2.2 CONCORDANCIA DEL TÉRMINO
Veamos todos los textos para tener un panorama
más amplio antes de comentar el problema en
cuestión.[19]
VELO
Reina Valera Revisada (1960) 111 resultados | ||||||
Gén 20.16 | Y a Sara dijo: He aquí he dado mil monedas | |||||
Gén 24.65 | porque había preguntado al criado: | |||||
Gén 38.14 | Entonces se quitó ella los vestidos de su | |||||
Gén 38.19 | Luego se levantó y se fue, y se | |||||
Éxo 26.31 | También harás un velo de azul, | |||||
Éxo 26.33 | Y pondrás el velo debajo de los corchetes, | |||||
Éxo 26.35 | Y pondrás la mesa fuera del velo, y el | |||||
Éxo 27.21 | En el tabernáculo de reunión, afuera | |||||
Éxo 30.6 | Y lo pondrás delante del velo que | |||||
Éxo 34.33 | Y cuando acabó Moisés de hablar con | |||||
Éxo 34.34 | Cuando venía Moisés delante de | |||||
Éxo 34.35 | Y al mirar los hijos de Israel el rostro de | |||||
Éxo 35.12 | el arca y sus varas, el propiciatorio, el velo de | |||||
Éxo 36.35 | Hizo asimismo el velo de azul, púrpura, | |||||
Éxo 36.37 | Hizo también el velo para la puerta del | |||||
Éxo 38.8 | También hizo la fuente de bronce y su base | |||||
Éxo 38.27 | Hubo además cien talentos de plata para | |||||
Éxo 39.34 | la cubierta de pieles de carnero teñidas de | |||||
Éxo 40.3 | y pondrás en él el arca del | |||||
Éxo 40.21 | Luego metió el arca en el | |||||
Éxo 40.22 | Puso la mesa en el tabernáculo de | |||||
Éxo 40.26 | Puso también el altar de oro en el | |||||
Lev 4.6 | y mojará el sacerdote su dedo en la sangre, | |||||
Lev 4.17 | y mojará el sacerdote su dedo en la misma | |||||
Lev 16.2 | Y Jehová dijo a Moisés: Di a | |||||
Lev 16.12 | Después tomará un incensario lleno | |||||
Lev 16.15 | Después degollará el macho | |||||
Lev 21.23 | Pero no se acercará tras el velo, ni se | |||||
Lev 24.3 | Fuera del velo del testimonio, en el | |||||
Núm 3.31 | A cargo de ellos estarán el arca, la mesa, | |||||
Núm 4.5 | Cuando haya de mudarse el campamento, | |||||
Núm 18.7 | Mas tú y tus hijos contigo | |||||
1 Sam 2.22 | Pero Elí era muy viejo; y oía de | |||||
1 Sam 21.9 | Y el sacerdote respondió: La espada de | |||||
1 Sam 26.12 | Se llevó, pues, David la lanza y la vasija | |||||
2 Crón 3.14 | Hizo también el velo de azul, | |||||
2 Crón 34.13 | También velaban sobre los cargadores, y | |||||
Job 21.32 | Porque llevado será a los sepulcros, Y | |||||
Job 29.4 | Como fui en los días de mi juventud, Cuando | |||||
Sal 102.7 | Velo, y soy Como el pájaro solitario sobre | |||||
Sal 127.1 | Si Jehová no edificare la casa, En vano | |||||
Prov 8.34 | Bienaventurado el hombre que me escucha, Velando a | |||||
Prov 22.12 | Los ojos de Jehová velan por la ciencia; | |||||
Cant 2.7 | Yo os conjuro, oh doncellas de Jerusalén, | |||||
Cant 3.5 | Yo os conjuro, oh doncellas de Jerusalén, | |||||
Cant 4.3 | Tus labios como hilo de grana, Y tu habla hermosa; | |||||
Cant 5.2 | Yo dormía, pero mi corazón velaba. | |||||
Cant 6.7 | Como cachos de granada son tus mejillas | |||||
Cant 8.4 | Os conjuro, oh doncellas de Jerusalén, Que | |||||
Isa 3.22 | las ropas de gala, los mantoncillos, los velos, | |||||
Isa 25.7 | Y destruirá en este monte la cubierta con | |||||
Isa 29.10 | Porque Jehová derramó sobre vosotros | |||||
Isa 33.23 | Tus cuerdas se aflojaron; no afirmaron su | |||||
Jer 39.12 | Tómale y vela por él, y no le hagas | |||||
Jer 40.4 | Y ahora yo te he soltado hoy de las cadenas que | |||||
Jer 44.27 | He aquí que yo velo sobre ellos para mal, y | |||||
Eze 13.18 | y di: Así ha dicho Jehová el | |||||
Eze 13.21 | Romperé asimismo vuestros velos | |||||
Eze 27.7 | De lino fino bordado de Egipto era tu cortina, | |||||
Dan 9.14 | Por tanto, Jehová veló sobre el mal | |||||
Hab 2.1 | Sobre mi guarda estaré, y sobre la | |||||
Mal 2.12 | Jehová cortará de las tiendas de | |||||
Mat 24.42 | Velad, pues, porque no sabéis a qué | |||||
Mat 24.43 | Pero sabed esto, que si el padre de familia | |||||
Mat 25.13 | Velad, pues, porque no sabéis el día | |||||
Mat 26.38 | Entonces Jesús les dijo: Mi alma | |||||
Mat 26.40 | Vino luego a sus discípulos, y los | |||||
Mat 26.41 | Velad y orad, para que no entréis en | |||||
Mat 27.51 | Y he aquí, el velo del templo se | |||||
Mar 13.33 | Mirad, velad y orad; porque no sabéis | |||||
Mar 13.34 | Es como el hombre que yéndose lejos, | |||||
Mar 13.35 | Velad, pues, porque no sabéis cuándo | |||||
Mar 13.37 | Y lo que a vosotros digo, a todos lo digo: | |||||
Mar 14.34 | Y les dijo: Mi alma está muy triste, hasta | |||||
Mar 14.37 | Vino luego y los halló durmiendo; y dijo a | |||||
Mar 14.38 | Velad y orad, para que no entréis en | |||||
Mar 15.38 | Entonces el velo del templo se rasgó en | |||||
Luc 2.8 | Había pastores en la misma región, | |||||
Luc 9.45 | Mas ellos no entendían estas palabras, pues | |||||
Luc 12.37 | Bienaventurados aquellos siervos a los cuales su | |||||
Luc 12.39 | Pero sabed esto, que si supiese el padre de | |||||
Luc 21.36 | Velad, pues, en todo tiempo orando que | |||||
Luc 23.45 | Y el sol se oscureció, y el velo del templo | |||||
Luc 24.16 | Mas los ojos de ellos estaban velados, para que no | |||||
Hech 20.31 | Por tanto, velad, acordándoos que por tres | |||||
Hech 27.4 | Y haciéndonos a la vela desde allí, | |||||
Hech 27.17 | Y una vez subido a bordo, usaron de refuerzos para | |||||
Hech 27.33 | Cuando comenzó a amanecer, Pablo exhortaba | |||||
Hech 27.40 | Cortando, pues, las anclas, las dejaron en el mar, | |||||
Hech 28.11 | Pasados tres meses, nos hicimos a la vela en una | |||||
1 Cor 11.15 | Por el contrario, a la mujer dejarse crecer el | |||||
1 Cor 15.34 | Velad debidamente, y no pequéis; porque | |||||
1 Cor 16.13 | Velad, estad firmes en la fe; portaos | |||||
2 Cor 3.13 | y no como Moisés, que ponía un velo | |||||
2 Cor 3.14 | Pero el entendimiento de ellos se embotó; | |||||
2 Cor 3.15 | Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a | |||||
2 Cor 3.16 | Pero cuando se conviertan al Señor, el velo | |||||
Efe 6.18 | orando en todo tiempo con toda oración y | |||||
Col 4.2 | Perseverad en la oración, velando en ella | |||||
1 Ts 5.6 | Por tanto, no durmamos como los demás, sino | |||||
1 Ts 5.10 | quien murió por nosotros para que ya sea | |||||
Heb 6.19 | La cual tenemos como segura y firme ancla del | |||||
Heb 9.3 | Tras el segundo velo estaba la parte del | |||||
Heb 10.20 | por el camino nuevo y vivo que él nos | |||||
Heb 13.17 | Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; | |||||
1 Ped 4.7 | Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, | |||||
1 Ped 5.8 | Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el | |||||
Apoc 3.3 | Acuérdate, pues, de lo que has recibido y | |||||
Apoc 16.15 | He aquí, yo vengo como ladrón. |
Veamos los 2 textos en donde encontramos el mismo
término del pasaje de Pablo a los Corintios.
Reina Valera Revisada (1960) 2 resultados en 2 | ||||||
1 Cor 11.15 | Por el contrario, a la mujer dejarse crecer el | |||||
Heb 1.12 | Y como un vestido los envolverás, y Veamos a continuación un comentario |
"2. Retenéis las instrucciones (tas
paradoseis katechete). Mantener abajo como en 15:2.
Paradosis (tradición), de paradidömi (paredöka,
primer aoristo de indicativo, voz activa), es una antigua
palabra, y denota meramente algo pasado de la mano de uno a otro.
La cosa pasada de mano a mano puede ser mala, como en Mateo
15:2ss. (que véase), y contraria a la voluntad de Dios
(Mr. 7:8ss.), o puede ser totalmente buena, como aquí. Hay
un constante conflicto entre lo nuevo y lo viejo en la ciencia,
la medicina, el derecho, la teología. El oscurantista
rechaza todo lo nuevo y se aferra a lo viejo, tanto si es verdad
como si no. Las nuevas verdades tienen que reposar sobre las
antiguas, y están en armonía con
ellas.
3. Pero quiero que sepáis (thelö de
humas eidenai). Pero quiero que sepáis,
censura en contraste a la alabanza en el versículo 2. Dios
la cabeza de Cristo (kephalë tou Christou ho theos).
Éste es el orden correcto, por cuanto kephalë carece
de artículo y es el predicado.
4. Con la cabeza cubierta (kata kephalës
echön). Literalmente, teniendo un velo
(sobrentendiéndose kalumma) abajo desde la cabeza
(kephalës ablativo después de kata, como con kata en
Mr. 5:13; Hch. 27:14). No es seguro si los judíos
empleaban en aquel entonces el tallith, «un chal cuadrado
con unos bordes consistentes en ocho hilos, cada uno de ellos
anudado cinco veces» (Vincent) como posteriormente.
Virgilio (Eneida iii, 545) dice: «Y nuestras cabezas
están cubiertas ante el altar con un manto frigio».
Los griegos (tanto varones como mujeres) permanecían con
la cabeza descubierta en la oración pública, y
éste es el uso que Pablo recomienda para los
varones.
5. Con la cabeza descubierta (akatakaluptoi
tëi kephalëi). Caso instrumental
asociativo de manera y el adjetivo predicativo (adjetivo
compuesto y forma femenina igual a la masculina), «con la
cabeza invelada». Probablemente algunas de las mujeres
habían violado esta costumbre. «Entre los griegos
sólo las hetairai, tan numerosas en Corinto, iban sin
velo; las esclavas llevaban la cabeza rasurada, lo que era
también un castigo para las adúlteras»
(Findlay). Cf. Números 5:18. Se hace enteramente igual a
la que se ha rapado (hen kai to auto tëi
exurëmenëi). Literalmente, «una y la misma con la
rapada» (otra vez caso instrumental asociativo, Robertson,
Grammar, pág. 530). Participio perfecto articular pasivo
del verbo xuraö, forma tardía del antiguo xureö.
Es la oración y profetismo público lo que el
apóstol tiene en mente. No condena el acto aquí,
sino el quebrantamiento de costumbre que atraería el
oprobio.1 Una mujer convicta de adulterio era rapada (Is. 7:20).
El código de Justiniano prescribió el rapado de una
adúltera a la que el marido rehusara recibir
después de dos años. Pablo les dice a las mujeres
cristianas de Corinto que no se pongan al nivel de las
adúlteras y rameras.
6. Sea rapada también (V.M.) (kai
keirasthö). Aoristo de imperativo en voz media,
trasquilar (como de ovejas). Que se corte el cabello al cero. Un
solo acto por parte de la mujer. Y si le es vergonzoso (ei de
aischron). Condición de primera clase supuesta como
cierta. Aischron es un antiguo adjetivo, de aischos, desnudez,
vergüenza. Es evidente que Pablo emplea este lenguaje tan
intenso debido al efecto de tal conducta en Corinto sobre la
reputación de la mujer, que la proclamaría una
mujer perdida. Las costumbres sociales variaban en el mundo
entonces como ahora, pero en Corinto no había alternativa.
Cortarse el cabello o raparse (V.M.: ser rapada o rasurada) (to
keirasthai kai xurasthai). Infinitivos articulares sujetos de la
cópula estin sobrentendida, keirasthai, primer aoristo en
voz media, xurasthai presente en voz media. Nótese el
cambio de tiempo verbal. Que se cubra (katakaluptesthö).
Presente de imperativo en voz media del antiguo término
compuesto katakaluptö, solamente aquí en el N.T. Que
se cubra con el velo (abajo, kata, dice el griego,
colgándole el velo abajo desde la cabeza).
7. Imagen y gloria de Dios (eikön kai doxa
theou). Sustantivos carentes de artículo,
pero definidos. Referencia a Génesis 1:28 y 1:26, pasajes
en los que el hombre es hecho directamente a imagen (eikön)
de Dios. Es su semejanza moral a Dios, no ningún parecido
corporal. Ellicott señala que el hombre es la gloria
(doxa) de Dios como la corona de la creación, y que
está dotado con soberanía como el mismo Dios.
Gloria del varón (doxa andros). Carente de artículo
también, la gloria del hombre. En Génesis 1:26 la
LXX tiene anthröpos (palabra griega tanto para varón
como para hembra), no anër (varón) como aquí.
Pero la mujer (gunë) fue formada del hombre (anër) y
esta prioridad del varón (v. 8) da una cierta superioridad
al varón.
9. Por causa de la mujer (dia tën
gunaika). Debido a (dia con caso acusativo) la
mujer. El registro en Génesis da al hombre (anër)
como el origen (ek) de la mujer y como la razón para (dia)
la creación (ektisthë, primer aoristo pasivo de
ktizö, viejo verbo fundar, crear, formar) de la
mujer.
10. Debe (opheilei). Por ello (dia
touto) tiene la mujer una obligación moral en la
cuestión del vestido que no (ouk ophelei, v. 7) reposa
sobre el hombre. Tener señal de autoridad (exousian
echein). Significa sëmeion exousias (símbolo de
autoridad) por medio de exousian, pero se trata de la
señal de autoridad del hombre sobre la mujer. El velo
sobre la cabeza de la mujer es el símbolo de la autoridad
que el hombre, con la cabeza descubierta, tiene sobre ella. Es,
como veremos, más un símbolo de sujeción
(hupotagës, 1 Ti. 2:10) que de autoridad (exousias). Por
causa de los ángeles (dia tous aggelous). Esta asombrosa
frase ha llevado a todo tipo de conjeturas que pueden ser
descartadas. No es a predicadores a lo que se refiere Pablo, ni a
malos ángeles que pudieran ser tentados (Gn. 6:1ss.), sino
a ángeles presentes en la adoración (cf. 1 Co. 4:9;
Sal. 138:1) que quedarían desagradablemente impresionados
ante la conducta de las mujeres, por cuanto los mismos
ángeles velan sus rostros ante Jehová (Is.
6:2).
11. Sin embargo (plën). Esta
cláusula adversativa limita la anterior
aseveración. Cada sexo es incompleto sin (chöris,
aparte de, con el caso ablativo) el otro. En el Señor (en
Kuriöi). En la esfera del Señor, donde Pablo halla la
solución de todos los problemas.
12. De (ek)-mediante (dia). Desde la
creación original, el hombre ha venido a la existencia por
medio de (dia con genitivo) la mujer. La gloria y dignidad de la
maternidad.
13. ¿Es propio? (prepon estin;).
Presente perifrástico de indicativo en lugar de
prepei. Véase Mateo 3:15. Pablo apela al sentimiento de
decoro entre los corintios.
14. La naturaleza misma (hë phusis
autë). Refuerza la apelación a la
costumbre por medio de la apelación a la naturaleza en una
pregunta que espera la respuesta afirmativa (oude). Phusis, del
antiguo verbo phuö, producir, como nuestra palabra
naturaleza (latín natura), es de difícil
definición. Aquí significa el sentido innato de lo
decoroso o apropiado (cf. Ro. 2:14), además de la mera
costumbre, pero un sentimiento innato que se basa en la
diferencia objetiva en la constitución de las
cosas.
15. Dejarse crecer el cabello
(komäi). Presente de subjuntivo en voz activa
de komaö (de komë, cabello), un viejo verbo, la misma
contracción (-aëi = äi) como el indicativo (aei
= äi), pero subjuntivo aquí con ean en la
condición de tercera clase. El cabello largo es una gloria
para la mujer y una vergüenza para el hombre (como lo
seguimos sintiendo hoy en día). ¡El melenudo! Hay un
ejemplo en un papiro de un sacerdote acusado de dejarse crecer el
cabello y de vestirse de ropas de lana. Por cubierta (V.M.) (anti
peribolaiou). Vieja palabra de periballö, echarse alrededor,
como manto (He. 1:12) o cubierta o velo como aquí. No
está en lugar de velo, sino correspondiéndose a
(anti, en el sentido que tiene anti en Jn. 1:16), como una
dotación permanente (dedotai, perfecto pasivo de
indicativo).
16. Contencioso (philoneikos). Viejo
adjetivo (philos, neikos), amante de pendencias. Sólo
aquí en el N.T. Si sólo existiera en este caso el
hermano disputante. Costumbre (sunëtheian). Vieja palabra de
sunëthës (sun, ëthos), como el latín
consuetudo, relación, intimidad. En el N.T. sólo
aquí y en 8:7, que véase. «En las esculturas
de las catacumbas las mujeres tienen un tocado ajustado, en tanto
que los hombres llevan el cabello corto»
(Vincent)".[22]
Comentarios sobre
el texto
Pablo no está tratando una cuestión de
modas ni de detalle de orden, sino del orden mismo. El tema
anterior se relacionaba con el espíritu de la vida de la
iglesia, y el siguiente con la cena del Señor.
Sin duda es un problema que ha desencadenado una ruptura
entre occidente y Oriente, además de una exclusiva
interpretación del pasaje. ¿Cómo se
debería leer entonces el
texto?[23]
Este tema está regido por los principios
mencionados con anterioridad.[24]
El v. 2 puede referirse tanto al cap. 10 como al 11.
Aunque se lo suele adscribir al contenido del 11, si pensamos en
el versículo anterior, el significado es más
categórico. Asimismo, la redacción hace más
probable que Pablo comience un nuevo tema en el v. 3. Tiene
conciencia de que no escribe para el vacío, sino que su
base está en la buena memoria y el respeto de los
corintios para con sus enseñanzas, pese a todos los
problemas mencionados. Por eso su introducción y
salutación, propias de la epistolografía son muy
claramente visibles.
Vamos a comentar el texto. ¿Cuál es el
problema concreto? Parece presentado sólo en los vv. 4 y
5, y no se trata de algo común entre nosotros, hoy en
día, en el mundo en el que vivimos, incluso en Oriente, ni
siquiera con sentido religioso. Sin embargo hemos de entender
desde nuestra perspectiva occidental, que, en los pueblos
antiguos, "tener o no la cabeza descubierta llegaba a ser
parte de la adoración". Aún hoy, ningún
hombre permanecerá con el sombrero delante de otra persona
en un lugar cerrado ni delante de una dama, sin hacer al menos un
gesto para quitárselo. Asimismo, un militar no se lo quita
sino de acuerdo a los reglamentos. En Tailandia, por ejemplo, se
entiende que la cabeza es la parte sagrada del individuo y se
recomienda a los viajeros que no palmeen allí a un
niño (y menos aún a una mujer), lo cual es tenido
en cuenta por las iglesias cristianas, y así
podríamos estudiar innumerables aspectos culturales que
operan en nuestro mundo.
En esa época, ese tipo de símbolo en la
vestimenta, aparece en todas partes, y Corinto no era una
excepción. "Allí una mujer se quitaba lo que le
cubría la cabeza sólo cuando se declaraba
"liberada", o sea cuando no estaba sujeta a su marido pues
había sido consagrada a los dioses-lo que de hecho
significaba entregarse a la vida licenciosa del templo.2 A
diferencia de los judíos, los hombres corintios nunca
usaban sombrero o pañuelo, ni siquiera en los cultos
religiosos. Como la corintia era una sociedad dominada por los
hombres, lo que hacían las mujeres se tornaba más
llamativo. Se deduce del texto que, al sentirse libres en Cristo,
algunas entendían que ya no tenían por qué
usar lo que podía considerarse un símbolo de
dependencia3-cuando no de servidumbre".4
Si una mujer no se presentaba así, llamaba
poderosamente la atención. El rumor entre los presentes
debía de ser muy notorio (como ocurriría hoy si un
hombre se presenta con falda o una mujer en traje de
baño). Después de mirarla un rato, todos se
volverían al marido, como preguntándole por
qué lo permitía, y si eso significaba que
había un problema entre ellos-del tipo de los descriptos
en el cap. 8. Además, si una de aquellas mujeres del
templo pagano entraba a un culto cristiano, posiblemente se
apresuraría a ponerse algo sobre el cabello.
Antes de entrar en materia, Pablo sienta una vez
más un principio general. "El tema de cubrirse la
cabeza tiene que ver con lo que representa. En todos los idiomas,
el término "cabeza" habla de algo especial. Por ejemplo,
decimos que algo "va a la cabeza", cuando precede al resto. En la
Biblia tiene sentidos diferentes.5 Las ideas incluyen autoridad,
prioridad (ser lo primero), fuente de la vida, control.6 Se
trataba, pues, de un símbolo mucho más
significativo que en la actualidad".7
Sin duda, las tres veces que la cabeza es mencionada en
el v. 3, el sentido tiene cierta similitud, pero también
algo de diferencia. Por ejemplo, la relación entre Cristo
y su Padre (la cabeza) no es la misma que entre el hombre (la
cabeza) y la mujer. Per esto merece una explicación que
veremos más adelante.
"Pablo comienza mencionando el posible error de los
hombres (v. 4), o sea que ambos sexos deben tener el mismo
cuidado. Este caso demuestra que importa más el sentido de
lo que hacemos que el acto mismo. Por ejemplo, si un cristiano se
acerca en Jerusalén al Muro de las Lamentaciones, o a
cualquier sinagoga, no rechazará un casquito que le dan
para ponerse en la cabeza, precisamente por respeto a quienes
allí están adorando a Dios"8 Si
fuéramos a aplicar este v. 4 en forma literal, nos
negaríamos a usarlo.
"Lo mismo puede ocurrir con una mujer, tema del v.
5. No pasamos por alto que Pablo se refiere a qué debe
cuidar una mujer "que ora o profetiza" (v. 4a); ya que esto era
revolucionario,"9 era de esperar que no hubiera dos
servicios simultáneos.10 No hay una declaración
específica para toda mujer presente en la
congregación. Es importante destacar que aquí Pablo
no plantea que sea problema que la mujer hable sino cómo
lo hace, a diferencia del capítulo 14:34. Es decir, su
aspecto exterior.
Hay un juego de palabras en el use de "cabeza". La mujer
que la tiene descubierta en ese momento "afrenta su cabeza", que
según el v. 3 tiene que ser el marido. Eso es lo que
habrán sentido los presentes, tal como si hoy ella se
sacara el anillo de bodas en público, delante de
él.
El cabello de la mujer siempre ha sido parte de su
encanto y es normal que ella lo cuide. Cortarlo al rape ha sido
con frecuencia un castigo; ocurrió, por ejemplo, con las
mujeres que habían colaborado con los nazis en Francia
durante la guerra. El estilo de Pablo es plantear un caso extremo
para ser claro. Es como si dijera: "Si ya no tiene
vergüenza, que lo demuestre del todo y se rape".
Los vv. 7-9 retrotraen el tema a la historia de la
creación. Señala el deber del hombre de respetar a
Dios, reflejando su gloria, así como el de la mujer de
reconocer a su marido y reflejar la gloria de ella, la de una
vida hermoseada por su propia presencia, que permite la
formación de un hogar digno.
La "señal de autoridad" (v. 10), expresión
que no apareció antes, no es fácil de definir, como
tampoco qué tienen que ver los ángeles con este
tema. Las explicaciones se dividen: (a) los ángeles de
Dios son testigos del culto en el que de alguna manera
están presentes;11 (b) se refiere a los ángeles
caídos que podían hacerle caer en tentación;
(c) no habla de ángeles sino de "mensajeros" (Gr.
ANGELOS), es decir los predicadores.
Consideraciones sobre el tema relacionado con (I Cor
11:11-16)
11Pero en el Señor, ni el varón es sin
la mujer, ni la mujer sin el varón; 12porque así
como la mujer procede del varón, también el
varón nace de la mujer; pero todo procede de Dios.
13Juzgad vosotros mismos: ¿Es propio que la mujer ore a
Dios sin cubrirse la cabeza? 14La naturaleza misma ¿no os
enseña que al varón le es deshonroso dejarse crecer
el cabello? 15Por el contrario, a la mujer dejarse crecer el
cabello le es honroso; porque en lugar de velo le es dado el
cabello. 16Con todo eso, si alguno quiere ser contencioso,
nosotros no tenemos tal costumbre ni las iglesias de
Dios.
Al argumento de la creación del hombre y la
mujer, Pablo agrega otros dos: lo que indica la naturaleza y lo
que es razonable. Pero antes, en los vv. 11 y 12 establece
conceptos generales que son de mucho valor.
En el Señor todos los creyentes son iguales.
Hombres y mujeres tienen roles diferentes en sus funciones y
relaciones, pero son iguales en cuanto a importancia y en lo
espiritual. Ni la mujer es independiente del hombre, ni el hombre
de la mujer. Ambos se complementan en cada aspecto de la vida, y
particularmente en la obra del Señor ambos funcionan como
un equipo divinamente diseñado.
Dios los creó a ambos. La primera mujer fue
creada del hombre, pero desde entonces todos los hombres han
nacido de una mujer Así como la mujer tiene su origen en
el hombre, éste nace de una mujer. Ambos tienen roles
distintos, pero igual importancia. Las mujeres son iguales a los
hombres en el mundo, en la iglesia, y ante Dios. Ese es el sabio
equilibrio y la armonía: diferencia de roles pero igualdad
en cuanto a naturaleza y espíritu. Dios los creó a
ambos para sus gloriosos propósitos. Son complementos
perfectos: uno es la cabeza, el líder, quien provee; la
otra es quien ayuda, apoya y acompaña. Dependen
mutuamente.
Pablo hace entonces un par de preguntas, una para las
mujeres y otra para los hombres. Insta a los dos grupos a razonar
sobre el tema y decidir en consecuencia. La primera
cuestión es si resulta adecuado y correcto que las mujeres
cristianas al orar en público imiten a las sacerdotisas
paganas que hacían a un lado lo que les cubría la
cabeza. Si esto es más o menos fácil de contestar,
el segundo planteo no lo es tanto. Según Pablo, la
naturaleza nos enseña que es una vergüenza que el
hombre lleve el cabello largo. Qué entendía por
largo es una minucia, ya que es de suponer que él lo usaba
más crecido que la gran mayoría de nosotros hoy, y
que hubiera llamado la atención si se lo cortaba como es
la costumbre actual. Lo que quiere explicar es que existe una
tendencia generalizada a que el hombre recorte más su
cabellera que la mujer-para quien es algo "honroso",12 parte de
su belleza y atractivo. Esas tendencias naturales son controladas
por el uso social, ya que sólo algunos primitivos no
cuidan de su peinado. La unión de la inclinación
habitual y la costumbre conforman la "naturaleza". Si
fuéramos a aplicar esto estrictamente, lo que la
naturaleza hace es que el cabello (y la barba y las uñas)
crezcan, de modo que Pablo no puede referirse sólo al
proceso biológico.
Al volver finalmente a la mujer, Pablo dice que "en
lugar de velo le es dado el cabello" (v. 15b). (No se puede
insistir en la palabra "velo", que sólo aparece
aquí y como indicando que el cabello mismo ya cumple esa
función.) Hay una apelación al cuidado de nuestro
aspecto exterior. Un cristiano no debe ser exagerado en su
arreglo personal, pero no debe causar una pobre
impresión.13 Cuando hay que pensar en cómo "dejarse
crecer" (v. 14), no se trata de lo que ocurre sin nuestra
intervención, y hay que asumir un criterio de lo que se
hará con el cabello. "No es exagerado pensar que
también se incluye la idea de qué harán los
hombres, por ejemplo, con su barba y bigote. Por
extensión, todo nuestro cuerpo es digno de ser atendido
como un don de Dios.
La reflexión final de Pablo (v. 16) es una
advertencia a quienes quieran seguir discutiendo el tema.
Hágalo si así quiere, pero que quede claro que su
posición es la que ha expuesto, en lo cual le
acompañan las fieles
congregaciones".[25]
Se ha hecho evidente que en esta carta Pablo muestra
alusiones varias veces a una carta procedente de Corinto dirigida
a su persona. Parece que en dicha carta los corintios no tan
sólo hacían preguntas sino también afirmaban
que algunas cosas iban muy bien en la iglesia. Pero sabemos que
esto no era así, en Corinto había problemas y las
noticias de Timoteo no eran buenas. "En el versículo 2
el Apóstol repite algunas de las palabras de los corintios
como si él mismo las dijera. Las ocupa para emitir unos
pensamientos halagadores antes de entrar en ciertas censuras
después"[26]
Este es uno de los textos de Pablo que más se ha
tergiversado (v. 3); No tan sólo en el ámbito
hispano, en donde el machismo sexista, prevalece sino
también en otras latitudes en donde cobra otro cariz: el
teológico. Antes de dilucidar el segundo aspecto del
problema de la interpretación machista, veamos algunos
detalles con respecto al texto. Las palabras "Pero quiero que
sepáis" en efecto significan "Os ofrezco un nuevo
discernimiento" (ver también 10:1; Col. 2:1). Con esto se
aprecia que el Apóstol pretende darle un nuevo rumbo a un
problema de práctica y costumbre entre las mujeres de
Corinto. Se da cuenta de que va a encontrar resistencia a sus
ideas, por lo tanto su argumentación se hace compleja. El
problema específico tenía que ver con una
enseñanza dada por el Apóstol que estaba siendo
ignorada. Pablo aparentemente había enseñado en
Corinto que las mujeres debían cubrirse la cabeza con un
velo al orar en reuniones públicas. Parece que las mujeres
corintias optaban por hacer caso omiso de estas instrucciones. Al
enterarse de esta actitud de las mujeres, Pablo responde al
problema argumentando desde tres perspectivas: (1) el orden de la
creación, (2) el sentido común de lo apropiado, (3)
la práctica general en las iglesias. Respecto al primero,
Pablo reconoce una jerarquía implícita: Dios,
Cristo, el hombre, la mujer. Sucesivamente, el uno es cabeza del
otro. Dentro del contexto, la palabra "cabeza" (kefale)
no debe entenderse como jefe o gobernante sino fuente u origen.
Importantísima diferencia.
Probablemente Pablo esté pensando en el relato de
la creación en Génesis (2:21-23) en donde Eva es
creada de la costilla de Adán. Esto hace que el hombre sea
la fuente de la existencia de la mujer. También Cristo es
la fuente de la existencia del hombre, porque Cristo es el agente
en la creación de todas las cosas (8:6; Col. 1:16),
incluso en la creación del hombre. Finalmente, Dios es el
origen de Cristo, porque es del Padre de quien el Hijo recibe su
ser eterno (ver 3:23; 8:6). Debe ser claro que este texto no se
presta para insistir equivocadamente en que el hombre es "cabeza"
de la mujer, en el sentido de mandamás, sino que en la
creación el hombre representa el origen de la mujer. Son
dos cosas muy distintas. No debe usarse este texto para implicar
que la mujer es inferior al hombre en sentido alguno.
Es obvio que Pablo en el v. 4, primero ocupa la palabra
kefale en su sentido literal. Después la usa como
la usó en el v. 3. Posteriormente, va a oscilar en el uso
del doble sentido del vocablo. En este texto es claro que al orar
o profetizar el hombre del siglo I no afrentaba su cabeza
literalmente, sino en el sentido espiritual: Cristo. Se observa
que las prácticas en las sinagogas del siglo I
diferían de las del actual siglo. Hoy es prohibido que el
hombre judío entre a la casa de adoración sin
cubrirse la cabeza. Se ha comentado que esta práctica
sólo llegó al judaísmo durante el siglo IV
de la era cristiana. Originalmente el cubrirse la cabeza de parte
del hombre significaba que estaba de luto. También, hoy
los hombres judíos se cubren la cabeza. A lo que Pablo se
refería cuando hablaba de cubrirse la cabeza el hombre era
un velo amplio que tapaba todo el pelo. El varón, al orar
o profetizar, no debía permitir que nada colgara de la
cabeza. Al hacerlo, estaría despreciando la dignidad que
el Creador le había dado como origen de la mujer. Esto
sería una afrenta a Cristo. Ahora bien, es difícil
creer que los hombres corintios realmente se cubrieran la cabeza
en el culto cristiano. Pablo expone todo lo antes dicho
hipotéticamente para luego dar su enseñanza
respecto al comportamiento de las mujeres en el culto
público.
De nuevo se observa el uso del sentido doble de la
palabra kefale (v. 5). En contraste con las
recomendaciones hipotéticas de Pablo para los hombres, las
mujeres debían observar esta práctica sin fallar.
Al orar o hablar públicamente en el culto, la mujer
irremisiblemente debía cubrirse la cabeza con un velo. Es
instructivo notar que Pablo no impide que hablen en este pasaje;
sólo da instrucciones respecto a la manera de hablar: con
la cabeza cubierta. Que la mujer no se cubriera la cabeza
afrentaba a Cristo, porque no reconocía su estatus elevado
en el orden de la creación. Es importante saber que las
instrucciones del Apóstol sólo tienen
aplicación durante el curso del culto cristiano.
¿Qué de la frase con respecto a raparse la cabeza?
La mayor parte de los comentaristas concuerdan en que esta
práctica era una señal de estar de luto o una marca
de vergüenza. Que la mujer se rapara la cabeza iba en contra
de la naturaleza (15b) y era una vergüenza para ella y para
su Señor.
Cubrirse la cabeza con el velo implicaba estar |
Ahora bien, del contexto de la enseñanza de Pablo
respecto al correcto atuendo femenino durante el culto se
desprende una idea corolaria. El Apóstol no impide que las
mujeres oren y profeticen dentro del culto. Sólo les da
instrucciones respecto a su manera de vestirse. Sea el
significado de 14:34 ss. el que sea, aquí no hay
ningún problema para el Apóstol en que las mujeres
participen activa y vocalmente en el culto público. En
esto vemos el cumplimiento de la profecía de Joel 2:28
cuando dice que las "hijas" también profetizarían
en la era mesiánica. ¿Cómo es que algunos
enseñan dogmática y categóricamente que las
mujeres no pueden predicar? Pareciera que no saben leer la
Escritura con buena hermenéutica. Ciertamente las palabras
del Apóstol en este pasaje deben hacer que cualquier
machista teológico recapacite un poco.
Las palabras en el v. 6 vienen a reforzar algunos
pensamientos paulinos anteriores. Se observa que Pablo opina que
la misma naturaleza demanda que la mujer se cubra la cabeza. Ya
que la naturaleza daba a las mujeres amplio cabello, no tan
sólo sería cosa en contra de las buenas costumbres
sino algo no natural el no llevar velo sobre la cabeza. Con este
texto, pues, el Apóstol dice: "si no vas a llevar velo
sobre la cabeza, córtate el pelo también, porque
ambas cosas son igualmente vergonzosas". Sin duda otras cosas
entran también en su pensamiento. Se sabe que las
prostitutas corintias no llevaban velo; al contrario, se
esmeraban en los arreglos ostentosos de su pelo. Además,
según una costumbre judía, a las mujeres
adúlteras se les rapaba el pelo. Siendo así, es
fácil ver cómo el Apóstol insistía en
tal vestimenta de las mujeres creyentes en Corinto.
En los vv. 7-9 Pablo parece dejar cuestiones de
costumbres para entrar en lo teológico propiamente dicho.
Mucho de lo que Pablo va a decir se basa en sus deducciones de
Génesis 1:26. Principia sus conceptos insistiendo en que
el hombre no está obligado a cubrirse la cabeza. Es claro
por lo dicho en un versículo afín (v. 10) que no
tan sólo es innecesario que el hombre se cubra la cabeza
sino que no es correcto que lo haga. La razón estriba en
que el hombre es la imagen (eikon) y la gloria
(doxa) de Dios. ¿Qué quiere decir Pablo
con esto? Parece que su pensamiento es de origen judío;
según éste, la cabeza, y particularmente el rostro,
simbolizaba de manera especial su relación con Dios. El
hombre como imagen de Dios es distinto a toda la demás
creación, ya que goza de la capacidad de relacionarse con
Dios. El hombre es también la gloria de Dios, porque es
producto de la actividad creadora directa de Dios. También
el hombre fue creado para dar gloria a Dios. En torno a estos
conceptos, una idea que Pablo no desarrolla es que en el pasaje
en Génesis la mujer está incluida en la
creación a imagen y semejanza de Dios, porque la palabra
en este texto es Adán, vocablo genérico que incluye
ambos sexos. Más que sólo el nombre de un hombre,
Adán significa "todo hombre" (incluso la mujer) en sentido
genérico.
Cuando el Apóstol habla de la mujer como "la
gloria del hombre", ya no se basa en Génesis 1:26 sino en
Génesis 2:18-23. Llama la atención que Pablo no
afirma respecto a la mujer lo que sí asevera acerca del
hombre. El hombre era la imagen y la gloria de Dios. Ahora,
según este texto, la mujer es la gloria del hombre.
Basándose en Génesis 2, se ve que la mujer es
tomada del hombre para ser su ayuda idónea. El hombre fue
creado por Dios con el fin de que le sirviera y lo glorificara.
Dios buscaba infructuosamente y no hallaba (la expresión
comunica cierto sentido del humor de parte del escritor
bíblico) entre los animales una compañera para el
hombre. Por esto, Dios crea a la mujer de una costilla tomada del
hombre. La analogía es evidente: el hombre es producto de
la creación directa de Dios para su gloria; la mujer es
tomada del hombre para su gloria. Ella, al ser su ayuda
idónea, ha de encontrar su realización en someterse
a su autoriad. Este es su papel según el orden de la
creación, pero no lo es en Cristo (ver Gál. 3:28).
En él todas las distinciones de rango entre el hombre y la
mujer se borran. Eso sí, los creyentes corintios
seguían siendo seres creados, y las naturales diferencias
sexuales no dejaban de existir. Posteriormente, el Apóstol
comprobará esto al tratar de los problemas matrimoniales
en Corinto.
En el v. 10 son dos las cosas que suscitan comentarios:
"una señal de autoridad" y "por causa de los
ángeles". Desde luego, puesto que el Apóstol
venía hablando anteriormente de la necesidad de que las
mujeres se cubrieran la cabeza con un velo, lo primero que viene
a la mente es esto. Algunas versiones, inclusive, traducen el
vocablo griego exousia como "velo". ¿Por
qué se emplea la palabra "autoridad" (exousia) La
razón principal es que ésta es la traducción
normal de la palabra. También, muchos manuscritos antiguos
así la traducen. Además, esta traducción
encaja mejor con el significado probable del texto en su
totalidad. Hay varias teorías respecto a esta
"señal de autoridad": (1) la mujer lleva el velo en
deferencia a la autoridad del hombre; (2) el velo es señal
de la autoridad propia de la mujer para poder orar y profetizar
públicamente en el culto; (3) el velo es símbolo
del respeto que se le debe como mujer de buena moral. Llama la
atención, sin embargo, que ninguna de las interpretaciones
indicadas involucra directamente la expresión tocante a
los ángeles. Esta cuestión se abordará
oportunamente.
La cuestión de los ángeles es algo
problemática; varias ideas históricas se han dado:
(1) el tema de los ángeles en este contexto se origina en
Génesis 6:2. En este pasaje se habla de ángeles
malignos que amenazan a mujeres. ¿Se supone que el velo
protege a las mujeres piadosas de este peligro? (2)
Orígenes, uno de los padres de la iglesia en
Alejandría, interpretaba este pasaje como que hablaba de
los ángeles buenos que rodeaban el culto. Se basaba en el
Salmo 138:1. Se advierte que RVA correctamente traduce el vocablo
hebreo como "dioses". La alusión es a seres celestes
dentro de la corte divina. ¿Serviría el velo de las
mujeres para demostrar respeto por estos ángeles buenos?
Parece que los Rollos del Mar Muerto indican la creencia de que
en la comunidad de los fieles los ángeles hacían
acto de presencia. No obstante, la diferencia entre la comunidad
judía en Qumrán y la congregación cristiana
en Corinto es considerable. "Lo más probable es que la
referencia que hace Pablo a los ángeles significa que
éstos eran guardianes del orden natural, y convenía
que las mujeres corintias llevaran el velo para conservar este
orden. De no hacerlo, posiblemente las mujeres descubiertas se
arriesgaban a la desaprobación de los
ángeles".[27]
Vv. 2-16. Analicemos desde otro tipo de
comentario los detalles que empiezan acerca de las asambleas
públicas. Algunos abusos se habían introducido en
la abundancia de dones espirituales concedidos a los corintios,
pero como Cristo hizo la voluntad de Dios cuyo honra
procuró, así el cristiano debe confesar su
sumisión a Cristo, haciendo su voluntad y procurando su
gloria. Nosotros debemos, aun en nuestra vestimenta y
hábitos, evitar toda cosa que pueda deshonrar a Cristo.
-"La mujer fue sometida al hombre porque fue creada como su
ayuda y consuelo. Ella nada debe hacer en las asambleas
cristianas que parezca una pretensión de ser su igual.
Ella debe tener una "potestad" sobre su cabeza esto es, un velo,
debido a los ángeles. La presencia de ellos debe
resguardar a los cristianos de todo lo que es malo mientras
adoren a Dios. Sin embargo, el hombre y la mujer fueron hechos
uno para el otro. Iban a ser de consolación y
bendición mutua, no una la esclava y el otro el tirano.
Dios ha establecido las cosas, en el reino de la providencia y en
el de la gracia, de modo que la autoridad y el sometimiento de
cada parte sean para ayuda y provecho mutuo. Era costumbre en las
iglesias que las mujeres se presentaran veladas en las asambleas
públicas, y así ingresaran a la adoración en
público; y estaba bien que debieran hacerlo así. La
religión cristiana sanciona las costumbres nacionales
dondequiera que estas no sean contrarias a los grandes principios
de la verdad y la santidad; las peculiaridades afectadas no
reciben consentimiento de nada en la Biblia.
Vv. 17-22. El apóstol
reprende los desórdenes en la celebración de la
cena del Señor. Las ordenanzas de Cristo, si no nos hacen
mejor, tenderán a empeorarnos. Si el uso de ellas no
enmienda, endurecerá. Al reunirse, ellos cayeron en
divisiones y partidismos. Los cristianos pueden separarse de la
comunión de unos con otros, pero aún ser
caritativos unos con otros; se puede continuar en la misma
comunión, pero sin ser caritativos. Esto último es
división, más que lo primero. -Hay una comida
descuidada e irregular de la cena del Señor que se suma a
la culpa. Parece que muchos corintios ricos actuaron muy mal en
la mesa del Señor, o en las fiestas de amor, que
tenían lugar al mismo tiempo que la cena del Señor.
El rico despreciaba al pobre, comía y bebía de las
provisiones que traían, antes de permitir la
participación del pobre; así, algunos quedaban sin
nada, mientras que otros tenían más que suficiente.
Lo que hubiera debido ser un vínculo de amor y afecto
mutuo fue hecho instrumento de discordia y desunión.
Debemos ser cuidadosos para que nada de nuestra conducta en la
mesa del Señor parezca tomar a la ligera esa
institución sagrada. La cena del Señor no es,
ahora, hecha ocasión para la glotonería o el
festejo, pero ¿no suele convertirse en un apoyo para la
soberbia de la justicia propia o un manto para la
hipocresía? No descansemos en las formas externas de la
adoración, pero examinemos nuestros
corazones".[28]
Tratamos de acercarnos al texto mediante los comentarios
más comunes y populares que existen en el mundo
teológico para después hacer una mejor
evaluación personal. Analicemos detenidamente lo
más significativo del pasaje: Vamos a otro punto de
vista:
11.2 Os alabo: "Refleja el genuino aprecio de
parte de Pablo. Los corintios cometieron muchos errores, pero
no estaban totalmente corrompidos. Los corintios siguieron
las instrucciones del apóstol en ciertos
aspectos.
11.3 Pero: Introduce una
excepción al elogio en el v.2. Desea instruir a los
corintios sobre otro punto de confusión. cabeza:
Primeramente quiere decir «autoridad» cuando se usa
en el contexto de las relaciones humanas. Algunos han dicho que
cabeza puede también significar «fuente» u
«origen», sugerencia que rechazan las autoridades en
la lengua griega. el varón es la cabeza de la
mujer: Las relaciones entre los hombres y las mujeres no
involucra inferioridad. Cristo no es inferior a
Dios el Padre. La sumisión no indica inferioridad,
sino subordinación. Así como Cristo y Dios son
igualmente divinos, los hombres y las mujeres son seres iguales.
Pero así como Jesús y Dios el Padre tienen
diferentes papeles en el plan de salvación de Dios,
así a los hombres y a las mujeres se les dan diferentes
papeles.
11.4 ora o profetiza: Puede
referirse específicamente a oraciones intercesoras
similares a las de los profetas del AT (Gn 20.7; 1 S 12.23; Jer
27.18), o a las de Ana (Lc 2.36-38), o a la combinación de
las lenguas y la oración (14.13-16; Hch 2.4; 10.46).
con la cabeza cubierta: Probablemente se refiera al
cabello largo en la cabeza del hombre. afrenta su cabeza:
Es imposible decidir si cabeza aquí se refiere a la cabeza
del hombre o a Cristo, la cabeza y autoridad del hombre (v. 3).
Cualquier interpretación es posible; Pablo puede usar la
palabra con un doble significado.
11.5, 6 toda mujer que ora o profetiza:
Obviamente a la mujer se le permitía orar o profetizar
en la asamblea cristiana porque no tendría sentido que
Pablo diera estas instrucciones sobre algo que no se
permitía hacer. Sin embargo, algunas cosas no les eran
permitidas. afrenta su cabeza: Se refiere tanto a la
cabeza de la mujer como a la del hombre (v. 4). No cubrirse para
la mujer era tan vergonzoso como haberse rapado, era una
señal de desgracia pública.
11.7-9 el varón no procede de la mujer,
sino la mujer del varón: La mujer se
tomó del costado del hombre (Gn 2.21). la mujer por
causa del varón es la manera en que Pablo afirma el
concepto de «ayuda» de Gn 2.20. Esto no quiere decir
que la mujer es inferior al hombre; se refiere sólo al
propósito de Dios para el hombre y la mujer en el orden de
la creación.
11.10 La mujer se cubría la
cabeza por causa de los ángeles. Evidentemente los
ángeles de Dios están presentes en la
reunión de la iglesia y actualmente aprenden de la obra de
la gracia Dios por medio de la vida y la adoración del
pueblo de Dios (Ef 3.10). señal de autoridad:
Podría ser un símbolo de la autoridad de la mujer
para profetizar en la nueva era de la iglesia, la que se
inauguró con el don del Espíritu Santo en
Pentecostés (v. 5). También podría ser
símbolo de la autoridad del hombre sobre la mujer (v.
3).
11.11, 12 ni el varón es sin la mujer, ni
la mujer sin el varón: Ninguno es
independiente. El hombre y la mujer se necesitan, y como
criaturas de Dios, ambos dependen de Él. Ni hombres ni
mujeres pueden pretender tener un nivel especial que no sea el
que Dios dispuso para ellos como su Creador.
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