INTRODUCCIÒN
El método contable es el método
específico de la contabilidad y consiste en una serie de
premisas que permiten someter a observación la realidad
económica, expresar en un lenguaje convenido los aspectos
cuantitativos y cualitativos de dicha observación conforme
a unas reglas que garantizan la objetividad y, finalmente,
procesar la información siguiendo unos criterios que
permitan obtener estados de síntesis.
La ciencia contable (Contadologia) ha tomado fuerza en
los últimos tiempos llevando a los investigadores ha
tratar de probar la importancia que esta tiene y dando diferentes
definiciones para que no se quede en un campo netamente
técnico o disciplinario, pero esto requiere de grandes
esfuerzos y de el convencimiento de que este es el camino hacia
el que se debe avanzar si de verdad se pretende sobrevivir en el
próximo siglo y erradicar viejos tendencias de vivir
pensar y actuar en tiempo pasado.
"la principal función de la contabilidad es
acumular y comunicar información cuantitativa,
principalmente de naturaleza financiera de entidades
económicas que permita juicios y decisiones al informar a
sus usuarios".
*La Contabilidad desarrolla una metodología
específica para obtener y suministrar información
del estado y evolución de determinadas realidades
económicas; se materializa en las funciones de
captación, simbolización, medida,
valoración, representación, coordinación,
agregación, que junto a las de análisis e
interpretación, y sirviéndose inicialmente de un
proceso de inducción que posteriormente se torna en
deductivo, permite la obtención de la realidad
económica revelada, representativa, en
términos contables, de una realidad que mediante una
simple observación se presentaría inexpresiva y
desordenada.
Como a la Contabilidad le corresponde, pues, el
conocimiento "lo más exacto posible de una realidad,
principalmente económica, necesariamente se habrá
de proceder, previo al desenvolvimiento de cualquier otra
función tendente a este fin, a su captación, tanto
en su aspecto estático como en su aspecto
dinámico"
La interpretación de toda la información
que la Contabilidad ha suministrado culmina en el proceso
metodológico contable, llegando con ello al conocimiento,
no sólo de la realidad económica en un momento
dado, sino de su evolución en el tiempo, así como
de la bondad de la situación que la misma
presente.
1. LA
CAPTACIÓN CONTABLE.
La captación, proviene de la palabra captar que
significa percibir algo. En contabilidad, la captación
contable consiste en percibir u obtener información sobre
cualquier acontecimiento que influye o puede influir cuantitativa
o cualitativamente de forma significativa en el patrimonio de una
entidad y que puede ser captado y registrado contablemente. Dado
que en la captación interviene la conciencia, entra a
formar parte de esta función un claro subjetivismo que,
obviamente, se trasladará a la Contabilidad,
introduciéndose, de este modo, el problema de los juicios
de valor desde el estadio inicial del método operativo
contable.
Para el profesor García Martín (1984) la
función de captación es "la primera
manifestación que la ciencia contable tiene que efectuar,
ya que trata de discriminar sobre los objetos que pretende
conocer".
Nuestra disciplina pretende, pues, el conocimiento de
una realidad normalmente económica -como anteriormente
expusimos- por lo que necesitará, previo a cualquier otro
proceso, captar la fenomenología inherente a la misma
para, con posterioridad, proceder a su representación. Por
su parte, esta representación puede entenderse en un
sentido de dualidad:
ü Bien como captación de un fenómeno
presente por parte de un sujeto cognoscente, haciéndose
así posible el conocimiento de aquel.
ü Bien como reproducción de percepciones no
actuales, ya sea en la conciencia de ese sujeto cognoscente, o en
otros medios que permitan su retención por un mayor plazo
de tiempo, como sucede con la
Contabilidad.
La primera de tales interpretaciones corresponde a la
función objeto del presente apartado, que el profesor
Calafell sitúa al comienzo del subproceso inductivo.
La función de captación concebida como
la actividad que permite aprehender la realidad
-objeto material- cuya imagen se pretende transmitir, requiere,
en opinión del profesor Rodríguez Ariza (1992), dos
elementos: "un sujeto contable cognoscente que trata de captar,
de aprehender, y un determinado objeto contable de
conocimiento".
Según el mencionado profesor, ha de destacarse
que la importancia del sujeto cognoscente en el proceso de
captación es fundamental, dependiendo dicha
captación de su capacidad y limitaciones. Dado que en la
captación interviene la conciencia, entra a formar parte
de esta función un claro subjetivismo que, obviamente, se
trasladará a la Contabilidad, introduciéndose, de
este modo, el problema de los juicios de valor desde el estadio
inicial del método operativo contable.
Tales juicios de valor, en opinión de Hutchison
(1971) "simplemente proponen o defienden criterios
científicos y su carácter de inevitables en
cualquier actividad científica no invalida las
pretensiones de objetividad y neutralidad de valor en las
explicaciones o teorías a las que se llega a través
de la investigación".
Por su parte, en la segunda interpretación se
identifica la función de captación con la de
representación, y, aunque a ésta nos referiremos
específicamente en líneas posteriores, se pone de
relieve que para la misma, son necesarios los procesos previos de
medición y valoración toda vez que "la
representación implica medición, de donde se deriva
el hecho de que, frecuentemente sea confundida esta última
con los problemas de comprensión de fenómenos del
mundo real. Sin embargo, el problema de medición es,
estrictamente, un problema de representación que surge
después de que las relaciones entre los objetos
están completamente comprendidas".
2. LA
MEDICIÓN CONTABLE
Medición contable es la forma de representar a
través de un tipo de lenguaje definido por números
o símbolos las diferentes realidades económicas o
hechos contables. Por su parte, y en cuanto a los diferentes
procedimientos de realizar la medición, podemos
distinguir:
1) La medición directa, cuando la
asignación de numerales se efectúa sin
medición previa alguna.
2) La medición indirecta, cuando la mencionada
asignación necesita de la previa medición de otra u
otras magnitudes. Las mediciones contables se llevan a cabo a
través de una escala multidimensional donde cabe destacar
los siguientes criterios.
1) Ordinal: Los elementos contables, representativos,
serán clasificados en función de sus
características, lo que permitirán un control
interno.
2) Nominal: Los elementos contables, representativos en
la operación, van a ser codificados mediante
números lo que permitirá su clasificación y
agregación.
3) Por intervalos: Estudio de los operadores por
intervalos según un modelo
probabilístico.
Concretamente podríamos decir que la
medición "implica un proceso de abstracción de
algún aspecto de los sucesos, fenómenos o
realidades a medir, que establece, por un principio de
equivalencia una relación representativa con conjuntos
similares o diferentes, que suelen tener una unidad del sistema
fácilmente identificable y agregable. Las magnitudes que
se pretenden medir constituyen propiedades de los objetos,
diferenciándose fundamentalmente en función de la
posibilidad de establecer escalas de medición o reglas
para la asignación de numerales".
Para el profesor Ijiri (1967) lo más importante
de la medición consiste en elegir "un conjunto especial de
símbolos llamados números para este fin particular
y establecer una relación entre ellos. Podemos, pues,
tomar un número y asignarlo como
símbolo del objeto en cuestión como si éste
tuviera una propiedad representada por aquél
que es independiente de las propiedades que otros
objetos tienen".
El profesor Ijiri (1967), por su parte, estima que el
proceso de medición está integrado por tres
factores principales:
1.- Un objeto cuya propiedad va a ser medida.
2.- Un sistema de medición integrado por un
conjunto de reglas e instrumentos.
3.- Una persona que realiza la
medición.
A juicio del profesor Requena (1988), la
aplicación de la medición a la ciencia de la
Contabilidad, podría concretarse, en la "asignación
de numerales al conjunto de fenómenos económicos
pasados, presentes o futuros de una unidad, de acuerdo con
reglas", que se denominan escalas de medición, siempre que
éstas cumplan las condiciones determinativa y de no
degeneración, en el sentido de que sea posible la
asignación de diferentes numerales a diferentes cosas o a
una misma cosa bajo diferentes condiciones.
3. LA
VALORACIÓN CONTABLE.
Luego del proceso de medición, la contabilidad
emite información económicamente cuantitativa. De
ahí, la necesidad de valorar los elementos que afectan al
patrimonio de la empresa. Para que la información contable
resulte útil a los distintos destinatarios, se establece
un patrón de medida común para todos los elementos.
Éste suele ser la unidad monetaria, aún cuando
podría utilizarse cualquier tipo de unidad.
La función de medición dará como
resultado una serie de magnitudes de carácter
heterogéneo que necesariamente deberán ser
homogeneizadas, es decir, deberán referirse a un
patrón de medida común. Éste suele ser la
unidad monetaria, aún cuando podría utilizarse
cualquier tipo de unidad. La homogeneización se
consigue a través de la función de
valoración, objeto de estudio y comentario en
este epígrafe.
En palabras del profesor Fernández Pirla (1976)
"todo proceso de valoración es complicado por la
relatividad que el mismo entraña, pero esta nota de
incertidumbre se acentúa, sin duda alguna, cuando se trata
de las valoraciones en la empresa…", aunque "todo lo dicho no
debe interpretarse en el sentido de que las valoraciones en la
empresa no pueden realizarse".
Por "la consustancial naturaleza de las magnitudes
contables, la práctica de la valoración monetaria
de sus cantidades entraña la necesidad de desarrollar sus
procesos en base a un conjunto de normas de procedimiento que
permitan garantizar, para el valor obtenido, el mayor grado de
exactitud y veracidad, máxime cuando, independientemente
de la relatividad intrínseca de las mismas, la propia
esencia de la valoración y su posible multiplicidad de
fines, agrega nuevos obstáculos en la adopción de
las que proceda aplicar en cada caso como factor de
conversión de las medidas físicas en monetarias"
(REQUENA, 1988).
De todas formas, debe quedar garantizada el
máximo nivel de rigurosidad, independientemente de la
posible controversia resultante de la elección de un
determinado sistema de medición, ya que, "por la
consustancial naturaleza de las magnitudes contables, el proceso
práctico de la valoración monetaria de sus
cantidades ha de llevarse a cabo, necesariamente, en base a un
conjunto de normas y procedimientos que presten la necesaria
armonía y homogeneidad a esta formulación contable,
habiéndose desarrollado por parte de la doctrina toda una
serie de criterios o normas de actuación que se
constituyen como base de cualquier valoración. El sustrato
latente en todo este conjunto de criterios no es sino el producto
de un proceso creativo, por parte de la doctrina contable, al
objeto de alcanzar una cada vez mayor fiabilidad y
perfeccionamiento en la elaboración de la
información que ha de suministrar la Contabilidad"
(RODRÍGUEZ ARIZA, 1986).
Otro factor de distorsión, que afecta al problema
de la valoración monetaria, es la
inestabilidad en la que se encuentra inmerso el factor de
homogeneización que puede proceder aplicar en cada
situación para la conversión de las unidades
físicas en unidades monetarias. Al respecto, considera
Quesnot (1974) que "el edificio de la
Contabilidad descansa sobre la equivalencia de los
valores, y la primera condición de esta equivalencia es la
estabilidad de la moneda. Tan pronto cesa dicha estabilidad, la
Contabilidad pierde todo su valor. Desprovista de
significación, se convierte en ficción, y los
balances ilusorios que la traducen, lejos de proporcionar la
expresión de la situación de las empresas, no son
sino instrumentos sistematizados de error".
Existe, por otra parte, un conjunto de principios que
deben presidir los procesos de valoración, para garantizar
el mayor grado de exactitud y veracidad.
4. LA
REPRESENTACIÓN Y COORDINACIÓN
CONTABLE
Una vez realizadas las funciones de captación,
medición y valoración se inicia el proceso de
representación que consiste en registrar las diferentes
realidades económicas y hechos contables obtenidos y
analizados durante el proceso de captación. Este proceso
de representación no sería un proceso completo ni
adecuado si no se llevara a cabo además un proceso de
coordinación de los sucesos económicos captados. El
proceso de coordinación se aplica como necesidad de
obtener un registro ordenado y coherente, ya que de otro modo la
información captada puede acarrear problemas al tener
contenido disperso y sin orden, creando un enredo en la
información, dificultando su entendimiento y razonamiento,
formando caos para obtener conclusión alguna.
La complejidad de la realidad objeto de la ciencia
contable imposibilita o dificulta el conocimiento directo de sus
diferentes estados, y por tanto, el análisis prospectivo y
retrospectivo de los mismos. Ante tales circunstancias, la
Contabilidad se ve obligada a acudir a la
utilización de entes representativos con la única
finalidad de transmitir su imagen con la fidelidad
necesaria.
Además, si partimos de la idea de una
aprehensión por observación directa del principal
en cuestión, en cuanto dicha percepción hubiera de
ser trasladada en el tiempo, la memoria resultaría
insuficiente, por lo que se exigiría el uso de subrogados
con la exclusiva misión de representar a un
principal.
Para el profesor Requena (1988), estos subrogados tienen
que poseer dos características:
1.- La identificabilidad. Esta implica
necesariamente la posibilidad de percepción, a
través del subrogado, de todos y cada uno de los aspectos
del principal, sino que se concreta realmente en aquéllos
que puedan ofrecer interés.
2.- La temporalidad. Esta ofrece la
posibilidad de manifestarse en un triple aspecto: antecedente,
presente y consecuente, según que la representatividad del
ente subrogado transmita una imagen pasada, presente o futura del
principal a que corresponde.
Por representación, desde un punto de vista
general, se entiende los diversos tipos de aprehensión de
que puede ser suceptible un objeto o realidad. Sin embargo, en un
sentido más restringido, podría concebirse como
"figura, imagen, idea o símbolo que sustituye a la
realidad, sea esta presente, pasada o futura. Por tanto, la
representación requiere de la utilización de
algún tipo de símbolo, elemento sensible que se
toma como signo figurativo de otro, real o no, por razón
de una analogía que el entendimiento percibe entre ellos o
de una convención, lo que en nuestra ciencia se concreta,
fundamentalmente, en la cuenta" .
En conclusión, y en cuanto a su
definición, la Contabilidad podría entenderse como
"un subrogado genérico de primer orden, integrado por un
conjunto de subrogados de órdenes inferiores, susceptibles
de aplicación en la transmisión de la imagen de
principales cuya estructura resulte compatible con los principios
generales de su metodología científica".
Las cuentas, por su parte, no son más que
subrogados de orden inferior, de que se vale la
Contabilidad para la transmisión de esa imagen.
En definitiva, mientras la Contabilidad constituye el
subrogado con mayor nivel de agregación, representativo de
la realidad misma, las cuentas representan a los diversos grupos
homogéneos de elementos económicos que la integran.
Queda por ello claro que la cuenta permite llevar a cabo la
captación de la fenomenología inherente a dicha
realidad, cualitativa y cuantitativamente, en forma
antitética, de manera que posibilita también
desarrollar una función clasificativa, numérica e
histórica.
A fin de que la información obtenida resulte
integral y armónica, es preciso, simultáneamente al
proceso de representación, otro de conjunción e
interrelación, con el objeto de coordinar la
fenomenología captada a través de las
cuentas.
Sin embargo, la representación no sería un
proceso completo ni adecuado si no se llevara a cabo
además la coordinación de la fenomenología
captada. "En cuanto que cada una de ellas representa una de las
clases de equivalencia integradoras de la unidad económica
y, por tanto, un aspecto parcial de la misma, se hace necesario
un ulterior proceso de coordinación que armonice la
dispersa realidad captada, de forma que se obtenga la imagen
veraz de la unidad, considerada como un todo. De no ser
así sucedería como en un puzzle en el que, aun
teniendo todas sus piezas, éstas se hallasen dispersas y
sin orden, no formando más que un caos del que no
podría obtenerse conclusión alguna"
(RODRÍGUEZ ARIZA, 1992).
La Contabilidad cumple esta importante función de
representación coordinación según diferentes
métodos, aunque todos ellos descansan sobre el principio
de la dualidad, que, de alguna forma, ya se hallaba
implícito en la partida doble de Pacciolo, aunque de modo
alguno ha de identificarse con ésta.
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