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Hacia la consolidación de un nuevo estado policial. Una mirada al poder comunal



Partes: 1, 2

  1. Resumen
  2. Hacia
    la consolidación de un nuevo estado
    policial
  3. El
    papel del policía en la sociedad
  4. El
    poder comunal y la policía
  5. Consejos Comunales y las mesas de Seguridad
    Ciudadana
  6. ¿Qué espera la comunidad de sus
    policías?
  7. Referencias
    Bibliográficas

Resumen

Se aborda la visión nacional del nuevo estado
policial y sus Interrelaciones con el poder comunal, en el
entendido que las partes tienen el compromiso social de asumir
una perspectiva política que se concibe como la
elección e intervención consciente y combatiente en
éste proceso , para transformar todo aquello que atenta
contra la seguridad humana . Haciendo uso visible de su
carácter humanitariamente preventivo este policía
se orienta al acercamiento y ejercicio político
legítimo de valores fundamentales, como la vida, la
justicia y la solidaridad que son, en sí mismos, la
misión humanista de la revolución bolivariana en
los múltiples ámbitos de la cotidianidad familiar y
comunitaria, creando prerrogativas frente a la necesidad de velar
por los intereses del colectivo. A través El poder
ciudadano que, desde el sentido de pertenencia a una comunidad ,
se asume como partícipe en la construcción de las
políticas y acciones , de modo tal que las decisiones
tomadas desde sus convicciones, , cruce y produzca en la sociedad
la mayor suma de felicidad posible.

Descriptores: Nuevo Estado Policial. Poder
Comunal

SUMMARY:

Addresses the national vision of the new police state
and its interrelationships with the communal power, with the
understanding that the parties are committed to take on a social
policy perspective that is seen as the conscious choice and
action and fighter in this process, to transform all that which
threatens human security. Using visible humanely preventive
character this approach is aimed at police and legitimate
political exercise of fundamental values??, like life, justice
and solidarity are, in themselves, the humanistic mission of the
Bolivarian revolution in many areas of the everyday family and
community, creating prerogatives against the need to protect the
interests of the collective. Through citizen power, from a sense
of belonging to a community, it is assumed as a participant in
the construction of the policies and actions, so that decisions
taken since their convictions, cross and produce in society the
greatest amount of happiness.Descriptors: New State
Police. Community Power

Hacia la
consolidación de un nuevo estado policial

UNA MIRADA AL PODER
COMUNAL

El futuro existe primero en la
imaginación, después en la voluntad, luego en la
realidad"

R.A. Wilson-

Venezuela actualmente vive entre dos modelos policiales;
Por una parte, un viejo modelo policial represivo, antipopular,
lleno de carencias, deformaciones doctrinales y de vicios en su
funcionamiento; viejo modelo éste que poco a poco se debe
ir depurando para finalmente aplicar la Reforma Policial en todos
los cuerpos de policías de nuestro país. Por la
otra un nuevo modelo policial establecido en la Ley
Orgánica del Sistema Nacional de Policía fundado en
principios humanistas, enfocado a la profesionalización de
la labor policial y sustentado en valores de respeto y
garantía de los derechos humanos de los ciudadanos y
ciudadanas enmarcado en el poder comunal .

La Policía es una fuerza que depende del Estado y
cuya principal misión será la de mantener el orden
público y garantizar la seguridad de los ciudadanos de
acuerdo a las órdenes que se emanen desde el ámbito
político.

Según James Fyfe (y otros), en el libro
Administración de la Policía (1997), el concepto
policía se deriva de la palabra francesa "policer" que
significa poder del pueblo. El término, en su sentido
más amplio, significa regulación y control de una
comunidad en los aspectos relacionados al orden, la salud, la
vida y la propiedad.

El Diccionario de la Real Academia Española lo
define como el buen orden que se observa y guarda en las ciudades
y repúblicas para cumplir con las leyes y ordenanzas
municipales. Se incluye, como parte de la definición, a un
cuerpo encargado de vigilar por el mantenimiento del orden
público y la seguridad de los ciudadanos. Se incluyen los
conceptos de cortesía, buena crianza y urbanidad en el
trato y las buenas costumbres.

Entonces, por su concepción original y actual, se
puede decir que la policía históricamente
surgió para cumplir con los objetivos de proteger la vida,
la salud, y la tranquilidad de los ciudadanos que conforman la
sociedad. En pocas palabras velar por el cumplimiento de la ley y
el mantenimiento del orden. El servicio de policía es el
conjunto de acciones ejercidas en forma exclusiva por el Estado a
través de los cuerpos de policía en todos sus
niveles, conforme a los lineamientos y directrices contenidos en
la legislación nacional y los que sean dictados por el
Órgano Rector, con el propósito de proteger y
garantizar los derechos de las personas frente a situaciones que
constituyan amenaza, vulnerabilidad, riesgo o daño para su
integridad física, sus propiedades, el ejercicio de sus
derechos, el respeto de sus garantías, la paz social, la
convivencia y el cumplimiento de la ley y todo ello amparado por
el poder comunal que es en definitiva quien evalúa su
gestión de manera directa. Este Poder Comunal, tal y como
se está proyectando en Venezuela,  es un hecho
histórico sin precedentes puesto que no nace inspirado en
los modelos  comunales conocidos, como certeramente lo
expresa Bombarolo,(2003) " El poder comunal , consigue sus
"antecedentes lejanos" …En la propia vida de las
comunidades indígenas originarias… estas ya se
reproducían (las comunas) en su esencia económica y
política…en defensa como cultura entre los seres
humanos de las relaciones socialistas de producción y
distribución de bienes  y las relaciones
armónicas con la naturaleza, de la cual son parte
integrante".

Ahora bien, para que el poder comunal cumpla cabalmente
con su característica primordial de ser un verdadero poder
transformador tiene que basarse, de manera fundamental, decidida
y constante, en una acción política mancomunada,
sin exclusión alguna, que parta del razonamiento y de la
organización consciente de la misma comunidad.
Habrá de asumir también que en su seno existe un
nivel de conciencia que impulsará la construcción
de la sociedad de nuevo tipo que requiere Venezuela.

Siendo esto así, la participación
ciudadana representa una adecuada fuente de información y
de intercambios de experiencias que, indudablemente,
contribuirán al logro de metas transformadoras. De
ahí que el poder comunal simbolice, quizás, uno de
los cinco Motores Constituyentes de mayor relieve lanzados por el
comandante presidente Hugo Chávez, ya que abre espacios y
tiempos para que los sectores populares protagonicen activamente
el cambio estructural y la concreción del bien
común, revolucionando por completo los ámbitos
políticos, económicos, sociales y culturales
vigentes aún en Venezuela. Por lo mismo, el poder comunal
está llamado a ser pieza insustituible en la tarea de
construir el verdadero espacio de bienestar que nace del seno del
colectivo.

Como se quiera ver, el poder comunal está llamado
a orientar, impulsar, articular y coordinar todo lo referente al
bienestar colectivo y a la definición del socialismo desde
la perspectiva de la experiencia venezolana, desde abajo y con
los de abajo. Esto crea las condiciones para que la
soberanía popular se ejerza a plenitud, libre de las
trabas burocráticas y tecnicismos que, a la larga,
podrían frustrar esta misma plenitud. En este caso, es
necesario que el Estado permita la participación y el
protagonismo del pueblo organizado, en todas sus modalidades y
espacios, garantizándole la información, la
formación y la educación en cuanto a las
estrategias a seguir para que ello sea posible en todo momento.
Será la práctica diaria, por consiguiente,
determinante para que haya una teoría social, diferente,
en el seno de las comunidades, aunque no exista una teoría
uniforme y definitiva en relación al
socialismo.

No obstante, García (1990) la importancia
de tal práctica es crucial, desmontando las barreras de
exclusión que, por largo tiempo, cercaron las ansias
emancipadoras del pueblo. Esta posibilidad cierta e indetenible
reinstala al poder comunal, como un asunto que no puede dejarse a
la deriva, puesto que contribuye a que las tomas de decisiones
sean realmente plurales y no de un grupo minúsculo que
repita los vicios de la clase política tradicional:
verticalismo, caciquismo, demagogia, sectarismo, tareísmo,
corrupción y manipulación del colectivo. Por lo
tanto, es imperioso que el pueblo se interese -gracias a la
motivación derivada de su adecuado compromiso con el
bienestar en conjunto por ampliar los logros de un modo
autogestionario y, así, darle vida propia al protagonismo
social. Esto exige un completo cambio de actitud respecto a las
capacidades potenciales del pueblo para asumir responsablemente
el rumbo.

El poder comunal, además de constituir una
innovación revolucionaria, le brinda al pueblo la
oportunidad tan esperada de ejercer el poder de manera directa y
efectiva, con lo cual tiende a cambiar la concepción
común que se tiene del Estado, incidiendo positivamente en
la neutralización del burocratismo y en el mejoramiento de
la calidad de vida de todos. Ello hará que se comprenda
que todos comparten un destino común, independientemente
del ámbito en que se viva. Es una revolución en
todo sentido. Por lo mismo, corresponde a los revolucionarios
sustanciarlo, fortalecerlo y expandirlo para que la
revolución sea un hecho que trascienda la cotidianidad. A
partir de esta realidad un nuevo modelo de policía se
inserta para ofrecer paz y sosiego mediante un proceso de
profundización innovador que involucra la
interacción entre el funcionario y la comunidad. En tal
sentido, es necesaria la participación de la comunidad con
el fin de que la policía combata la delincuencia y vea
este nuevo cuerpo como garante de la seguridad ciudadana que
viene a consolidar la labor protagónica de los consejos
comunales.

El papel del
policía en la sociedad

Los cuerpos policíacos tienen como obligaciones
primordiales universales el proteger la vida, la propiedad, los
derechos civiles y conservar el orden. Pueden tener mayores
responsabilidades, pero eso depende de las leyes que organizan la
policía en los países democráticos del mundo
moderno. Lo importante es que la policía tenga capacidad
legal, las 24 horas del día, para atender los problemas y
situaciones que tal vez requieran el uso de la fuerza y la
coacción o la búsqueda de soluciones verdaderamente
efectivas.

En principio, el mandato policial en el país
logró definirse con la Ley Orgánica del Servicio de
Policía y ordena: proteger el libre ejercicio de los
derechos humanos, las libertades públicas y garantizar la
paz social; preservar la comisión de delitos; apoyar el
cumplimiento de las decisiones de la autoridad competente;
controlar y vigilar las vías de circulación y el
tránsito; facilitar la resolución de conflictos
mediante el diálogo, la mediación y la
conciliación. Con este mandato, claro el perfil de oficial
queda, en consecuencia, taxativamente enunciado y, por ende, lo
que debe aprender. Esta idea de claridad en el mandato policial
que luego tiene su traducción en las funciones del
servicio y las maneras de hacerlo, y que también se
normaron, dejaron el camino despejado para que el diseño
de la formación fuera mucho más simple. La
formación tributa al diseño de la política
pública.

No habrá nuevo modelo policial sin que haya
funcionarios que asuman una actitud de compromiso con éste
y se tiene la tesis de que el compromiso se genera a partir de la
formación en el nuevo modelo policial. No sólo
porque es una imposición legal sino porque logra
convencer, en un marco de nociones éticas y
teóricas que no les permita usar dichas habilidades en
contra de la humanidad sino, por el contrario, a favor del
respeto a los derechos fundamentales. Por eso se insiste en que
esta formación debe ser ideológica, porque se
inscribe en un esquema axiológico, en un sistema de ideas
que se denomina el Nuevo Modelo Policial, el cual expresa, de
manera diáfana, el mandato de la policía venezolana
que, por fortuna, logra colocar al ser humano y al planeta como
el eje central de toda la acción policial. Si fuera una
formación meramente técnico instrumental se
correría el riesgo de estar formando gente sin principios
orientadores en la vida y mucho más fácilmente
corruptibles.

Para que nuestros policías no sean la desgracia
de quien no pueda pagarles, es necesaria la formación en
ideas pero no cualquier idea sino aquellas que sitúan al
ser humano y a la comunidad por encima del capital, la
mercancía y el propio mercado. La idea de la
primacía del ser humano. Esta humanización de la
policía hacia el ciudadano traerá como sin duda
mayor seguridad y paz en la población. Para la
República Bolivariana de Venezuela la instalación
de un nuevo modelo de policía está enmarcada dentro
de la política de Seguridad Ciudadana que adelanta el
Gobierno Bolivariano.

Este modelo implica la transformación radical de
los cuerpos de policía en los diferentes niveles
políticos territoriales a los fines de introducir
estándares operativos, administrativos, funcionales,
organizativos y educativos que permitan la unificación de
criterios, y en consecuencia el establecimiento de una doctrina
policial integral que mejore sustancialmente el desempeño
de las funcionarias y los funcionarios en la función
policial, atendiendo eficientemente las necesidades de seguridad
requeridas por las ciudadanas y los ciudadanos en sus
comunidades.

Ahora bien, este nuevo policía deberá
estar consciente de su rol como funcionario público,
conocedor de que La administración Pública es el
medio y la estructura de que dispone el Estado para garantizar el
cumplimiento de sus objetivos. Esto es a las personas que
integran y conforman dicha armazón Institucional,
llámeseles Servidores Públicos, Colaboradores,
Administradores o Funcionarios Públicos, deben ser
personas dignas, respetadas y honestas, donde el factor moral
constituye uno de los elementos primordiales de los programas y
políticas de Gobierno. Bailey, (1995) "La sociedad
en general tiene la percepción negativa y adversa del
quehacer gubernamental debido a los problemas de
corrupción, opacidad y discrecionalidad, y a la deficiente
cultura de rendición de cuentas en el sector
público". Esto repercute de manera sustantiva en la imagen
y desempeño de la Administración Pública en
su conjunto, lo que hace necesario mejorar la organización
y la operación de sus instituciones, de sus recursos y
gestión. De allí que la figura del policía
como servidor Público debe necesariamente ajustar su
comportamiento a una serie de órdenes, normas y
lineamientos de tipo moral, ya que la mayoría de sus
funciones ante la sociedad resultan ser casi-sacerdotales. En
consecuencia, el policía como Servidor Público debe
ser un ejemplo de moralidad, donde el cumplimiento del deber y el
orgullo de ser Funcionario Público, se debe vivir
día a día para recobrar la confianza de la
ciudadanía.

Debe ser un nuevo hombre, este hombre nuevo,
según lo describe el sociólogo albanés Fuga,
(2008) Ha de ser un tipo social que por lo que se refiere a la
formación ideológica, la preparación
científica y profesional, las cualidades del
carácter y los valores morales, los vínculos
sociales que mantenía con el medio al que
pertenecía y con la sociedad en general, no tenía
precedente en el pasado.

Este hombre nuevo debe adjudicar prioridad al
interés del colectivo, de la sociedad y de la
nación frente a su estrecho interés personal y
familiar; obrar únicamente en el marco de una igualdad
material y económica fundamentada sobre la propiedad de
todos; un ser solidario, con iniciativa, crítico ante todo
lo conservador, inconmovible en la confrontación con
quienes se desorientan socialmente .Este hombre nuevo, concluye
Fuga, tiene el deber de ser por tanto moralmente puro,
armónicamente desarrollado en lo social, y
nacional

El poder comunal y la
policía

El ciudadano es un individuo perteneciente a la sociedad
política o a un Estado determinado, al que debe lealtad y
al que puede exigirle a cambio protección y bienestar.
Esta definición es rígida, por lo cual vale
entender que el ciudadano es aquel que se encuentra involucrado
con un Sistema Social y Político, el cual le exige cumplir
con los deberes.

Cuando se habla de participación ciudadana,
expresa Bombarolo, (2003) se hace alusión a organizar a
los ciudadanos para que participen en la acción de
Gobierno encaminada a su beneficio. Las asociaciones de vecinos,
los grupos ambientalistas, los gremios profesionales, entre
otros; son el ejemplo de organizaciones ciudadanas que han de
coordinarse conjuntamente con el Gobierno para dar acción
y seguimiento a políticas nacionales de Estado.

En otro orden de ideas, el autor expresa que el otro
nudo de nuevos canales de participación ciudadana lo dan
los Espacios de la Participación en la definición,
ejecución y control de las políticas
públicas. Redefiniéndose en
carácter estratégico de los Planes de Gobierno, las
Políticas y los Programas Sectoriales. Esta
redefinición se inicia por darle un sentido técnico
y concreto a los Planes de Gobierno, especialmente a los de
índole local; estos planes son asumidos bajo el marco
metodológico de la Planificación
Estratégica. Así mismo, las políticas y
Programas Sociales, ya no sólo son apreciados como
instrumentos de impacto para el colectivo, sino como cisiones y
métodos que paulatinamente irán transformando buena
parte de la acción del Estado en muchas de sus
áreas.

Para propiciar un mecanismo más fluido y menos
burocrático en lo concerniente a las políticas y
Programas Sociales, Bombarolo (Ob.Cit) expresa que se aprecian
tres estrategias muy de la localidad para generar nuevos espacios
participativos: los consejos consultivos, los planes
estratégicos locales y los programas de formación
para la participación ciudadana.

Hacia la década de los setenta (u ochenta, a
más tardar), ya eran decenas los países que se
tensionaban con formas insospechadas de desequilibrios
macroeconómicos y sectoriales, producto del fracaso de la
mencionada estrategia de "industrialización forzada y
hacia adentro". El estancamiento, las crisis de balanza de pagos,
el conflicto social, y el retraso en las organizaciones de
producción, terminaron creando pocos y malos
empleos.

En una palabra, los elementos que han influido en la
compleja realidad del Sistema Político venezolano de la
segunda mitad de siglo XX, mostraron superposiciones y tensiones
entre el tema del crecimiento económico per se,
las estrategias de generación de empleos, la
redistribución, la equidad social, y los resultados
político-institucionales. Hay allí toda una gama de
factores que debemos confrontar y analizar, para intentar acercar
nuestra propia conceptualización del proceso de
desarrollo. En consecuencia, e intentando sintetizar esta primera
aproximación al concepto de desarrollo en su
relación con la participación ciudadana, se hace
necesaria una visión humanista que contenga dinamismo,
perspectiva y equilibrio, al tratar el término. Dinamismo,
porque el tema del crecimiento económico (su
aceleración, su desaceleración, su estancamiento,
sus ciclos) constituye una característica central del tema
del desarrollo. El crecimiento económico constituye una
condición necesaria (aunque no suficiente) para los logros
del desarrollo. Por su propia naturaleza, el factor de
crecimiento envuelve un elemento dinámico (cambiante en el
tiempo). Segundo, que envuelva una perspectiva, en el sentido de
una visión del país generada por sus ciudadanos a
través del sistema político. No puede hablarse del
desarrollo de un pueblo, sin inscribir ese proceso dentro de una
visión histórico-cultural.

No sería necesariamente lo mismo el concepto
socio-cultural de Desarrollo visto hoy día desde la ciudad
de Miami, que visto desde Sao Paulo (Brasil), Buenos Aires
(Argentina), Kuala Lumpur (Malasia), o Concepción (Chile).
Hay factores históricos, de costumbres, de tradiciones, de
valores culturales diversos (valorables en su diversidad), de
trayectorias étnicas y de lenguajes, que hacen diferencias
para cada una de las comunidades locales y nacionales
aludidas.

En resumen, el desarrollo de la sociedad venezolana, en
conjunción con su sistema político y policial, crea
un puente directo con la participación ciudadana,
concibiendo este primer acercamiento, como un proceso
dinámico, inscrito en una visión cultural de
país, donde se persigue un equilibrio virtuoso entre las
necesidades humanas y la plusvalía producto de los
negocios económicos internacionales. ¿Qué se
persigue al activar medidas de prevención y
protección de las comunidades? Se persigue igualar las
oportunidades, avanzar en la base productiva, y abrir todos los
espacios necesarios para la felicidad individual y
colectiva.

La visión teorética de Nuria Cunill Grau,
es bastante puntual al respecto, destacando la primacía de
la política en la conducción de los asuntos
públicos y la recuperación del papel de la sociedad
en su definición y gestión, imponen la necesidad de
recuperar el triangulo de poder concernido al respecto: los
representantes electos, la administración pública y
los propios ciudadanos. La reforma administrativa debería
poder fortalecer a la segunda e, indirectamente, a los primeros,
apuntando a su democratización y estimulando su
orientación de servicio a la ciudadanía. La
participación ciudadana, por su parte, debería
proporcionar una voz directa a los últimos.

Para apreciar en el contexto real la relación
entre los fundamentos o principios de la participación
ciudadana y los modelos de desarrollo que han influido en la
conformación del estado latinoamericano los últimos
cincuenta años, se hace necesario ubicar bajo qué
perfil tiene cabida esa participación ciudadana en las
decisiones que como Estado se toman en el marco de los modelos
antes señalados. Se aclara que esa conexión es
producto de la interpretación de los escenarios que han
presentado en América Latina y los cuales muestran, sin
lugar a dudas, la ausencia de condiciones ideales para que se
desenvuelva y fortifique la participación ciudadana, sin
embargo en la actualidad hay que ver con factibilidad como un
Gobierno como el actual , liderizado por el presidente comandante
Hugo Chávez Frías asume como bandera los elementos
de ciudadanía que acercan al colectivo a la toma de
decisiones, donde se fortalece una sociedad involucrada con sus
políticas públicas y con las decisiones de sus
gobernantes.

Ese estado desarrollador, construido a la medida de las
necesidades de su gente, es promotor de cambios en el modelo de
desarrollo asumido para dar mayor participación al
colectivo, puesto que si bien es un riesgo para el Estado, en
virtud de que se verá asediado por los miembros de la
sociedad civil organizada, no es menos cierto que garantiza la
transparencia del acto de Gobernar y permite ciertos
márgenes de tolerancia conque un gobierno "no
transparente" no podría contar.

En este sentido, Merchán, expone que la
participación ciudadana es un valor agregado para el
Estado, puesto que cada uno de los individuos y comunidades que
participen en los procesos de toma de decisión, van a
estar concentrados en defender sus intereses y por ende obedece a
un criterio colectivo que trasciende las visiones, expectativas y
necesidades estrictamente colectivas.

De allí que el modelo de organización
comunal y la seguridad ciudadana en el marco del Sistema de
Policial promulgada como Ley Orgánica (Gaceta Oficial
Nº 5.880 Extraordinario del 9 de abril de 2008), tiene como
meta la integración directa de las comunidades venezolanas
con el nuevo cuerpo de seguridad, y es que de manera conjunta
deben combatir la delincuencia y la inseguridad en todo el
país fortaleciendo los aspectos inherentes a la
prevención ciudadana.

Una de las grandes definiciones que se le ha dado a esta
nueva norma orgánica pertenece al Ministro, Tarek El
Aissami, quien se refirió a ella como "el rostro de las
comunidades en la función policial, ya que establece un
capítulo especial sobre la participación ciudadana
en esta materia y estipula que los cuerpos de policía
ahora deben rendir cuenta sobre su desempeño a las
comunidades". (El Nacional, marzo 2008, p.3)

La visión policial comunal se fundamenta en
cuatro aspectos esenciales: actitud preventiva y humanista,
policía comunal, articulación del sistema de
policía nacional y participación de las comunidades
en la prevención de delitos; en este aspecto el Tribunal
Supremo de Justicia (TSJ), ha expresado que la Ley
Orgánica regula y optimiza el sistema de policía
nacional.

La creación de un Sistema de Policía
Nacional, que a su vez permita la creación de un
subsistema de seguridad comunal, que permita la
unificación en un mismo órgano de las distintas
competencias de seguridad desde lo nacional, estadal y municipal,
ha permitido la concreción y organización de la
policía comunal con carácter preventivo, así
como un servicio de policía que garantice el respeto de
los derechos humanos; y la concreción de aspectos como la
actitud humanista, capacitación académica,
rendición de cuentas y evaluación de los
indicadores del desempeño.

Por tales motivos, la figura de un marco jurídico
que otorgue a las comunidades de canales expeditos de
participación en el tema de la seguridad, plantea la
erradicar la concepción que tiene el Estado burgués
de asociar la seguridad ciudadana con los intereses de las clases
dominantes. La burguesía dispone de cuerpos policiales,
militares -y paramilitares en países como Colombia– que
actúan como cancerberos, reprimiendo a las clases
populares con violencia, es tiempo de acabar con esa
visión clasista.

En otro aspecto, el cuerpo policial hace posible atender
las demandas sociales en áreas estratégicas de la
seguridad ciudadana, tales como el tema penitenciario,
migración, aduana, anticorrupción, delincuencia
organizada, programas antidrogas y el servicio policial comunal.
No puede existir competencia entre los cuerpos de seguridad del
Estado. Por eso esta Ley viene a establecer principios de
actuación común, normas básicas y un
referente moral y ético.

La idea del Gobierno Nacional al proponer este nuevo
instrumento jurídico fue la de crear una policía
socialista, una policía humanista, una nueva
policía para una Venezuela segura. Los cuerpos de
seguridad vecinales que trabajarán de la mano con los
consejos comunales, y tendrán la misión de frenar
los problemas de desórdenes públicos de
carácter local.

Consejos Comunales y
las mesas de Seguridad Ciudadana

El origen de los Consejos Comunales, y de su posterior
organización en Circuitos Comunales de atención
pública, parten del texto constitucional de 1999. El
artículo 62 refiere a la participación popular en
la gestión pública. El artículo 70 determina
las formas de participación en lo económico, social
y político.

Los Consejos Comunales han constituido una plataforma de
amplia difusión para promover esta forma organizativa, a
fin de estimular la participación organizada de las
comunidades en la solución de los problemas más
urgentes y cotidianos en relación al espacio social que
habita. En razón del ámbito de actuación de
los Consejos Comunales, en el caso específico de la
seguridad ciudadana, según la ley que los rige,
éstos pueden establecer áreas y comités de
trabajos de acuerdo con las particularidades y problemas de
seguridad que presenten las comunidades.

La necesidad de hacer cada vez más digno el
espacio social que se ocupa habitacionalmente, procurando elevar
la calidad de vida, implica para los habitantes de las
comunidades una motivación para el diagnóstico
social, elaboración de propuestas y proyectos y realizar
las gestiones ante los organismos gubernamentales
correspondientes, esto de alguna manera explica el éxito
que han tenido los consejos comunales. Los consejos comunales
deben partir de la idea de plantear problemas en búsqueda
de soluciones a situaciones temáticas más amplias y
que abarca temas como la inseguridad, la escasez de electricidad
y las deficiencias en la vialidad; problemas en el suministro de
agua; sustitución de techado; costo transporte;
canalización aguas servidas; recolección de
desechos sólidos; salud; vivienda; transporte;
construcción de infraestructura de servicios, entre
otros.

Las comunidades no solamente están demandando
soluciones de servicios y satisfacción de necesidades sino
que están planteando y realizando soluciones a los mismos.
Son las mismas comunidades populares las que están dando
respuesta a necesidades históricas. Se muestra un cambio
emergente protagonizado por los sectores populares, que van
asumiendo en grado creciente mayores niveles de responsabilidad
social.

La Ley Orgánica del Servicio de Policía y
del Cuerpo de Policía Nacional, en su Capítulo V,
reseña que el servicio de policía comunal es
preventivo y comprometido con el respeto de los valores,
identidad y cultura de cada comunidad. A fin de dar cumplimiento
a este servicio, la legislación venezolana vigente
establece que los cuerpos de policía pueden crear
núcleos de policía comunal que contribuyan a la
prevención del delito e involucren al colectivo en los
problemas de seguridad.

La nueva Policía salva distancias entre el
ciudadano y reivindica la figura de este ante la opinión
pública. Al respecto, Bayle, (2004) sostuvo que "una
rutina usual del funcionario policial en Venezuela consiste en
visitar constantemente las familias que habitan comunidades
problemáticas, antes consideradas como una suerte de
sectores infranqueables por los cuerpos policiales a no ser que
fuera mediante operativos tipo comando. La nueva Policía
trabaja con enlaces y coordinación con la comunidad.
Dentro de ésta deberá promover  iniciativas
para resolver los problemas con la ayuda de quienes
también tienen la responsabilidad de hacerlo como son las
partes comprometidas. Es así como la Policía
Comunal es un modelo policial de proximidad que responde a los
criterios establecidos en el diagnóstico por la
Comisión Nacional de la Reforma Policial (Conarepol) y que
responde al modelo construido en la Ley Orgánica de
Policía y del Cuerpo de Policía Nacional

Este modelo de policía comunitaria
desarrollará planes y programas diversos que enfoque su
gestión hacia la figura de la policía social que se
estrecha en la comunidad a través de los consejos
comunales (5to motor Constituyente) mediante reuniones
periódicas de donde puedan obtenerse un diagnostico sobre
la problemáticas delictiva y social del sector garantizado
la seguridad del testigo como medio de control denuncias. La
policía comunitaria trabajará en las mesas
técnicas de seguridad a fin desarrollar estrategias a
través de entrevistas directas, creaciones juveniles,
cursos o talleres de prevención del delito,
participación activa en actividades sociales deportivas
culturales, educativas, jornadas de salud preventiva y utilizando
su participación activa como otros medios de
difusión en la comunidad.

La mezcla de la cooperación funcional de la
institución con la colectividad, implica la máxima
interrelación posible con los diferentes actores sociales
a nivel local, municipal, y nacional. Si bien es cierto, la
formación de los policías, debe distinguirse de
manera diferenciada. Su formación ética, el
entrenamiento debe ser permanente y transversal, aun que con
especial énfasis en, quienes deberán liderar la
transformación y consolidación del nuevo modelo,
involucrando y comprometiendo a sus subordinados. Evidentemente,
la necesidad de mejorar los estándares en la
formación de los policías es transversal no solo en
Venezuela, sino en los países latinoamericanos, para cada
uno de sus cuerpos policiales. Tanto la evolución
histórica de nuestro país como el desarrollo
teórico sobre cómo entender la función
policial, han determinado que la formación deba ser
revisada y cuestionada,   para reformularse y reorganizarse
con miras a dotar a nuestro país de organizaciones
policiales más eficientes y eficaces, y agentes
idóneos para cumplir con ese desafío.

Y es en este camino hacia la profesionalización
de los cuerpos policiales, se hace necesario poner un
énfasis significativo en transformaciones hacia una
"formación humanista", tal y como lo afirma Saín
(2002) quien sostiene que cuando se inculca Valores como el
respeto por los derechos ciudadanos y una marcada tendencia hacia
la policía de proximidad, comunitaria, comprometida y
solidaria con el colectivo a través de todo aquello que la
institución defiende y define en su filosofía. Es
lo que le da grandeza en un noble cometido dentro de la sociedad.
"para proteger y servir, con apego a sus principios
éticos y morales de conducta y ciertos comportamientos
específicos que se muestran con orgullo y se preservan.
Conforme con una sociedad que juzga la importancia de personas,
acontecimientos o comportamientos que puedan encontrarse de
acuerdo a lo que se espera de su Policía.

Todo policía debe actuar Reflexivamente, estar
convencido de lo que les representa una satisfacción tanto
personal como frente a los demás. Con apego a la
honestidad, la disciplina, la voluntad de trabajar. Un emocionado
constante, traduciéndose esa emoción en
comportamientos concretos dentro del patrón de vida
institucional. En una sociedad cada vez más global; llena
de paradigmas y de cambios constantes es importante contar con
una fuerza policial abierta al aprendizaje, que en conjunto haya
desarrollado y generado una cultura sólida donde minuto a
minuto a nivel social, comunal, vecinal, les permita poder lograr
consolidar una identificación dentro de los miembros
componentes de la policía, con la fuerza en sí
misma y con sus principios más elementales. Buscar en los
miembros de la Policía puntos en común que sirvan
como cimiento para la construcción de una "Visión
Compartida", es decir un sueño por el que los miembros de
la fuerza tienen que trabajar todos en conjunto, porque si
alguien no comparte el objetivo colectivo o siente que su
permanencia es coyuntural, su trabajo no será el optimo,
ni apuntara al horizonte donde la fuerza quiere llegar en un
plazo determinado. Una fuerza que trabaje para conseguir lo que
se propone. "es deseo especial del Presidente Hugo Chávez,
el contar en cada rincón de la patria con una
policía más cercana al sentimiento del pueblo".
Así mismo sostiene que el policía es y debe ser
alguien consciente de su ética, sus valores y el ejercicio
de la ciudadanía, provisto con un cuerpo axiológico
que de estructura a nuestra sociedad ,Sociedad esta que ya no
soporta los embates nocivos de los antivalores expresados en
términos de criminalidad, esta condición de
descomposición social nos exige orientar acciones al
acercamiento y ejercicio político legítimo de
valores fundamentales, como la vida, la justicia y la solidaridad
que son, en sí mismos, la misión humanista de la
revolución bolivariana.

¿Qué
espera la comunidad de sus policías?

El Estado, reconoce a la policía como una
instancia formal que tiene en su función atender denuncias
ciudadanas de diversa naturaleza como víctima de delito.
Los funcionarios policiales deben tener claro cuáles son
sus funciones, las mismas se traducen en competencias que
ameritan especialización al momento de actuar para atender
las situaciones denunciadas por parte de los ciudadanos. Dentro
de la policía, los funcionarios deben estar capacitados
para responder adecuadamente a los llamados de los ciudadanos,
según se trate el caso, bien sea a través de
patrullaje vehicular o peatonal, asistencia radial centralizada,
entre otras.

Yépez (2004), El dinamismo de respuestas
policiales sugiere que a nivel interno, en la policía, el
propósito institucional debe dirigirse hacia la
efectividad de la responsabilidad de la instancia policial por
asistir a los ciudadanos. Así mismo, la policía
debe responder al principio de universalidad, lo que significa
brindar atención a la totalidad de ciudadanos cuando
éstos demanden asistencia policial.

En materia de políticas públicas, cuando
se trata de la función policial, los ciudadanos son los
beneficiarios directos de las políticas de tal naturaleza,
y en los sistemas democráticos se admite la importancia de
la opinión ciudadana sobre la efectividad de la
función policial. La contraloría social representa
una forma del control de la política, en la que los
ciudadanos participan para observar cómo el funcionario
policial está asistiendo a la población. Esto
significa que pueden surgir entre los ciudadanos muchas
inquietudes en cuanto a cómo adecúan los
funcionarios policiales sus respuestas a las demandas ciudadanas,
quiénes son los ciudadanos sobre los cuales recaen los
procedimientos policiales, y cuál es la capacidad
institucional para cambiar efectivamente políticas
vinculadas con procedimientos policiales.

Así mismo esta comunidad espera contar con un
Líder en cada institución, pero también es
cierto que los líderes son escasos, que no se les
encuentra a cada esquina y si se encuentra, la pregunta
sería: ¿Querrá trabajar en las condiciones
actuales? Tal vez la respuesta sea negativa, pero si lo hace de
seguro que la institución asimilara mucho de la
formación con la que cuenta aquel Líder; y su toque
se verá reflejado hasta en los procedimientos más
simples y en la figura que proyectarán sus seguidores a la
sociedad en su conjunto, es decir lo que conocemos como Imagen
Institucional.

Pero no solo de la influencia del Líder se va
nutriendo la imagen organizacional, sino también del
miembro que nadie quisiera tener entre su potencial, ni siquiera
de invitado, estoy refiriéndome obviamente al negativo, al
que espera que otro trabaje y que solo sirve para criticar y
demorar las tareas que la policía tiene planeadas
realizar; recuérdese que la imagen es mutable y que es
afectada por muchos factores, aquí radica justamente la
habilidad de los superiores encargados de construir y preservar
esa "Imagen institucional" de corregirlo o depurarlo. Esto es
parte de los valores también. Las acciones incorrectas
deben ser castigadas, no solo por su acción correctiva,
sino porque son parte del conjunto de valores propios de la
institución que hay que preservar. Este tipo de personas
debe ser erradicado de una policía que se dice eficiente.
Neil, (2003) Es inútil formular un perfil del futuro
policía, sino que debe elaborarse un perfil al que
responda y se adecue también el total de la fuerza
efectiva… . El trabajo de selección y depuración
de los hombres y mujeres de una institución deberá
ser una constante si es que se quiere una fuerza eficiente,
eficaz y efectiva.

Debemos recordar que estamos en un mundo descrito por
Alvin Toffler como el de la Tercera Ola en el que "el principal
factor de producción y acumulador de riqueza es el Capital
Humano" o que otros denominan como Potencial Humano.

El trabajo se hace atractivo cuando quien lo busca
piensa que se sentirá orgulloso de pertenecer a un equipo
eficiente y que sólo selecciona a los mejores. El
éxito de las organizaciones más importantes del
mundo, radica en que los miembros de su organización son
permanentemente capacitados y que las actuales técnicas
que avanzan día a día no le son extraños y
por el contrario se convierten en herramientas que les permiten
avanzar cada vez más. Por tanto la constante
capacitación es importante dada la velocidad de la vida
moderna, además de los adelantos tecnológicos y
científicos, sumados a estos las actuales formas de pensar
y conducirse de la sociedad y sus componentes. Todo esto exige
una mayor conciencia científica, que nos permita construir
una nueva concepción de un mundo cuyos cambios, son
más rápidos que los que antes se daban, y que los
seres humanos y las organizaciones están en la necesidad
de entenderlos o simplemente quedarse encerrados en el pasado.
Hoy las reformas tienden a hacer del policía un individuo
universitario, esto es bueno, pero téngase en cuenta que
no es necesario tener un doctor o licenciado en seguridad en cada
esquina, sino potencial apto y hábil para la tarea que
desempeña. La intelectualidad no asegura el alcance de los
objetivos institucionales sino se adquieren las habilidades
propias del policía que la sociedad reclama.

En la situación actual, la mayoría de las
instituciones policiales de América Latina se encuentran
inmersas en profundos procesos de cambios. Todavía no
existe un consenso claro y definido sobre su razón de ser
como organizaciones responsables del control formal del delito y
de contención y solución de los problemas sociales,
y en algunos casos falta un principio que delimite el papel que
deben cumplir en la sociedad.

Partes: 1, 2

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