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Familia de Jesús de Nazaret



  1. María madre
    de Jesús
  2. Situación
    social de la mujer judía en tiempos
    de Jesús
  3. José de
    Nazaret padre de Jesús
  4. Hermanos y hermanas
    de Jesús
  5. José de
    Arimatea
  6. María
    Magdalena
  7. Fuentes

Para adelantar cualquier investigación
bibliográfica se debe preferir los textos
históricos a los textos religiosos. Los textos
históricos serán siempre más fiables que los
religiosos porque no están deformados por la fe y el
afán proselitista. Cuando sobre un tema existe y
sólo se usa información religiosa es conveniente
advertirlo.

María
madre de Jesús

El evangelio según Lucas es el que más
datos da sobre María: la Anunciación, la Visita a
Isabel, el Nacimiento de Jesús, la Presentación de
Jesús y la pérdida de Jesús y su hallazgo en
el templo. En el evangelio según Juan, Jesús hace
su primer milagro a petición de ella, en Caná. Y en
la cruz, la entrega como madre al discípulo amado, y
él es entregado a María como hijo. La
tradición cristiana ha considerado a Joaquín y Ana
como los progenitores de María. No se tiene seguridad de
si María tuvo hermanas. Los evangelios de Juan y Mateo
mencionan a una hermana, María de Cleofás, esposa
de Cleofás, hermano de José. La mayoría de
las confesiones protestantes, con excepciones entre los
luteranos, dicen que María, después de la
concepción virginal, tuvo otros hijos

Los evangelios hacen aparecer a María como
prometida de José de Nazaret cuando narran la
concepción de Jesús. Según la
tradición judía de aquel momento, los
jóvenes varones se desposaban entre los dieciocho y
veinticuatro años, mientras que las jóvenes mujeres
a partir de los doce años. El matrimonio judío
tenía dos momentos, desposorio y matrimonio propiamente
dicho: el primero era celebrado en la casa de la novia y
traía consigo acuerdos y obligaciones, aunque la vida en
común era posterior. Si la novia no había estado
casada antes se esperaba un año después del
desposorio para llegar a la segunda parte, el matrimonio
propiamente dicho, donde el novio llevaba solemnemente a la novia
desde la casa de sus padres a la de él.

Desde el momento de la Anunciación comienza
María una secuencia de riesgos y de inseguridades
señalada por los evangelios de Lucas y de
Mateo:

– La incertidumbre de su prometido José, y su
intención de repudiarla en secreto para no ponerla en
evidencia, sin embargo José decide coparticipar de los
riesgos que se presentan en la vida de María.

– Emprender la travesía con José, desde
Nazaret en Galilea hasta Belén en Judea, ante un edicto de
César Augusto que ordena un censo, cuando ella estaba por
dar a luz.

– Como no hubo sitio para hospedarse en el pueblo, tuvo
que dar a luz en una pesebrera..

– La pérdida y búsqueda de su hijo en el
Templo durante tres días, con motivo de la
presentación de Jesús, para dar cumplimiento a la
ley que ordenaba que todo varón primogénito
debía de ser consagrado al Señor.

– Un hombre justo y piadoso llamado Simeón, dijo
a María: ¡una espada te atravesará el
alma!

– La huída con José y el niño a
Egipto y su permanencia allí hasta la muerte de Herodes.
Debido a la matanza de los niños de Belén y toda su
comarca ordenada por Herodes

– A su regreso el retiro clandestino a Nazaret de
Galilea, con José y el niño, porque Arquelao hijo
de Herodes reinaba en Judea.

La respuesta de Jesús a la
voz entre la muchedumbre que exclamó: Dichoso el vientre
que te llevó y los pechos que te criaron, a lo que
respondió: Dichosos más bien los que escuchan la
palabra de Dios y la cumplen.

– En la cruz María el llamado por
Jesús "Mujer", y la encomienda de que sea "Madre" del
discípulo Juan que está con ella.

Situación
social de
la mujer judía en tiempos
de Jesús

El papel de la mujer en el mundo oriental de aquella
época y en particular en Israel era mucho más
oprobioso de lo que hoy se puede pensar. El desprecio de los
hombres de aquellos días por sus mujeres era algo que hoy
resulta difícil de comprender:

– Cuando la mujer judía salía de su casa,
no importaba para qué, tenía que llevar siempre la
cara cubierta con un tocado.

– La mujer que salía de su casa sin llevar la
cabeza cubierta ofendía hasta tal punto las buenas
costumbres, que su marido tenía el derecho y hasta el
deber de despedirla, sin estar obligado a pagarle la suma
estipulada para el caso de divorcio. Sólo el día de
la boda, y si la mujer era virgen y no viuda, podía
aparecer en el cortejo con la cabeza descubierta.

– Según las reglas judaicas de entonces era
preferible no hablar con las mujeres en público para el
bien del alma. Prohibían, incluso, encontrarse a solas con
una hebrea, y mirar a una casada, o saludarla. Era un deshonor
para un alumno de los escribas hablar con una mujer en la calle.
La judía que se entretenía con todo el mundo en la
calle o que hilaba a la puerta de su casa podía ser
repudiada, sin recibir el pago estipulado en el contrato
matrimonial.

– Estas reglas eran tenidas muy en cuenta entre los
más puritanos, especialmente los fariseos. Sin embargo dos
veces al año, el 15 de abril y el día de la
expiación, había danzas en las viñas de los
campos, y las muchachas podían descubrir sus cabezas ante
los jóvenes.

En las familias populares, tampoco se cumplía tan
rigurosamente la costumbre de taparse la cabeza porque razones
económicas lo impedían: la mujer tenía que
ayudar a su marido muchas veces en el trabajo, ir a la fuente por
agua, unirse al trabajo de los hombres en el campo, vender
productos de la cosecha, etc.

– La situación de la mujer en la casa no
mejoraba. Las hijas debían ceder siempre los primeros
puestos, e incluso el paso por las puertas, a los muchachos. Su
formación se limitaba estrictamente a las labores
domésticas, así como a coser y tejer. Tenían
que cuidar de los hermanos más pequeños y, respecto
del padre, tenían la obligación de alimentarlo,
darle de beber, vestirlo, cubrirlo, ayudarlo en sus
desplazamientos cuando era anciano, lavarle la cara, las manos y
los pies. Sus derechos, en lo que se refiere a la herencia, no
estaban en igualdad de condiciones con los de los
varones.

– La sociedad judía de aquel tiempo
distinguía tres edades: la menor hasta la edad de doce
años, la joven hasta los doce años y la mayor
después de los doce. Hasta esta última edad, el
cabeza de la familia tenía toda la potestad, las
hijas:

  • no tenían derecho a poseer absolutamente
    nada: ni el fruto de su trabajo ni lo que pudiese encontrar,
    por ejemplo, en la calle. Todo era del padre.

  • no podía rechazar un matrimonio impuesto por
    el padre. El padre podía vender a su hija como
    esclava, siempre que no hubiera cumplido los doce
    años.

  • Los esponsales solían celebrarse muy
    temprano. Al año de ser mayor, la hija celebraba la
    boda, y pasaba entonces de la potestad del padre a la del
    marido.

  • Después del contrato de compra-venta, pues
    eso era en realidad la ceremonia de esponsales y matrimonio,
    la mujer iba a vivir a la casa del esposo. Esto,
    generalmente, ocasionaba enfrentamiento con las familias
    polígamas, ya posesionadas, a la recién
    llegada, a la que casi siempre se manifestaba una abierta
    hostilidad.

– La diferencia entre la esposa y la esclava o una
concubina era que aquella disponía de un contrato
matrimonial y las últimas no. A cambio de muy pocos
derechos, la esposa se encontraba cargada de deberes:
tenía que moler el grano, coser, lavar, cocinar, amamantar
a los niños, hacer la cama del marido y, en
compensación por su sustento, hilar y tejer. Otros
añadían incluso a estas obligaciones las de lavar
la cara, manos y pies, y preparar la copa del marido. En caso de
peligro de muerte, había que salvar antes al
marido.

– Al estar permitida la poligamia, la esposa
tenía que soportar la presencia y las constantes afrentas
de o de las concubinas. Pero la poligamia sólo
podía ser asumida por la gente pudiente y no era
habitual.

– En cuanto al divorcio, que estaba admitido
según la Ley mosaica, el derecho estaba única y
exclusivamente de parte del marido. Sólo él
podía iniciar el trámite. Esto daba lugar,
lógicamente, a constantes abusos.

– Había dos factores que tenían especial
importancia para la vida conyugal de la mujer: encontrar apoyo en
sus parientes de sangre, especialmente en sus hermanos; por otra
parte, tener niños, especialmente varones. La carencia de
hijos era considerada como una gran desgracia, incluso como un
castigo divino. La mujer, al ser madre de un hijo varón
daba a su marido el regalo más precioso.

– La mujer viuda quedaba vinculada a su marido cuando
éste moría sin hijos. En este caso debía
esperar, que el hermano o los hermanos de su difunto marido
contrajesen con ella matrimonio levirático o manifestasen
su negativa, sin la cual no podía ella volver a
casarse.

– Desde el punto de vista religioso, la mujer israelita
se veía sometida a todas las prescripciones de la
Torá y al rigor de las leyes civiles y penales, incluida
la pena de muerte, y no tenía acceso a ningún tipo
de enseñanza religiosa. Una sentencia del Rabí
Eliezer, por ejemplo, decía que "quien enseña la
Torá a su hija, le enseña el libertinaje", y otra
decía: "Vale más quemar la Torá que
transmitirla a las mujeres".

– Los derechos religiosos de las mujeres,
lo mismo que los deberes, estaban limitados:

  • Las mujeres sólo podían entrar en el
    templo al atrio de los gentiles y al de las
    mujeres.

  • Durante los días de la purificación
    mensual y durante un período de 40 días
    después del nacimiento de un varón y 80 del de
    una niña no podían entrar siquiera al atrio de
    los gentiles.

  • Durante este período se consideraba a las
    mujeres fuentes de impureza y debían mantenerse
    alejadas de los lugares de culto.

  • Las mujeres podían entrar en la parte de la
    sinagoga utilizada para el culto; pero había unas
    barreras y un enrejado que separaban el lugar destinado a las
    mujeres. Más tarde se llegó incluso a construir
    para ellas una entrada particular. En el servicio
    litúrgico, las mujeres se limitaban únicamente
    a escuchar. No podían hacer la lectura porque era
    rarísimo que supieran leer y mucho menos se esperaba
    de ellas que pudieran hacer una enseñanza
    pública.

  • La mujer no pronunciar la bendición tras la
    comida y tampoco tenía el derecho a prestar testimonio
    en un juicio. Sencillamente, era considerada mentirosa por
    naturaleza.

  • Para concluir, era muy significativo que el
    nacimiento de un varón era motivo de alegría, y
    el de una niña se veía acompañado de la
    indiferencia, e incluso de la tristeza. Los escritos
    rabínicos llegaban a proclamar: "¡Desdichado de
    aquel cuyos hijos son niñas!".

Teniendo en cuenta la situación de la mujer, en
aquel tiempo, se puede valorar en su justa medida el valor de
Jesús para rodease también de mujeres, conversar
tan libremente con ellas como con los hombres, e infundir esos
nuevos pensamientos y sentimientos en la mente de los hombres que
le conocían. En una acción inédita para la
época, llegó hasta a nombrar a un grupo de mujeres
como predicadoras. Esta actitud ocasionó a Jesús
críticas y rechazos y los primeros cristianos no tardaron
en silenciar estas posturas.

José de
Nazaret padre de Jesús

Al decir José de Nazaret se está indicando que
José había nacido en Nazaret. Los padres de
José fueron Santiago y Juana. José tenía un
primo hermano, de nombre Cleofás, que fue padre de
Santiago el Menor, José Barsabás, Simón El
Celote, Judas Tadeo, Lidia y Lisia, todo ellos conocidos como
hermanos de Jesús.

José de Nazaret fue según diversos textos
cristianos, el esposo de María, la madre de Jesús
de Nazaret y, por tanto, padre terrenal de Jesús. De
oficio artesano carpintero, profesión que habría
enseñado a su hijo. De condición humilde, aunque
perteneciente a la estirpe del rey David. Se acepta que
murió cuando Jesucristo tenía ya más de 12
años pero antes del inicio de su predicación. No se
menciona a José de Nazaret en los Evangelios durante el
ministerio público de Jesús. Las Escrituras
señalan a José como justo, lo que implica su
fidelidad a la Ley.

El evangelio de Mateo muestra parte del drama que
vivió José de Nazaret al saber que María
estaba embarazada. Iba a repudiarla, en secreto porque no
quería que fuera apedreada según lo dispuesto en la
Ley. Luego, antes que Herodes el Grande ordenara matar a los
niños menores de dos años de Belén y de toda
la comarca, José con el niño Jesús y su
madre y huyó a Egipto. Al morir Herodes, José con
el niño y su madre regresó a Nazaret, que
había sido el lugar de residencia de María,
desposada con José, cuando acaeció la
concepción.

Posible padre carnal de Jesús. Durante las
colonizaciones griegas y romanas las mujeres de los pueblos y
campos colonizados se consideraban prácticamente como
botín de guerra para los soldados colonizadores. En base
de esta costumbre un historiador pagano Celso sugiere que
probablemente el padre de Jesús fue un soldado romano
llamado Pantera.

Celso, fue un intelectual pagano, filósofo
griego que sobre el año 178 publicó su obra "El
discurso verdadero" o "Sobre la verdadera doctrina". Celso,
aunque su nombre es romano, escribió su obra en griego y
conocía muy bien las obras de Platón. El trabajo de
Celso destaca sobre otros autores paganos por su gran
ilustración, pues había leído los Libros del
Antiguo Testamento, los evangelios de Mateo, Lucas y Marcos,
así como las Epístolas de Pablo. También
conoce de la existencia del evangelio de Juan y apócrifos.
Sabe de las principales disputas entre judíos y cristianos
y desde luego conoce a la perfección las diferencias entre
cristianos y paganos. Viajó a Egipto y Palestina, y ello
sin duda alguna, condicionó también el contenido de
su obra.

Celso conocía bien las obras de Homero, y otros
autores de la literatura clásica tanto romanos como
griegos. Su ataque contra el cristianismo es serio,
metódico, mostrándose bien informado y haciendo un
alegato final a favor del Imperio Romano.

El filósofo griego trató numerosos puntos
del cristianismo y de las escrituras. El rechazo a la virginidad
de María puede leerse del siguiente párrafo: para
acallar los rumores acerca de las verdaderas circunstancias de su
origen, se inventó el nacimiento de Jesús de una
virgen, en una aldea judaica Belén, la ciudad de David, y
de una mujer lugareña y mísera que se ganaba la
vida hilando; mujer que en realidad era una convicta de
adulterio, echada de casa por su marido, carpintero de oficio.
 Tras quedar preñada de un soldado romano llamado
Pantera, anduvo ignominiosamente errante y, a la
sombra de un tejado, dio a luz a Jesús. En cuanto a
Jesús, apremiado por la necesidad, se fue a trabajar de
jornalero a Egipto, y allí se ejercitó en ciertas
habilidades de magia y hechicería; vuelto a su patria,
hizo alarde de esas mismas habilidades, y por ellas se
proclamó a sí mismo Dios, (Cels. Ap
Oríg. Lib. 1. nn, 28.32).

Por extraño que parezca la acusación de
Celso probablemente se fundamenta indirectamente en el Evangelio
de Mateo el cual había leído.

Lo cierto es que Mateo es el primero que plantea la
cuestión del adulterio. En Mateo 1:18-25 puede
leerse: El origen de Jesucristo fue de esta manera: Su
madre, María, estaba desposada con José y, antes de
empezar a estar juntos ellos, se encontró encinta por obra
del Espíritu Santo. Su marido José, que era justo,
pero no quería infamarla, resolvió repudiarla en
privado.

José de Nazaret padre de Jesús.

Hermanos y hermanas
de Jesús

Según la Biblia, Santiago (o Jacobo), que
escribió el libro del mismo nombre, que se encuentra en el
Nuevo Testamento, era hermano de Jesucristo. Marcos 6:2-3 dice:
"Y llegado el día de reposo, comenzó a
enseñar en la sinagoga; y muchos, oyéndole, se
admiraban, y decían: ¿De dónde tiene
éste estas cosas? ¿Y qué sabiduría es
esta que le es dada, y estos milagros que por sus manos son
hechos? ¿No es este el carpintero, hijo de María,
hermano de Jacobo, de José, de Judas y de
Simón?¿No están también aquí
con nosotros sus hermanas?" Evidentemente después del
nacimiento virginal de Jesús, José y María
tuvieron sus propios hijos e hijas: El apóstol Pablo se
refiere también a Jacobo, como el hermano de Jesús,
en Gálatas 1:19: "Pero no vi a ningún otro, sino a
Jacobo el hermano del Señor."

En los evangelios y en otros libros del Nuevo testamento, se
mencionan los nombres de los cuatro hermanos varones de
Jesús y la existencia de dos hermanas: José
Barsabás, Simón El Celote, Judas Tadeo, Lidia y
Lisia,

La mayoría de las confesiones
protestantes afirman, basadas en textos bíblicos,
que María fuera de Jesús tuvo otros
hijos.

Jesús fue judío. Jesús
nació como judío de padre y madre judíos,
fue circuncidado como judío, presentado en el Templo de
Jerusalén como judío, predicador judío,
todos sus discípulos fueron judíos y murió
como judío. De los 27 libros del Nuevo Testamento 25
fueron escritos por judíos.

José de
Arimatea

José de Arimatea fue hermano menor de
Joaquín, padre de María, o sea, tío-abuelo
de Jesús. Se convirtió en tutor del nazareno
después de la temprana muerte de José, el esposo de
María.

Miembro del Sanedrín, del tribunal supremo de los
judíos, y decurión del Imperio Romano, una especie
de ministro, encargado de las explotaciones de plomo y
estaño.

Los cuatro evangelistas coinciden en contar el mismo
episodio donde intervino José de Arimatea. Cuando
Jesús murió en la cruz, los apóstoles se
dispersaron, pero José de Arimatea solicitó al
procurador romano Poncio Pilatos que le permitiera dar sepultura
al cuerpo de Jesús. Con la ayuda de Nicodemo, desclavaron
el cuerpo de la cruz y lo sepultaron en la propia tumba de
José de Arimatea, excavada en una roca, donde ahora se
encuentra la basílica del Santo Sepulcro. Lo envolvieron
en lienzos de lino y lo colocaron en la tumba con una gran piedra
en la entrada.

María
Magdalena

María Magdalena fue una mujer que
acompañó a Jesús antes, durante, y
después de la crucifixión. Es mencionada como una
distinguida discípula, como el discípulo amado de
Jesús de Nazaret. Su nombre hace referencia a su lugar de
procedencia Magdala, localidad situada en Galilea en la costa
occidental de lago de Tiberíades.

Según Lucas María Magdalena alojó y
proveyó materialmente a Jesús y sus
discípulos durante su predicación en
Galilea.

En el evangelio apócrifo de Felipe se considera
la compañera o esposa de Jesús.

Del evangelio de María Magdalena, se conservan
sólo dos fragmentos griegos del siglo III y otro,
más extensos, en copto, del siglo V.

Según la tradición ortodoxa, María
Magdalena se retiró a Éfeso con la Virgen
María y el apóstol Juan, y murió
allí. En 886 sus reliquias fueron trasladadas a
Constantinopla, donde se conservan en la actualidad.

Según una tradición del mundo
católico María Magdalena, María de Betania,
su hermano Lázaro y Maximino, uno de los setenta y dos
discípulos de Jesús, así como algunos
compañeros, viajaron en barca por el Mar
Mediterráneo huyendo de las persecuciones en Tierra Santa
y desembarcaron finalmente en el lugar llamado Saintes Maries de
la Mer, cerca de Arlés. Posteriormente, María
Magdalena viajó hasta Marsella, desde donde
emprendió, supuestamente, la evangelización de
Provenza. Su cuerpo fue sepultado en un oratorio construido por
Maximino en Villa Lata, conocido desde entonces como St.
Maximin.

Esposa de Jesús. Algunos autores
recientes han puesto en circulación una hipótesis
según la cual María Magdalena habría sido la
esposa, o la compañera sentimental, de Jesús de
Nazaret.

Los partidarios de esta idea, se apoyan en tres
argumentos:

1. En varios textos gnósticos, como el evangelio
de Felipe, se muestra que Jesús tenía con
María Magdalena una relación de mayor
cercanía que con el resto de sus discípulos,
incluidos los apóstoles. En concreto, el evangelio de
Felipe habla de María Magdalena como "compañera" de
Jesús.

2. En los evangelios canónicos María
Magdalena, después de la madre de Jesús es la mujer
que más veces aparece junto a Jesús, y como
seguidora cercana de Jesús. Su presencia en los momentos
cruciales de la muerte y resurrección de Jesús
puede sugerir que estaba ligada a él por lazos
conyugales.

3. Otro argumento que esgrimen los defensores de la
teoría del matrimonio entre Jesús y María
Magdalena es que en la Palestina de la época era raro que
un varón judío de la edad de Jesús (unos
treinta años) permaneciese soltero, especialmente si se
dedicaba a enseñar como rabino. Sin embargo, además
de Jesús, está atestiguada la existencia de
maestros religiosos solteros, en los círculos esenios,
como Juan el Bautista y Pablo de Tarso.

Autora de un Evangelio. Leonardo Da Vinci y
Ramón K. Jusino han propuesto la teoría de que
María Magdalena pudo ser el discípulo amado
Jesús, que se presenta como autor del evangelio de Juan y
que es tradicionalmente identificado con el apóstol Juan.
Jusino se basa en el hecho de que en varios textos
apócrifos, se dice que hubo una relación de
especial cercanía entre Jesús y María
Magdalena.

Fuentes

Wikipedia.

http://buscandoajesus.files.wordpress.com/2009/04/mujer.pdf

http://centros4.pntic.mec.es/~praxedes/filosofia/filosofia_2/unidad_03_cristianismo_filosofia.pdf

 

 

Autor:

Rafael Bolívar Grimaldos.

 

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