalecimiento de éstas (nación y democracia) y el
rumbo que tome la educación. Históricamente la
educación pública obligatoria se expandió
como una institución que competía y ocupaba
espacios asignados a los agentes tradicionales de
socialización: la familia y la iglesia. Lo que genero una
deuda social en cuanto a la formación de ciudadanos
iguales en los diversos ámbitos y aspectos socializantes
de la vida humana, hasta llegar al punto de traducirse en una
completa exclusión social y formación de ciudadanos
que tan solo eran considerados objetos del sistema, y no
ciudadanos que pudiesen considerarse Sujetos de una
Sociedad.

Sin embargo, uno de los problemas más serios que
afronta ahora la formación del ciudadano es lo que
podría llamarse el "déficit de
socialización" que caracteriza a la sociedad actual. La
familia y la escuela, por diversos motivos, habrían
perdido el peso y la confianza social depositada en ellas como
agentes formadores, y, a cambio, la televisión, los
vicios, los anti valores, por ejemplo, los habrían
ganado.

Lo problemático de todo esto es que, a diferencia
de otros temas netamente cognitivos, la educación
ciudadana requiere la interiorización de normas, la
promoción del respeto por la justicia, las leyes y la
adhesión a determinadas entidades socialmente construidas
(como la cohesión social y la aceptación). A la
vez, eso requiere la incorporación explícita de las
dimensiones afectiva y ética en el proceso de aprendizaje,
situación que no es atendida necesariamente por agentes
socializadores como los medios de comunicación de masas,
que se guían de preferencia por señales de
mercado.

Una mirada desde distintas instancias de poder y de
actores sociales, Síntesis de fuentes de
información y modo de análisis

En el marco del estudio que dio pie a este informe, se
realizaron actividades con diferentes actores, representantes de
organismos vinculados al quehacer educativo a nivel local
(Urbanización el Milagro, parroquia Corazón de
Jesús, municipio Barinas, estado Barinas), además
de otros representantes o entes que suponen la
participación social de los ciudadanos en las
políticas públicas de país. Esto se realizo
con la intención de sondear, tanto el apoyo, como el
compromiso que tienen estos actores para con el sistema
político, social, educativo, económico y en general
con el proyecto de país que actualmente se implementa en
Venezuela. Por esta razón se conformaron de este modo dos
equipos de trabajo, interacción y sondeo de lo que
denominamos: respeto, apoyo y promoción de la
"Ciudadanía, Justicia Social e Igualdad Real".

Constituidos los equipos de trabajo, interacción
y sondeo, se realizó la planificación de las
estrategias a implementar en el Plan de Acción, (ver anexo
pag.104-106), así como los objetivos generales y
específicos que se aplicarían en la
interacción con cada uno de los actores de la comunidad y
los entes y Organismos gubernamentales que deberían
interactuar según su corresponsabilidad en la
promoción de la Justicia Social e Igualdad
Real.

Es de esta forma cómo llegamos a la
determinación de interactuar con los integrantes y
representantes del Consejo Comunal, como también con los
habitantes de la Urb. "El Milagro", por una parte, y por la otra
con el conglomerado general que representa la comunidad Educativa
del Liceo Bolivariano "Rafael Medinas Jiménez".
Además se realiza la interacción con diversos entes
gubernamentales entre los cuales podemos nombrar los siguientes:
(Fiscalía del estado Barinas, Tribunal de Niños,
Niñas y Adolescentes, Defensoría del Pueblo,
Fundación del Niño, ONA, IDENA, CMDNNA,
Gobernación del estado Barinas, Alcaldía del
Municipio Barinas, Consejo Legislativo del Municipio Barinas,
Departamento de Vialidad y Trasporte Publico de la
Alcaldía del estado Barinas, Junta Parroquial
Corazón de Jesús, entre otros.) Es como se pauta
entonces el objetivo de cada equipo de trabajo e
interacción y sondeo; quedando establecido de la siguiente
manera:

• Representantes de la Comunidad, (Consejo
Comunal). Con quienes se plantea como objetivo especifico:
interactuar, gestionar, tramitar y hacer entrega de un carnet que
exonera a los adultos mayores (tercera edad) del pago de pasaje
en los medios de trasporte público a nivel municipal. Con
la intención de hacer Justicia y empoderar a cada
ciudadano de su Derecho real y absoluto y de esta manera promover
la Justicia Social y el acceso al resto del conjunto de
beneficios que procura nuestro ordenamiento jurídico
vigente.

  • Representantes de organismos vinculados al quehacer
    educativo, formación y promoción de Deberes,
    Derechos y Obligaciones, así como la inserción
    de valores y principios que fomenten el respeto a nuestro
    ordenamiento Jurídico Vigente y por ende a la
    formación de Ciudadanos con un amplio conocimiento y
    sentido de responsabilidad Social, (específicamente
    del Liceo Bolivariano "Rafael Medinas Jiménez",
    parroquia Corazón de Jesús, municipio Barinas,
    estado Barinas). En esta institución se implementan,
    como objetivos específicos, una serie de
    dinámicas, charlas, foros, debates de
    participación general, y talleres; que persiguen
    promover e incentivar a cada participante hacia un estado de
    reflexión en cuanto al uso, promoción y respeto
    de cada una de las normas pautadas para regular el
    comportamiento del ser humano en cada sistema social y
    político.

  • Actores, Entes Gubernamentales y Organizaciones
    Políticas y Sociales: con quienes se pretende la
    interacción con la intención de sondear el
    nivel de corresponsabilidad, respaldo, apoyo y
    promoción de los Derechos, Deberes y Obligaciones del
    ciudadano venezolano; así como demostrar el grado de
    participación que tienen verdaderamente estos actores
    en referencia a la educación en nuestro país.
    Al respecto se buscara el respaldo en cuanto se refiere al
    aporte de materiales (trípticos, papelería,
    consumibles, Leyes, Diplomas de reconocimientos, Placas,
    medallas, trofeos, entre otros), que puedan servir como ayuda
    para la implementación de las dinámicas
    pautadas en nuestro plan de acción.

  • Alumnos de educación media, desde 1er
    año, hasta 5to año. Lo que se presenta a
    continuación corresponde al análisis de la
    información recogida por medio de estas
    dinámicas, charlas, foros, debates de
    participación general, y talleres. El análisis
    ha sido ordenado en torno a las cuatro variables consideradas
    en la recopilación de los datos, para luego hacer una
    mirada general. Las cuatro variables son:

• Concepto de Ciudadanía, Justicia Social e
Igualdad Real.

• Valores y Principios contenidos en el
Preámbulo de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela (CRBV).

• La Participación y el Protagonismo y el
papel de los distintos actores sociales frente a la
formación ciudadana.

• Análisis de Leyes relevantes y de gran
interés en la promoción de la Ciudadanía, la
Justicia Social y la Igualdad Real. Entre las principales a
discutir podemos nombrar: Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela (CRBV), Ley
Orgánica de Educación (LOE), Ley Orgánica
para la Protección de Niños, Niñas y
Adolescentes (LOPNNA), Ley Orgánica de Protección a
la Mujer para una Vida Libre de Violencia (Ley de
Genero).

Finalidad de la
interacción (objetivo general)

El fin único que se persigue es la
interacción, promoción y esparcimiento del
conocimiento que poseemos en lo referente a la
"Ciudadanía, Justicia Social e Igualdad Real". Desde esta
perspectiva enfocamos nuestro mayor esfuerzo en la
interacción (directa) con cada uno de los entes,
organismos y organizaciones sociales, comunitarias,
políticas, entre otros; para lograr empoderar a cada
individuo de sus Derechos, Deberes y Obligaciones, así
como de su corresponsabilidad en el buen desarrollo y acenso en
búsqueda de la Mayor Suma de Felicidad, Justicia Social e
Igualdad Real.

Análisis por variables.

Concepto de ciudadanía: A partir de las
dinámicas realizadas se pueden rescatar distintas
concepciones de ciudadanía, unas más elaboradas que
otras. En lo más general, el concepto de "ciudadano" se
relaciona con "citadino" (haciendo referencia al habitante de la
ciudad) o con "civil" (aludiendo a cualquier persona de la
sociedad civil diferente del Estado). Con base en estas
definiciones pueden hacerse ya dos acotaciones:

• El ciudadano, como habitante de la ciudad, alude
a la antigua idea de polis griega, contexto en el cual
prácticamente no se establecían diferencias entre
hombre y ciudadano (Bárcena, 1997, citando a Sartori y a
Nussbaum).

• El ciudadano, como miembro de la sociedad civil
si se recuerda el origen del concepto revisado en el punto II del
informe, alude a la existencia de relaciones de autoridad
(López, 1997). Es decir, previamente a la existencia del
ciudadano hay un gobernante, en este caso el Estado, frente al
cual el ciudadano se diferencia.

Entre las definiciones más elaboradas de
ciudadanía dadas por los participantes podemos citar por
ejemplo, las siguientes:

• "Ciudadano puede entenderse como aquel sujeto que
tiene posibilidades de ejercer sus derechos y deberes en un
contexto social, político y económico determinado".
(Estudiantes del tercer (3er) año sección "A" turno
de la Tarde, Liceo Bolivariano Rafael Medina
Jiménez").

• "Ciudadano es aquel que tiene conciencia de
pertenencia a un país o una sociedad y se relaciona con un
denominador común sobre qué es bueno para mi
patria, mi sociedad, mi ciudad. Así mismo puede ejercer
sus derechos políticos y sociales sin ninguna
restricción". (Estudiantes del tercer (3er) año
sección "B" turno de la Mañana, Liceo Bolivariano
Rafael Medina Jiménez").

• "Ciudadanía es la forma en que las
personas están integradas a la sociedad; cuáles son
los espacios en que te tienes que mover en la sociedad,
cuáles son las normas culturales, cómo se
relacionan los grupos sociales, son las normas de convivencia, la
pauta de vida de acuerdo al sistema que la sociedad se da para
vivir". (Estudiantes del tercer (3er) año sección
"C" turno de la Mañana, Liceo Bolivariano Rafael Medina
Jiménez").

• "Ciudadano es aquella persona que se siente parte
de un país, de una república, de un sistema
democrático, social, económico y político, y
como tal se siente responsable en términos de cumplir con
sus deberes cívicos y sus obligaciones, así como
reconocer sus derechos, luchar y organizarse en torno a ellos.
Entiende que hay una sinergia estrechamente vinculada entre el
ejercicio de sus propios derechos y el desarrollo del
país. Esto le procura y concede el acceso a una calidad de
vida suficientemente satisfactoria y al mismo tiempo le
proporciona Justicia e Igualdad en el ejercicio de la Mayor Suma
de Felicidad Posible, como se establece en la segunda
línea general del Proyecto Nacional "Simón
Bolívar" del Plan Estratégico de la Nación.
(Estudiantes de la Universidad Bolivariana de Venezuela "UBV",
Misión Sucre, VII semestre del Programa de
Formación de Grado (PFG), Estudios Jurídicos, Aldea
"Concordia I", modalidad Fin de semana. Parroquia Corazón
de Jesús, municipio Barinas, estado Barinas.

Más allá de las diferencias presentadas,
los elementos centrales que son comunes a todas las definiciones
dadas son los siguientes:

• Existencia de "individuos" (sujetos, ciudadanos,
personas), que se relacionan e interactúan en un colectivo
(sociedad, país,) del cual se sienten formando parte, y
que como espacio referencial, este colectivo posee o se ha dado a
sí mismo un "marco de acción" para su propio
bienestar y buen funcionamiento.

Estos tres elementos estarían en
interacción, vale decir, unos tendrían efectos
sobre los otros: cada individuo con su modo de comportarse
influye sobre el resto de individuos (que como colectivo
conforman la sociedad), y éstos a su vez inciden en la
definición del conjunto de reglas, dinámicas,
instituciones, etc., que pautan los modos de actuar de ellos
mismos, tanto como colectivo como a nivel individual. Vistos a la
inversa, existiría un conjunto de pautas culturales,
instituciones, normas, etc., que inciden en el conjunto de la
sociedad y en cada uno de los individuos que la
conforman.

Dentro del análisis presentado, la
relación más débil (y en algunos casos
inexistentes) correspondería a la capacidad del individuo
para modificar por medio de acciones personales y no colectivas
el marco de referencia o contexto. Sin embargo, dentro de una
concepción de Ciudadanía, Justicia Social e
Igualdad Real que privilegia al individuo sobre el colectivo, lo
que es propio de una corriente liberal, fortalecer ésta
capacidad sería justamente uno de los desafíos del
ejercicio ciudadano óptimo.

En esta línea se entiende impulsar la capacidad
de cada individuo como controlador de la gestión y del
acontecer público, social, político,
económico, democrático, a través de su
competencia de denuncia y demanda, tema que privilegia al
ciudadano en su rol de sujeto en la sociedad y no el de objeto
social donde solo existe para el consumo de bienes y
servicios.

Los participantes permiten discernir la necesidad de
situar el concepto de ciudadanía en "un contexto
determinado", que involucra aspectos históricos,
socioculturales, políticos, jurídico-normativos e
institucionales. En este sentido, habría un mayor
acercamiento a la forma de concebir la ciudadanía como lo
hacen los comunitaristas.

Las alusiones a las diferencias entre el período
de dictadura y el actual dejan claro, además, que el modo
en que se manifiesta la ciudadanía es diferente
dependiendo del "momento" en que se observe.

Sin embargo, es bastante complejo referirse al contexto,
no desde el punto de vista temporal sino "territorial":
¿debe ser entendida la sociedad en relación con la
región continental, con el país, con la comuna? En
un contexto de globalización ya se escucha hablar de una
"ciudadanía mundial".

Para todos los participantes es claro que el concepto de
ciudadanía no puede restringirse a una definición
estrictamente jurídica, aun cuando la alusión a
Deberes y Derechos (noción bastante clásica de la
ciudadanía y que alude a su vertiente jurídica) fue
muy reiterada. Sin embargo, también se hizo la
distinción entre reconocer normativamente ciertos Derechos
y poder exigirlos en la práctica, situación que
recuerda lo que Sinesio López (1997) llama una
"Ciudadanía Real" y una "Ciudadanía imaginaria".
Gran parte de los participantes coincide con López en
señalar que no se puede ejercer realmente la
ciudadanía mientras no existan condiciones que aseguren la
justicia y el ejercicio de todos y cada uno de los derechos. La
alusión a la importancia del contexto en el ejercicio de
la Ciudadanía, Justicia Social e Igualdad Real, nos lleva
también a evidenciar uno de los dilemas en torno a este
tema, en cuanto a ¿qué debe darse primero?;
"¿bajo qué condiciones del contexto se puede
ejercer la ciudadanía? o ¿qué condiciones
del contexto pueden ser modificadas a través del ejercicio
de la Igualdad Real?".

Aunque no existe una respuesta única, pareciera
que es mayoritaria la postura de que existen ciertas condiciones
mínimas que debieran ser garantizadas legal e
institucionalmente por el Estado, y que justamente éste
sería el punto débil de nuestra
democracia.

A esto se agregaría otra condición de la
realidad venezolana, que es una enorme inequidad en la
distribución de la riqueza, lo que dejaría a
grandes grupos de la población en situación muy
desventajosa en cuanto al cumplimiento de sus Derechos sociales,
civiles y políticos. En este punto de la discusión
es interesante hacer una distinción formal sobre lo que se
entenderá por "ejercicio de la Ciudadanía, Justicia
Social e Igualdad Real".

A partir de los elementos definitorios entregados por
los participantes, se puede proponer una distinción entre
un ejercicio pasivo y otro activo. Las características de
ambas formas de ejercer la Ciudadanía, Justicia e Igualdad
Real, se resumen del siguiente modo:

• Ejercicio pasivo de la ciudadanía:
estaría restringido a un estatus de nivel individual
definido jurídicamente. Estaría centrado
especialmente en la idea de Derechos, los cuales preexisten con
independencia de la voluntad del sujeto.

• Ejercicio activo de la ciudadanía:
incorpora a la idea de Derechos, la de Deberes, y además
de ser un estatus sería una práctica; por lo tanto,
refleja en cierto modo o voluntad y conciencia por parte del
sujeto. Supera al individuo, aludiendo a la idea de comunidad o
colectivo. Además, va más allá de lo
jurídico, incorporando aspectos como lo político y
lo cultural dentro de lo que actualmente conocemos como cultura;
misma que históricamente esta concebida de forma alienada
y consumista. Esto debido a la supuesta formación y
educación que se impartió durante los gobiernos
anteriores y sus sistemas políticos.

Con la introducción de todos estos elementos
surgen nuevas preguntas: "¿En qué instancias
prevalece lo individual o lo colectivo?" o "¿Cuáles
son los espacios para el ejercicio de la Ciudadanía,
Justicia Social e Igualdad Real?". Pese a la dificultad de llegar
a respuestas definitivas, fue posible distinguir entre las
opiniones de los participantes dos posturas diferentes, que,
llevadas a polos opuestos, se caracterizan del siguiente
modo:

• Primera postura: "Somos ciudadanos a tiempo
completo". Desde esta óptica la persona es concebida como
un ser integral e indivisible; por lo tanto, el ejercicio de la
ciudadanía se daría en todo momento, incluyendo las
esferas públicas y privadas. Existiría,
además, un imperativo ético precedente a la
conducta de las personas, que tendría que ver con la
búsqueda de la Felicidad Social y el bien
común.

• Segunda postura: "Tenemos diferentes
responsabilidades públicas, dependiendo del cargo que
ocupemos". Aquí nos encontraríamos con una
perspectiva fragmentada de la persona, distinguiendo esferas que
obedecen al desempeño de distintos papeles: trabajador,
habitante de la ciudad, consumidor, etc. El ciudadano
correspondería a las esferas jurídica y
política. Por otra parte, la ciudadanía e igualdad,
al igual que la justicia se jugaría especialmente en el
espacio público, vale decir, donde hay interacción
con otros y particularmente en donde se toman decisiones. Cabe
mencionar que se alude a quienes tienen acceso fácil
(económicamente) al sistema social y jurídico del
país.

En su mayoría, los participantes aludieron de
algún modo a una búsqueda del bienestar social y a
la igualdad ciudadana que pasaría por las conductas
individuales; sin embargo, el énfasis fue puesto en que el
ejercicio de la Ciudadanía, Justicia Social e Igualdad
Real es propio de la esfera pública. De acuerdo con la
primera postura, a diferencia de la segunda, lo público no
sería sólo lo político sino todo aquello en
donde las personas interactúan. Por tanto, se
ejercería la ciudadanía en el momento de votar y de
participar en organizaciones sociales, pero también en el
trabajo y en el modo de conducir un vehículo por la
vía pública. Se pudo entender incluso que conductas
que podrían ser consideradas parte de la esfera privada,
como el modo de actuar con los hijos en la familia,
también darían cuenta de conductas
ciudadanas.

Temas y valores con los que se asocia la
Ciudadanía, Justicia Social y la Igualdad
Real.

Quizá pueda llamar la atención un consenso
total acerca de que el tema de la Ciudadanía, Justicia
Social e Igualdad Real están estrechamente relacionado con
la democracia, aun cuando no queda claro que frente a estos
conceptos todos los participantes estén haciendo
referencia a lo mismo. La democracia, más allá de
ser entendida como una determinada forma de gobierno, aparece
como un valor en sí misma, que a su vez se manifiesta en
otros valores tales como participación, protagonismo,
pluralismo y tolerancia o respeto. Tal vez el mayor consenso en
este punto estuvo en afirmar que los conceptos señalan el
ejercicio activo de ellos (si se toman las distinciones hechas en
el punto anterior) implica "participación", entendiendo
por ésta la acción de organizarse, opinar y/o tomar
parte en los procesos de toma de decisión y
participación en las políticas públicas a
distintos niveles (nacional y local). La participación
aparece como Deber y como Derecho.

Aquí nuevamente se hace la distinción
entre quienes tienen una posición social que les da acceso
a espacios privilegiados de información y círculos
de influencia, versus aquellos que por su situación de
marginalidad y exclusión deben limitar su
participación a lo estrictamente relacionado con su
sobrevivencia. Lo que se traduce a injusticia y desigualdad. Para
esas personas no se puede exigir el Deber que como ciudadanos les
correspondería de velar y de responsabilizarse por el
desarrollo del país en su conjunto. Al contrario, en tales
casos queda claro lo ya mencionado acerca de contar con ciertas
condiciones mínimas para el ejercicio
ciudadano.

Que la sociedad civil tenga espacios de
participación fue mencionado por algunos como una de las
características básicas de la democracia,
Ciudadanía, Justicia Social e Igualdad Real, así
como contar con instituciones que representen efectivamente a los
ciudadanos y que verdaderamente promocionen y empoderen al
ciudadano históricamente excluido de todos sus Derechos
vulnerados. En relación con este punto hubo quienes se
mostraron muy críticos frente a la realidad actual
mientras que otros reforzaron los avances en iniciativas que
mejoran las condiciones para el diálogo y la libre
expresión de ideas.

No es extraño que justamente los más
críticos sean los que logren una menor
participación efectiva en espacios de toma de decisiones.
También es importante la opinión de uno de los
participantes (Estudiantes) acerca de cierta fantasía en
aquello de promover la participación ciudadana a
través de algunas políticas públicas, pues
al final lo que se hace es traspasar a la sociedad civil algunas
responsabilidades que debieran ser asumidas totalmente por el
Estado, como por ejemplo: el control o contraloría de las
funciones que ejercen los "representantes de los organismos
públicos".

Es importante resaltar que los valores mencionados en
este marco democrático base para poder hablar de
ciudadanía son: Justicia (Equidad, Igualdad), Libertad y
Paz.

La idea de "Justicia", mencionada también como
equidad e igualdad, apareció con mucha fuerza asociada con
"bien común" y con "Convivencia Social". En algunos
participantes, con más fuerza que en otros, las
condiciones materiales de Justicia Social son una garantía
de buena convivencia. Aquí estarían entremezcladas
las esferas de lo individual y de lo colectivo, por cuanto se
alude a la interacción de sujetos que no viven aislados,
pero que individualmente requieren de su bienestar
personal.

También la ciudadanía se asocia con
"gobernabilidad", con mantener un orden social en sus componentes
políticos, económicos, entre otros. Al respecto es
interesante citar a García Canclini (1995), quien postula
que actualmente el espacio de participación y
articulación del orden es el mercado, y que a
través de éste se estaría dando el ejercicio
de la ciudadanía. En la misma línea, Nikolas Rose
(1997) afirma que una de las características de los nuevos
liberalismos es que a través de la mercantilización
se produce una aparente devolución de los poderes
reguladores de arriba (planificación y obligatoriedad)
hacia abajo (las decisiones de los ciudadanos consumidores), en
tanto que las dimensiones sociales del gobierno (trabajo social y
seguridad social) ceden paso a una especie de
"privatización de la gestión del riesgo»"(pp.
37-38). El nuevo sujeto de gobierno, agrega Rose, es el cliente
(en tanto consumidor de servicios diversos).

Dentro de los temas que fueron discutidos con los
participantes hubo dos frente a los cuales no se dio consenso: la
identidad (identificada como soberanía) y la
autonomía. En relación con la "identidad", aparece
cuestionado que exista o no una única identidad, puesto a
que esta depende de la misma soberanía y de la dependencia
que tiene nuestro país con respecto al consumo de bienes y
servicios provenientes de otras naciones como: Argentina, Rusia,
Brasil, Cuba, China, Estados Unidos, entre otros.

Polémica que remite a cómo entender la
ciudadanía en un contexto de mundialización y
globalización. Para algunos entrevistados la
promoción de la diversidad y el pluralismo, al tiempo que
produce una apertura de fronteras nacionales, es contradictorio
con buscar una identidad nacional única. Por el contrario,
habría dos fenómenos: de un lado, una tendencia a
fortalecer las identidades grupales o locales, y, de otro, la
aparición de referentes universales que superaran la idea
de Estado-nación (creando, por ejemplo, una
ciudadanía mundial).

Partes: 1, 2, 3

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