Introducción
EL ESPACIO COMO HERRAMIENTA: Se trata de un
capítulo del libro "LLENANDO EL ESPACIO VACIO" de
Peter Brook, quien se licencio en Oxford y desde allí
comenzó a dirigir obras teatrales, sus montajes lo han
hecho famoso y han supuesto una revolución en el arte
teatral. Fue director de la Royal Shakespeare Theatre en
Inglaterra, fundó el Centre International the Recherche
Theatrales y en 1974 el Centre International de Rélations
Theatrales, entre otros.
Algunos de sus libros más importantes son: El
espacio Vacío, La Puerta Abierta, Provocaciones, Hilos del
Tiempo, etc.
El texto habla de cuales son según sus estudios y
experiencia los mejores espacios para representar una obra
teatral, teniendo en cuenta, tanto la ubicación de los
actores, el público, la forma en que se distribuyen los
asientos, el sonido, como se proyecta la voz, pero también
la obra que se está representando, su tensión, si
es atrapante o no, si es dinámica, si el público se
puede conectar con los actores y con la obra, o no.
Lo que más destaca Brook es el contacto con el
público, la conexión entre los artistas y el
público, esa cosa imposible de describir cuando nos
sentimos atrapados por la representación
teatral.
De esta forma lo expresa Peter Brook:
"Lo importante no es el espacio en teoría
sino es espacio como herramienta"
"Es innegable que los espacios imponen ciertas
condiciones y es fácil ver el precio que pagamos por cada
uno de los factores que determinan la elección que hacemos
del espacio". [1]
Planteamiento del
problema
El problema que se plantea entonces a saber es: Que
espacio es el mejor para representar una obra teatral, teniendo
en cuenta su funcionalidad con la obra que se va a representar.
Brook lo plantea como el problema de la concentración, que
es lo que va a diferenciar a un espacio de otro, y lo expresa en
estos términos:
"Porque si es que existe alguna diferencia
entre el teatro y la vida real, diferencia que puede no ser
fácil de definir, siempre es una diferencia en
términos de concentración".
"El evento teatral puede ser similar o idéntico a
un evento de la vida, pero gracias a ciertas condiciones y
técnicas que existen en él nuestra
concentración es mayor. De manera que el espacio y la
concentración son dos elementos
inseparables"[2]
HIPOTESIS
H: La concentración de los actores está
en relación directamente proporcional con el espacio en
que la obra se está desarrollando.
Para confirmar esta hipótesis Peter Brook realizo
algunos experimentos, como fue sacar al actor del escenario y
este comienza a desplazarse entre el público pero siempre
teniendo cuidado de mantener la tensión, mantener esa
relación entre el actor y el espectador. Expresa que esta
relación depende de las "dimensiones del espacio, de
velocidad de los movimientos, de la manera en que habla el actor,
y de la extensión del experimento, porque llegara un
momento en que el contacto se habrá roto, en el que toda
comunicación se habrá quebrado, y el experimento
quedara reducido a la nada."[3]
De esta podemos plantear como hipótesis auxiliar
la siguiente:
Ha: La representación teatral está
condicionada por la distancia, la duración, y el sonido
dentro de un determinado espacio.
Estos son factores a tener en cuenta, que se infieren de
la Hipótesis, ya que la concentración depende
también de otras circunstancias, como lo son, la
distancia, la duración de la obra, y el sonido dentro de
un determinado espacio. Esta hipótesis auxiliar muestra
como existen variables a tener en cuenta que se suman a la
hipótesis principal, de esta se explicitan factores que
también influyen a la concentración, y hacen del
espacio en el teatro, una herramienta y no solo una
teoría. Se quiere demostrar de esta forma como la
concentración es lo que diferencia una
representación teatral de la vida real, de la vida misma,
según a así lo expone Brook.
O sea que si la concentración de los actores
está en relación directamente proporcional con el
espacio en que la obra se está desarrollando, la
representación teatral esta también condicionada
por la distancia, la duración, y el sonido dentro de un
determinado espacio.
El texto comienza explicando porque determinado lugar,
en este caso el espacio en el que se desarrolla la
exposición de que trata este capítulo sobre el que
estamos trabajando, no es apto para realizar una obra, y dice que
no hay la debida relación entre el espectador y los
artistas. Que es demasiado cómodo el lugar ya que se trata
de un auditorio muy moderno, muy cómodo, pero existe una
distancia enorme entre el actor y el espectador, señala
que en el teatro no importa si el lugar en que se representa la
obra es moderno o no, no interesa lo moderno y confortable que se
presente un espacio este debe lograr ser un espacio apto para
mantener la concentración del actor y del espectador en la
presentación. En un espacio como este auditorio no es
posible provocar una reacción en el público ya que
es demasiada la distancia que lo separa. Para Brook el teatro se
basa en la necesidad que surge a veces de establecer con el otro
una relación renovada e íntima cosa que en el
mencionado auditorio es imposible lograr, solo si se lo cambia en
forma rotunda.
Señala que:
"En todos nuestros experimentos hemos podido establecer
que el público nunca esta incómodo si la
acción es permanentemente dinámica. Tomemos como
ejemplo nuestra situación, aquí, ahora: todos
ustedes están sentados en cómodas butacas, y
¡corren el riesgo de quedarse
dormidos!".[4]
Brook señala que lo que diferencia a un espacio
vivo de uno muerto es la manera en la que se encuentran ubicadas
las personas, una en relación con la otra.
Como Implicación contrastadora se puede
proponer entonces que:
I1: Si lo que importa es el espacio y la
concentración, siempre la representación ideal
sería la que se realizara en un espacio en que el
espectador este próximo, y que la relación entre
actor y espectador sea inmediata.
Se podría plantear de este
modo:
De esta forma reafirmamos la hipótesis, mediante
Modus Ponens logramos confirmar la implicación
contrastadora, lo que se puede verificar con las
experimentaciones realizadas por Brook. Este método no nos
demuestra que la hipótesis sea verdadera, sino que la
implicación contrastadora lo es, de lo que se puede
inferir que la hipótesis es verdadera desde el punto de
vista lógico.
A esto responde Brook diciendo que en el teatro hay
cosas que ayudan y cosas que obstruyen y que fuera del teatro
sucede lo mismo; como es el caso de la representación al
aire libre, en que lo positivo es que en esas representaciones el
contacto y la interacción con el público se
lograría de forma inmediata, cosa que no se puede lograr
en ningún otra circunstancia, "…el hecho de invitar
al público a romper con sus hábitos condicionados-
entre los cuales se incluye el asistir a lugares especiales para
determinados fines- es un gran progreso, en términos
dramático".[5] Es en este punto en donde
surge el tema de la concentración, ya que también
el público se concentra para ver una obra de teatro y se
prepara para ello sin que sea necesario un lugar
específicamente preparado con la finalidad única de
llevar a cabo una representación, todo esto teniendo en
cuenta la inmediatez entre uno y otro y en el que se pueda lograr
la concentración necesaria, para lograr conexión
actor espectador y viceversa.
En su opinión si se quiere representar una obra
en la que se busca a dar una impresión de confusión
lo ideal sería un lugar al aire libre, por ejemplo una
esquina callejera, pero si lo que se busca es centrar el
interés en un punto especifico y hay poca visibilidad o
ruido o si los hechos todos sucedieran al mismo tiempo y en todas
partes alrededor del espectador, este no se podría
concentrar y la relación entre espectador y actor
sería imposible.
Dependiendo de la obra que se quiera representar uno u
otro espacio seria el adecuado, como afirma Brook:
"El problema del espacio es relativo. Siempre se
podría reacomodar este salón; podríamos
perfectamente contratar a un diseñador para que lo
disfrazara, para que lo transformara
totalmente."[6]
Brook comprobó en variadas ocasiones sus
afirmaciones, como cuando expresa:
Y el lugar donde actuamos la semana pasada en
Francia era aun mejor, que producía una extraordinaria
resonancia, lo importante no es el espacio en teoría sino
el espacio como herramienta.
Como lo dice Brook el problema del espacio es relativo y
dependiendo de la obra que se quiera representar será uno
u otro espacio el ideal, por tanto podríamos plantear esta
segunda implicación contrastadora:
I2: Si el problema del espacio es relativo, entonces
no importaría en que espacio se representara determinada
obra ya que dependiendo de la obra, uno u otro espacio seria el
ideal.
De lo que se puede deducir que esta implicación
contrastadora confirma la hipótesis planteada, ya que
reafirma la teoría de que la concentración se
encuentra en relación directamente proporcional con el
espacio, ya que no cualquier espacio es el adecuado, y
proporciona la concentración ideal para el actor, sino que
depende de la obra que se quiere representar, el actor
internaliza al personaje que va a interpretar y en esta tarea el
espacio cumple un papel fundamental.
Las afirmaciones hechas por Brook, comprobadas por la
experiencia, demuestran cómo se comprueba la
hipótesis principal, los factores planteados por la
hipótesis auxiliar y también la validez de las
implicaciones contrastadoras; lo que nos lleva a mantener la
hipótesis principal como verdadera.
En resumen, el espacio cuando es utilizado como
herramienta como lo dice Brook juega un papel primordial en la
representación de la obra teatral, ya que como pudimos ver
y comprobar, la relación inseparable entre el espacio y la
concentración del actor recrean una atmósfera
propicia para la interpretación de una obra y esta se
proyecta al público logrando el milagro del teatro y eso
es lo que lo diferencia de la vida real.
Esquema
lógico
Si Brook está en lo cierto, entonces si el
espacio se relaciona en forma directa con la concentración
de los actores, entonces se concentraran mejor cuando el espacio
sea adecuado y permita lograr la mejor atmósfera para
interpretar una determinada obra.
Si la concentración es mejor en un espacio
adecuado, que permita crear la mejor atmósfera, entonces
si se utiliza cualquier espacio los actores no se
concentrarían
Si se utiliza cualquier espacio sin tener en cuenta la
obra que se pretende interpretar, la concentración
necesaria no se lograría, entonces si se concentran mejor
en un espacio adecuado a la obra, esta no se
frustraría.
Si los actores no se concentran en cualquier espacio,
entonces en un espacio adecuado a la obra que se quiere
interpretar, se recrearía la atmósfera adecuada,
por lo tanto la obra no se frustraría.
De esta forma podemos comprobar que las implicaciones
contrastadora son verdaderas, entonces verificamos la
hipótesis planteada. Como dijimos mediante Modus Ponens no
podemos comprobar la hipótesis, pero de una forma
lógica llegamos a sostener su veracidad.
Bibliografía
Brook, P. (1969) El Espacio Vacío: Arte y
técnica del teatro. Barcelona: Ediciones
Península.
Hempel, C. (1977) Filosofía de la ciencia
natural. Madrid: Alianza.
Autor:
Stefanía Silva
[1] Brook, Peter. (1969). El Espacio
Vacío: arte y técnica del teatro. Barcelona. P.
166.
[2] Brook, P. (1969). Op. cit. P. 169.
[3] Brook, P. (1969). Op. cit. P .169.
[4] Brook, P. (1969). Op.cit. P .166.
[5] Brook, P. (1969). Op.cit. P. 169.
[6] Brook, P. (1969). Op.cit. P. 168.