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El dilema del 2012: Recortes o crecimiento (¿y por qué no, las dos cosas?) Parte I (página 2)




Enviado por Ricardo Lomoro



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10

– Los temores bancarios ponen nerviosos a los
inversionistas en renta fija (The Wall Street Journal –
5/1/12)

– Las decisiones recientes de la Fed son buenas para el
dólar (The Wall Street Journal – 5/1/12)

– La (des)Unión Europea: cómo se
globalizó la crisis (The Wall Street Journal –
6/1/12)

– El Banco Central Europeo interviene, pero no logra
frenar el alza de los rendimientos italianos (The Wall Street
Journal – 6/1/12)

Italia representa la mayor amenaza para la eurozona,
afirma Fitch (The Wall Street Journal –
10/1/12)

– A pesar de la crisis, los bancos españoles
siguen construyendo (The Wall Street Journal –
11/1/12)

– La euro zona probablemente experimentará una
recesión corta, calculan los economistas (The Wall Street
Journal – 11/1/12)

– S&P aplica la tijera a la calificación de
deuda de ocho países de la euro zona (The Wall Street
Journal – 13/1/12)

– Las reformas estructurales siguen siendo clave para el
futuro del euro (The Wall Street Journal –
13/1/12)

– La libra pierde la carrera contra el dólar,
pero no contra el euro (The Wall Street Journal –
13/1/12)

– La tragedia griega no tiene fin (The Wall Street
Journal Europe – 13/1/12)

Nota: A principios de verano, cuando Estados Unidos
estaba embarrancado en el debate político sobre el techo
de gasto público, S&P optó por poner en
revisión y, finalmente, rebajar, la calificación de
la deuda pública. No sin antes cometer un error
aritmético de bulto, según WSJ.

Los vencimientos de deuda estadounidense durante 2012
será seis veces superiores a los de los cuatro grandes
emergentes, ChinaIndiaBrasil y Rusia. Casi tres billones de
dólares, si sumamos también los intereses a pagar.
Sin embargo, estas cuatro economías, imparables en pegar
mordiscos a su porcentaje del PIB global, sólo
acudirán al mercado para pedir 482.000 millones de
dólares.

Sólo Japón afrontará más
vencimientos y pagos que EEUU pero el interés será
mucho menor. Los bonos nipones a diez años ofrecen
intereses menores del 1%, los segundos más bajos del
planeta tras Suiza. Los estadounidenses entregaron de media un
2,18% según la agencia Bloomberg. Así que la
factura a pagar por Washington podría superar en este 2012
a la japonesa.

Así y todo, EEUU atrajo tres dólares por
cada uno colocado en notas y bonos durante 2011.

El pasado 26 de diciembre (2011) se publicaba que
Japón y China habían llegado a un acuerdo para
prescindir del dólar en sus transacciones comerciales.
Pregunta, ¿qué ocurriría si los
países con superávits actualmente "pierden el
apetito" por la deuda pública estadounidense debido a que
ya no tienen tantos dólares? Ocurriría que Estados
Unidos tendría que ajustarse y no de forma coyuntural, lo
que es una gran contradicción con ser el patrón de
divisa mundial y por tanto tener déficits para abastecer
al mundo de dólares. Es decir, o bien EEUU se busca unos
nuevos amigos o bien el patrón dólar estaría
en peligro, con todo lo que ello conlleva para el "modelo
económico estadounidense". Es más, debido a que en
Europa tenemos a Alemania a la batuta con un fuerte ajuste en
proceso, parece que no colaboraremos en una posible
solución por lo que este hipotético escenario se
vuelve más peligroso.

Por otra parte, el Reino Unido, con un déficit
del 10% del PIB en 2010, un 80% del PIB de deuda y un crecimiento
del 0,7% en 2011, según Eurostat, conserva la triple A y
no está en revisión. Francia, con un déficit
del 7%, la misma deuda y un crecimiento del 1,6%, ha sido
rebajada.

Del "error aritmético de bulto" en la rebaja de
calificación crediticia de los EEUU a la "intocabilidad"
de la calificación del Reino Unido (business as
usual)…

¿Teoría conspirativa de la historia?
¿Presunción aventurada? ¿Duda razonable?…
Ustedes mismos.

Por si les quedara alguna duda sobre la
manipulación informativa (con premeditación y
alevosía) les agrego esta "perla" obsequiada por los
súbditos de Su Graciosa Majestad, pidiéndoles
perdón por alterar el orden cronológico (para
mantener la relación el discurso). And god save
the… City.

– Expertos británicos apuestan sobre seguro a que
el euro no cumplirá otros 10 años (Negocios.com –
2/1/12)

Apuestan, con una probabilidad del 99%,
a que la moneda común europea no sobrevivirá otros
diez años y aseguran que este mismo año
podría producirse la salida de al menos uno de los
países miembros de la eurozona.

Recién cumplidos los diez primeros años
con el euro en circulación, los expertos del Centro de
Investigaciones Económicas y Empresariales (CEBR por sus
siglas en inglés) apuestan, con una probabilidad del 99%,
a que la moneda común europea no sobrevivirá otros
diez años y aseguran que este mismo año
podría producirse la salida de al menos uno de los
países miembros de la eurozona.

"Parece que 2012 será el año en el que
comience la ruptura de la zona euro", advierte la
institución londinense que, sin embargo, otorga a su
propia predicción una fiabilidad del 60%. "No es algo
definitivo, sólo le concedemos una probabilidad del 60%,
pero nuestra previsión es que al finalizar el año
al menos un país miembro abandonará (el euro)",
aventuró Douglas McWilliams, consejero delegado del
CEBR…

"Ha quedado bastante claro en el último
año la virtual incapacidad política para forjar el
acuerdo que permitiría la supervivencia del euro",
añadió McWilliams en declaraciones recogidas por el
diario "The Telegraph".

De este modo, el CEBR alerta de que las probabilidades
de desaparición del euro en un periodo de diez años
han escalado hasta el 99% y apunta que la crisis puede forzar el
rescate de gran parte de los sistemas financieros de Francia y
Alemania para compensar su exposición a la deuda soberana
y sin descartar la posibilidad de su
nacionalización.

Y ahora, la traca final (con música y letra): los
vigilantes de los bonos (presuntos implicados)

"Standard & Poor´s ha rebajado la
nota a nueve países de la zona euro y ha puesto en
perspectiva negativa a todos excepto Alemania y Eslovaquia. El
recorte a España es de dos escalones, hasta A, mientras
que Francia pierde la máxima calificación
crediticia"… S&P baja la calificación de nueve
países de la zona euro: España pasa a A y Francia
pierde la máxima nota (Expansión –
13/1/12)

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Según explica S&P en su comunicado, la
decisión de aplicar una rebaja masiva a la nota a largo
plazo de los países de la zona euro se debe principalmente
a que las medidas económicas y políticas acordadas
por los principales líderes europeos son insuficientes
para hacer frente a las tensiones sistémicas a las que se
enfrenta Europa. Los acuerdos de la cumbre de la Unión
Europea (UE) del 9 de diciembre se basan "en un reconocimiento
únicamente parcial del origen de la crisis: que las
actuales turbulencias financieras se derivan ante todo de los
desequilibrios fiscales en la periferia de la eurozona",
señaló la agencia.

"Standard & Poor's Ratings Services le
quitó al gobierno francés su preciada
calificación de deuda a largo plazo triple A,
afirmó el viernes la firma, una medida que marca el
largamente esperado golpe a la posición internacional de
Francia y saca a la segunda mayor economía de Europa de la
cima de la liga financiera de la zona euro"…
S&P
aplica la tijera a la calificación de deuda de ocho
países de la euro zona (The Wall Street Journal –
13/1/12)

En anuncios realizados luego del cierre del mercado de
EEUU el viernes, S&P informó de cambios a la
calificación para 16 países de la zona euro, que
incluyó la rebaja de calificación de Austria a AA+
desde triple A. S&P redujo las calificaciones de Chipre,
Italia, Portugal y España en dos escalones y las de Malta,
Eslovaquia y Eslovenia en uno.

"En nuestra opinión, las
iniciativas de política tomadas por autoridades europeas
en las últimas semanas podrían ser insuficientes
para enfrentar problemas sistémicos en la zona euro",
afirmó S&P en una declaración divulgada luego
de las operaciones en Nueva York.

S&P confirmó la calificación a largo
plazo de triple A para Alemania, con una perspectiva estable, y
reafirmó las calificaciones de crédito a largo
plazo para otros seis países. La firma indicó que
tiene una perspectiva negativa sobre las calificaciones de 14
países de la zona euro, incluyendo a Francia, Italia y
Austria.

La rebaja de calificación de
Francia, un pilar del fondo de rescate del bloque monetario para
países más débiles, la que tiene el
potencial de causar las consecuencias más
notorias.

La decisión de S&P de rebajar la
calificación de Francia a AA+ ofrece una evidencia de lo
mucho que la crisis de deuda soberana de la región ha
contagiado a las grandes economías que se encuentran en el
núcleo del bloque, arrojando dudas sobre su capacidad de
apuntalar a los tambaleantes países de la periferia.
También tiene consecuencias directas para el fondo de
rescate de la región, cuya propia calificación
triple A se deriva de las garantías de sus miembros con
calificación triple A.

"El recorte en la calificación no
es histórico. Es la profundidad de la crisis de la euro
zona lo que es histórico", dijo Dominique Barbet,
economista de BNP Paribas.

La decisión de S&P implica
que el Fondo Europeo de Estabilización Financiera
podría perder su calificación triple A, necesaria
para tomar dinero prestado a tasas bajas que es usado para ayudar
a los gobiernos del bloque en problemas. Ya que Francia es el
segundo mayor contribuyente al fondo, es mucho más
probable que la capacidad del fondo sea limitada o que sus costos
para tomar prestado suban.

"Standard & Poor's rebajó el lunes de
"AAA" a "AA+" la calificación de deuda a largo plazo del
Fondo Europeo de Estabilidad Financiera"…
S&P rebaja
la calificación del fondo de rescate de la euro zona (The
Wall Street Journal – 16/1/12)

La medida era esperada luego que la firma decretara una
rebaja de las calificaciones de riesgo crediticio de varios
miembros de la eurozona.

La rebaja de la calificación de Francia dificulta
y encarece la ayuda del FEEF a países en problemas, porque
su propia calificación crediticia depende de la de sus
constituyentes.

S&P advirtió con anterioridad que una rebaja
de la calificación crediticia de cualquier país
europeo "AAA" podría costar al FEEF su calificación
de primer nivel.

Los semidioses del
rating (una dudosa aura de objetividad)

En el origen de la crisis fallaron los políticos,
incapaces de tomar medidas contracíclicas en el momento
del boom; los bancos centrales, al olvidar su carácter
preventivo y no reactivo; los supervisores bancarios con su
apuesta suicida por la desregulación; los directivos de
los bancos por su ambición y falta de previsión de
ciclo; imprudentes ciudadanos que no dudaron en entramparse al
calor del crédito barato; y, también, y las
empresas de calificación.

Quedó entonces demostrada su flagrante
incompetencia, que le llevaba a otorgar la máxima nota a
montones de basura; su falta de medios humanos y técnicos
para hacer frente a la avalancha de emisiones y emisores que
debían puntuar; su proverbial retardo a la hora de valorar
los fenómenos que afectaban a la solvencia y liquidez de
los calificados, amplificando su eco en el peor de los momentos
posible; la paradoja que suponía que sus honorarios los
pagaran no los mercados de cotización o los inversores
sino los propios, e interesados, sojuzgados; o el poder excesivo
que acumulaban, dado el carácter de oligopolio de una
industria con poco más de tres actores
principales.

Hubo un momento en el que pareció que se
impondría una suerte de lucidez colectiva. Alguien tuvo el
sueño de que era hora de minimizar su decisiva influencia,
pues no en vano su criterio en forma de A, B o C resultaba
determinante para que un activo fuera elegible por buena parte de
las principales carteras de inversión del mundo mundial, y
aumentar su fiabilidad, si de proteger a los compradores de esos
títulos se trataba.

Se habló de mayores exigencias en términos
de recursos y responsabilidades, de abrir el sector a la
competencia, de reconvertirlo en una suerte de agencias
semipúblicas, de reemplazarlas por el criterio de un pool
de brokers independientes, de cambiar su sistema de
remuneración. Poco se hizo.

El resultado es que, cuatro años más
tarde, nos encontramos en esta materia como al principio de los
tiempos de esta crisis. Los tres grandes, Moody´s,
S&P"s y Fitch siguen siendo una suerte de semidioses cuya
decisión determina el futuro ya no de una
compañía o entidad bancaria sino de todo un
país. Pulgar arriba, pulgar abajo; vida, muerte
financieramente hablando.

Revestidos de un dudoso aura de objetividad se ha
olvidado demasiado pronto sus errores pasados, que tanto dinero
hicieron perder a millones de inversores, y se disculpa, de forma
interesada por parte de los afectados, que sigan yendo muy por
detrás de los acontecimientos con el consiguiente
perjuicio para los propietarios de los valores sometidos a su
juicio.

De todos modos, para aquellos lectores
"políticamente correctos" que hayan llegado hasta
aquí (cosa que dudo) y no acepten mis "teorías
conspirativas", manteniendo la confianza en las agencias de
calificación, tomen nota de la siguiente frase:

"Un proceso de reformas basado únicamente en el
pilar de la austeridad fiscal tiene el riesgo de provocar su
propio fracaso, generando una caída de la demanda interna
asociada a la preocupación creciente de los consumidores
por la estabilidad del empleo y la renta disponible, erosionando
así los ingresos nacionales". El análisis es de
Standard and Poor´s y se inserta en el documento
justificativo del hachazo a la solvencia de la Eurozona asestado
el viernes (13/1), en concreto, en el capítulo dedicado a
España. La agencia que rebaja calificaciones con el
argumento de que los países de la Eurozona
difícilmente cumplirán los objetivos de
déficit, admite que los tijeretazos no son suficientes
para sanear las cuentas públicas, especialmente con la
economía europea a las puertas de una nueva
recesión. Si creen la letra (A), también deben
creer la música.

Abatidos por fuego
amigo (el brazo tonto de la Unión Europea):
metáfora de la estolidez

De Paris a Calcuta. El Parque Temático Europeo se
quedará en una Galería de los Horrores
Tercermundistas, por voluntad propia. ¿Se puede esperar
mayor ignominia?

Más allá de las "meigas" (brujas) que
haberlas haylas (batalla de la triple A)… las
instituciones y gobiernos europeos sólo pueden celebrar
que no exista una agencia que califique su credibilidad y
solvencia, porque podrían rozar la triple Z.

Los acontecimientos se cruzan (aleatoriamente) en mi
camino… y me ayudan (a veces condicionan) a redactar el
informe. Voy juntando "miguitas", aquí y
allí… voy "empatando" cables, amarillos, verdes,
rojos… y así salen, la mayoría de las veces,
mis denuncias, comentarios y reflexiones. Al hilo del vivir, con
los ojos muy abiertos, los oídos bien atentos y el
corazón caliente… podríamos agregar cierta
lógica económica (pero eso, actualmente, no
garantiza el "acerto", más bien todo lo
contrario).

La lectura de los periódicos "salmón", los
informes económicos de los organismos internacionales, los
"blogs" de ciertos gurús mediáticos, algunas
páginas web especializadas… en fin, un "ejercicio"
de 365 días al año, que muchas veces me deja con
agujetas y otras (bastantes) con dolor de cabeza. Copiar, pegar,
estudiar, archivar…

No siempre me agrada lo que ocurre (y registro). Tal vez
debería decir (como pesimista que soy), que la
mayoría de las veces me disgusta, me entristece, me
alarma… Pero qué se puede esperar de una tarea de
economista forense. De corresponsal de guerra… De
registrador de fallos y fracasos… De coleccionista de
cadáveres… Vivir "empotrado" en el acontecer
económico, e intentar, en la medida de lo posible, no
morir en el fuego cruzado (desinformación,
intoxicación, saturación o nauseas).

También las "fotografías" (a veces), me
ayudan a "ilustrar" algún tema. Este es el caso: un
accidente naval que coincidió con la redacción del
Paper (15/1/12). Son "metáforas", como decía Neruda
en "Il postino"… (a veces hasta los nombres los carga el
Diablo).

Sonría y diga "abandonen el barco, nos
hundimos"

Cuando sólo la tripulación tenía
salvavidas. "Las mujeres y los niños primero" y "el
comandante es el último en salir del barco" son dos
célebres dichos marineros que no se cumplieron en el
"Costa Concordia". La tripulación y su comandante salieron
los primeros despreocupándose del pasaje. Tanto, que el
comandante del crucero "Costa Concordia", Francesco Schettino,
fingió en sus conversaciones con la Capitanía de
Puertos que continuaba a bordo del buque cuando ya lo
había abandonado y cuando apenas había comenzado la
evacuación de pasajeros, según se desprende del
diálogo que mantuvo la noche del accidente recogido por el
diario "Il Corriere della Sera".

Sólo un nombre (tal vez) podría haber
superado en sentido metafórico europeo el de "Costa
Concordia", y ese podría haber sido: "Europa Sumergente".
Con igual final.

Un barco "italiano" (para más inri), que se hunde
a 150 metros de la costa, por "imprudencia temeraria" de su
Comandante, que además abandona la nave antes que los
pasajeros (y a tomar por culo) ¿Se podría pedir una
imagen (metáfora) más representativa del ocaso
europeo y del fracaso (y cobardía) de sus líderes
políticos?

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E la nave va… El absurdo de un naufragio a pie de
playa: "Nos decían que no pasaba nada y el barco se estaba
hundiendo" (sic) ¿Se fue la luz en Europa? ¿Contra
qué chocó la nave europea? ¿Cómo
fue?… Hay que "detener" al Capitán antes que huya
(homicidio culposo múltiple, naufragio y abandono del
barco)…

Metáfora: La UE se acercó demasiado a los
EEUU, hizo una maniobra "inexperta" y el casco de la nave europea
chocó contra el gran escollo de la financierización
de la economía, la desregulación, la
privatización y el librecambio. Una "parábola"
sobre el complejo de inferioridad europeo. ¿Consecuencia
de la "manía de las chocolatinas" que les daban los
soldados americanos a los niños alemanes de la posguerra?
Así nos va…

¿Qué diferencia hay entre el "hundimiento"
(culposo) del "Costa Concordia" y el "desmoronamiento"
(negligente) de la Unión Europea? ¿Qué
diferencia hay entre el comportamiento (irresponsable) del
Capitán Schettino y el comportamiento (negligente,
insensible, indigno, infalible, despótico, clasista) de la
Ministra de Exteriores, Jiménez (España) o del
Presidente de la Cámara de Diputados, Finí
(Italia), (recuerdo otros muchos casos que podrían
ilustrar la tesis principal, aún más si cabe, pero
que nos desviarían del tema), y como ellos el de tantos
líderes políticos nefastos (venales,
concupiscentes, prevaricadores), a lo largo y ancho de la alelada
Europa?

¿Cuántos abandonan el barco a la deriva
con los pasajeros a bordo? ¿Cuántos "transmiten" la
catástrofe desde la costa? ¿Cuántos han
huido (o huirán) con la "caja"? Si no fuera tan predecible
y no se lastimara la vida de miles de ciudadanos, hasta
sería divertido.

La impresión creciente (no puede ser, es
imposible) que la Unión Europea, quizás, enfrente
este lío monumental sin plan (parece demasiado horrible
para contemplar, en una situación como la actual, con un
continente al borde del abismo, con meses, si no años,
para preparar papeles), hace difícil (inasequible) no
sucumbir a la desesperanza.

Hasta aquí he intentado "introducir", con todos
los matices y correcciones que se deseen apuntar, la crisis
económica general y europea en particular que nos toca
compartir con casi todas esas naciones otrora llamadas
"avanzadas" (o ricas, o desarrolladas). La cuestión que,
obligatoriamente, hay que plantear ahora es la de si existe
salida o, como hasta la fecha, sólo nos cabe esperar
seguir dando vueltas a una noria que, históricamente, ha
resultado fatal y aciaga.

La cuestión a discutir y resolver es si como
ciudadanos (de los políticos no me fío y de los
banqueros menos) vamos a resignarnos a morir ahogados a 150
metros de la orilla, vamos a permitir que la tripulación
nos abandone a la deriva o vamos a continuar dando nuestros hijos
en adopción porque no podemos mantenerles, ni ofrecerles
futuro alguno. En definitiva si vamos a tolerar y transigir que
transformen el Primer Mundo (o lo que queda de él), en el
Tercer Mundo, sin intentar, a menos, una "primavera" europea o
norteamericana.

La propuesta a debatir (sobre la que se amplían
antecedentes en los próximos Apartados) es la siguiente:
Por encima de todo, se necesita una estrategia de crecimiento
amplia que acompañe a la austeridad, la cual permita que
los países periféricos europeos enfrenten su
crónica falta de competitividad. Eso implica un enfoque
más coordinado y consistente de las reformas
estructurales. La estrategia de crecimiento es también
válida (con sus matices) para la situación de los
Estados Unidos. Este es el problema de fondo, que no se resuelve
con alquimia financiera.

Parte I: Sección I – Las causas (la crisis
mutante), Sección II – Los efectos (la segunda ola del
tsunami financiero), Sección III – El "Santo Grial" del
superávit primario (fundamentalismo fiscal).

Parte II: Sección IV – Los daños
colaterales, Sección V Algo en lo que creer
(¿volver a crecer o morir al borde del futuro?)

– Parte I

– Sección I – Las causas (la crisis
mutante)

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Secretismo absoluto
("demasiado grandes para caer": cómo premiar el
fracaso)

"La banca mundial recibió ayudas por valor de
más de la mitad del PIB de EEUU sin el conocimiento del
Congreso de EEUU, obteniendo con ellas un beneficio de 13.000
millones de dólares. Este rescate encubierto se
organizó mediante préstamos secretos a intereses
prácticamente inexistentes. Y mientras, las entidades
mintieron públicamente sobre su salud financiera, se
dedicaron a crecer y a seguir pagando a sus empleados salarios
astronómicos"…
La Fed orquestó el rescate
secreto de los bancos inyectando 7,7 billones de dólares
(El Economista – 27/11/11)

Según recoge la revista Bloomberg Markets, la Fed
llegó comprometer 7,77 billones de dólares entre
2007 y 2009, incluyendo garantías además de
préstamos, para salvar al sistema financiero
mundial.

Aparte de esto estaba el rescate oficial del TARP
(Trouble Asset Relief Program), que ascendió a 700.000
millones de dólares.

El día más terrible fue el 5 de diciembre
de 2008, cuando la banca necesitó 1,2 billones de
dólares. Aquel día, Wall Street cerró con
subidas de más del 3% con una fuerte remontada a
última hora liderada por el sector financiero,
después de caer durante la mayor parte de la
sesión. También en esa jornada se nombró a
Ken Lewis, consejero delegado de Bank of America, banquero del
año: unos días antes, el 26 de noviembre, su banco
debía 86.000 millones encubiertos a la Fed y había
necesitado préstamos de emergencia para completar la
adquisición de Merrill Lynch.

Desde la Fed se asegura que prácticamente todos
los préstamos han sido devueltos y no ha habido
pérdidas para el contribuyente. Sin embargo, su
actuación siembra dudas porque permitió mantener
con vida a instituciones quebradas que además aprovecharon
ese dinero para crecer más y seguir repartiendo salarios y
bonus desorbitados entre sus empleados.

Estas nuevas revelaciones llegan gracias a que Bloomberg
LP ganó un juicio contra la Fed y un grupo de grandes
bancos estadounidenses, lo que forzó a que se hicieran
públicos los detalles de las operaciones entre el banco
central y el sector financiero.

La Fed argumentaba que publicar estos datos en su
momento crearía un estigma que cerraría el
crédito a las entidades que utilizaran al banco como
prestamista de último recurso.

La Fed ha realizado préstamos de emergencia a
través de la llamada ventanilla de descuentos desde su
fundación en 1913, pero a partir de agosto de 2007
creó numerosas herramientas para ayudar al sector
financiero, y a finales de 2008 ya había creado 11
facilidades de crédito distintas.

Normalmente, estos préstamos de emergencia son
más caros para que los bancos no abusen de este
privilegio. Sin embargo, durante la crisis, estos
préstamos de la Fed fueron los más baratos del
mercado, llegando a un mínimo del 0,01% en diciembre de
2008.

Estos programas de emergencia iban "mano a mano" con el
TARP, explica Sherrill Shaffer, profesor de la Universidad de
Wyoming y ex economista jefe de la Fed de Nueva York. El TARP
ayudó al banco central a aislarse de las pérdidas,
mientras que la decisión de la Fed de dar
financiación ilimitada a la banca permitió que
ésta no se colapsara, protegiendo a su vez el dinero que
el Tesoro puso para el TARP.

"Aunque el Tesoro estuviera en los titulares, era la Fed
quien realmente estaba orquestándolo", añade
Shaffer.

Por ejemplo, Bank of America y Citigroup recibieron
oficialmente 45.000 millones de dólares del TARP. Sin
embargo, al mismo tiempo estaban recibiendo préstamos
regalados de manera secreta por la Fed, llegando tocar picos de
cerca de 100.000 millones de dólares a comienzos de 2009
en ambos casos.

El problema es que los congresistas no sabían
nada de que se estuviera organizando un rescate que
permitió que Morgan Stanley recibiera 107.000 millones de
dólares en septiembre de 2008, poco después de la
caída de Lehman Brothers. Incluso los miembros del
gobierno de George W. Bush que gestionaban el TARP
desconocían estas actividades.

Judd Greg, ex senador republicano de New Hampshire y que
encabezó las negociaciones sobre el TARP, asegura que "no
sabíamos los detalles". Gregg es ahora asesor de Goldman
Sachs.

"Teníamos conciencia de que se estaban llevando a
cabo esfuerzos de emergencia, pero no sabíamos los
detalles", añade Barney Frank, congresista
demócrata que presidía el Comité de
Servicios Financieros de la Cámara.

Frank fue también uno de los impulsores de la
reforma de Wall Street con la que se pretendía acabar con
los excesos de la industria financiera. El Congreso
debatió esa reforma en 2010 sin el conocimiento completo
del nivel de dependencia de la Fed que tenían las
entidades financieras, denuncia Bloomberg.

Mientras, las grandes entidades estadounidenses
siguieron creciendo y siguieron pagando a sus empleados tanto
como en los momentos más álgidos de la burbuja
inmobiliaria.

En concreto, los activos de los seis mayores bancos
crecieron un 39% entre septiembre de 2006 y septiembre de 2011,
hasta alcanzar los 9,5 billones de dólares. Los empleados
de estas entidades vieron crecer sus compensaciones un 20% en
esos cinco años, siendo el salario media el mismo en 2010
que en 2007, antes de la crisis y los rescates.

Estas ayudas encubiertas de la Fed permitieron, por
ejemplo, que Wells Fargo comprara Wachovia, que estaba recibiendo
préstamos secretos por valor de 50.000 millones para
evitar su colapso. Algo similar se hizo con Bear Stearns, que
recibió 30.000 millones para mantenerse a flote y que JP
Morgan pudiera finalizar su adquisición.

"Cuando ves los dólares que obtuvieron los bancos
es difícil decir que eran instituciones exitosas", asegura
Sherrod Brown, senador de Ohio que intentó introducir una
ley en 2010 para limitar el tamaño de las entidades. "Esto
es un tema que puede unir al Tea Party con Occupy Wall Street.
Hay congresistas en ambos partidos que cambiarían sus
votos ahora".

Esta propuesta de Ley habría obligado a las seis
mayores entidades a reducir su tamaño, pero la banca
consiguió salirse con la suya argumentando que
sería "castigar el éxito", recuerda Brown. Pero
ahora que se sabe la cantidad de dinero que necesitó el
sector puede que los senadores y representantes pensaran
distinto.

Kauffman concluye: "No estamos en absoluto, preparados
para otra crisis financiera".

El "socio europeo" recibió el tsunami sub-prime
con la "caja abierta" (para los bancos)

"El sector bancario recibió un total de
ayudas públicas de 1,6 billones de euros entre octubre de
2008 y diciembre de 2010 procedente de los países de la
Unión Europea (UE), lo que supone un 13 % del Producto
Interior Bruto (PIB) europeo, según datos publicados hoy
por la Comisión Europea (CE)"…
La banca europea
recibió 1,6 billones de euros públicos entre 2008 y
2010 (Cinco Días – 1/12/11)

En cambio, el apoyo público a la economía
real cayó en 11.700 millones el año 2010, lo que
supone un descenso de prácticamente un 50% respecto a
2009. Esta bajada se debe, según el Ejecutivo comunitario,
a la poca demanda y a las restricciones presupuestarias aprobadas
en la mayoría de países de la UE.

Es por ello que la Comisión propuso hoy extender
durante 2012 la duración del marco temporal de ayudas al
sector financiero, pero dar por terminado el marco de ayudas a
los sectores productivos. El régimen, que se puso en
marcha en 2008 tras la quiebra del banco estadounidense Lehman
Brothers, vencía a finales de año, pero el
Ejecutivo comunitario ha decidido extenderlo "todo el tiempo que
lo exijan las condiciones del mercado" por el agravamiento de las
turbulencias financieras.

"La condición clave para desconectar la
máquina de respiración asistida entre el Estado y
el sector financiero es que se solucione la crisis de la deuda
soberana", declaró en un comunicado el vicepresidente de
la Comisión encargado de Competencia, Joaquín
Almunia. "Gracias al control de las ayudas estatales, el apoyo
cumplió con los objetivos de proteger la estabilidad
económica y financiera sin crear hasta ahora ningún
daño irreparable a la competencia en el mercado
común", añadió.

El vicepresidente de la CE indicó que
anulará las normas actuales de ayuda a la banca "tan
pronto como lo permitan las condiciones del mercado", y que
asegurará que "la ayuda recibida por los bancos y por la
economía real se destina a crear crecimiento y
empleo".

De los 1,6 billones entregados al sector bancario, casi
1,2 billones -es decir, el 10% del PIB- se destinó a
garantías estatales a la financiación de las
entidades y a otras medidas de apoyo a la liquidez, según
la CE. Además, las instituciones financieras recibieron
algo más de 400.000 millones de euros en medidas de
recapitalización y tratamiento de activos para mejorar su
solvencia.

El 58% de estas ayudas fue entregado a bancos de tres
países: Irlanda (25 %), Reino Unido (18 %) y Alemania (15
%).

Además, los gobiernos europeos pusieron 82.900
millones de euros a disposición temporal de las empresas
del sector productivo, aunque en 2009 se utilizaron 21.000
millones y en 2010, 11.700 millones. La ayuda a la industria y a
los servicios fue de 61.000 millones de euros, o de un 0,5% del
PIB, de los cuales un 85% se destinó a objetivos de
interés común.

Los Estados miembros de la UE también
garantizaron subsidios de hasta medio millón de euros por
empresa, aunque estas medidas temporales fueron abandonadas
parcialmente el año pasado y sustituidas por
garantías, intereses reducidos, ayuda al capital riesgo o
inversiones en medio ambiente.

Las ayudas habituales, esto es, que no se instauraron a
raíz de la crisis, permanecieron en 2010 a niveles
similares a los de años anteriores, concretamente en
73.800 millones de euros -un 0,3% del PIB de la UE-.

Asimismo, la CE aseguró que en 2010 las
administraciones públicas recuperaron un 82% de los 12.000
millones entregados en subsidios considerados ilegales por las
autoridades europeas.

Para más inri, gran parte de las ayudas europeas
fueron para los bancos del euroescéptico Reino Unido, del
paraíso fiscal Irlandés y de la ortodoxa
Alemania

"Los bancos de Irlanda, Reino Unido y Alemania,
recibieron entre 2008 y 2010 el 58% del total de ayudas que los
diferentes Estados de la UE prestaron al sector financiero. En
total fueron 1,608 billones de euros, el 13% del PIB, que han
proporcionado un poco de bálsamo en medio de una crisis
severísima
"… Casi el 60% de las ayudas, para bancos
de Reino Unido, Irlanda y Alemania (El País –
2/12/11)

En el caso de Irlanda el porcentaje del total fue del
25%; del 18%, para Reino Unido y del 15%, para Alemania. Entre
estos países no están los del sur de Europa, que
aparecen como más vulnerables.

Estas cifras, proporcionadas el 1 de diciembre (2011)
por el comisario europeo de Competencia, Joaquín Almunia,
contrastan con las cantidades destinadas a la economía
real. Estas han caído hasta 11.700 millones de euros, un
50% menos que en 2009. La escasa utilización de estas
ayudas, más las restricciones fiscales de los Estados para
paliar la crisis de deuda, han mermado la capacidad de
actuación.

Al final, son vasos comunicantes. "La condición
clave para desconectar la máquina de respiración
asistida entre el Estado y el sector financiero es que se
solucione la crisis de la deuda soberana", afirmó Almunia.
Mientras que el sistema de ayudas a la banca se prorroga un
año, en el caso de las destinadas a la economía
real, la Comisión considera que los mecanismos habituales
(capital riesgo, eficiencia energética y pymes) son
suficientes.

La mayor parte de esa enorme transfusión a los
bancos europeos se produjo a través de medidas para
restablecer la liquidez en forma de garantías. En total,
1,199 billones de euros, mientras que las destinadas a elevar la
solvencia se situaron en 409.000 millones de euros, a
través de la recapitalización de entidades
financieras.

Avalancha de liquidez: el BCE "supera" a la Fed (barra
libre a los bancos por tres años)

"Mario Draghi pone la alfombra roja de la liquidez a
la banca, para facilitar que el crédito fluya. Dará
barra libre de 36 meses, con lo que limpia de obstáculos
los balances de las entidades durante tres años, y
además aceptará más colaterales para dar esa
liquidez"…
Dragui arregla la liquidez de la banca para los
próximos tres años (Cinco Días –
8/12/11)

Avalancha de liquidez para la banca de la mano del Banco
Central Europeo (BCE). Mario Draghi ha cumplido las expectativas
y ha presentado una batería de medidas para evitar que se
produzca un colapso del sistema financiero de la zona
euro.

Todas las fórmulas para tratar de evitar que la
zona euro se suma en una recesión, todas se centran en
apoyar el sistema financiero.

Primera medida, ampliará la barra libre de
liquidez a la banca a periodos no vistos hasta el momento. Ha
anunciado una subasta con vencimiento en 36 meses que se
celebrará el próximo 21 de diciembre (2011) y que
sustituye a la de 12 meses anunciada el pasado 6 de octubre
(2011) por su antecesor Jean-Claude Trichet. Esta medida
permitirá cubrir todos los vencimientos de las entidades
financieras durante los próximos tres
años.

Segunda medida. El BCE ha ampliado el abanico de los
activos que admite como garantía para prestar la liquidez.
Ahora admitirá titulizaciones con una nota de A (hasta
ahora los aceptaba, pero tenían que tener triple A) y, la
gran novedad, créditos hipotecarios y a pequeñas y
medianas empresas y además abre la puerta a que otro tipo
de créditos pueda ser aceptado siempre que hayan recibido
el visto bueno del banco central del país de la entidad
financiera; por ejemplo, el Banco de España en el caso de
las entidades españolas.

Draghi ha explicado en rueda de prensa posterior que
esta medida sobre los colaterales beneficia a las pequeñas
y medianas entidades. Y es que estas no cuentan en balance con
activos tales como cédulas hipotecarias -al menos, no en
la gran cantidad con la que cuentan los grandes bancos- y que
precisamente son las entidades de tamaño mediano las que
aportan más crédito a la economía
real.

Tercera medida. Se rebaja la ratio de reserva de la
banca, hasta el 1% desde el 2%, lo que liberará liquidez
en el mercado. Draghi ha justificado esta decisión debido
a la barra libre de liquidez que ha puesto en marcha el BCE. "No
es necesario que el sistema de reservas sea el mismo que bajo
circunstancias normales de mercado (…)". La medida
entrará en vigor a partir del 18 de enero de
2011.

Cuarta medida. Suprime las operaciones de ajuste, una
medida técnica necesaria para facilitar la liquidez de los
mercados monetarios, según ha explicado. Las operaciones
de ajuste son préstamos o depósitos que el
organismo ofrece a las entidades financieras cuando el mercado
registra un exceso o defecto de liquidez.

El QE encubierto del BCE: un típico caso de
hipocresía europea (cornuda y apaleada)

"Los bancos han acudido con voracidad a la
histórica subasta del BCE. Han sido 523 entidades que han
solicitado 489.000 millones de liquidez, superando las
expectativas previstas. El plazo de los préstamos es de
tres años, el más amplio hasta ahora"…
Los
bancos de la eurozona piden 490.000 millones al BCE (Cinco
Días – 21/12/11)

Los bancos han acudido a la llamada de Mario Draghi.
Ante el cerrojazo del mercado interbancario y el fundado temor a
un colapso del sistema financiero de la zona euro el presidente
del BCE sacó a principios de diciembre (2011) la
artillería pesada y anunció una extensión de
los plazos para los préstamos de liquidez ilimitada a la
banca. Dos subastas con vencimiento en 36 meses, algo nunca visto
antes.

Han sido 489.000 millones de euros, superando
ampliamente el umbral previsto por los analistas. El consenso de
analistas de Bloomberg preveía que la puja de las
entidades alcance los 293.000 millones de euros. La encuesta de
Reuters, por su parte, apunta a 250.000 millones. Otras fuentes
del mercado estimaban que cualquier cifra final por debajo de los
400.000 millones de euros sería interpretado como un
fracaso.

Se ha cumplido también otra de las previsiones.
Que la mayoría de las entidades que acudieron a la
última subasta a 12 meses (celebrada en octubre 2011)
optaran por un canje de posiciones para alargar el plazo de
vencimiento. Del total de 57.000 millones prestados en la
última subasta a un año, han sido 45.700 millones
los que han cambiado de plazo. El emisor europeo ha informado a
los bancos que deberán devolver el efectivo prestado hoy
el 29 de enero de 2015.

La crisis de deuda soberana ha aumentado el riesgo de un
impago primero de los Estados, pero también de las
entidades financieras más saturadas de deuda
pública en sus balances. Los bancos no se fían los
unos de los otros, obstruyendo así la circulación
del crédito. El emisor europeo ha decidido facilitar la
aportación de liquidez a las entidades al corto y medio
plazo con el objetivo declarado de que abran las puertas del
crédito a empresas y familias, y reactivar así la
estancada economía real de la zona euro.

Además, en el largo plazo, se amplía el
abanico de los activos que admite como garantía para
prestar la liquidez. Ahora, aparte de los bonos de
titulización con una nota de A servirán
también los créditos hipotecarios de
pequeñas y medianas empresas. Y también cualquier
otro tipo de créditos que hayan recibido el visto bueno
del banco central del país de la entidad financiera de
turno. Diversos medios han interpretado la fuerte demanda de la
subasta de hoy como una oportunidad para las entidades de colocar
como colateral en el BCE esos activos de difícil
salida.

Otra de las claves hay que buscarla en el ingente
volumen de vencimientos que afronta el sector financiero el
año 2012. Los bancos de la zona euro asumen unos
vencimientos de alrededor de 230.000 millones de euros en el
primer trimestre del 2012 según el propio BCE. El volumen
total de compromisos que afronta la banca el año 2012
oscila entre los 600.000 millones que prevé el Banco de
Inglaterra, y los 700.000 de la Autoridad Bancaria
Europea.

Además, pese a las contraindicaciones del emisor
europeo, las entidades bancarias están tentadas de hacer
negocio con el conocido como carry trade. Con las oleadas de
dinero barato que obtienen del BCE (1%) suman posiciones en la
últimamente lucrativa deuda pública (la
rentabilidad del bono español a 10 años en el
mercado secundario supera el 5%). Todos los analistas apuntan a
este tipo de operaciones como una de las claves de los buenos
resultados del Tesoro en sus últimas tres citas con el
mercado.

El BCE ha prestado también hoy 29.740 millones de
euros a tres meses y 33.003 millones de dólares a catorce
días, en otras dos operaciones paralelas.

Cuentas…

"En la noche del 14 de septiembre de 2008, el cuarto
banco de inversión más grande de EEUU
quebró. Desde entonces, nada es lo mismo en las finanzas y
la economía mundial"…
Y con Lehman nació…
la gran recesión (El Economista –
13/6/11)

"La cuestión es que tenemos que prepararnos ahora
mismo para la quiebra de Lehman Brothers. Y para la de Merrill
Lynch. Y para la de AIG. Y para la de Morgan Stanley. Y tal vez
para la de Goldman Sachs". Estas palabras corresponden a Jamie
Dimon, el consejero delegado de J.P. Morgan. Según el
detallado relato de Andrew Ross Sorkin en su obra Malas noticias,
las pronunció en la mañana del 13 de septiembre de
2008 en una teleconferencia con varios de los principales
directivos de la entidad.

Poco más de 24 horas después, su
advertencia comenzó a cumplirse. En la noche del 14 de
septiembre, Lehman Brothers, el cuarto banco de inversión
de EEUU, quebró; Merrill Lynch se salvó en el
último momento gracias a que, con la intercesión de
las autoridades norteamericanas, fue adquirido por otra entidad,
Bank of America; la aseguradora AIG tuvo que ser rescatada, con
una primera inyección de 85.000 millones de
dólares, por la Reserva Federal (Fed), el banco central de
Estados Unidos. Y la secuencia se interrumpió en la noche
del 18 al 19 de septiembre con una maniobra de urgencia por parte
del secretario del Tesoro, Henry Paulson.

Todo ello en menos de una semana. Nunca antes en la
historia reciente el universo financiero había estado tan
cerca de desintegrarse. "Desde el cierre bancario decretado por
Franklin D. Roosevelt no se había producido nada igual",
rememora Juan Ignacio Crespo, director europeo de
Thomson-Reuters. Y aquello se produjo en 1933. Esto es, en plena
Gran Depresión. Setenta y cinco años
después, la caída de Lehman dio paso a otra crisis
legendaria: la Gran Recesión.

La herida sigue abierta

Es más, a junio de 2011, 1.000 días
después, los efectos de su quiebra y de aquella semana
aún perduran. La parálisis general posterior a
semejante Armagedón financiero provocó una herida
tan profunda en la economía real que ésta
todavía no la ha curado. "Los shocks financieros que
golpearon la economía mundial en septiembre y octubre (de
2008) fueron los peores desde los años 30 y ayudaron a
empujarla hacia la recesión más profunda desde la
Segunda Guerra Mundial", admitió Ben Bernanke, presidente
de la Reserva Federal.

En Estados Unidos esa huella resulta evidente en dos
terrenos fundamentalmente. Por un lado, el empleo. Antes de la
quiebra de Lehman, la tasa de paro se encontraba en el 6,1 por
ciento; ahora, y tras haber llegado al 10,1 por ciento en octubre
de 2009, permanece en torno al 9 por ciento. Y por otro, el
sector residencial. Las ventas de viviendas nuevas siguen sin
remontar el vuelo y continúan por debajo de las 400.000 al
mes -en tasas anualizadas-, cuando su media histórica
asciende a 690.000. También se encuentran por debajo de su
promedio histórico las ventas de casas de segunda
mano.

Pero el estruendo de la caída de Lehman Brothers
se oyó en todo el mundo. Y también su efecto
destructor, que se propagó por la economía global.
Activó, de hecho, un círculo vicioso cuyo
movimiento sigue en curso para configurar una crisis perfecta,
camaleónica, que se resiste a dar su brazo a
torcer.

"El colapso de (Lehman) causó que los mercados
interbancarios dejaran de funcionar", afirmó igualmente
Jean-Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo (BCE).
Sin el crédito fluyendo entre los bancos por la
desconfianza con la que unos miraban a otros, los problemas se
trasladaron inmediatamente a la economía real. La
recesión se agravó, el paro creció, el
consumo se detuvo… y todo ello intensificó el pinchazo
de la burbuja inmobiliaria en países como Estados Unidos,
Irlanda o España, algo que, a su vez, agravaba todos los
problemas anteriores.

Para paliar esos impactos, los Estados dieron un paso al
frente. Rescataron bancos, con la consiguiente polémica de
socializar las pérdidas cuando antes no se hizo lo mismo
con los beneficios, y desempolvaron las recetas del economista
británico John Maynard Keynes para intentar estimular la
demanda con mayor gasto público. Pero el multiplicador
keynesiano, por el que cada nuevo euro introducido en la
economía genera más crecimiento, no tuvo el alcance
esperado. En parte por la ausencia de confianza; y en parte,
también, porque los países no disponían de
demasiado margen de actuación. Ni siquiera los Estados
pueden estirar el brazo más que la manga. No pueden gastar
de forma ilimitada, y los déficits públicos
comenzaron a aumentar. Los problemas de pagos del sector privado
se trasladaron a la deuda soberana, hasta el punto de que varios
países de la zona euro, como Grecia, Irlanda y Portugal,
han tenido que recibir dinero porque, de lo contrario, no
hubieran podido afrontar sus respectivos compromisos
financieros.

Incógnitas abiertas

La cuestión es: ¿acaso no se pudieron
predecir estas consecuencias? Y en ese caso, ¿por
qué no se evitó la quiebra? Nadie mejor que
Bernanke para responder. "Pensaba que si Lehman quebraba las
consecuencias para la economía de EEUU serían
catastróficas", confesó en septiembre de 2010 ante
la Comisión de Investigación de la Crisis
Financiera (CICF) convocada por el Congreso estadounidense.
Entonces, ¿por qué no se impidió? "Con gran
tristeza tuve que admitir que no había otra opción.
Simplemente no había manera de salvar a la entidad",
reconoció.

Y eso que tanto Richard Dick Fuld, el presidente y
consejero delegado de Lehman, como las autoridades
norteamericanas, con el secretario del Tesoro, Henry Paulson, y
Bernanke a la cabeza, estuvieron buscando soluciones durante
medio año. En concreto, desde que tejieron la
compra-rescate de Bear Stearns por parte de J.P. Morgan en marzo
de 2008 para evitar la quiebra del primero. En ese mismo momento,
Paulson y Bernanke asumieron que podía haber más. Y
sabían que el siguiente en la lista era Lehman.
También lo sospechaba el mercado. Es más, desde el
cierre de 2007 hasta el viernes 12 de septiembre, la
cotización del banco se hundió un 94 por ciento,
hasta los 3,65 dólares.

En los meses posteriores al salvamento de Bear Stearns,
Lehman intentó, por todos los medios y alentado por
Paulson, conseguir capital para reforzar su balance.
Contactó con uno de los grandes entre los grandes, Warren
Buffett, pero el oráculo de Omaha, fiel a su tradicional
estilo de inversión, rehusó la invitación de
poner dinero en el banco. Exploraron el terreno asiático,
concretamente en Corea del Sur, pero las conversaciones tampoco
fructificaron.

Mientras, en público, Fuld y su equipo se
empeñaban en negar la realidad. Pero su nerviosismo se
traslucía en las sucesivas guerras que fue abriendo.
Contra el Wall Street Journal por sus informaciones, contra el
gestor de hedge funds -fondos de inversión alternativa-
David Einhorn, por dudar de la situación financiera de la
entidad… Sin embargo, la suerte, mala en esta ocasión,
estaba echada. El banco, perdido por la ambición de Fuld y
su mano derecha, Joe Gregory, había ido demasiado lejos en
sus posiciones inmobiliarias, cegado por el afán de ser
más que Goldman Sachs. Y conforme el sector residencial se
desinfló y los activos respaldados por hipotecas
comenzaron a perder valor y a quedarse incluso sin mercado, por
la imposibilidad de fijar un precio, el declive de Lehman
resultó imparable.

El epitafio comenzó a escribirse en la noche del
domingo 14 de septiembre. "Bueno, supongo que esto es un
adiós", reconoció el propio Fuld, según
detalla Ross Sorkin, en la última reunión de
urgencia del consejo de Lehman, una vez que el Tesoro le
confirmó que no quedaba otra salida que la
quiebra.

¿Habrá más en el futuro?

A junio de 2011, mil días después, otra de
las incógnitas reside en si se han aprendido las
lecciones. Por el momento, los reguladores y las autoridades
políticas y monetarias han diagnosticado que la banca
necesita un nuevo armazón legal, definido en las normas de
Basilea III, que refuerza los requisitos de capital exigidos a
las entidades. Otra de las lecciones supuestamente aprendidas -y
anotadas- la expuso Bernanke ante la CICF. "Como vimos en 2008 y
en 2009, las firmas demasiado grandes para caer pueden llegar a
ser un gran riesgo para el conjunto de la estabilidad financiera.
Si la crisis tiene una única lección, es que el
problema del demasiado grande para caer debe ser resuelto".
¿Bastara con eso? Puede que no. "Las lecciones
están aprendidas y… olvidadas. Hasta la siguiente
ocasión", sentencia lapidariamente Juan Ignacio
Crespo.

El origen de la
crisis

"En el decenio anterior a la crisis la
economía mundial experimentó, si bien con algunos
sobresaltos, una etapa de elevado crecimiento, baja
inflación, expansión del comercio internacional, y
avances en países emergentes, que formó parte de un
periodo tan excepcional que se conoce como The Great Moderation.
No obstante, había algunas tendencias preocupantes: i) un
elevado crecimiento de los precios de los activos inmobiliarios
en muchos países, ii) los desequilibrios globales que se
manifestaban en los elevados y crecientes déficit de la
balanza por cuenta corriente (especialmente, pero no solo, en
Estados Unidos), iii) una fuerte expansión del
crédito y del apalancamiento financiero y iv) la
proliferación de expectativas excesivamente optimistas,
incluso en países, como España, con un
raquítico crecimiento de la productividad"…
Sobre
la crisis, los bancos, el gobierno y todo eso… (Fedea –
11/6/11)

A la expansión del crédito contribuyeron
la laxitud de las entidades financieras a la hora de conceder
préstamos, una regulación y supervisión
financiera poco solvente basada en una evaluación de
riesgos muy poco fiable y la relajación monetaria de los
bancos centrales que mantuvieron unos tipos de interés
excesivamente bajos durante mucho tiempo provocando un exceso de
liquidez. En este contexto, familias y empresas se endeudaron por
encima de sus posibilidades sobre la base de las expectativas
excesivamente optimistas. Algunos gobiernos también se
dejaron llevar por el optimismo, no quisieron reconocer el
carácter excepcional e insostenible de aquella
situación y se olvidaron de identificar y de resolver las
debilidades estructurales, que, como en el caso de la
economía española, eran bastante
evidentes.

En otras palabras, aquello era como una fiesta
desmadrada, que organizan unos, otros abren la puerta para que
entre todo el mundo, otros traen más bebidas y drogas de
nuevo diseño, los que pueden avisar a la policía no
ponen demasiado entusiasmo y, además, la policía
parece despistada y dedicada a otros menesteres. (En esas
situaciones, aunque aparezca algún "cenizo" que advierta
de que la resaca puede ser monumental, sus advertencias no suelen
ser tenidas en cuenta).

Con esta interpretación, en el origen de la
crisis hay muchas responsabilidades compartidas y es
difícil señalar a un culpable o atribuir sus causas
exclusivamente a "una conspiración del poder financiero
internacional apoyada por gobiernos corruptos y justificada por
economistas vendidos al capital". Si hubo una expansión
desmedida del crédito, tuvieron que concurrir tanto
factores de demanda como de oferta. Al fin y al cabo, hacen falta
dos para bailar el tango.

Las tres fases de la crisis

La crisis se está desarrollando en tres fases. La
primera se extiende desde julio de 2007 a septiembre de 2008,
cuando se produce el estallido de la burbuja inmobiliaria en
Estados Unidos y la quiebra de las hipotecas subprime, lo que
acabó afectando a las entidades financieras más
involucradas en el negocio de "originar para distribuir", es
decir, constituir hipotecas para venderlas. Los bancos
españoles, menos expuestos a los activos "tóxicos"
estadounidenses, no sufrieron entonces pérdidas
considerables, pero vieron cerrada la principal fuente de
financiación con la que sostenían la
expansión del crédito en España, el trasvase
de ahorro de otros países europeos hacia nuestro
país.

La segunda fase comienza el 15 de septiembre de 2008. La
quiebra de Lehman Brothers provocó un pánico
financiero en los mercados mayoristas de financiación y le
dio un carácter sistémico a la crisis, provocando
una caída del comercio internacional y de la actividad
industrial mundial sin precedentes, que hizo que incluso
países en los que no se produjo la "fiesta crediticia"
sufrieran una intensa recesión. En los países
"festivos", además, el aumento del coste de la
financiación y la disminución del consumo y de la
inversión provocada por la caída de la riqueza,
tras la disminución de los precios de la vivienda y de los
activos financieros, intensificó el desplome de la demanda
interna. Es entonces cuando, para evitar el colapso de la
economía mundial, gobiernos y bancos centrales
recurrieron, respectivamente, a políticas fiscales
expansivas y a la ampliación, cuantitativa y cualitativa,
de medidas extraordinarias de provisión de liquidez que se
habían introducido en la primera fase de la
crisis.

Estas medidas fueron, en principio, eficaces y a
mediados de 2009 comenzó una recuperación
económica, al tiempo que la situación en los
mercados financieros tendía hacia la normalización.
Pero algunos gobiernos siguieron sin reconocer que, aunque la
recesión se manifestó con un desplome de la
demanda, la crisis tenía su origen en causas estructurales
y que añadir deuda pública a la privada no era la
solución definitiva.

La tercera fase de la crisis se inicia en abril de 2010.
El detonante fue el reconocimiento de que la situación de
las finanzas públicas en Grecia era mucho más
precaria de lo que se tenía constancia oficialmente. Las
mechas de transmisión fueron la elevada
interconexión financiera entre los países de la
zona del euro y los problemas de gobernanza de la Unión
Monetaria Europea. Así, lo que en principio era una grave
imprudencia fiscal de un país periférico, se
acabó convirtiendo en una crisis de deuda soberana en la
zona del euro. Junto con Grecia, Irlanda, que alcanzó un
déficit público superior al 30% del PIB en 2010
como resultado de la decisión de su gobierno de garantizar
todas las pérdidas bancarias, y Portugal, que no
había disfrutado de crecimiento económico durante
mucho tiempo y también había acumulado necesidades
de financiación elevadas, tuvieron que recurrir a la ayuda
financiera internacional.

A mediados de 2011, siguen sin resolverse los problemas
de gobernanza de la UEM y existe un riesgo considerable de
contagio a más países con elevadas necesidades de
financiación. En esta situación es difícil
que los gobiernos de los países más afectados
puedan obtener recursos financieros para mantener
políticas fiscales expansivas.

Cumplidos cuatro años desde el inicio de la
crisis. En lo fundamental, los problemas que la causaron siguen
sin resolverse. Para hacer frente a los retos planteados, las
instituciones internacionales económicas y financieras han
comenzado una intensa labor interventora, creando nuevos
comités, grupos de trabajo, organismos, etc.. Sin embargo,
no se ha avanzado de forma decisiva en la eliminación de
las deficiencias de regulación y supervisión
financiera. Los nuevos organismos creados para ello (por ejemplo,
el European Systemic Risk Board) no tienen un marco operativo
preciso. Dedicados a un objetivo tan difuso como la
regulación macroprudencial, no está claro si tienen
muchos instrumentos pero no objetivos definidos, o si para los
objetivos que pretenden alcanzar no disponen de los instrumentos
adecuados. Por lo demás, los mayores requisitos de capital
impuestos a las entidades financieras y las nuevas normas de
Basilea III, diseñadas para eliminar riesgos futuros,
aumentarán el coste de la financiación bancaria.
Como dicen en México, "soplar y sorber, no puede junto
ser".

En cuanto a la resolución de la crisis de deuda
soberana en la zona del euro, la estrategia que se está
siguiendo es tratar de ayudar a países intervenidos a
devolver una deuda que con casi toda certeza no podrán
devolver, con el objetivo de comprar algo de tiempo para que,
mientras tanto, los demás países sospechosos
ajusten sus cuentas públicas, recuperen algo de
crecimiento y no resulten totalmente contagiados. El problema es
que los actuales gobernantes de alguno de estos países, y
los que parece probable que lo sean en el futuro, no demuestran
haber entendido cuál es su papel para que esta
película no tenga un final aterrador.

Los "unos" (¿demasiado grandes para caer?) y los
"otros" (¿demasiado grandes para ser
rescatados?)

"Esta crisis nos ha dado la oportunidad de conocer
vocabulario muy interesante sobre las finanzas y la
economía, uno de esos términos es "too big to
fail". Se refiere como todos ya saben a esas empresas que son
demasiado grandes para caer si tienen problemas, y que por tanto
con toda probabilidad serán rescatadas o apoyadas con
fondos públicos si la situación lo requiere. Si
bien la definición ha tenido mucho éxito, amenaza
con tener mucho más en el futuro ya que se está
mostrando como un elemento clave en la nueva regulación
financiera"…
¿Hemos perdido la batalla con los "too
big to fail"? (El Confidencial – 6/6/11)

Al inversor Carl Icahn se le une ahora Mark Mobius
alertando de que ve problemas en el horizonte porque estamos
cayendo en los mismos errores que en el pasado. Icahn hace
hincapié en la asunción de riesgos y en su
localización y control, Mobius se le une con su temor
sobre la complejidad de los derivados, todo parece girar en torno
al mismo sitio. No son los únicos claro, pero sí
los más recientes e importantes. Y es que, ¿ha
cambiado algo para que lo que hemos visto no se repita? Parece
que no.

Como podrán imaginar todo esto tiene mucho que
ver con los "too big to fail", y es que son estas grandes
entidades quienes gestionan más riesgos, de forma
más compleja y quienes amenazan más seriamente el
futuro de la economía moderna si llegasen a caer. Por ello
me gustaría presentarles un reciente trabajo del FMI sobre
este particular, "The Too-Important-to-Fail Conundrum: Impossible
to Ignore and Difficult to Resolve", que trata de analizar esta
cuestión.

El informe comienza con una idea lapidaria que mucha
gente corroborará, el problema de las entidades
financieras demasiado grandes para caer no solo no se ha
solucionado con la crisis sino que éstas han salido
reforzadas de ella, tienen ahora una posición mucho
más beneficiosa por los competidores que se han quedado
por el camino, son incluso más complejas y no han frenado
su tendencia al riesgo. Golpe fuerte y certero.

¿Cómo hemos llegado aquí? Pues
verán, porque "too big to fail" no es un concepto
etéreo, es una realidad que se refleja en el día a
día y que provoca que poco a poco el poder se vaya
concentrando más. Tanto prestamistas como agencias de
rating ven más seguras este tipo de entidades porque si
hay problemas reciben ayuda, por dicho motivo el mercado no tiene
en cuenta el riesgo real lo que se traduce en un mejor y
más barato acceso a los fondos por parte de las empresas y
a su vez en una mayor expansión. El círculo sigue,
porque motivado por esto los accionistas exigen más
retornos, los managers cobran por el corto plazo y todo el mundo
bendice una mayor asunción de riesgo. Por si fuese poco la
crisis ha demostrado no se equivocaban aquellos que veían
facilidades por parte de los gobiernos ante las dificultades.
¿Moral hazard? ¿What?

Los datos revelan que los fondos más baratos
(gráfico 1) y la concentración de activos tras la
crisis a favor de los "bancos sistémicos" (gráfico
2) son reales. Por si fuera poco gracias a las dificultades
financieras estas entidades disfrutan aún de mayor
facilidad para captar fondos con respecto a la competencia, con
lo que los incentivos para ser un "too big to fail" más
complejo, con más riesgo y más peligroso aumentan,
ya que ¡así seguirán recibiendo la recompensa
que han recibo hasta ahora! Viendo lo que estamos viendo,
¿qué incentivos tienen los "bancos
sistémicos" para no arriesgar al máximo y provocar
otra crisis por las subprime o por cualquier otra causa por
ejemplo los derivados? ¿Será esto a lo que se
refieren Icahn y Mobius?

Monografias.com

Monografias.com

Este problema es aún mayor cuanto más
interconectado está el mundo y más
globalización financiera existe, algo que los reguladores
y supervisores no han tenido en cuenta, por lo que dejando las
cosas como están no sólo no irán bien sino
que nos arriesgamos a que vayan peor. ¿Qué
soluciones existen para evitarlo? El FMI propone
varias.

Se remarca que si bien la fortaleza del balance es
importante, lo es aún mucho más localizar los
riesgos, tratar de penalizarlos en la medida de lo posible y
entender por qué se asumen yendo a la raíz de la
cuestión. Para ello es imprescindible una
supervisión y regulación competente, estricta y con
medios, que establezcan las medidas correctas y garanticen la
trasparencia y los requerimientos necesarios a cumplir por las
entidades financieras prestando especial atención a los
vehículos "off balance sheet" y mercados OTC.

El capital es un arma de doble vertiente, debe ser
suficiente para garantizar la solvencia como es lógico,
pero también debe tener muy en cuenta los riesgos,
incrementando la cantidad necesaria en forma de
penalización. Además se deben obstaculizar los
comportamientos "pro-cíclicos" en donde los requerimientos
anteriores podrían ser una opción, o bien
estableciendo "tasas" para compensar las
caídas.

Importante: la liquidez. Debe controlarse para reducir
el apalancamiento, la dependencia de financiación
mayorista a corto plazo y sobre todo el "maturity mismatch". O lo
que es lo mismo, evitar técnicas muy agresivas como
endeudarse excesivamente a corto plazo financiando a su vez un
período demasiado largo.

También muy importante: "resolution regimes".
¿Qué es esto? Una opción entre el bailout y
la quiebra, ni tan costoso como lo primero ni tan dañino
como lo segundo. Se trata de establecer unas condiciones claras
para considerar que una entidad financiera está en
problemas, tomando el control y actuando antes de que se extienda
al resto del sistema y aprovechando que la "enfermedad"
aún está germinando y hay margen de maniobra. Este
tipo de planes ya se están estableciendo en muchos
países y seguramente estamos solo ante el
principio.

No se descarta una nueva "Glass-Steagall" ni consideran
descabellada la "Volcker Rule" de escindir las mesas de
"propietary trading". Y en última instancia, si con lo
anterior no se consiguen los objetivos buscados se menciona
incluso la limitación del tamaño, del crecimiento,
la venta de activos o la división de bancos. Puede parecer
radical, pero supongo que el FMI cree que si no actuamos lo que
hemos visto hasta hoy será simplemente el principio, solo
hay que ver lo que está pasando actualmente con la
"reedición" de comportamientos pasados.

Claro que todo ello no es fácil de implementar de
forma certera y el propio organismo internacional admite que
harán falta muchos años. Si funcionase y en el
futuro crecer y tener beneficios fuese mucho más
complicado tendríamos un fuerte incentivo para arriesgar
lo máximo posible actualmente y "aprovechar mientras se
pueda". Claro que si hasta el día de hoy las cosas no han
cambiado, ¿lo harán en el futuro? Soros en el
artículo "Time to Fix the Euro" criticaba las fallas
estructurales de la Eurozona, pero también advertía
que sería necesario un ente supranacional bancario porque
a nivel nacional un "too big to fail" es inmanejable. Es posible
que por lo difícil que es controlar las transacciones
"cross-border" y sus riesgos caminemos hacia ahí pero,
¿y cuando sean "too big to fail" dentro de la Eurozona u
otros entes mayores? O manejamos los riesgos o ellos nos
manejarán a nosotros, en ese caso habremos perdido la
batalla.

No comment (I): lecturas recomendadas (el que quiera
entender que entienda)

– Diez razones por las que EEUU está condenado a
repetir la crisis de 2008 (The Wall Street Journal –
25/7/11)

(Por Brett Arends – MarketWatch)

Boston.- La última crisis financiera no
terminó, pero ya podríamos empezar a prepararnos
para la próxima.

Lamento ser pesimista, pero está
a la vista.

¿Por qué? Aquí
tiene diez razones.

1. De la última crisis, estamos aprendiendo las
lecciones equivocadas. La burbuja inmobiliaria, ¿en
realidad fue causada por Fannie Mae, Freddie Mac, la Ley de
Reinversión en la Comunidad, Barney Frank, Bill Clinton,
los "liberales", y así sucesivamente? Eso es lo que ahora
alega un creciente ejército de personas. Sólo hay
un problema. Si es así, ¿cómo es entonces
que también hubo una gigantesca burbuja inmobiliaria en
España? ¿Y qué decir acerca de las enormes
burbujas inmobiliarias en Irlanda, el Reino Unido y Australia?
¿Todo lo provocó Barney Frank? ¿Y las
burbujas por toda Europa del Este y otras regiones? Me
reiría, pero decenas de millones de personas son
engañadas por este artificio que es promovido con el
propósito de cubrir a los verdaderos culpables para que
puedan escapar. Y está funcionando.

2. Nadie fue castigado. Ejecutivos como Dick Fuld, de
Lehman Brothers, y Angelo Mozilo, de Countrywide, junto con
muchos otros, se llevaron cientos de millones de dólares
en efectivo antes de que el barco se estrellara contra las rocas.
Prestamistas depredadores y deshonestos prestamistas hipotecarios
hicieron millones de dólares en ganancias ilícitas.
Sin embargo, no están en la cárcel. Ni siquiera son
sometidos a un proceso penal. Salieron impunes. Como regla
general, cuanto peor se haya comportado uno entre 2000 y 2008,
mejor ha sido tratado. Y por eso volverán a hacerlo.
Está garantizado.

3. Los incentivos siguen siendo deshonestos. La gente
ajena al mundo de las finanzas -desde respetados analistas
políticos como George Will hasta la gente común-
todavía no puede entenderlo. Las reglas de Wall Street no
son las mismas que en el resto de la sociedad. El tipo que maneja
un banco en Wall Street no está expuesto la misma
ecuación de "riesgo/recompensa" que, digamos, un tipo que
maneja una tintorería. Tomemos todas nuestras
imágenes mentales de la empresa de libre mercado
estadounidense y pongámoslas a un lado. Esto es totalmente
diferente. Para la gente de Wall Street, si sale cara, ganan, y
si sale ceca, vuelven a tirar. Gracias a las acciones
restringidas, las opciones, el juego de las bonificaciones, la
titularización, estructuras de comisiones, transacciones
con información privilegiada, ser "demasiado grande para
quebrar" y la responsabilidad limitada, se les paga para
comportarse de forma imprudente y pierden poco -o nada- si las
cosas salen mal.

4. Los árbitros son corruptos. Se supone que
tenemos un sistema de libre empresa amparado en la ley. Con un
único problema: los jugadores pueden sobornar a los
árbitros. Imaginemos que eso ocurriera en la Liga Nacional
de Fútbol Americano (NFL, por sus siglas en
inglés). Los bancos y otros sectores colman de enormes
cantidades de dinero al Congreso, los presidentes y todo el
establishment de ayudantes, asesores y parásitos de
Washington. Lo hacen a través de contribuciones de
campaña. Lo hacen a través de US$ 500.000 en
honorarios por conferencias y privilegios en una mesa de
directorio a la hora del retiro. Y lo hacen gastando fortunas en
grupos de lobby así uno sabe que si se portan bien cuando
están en el gobierno, también pueden obtener un
trabajo de US$ 500.000 al año como cabildero al jubilarse.
¿Qué tan grandes son los sobornos? El sector
financiero gastó US$ 474 millones sólo en lobby el
año pasado, según el Center for Responsive Politics
(una organización independiente y sin fines de lucro con
sede en Washington DC).

5. Las acciones se han disparado otra vez. El
índice de Standard & Poor's 500 se duplicó
desde los mínimos de marzo de 2009. ¿No es una
buena noticia? Bueno, sí, hasta cierto punto. Porque es
cierto que en gran parte se debe al deterioro del dólar
(cuando el dólar baja, Wall Street sube, y viceversa). Y
nos olvidamos de que hubo enormes alzas en Wall Street en el
marco de los mercados bajistas de las décadas de 1930 y
1970, al igual que en Japón en la de 1990. Sin embargo, el
auge del mercado, dirigido en especial hacia las acciones
más riesgosas y de peor calidad, aumenta los riesgos. Deja
a los inversionistas menor margen para las sorpresas positivas y
mucho más lugar a la decepción. Y las acciones no
son baratas. La rentabilidad por dividendo en el S&P es
sólo de 2%. De acuerdo con una medición de largo
plazo -"la teoría de la q de Tobin", que compara los
precios de las acciones con el costo de reposición de
activos de la empresa- las acciones están ahora cerca de
70% por encima del promedio de las valoraciones. Además,
en EEUU tenemos el envejecimiento de la población del
"baby boom" de posguerra, que todavía tienen muchas
acciones y que van a venderlas a medida que se acerquen a la
jubilación.

6. La bomba de tiempo de los derivados es más
grande que nunca, y en cuenta regresiva. Justo antes del colapso
de Lehman, en lo que ahora llamamos el punto más alto de
la última burbuja, las empresas de Wall Street llevaban
riesgosos derivados financieros en sus libros, por un valor
astronómico de US$ 183 billones (millones de millones).
Eso representaba 13 veces el tamaño de la economía
de Estados Unidos. Si suena una locura, lo era. Desde entonces,
hemos tenido cuatro años de pánico, una presunta
reforma y el retorno a la sobriedad financiera. Ahora bien,
¿a cuánto asciende cifra ahora? Unos US$ 248
billones. En serio. Ah, los buenos tiempos.

7. El antiguo régimen está al mando. Me
tengo que reír cada vez que escucho a los republicanos
despotricar porque Obama es "liberal" o "socialista" o comunista.
¿Están bromeando? Obama es un Bush. Un poco
más parecido al más viejo que al más
joven.
Pero veamos quiénes siguen manejando la
economía: Bernanke. Geithner. Summers. Goldman Sachs. J.P.
Morgan Chase. Hemos tenido al mismo establishment a cargo desde
al menos 1987, cuando Paul Volcker se retiró como
presidente de la Reserva Federal. ¿Cambio?
¿Qué "cambio"? (E incluso lo poco que
teníamos era demasiado para Wall Street, que en 2010 se
compró un Congreso nuevo y más
obediente).

8. Ben Bernanke no entiende su trabajo. El presidente de
la Reserva Federal hizo una asombrosa admisión en su
primera conferencia de prensa. Citó el auge del
índice Russell 2000 de acciones riesgosas con
pequeña capitalización como una señal de que
el "relajamiento cuantitativo" había funcionado. La
Reserva Federal tiene por ley un doble mandato: bajar la
inflación y bajar el desempleo. Ahora, al parecer, tiene
una tercera obligación: impulsar la cotización de
las acciones de Wall Street. Esto es una locura. Se termina bien,
me sorprenderé.

9. Estamos apalancando como locos. ¿Busca de una
"burbuja crediticia"? Ya estamos en ella. Todo el mundo sabe
acerca de la disparatada deuda federal, y del riesgo de que el
Congreso no eleve el techo de la deuda. Pero eso es sólo
una parte de la historia. Las corporaciones de EEUU han tomado
prestado US$ 513.000 millones en el primer trimestre.
Están pidiendo el doble de préstamos que a fines
del año pasado, cuando la deuda corporativa ya estaba en
alza. Los ahorristas, desesperados por obtener ingresos, van a
comprar casi cualquier tipo de bono. No sorprende que los
rendimientos de los bonos de alto rendimiento se hayan
derrumbado. Basta de hablar acerca de que hay "efectivo en los
balances". Las corporaciones estadounidenses no financieras en
general están profundamente endeudadas, en el orden de los
US$ 7,3 billones. Eso es un nivel récord, y un aumento de
24% en los últimos cinco años. Y cuando se suman
deudas de los hogares, la deuda pública y las deudas del
sector financiero, el nivel de deuda alcanza al menos los US$ 50
billones.
Más apalancamiento implica más
riesgo. Es algo que está en la primera página de
los manuales de economía.

10. Las sobras de la economía real en el tanque.
La segunda ronda de relajamiento cuantitativo no ha conseguido
nada notable a excepción de bajar el tipo de cambio. El
desempleo es mucho, mucho más alto que lo que dicen las
cifras oficiales (por ejemplo, incluso la letra chica del
Departamento de Trabajo de EEUU admite que uno de cada cuatro
hombres de mediana edad carece de empleo a tiempo completo, lo
que es asombroso). Nuestro déficit de cuenta corriente es
de US$ 120.000 millones al año (y no se ha registrado
superávit desde 1990). Los precios inmobiliarios
están en caída, sin recuperarse. Los salarios
reales están estancados. Sí, la productividad
aumenta. Pero eso, irónicamente, también ayuda a
reducir el empleo.

Seguro que sabe lo que dijo George
Santayana (filósofo español-estadounidense) sobre
las personas que olvidan el pasado. Pero somos incluso aún
más tontos. Estamos condenados a repetir el pasado no
porque lo hayamos olvidado, sino porque nunca hemos aprendido las
lecciones.

– El gran robo bancario (Project Syndicate –
2/9/11)

(Por Nassim Nicholas Taleb and Mark
Spitznagel)

Nueva York.- Para la economía americana -y
para muchas otras economías desarrolladas-, el elefante en
la habitación es la cantidad de dinero entregado a los
banqueros en los cinco últimos años. En los Estados
Unidos, la suma asciende a la asombrosa cifra de 2,2 billones de
dólares en el caso de los bancos registrados en la
Comisión del Mercado de Valores de los EEUU. Si la
extrapolamos al próximo decenio, la cifra se
acercaría a los cinco billones de dólares, una
cantidad muchísimo mayor que lo que el Gobierno del
Presidente Barak Obama y sus oponentes republicanos parecen
dispuestos a reducir de los próximos déficits
gubernamentales.

Esos cinco billones de dólares
no son dinero invertido en la construcción de carreteras,
escuelas y otros proyectos a largo plazo, sino que se transfieren
directamente de la economía americana a las cuentas
personales de ejecutivos y empleados de bancos.
Semejantes
transferencias representan para todos los demás el
impuesto más artero que imaginarse pueda. Parece de lo
más inicuo que los banqueros, después de haber
contribuido a causar los problemas económicos y
financieros actuales, sean la única clase que no
está padeciendo sus consecuencias… y en muchos casos se
está beneficiando, en realidad.

Los megabancos principales resultan desconcertantes en
muchos sentidos. (Ya) no es un secreto que han funcionado hasta
ahora como grandes y complejos planes de remuneración, que
han ocultado las probabilidades de acontecimientos imprevistos
que representan poco riesgo, pero tienen grandes repercusiones, y
se han beneficiado del parapeto gratuito de las garantías
públicas implícitas. Se ve claramente que a un
apalancamiento excesivo y no a sus aptitudes es a lo que se deben
sus beneficios resultantes, que después recaen
desproporcionadamente en los empleados, y sus pérdidas, a
veces en gran escala, que recaen sobre los accionistas y los
contribuyentes.

Dicho de otro modo, los bancos corren
riesgos, reciben los beneficios y después transfieren las
pérdidas a los accionistas, los contribuyentes e incluso
los jubilados. Para rescatar el sistema bancario, la Reserva
Federal, por ejemplo, bajó los tipos de interés
hasta unos niveles artificialmente bajos; como se ha sabido
recientemente, también ha concedido préstamos
secretos de 1,2 billones de dólares a los bancos. El
efecto principal hasta ahora ha sido el de ayudar a los banqueros
a conseguir primas (en lugar de atraer a prestatarios) ocultando
los riesgos.

Los contribuyentes acaban pagando dichos riesgos, como
también los jubilados y otros que dependen de los
réditos de sus ahorros. Además, las
políticas de bajos tipos de interés transfieren el
riesgo de la inflación a todos los ahorradores y a las
generaciones futuras. Así, pues, tal vez el mayor insulto
a los contribuyentes es el de que el año pasado la
remuneración de los banqueros volviera a alcanzar el nivel
del período anterior a la crisis.

Naturalmente, antes de que los gobiernos los rescataran,
los bancos nunca habían repartido dividendos en su
historia, suponiendo que sus activos estuvieran ajustados al
valor del mercado. Tampoco es de esperar que lo hagan a largo
plazo, pues su modelo de negocio sigue siendo idéntico al
que era antes, con modificaciones sólo cosméticas
en relación con los riesgos inherentes a las
transacciones.

De modo que los datos están
claros, pero, como contribuyentes individuales, estamos
indefensos, porque, dadas las medidas concertadas de los grupos
de presión o –peor aún– de las
autoridades económicas, no controlamos los resultados.
Nuestras subvenciones para los directores y ejecutivos de los
bancos son completamente involuntarias.

Pero la perplejidad resultante representa un elefante
aún mayor. ¿Por qué un gerente de
inversiones compra los valores de bancos que pagan porciones muy
grandes de sus ganancias a sus empleados?

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10
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