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Epistemología de la Naturaleza del conocimiento.




Enviado por Davíd Narea



  1. El origen del
    conocimiento
  2. La posibilidad del
    conocimiento
  3. Posición de
    los autores frente al conocimiento
  4. El conocimiento
    científico
  5. Epistemología en el siglo
    XX

La epistemología, es derivado del
griego, el cual significa: "episteme", que quiere decir
conocimiento; y logos, teoría.

 Se ocupa mas que todo en la definición del
saber, del porque de las cosas, de los conceptos relacionados, de
las fuentes, los orígenes, los criterios, los tipos de
conocimiento posible y el nivel con el que cada uno resulta
cierto; así como la relación exacta que existe
entre el que conoce y el objeto conocido.

 La teoría del conocimiento es una rama
filosófica. Para obtener una definición mas precisa
y así ubicar en el tiempo primero debemos tener en claro
que es la filosofía. El termino de filosofía deriva
del griego y quiere decir amor a la sabiduría, lo que es
lo mismo, deseo de saber, de conocer. Por ejemplo la
definición de filosofía que presentan Platón
y Aristóteles como ciencia pura, es respectivamente la
búsqueda de la virtud o de la felicidad. En fin el
conocimiento es libre se puede dar de forma directa e indirecta a
través de la experiencia y el
aprendizaje

El origen del
conocimiento

1.- Racionalismo.

Se denomina racionalismo a la doctrina
epistemológica que sostiene que la causa principal del
conocimiento reside en el pensamiento, en la razón. Afirma
que un conocimiento solo es realmente tal, cuando posee necesidad
lógica y validez universal. El planteamiento mas antiguo
del racionalismo aparece en Platón. El tiene la
íntima convicción de que el conocimiento verdadero
debe distinguirse por la posesión de las notas de la
necesidad lógica y de la validez universal.

2.- El empirismo.

Frente a la tesis del racionalismo, el pensamiento, la
razón, es el único principio del conocimiento, el
empirismo (del griego Empereimía = experiencia) opone la
antítesis: la única causa del conocimiento humano
es la experiencia. Según el empirismo, no existe un
patrimonio a priori de la razón. La conciencia cognoscente
no obtiene sus conceptos de la razón, sino exclusivamente
de la experiencia. El espíritu humano, por naturaleza,
está desprovisto de todo conocimiento.

El racionalismo es guiado por la idea determinada, por
el conocimiento ideal, mientras que el empirismo, se origina en
los hechos concretos.

Los racionalistas casi siempre surgen de la
matemática; los defensores del empirismo, según lo
prueba su historia, frecuentemente vienen de las ciencias
naturales. Esto se entiende sin esfuerzo. La experiencia es el
factor determinante en las ciencias naturales.

En ellas, lo más importante es la
comprobación exacta de los hechos por medio de una
cuidadosa observación. El investigador depende totalmente
de la experiencia. Suelen distinguirse dos clases de experiencia:
una interna y otra externa. El fundamento de un conocimiento
válido, no se encuentra en la experiencia, sino en el
pensamiento.

3.- Apriorismo.

En la historia de la Filosofía existe
también un segundo esfuerzo de intermediación entre
el racionalismo y el empirismo: el apriorismo. El cual
también considera que la razón y la experiencia son
a causa del conocimiento. Pero se diferencia del intelectualismo
porque establece una relación entre la razón y la
experiencia, en una dirección diametralmente opuesta a la
de éste. En la tendencia de apriorismo, se sostiene que
nuestro conocimiento posee algunos elementos a priori que son
independientes de la experiencia. Esta afirmación
también pertenece al racionalismo. Si
relacionáramos el intelectualismo y el apriorismo con los
dos extremos contrarios entre los cuales pretenden mediar,
inmediatamente descubriríamos que el intelectualismo tiene
afinidad con el empirismo, mientras que el apriorismo, se acerca
al racionalismo. El intelectualismo forma sus conceptos de la
experiencia; el apriorismo rechaza tal conclusión y
establece que el factor cognoscitivo procede de la razón y
no de la experiencia. 

La posibilidad
del conocimiento

 1.- El dogmatismo.

Para el, resulta comprensible el que el sujeto, la
conciencia cognoscente, aprehenda su objeto, esta actitud se
fundamenta en una confianza total en la razón humana,
confianza que aún no es debilitada por la duda.

El dogmatismo supone absolutamente la posibilidad y
realidad del contacto entre el sujeto y el objeto.

Para Kant el dogmatismo es la actitud de quien estudia
la metafísica sin haber determinado con anterioridad
cuál es la capacidad de la razón humana para tal
estudio.

2.-El escepticismo.

El dogmatismo frecuentemente se transforma en su
opuesto, en el escepticismo. Mientras que el dogmatismo considera
que la posibilidad de un contacto entre el sujeto y el objeto es
comprensible en sí misma, el escepticismo niega tal
posibilidad. El sujeto no puede aprehender al objeto, afirma el
escepticismo. Por tanto, el conocimiento, considerado como la
aprehensión real de un objeto, es imposible. Según
esto, no podemos externar ningún juicio, y debemos
abstenernos totalmente de juzgar.

Mientras que el dogmatismo en cierta forma ignora al
sujeto, el escepticismo desconoce al objeto.

El escepticismo se puede hallar, principalmente, en la
antigüedad. Su fundador fue Pirrón de Elis (360 a
270). El afirma que no puede lograrse un contacto entre el sujeto
y el objeto. La conciencia y cognoscente esta imposibilitada para
aprehender su objeto.

3.- El subjetivismo y el relativismo.

El escepticismo sostiene que no hay verdad alguna. El
subjetivismo y el relativismo no son tan radicales. Con ellos se
afirma que si existe una verdad; sin embargo, tal verdad tiene
una validez limitada. El subjetivismo, como su nombre lo indica,
limita la validez de la verdad al sujeto que conoce y juzga. El
relativismo afirma que no existe alguna verdad, alguna verdad
absolutamente universal.

El subjetivismo y el relativismo son análogos, en
su contenido, al escepticismo. En efecto, ambos niegan la verdad;
no en forma directa como el escepticismo, pero sí en forma
indirecta al dudar de su validez universal.

4.- El pragmatismo.

El escepticismo presenta una actitud esencialmente
negativa. Formula la negación de la posibilidad del
conocimiento. El escepticismo adquiere un cariz positivo en el
pragmatismo moderno. El pragmatismo, al igual que el
escepticismo, desecha el concepto de la verdad considerado como
concordancia.

El pragmatismo cambia el concepto de la verdad en cuanto
que es originado por una peculiar concepción de lo que es
el ser humano. Dentro de tal concepción el hombre no es
primordialmente un ser especulativo y pensante, sino un ser
práctico, un ser volitivo.

5.- El criticismo.

Existe una tercer postura que resolvería la
antítesis en una síntesis. Esta postura intermedia
entre el dogmatismo y el escepticismo recibe el nombre de
criticismo. Al igual que el dogmatismo, el criticismo admite una
confianza fundamental en la razón humana. El criticismo
está convencido de que es posible el conocimiento de que
existe la verdad. Pero mientras que tal confianza conduce al
dogmatismo, a la aceptación candorosa, para decirlo en
alguna forma, de todas las aseveraciones de la razón
humana y al no fijar límites al poder del conocimiento
humano, el criticismo pone, junto a la confianza general en el
conocimiento humano, una desconfianza hacia cada conocimiento
particular, acercándose al escepticismo por
esto.

El criticismo examina todas y cada una de las
aseveraciones de la razón humana y nada acepta con
indiferencia. 

Posición
de los autores frente al conocimiento

Para algunos autores, el fundamento de la posibilidad
del conocimiento es la realidad, bien la sensible (como han
defendido los filósofos de orientación empirista),
bien la inteligible (como aquellos racionalistas que han
defendido el carácter realmente existente de las entidades
conceptuales o nociones generales).

El primer gran filósofo que abordó el
estudio del conocimiento fué el francés René
Descartes, en el siglo XVII. Descartes intentó descubrir
un fundamento del conocimiento que fuera independiente de
límites y supuestos. Para él, conocer es partir de
una proposición evidente, que se apoya en una
intuición primaria. Descartes formuló tal
proposición en su célebre sentencia: "pienso, luego
existo".

Kant negó que la realidad pudiera ser explicada
mediante los solos conceptos y se propuso conseguir el mismo
objetivo, pero intentando determinar los límites y
capacidades de la razón. Si bien existen, efectivamente,
juicios sintéticos apriori, que son la condición
necesaria de toda comprehensión de la naturaleza
(trascendentales), el ámbito del conocimiento de limita,
sin embargo en el pensamiento de Kant, al reino de la
experiencia.

Según el británico John Locke,
representante moderado del empirismo, las impresiones de la
sensibilidad sólo formaban la base primaria del
conocimiento. El también británico David Hume y
algunos autores neopositivistas posteriores consideraron, por el
contrario, que las nociones de las ciencias formales no son
empíricas ni conceptuales, sino formales y, por lo tanto,
vacías de conocimiento.

De acuerdo con determinadas formas de empirismo existen
otras experiencias además de la sensible, como la
experiencia histórica, la experiencia intelectual, etc. En
estas posiciones, a algunos de cuyos precursores – los alemanes
Friedrich Nietzsche y Wilhelm Dilthey- difícilmente se les
puede considerar como empiristas, el término experiencia
se entiende en un sentido más amplio. Los autores
más representativos de estas posiciones son el
alemán Martin Heidegger y el francés Jean- Paul-
Sartre, que defendieron posturas existencialistas; los
estadounidenses John Dewey y William James, de orientación
pragmatista; y el español José Ortega y Gasset, que
mantuvo la postura que él llamó raciovitalismo, en
la que vida y razón constituían los dos polos de su
concepción del mundo. 

El conocimiento
científico

Mientras que la epistemología ha sido entendida
tradicionalmente como una teoría del conocimiento en
general, en el siglo XX los filósofos se interesaron
principalmente por construir una teoría del conocimiento
científico, suponiendo que si se lograra disponer de
teoría adecuadas que explicaran los mecanismos de un
conocimiento de este tipo, podrían avanzar
considerablemente por la misma vía en la solución
de problemas gnoseológicos (doctrinas filosófica y
religiosa que pretendía tener un conocimiento misterioso e
instintivo de las cosas divinas) más generales.

La elaboración de una epistemología de
este tipo constituyó la tarea abordada especialmente por
los autores del Círculo de Viena, que fueron el germen de
todo movimiento del empirismo o positivismo lógico. Para
éstos filósofos se trataba de conseguir un sistema
unitario de saber y conocimiento, lo que requería la
unificación del lenguaje y la metodología de las
distintas ciencias. Este lenguaje debería ser
insersubjetivo – lo que exigía la utilización de
formalismos y de una semántica común- y universal,
es decir, cualquier proposición debía poder
traducirse a él.

Lo único que puede hacerse es formular la
hipótesis de la existencia de una realidad independiente
de nuestra experiencia e indicar criterios para su
contrastación en la medida en que una afirmación de
existencia implica determinados enunciados perceptivos. No hay
ninguna posibilidad de decisión respecto a una realidad o
idealidad absolutas. Ello sería, en palabras de Carnap, un
seudoproblema. Todas las formas epistemológicas de la
tradición filosófica inspiradas en posiciones
metafísicas – el idealismo y el realismo
filosófico, el fenomelanismo, el solipsismo, etc.-
caerían, así, fuera del ámbito del
conocimiento empírico, ya que buscarían responder a
una pregunta imposible. 

Epistemología en el siglo
XX

 A principios del siglo XX los problemas
epistemológicos fueron discutidos a fondo y sutiles
matices de diferencia empezaron a dividir a las distintas
escuelas de pensamiento rivales. Se prestó especial
atención a la relación entre el acto de percibir
algo, el objeto percibido de una forma directa y la cosa que se
puede decir que se conoce como resultado de la propia
percepción. Los autores fenomenológicos afirmaron
que los objetos de conocimiento son los mismos que los objetos
percibidos. Los neorealistas sostuvieron que se tienen
percepciones directas de los objetos físicos o partes de
los objetos físicos en vez de los estados mentales
personales de cada uno. Los realistas críticos adoptaron
una posición intermedia, manteniendo que aunque se
perciben sólo datos sensoriales, como los colores y los
sonidos, éstos representan objetos físicos sobre
los cuales aportan conocimiento.

Un método para enfrentarse al problema de
clarificar la relación entre el acto de conocer y el
objeto conocido fue elaborado por el filósofo
alemán Edmund Husserl. Perfiló un procedimiento
elaborado, al que llamó fenomenología, por medio
del cual se puede distinguir cómo son las cosas a partir
de cómo uno piensa que son en realidad, alcanzando
así una comprensión más precisa de las bases
conceptuales del conocimiento.

Durante el segundo cuarto del siglo XX surgieron dos
escuelas de pensamiento, ambas deudoras del filósofo
austriaco Ludwig Wittgenstein. Por una parte, la escuela del
empirismo o positivismo lógico, tuvo su origen en Viena,
Austria, pero pronto se extendió por todo el mundo. Los
empiristas lógicos hicieron hincapié en que
sólo hay una clase de conocimiento: el conocimiento
científico; que cualquier conocimiento válido tiene
que ser verificable en la experiencia; y, por lo tanto, que mucho
de lo que había sido dado por bueno por la
filosofía no era ni verdadero ni falso, sino carente de
sentido. A la postre, siguiendo a Hume y a Kant, se tenía
que establecer una clara distinción entre enunciados
analíticos y sintéticos. El llamado criterio de
verificabilidad del significado ha sufrido cambios como
consecuencia de las discusiones entre los propios empiristas
lógicos, así como entre sus críticos, pero
no ha sido descartado.

         
La última de estas recientes escuelas de pensamiento,
englobadas en el campo del análisis
lingüístico (véase Filosofía
analítica) o en la filosofía del lenguaje
corriente, parece romper con la epistemología tradicional.
Los analistas lingüísticos se han propuesto estudiar
el modo real en que se usan los términos
epistemológicos claves —términos como
conocimiento, percepción y probabilidad— y formular
reglas definitivas para su uso con objeto de evitar confusiones
verbales. El filósofo británico John Langshaw
Austin afirmó, por ejemplo, que decir que un enunciado es
verdadero no añade nada al enunciado excepto una promesa
por parte del que habla o escrib e. Austin no considera la verdad
como una cualidad o propiedad de los enunciados o
elocuciones.

CONOCIMIENTOS CONVERGENTES Y
DIVERGENTES:

El Conocimiento Convergente, se mueve buscando una
respuesta determinada o convencional; y encuentra una
única solución a los problemas que, por lo general
suelen ser conocidos. Se conoce también como
lógico, convencional, racional o vertical.

El Conocimiento Divergente, en cambio se mueve en varias
direcciones en busca de la mejor solución para resolver
problemas a los que siempre enfrenta como nuevos y generar
múltiples resoluciones apropiadas más que una
única correcta. Tiende a al concepto de creatividad y se
le conoce también como pensamiento lateral.

Características y
Diferencias 

Relación con los Hemisferios del
Cerebro

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Autor:

Davíd Narea

 

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