Efectos de la fragmentación sobre los procesos ecológicos: Análisis de la evidencia
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ecológicos: análisis de la evidencia –
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Efectos de la fragmentación
sobre los procesos ecológicos: análisis de la
evidencia
La insaciable ocupación del
territorio por parte del ser humano está provocando un
ritmo jamás conocido de transformación de los
sistemas naturales (Lindenmayer y Fischer 2006). No es de
extrañar, por tanto, que la pérdida y
fragmentación de hábitats estén entre las
principales causas de pérdida de biodiversidad a escala
planetaria (Baille et al., 2004).
Desde un punto de vista estructural, la
fragmentación es un proceso que produce la
disgregación de un hábitat continuo en dos o
más fragmentos progresivamente empequeñecidos y
aislados entre sí por un nuevo hábitat distinto al
original denominado matriz (Forman 1995).
Por tal motivo, el proceso de
fragmentación de hábitat es conceptualmente
complejo y puede subdividirse considerando
la pérdida de hábitat, entendida como
la disminución total del área del hábitat
original a partir de una comparación histórica, y
la fragmentación per se, referida a la
creación de nuevos fragmentos de hábitat cada vez
más pequeños y aislados entre sí (Fahrig
2003).
Asimismo, la intervención
antrópica con su expansión agrícola y urbana
genera una disminución del territorio de bosque nativo
produciendo cambios drásticos en el complejo ensamblaje
del ecosistema. No ha de extrañar, por tanto, que la
reducción y fragmentación de los hábitats
naturales de nuestro planeta, con su secuela de pérdida de
especies, esté considerada como una de las amenazas
más frecuentes y ubicuas para la conservación de la
biodiversidad (Turner. 1996; Fahrig. 2003).
Debido a que los organismos difieren en su
susceptibilidad a la fragmentación de los ecosistemas y a
otros impactos antropogenicas. (Cardillo et al. 2005; Henle et
al. 2004; Layman et al. 2007; McKinney 1997). Es imprescindible
relacionar como el proceso de fragmentación incide en
muchos procesos biológicos y a los que lo
realizan.
Como lo ilustran Didham et al. (1998),
Giltber et al. (1998), Kraus et al. (2010), Komonen et al.
(2000). La pérdida de hábitat y la
fragmentación son conocidos por afectar las redes
tróficas.
Los niveles tróficos de más
alto nivel son más susceptibles a estos fenómenos
que los niveles más bajos. Asimismo, aspectos como la
reproducción de las plantas y sus polinizadores son
vulnerables de forma diferente a los efectos de la
fragmentación del hábitat. (Aguilar y Ashworth,
2006; Aizen y Feinsinger, 2003;, 1994; Harris y Jhonson, 2004;
Hobbs y Yates, 1996; Waser et al. 1996 ) . Por lo tanto la
reproducción sexual en plantas podría ser
susceptible a la fragmentación dependiendo de ciertos
rasgos ecológicos que caracterizan el grado de dependencia
y la especialización de sus polinizadores. (Aguilar y
Ashworth, 2006). De igual modo, debemos tener en cuenta que la
reproducción sexual de la plantas es crucial en la
dinámica de los ecosistemas. Finalmente se puede concluir
que el proceso de fragmentación influye en la
dispersión de semillas, en la diversidad genética
de muchas plantas, procesos de polinización y la
posibilidad de colonizar nuevos hábitats. (Aguilar y
Ashworth, 2006; Wilcok y Neiland 2002)
Para el caso de animales, particularmente
en los primates, donde están estrechamente relacionados e
involucrados a una vida en los bosques, la fragmentación
de dichos lugares podría afectarlos de forma directa.
Según concluye Vegas (2008) el tamaño del fragmento
parece ser la variable más importante a la hora de
predecir la presencia y/o abundancia de estos animales en un
hábitat fragmentado
La alteración del hábitat de
muchos primates se traduciría en una alteración en
el modo de vida de las poblaciones de estos organismo, por tal
motivo procesos como dispersión de semillas que
serían llevados a cabo por estos animales se verían
modificados.
Por otro lado, generalmente en muchos
estudios que se evalúa la fragmentación se tiene en
cuenta un fenómeno que muchas veces va de la mano con la
fragmentación, este es el efecto borde (Edge Effect). El
efecto borde es definido como los cambios micro climático
y las condiciones físicas del suelo que influyen en la
estructura y composición de la vegetación a lo
largo del perímetro del remanente de un bosque. (Fox y
Taylor, 1997).
Según Murcia (1995), el efecto borde
se puede considerar teniendo en cuenta tres aspectos: Efectos
abióticos (exposición a la radiación solar,
humedad del suelo, temperatura del aire entre otros.), efectos
bióticos directos (Densidad de plántulas, tasa de
mortalidad, densidad de plántulas y arboles) y efectos
indirectos (Dispersión y germinación de semillas,
predación de nidos, parasitismo, entre otros).
En la actualidad son muchos los estudios
que evalúan y determinan el efecto borde teniendo en
cuenta múltiples aspectos y diferentes variables, tales
como los estudios desarrollados en el efecto borde en especies
invasoras a través de un límite ecológico
natural (Holway, 2005), efectos borde bióticos y
abióticos en brezales fragmentados adyacentes a cultivos y
bosques. (Piessens et al. 2006), efecto borde en el éxito
de anidación de aves en bosques fragmentados (Hung y Wei,
2005), efecto borde en la abundancia y supervivencia de la
langosta americana (Selgrath et al. 2007), los insectos en
bosques fragmentados: Un enfoque funcional (Didham et al. 1996),
efecto borde en la predación de nidos.
Una hipótesis de hace 20 años
(Lahti, 2000), uso del efecto borde de la vegetación para
la restauración ecológica del bosque tropical
(Becerril et al. 2005).
Queda claro así que las diferentes
consecuencias de la fragmentación de hábitats para
los ecosistemas son muy complejas, debido a las diferentes
interacciones y a los distintos procesos ecológicos que se
desarrollan dentro de ellos asociando unas especies con otras;
sin embargo las especies responden de manera diferente a la
perdida y al aislamiento del medio natural. En general, las
especies con movilidad limitada, requerimiento de superficies
extensas o fuerte dependencia de un determinado tipo de recurso
serán las primeras en sufrir los efectos.
Finalmente, es imprescindible realizar
estudios que puedan mitigar el impacto generado por la
fragmentación, desgraciadamente, la comprensión de
los mecanismos implicados va por detrás de esta
convicción, hasta el punto de que la teoría
disponible es todavía insuficiente para proporcionar
herramientas eficaces para la gestión del problema (Haila,
2002; McGarigal y Cushman, 2002; Fahrig, 2003; Melbourne et
al., 2004; Ries et al., 2004).
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Autor:
Diana Jimenez
Campiño.
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Jose Manuel Varo
Rodriguez
Universidad del Tolima. B. Santa Helena,
Ibagué, Colombia; .